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Back in Black por Liesel Meninger

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Capítulo XI: Ámame... aunque sea efímeramente.


Llevó una mano a su rostro, cubriéndose de la luz solar que impactaba directamente en sus ojos, acurrucándose más a la fuente de calor que tenía en su espalda y, cerrando nuevamente los parpados, sin retirar la mano que lo protegía de la invasora claridad, se dispuso a dormir nuevamente. A pesar de la molesta luz, se sentía bien. Ese día se sentía liviano, como si todo el peso en sus hombros hubiese desaparecido, por lo cual trataba de aferrarse a aquella sensación. Pero, un suave suspiro, cerca de su oreja, provocó que sus parpados se levantaran nuevamente, segundos antes de que todos los recuerdos, de algunas horas atrás, inundaran su consciente. Lentamente, sus oídos se agudizaron, identificando claramente los acompasados latidos a su espalda, los cuales a hora contrastaban con los acelerados que daba su corazón como muestra de las sensaciones negativas que le invadían paulatinamente, entre ellas el temor. Queriendo comprobar que sus recuerdos, y el cuerpo detrás del suyo no eran parte de una cruel fantasía, bajó una de sus manos y, después de buscar sobre su propio cuerpo, encontró un brazo ajeno, que al ser levemente rozado por sus dedos afianzó el agarre que mantenía sobre su cuerpo, pegándolo más al cuerpo contrario.


Sin saber exactamente qué hacer, se quedó estático, sintiendo como el miedo se apoderaba cada vez más de su ser, producto de una duda; ¿qué pasaría si Peter se arrepentía de lo que habían hecho? En caso de que la situación se diera, no estaba seguro de que podría volver a verle... tendría que alejarse de él definitivamente. Probablemente se lo pediría directamente y sería para siempre.


Mordió su labio inferior, obligándose a no soltar ningún sonido. No debía dejarse llevar por las emociones de aflicción que le invadían. Él era un Osborn, por ende saldría con sus emociones y ego intacto. Cerró los ojos, apretando fuertemente sus parpados y se giró lentamente, sin salirse del abrazo, tratando de no despertarlo. Quería ver su rostro por última vez, antes de marcharse nuevamente de su vida. Permaneció en su posición por algunos segundos hasta que finalmente decidió abrir los ojos. Y se estremeció. Los ojos de Peter, mirándole directamente, le estremecieron, abochornándolo por todo lo acontecido. Sus orbes se veían más oscuros de lo que recordaba y su mirada era muy intensa, pesada, como si buscara traspasarle.


Por casi un minuto se quedó ahí, observándole, tratando de atrapar pequeñas porciones de oxigeno con cada gran inhalada que se veía obligado a realizar por la intensidad con que Peter le observaba. Cuando finalmente pudo reaccionar, le empujó con todas las fuerzas que sus temblorosos brazos pudieron aplicar, pero el cuerpo contrario no se movió ni un ápice de su lugar, o sus brazos disolvieron aquel contacto que, aunque era suave, le lastimaba.


Quería levantarse. Salir de esa habitación y no volverle a ver jamás, pero antes de que su cuerpo pudiera llevar a cabo todas las acciones que había planeado, Peter rompió el silencio reinante en la habitación.


—Lo siento, Harry... — se apresuró a decir, rompiéndolo nuevamente con aquella simple frase —, creo que no me comporte de forma racional. Las cosas no debieron... —ni siquiera era capaz de mirarlo a los ojos mientras hablaba. A los ojos de Harry, solo parecía concentrarse en formular aquella frase de rechazo, mientras nuevamente se negaba a aceptar lo que sucedía entre ambos —. Yo... nunca...


—No tienes que explicar nada; lo comprendo. No lo mencionaré jamás —dijo, con una calma que, incluso a él, le sorprendió—. Solo fue un incidente... sin importancia —se forzó en sonreírle. No quería que Peter se percatara de que estada roto, desecho, destruido y faltaba poco para que mostrara su más vergonzosa debilidad; dejar correr sus lágrimas—. Esto... nunca sucedió


Intentó levantarse, no deseando seguir escuchándole. Conocía a su mejor amigo. Peter seguiría tratando de disculparse, y él no podría seguir soportándolo sin derrumbarse.


Sin embargo, Peter no se lo permitió; apretó más su agarré, hundiendo su rostro en el hombro de Harry, acto que le sorprendió a este, provocando que se quedara estático en su lugar.


—¿Eso es lo que opinas de esto? —esperó en vano una respuesta que jamás llegó, pero no porque no supiera que contestar, simplemente no se atrevía a hacerlo—. No... es cierto... —dijo, sin dejar de esconder su rostro. Aferrándose a la idea de que Harry tampoco lo había olvidado —... No lo es... Para mí no lo fue. Podría utilizar cualquier excusa estúpida para justificarme, nuevamente, pero no lo haré. Hace dos días me dijiste...


—Peter —le interrumpió, retomando sus intentos por soltarse —, hace dos días tú lo llamaste de esa forma


Ante lo dicho, Peter se tensó, pero no deshizo su agarré.


—Soy un idiota, lo sé, puedes llamarme como quieras, pero... no vuelvas a dejarme... No vuelvas a irte, por favor —suplicó, sin dejar de abrazarlo, temiendo que si le soltaba se iría nuevamente de su lado —. Nunca deje de extrañarte... cada día lo hacía, a pesar de haber bloqueado algunos recuerdos, jamás deje de hacerlo —levantó el rostro, observándole —. No me arrepiento de lo que sucedió entre nosotros, y hace dos días te mentí porque no quería aceptar que... —aceptarlo, decirlo en voz alta, era complicado y sabía que se complicaría aún más cuando tuviera que contárselo a las personas a su alrededor, pero estaba dispuesto a enfrentar la situación —... me gustaba un hombre —le tomó el rostro entre sus manos, mirándole fijamente para que no quedara duda ante sus palabras, porque en los ojos de Harry observaba miedo y escepticismo —. De lo único que me arrepiento es de haberte dicho aquellas palabras que nacían de mi más profunda vergüenza. Lo que quise decir, antes, fue... —sonrió, visiblemente abochornado, al ser consciente de que Harry se burlaría por lo que diría —... que... yo nunca... —miró hacia el techo —... me había comportado de esa forma; tampoco había hecho algo por el estilo y mi forma de actuar me causa un poco de vergüenza, pero no me arrepiento de lo que sucedió entre nosotros —lo miró, observándole intensamente —, porque... lo deseaba —sus mejillas tenían un adorable rubor que colmó de ternura a Harry, por lo cual, con un poco de duda, se atrevió a hablar.


—En pocas palabras, jamás has mantenido relaciones sexuales —sonrió, alegrándose por el hecho de que sería el primero, en todo, en la vida de Peter. Solo le pertenecería a él.


Peter se incomodó ante esa afirmación. Gwen había sido su primera novia y nunca intentaron hacer cosas más allá de los besos, y con Harry solo llegó hasta donde la inocencia infantil les permitió, por lo cual, en menos de un mes, cumpliría veinte años y jamás había tenido sexo con absolutamente nadie.


—Supongo que... soy un fracasado —sonrió, tratando de disminuir lo vergonzoso de su frase, esperando algún comentario, o cualquier otra forma de burla, de parte de Harry, pero lo que jamás espero fue las manos de este obligándole a girar el rostro hacia él, recibiéndole con sus labios, en un roce dulce y casto.


—Siempre lo he sabido —dijo de forma suave, volviendo a besarlo nuevamente, compartiendo pequeñas caricias sobre sus labios hasta solo mirarse fijamente, acariciándose silenciosamente con sus miradas por algunos minutos, hasta que Peter unió nuevamente sus labios, en un beso que los dos deseaban y sus cuerpos anhelaban. Primero de forma suave, siguiendo los besos de Harry, sin pretender ir más allá de un inocente roce, pero, paulatinamente, los dos fueron intensificando el contacto, dando leves mordidas y succiones en los labios contrarios. Sus cuerpos deseaban concluir con lo que habían iniciado algunas horas atrás.


—Peter... —suspiró, pasando los brazos por el cuello del mencionado, cuando este, inconscientemente, cambió de posición, subiéndose sobre el cuerpo de Harry, apartando la sabana que levemente separaba sus pieles, provocándole un pequeño estremecimiento cuando eso sucedió.


Pero, casi inmediatamente, después de emitir un suspiro de frustración, se dejó caer a un lado, alejándose lo más que la diminuta cama le permitió.


— ¿Peter...? —buscó sus ojos, pero se rehusaba a mirarlo.


—Lo siento —dijo, con un tono levemente más grave —. Voy a ducharme —sin esperar respuesta, sostuvo la sabana e intento pasar sobre Harry, pero los brazos de este le retuvieron, sosteniéndole por el cuello, haciéndole caer y que se sostuviera de la cama para no lastimarlo.


Y sus miradas se encontraron.


Peter lo miraba... como Johnny, a veces, solía hacerlo. Y lo comprendió, fue consciente de lo que estaba sucediendo y, aunque lo avergonzara, él también lo deseaba.


—¿Tú... quieres... —sus mejillas se tornaron rosáceas, para su desagrado —... tocarme? —Johnny le había mencionado lo básico, y él tendría que indicárselo a Peter, porque si, ante aquella mirada, para su bochorno, se veía incapaz de dominarle de la forma que siempre había previsto—. Si es así... contigo, no importaría —se irguió un poco, besándole, tratando de esconderse de aquella mirada, y él no necesito escuchar más palabras, lentamente se dejó caer sobre el cuerpo contrario hasta que sus pieles se acariciaron nuevamente, encajando perfectamente, como fichas complementarias, entre las piernas que le recibían, aumentando la intensidad del beso, producto de su necesidad creciente.


Otro estremecimiento recorrió su cuerpo, cuando algo rozó su muslo derecho. Peter había reaccionado más rápidamente que él.


—Si no lo deseas —su tono de voz era aún más grave producto de la excitación, llamando la atención de Harry —, no es necesario —le acarició la mejilla izquierda, infundiéndole tranquilidad. Aunque su cuerpo le exigiera seguir, sentía temor; además de ser un inexperto en el tema, Harry era muy frágil y él poseía más fuerza de lo normal, y no estaba seguro de poder modular su fuerza en una situación de ese tipo.


—No es... eso... —el color rosáceo en sus mejillas se intensificó, transformándose a rojo —... yo... lo de-eseo —se maldijo mentalmente por haber tartamudeado, pero más lo hizo por lo que le confesaría a Peter —, pero...


Un sonido interrumpió su oración. Un toquido, seguido de una voz que ambos identificaron.


Peter se dio cuenta de su error; no había colocado el mecanismo que se activaba, bloqueando la puerta, cuando alguien movía el pomo de esta. Y, antes de que pudiera lanzar una telaraña, la puerta se abrió.


Todo sucedió en cámara lenta ante sus ojos. La sabana que le cubría el cuerpo fue jalada por el cuerpo contrario, hasta que ninguno de sus claros cabellos eran observables. Y una bandeja, con un sonido sordo, cayó al piso esparciendo algunos alimentos.


Su tía le observaba, con la boca ligeramente abierta y las manos en el aire, como si todavía sostuviera la bandeja.


—Puedo expli...


—¡Peter Parker, te espero abajo! —le cortó—. ¡Ahora! —y sin levantar la bandeja, salió de la habitación.


Suspiró cuando la puerta fue cerrada sin la suavidad habitual, demostrándole que su tía estaba verdaderamente enojada. Miró hacia abajo, encontrándose con la sabana que cubría a Harry.


—Ya se fue


Pero no descubrió su rostro. Había pasado la vergüenza más grande de su vida.


—Harry —tiró de la sabana de forma suave, descubriéndole el rostro, y sin poder evitarlo, lo besó. Parecía estar brotando sangre de su rostro por la intensidad del rubor que poseía—. No te preocupes... con la rapidez de tus movimientos, no pudo identificarte. Te moviste con mayor rapidez y agilidad que yo —bromeó, pero no logró que la expresión de Harry cambiara.


—A tu tía no le agradará —fue lo único que atinó a decir, mientras apretaba la sabana que le cubría la mitad del cuerpo. No quería que sus ilusiones concluyeran de esa forma. Tenía miedo de lastimarlo y perderlo.


Se dejó caer al lado de Harry, observando hacia el techo. También tenía miedo por la posible reacción de su tía, sobre todo por la forma en que se enteraría de las cosas, pero no le quedaba nada más que comenzar a enfrentar las consecuencias de sus decisiones —. Supongo que... algún día tenía que enterarse —dijo finalmente —. Pero, ciertamente, hubiese preferido que fuera de otra forma


—¿Algún día? —inquirió con escepticismo, captando la atención de Peter, quien se giró a observarle —. Peter, no creo que debas decirle... sobre esto. Ella no debe enterarse de que estabas conmigo. Eres bueno excusándote... Puedes decirle que...


—Cierto... —dijo, con un tono igual de serio a su expresión, interrumpiéndole —... no te gusta lo "complicado". Lo había olvidado —se levantó, caminando sin ningún pudor hasta el armario, sacando la vestimenta que se colocaría, sin importarle ocultar que estaba enojado y decepcionado —. Supongo que también estaré en la lista de tus amigos... esperando turno


—¿Qué? —frunció el ceño, esperando una respuesta. No quería creer que Peter le estaba insinuando algo por el estilo —. ¿Realmente estas insinuando...? — se levantó de la cama, apretando la sabana a su cuerpo —. ¿Sabes?, me equivoque, si eres un maldito imbécil —empezó a levantar sus prendas del piso, a pesar de que estas aún estaban húmedas. Estaba indignado porque Peter se atrevía a insinuar que él era un promiscuo con el objetivo de insultarlo. Agarró uno de los zapatos de este y se lo lanzó, pero, como lo esperaba, lo esquivo fácilmente, lo cual aumento su furia —. ¡Eres un idiota! —levantó la voz, porque él no gritaría, él era una persona racional, por lo cual solo levantaba, levemente, el tono de su voz —. ¡Eres...! —agarró otro zapato, pero una telaraña le impidió lanzarlo —, ¡te odio, suéltame! —intentó soltarse, pero la telaraña era resistente —. ¡Maldito idiota, lo que haga o deje de hacer es mi problema! —intentaba modular el sonido de su voz para que la tía de Peter no los escuchara, pero la expresión apacible de este, le complicaba la tarea de controlarse —. ¿Con qué derecho tú, que me cambiaste, te atreves a cuestionarme?


No le respondió. Pero aquella pregunta provocó un leve cambio en su expresión. Sabía que Harry tenía razón al estar fúrico, pero no podía evitarlo, las palabras de Johnny y el hecho de que este viviera, y durmiera con Harry, lo atormentaban; ya no podía cambiar el pasado pero le inquietaba no poder cambiar el presente.


Empezó a jalar de la telaraña, acercándolo hacia él lentamente, a pesar de que Harry trataba de resistirse.


—¡Te dije que...!


Cuando Peter tuvo el brazo contrario a su alcance, lo jaló hacia él, besándolo. Forzando un contacto que reflejaba todo lo que estaba sintiendo, mostrándole en aquel acto desesperado la ansiedad que sentía al pensar que probablemente tendría que conformarse con un lugar que ya no deseaba ocupar.


—Lo siento —lo besó nuevamente, a pesar de la resistencia de Harry —. Lo que hayas hecho... no es mi problema, ni siquiera me interesa saberlo, pero no quiero ser solo un amigo más... con derecho a roce — dijo, mirándolo directamente a los ojos —. No quiero... tener que soportar que le permitas a Storm algunas atribuciones; eso es lo que realmente me molesta


Lo había dicho. Había exteriorizado lo que le molestaba desde su primer encuentro con Johnny y esperaba que Harry se riera de su patético intento de pedirle que fueran pareja, porque para él ya no sería suficiente ser su mejor amigo; ya no podría conformase solo con eso. Pero, a pesar de estar preparado para una burla, no lo estaba para recibir un beso, uno que duró lo suficiente para tranquilizarlo, antes de que Harry ocultara el rostro en su hombro, tratando de que Peter no se percatara del rubor que, seguramente, cubrían sus mejillas.


—Quiero que hagas algo, solo una cosa — levantó el rostro —. Si de verdad es cierto todo lo que mencionaste antes... —le tomó el rostro entre sus manos, obligándolo a que lo mirara a los ojos, a pesar de la vergüenza que sentía por sus actos. Quería que Peter lo comprendiera sin la necesidad de entrar en detalles que, para él, serían muy bochornosos —... olvida cualquier cosa que creas que sucedió entre Johnny y yo; eso carece de importancia en este momento


—Pero él dijo...


—¿Importa lo que él dijo? — lo miró fijamente, esperando una respuesta — ¿Te importa tanto lo que Johnny te mencionó?... ¿Peter...? —cerró los ojos, empujándolo levemente cuando el agarre en su cuerpo se empezó a disolver paulatinamente. Se giró, antes de hablar nuevamente —. Voy a utilizar el baño mientras hablas con tu tía, después pensaré como salir sin que ella se percate de ello —estaba deshecho, pero no quería que Peter fuera consciente de su estado emocional. Solo tenía que esperar hasta llegar al baño para dejar de fingir la fortaleza que lo había abandonado minutos atrás.


Agarró las prendas que había soltado en el pequeño forcejeo, dispuesto a salir.


—Me molesta... —la voz del contrario lo detuvo cuando estaba por abrir la puerta —... no puedo evitar el hecho de que me moleste la relación que mantienes con él, así como tampoco puedo cambiar todo lo que hicimos después de que nos separáramos —el tono agotado de voz que utilizaba le incitó a girar hacia él —. No quiero que sigas con él... o que sigas con alguien más. Solo quiero que estés conmigo... como siempre debió ser


—¿Un trato de exclusividad? —fue lo único que se le ocurrió decir después de permanecer casi un minuto en silencio.


—Si de esa forma quieres llamarlo...


Y, por primera vez desde que inicio la conversación, Harry se percató de algo; en el cuello de Peter colgaba la cadena que algunos años atrás le había obsequiado.


Sonrió y sin pensarlo se acercó a él, besándolo.


—Lo que dije antes... — cuando terminó el beso, decidió que también debía sincerarse —... fue porque creí que no querrías que nadie se enterara de esto. Creí que te avergonzarías — Peter intentó hablar, pero no se lo permitió —. Tampoco quería que vivieras la misma situación que me tocó pasar hace algunos años... No quiero que tu tía te desprecie por mi culpa


Peter tomó su rostro entre las manos y lo besó nuevamente, de forma suave y aunque breve, cumplió su cometido; infundirle confianza.


—Harry...


— ¡Peter Parker! —la voz de su tía le interrumpió, y sin más remedio se arregló; estaba seguro de que si no bajaba en menos de un minuto su tía subiría a buscarlo.


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Bajaba con parsimonia las escaleras, enviando finalmente el mensaje que había redactado, esperando que su plan funcionara, pensando, en cada paso, en que excusa le daría a su tía para librarse en caso de que su primer plan no resultara.


—Traicionaste mi confianza, Peter —escuchó, inmediatamente entró a la cocina, con el tono más serio que le había escuchado utilizar en toda su vida —. Cuando te recomendé que salieras con alguna chica, jamás imagine que pudieras aprovecharte de la situación


—No es... — se aclaró la garganta —... las cosas no son como las planteas —sonrió nerviosamente, al obtener toda la atención de su tía—. Nosotros no...


Se quedó en silencio, pensando que debía decir con exactitud. Ellos no habían tenido sexo al 100%, por lo cual decirle que no había pasado nada de lo que ella se imaginaba no era mentirle, por lo menos no totalmente. Pero ¿cómo le diría que no estaba con una chica en la cama?


— ¿Quién es la niña que está arriba? —inquirió, sacándolo de sus cavilaciones.


—Verás... —miró hacia la entrada, guiado por un pequeño ruido proveniente de esa dirección pero no vio a nadie, y al parecer su tía no lo había escuchado.


—¿Una compañera de la universidad? —dijo captando nuevamente su atención, observándole fijamente en busca de algún atisbo de mentira —. ¿Sus padres saben que pasó la noche contigo?


—Tía May —respiró profundo, tendría que utilizar el plan b —, yo estaba con...


—Lo siento, señora May — los dos giraron hacia la voz que había interrumpido su conversación. Peter respiró aliviado y su tía miraba con incredibilidad a la figura que se mostraba ante ellos. Levemente despeinada, visiblemente avergonzada y mirando hacia el piso, se encontraba Mary Jane —, no fue nuestra intención, nosotros no lo planeamos, simplemente se dio —su voz era tan suave, que Peter pensaba que en cualquier momento se rompería en lágrimas —, es la primera vez que hago algo como esto, por favor, no se lo mencione a mi tía — levantó la mirada, observando a la mujer mayor de forma suplicante —. Prometo que esto no volverá a suceder. Me siento muy avergonzada por mi forma de actuar —finalizó, dejando escapar un suave gemido de angustia.


Después de una pequeña charla entre las dos mujeres, Peter estuvo a punto de aplaudir la actuación de Mary Jane, sobre todo cuando su tía la abrazó para calmarla. Pero a pesar de que al final su tía comprendió que eran unos jóvenes hormonados y estaba feliz de que su sobrino, al que amaba como un hijo, por fin tuviera una novia después de lo ocurrido con Gwen, no se libaron de la charla sobre la vida sexual responsable... una de las experiencias más incomodas que recordarían hasta el final de sus días.


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—Llegué a pensar que escucharía la historia de la flor y la abejita


Peter se cubrió el rostro y sonrió. Él también llegó a creer que su tía les contaría aquella fabula infantil.


—Gracias, por ayudarme


—Tuviste suerte de que decidiera revisar mi celular acabando de levantarme —de uno de los bolsillos de su pantalón saco una llave, ofreciéndosela a Peter.


—Prometo que esta semana realizaremos la sesión fotográfica


—¿Sabes? Te hubiese hecho este favor sin obtener nada a cambio —Peter intento decir algo pero no se lo permitió —. Pero ya que tú mismo lo ofreciste... — se giró, abriendo la puerta antes de observarlo nuevamente —... la entrevista con Spider-man también debería ser esta semana —sonrió, recordándole esa parte de la promesa que le había hecho para que lo ayudara sin muchas explicaciones y que creía ella olvidaría con facilidad —, y menciónale antes a Harry que seré tu novia, no quiero que me asesine si se entera posteriormente; era obvio... —dijo esto último al ver la sorpresa reflejada en el rostro del castaño —... y la próxima vez que decidan tener sexo, corran la cortinas, si no quieres fisgones


Ser consciente de que Mary Jane había visto parte de lo que hicieron lo incomodó, provocando que se ruborizara visiblemente.


—Lo siento... por eso y por rechazarte, yo...


—No tiene importancia —sonrió de forma serena, tranquilizando a Peter —. Cumpliste tu palabra "no estoy interesado en salir con chicas"... aunque Harry en esos momentos se comporta y escucha como una —guiño un ojo ante la expresión de desconcierto de Peter y se marchó.


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—¿Qué sucedió? ¿Qué le dijiste? —inquirió inmediatamente Peter entró a la habitación —. Estuve a punto de bajar a escuchar


Pero el aludido no parecía escucharle, ya que lo ignoró hasta llegar a la ventana. Desde la cual, antes de correr la cortina, pudo observar a Mary Jane saludándole.


—¿Peter?


—A partir de hoy seré novio de Mary Jane —dijo finalmente, decidiendo ahorrarle la vergüenza a Harry—. Mary Jane me ayudó a que tía May creyera que pase la noche con ella


Se quedó observándolo, esperando que dijera, o hiciera, algo. Pero él simplemente le miraba.


—¿Por qué? —dijo finalmente, sin dejar aquella inexpresión que le preocupaba al castaño.


—Fue lo primero que se me ocurrió


—¿Por qué tuvo que ser ella? —aclaró su pregunta, pero esta vez no pudo ocultar su molestia —. ¿Por qué tuviste que elegir, para novia, a alguien que está claramente interesada en ti?


—Ella no...


—Es obvio, Peter —lo interrumpió —. He notado como te mira; desde la primera vez que la vi lo supe —dijo con todo el desprecio que sentía por la pelirroja. Estaba seguro de que ella aprovecharía la situación para coquetearle descaradamente a Peter.


—Por esa razón te comportabas de esa forma en su presencia; sentías celos —mencionó, encontrándole por fin lógica a la forma de actuar de Harry, desviándose un poco del tema central.


—¡Claro que no! —dijo de forma indignada —. Si, ella es... un poco linda, pero no tengo absolutamente nada que envidiarle —dijo con la prepotencia característica de un Osborn, logrando que Peter sonriera —. Si te gusta es tu problema — mencionó con fingido desinterés.


Peter lo abrazó, dándole un beso en la mejilla.


—Tienes razón... Tú me gustas más


—Eso lo sé —dijo en el mismo tono que había utilizado antes, pero con un leve rubor en las mejillas.


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Después de arreglarse, y comprobar que la tía May estuviera durmiendo, salieron de la casa. Pero Harry decidió que debía hablar primero con Johnny antes de que Peter le pidiera disculpa por haberlo atacado.


Cuando llegó a la mansión, lo encontró esperándolo en su habitación, con la mitad del rostro cubierto con una porción de carne.


—Mataré a Parker, lo juro; casi me desfigura el rostro —se quejó, hablando de forma lenta, visiblemente adolorido, por el golpe.


—Se disculpará, pero decidí que mejor esperara a que te calmaras


—¡Una disculpa no me arreglara el rostro para esta noche! —gritó, llevándose una mano a el perfil izquierdo de su rostro por el dolor —. ¿Y si quedo deforme para siempre?—Harry rodó los ojos ante el tono dramático que usaba Johnny —. ¿Y si no queda rastro de lo que una vez fui? ¿qué haré sin mi belleza?, sé que soy un tipo agradable, con una personalidad arrolladora pero mi hermoso rostro me ahorra tanta charla


Harry se acercó a él y, después de observarlo por algunos segundos, habló finalmente.


—Por un día que no tengas sexo no pasara absolutamente nada; mañana con un poco de maquillaje podrás salir. Llamaré a Felicia para que te ayude


—¿La belleza morena que vino hoy? —Harry asintió, suponiendo que se refería a ella —. ¿Te molestaría si salgo con ella?


—No creo que seas el tipo de Felicia


—Soy el tipo de todas las personas, cariño; solo dame algunos minutos a solas con ella


Rodó los ojos. El rubio idiota jamás cambiaria.


—¿Podrías traerme hielo y llevar a enfriar la carne?, recuerda que estoy convaleciente


Después de algunos minutos volvió nuevamente a su habitación. Pero en el camino había algo que llamó su atención.


—¿Trajiste a alguien anoche?


—Tal vez... —sonrió.


—Johnny...


—¿Estas celoso? —preguntó con interés —. Sabes que mi corazón te pertenece, pero mi cuerpo tiene algunas necesidades —dijo sin ningún descaro —, pero cuando aceptes finalmente mi proposición me volveré más fiel que un cachorro


—¡Mi casa no es un maldito motel de cuarta! —finalmente perdió los estribos por la actitud del rubio —. ¡Incluso partiste una puerta!


—No exageres... — al contrario de él, el rubio seguía con su actitud jovial y desinteresada —... Simplemente conocí a un chico ayer cuando te esperaba fuera del cubículo en el baño, y me encantó... No puede evitarlo. Era... —sonrió, recordando que lo había elegido porque en estatura, contextura, color de piel y cabello, era igual a Harry; los chicos así lo enloquecían —... apuesto, creo que le llamare nuevamente. Y respecto a la puerta, cuando entramos estaba en perfecto estado pero cuando salimos estaba mañana ya estaba así; sé que había bebido algunas copas pero tengo buena resistencia al alcohol, además de que gracias a mi nuevo metabolismo puedo resistir mucho más —levantó el rostro, observándole —. Prometo que la próxima vez que traiga a alguien te lo mencionaré antes


—Mi casa no...


— ¿Y la casa de Parker si es un motel? —sonrió con sátira por la expresión que sus palabras habían provocado en el otro joven —. Desde que llegaste pude ver la marca de dientes que tienes en el cuello — esas palabras provocaron que llevara su mano libre al lugar mencionado, recordando lo que había sucedido algunas horas atrás. Riendo aún por la conmoción de su amigo, le quitó el hielo que llevaba, colocándoselo en el rostro —. Me molesta como tu amigo y pretendiente... Ese maldito de Parker se aprovechó de ti —pareció estar molesto por algunos segundos pero rápidamente recupero su jovial expresión —. ¿Tuvieron sexo? ¿rudo? ¿o mojigato por ser la primera vez?—pero antes de que Harry pudiera responder, sonrió —. Aún no —mencionó con seguridad —, Parker es un fracasado. Pero si quieres puedes practicar conmigo... él no tiene porque saberlo...—y antes de que pudiera finalizar su frase, una telaraña le cubrió la boca. Pero casi al instante las llamas cubrieron su cuerpo, logrando descubrirse la boca al calcinarlas —. ¡Sabía que eras tú el maldito insecto!


—¿De qué estás hablando? —intentó intervenir, mientras maldecía a Peter mentalmente; a pesar de haberle pedido que no fuera ese día a su casa, hizo caso omiso —. Deja de decir...


—¡Sal de donde estas...Parker! —lo interrumpió, dejándolo atónito —. ¡Sé que eres ese insecto desagradable con mal gusto en trajes!


—Las arañas no son insectos —miraron hacia arriba, guiados por la voz de Peter, quien llevaba su máscara en la mano derecha.


—Veo que ya no te molestas en intentar disimularlo —sonrió, cubriendo su brazo derecho en llamas —. Hoy hiciste dos cosas que me molestaron mucho, al parecer no te cansas de hacerlo


—Igual que tú no te aburres de ofrecerte


—No tengo necesidad de hacerlo —mencionó, preparándose para lanzar una bola de fuego —, Harry sabe perfectamente...


—¡Johnny, te juro que si quemas una mínima parte de mi habitación, te lanzaré por la ventana antes de que puedas cubrirte en llamas nuevamente!


—Maldito insecto con suerte —murmuró, antes de que las llamas en su cuerpo se extinguieran —. ¡Me desfigura el rostro, pero tengo que perdónalo porque es tu novio!


—Peter no es... —giró hacia este, aclarándose la garganta antes de mirar nuevamente al rubio —. ¿Cómo supiste que Peter era Spider-man?


—Es obvio, cariño. Aunque no soy muy observador que digamos, sus formas de actuar los delataron y la fuerza de Parker no es de un humano normal —dijo, llevándose inconscientemente una mano al lugar donde el castaño lo había golpeado —, además de que esta mañana vi esas cosas que lleva en sus muñecas... No pude resistirme a apretar una de ellas —se encogió de hombros —. Pero, a pesar de eso, nada cambiará entre nosotros, Parker; me sigues cayendo mal y si le haces daño a Harry te rostizaré —le tendió la mano, con visible fastidio —. Pero supongo que tenemos que tratar de llevarnos mejor, por lo menos en presencia de Harry... Tampoco creas que cambiaré mi forma de actuar con él, si veo cualquier oportunidad por más mínima que sea la aprovecharé —giró hacia Harry—. Eso también va para ti, cariño... Sé que lo de anoche se volverá a...


Nuevamente una telaraña cubrió su boca y otras lo pegaron a la pared de la habitación. Por lo cual observó de forma impotente como Peter saltaba, con Harry en brazos, por la ventana.


—Te juro que si Johnny quema mi habitación...


—Estoy seguro de que no lo hará... aunque probablemente más tarde me busque con la intención de matarme


Harry miró hacia atrás, confirmando que Johnny no los perseguía. Probablemente estaba liberándose de forma lenta para no dañar la pintura de su habitación... el rubio podía llegar a ser sensato y saber lo que le convenía.


—¿Por qué rompiste mi puerta? —preguntó cuándo dirigió nuevamente su atención a Peter. Solo existía una persona que podía destruir su puerta de aquella forma.


—Verás... es una historia muy graciosa — sonrió nerviosamente.


—¿De verdad creíste que era yo quien tenía sexo con Johnny? —Peter lo miró, reflejando sorpresa en su expresión—. Tengo algunos recuerdos de la madrugada; por ejemplo, el hecho de que no quisieras que entrara a esa habitación


—Él siente atracción por ti, duermen en la misma habitación y...


—Detente en ese edificio. Ahora —dijo con tono autoritario, evitando cualquier pregunta antes de que llegaran a la azotea.


—Sé que fue tonto, pero...


Harry lo besó, silenciándolo.


—Quiero que escuches y comprendas lo que te diré, porque jamás volveré a repetirlo —respiró profundo y lo miró a los ojos —. Siempre has sido tú, Peter y eso Johnny siempre lo ha sabido —le rodeó el cuello con los brazos—. Sin importar lo que suceda, o el tiempo que transcurra, eso jamás cambiará... Solo quiero estar contigo, a tu lado, porque... te amo, Peter Parker, y eso solo dejaré de sentirlo con mi último suspiro


Lo besó nuevamente sin esperar ninguna respuesta. No quería escucharla. No la necesitaba. Porque a él le bastaba con que Peter estuviera ahí, con él. Para él era suficiente el hecho de que Peter le demostrara, aunque fuera efímeramente, que algún día podía llegar a amarlo, por lo menos la mitad de lo que quiso a Gwen.


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