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El peso de mi libertad por MaggMagg

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Notas del capitulo:

Al parecer este capítulo ya no lo subí en la cuenta original y mi memoria alegaría algo pero con la edad se agravan las lagunas mentales... jeje.

Pues bien, lo que se necesita es tiempo, tiempo y un cambio de planes inesperado.

¿Qué se necesita para superar una relación desastrosa? Tiempo, el tiempo lo cura todo.

Kai había leído las noticias en Internet antes de ir a recoger a Yuriy y Bryan y, mientras conducía, ese dichoso encabezado de la sección que él denominada "tonterías y cursilerías" no se le iba de la cabeza.

-Tiempo...-soltó incrédulo mientras esperaba a que la luz cambiara a verde en el interior de su auto. Se encontraba cansado, cansado no del trabajo, que realmente no era ligero, pero lo que le tenía así era su estado anímico. Últimamente notaba que todo le resultaba cansado y aburrido. Como si estuviera adormilado todo el día sin estarlo, y se sentía bastante ridículo todo el día. El nombre de Broklyn le rondaba la mente a cada instante pero ya no tenía la fuerza para escapársele de entre los labios. Quizá era cierto, el tiempo empezaba a sanar sus heridas, quizá el tiempo realmente daba resignación, y mejor de ese modo.

Eran ya las 7pm y manejar solo por las calles de la ciudad le venía bien. Wyatt no iba a su lado, como en los últimos meses, por un asunto de su propio trabajo (sí, Wyatt tiene una vida aparte de admirar embelesado a Kai 23 de las 24hr del día) y  después de pensarlo decidió asistir al aniversario de la compañía de la que habían hablado hacía ya casi un mes. Después de todo, un poco de recatada frivolidad no le hacía mal a nadie de vez en vez. Era una cena formal, así que iba vestido para la ocasión, luciendo bastante apuesto, con el atractivo que sólo él tiene.

Llegó al edificio y solo espero unos instantes para que la feliz pareja llegara.

-Hey, Kai, llegas tarde- le saludó Bryan sin enojo alguno al subir al auto

-Sí, qué clase de modales son esos, estúpido- Yuriy se veía muy bien, hasta Kai tenía que admitirlo, y subió adelante.

-Buenas noches, hagan el favor de no subir los pies y no tirar migajas en los asientos, usen los cinturones y no saquen manos ni otras partes del cuerpo fuera del vehículo durante el recorrido.

-jeje, seguro que trabajaste en Disneylandia o algo así, he, Kai jajaja

-No, pero son las recomendaciones mínimas para los mocosos- una sonrisa socarrona se dibujó nítidamente, estaba dispuesto a pasarla bien a pesar de sí mismo.

-¿Quién te crees, Matusalén?

-jajaja, vienes de buen humor, he?- intervino Bry

-Claro, pero si viene solo, cómo no estar feliz después de tener a una sanguijuela pegada

-Es cierto, ¿qué pasó con Wyatt?

-Tuvo que quedarse a resolver asuntos de su trabajo- respondió sin una pizca de molestia por el comentario

-Muy bien, esta va a ser una buena noche jaja

 

Libertad. Bendita y socorrida libertad. Kai era consciente solo ahora de que tener al castaño vigilándolo 24/7 era, en el mejor de los casos, agotador. Sí, agradecía que Wyatt le cuidara y secretamente agradecía que le mimara incluso a pesar de sí mismo y su carácter, pero ocasionalmente y ya más seguido le fastidiaba tenerle de su sombra e incluso peor. Estar cómodamente con Yuriy y Bryan le hacía bien, se sentía casi igual que antes... casi... pero fuera como fuera iba a disfrutar, al demonio con todo, se divertiría y, quien sabe, el tiempo lo cura todo.

 

Llegaron a la cena a tiempo, pues no quería ser notado al llegar tarde a mitad de todo. Sin embargo, por ser él, fue notado de inmediato, e incluso se sintió asediado de vez en vez por algunas de las personas a las que, aunque no conocía, les parecía fabuloso hablar de un sin fin de banalidades solo con él.

 

-Eres muy popular, joven Hiwatari, deberías venir más seguido

-"Popular" no creo que sea una palabra que me describa, Sra. Lintu- contestaba muy propiamente haciendo gala de todo el encanto que era necesario para mantenerse rodeado por al menos 5 mujeres

-Ay, pero qué dice, siempre nos rechaza la invitación y sin embargo solo venimos con la esperanza de verlo

-Claro, claro, todo el mundo quiere...-una de las representantes de una firma publicitaria se le estaba prácticamente yendo encima-saber de usted...

-Pesé que esto era una reunión de negocios

-Pero qué va, es un lugar lindísimo para socializar, además ahora que viene no se va a escapar tan fácil

-jaja

Eso era a lo que siempre había evitado, sabía lo que era esa clase de eventos y siempre se le figuraron justo así... sin embargo, de alguna manera no era tan desagradable ese día. Podía pensar simplemente en la manera más educada de huir, en vez de los problemas usuales.

 

-Mira eso, Hiwatari en persona. Pensé que verlo en estos lugares era imposible- no solo mujeres, sino algunos hombres, como Joey Cooper, el representante de una farmacéutica, se fijaban en él. Vaya que era un acontecimiento tenerle entre los invitados.

-Y no lo habría convencido de venir de saber que así se pondrían todos a sus pies...-mascullaba Ivanov por lo bajo

-¿Envidia del jefe? jaja

-Hm ¡claro que no!

 

El evento transcurrió como lo previsto, las conversaciones eran variadas, mientras alguno hablaba de ganancias, inversiones y pérdidas, otros hablaban de nuevos tratos, y algunos de propuestas un tanto fuera de lugar...

-por favor, no me digas que te perece inmoral

-Me suena tentador, pero creo que no es el momento, es que acabo de ver a un viejo conocido, ¿me permite un segundo?

-Qué pena, adelante, nos encontraremos más tarde, Sr. Hiwatari...-la rubia reportera le dejó por fin, aunque guiñándole un ojo de manera sugestiva

-Por fin te soltó, Kai, ¿Qué usaste?-Bryan disfrutaba de lo lindo esos eventos, igual que su koi, que ya estaba empezando a recuperar su popularidad del lado contrario del salón

-El viejo conocido...

-Jajaja, ¿cuántas veces van que vas a saludar al viejo conocido?

-Perdí la cuenta después de la 5°...

Los dos se quedaron mirando un segundo y se echaron a reír. Justo así se pasaba un buen rato. Pero no hay nada que sea permanente.

-Vaya, hacía mucho que no escuchaba cosas tan absurdamente propias- se les unió el pelirrojo visiblemente a gusto con el ambiente

 

La cena se sirvió un poco tarde, pero a nadie pareció importarle demasiado de lo bien que se la estaban pasando. Pero cuando todos tomaron su lugar y el representante de la compañía festejada comenzó su discurso de agradecimiento, llegaron unos pocos invitados más, llamando la atención de todos.

-Qué ganas de llamar la atención...- se quejó Ivanov

-Tú querías llegar a esta hora...- Bryan parecía no saber cuándo callarse

-Ja ja, ustedes dos son siempre tan divertidos jaja- les había tocado en una mesa junto a 3 representantes más de otra trasnacional, entre los que se encontraban dos mujeres muy guapas y un hombre que los conocía de hacía dos fiestas de aniversario de aquellas llamado Antonio Ressen

-¿Saben quién es él?- preguntó una de ellas a sus compañeros

-¿él?- contestó la otra mujer

-Sí, del grupo que acaba de llegar, hay tres chicos, uno de ellos es Garland Siebald, trabaja para una compañía de transporte incondicional, ya sabes, no importa qué sea, lo llevarán a su destino

-Sí, no siempre tienen buenas notas...-completó Antonio

-Sí, bueno, con él vienen dos más, a ninguno lo conozco pero me llamó la atención...

-Masefield...-Soltó Bryan sin pensarlo, llamando la atención del peliazul, quien volteó por reflejo quedándose de piedra al verlo en ese lugar, acompañado de Garland y Mystel

-¿Qué diablos...?- Yuriy también lo notó y no le hizo ni pizca de gracia

-¿Masefield? ¿El pelirrojo? Me parece atractivo…

-Lo siento, querida, pero parece que el rubio a su lado te lleva ventaja… qué lástima, pero con gusto te lo quito de en medio…- la otra mujer devoraba con los ojos a Mystel, quien mantenía una cercanía muy marcada con Brooklyn

 

Los dos rusos voltearon a ver a Kai, quien después de uno instantes de quedarse sin reaccionar, volvió a la realidad y simplemente esbozó una sonrisa de molestia mal disimulada.

-Creo que no le hace gracia la presencia de esas personas, Sr. Hiwatari- espetó Antonio con mucha curiosidad

-En lo absoluto, pero no esperaba verlos aquí

-¿Los conoce? Pero por favor, ¡preséntenos!-las mujeres esas iban a cazar, estaba claro

-Yo los presento, además me apetece saludarlos, pero después de que sirvan, ¿está bien?- Yuriy tenía ese acento peligroso en la voz y una mirada totalmente agresiva hacia aquel inglés y sus acompañantes, pero les pasó por alto a las dos mujeres que técnicamente babeaban sobre sus servilletas

-¡Por favor!

-Yuriy, ¡¿qué vas a hacer?!- Bryan se había puesto en alerta, alguien tenía que detener el caos que se avecinaba, e interrogaba por lo bajo al pelirrojo- no es problema nuestro

-No importa, tengo ganas de romperle el cuello a ese desde hace mucho…- a Ivanov le vino a la mente las escenas que le hacía a Kai cuando los llegaba a ver siquiera saludarse, y ocasiones en que no le importó estar a mitad de la calle y gritarle que se alejara de su amante

-Déjalo, no es el lugar- el peliazul también participaba de la discusión

- ¡¿De nuevo lo vas a defender?!

-No. Pero no vas a hacer del evento un circo. Sólo déjalo

-¿Pero qué hace aquí?- el lobo casi gruñía amenazante conteniendo su enojo

-Yura, seguro no vino para molestar, ni siquiera sabíamos que íbamos a venir sino hasta ayer…

***

Broklyn había decidido ir a la reunión desde el principio. Tenía ideado un plan para encontrar contactos y hacer negocios con la empresa donde Kai trabajaba sin que este se enterara, esta era apenas la primera parte del plan. El complemento era ser discreto, pero vaya sorpresa, Kai Hiwatari había asistido personalmente. Debía pensar rápido o se iría tal oportunidad, debía hablarle una vez más, debía hacerlo…

Mystel había accedido a acompañarlo aún a pesar de que Garland estuviera en desacuerdo “¿qué pretenden?” les había dicho temiendo una locura de parte del inglés y la complicidad del rubio, pero al final accedió a que ambos fueran como sus invitados. Ahora, recién se daba cuenta lo equivocado que estuvo al permitirlo, pero ya no había nada que hacer de momento.

La cena, como tal, fue breve y de inmediato los presentes comenzaron a moverse con trago en mano y planes en mente, oficialmente se había abierto un refinado campo de oportunidades, de caza y de asecho. El ambiente cobró más vida y la música ofrecía un ambiente alegre, donde algunas parejas comenzaron a bailar.

Brooklyn decidió esperar y no ser tomado como una amenaza, así que en cuanto terminó, se deshizo de algunos curiosos lo más encantadoramente que pudo y salió a uno de los balcones, junto a Mystel, en una apariencia comprometedora.

-¿Y qué, debo besarte o dejar que tú me beses?

-Ja, no te habrás aburrido tan pronto, ¿o me equivoco?

-No, pero mira todo lo que hay y tú me tienes aquí en una romántica charla a la luz de la luna…

-Terminar con tu prometida no parece afectarte

-mmm no terminamos, solo le doy tiempo… ¡mira esa hermosura!

-y Garland se preocupaba por mi…

-Bueno, ¿y a qué vine?

-A quitarme de en medio a ese par que viene hacia acá… ¿puedes actuar un poco más como mi acompañante?- Brooklyn se percató de que Bryan y Yuriy se dirigían a él, el pelirrojo con mala cara y el pelilavanda con una seriedad inusual en él.

 

El par de rusos llamaba la atención de los demás invitados debido a su porte, pero también debido a la atmosfera tan tensa que iban creando a su paso. Las únicas que parecían no notarlo eran el par de mujeres que los seguían bastante entusiasmadas.

-Buenas noches, espero no interrumpir nada, los vi llegar y quise saludar, hace mucho que no nos topábamos…-Yuriy usaba un todo dulce y envenenado, mientras Kuznetzov lo seguí de cerca sin interrumpir ni retroceder, obviamente estaba para detener lo que pudiera iniciar su koi

-Hola, vaya que ha pasado tiempo, pero de ninguna manera interrumpes, nos alegra verte, ¿no es cierto, Brook?- dijo a la vez que tomaba del brazo al aludido de manera sugerente

-Sí, mucho gusto, no tienes idea- la sonrisa característica del inglés salía natural a acompañar cada palabra haciéndolas sinceras

-Eso pensé, mi amigo también está encantado de verte, pero como verás, está ocupado por allá, es muy popular entre las personas de aquí, aunque no suele venir seguido

-Sí, ya veo, pero está bien, yo mismo iré a saludarlo para que no tenga que interrumpir sus conversaciones, con permiso

-Ustedes también son populares, no se vayan, estas dos bellas mujeres quieren hablarles-Bryan presentó a sus compañeras de mesa y estas se presentaron, comenzado de inmediato una charla que no les dejaba escapatoria fácil ni a él ni a Mystel

Los planes de Brooklyn se veían entorpecidos de nuevo. Bryan era bueno alargando la conversación y cada que intentaba retirarse Ivanov le cerraba el paso. Ahora recordaba por qué lo detestaba, y peor aún, los celos desenfrenados empezaban a rasguñarle, porque ciertamente Kai era el centro de atención hasta el punto en que ni siquiera había notado su presencia, siendo que él lo había visto casi después de entrar. Calma, se dijo, calma o vas a perderlo…

-…no está de acuerdo, ¿Sr. Masefield?- una de ellas lo sacó de sus pensamientos

-sí claro, ¿me disculpan? Acabo de ver a un viejo conocido, no pensé que asistiera a estos eventos, debo saludarlo

-¿Tan pronto te aburres de la charla?- Yuriy de nuevo veía a través de sus intenciones

-Déjalo, Ivanov, las oportunidades son únicas, quizá su amigo está por irse, no nos importa si tu acompañante se queda…

-Claro, ve Brook, lo saludas de mi parte- accedió gustoso el rubio, entreteniendo a los demás

-Con permiso- y sin esperar más desapareció del lugar hasta llegar a su objetivo, sorprendiéndolo visiblemente- qué casualidad verte aquí, pensé que no te gustaba las concurrencias

-…resulta que son agradables, lo debes saber mejor que yo-su actitud le sorprendió notablemente, no esperaba que su respuesta fuera algo así de amable, entonces el que entró en nerviosismo fue él.

-… si, un poco, je… um quisiera pedirte un segundo

-lo siento, pero si no te diste cuenta estaba hablando con él, te lo presento, este hombre es Ben O’Tul, representante de la compañía que celebramos

-Gusto en conocerlo, señor…

-Masefield, mi nombre es Masefield, y lamento mucho la interrupción, me disculpo

-Ja ja, qué formal es, me agrada, ¿de dónde conoce al Sr.Hiwatari?

-… bien, eso

-Solíamos competir en lo mismo, el beyblade, allí nos conocimos

-Magnífico, no se mucho de eso pero sé que usted era muy bueno

-Hm- sonrió el ruso ante el halago, sin prestarle demasiada atención al inglés, quien no cabía de asombro ante el poco efecto que estaba teniendo

Cinco minutos después, Ben se retiraba ante la insistencia de otro grupo que iba a tratar de proponer negocios nuevos. Se quedaron solos en medio de tanta gente, por un segundo se miraron sin saber si continuar la farsa o seguir sus instintos.

-Buena respuesta, nos conocimos porque competíamos… no fue diferente después, seguíamos compitiendo.

-Me largo- dijo simplemente Kai sin querer escuchar palabra alguna. Por fin demostraba sus sentimientos y estos le exigían retirarse antes que perdiera la cordura

-Te pedí un momento

-Pídeselo a tu acompañante, has logrado echarme a perder la noche y no voy a dejar que lo hagas aún más- quiso darse la vuelta y perderse en la multitud para después desaparecer del lugar, pero Brooklyn lo detuvo del hombro

-Sigues siendo un niño que hace berrinche ante todo lo que no le parece

-¡Sigues siendo tan demandante como un perro faldero!-le atajó el Fénix encarándolo con una mirada llena de rabia, hiriendo como tantas otras veces a Brooklyn, inmisericorde

Algunas personas que se encontraban cerca percibieron la tensión y curiosas mal disimulaban sus miradas. Kai lo notó al momento, y se relajó lo más posible, adoptando una actitud simplemente seria.

-Hablemos fuera, Kai, esto podría costarte tu innegable reputación…- el pelirrojo se adelantó hasta uno de los balcones con el gento serio y realmente herido por la manera en que lo había llamado el otro, era aún peor ahora que antes…

-¿Qué quieres, Masefield?

-No lo sé, dime tú

-No tengo ánimos para esto, no hay nada que hablar, yo me largo- dijo al momento de cambiar de dirección y girar hacia las escaleras, ya había tenido suficiente y estaba bastante alterado, si tan sólo pudiera salir pronto… ¿dónde diablos estaban sus inútiles amigos?

-Espera, ¡Kai! -Hizo como si no escuchara ese llamado y siguió abriéndose paso entre los demás invitados que se apartaban instintivamente ante el aura del chico

Al llegar al estacionamiento, aun manteniendo un paso digno, Brooklyn le alcanzó, volviendo a detenerlo, ya cerca de su auto.

-¿Qué logras con seguirme hasta aquí?, te están esperando arriba, si no te das prisa alguien más se ocupará de tu amigo

-¿tienes celos de Mystel?-su sonrisa se dibujó en su rostro y el ruso lo notó en el tono de voz

-Sí, claro, ¿quién no querría ser el amante del invitado sorpresa de la noche?...

-Con un “no” basta para responder…

-Di lo que quieras, pero dilo ya…-la voz apagada y amenazante del peliazul hizo eco en aquel lugar

-Te odio, Kai Hiwatari, te odio más de lo que pude imaginar en un principio

-¿Eso es todo?- las palabras del inglés permeaban poco a poco con todo el significado que estas tenían, pero no quería que él lo notara y realmente no parecía que le importara o que siquiera lo hubiera escuchado- felicidades- se dio la vuelta y abrió la puerta de su auto, y por tercera vez, la mano de Brooklyn le detuvo

-No, no es tan sencillo. Quiero que sepas que te odio, que me has herido, que eres un imbécil que sólo sabe correr de sus problemas y quejarse como si todo el mundo debiera escucharlo muy a tu silencioso estilo, y odio a tus amiguitos, que no son sino una molestia andando, que no tienen clase, que no sabes la rabia que sentí cuando te vi en Londres con ese… que no tienes idea de lo que he hecho para poderme olvidar de ti y que, maldita sea, ¡no puedo recuperarme de ti!

-Tú decidiste irte… no vengas con que la culpa es mía, sabes bien que no lo es

-¡Y eso lo odio más!

-¡¿Y por eso es que terminaste acostándote con Mystel?! No me hagas enojar más… Deja de decir que tus problemas son culpa de todos menos tuyos, ya basta, no sé a qué viniste a esta reunión pero sea lo que sea ve y termínalo, que yo me voy para que estés a gusto

-Vine por ti

 

Un silencio se hizo entre ambos, mirándose a los ojos, esperando la reacción del contrario

-vine para asegurarme de que sepas, querido Kai, que tú eres mío, vine para comprobar que sigues reacio a encontrarme, porque entonces sientes algo por mi y mira, lo he conseguido. He venido a comprobar que te causo malestar, porque te duele recordar lo que me dijiste, lo que me has hecho y que te des cuenta de que estar con nadie es tan bueno como estar conmigo… ¿Me equivoco?...

-Hm…-el ruso empezó a temblar de ira, ya no solo era molestia, cada cosa que decía era cierta, patéticamente cierta, y doloroso y agobiante y…

-¿Sufriste mucho?-una sonrisa se posó en sus labios, recrudeciendo la situación- dormiste poco, ¿por cuánto tiempo? ¡¿Cuándo te cansó Smith?! No te seguía el ritmo, no te excitaba lo suficiente…todo amor y dulzura pero demasiado pegajoso y sin resistencia a nada… o Yuriy, no me digas que volviste a él, no lo harías… de nuevo,  ¿o sí?

-¡Cierra la boca!

-Conozco todo de ti, hasta el más íntimo rincón, grabado a fuego en mi memoria

-No metas a Yura en esto

-“Yura”… aprecio por el perro callejero, vaya, qué emocionante… demasiado aprecio, ¿lo sabe Kuznetzov?

-¿Qué quieres probar? ¿Que soy peor persona que tú?

-No, eso no, no hay manera… lo sabes. ¿Para qué llamaste ese día?

-¿De qué…

-¿Alguien te lo dijo?...-la sonrisa desapareció en un gesto de arrepentimiento e impotencia -¿Así gemía yo contigo?... – Kai lo miró extrañado, no entendía lo último- no, te lo diré sin mentirte, con nadie he gemido como contigo… Nadie logra hacer lo que tú… y te odio por eso. ¡Ni Mystel ni Lyon, ni los gemelos…! jaja, perdí la cuenta… ese día casi lo lograba, pero tuviste que llamar…

-No-un sentimiento de celos y cólera se mezcló a los demás, Brooklyn Masefield no podía estar hablando en serio…

-Eso querías, eso me enseñaste…”solo eres mío”… no se van, Kai, no se van esas palabras, no puedo ver nada más que tus ojos en la obscuridad y tu voz tan autoritaria… ¿Tú qué sentías entrando en alguien más?

-Nada… de lo que dices quiero escucharlo, no quiero saber nada de ti, ni de tu vida, no me importa saber qué tan lejos llegas por un poco de placer. No sé de qué llamada hablas ni quién es Lyon o qué tan fuerte te lo hizo, no me importa

-Lo siento, Kai, pero hoy vas a escuchar todo lo que yo tenga que decirte, y soportar todo lo que haga porque…-rápidamente se acercó a unos centímetros de la cara del Fénix, deteniendo la mano de este que estuvo a punto de impactarse en su rostro – sólo tú me sacias…- le besó profundamente, sin recibir respuesta al principio, temiendo lo peor, pero de pronto Kai mismo lo aferró hacia sí, aprisionando su cuerpo e incluso haciéndole daño en el proceso.

Era como morfina. Besarle, aspirar su olor, sentir su piel… todo él era como morfina descendiendo lentamente por su cuerpo, apoderándose de él, invadiéndolo, intoxicándole… después de tanto tiempo, de tantos otros... Kai era la cura a toda esa desesperación. Hasta ahora que hacía efecto la droga, notaba cuanta falta le hacía, y era realmente más de la que había calculado.

Todo terminó de pronto, el ruso lo alejó casi empujándolo lejos.

-…tú lo sabes igual que yo… no puedes negarlo

-¡¿por qué regresaste?!- Kai se veía sumamente alterado, con un enojo contenido demasiado latente y amenazante

-ya te lo dije, porque no pienso estar una noche más pensando que necesito alcohol en la sangre para respirar…

-¡Consíguelo en otra parte! Tienes mucho de dónde elegir, no es cierto, ve entonces

-Claro, como si tú no lo sintieras…-se sentía eufórico, con sólo un beso y se sentía vivo de nuevo, una sonrisa retadora de medio lado completaba el gesto, logrando molestar más al otro, si es que era posible

-No te acerques

-¿Tienes miedo? Ja, qué infantil te has vuelto en tan poco tiempo… Eso es lo que te dejan los castaños… espero que solo eso…- la última frase tuvo un tono sombrío

-No te vuelvas a acercar, te lo advierto Masefield o…

-…o? ¿…o me tomarás sin control alguno?...

-¿Quién crees que soy? Se te olvida con quien hablas

-Sí, ya entonces a ti se te olvidó quien eres, porque hace un momento no era yo quien se aferraba con tanta fuerza, Kai, tú me deseas tanto, o incluso más que yo

-… Me largo

-Tu frase favorita… pero siempre logré cambiarla al final

-No te rebajes a esto, deja de actuar como…

-…una puta? Jaja, no me hagas reír, ahora quizá sea tiempo de decirte que no actúo, realmente lo soy

-¡Qué novedad!- la ironía no dejaba al ruso

-La novedad es que sepas que aunque lo soy, no me arrepiento de serlo… contigo no hay arrepentimiento… no lo hubo

-Entonces mi arrepentimiento bastará por los dos- se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección al acceso al salón. Sentía unas ganas tremendas de regresar hasta donde Brooklyn, pero no estaba de seguro de para qué, quizá y efectivamente lo tomaría sin control, o quizá regresaría sólo a golpearlo

-¿Qué parte es la que te hace arrepentirte?... Dime que no desde el principio…

-Qué más da, se acabó –dijo aún caminando a prisa

-Sigue allí… por eso te odio, porque de haberse acabado sería totalmente indiferente a ti, pero no, y ahora te odio…

 

La voz del inglés hacía eco en el lugar, y cuando el ruso quiso regresar y había perdido casi todo el control, aparecieron sus amigos, que lo habían perdido de vista y recién bajaban al estacionamiento.

-Kai es hora de irnos, tu viejo conocido…-dijo Yuriy mirando amenazadoramente al inglés- seguramente tiene cosas que hacer…

-…¡Qué cautivador, Ivanov, como siempre!...

-Más vale que no abras la boca más de lo que debes, Masefield, o un día no vas a poder cerrarla de nuevo- le contestó Bryan bastante en serio y ya sin disimulo alguno. El asunto con Kai era una cosa, que se metiera con su Yura era muy diferente

 

Los tres regresaron para despedirse de algunos de los invitados, desilusionando a más de uno por irse tan temprano, y de nuevo los tres salieron del lugar. En el auto, ninguno quería decir gran cosa.

 

Para Masefield había sido un encuentro muy fuera de su control, pero ahora, sus planes habían cambiado. Por odio, por desquite, por venganza… no, simplemente porque lo quería decidió ir por Kai pese a todo, incluso del mismo ruso, este no pediría disculpas, ya era muy tarde para eso, tampoco él las pediría, no tenía cara para hacerlo, pero tendría a Kai de nuevo, ese beso no podía mentir, y su libertad, dichosa libertad, pesaba tanto que de seguir sin él moriría. Se reincorporó a la fiesta cuando vio a los rusos salir, y disfrutó la noche, preparándose para lo que fuera que viniera…

Notas finales:

¿Qué les parece? Ahora quién es el ofendido... Falta poco para el final. Vamos, los invito a seguir leyendo.

Saludos.


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