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A lo que estaré dispuesto por ti por AsamiYang

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Notas del capitulo:

Hey hey!!!! 
Cómo han estado? Siento muchísimo el retraso pero vengo de comenzar la universidad y como es técnicamente medicina, pues me está comenzando a consumir y no me daba el tiempo de continuar el capítulo. Pero aqupi lo traigo. 

Es medio largo!!!!

ASÍ QUE VAMOS A LA CHACHARA!!!

ADVERTENCIA: El capítulo a continuación coniene elementos inadecuados para menored de edad. Lenguaje explícito, sensual y vulgar serán utilizados. Se recomienda discreción. :3 

Capítulo 19: Investigations




El staff del tren trabajaba arduamente esa mañana, y no porque hubiesen tantos pasajeros (aunque en verdad habían muchos), pero en Mónaco habían grandes eventos para la juventud, y que muchos de ellos eran altamente concurridos por los jóvenes en temporadas vacacionales, muchos que descansaban del estrés de la universidad, el trabajo y actividades extracurriculares.

Pero un vagón fue exclusivamente reservado para dos personas, y las mismas reían de una forma tan atractiva que el staff se sentía atraída.

-No puedo creer que usted haya sido capaz de decir algo así.

-No me vi de otra. Era eso, o joderme el trasero.

Asami Ryuichi no podía estar más que impresionado ante las anécdotas narradas por su compañero viajero mientras compartían un gran desayuno americano completo y de lujo solamente para ellos, todo recién hecho y perfectamente bien servido; pero compartir un delicioso café cargado era lo primero, y entre historias lo disfrutaban al máximo.

-Es la primera vez que conozco a un jefe que le encante sentirse dentro de la acción. –Comenta Ryuichi con una bella sonrisa antes de llevarse un pedazo de tocino a la boca con ayuda de un cubierto de plata.

-Muchos dicen que: así son los jóvenes. Quienes aman estar en el centro de todo sin importar qué. –Comenta Jayden Miller luego de dejar su taza a un lado, disimulando como un medallista olímpico de oro en disimulo el hecho de estar derritiéndose delante de Asami por su magnífica sonrisa.

-Es un hecho; visto que usted ignora el riesgo y el peligro.

-Lo sé. Pero sería cobarde para mí enviar solamente a mis hombres. Aunque a mis tutores no les guste, siempre termino a la cabeza para guiarlos. Porque ese es el deber de un líder. –Responde y cierra sus ojos, para disfrutar de la armonía en la mezcla del huevo y el tocino.

-Es algo muy sabio.

-Lo aprendí cuando nadie confiaba en mí al tomar las riendas de los negocios.

-No confiaban en usted?

-Ni siquiera en mis habilidades. Los dos primeros años mis hombres y dos de mis tutores no confiaban en mí, y demostré que estaba apto para liderarlos acompañándolos en misiones muy arriesgadas. Los guiaba y hacía lo imposible para que ninguno quedase lesionado, y todos vuelvan a reunirse sanos y salvos con sus familiares y cercanos.

El hombre de ojos ámbar no puede quedar más que impresionado ante cada palabra que dictaba su compañero de viaje. Aún si él tenía mucha experiencia en el bajo mundo, este muchacho poseía lo que él no tenía. Aún si eran bastantemente diferentes en muchos aspectos, Jayden poseía el complemento para que él fuese alguien perfecto, así como lo pensaba al tener a Akihito como pareja al principio. El espíritu de aventura, de peligro y libertad que lo hacía desobedecer hasta la más diminuta y estúpida orden que le “imploraba” cumplir  a su forma. Este muchacho poseía casi mente esas mismas características, y que contrariamente a todo jefe de la mafia o clan, él en vez de comandar, estaba a la cabeza para guiar, mostrar, dirigir; una aptitud de valiente completamente pulida y que ganaba admiración no solamente suya, sino de sus hombres y sus alrededores.

Jayden, sin importar el riesgo o peligro quiere estar protegiendo a sus hombres más que a sí mismo, algo que es algo extraño, porque siempre los hombres estaban listos para morir por sus jefes si era necesario, pero al parecer estos hacían su trabajo a “mitad” porque por lo que entendió de Kirishima.

“Tratar de acabar con Jayden Miller era como un suicidio”.

Fue sorprendente que este mismo muchacho, quienes lo destacaban mucho por su “raro egocentrismo”, fuese quien diese el primer paso para invitarle a tomar el desayuno en su viaje, y quien lo fuese a buscar al hotel en donde estaba hospedado, dicho vehículo siendo conducido por él mismo. Acaso era una broma pesada o solamente era así con él para dar buena impresión? Pero estando frente a frente a él, el chico parecía muy natural, y aunque fuese lo más fijado posible para parecer normal, Ryuichi hubiera notado la falsedad. Pero no. Este muchacho es más puro que el agua, tan autentico como el sol por su brillo y tan honesto como un verdadero pastor.

Además, el muchacho era supremamente abierto con él, como si la confianza estuvo siempre ahí, entre ellos, y que se conocían desde siempre. Algo en el fondo le decía que esa era la realidad, que le conocía de algún lado, y algo en bloqueo le impedía descubrir. Cuando lo toca, siente esa corriente eléctrica que le hace temblar, tan lejana y tan cerca; el tacto era tibio, suave, tan delicado que tenía que tener cuidado de no hacerle mucha fuerza. Su mirada tan radiante y sonriente marcaba ese espíritu de joven aventurero que de alguna forma u otra le atraía, como si fuese eso que le atraía en verdad de alguien… Como si buscase una forma de apoderarse de esa libertad y querer someter…

Algo distinto de Akihito.

Si ambos estuvieran lado a lado serían como dos campos disparejos completamente opuestos. En su interior podía visualizarlos y podía notar que ninguno se llevaría bien. Akihito no tenía ese espíritu tan vivo como el otro, y cuando lo conoció este encontró en él ese gran espíritu de vida que se desapareció como el soplido del viento que viene y se va. Lo extrovertido, loco, juguetón, inocente e inmaduro se convirtió en su propia sombra: alguien peligroso, frío, y mandón como él. Tan calculador, amante a los negocios e inteligente que se preguntó… Cómo lo pudo influenciar tanto? Akihito se convirtió en él mismo sin dejar diferencia en cuanto a lo despiadado y maldito que él logra llegar a ser…

Migraña… Comenzaba a tener migraña…

Pero lo sabía disimular, y con solamente ver a este joven tan amoroso y hermoso disfrutar de un pedazo de manzana con los ojos cerrados; todo parecía calmarse y no sentir nada.

-Por cierto, Joven Miller… -Llama el ojo dorado.

-Por favor, llámeme solamente Jayden. Yo soy quien le debe respeto.

-Para nada, sintámonos en confianza para tutear.

-Entonces es un acuerdo. Tienes algo en qué preguntarme?

El mayor asiente. –Antes de preguntar, primeramente me disculpo enormemente por estar de observador y echar rápidamente un ojo a tus pertenencias personales. Pero vi que entre todas, llevabas dos Katanas con un símbolo de un clan Yakuza. Acaso es…

El chico le interrumpe. -El clan Arashikage*. –Dijo mientras bajaba su taza de té, la cual sostenía con ambas manos, y la dejó sobre la mesa. –No son exactamente un clan Yakuza, ya que no participan en actividades ilegales.

-Antes lo hacían.

-Más no ahora que su nuevo líder ascendió a la cabeza del clan. El clan ahora mismo gana grandes fortunas con sus prometedores estudiantes que quieren aprender el arte ninja,  algunos otros estilos de combate o el Kenjutsu.

-Dicen que vienen de todo el mundo.

-Uno de mis tutores me envió con ellos por un periodo de 6 meses para aprender.

-6?! –Eso dejó a Ryuichi casi mente que la mandíbula llegaría al suelo.

-Era eso, o ser horriblemente maltratado con entrenamientos espartanos.  Je je je je… je…. – “Maldito seas, Reborn” –pensó en sus adentros Jayden.

Ryuichi estaba más interesado en él, y eso era un punto a su favor. Tenía que atraerle lo suficiente.

-Qué te enseñaron tus 5 tutores?

-Los dos primeros tutores me instruyeron en lo más avanzado para tener mi doctorado en administración general, economía y finanzas. –Enumeró con dos de sus dedos, luego sacó un tercer dedo. –El tercero me entrenó en combates de cuerpo a cuerpo, utilización y mejo ración en técnica de armas de fuego. Puedo utilizar desde el arma más pequeña hasta el francotirador del más alto calibre para matar sin fallar ni un solo tiro. Al menos nunca he fallado en alguno. –Y sacó otro dedo. –El cuarto tutor me abrió las puertas al mundo de la mafia y las introducciones al bajo mundo. Me enseñó a calcular, a formar estrategias, planes. Me enseñó a crear alianzas así como a enemigos. Además, me instruyó a afinar mucho más mi puntería y me dio clases de anatomía avanzada, tener mejores técnicas de combate a cuerpo a cuerpo y mejorar mis defensas, resistencia con muchas técnicas algo… pocamente ortodoxas. –Sonrió con algo de gracia, para que después por fin pudiese sacar el último dedo. –El quinto tutor es la mujer que usted vio conmigo ayer: Elena Jackson. Ella fue mi maestra en etiqueta protocolo, lenguaje y comportamiento en situaciones distintas. Aprendí muchas cosas con ella, y se volvió como la única madre o amiga que no tengo.

Asami escuchó cada palabra y la guardó para sí mismo en lo más profundo de sus recuerdos. Su explicación fue concreta y a la vez simple, como si quería ser lo más explícito y directo posible, al mismo tiempo sentía como si había más información que de seguro descubriría día a día que conviviese con él. Aun así el muchacho con mirada enormemente dulce, sentía como si guardase un montón de misterios y duros momentos que lo obligaron a ser lo que hoy se ha convertido. Jayden parecía ser alguien muy claro, y sea cual sea su pasado, lo descubría.


-Sin duda eres una caja llena de sorpresas que descubriré poco a poco.

-Entonces que así sea….


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Touba – Senegal   - Mismo día – Misma hora.

A las afueras de la ciudad, justamente en el sótano principal de una propiedad privada que le correspondía al gran alcalde de la ciudad de Touba el señor Gorge Groma //Yo que sé si el apellido existe pero weno… es el mundo del fanfic, hasta el apellido mar verga pasa XD//, constituida de un montón de hectáreas, un largo artificial no muy lejos de la propiedad la misma cual parecía un castillo típico y cultural del país pero moderno a la vez, con sus múltiples y múltiples guardias de seguridad alrededor de la mansión. Los portones y rejas hechas de un hierro sumamente resistente y con sus cámaras las cuales vigilaban los alrededores de la propiedad las 24 horas 7 días a la semana.

Pero lo que nos interesaba ahora mismo era lo que sucedía en dicho sótano.

Un balde de agua helada con cubos de hielo fue lanzado abruptamente para despertar de su inconsciencia al maldito de Afghaa Makein, recientemente secuestro por Reborn y sus hombres, tal y como su jefe le había pedido. Por qué justamente hasta Senegal? Según Jayden, este maldito tenía unos cuantos asuntos los cuales arreglar con el líder de la mafia de Senegal, quien justamente era George, mirando con puro odio al susodicho atado a una silla con una sonrisa de cinismo y victoria porque por fin podría cumplir su tan deseada venganza.

-Hasta que despiertas, princesa. –Exclama contento el de fedora recostado sobre una mesa de metal, frente a frente a Makein, y justamente detrás estaba George.

Makein tose y abre lentamente los ojos, para observar a su secuestrador, quien no logró identificarlo al principio, y que ahora que sabe quién es, sonrió con sorna. –Con que ya veo… Tú eres Reborn D’Arcobaleno. El cuarto tutor del asqueroso americano Jayden Miller.

-Demonios! Para estar en esta situación te imaginaba cargándote del miedo, pero es genial que tengas agallas, muchos terminan con un ataque de epilepsia cuando me ven. –Comentó con gracia Reborn mientras se encogía de hombros y rodaba los ojos.

-Ustedes los Asami son un clan de malditos hijo de puta.

-Somos tan hijos de puta que te pones de nervios al vernos, verdad? –Preguntó y tomó una de sus armas para cargarla.

El sonido hizo eco en aquel espacioso y oscuro sótano que era iluminado por tenues bombillas, y Makein por un momento sintió temor.

-Qué es lo que quieres?

-Tengo unas preguntas que hacerte antes de librarte completamente a mi socio que se encuentra detrás. –Y Volteó para verlo. –Por cierto, le agradezco enormemente que me prestase su sótano.

-Con todos los placeres del mundo, señor Arcobaleno. –Respondió sonriente el otro, ansioso por la vista.

Con las autorizaciones en manos, Reborn se pondría a la acción.

-Bien, maldito raspado. Empecemos con esto.

Su sonrisa era tan atractiva, tan misteriosa y tan aterradora que por un segundo, Makein supo que esta sería la última vez en la que respiraría con normalidad. Porque luego… El dolor sería algo inexplicable.

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Club Shion – Toyko Japón – Mismo día – 19:36 (Recuerden el cambio de horario)

-MALDICIÓN!!!! –Gritó Erick mientras extrañaba un vaso de wiskis contra la pared de la oficina de su esposo con toda la ira posible.

Tres de los hombres presentes en aquella sala tambalearon de miedo por un segundo al ver la ira de los ojos del chico, que durante estos últimos días parecía una bomba atómica que no paraba de enviar secuelas de furiosas explosiones en cualquier lugar al recibir todas esas mañas noticias.
Pero Marcus Diésel al parecer ya se había acostumbrado y no parecía sorprendido de nada; al contrario, estaba tan tranquilo que en vez de reaccionar, solo mandó a uno de los demás a buscar a alguien para limpiar el desastre y tomar asiento después. Erick explotaba por cada mala noticia, porque el plan y el control se le estaban yendo a la fregada por cada cosa.

-Y UNA MIERDA!!!!

-Te dije que tenías que preocuparte, imbécil.

-No me lo recuerdes, maldito idiota. Resulta que en esa maldita reunión en Francia estaba ese asqueroso de Jayden Miller junto a su asistente y que el bastardo de Asami y él se lograron conocer, hablaron y se llevaron bien!?

-Según nuestro informante, ese es el caso. Los dos reían y parecían muy cómplices en la reunión.

-Y de que era la maldita reunión, joder?!

-No tengo idea. –Negó Marcus mientras miraba un folder. –El informante no tuvo acceso a la sala, pero al parecer las cosas se pusieron tensas ahí dentro, ya que hubieron algunas discusiones entre los invitados y el ambiente  era muy errado. 

-Y luego?! No sabes si esos malditos hablaban de algo?

-Según lo que vio mi informante, los dos se intercambiaron números telefónicos, correo y algunas otras cosas.

Lo peor de la cosa era…

-Y no supiste a donde fueron?

-Desaparecieron de Paris sin dejar rastro. No supe lo que pasó, pero al parecer ellos andan juntos en algo, porque Kirishima se regresa a Japón para atender sus asuntos en su lugar, completamente solo.

-Solo? Cómo que solo?  -Empezó a hiperventilar

-Sí señor. –Marcus respondió bromista y se puso de pie a prisa porque Erick detrás del escritorio tendría un ataque de histeria.

-Y no avisó a nadie? –La cosa empeoraba

-Solo Kirishima sabe su paradero. Enviamos unos hombres nuestros a Francia para averiguar a dónde se han marchado, pero ahora mismo no tenemos idea de a donde se han ido ni él, ni Jayden Miller junto a su tutora y asistente.

Esa mala noticia fue una nueva explosión para que el ordenador de Ryuichi pagara los platos rotos y todos salieron corriendo de ahí para buscar personal en informática, limpieza y cambio de muebles que sean iguales, para que él no levantase ninguna sospecha (como siempre) sobre todos estos desastres que estaba haciendo el chico. 

De otro lado, dos hombres entraban con órdenes directas de Kirishima al pent-house de Asami Ryuichi y sacaban de ahí una caja llena de medicamentos para la “migraña” de su jefe, para ser reemplazadas por nuevos medicamentos para calmar la migraña sin efectos segundarios…

Kirishima había cumplido con la primera parte del plan, y el resto sería una larga aventura que quedaría en manos de Jayden, quien no perdería el tiempo, y recuperaría a su esposo.

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Gare de Lyon – Mismo momento – 10:36

El viaje fue interrumpido momentáneamente por un hombre que incumplía las normas del reglamento interior del tren, por lo que las fuerzas del orden nacional tuvieron que acudir e intervenir para poder arreglar el asunto y poder satisfacer las necesidades de sus pasajeros sin tener a los mismos quejándose de las malas actitudes de esos que hacen tonterías como la de fumar o drogarse en los vagones.

En el vagón privado de Jayden y Ryuichi, las cosas estaban en calma y ambos caballeros estaban trabajando en sus investigaciones producto al caso del robo de los cargamentos. Al parecer, los dos parecían buscar nuevas claves, porque Giovanny y sus socios habían enviado un gran número de casos parecidos a los de este robo, y la comisión de aliados los eligió como “detectives”.

Sinceramente Ryuichi iba a estar en contra de eso, volvería a Japón y se concentraría en sus propios problemas personales y que se encargaran ellos mismos de sus idioteces. Pero, Jayden parecía muy interesado y con gusto aceptó las tareas, y este con todas estas ganas de conocerlo y saber sus misterios escondidos, este le seguiría como fiel compañero. Kirishima le había dicho de tomar esos casos como “ligeras vacaciones” y así podría descansar de tanto trabajo que tenía, mientras él se hacía cargo de todo lo demás en Japón.

Él se negó al principio, pero la insistencia de Kirishima lo estaba sacando de sus casillas, y al final si no antes explotar, aceptó. Pero lo hizo al escucharlo decir “El joven Jayden Miller estaría decepcionado si usted no le acompañase, así poder tener tiempo de calidad con usted… Ahora forma parte de su familia”.

Sinceramente odiaba que su asistente tuviese la razón en eso, pero al final este tuvo que aceptar e ir con él y dejarle a su fiel amigo todo el trabajo. En lo personal, tampoco quería dejar a Akihito solo también, sin embargo… Su relación con él estaba un poco trastornada y algo degradada con el paso del tiempo, y este empezaba  notar los cambios. Por el momento necesitaba algo de espacio para pensar y no contactar con él, así podría aclarar sus sentimientos y todas sus brumas interiores.

Otra cosa que le molestaba, era que Jayden Miller le había insistido en que el trabajo lo harían entre ellos y no necesitaban hombres, al menos no los suyos por el momento, mientras que los de él estaban al tanto y preparados para cualquier tipo de intervención forzosa. Era como si él quisiera hacer todo y él no podría estar a la cabeza por igual, pero el muchacho fue comprehensivo y le dijo que mantenga a un grupo de 20 hombres sumamente buenos y discretos preparados para ir a donde sea que ellos fueran como simples sombras, sin llamar la atención de nadie, ni siquiera de su propio clan ni de Akihito. El oji metálico le había dicho que no quería llamar la atención de absolutamente nadie ni nada, así actuar con cautela y descubrir quién estaba al mando de todas estas barbarías.

Ahora, en el tren él no empezaba a sentirse nada bien interiormente… Su estómago daba vueltas y empezaba a sentirse pálido. Él usualmente jamás enfermaba y aún enfermo iba al trabajo sí o sí; pero en esos instantes, su panza no le decía lo mismo y al parecer, Jayden Miller lo notó.

El muchacho paró de teclear en su laptop, y quitando su hermosa vista de la pantalla le observó preocupado. –Está seguro que está bien? Es la octava vez que le siento quejarse.

Jayden no pasaba nada por desapercibido, y al parecer, este chico le estaba analizando a fondo cada gesto o mueca.

-No puedo mentirte, pero me duele un poco el estómago, pero no es nada. Quizá algo en el desayuno no me hizo bien.

El chico asintió y fue en busca de su portafolio entre los maleteros exclusivos para ellos, encontrando un envase metálico con decoraciones de mariposas color azul marino muy brillantes, con el fondo del envase de aluminio en negro brillante. Eso parecía algo inmaduro, pero muy lindo. Pero al ver que se acercó a él y cogió una taza limpia, le sirvió un líquido anaranjado y el olor a naranja inundó sus fosas nasales.

-Tómese esto y luego quédese en los baños por unos momentos, vomitará todo lo que usted ha ingerido y también tengo una botella con agua energética* para que no tenga el estómago ni revuelto ni vacío.

-Es usted médico?

-La líder de la cocina de mi hogar es quien se encarga de todos mis hombres al ser una ex médica, incluso es la “curandera” de la familia y prepara remedios para todo. Me pasa mucho lo de tener el estómago revuelto y el té de naranja con especias que hace es muy delicioso, pero le devolverá todo y ya no tendrá ese horrendo malestar estomacal. Tómelo. Yo lo bebo todas las mañanas y unas cuantas veces durante el día para tener energías.

Ryuichi solamente encarnó una de sus cejas, pero la sonrisa de Jayden parecía ser tan honesta y sincera que tendría que tomar el riesgo y aceptar.

-Muchas gracias, entonces. –Y tomó la taza adecuadamente con su mano derecha.

-Por favor.  Es un placer para mí poder ayudar.

El té estaba caliente, por lo que al parecer el envase era automático o electrónico, por lo que mantenía el líquido a la temperatura adecuada. Al final Ryuichi se lo tomó lentamente y el delicioso sabor se fundió en su boca y viajó directamente a su estómago.

Jayden dejó de mirarle una vez que se lo tomó y repuso sus ojos en su trabajo y comenzó a teclear de forma rápida, como todo normal. No había nada raro en el momento.

Hasta que unas inmensas ganas de vomitar todo habían aparecido, y empezó a respirar algo fuerte.

Jayden ni se inmutó y no paró su trabajo, pero una risilla que decía “te lo dije”, figuraba en su rostro.

-Vaya al baño. Asami-sama.

-Lo siento, por verme en tal estado.

-Usted es humano, no es nada malo verle enfermar o con malestares. –Su sonrisa era bella y su voz maravillosa… Cómo no ignorarle?

-Gracias. Ahora vuelvo. –Y a una velocidad moderada y algo graciosa para Jayden, se fue al baño y se encerró ahí.

1…. 2… 3 minutos pasaron y él solo.

-I’m sorry… Mister Ryuichi. –Dijo en su inglés normal el chico en un susurro, y discretamente volteó para confirmar que Ryuichi se había encerrado en el baño. Al hacerlo sonrió victorioso por su hazaña y cantó. –I Said, Ohh!, I’m Blindes by the ligths….*

Con sus canticos internos, y con Ryuichi fuera de su campo visual y sus cosas a la vista, rodeo su asiento para quedar en el lugar de su compañero y buscar entre sus cosas los 3 frascos de pastillas que tenía consigo. Y en la mesa estaban los tres frascos que reemplazarían los que se iban a robar. En su búsqueda, miraba atentamente a que la puerta no fuera desbloqueada por Asami y detuviera su búsqueda de los malditos frascos que no encontraba. No duró mucho al encontrarlos, verificarlos y sacarlos del porta folio de Ryuichi, antes de ser delicadamente reemplazados por aspirinas normales, y ser los calmantes de la “migraña de Ryuichi”.

Esa canción se volvió su danza, y danzando con su celular en manos y con la misma canción reproduciéndose, este fue a su asiento, guardó los frascos y le envió a Kirishima un mensaje en notificación de que la parte del plan de robo de los fármacos estaba hecho y que enviaría a investigarlas con unos profesionales para saber qué tenían los fármacos que Erick le había puesto a su esposo.  

Este se lamentaba internamente por haber metido laxantes en el desayuno de Asami, pero era necesario para robarle esos fármacos de una vez por todas. Una pequeña cantidad de aquel compuesto no hubiera sido suficiente como para mandar a Ryuichi al baño tan desesperadamente, por lo que este triplicó la cantidad mientras el staff preparaba el desayuno a ambos. Con la excusa fue de “necesito que ellos sepan qué cantidad de azúcar le echan a mi expreso para no arruinarlo” y llegando con el staff les pidió que echaran eso en el café del mayor. Obviamente ellos no aceptaron al principio, pero este les explicó que era por su bien y que tenía que quitarle algo que le enfermaba. Por lo que no muy convencidos, aceptaron de echarle el contenido a su taza y así poder enviar a Ryuichi fuera de su vista por lo menos por unos minutos.

Aún con su danza interna, este volvió al trabajo y con la canción en su cabeza siguió con lo suyo, mientras el pobre Ryuichi se vaciaba por dentro en el baño.

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Mónaco – Francia 14:23 

Una camioneta ya estaba lista para ambos Yakuza a unos metros de la estación de trenes y ambos ya estaban metiendo sus maletas. Estos eran pasado desapercibidos por la gente al pasar completamente vestidos de civiles, pero sus atractivos eran demasiado atrayentes, y la gente no dejaba de murmurar lo deliciosos que se veían. Ryuichi vestía elegante y a la vez casual… Por lo que hacía formal-informal. Tenía puesta una camisa azul clara con los últimos botones abiertos y las mangas estaban arremangadas, acompañado de unos vaqueros bien ajustados de color negro y un par de tenis elegantes color blanco que brillaban a lo lejos junto a su maleta y todas sus cosas; su cabello estaba bien peinado y arreglado como siempre, y teniendo consigo todos sus accesorios y entre ellos su anillo de casado.

Jayden miraba aquella sortija discretamente con mucha tristeza, porque él jamás se quitaba esa tan preciosa joya, ni siquiera para bañarse. Su anillo era simbólico y formaba parte de su esencia…

Cómo lo amaba.

Pero él tampoco era una excepción. El llevaba un polo azul marino bastante pegado al cuerpo, por lo que podrían dibujarse sus pectorales y las mangas cortas parecían dibujar cada línea de sus tonificados brazos. Sobre el polo estaba una chaqueta gris abierta y con las mangas hasta  las muñecas, exponiendo un hermoso rolex brillante que se veía viejo pero bastante precioso (Rolex que Asami no paraba de observar), acompañado de un jogging gris bastante cómodo y suave; incluso él llevaba tenis blancos como Ryuichi. Su cabello tan rebelde y vivo, y unas hermosas gafas de sol ocultaban la naturaleza de sus ojos metálicos. 

Ryuichi no paraba de mirar ese reloj discretamente, como si ya lo había visto en algún lugar.

Migraña... Otra vez la migraña…

Y las nanceas tampoco ayudaban con el problema, por lo que estaba mareado, y el menor pudo notarlo.

Él abrió la cajuela del auto y la dejó así, por lo que acudió en rescate del mayor, quien se sostenía de su maleta.

-El sol no va a ayudarle y no está haciendo frío. Entre al auto.

-No. Voy a conducir. Ya has hecho mucho hoy por mí.

-Ni hablar. –Negó rotundamente.

-Estoy bien.

-Se va a ir en vómitos otra vez, por favor. Hágame caso.

-Dije que estoy bien Jayden, no insistas.

Jayden por un momento había olvidado que Ryuichi era más terco que una mula, y juraría que ambos estarían en competición para ver quien ganaba en saber cuál de los dos sería el más terco. Suspiró, y por lo menos tomó las cosas de su compañero y las metió en la cajuela; más no logró que Ryuichi fuera hacia la parte delantera y tomara asiento en el asiento del conductor.

Cerró la cajuela y suspiró pesadamente. Ryuichi estaba muy débil y falta de líquidos por haber expulsado todo.

“Creo que me pasé con él” Pensó, y suspiró nuevamente para tratar de convencerle.

Sin ser ni lento ni perezoso, fue y antes de que el mayor cerrara la puerta, este le detuvo.

-Insisto en que usted no está bien, y no quiero que tengamos un accidente y luego me acusen de irresponsable. Su asistente no va a quererme si algo le pasa.

-Estoy bien, y tú necesitas descanso.

-Soy joven, Asami-sama. –Comenta algo ofendido.

-Me estás llamando anciano? –Ahora el ofendido era él.

-No! Dios mío. –Exclama nervioso. –Pero estoy preocupado por usted. Ha vomitado en todo el resto del viaje hasta aquí: está deshidratado, está cansado. Por favor.

-No.

-Por favor… -Insiste nuevamente. 

Ryuichi no iba a bajar la guardia, pero al parecer; la cautivadora y radiante mirada del menor, parecía llevarle la contraria.

-De verdad, insisto en que usted descanse, tome suficiente agua y vamos al hotel que he reservado.

-No. Es mejor ir al puerto de una vez por todas y luego descansaremos.

Suspiró, tendría que jugárselas.

-Hagamos esto entonces. Me deja conducir hasta el puerto de Mónaco mientras usted recupera energías y camino al hotel usted con más juicio va a conducir.

-Estás tratando de chantajearme?

-No tengo otra opción. Porque no nos moveremos de aquí sin que yo tenga las manos en ese volante.

Ryuichi respiró profundo, y su mirada de miel se centró en observar aquel volante con el símbolo de Porsche en el medio. Pero lo que más le sorprendió, era que la mano izquierda (la cual estaba sobre el volante) fuera tocada por la mano derecha ajena, regalando una suave y dulce caricia, luego de apretarla un poco para dar reconfort y calor. Aquel gesto le sorprendió, pro se sintió tan bien que no quiso que esa mano se despegara, y cuando miró a Jayden nuevamente se sorprendió aún más al ver la tan hermosa mirada que él le estaba dando, y sintió muy en el fondo, su corazón latir por el muchacho.

Se sintió nervioso por unos segundos, y la insistencia de él, empezó a darle migraña y calor al mismo tiempo.

La migraña aumenta… Aumenta maldición…

-Por favor, déjeme hacerlo en lo que usted repone energías.

No tenía otra alternativa.

-Tú ganas. –Se rindió, Y Jayden sonrió victorioso.

-Muchísimas gracias, ahora déjeme ayudarle.

Ryuichi no se negaría. Quería seguir sintiendo su cálido tacto por unos segundos. Por lo que asintiendo aceptó, y se dejó ayudar del menor para bajar y caminar apoyado del mismo Jayden hacia el asiento del copiloto. El tacto del chico era suave y delicado. Su perfume se le hacía conocido y algo familiar, pero la migraña era demasiado grande como para recordar y encontrar la respuesta deseada, pero estaba satisfecho con la compañía del él.

Sus sentimientos parecían mezclarse. Él empezaba a confundirse.

Migraña…. Maldita migraña…

Jayden abrió como pudo la puerta del copiloto y lo ayudó a instalarse. Incluso él le pidió sus portafolios para sacar sus pastillas y con la botella de agua que el menor le había dado, este se las tomó rápidamente, obviamente siendo claramente seguido con la mirada por parte del más joven.

“Sin chistar y sin darse cuenta. Al parecer Erick disfrazado de Akihito lo ha vuelto más vulnerable y menos atento. Ni siquiera notó la ligera pigmentación menor en las píldoras” –Pensó Jayden con una sonrisa comprehensiva.  –Bueno. Ahora sí nos vamos. –Y cerró la puerta del copiloto para rodear el auto y subirse, cerrar la puerta, atarse, encender el vehículo y por fin irse de ahí.

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Dos horas después.

Corcica Ferris Nice. – Nice – Francia


Ryuichi estaba puesto como si nada en la mañana hubiese pasado, con el típico porte de Asami Ryuichi, hecho y derecho; quien salía del asiento del copiloto junto a Jayden al famoso puerto marítimo, una vía en ferry para esos que viajaban a la isla de Corsa en barco junto a su autos, camiones y mercancía las cuales podían ser movilizadas por un muy buen precio. Un sitio normal, donde podría pensarse que las vagabunderías más absurdas nunca podrían ocurrir… Lo que es obviamente una mentira.

Ryuichi tenía su teléfono y una botella de agua energizante con sabor a fresa en las manos. Con Akihito había tomado cierto aprecio a la frutilla en algunas cosas, y con el agua al parecer el gusto no era tan desagradable; más este le observó charlar por teléfono mientras buscaba algo definido sin saber lo que era. Los mareos eran tan violentos que no logró concentrarse bien en el camino en cuanto a las discusiones que tenía el joven americano en francés. Obviamente sabía el idioma, pero se sentía tan fatal que no logró descifrar ni traducir nada. Ahora se sentía perdido, mientras el menor hacía de las suyas.

-Je pense que le gars doit se cacher par ici. Mais ne vous inquiétez pas. Je vais le trouver tard ou tôt. Merci pour votre aide, car vous m’aviez donné tout ce que j’ai besoin. Merci et au revoir. (Pienso que ese tipo se está escondiendo por aquí. Pero no se preocupe. Lo voy a encontrar tarde o temprano. Gracias por su ayuda, ya que usted me ha dado todo lo que necesito en manos. Gracias y Adiós.) –En su perfecto francés colgó el teléfono y miró hasta algunas edificaciones del puerto en busca de algo desconocido para Asami, más este no se quedaría en la ignorancia por lo que se le acercó a él y le preguntó.

-Con quién hablabas?

-No prestó atención, Asami-sama? –Preguntó con una ligera sonrisa el menor.

-Lo siento mucho, me sentía mareado y no pude seguir el filo de tu conversación telefónica por mucho tiempo.

-No se preocupe. Pero le mantendré al tanto. –Dijo para invitarle a caminar y adentrarse al puerto, así adentrarse a las instalaciones de la administración junto al mayor. –Al parecer, nuestro ladrón quiso ser escurridizo a la hora de traernos nuestro paquete.

-Qué quieres decir?

-Los ladrones se repartieron los contenedores. Al primer contenedor se lo llevaron por el norte y el otro se lo llevaron en este puerto. Pero primero, el paquete que se marchó por este puerto llegó a la ciudad de Mónaco y para evitar toda sospecha de barco de carga en los puertos, decidieron transportarlos desde aquí.

-Por qué separar los contenedores?

-Por precaución, supongo. Recuerde que ambos contenedores, son excesivamente grandes. Quien sea que los vea y los conozca puede sospechar.

-Si el otro contenedor se fue por el norte, los ingleses sospecharían.

-Pero no de sus propias embarcaciones. –Dijo, lo que desencajó a Ryuichi.

-Quieres decir que ellos saben de eso?

-No. –Negó. –Al parecer, nuestros enemigos están bien filtrados entre nosotros, por lo que quizá lograron subir el cargamento por alguno de los barcos franceses sin ser detectados o mucho menos avisados de su desaparición. Así que transportar esa parte sería a lo ciego y esta sería más elaborado sin llamar la atención.

-Ya veo. Entonces el cargamento partió de aquí.

-Mi socio me acaba de decir que sí. Al parecer el gerente de este lugar fue quien permitió la salida del barco y sabe a dónde se fue. –Comenta ansioso.

Asami entendió las siguientes acciones: Jayden guardó su celular y tras sus pantalones sacó un arma junto a un silenciador el cual comenzaba a preparar y a cargar. Él no tardó mucho en copiar la acción, y de su espalda baja sacó la suya y la cargó. Con el consentimiento de Jayden y el leve asentimiento de Ryuichi ambos avanzaron por el lugar en silencio.

El lugar era enorme, pero era sábado y el próximo Ferry se iría a las 18h camino a la isla de Corsica en dirección de Bastia, por lo que el personal no estaba recorriendo el sitio a esa hora; incluso, las cámaras estaban desactivadas y no había forma de ser descubiertos.

Los dos iban pegados a las paredes de cada edificio, caminando con sigilo, vigilando de izquierda a derecha con miradas llenas de seriedad, frialdad y profesionalismo. Sus respiraciones estaban en coordinación para no llamar la atención y con rapidez llegaron a su objetivo.

Jayden iba delante, y detuvo sus pasos al escuchar gemidos de un joven del otro lado de la pared y unos cuantos gruñidos de otro hombre; en la cual ambos estaban escondidos. Se lo hizo a saber a Ryuichi con un intercambio de señales con la mano y la mirada, a lo que él asintió y rodeó a Jayden para esta vez quedar delante; el mismo asomó la cabeza para ver si había gente en los alrededores. Con luz verde para interceptar al hombre dentro de aquella pequeña oficina con solamente una ventana, los dos avanzaron y rodearon la puerta quedando lado a lado a esta, posicionados y listos para disparar si fuera necesario.

Los ruidos de dentro hicieron que el menor sintiera asco y ganas de entrarle balazos al tipo, incluso con los gritos en francés que ambos entendieron sin problemas, la rabia de Jayden aumentaba, y eso Ryuichi lo notaba a mares.

-C’est bien, petasse. Bouge bien ce cul! (Bien ahi, puta. Mueve bien ese culo!) –Se escuchó una voz del mayor que de seguro andaba en sus 50.

-Lâchez-moi s’il vous plaît ! Laissez-moi partir ! J’ai trop ma… AGH!!! (Suélteme por favor! Déjeme ir- Me duele Ah !) –La voz del más joven había hecho temblar al doncel, quien dejó escapar un suspiro producto a toda la negatividad y rabia que estaba sintiendo en su interior; porque por fin entendió lo que sucedía ahí dentro:

Un acto de violación.

Jayden apretaba los dientes con una ira que apenas lograba controlar, porque de seguro ese pobre muchacho estaba pasando la experiencia la más horrible de su vida producto a un maldito asqueroso que cree ser hombre, pero abusa de un menor de seguro. No tenían ni idea de quién era el menor, pero de seguro era un pobre chico de menor edad y que quizá fue raptado.

Últimamente en Francia, había un tráfico ilegal de donceles. Muchos eran jóvenes estudiantes vírgenes, sin pareja y con algunos casos particulares como ser chicos sin familia, solteros, sin hijos ni pareja ni un hogar estable. Muchos eran inmigrantes o extranjeros con visa válida en el país o algún otro país perteneciente a la unión europea. Giovanny y su gente hacían lo posible para detener estas barbaridades, pero quizá sus planes escapaban de algunos puntos ciegos, y ese chiquillo era un vivo ejemplo de ello.

A Jayden le hervía la sangre el tráfico de donceles y Ryuichi al parecer lo había notado. 

El mayor le hizo señas al menor para decirle que entrara primero para interceptar a su objetivo y que él rescatase al más joven para salvarle; él aceptó sin quejarse y con los dedos hizo una cuenta de tres. Así fue como pateó fuertemente la puerta para romperla y poder pasar armado.

El hombre de unos 45 años se sorprendió, y el menor chilló por ayuda; sin embargo el anciano logró salirse del interior del menor que estaba mal herido y con muchas señas de violación como mordías salvajes, chupetones rasguños. Incluso tenía una herida de bala no tratada. Era un lampiño muy bonito con el cabello casi mente blanco, sus ojos estaban llorosos y tenía un moretón fuerte y de un claro morado en la mejilla derecha. 

-Alto ahí cabrón! –Rugió Ryuichi, pero el señor había logrado tomar una pistola de alto calibre y tomó violentamente al menor del cabello para que no escapase de su agarre y terminar con el arma apuntándole en la cabeza.

-Qui vous-êtez?!!!(Quienes son ustedes?!!!!)–Gritó el tipo.

-Lâche le gars! (Suelta al muchacho!) –Gritó Jayden molesto mientras le apuntaba justamente en la frente a su distancia.

-Vous essayez quelque chose et je lui fait voler la tête a cette petasse (Intentan algo y le vuelo la cabeza a esta zorra!)

-Tu lui faits du mal encore et tu vas te doucher de ta propre sang… Salaud (Lo lastimas de nuevo y te bañarás de tu propia sangre, maldito!)

-Cette petasse ne vaut pas la peine! Elle seulement sert pour ouvrire ses ja,bes et laisser que toutes les pénis du monde rentrer dans son sal cul ! (Esta perra no vale la pena! Solo sirve para tener las piernas abiertas y dejar que todos los penes del mundo profanen su asqueroso trasero.)

-S’il vous plaît… Lâchez… (Por favor… Suelte...)

-TAIS TOI!!!! (CALLATE!) –Y le tira fuertemente del cabello, maltratándole aún más.

-C’est un avertissement… Je vais remplir ton corps de trous si tu ne le lâche pas. (Te lo advierto… Te voy a llenar el cuerpo de agujeros si no lo sueltas.)

-Allez vous faire foutre!!! (Me vale un bledo!)

Ryuichi miró al más chico con un poco de preocupación, porque de sus piernas desnudas la sangre escurría, podía notar su palidez y la poca energía que tenía se iba yendo.

-Du Calme, petit. On va te libérer… Respire. (Tranquilo, chico. Te vamos a liberar… Respira.)

-J’AI DEMANDE QUI VOUS ETES??!!! (PREGUNTÉ QUE QUIENES SON USTEDES?!)

Jayden apretó los dientes y miró levemente a Ryuichi, y el mismo le devolvió la mirada. El hombre estaba nervioso y su mano temblaba ligeramente, por lo que sus sentidos no estaban totalmente centrados y tenía algo de miedo de ambos Yakuza. El menor necesitaba atención de urgencia. No podían perder el tiempo.

-Je te l’ai adverti… Lâche le jeune-homme et on parlera avec tranquilité (Te lo advertí…. Suelta al chico y hablaremos con “tranquilidad”)

-A moi ça me vaut une merde! Personne ne m’arrachera ma pute.  (Me vale verga! Nadie me quitará a mi puta.)

-C’est dommage (Qué lástima). –Y Ryuichi le disparó directamente al muslo derecho para estabilizarlo y lo consiguió, porque su grito fue tan aterrador que soltó el arma para atrapar por reflejo su pierna, así que Jayden aprovechó y corrió en salvación del menor que no podía moverse por el dolor y el shock por lo que lo atrajo de regreso en sus brazos y lo alejó de su alcance, quedando detrás de Ryuichi. –Yo me encargo del anciano. Llévate al chico al auto y dale primeros auxilios.

-Entiendo. –Asintió y guardó el arma, y por consecuente se quitó su chaqueta y cubrió un poco al menor con ella. Luego a paso lento se retiró con el joven doncel.

Ryuichi con el arma aún cargada, apuntó al viejo decrépito que se retorcía de dolor en el piso.

-Je te l’ai adverti pourtant (Te lo advertí.)

-Fils de pute. (Hijo de puta.)

Y Ryuichi le disparó en la otra, no molesto por el insulto, pero porque aún tenía coraje por lo que le hizo al menor y por la reacción de horror hecha por el Jayden. Esa era la verdadera razón de su enfado. Jayden pareció horripilado y en cuestión de segundos pareció recobrar la compostura. La ira invadió su cuerpo sin saberlo, porque tenían solo un día de haberse conocido, pero su corazón le decía otra cosa y no sabía lo que era… Sintió un ultrajo en su alma al ver ese rostro… Y eso lo hizo enfurecerse aún más.

El hombre volvió a gritar como una bestia por el dolor y Asami sintió placer en esos momentos.

-(Sale… Salteé… (Mal… Maldito.)

-Merci pour le compliment. Je peux tirer dans tes testicules si je veux pour les exploser, mais avant cela j’ai besoin de savoir quelque chose de très important que tu sais. (Gracias por el cumplido. Puedo dispararte en la polla si quiero para explotártela, pero antes de eso necesito saber algo muy importante que tú sabes.)

-Saches qu’ils vont te tuer une fois en courant. (Sabes que te van a matar cuando se enteren.)

Ryuichi sonrió complacido, y con su zapato deportivo ahorcó al hombre.

-Soyez un bon Monsieur et dites-moi quelque chose (Se buen señor. Y dime algo). –De su bolsillo sacó su celular y le enseñó al hombre que tomaba otro color por la asfixia. -Où est-il parti cet conteneur? (Hacia dónde partió este contenedor?)

-J’e..n sais.. (No… S-Sé…  AGH!!!) –Ryuichi le pisó con más fuerza.

-Tu as dit quoi? J’ai pas compris votre réponse (Qué dices? No entendí lo que acababas de responderme.)

-Que... Ne… (Que… No… )-Ryuichi perdía la paciencia, le apuntó en las bolas.

-Tu ne vas plus jamais sentir le plaisir de baiser si tu ne me dite spas où est parti le putain de conteneur! (No vas a volver a saber lo que sentirá follar si no me dices por dónde partió el maldito contenedor.)

El hombre se puso azul, aparte de sentirse sin oxígeno, también tenía miedo. Mucho miedo a decir verdad por varias cosas: Por este tipo, por el arma apuntándole, por él mismo ahorcándole con el pie y por sus superiores los cuales le amenazaron con matarle si no guardaba el secreto, pero su cabeza estaba fallándole y sus instintos tomaban poco a poco el terreno en sus sentidos. Asami lo disfrutaba, pero la paciencia se le estaba agotando, así que le apuntó en las bolas y el sonido del arma hizo un eco en la cabeza del regordete, en verdad le iba a disparar.

-Je vois que tu ne veux plus savoir de ton pénis… (Veo que ya no querrás saber de tu pene….)

-ATTENDE…. (ESPE…)–Y Ryuichi disparó justamente hasta sus partes genitales.

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Nota: Aquí se hablara portugués. Y como no domino ese idioma, será completamente en español.

Jayden se estaba desesperando, más su concentración estaba más en el muchacho el cual le daba primeros auxilios. Agradeció de llevar entre sus cosas un maletín de primeros auxilios. Lo tenía siempre consigo por si se lastimaba en alguna situación de peligro, o se vendaba las manos para cuando iba a luchar. Tenía de todo un poco, incluso hasta analgésicos, inyecciones y demás.

El muchacho estaba dentro del asiento trasero del auto, acostado de un lado mientras temblaba por el shock, el dolor y por el frío al estar desnudo. Por suerte estaba consciente y despierto pero sabía que no tardaría mucho a perder la consciencia.

Tenía que entretenerlo.

-Cómo te llamas?

-Da… David –Respondió muy bajo, pero lo suficiente para que el otro entendiera.

-De dónde eres?

-Del centro de Brasilia, en Brasil.

-Qué edad tienes?

-23.

-Viniste desde Brasil? –Jayden lo volteó un poco para que quedase boca abajo y lograra abrir un poco las piernas para verle la entrada.

-No. Mgnh… -Y se quejó. –Vivía en Paris por mis… Estudios.

-Universitario?

-Estudio letras en la universidad de la Sorbonne.

-Qué quieres ser? –Y se puso guantes en látex para verle más profundo.

-Abogado… Mi familia tiene una gran generación de famosos abogados.

 

Jayden sonrió y luego volvió a abrirle las nalgas con cuidado.

-Tranquilo. –Dijo rápido al sentir al chico tensarse asustado. –Voy a revisarte para ver si no tienes algún desgarre o hemorragia cual atender con urgencia. Te propinaré analgésicos y luego podré ponerte alguna de mis prendas, para que descanses.

-Me duele…

-Tranquilo, seré cuidadoso. 

-Eres médico?

-No. –Respondió divertido.

-Pareces uno.

-Me entrenaron para muchas cosas. Y puedo dar primeros auxilios y unos cuantos diagnósticos médicos.

-Impresionante.

Jayden respiró profundo, cerró los ojos dijo “Operation X” y al abrir los ojos nuevamente, las hermosas pupilas oscuras tomaron otro pigmento más claro, más brillante e irreal y como el menor no podía ver este podía revelar su secreto de visualidad.

Un arma: ojos digitales.

Este podía analizar, ver y poder identificar todo su interior con gran ayuda de la luz solar y agradecía que no había absolutamente nadie en los alrededores.

-Tienes algunos desgarres…. Nada que  unos analgésicos y un merecido descanso no arreglen. Son muy recientes y con lo que te hizo ese maldito es normal que se irriten y provoquen más dolor.

-Quiero un baño. Hace mucho que no tomo uno. –Respondió ronco el chico, sintiendo sus fuerzas marcharse.

-Cuanto…?

-Más de 48 días… Perdí la cuenta después de ese número.

Jayden entendió y no preguntó nada más.

-Ya estás a salvo…

-Volverán a buscarme. Ese hombre me compró.

-En dónde?

-No sé bien. Una subasta.

El chico gruñó por la ira.

-No sé nada de mi familia ni mi vida. Para todos de seguro estoy muerto.

-Tranquilo. Por ahora solo cálmate, y luego veremos qué hacer.

Jayden se sintió muy mal por el muchacho, se sintió identificado con el de alguna u otra forma y la opresión en el corazón era grande y respirar le era pesado, pero continuó su trabajo en meter los dedos, abrir su entrada irritada aún si tenía quejar y gemidos dolorosos del otro, pero sus ojos seguían dictándole y acercándose para determinar si habían otros desastres más que necesiten atención de un verdadero médico.

Por un momento volteó la cabeza y se preguntó si Ryuichi lo mató. Esperaba que al menos le hubiera sacado información.

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El hombre temblaba, sudando como cerdo, respirando entrecortadamente por el shock, el dolor y el terror que sentía por ese hombre que tenía sobre él. El oxígeno era limitado y se le agotaba con el transcurso de los segundos.

La bala había sido disparada a unos cuantos centímetros de distancia de sus pantalones, muy cerca de la pelvis. Entre las piernas para ser más preciso, y la sonrisa del yakuza era una de satisfacción.

-Oh? Tu as décidé de parler? Tu as bien fait. Tu as la chance de ma considération. J’aurai déjà les exploser. Pour la prochaine fois tu n’auras plus la même chance.  (Oh? Decidiste querer hablar? Has hecho bien. Tienes suerte de mi consideración. Te las hubiera explotado a no ser que no hablaras. Para la próxima no tendrás la misma suerte). –Dijo con una sonrisa llena de satisfacción y superioridad. El hombre tuvo aún más miedo. –Maintenant dits-moi. Où ils ont améné le conteneur. (Ahora dime. A dónde se llevaron el contenedor?)

-A dubai. Et c’est la seule chose que je dirai (A… A Dubái… Y eso es lo único que diré.)

Ryuichi se conformaría. De seguro con solamente saber eso, Jayden se pondría en marcha.

-Je vois que tu es Fidel. C’est admirable. Mais tu as lâchez ce qui m’intéresse de plus. (Veo que eres fiel. Es admirable. Pero ya soltaste lo que más me interesaba). –Y dejó por fin de pisarle, devolviéndole la autonomía de respirar de forma fuerte, aguda, dura, agitada, desesperada. Él le miró con pena ajena. –Merci. (Gracias.)

Y se alejó, dejando a ese asqueroso hombre en la agonía del dolor. Se aseguró que las balas dieran en puntos vitales que harían que él quedase inválido por el resto de su vida. Así no se follaría nunca a más a menores. Y salió de ahí.

Para cuando llegó al auto, un Jayden tranquilo estaba recostado del auto mirando al mar, sin prestar atención. Las puertas del vehículo estaban cerradas, más los vidrios estaban a medias, por lo que el chico rescatado estaba dentro. Volviendo con el peli azabache de cabellos rebeldemente peinados, su belleza destacaba en todo su esplendor.

Ryuichi estaba anonado. Pero tosió a propósito para llamar su atención.

-Asami-sama…

-Ryuichi para ti. –Dijo para rodear el vehículo y quedar a unos centímetros del hombre que tenía los brazos cruzados. Jayden se avergonzó un poco. –Cómo está?

-Muy agotado. Apenas terminé de revisarle se desmayó. –Le comentó. Y miró nuevamente a la bella ciudad del otro lado del agua. –Tiene desgarres internos y están muy irritados por las constantes violaciones. No ha comido bien, tampoco dormido. Por lo que necesita guardar mucho reposo.

-Llamaste a un profesional?

-Me comuniqué con Giovanny y él me recomendó uno que vendrá al hotel donde nos quedaremos esta noche para que lo revise bien y lo atienda correctamente. Solo le he dado primeros auxilios.

Ryuichi asintió y solamente se terminó por relajar y mirar igualmente el paisaje. Fueron unos instantes en puro silencio, antes de que él decidiera hablar nuevamente.

-Los contenedores están en Dubái.

-Te dijo quiénes?

-No. Pero lo averiguaremos. Mientras tanto hay que irnos de aquí y descansar.

Asami solamente asintió.

Se sorprendió cuando atrapó de improvisto y gran sorpresa una llave automática de un vehículo, no fue muy calculador para saber que eran las llaves del porche, y que Jayden se las lanzó. Le miró confuso.

-Se supone que te iba a volver a chantajear para que conduzca yo. Pero me gustaría ser copiloto y poder atender al muchacho camino al hotel. –Y se acerca a la puerta del copiloto. Asami no se mueve de su lugar. –No me digas que ya no quieres? Quedamos con que conducirías camino de vuelta.

Asami sonríe de una forma que, en los adentros del más bajo, juró que se le lanzaría de una sola vez.

-Eres alguien bastante sorpresivo.

-Aún no me conoces. Tienes todo el tiempo que quieras para saber quién soy. Aprovecha el bug. –Dijo en lenguaje moderno, guiñando un ojo. Andando!

El mayor sintió un flechazo, le devolvió otra sonrisa y desbloqueó las puertas del automóvil para rodearlo otra vez, abrir su puerta y subirse del lado del piloto. Jayden también se subió, se alistó, activó el GPS y estando listos se pusieron en marcha.

La misión sería súper divertida.


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1 – Clan Arashikage: De la película G & Joe. El clan entrena a jóvenes de todo el mundo en el arte ninja clásico. Si la han visto, entenderán un poco los entrenamientos de Jayden.

2 – Blinding Ligths: Es el coro de la canción de The Weeknd la cual Jayden bailó y cantó.

3 – Operation X: Es el único elemento ficticio que tendrá este fic. A medida de que avanzará el fic, estos ojos con un sistema electrónico dentro, jugarán un rol muy esencial en la trama que explicaré mediante los próximos capítulos. No habrá otras exageradas, solamente estas. El nombre del sistema es “White”, por lo que Jayden mencionará eso al vacío estando solo, y será contestado. Ya detallaré eso más tarde.


Notas finales:

Qué les pareció? Valió la pena la espera? Les recuerdo que muchas cosas se aclararán a medida de que avanza, muchos secretos serán revelados y las cosas estarán algo en cacahuate. Por lo que el asunto de Makein por ejemplo es algo vital en el enredo de esta historia la cual se descubrirán muchas más cosas. 

Sin más jóvenes, resenle a Diosito para tener tiempo para hacer un nuevo cap pronto. 

Espero ansiosa sus comentarios. Recuerden que ustedes son mi objeto de inspiración para hacerla. 

Bye bye!!!!


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