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El peso de mi libertad por MaggMagg

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Notas del capitulo:

¿Intrigados?

Pues verán a un Brooklyn muy perturbado y a un Kai muy heridito, pero les prometo qeu llegarán a buen puerto.

El humor de Kai atravesaba un mal momento, incluso era peor que antes: siempre molesto, irritable a la menor provocación y una agresividad explosiva se manifestaba las 24 horas. Ese día, había mandado al demonio a Wyatt con todo y su dulzura. Le cerró la puerta del estudio; le gritó y le miró de modo que sabía que el castaño no se le iba a acercar por un par de horas, al menos.

Todo en su cabeza había vuelto a descontrolarse, era como si un torbellino arrasara con su razón, y en medio de todo solo estaba él, de nuevo él y sólo él: Brooklyn Masefield. Él había dicho demasiadas cosas, en aquella fiesta, que no pudo comprender en el momento, pues todas ellas carecían de sentido.

Te odio… te odio más de lo que pude imaginar en un principio

Algo que, aunque sabía era muy probable, escucharlo de aquellos labios le había causado un impacto muy grande. De alguna manera, el odio no era el sentimiento que hubiese querido dejarle.

… no pienso estar una noche más pensando que necesito alcohol en la sangre para respirar…

¿Qué había estado haciendo? ¿De qué hablaba? Esperaba sinceramente que fuera una frase metafórica…

…una puta? Jaja, no me hagas reír… realmente lo soy

¿Para qué llamaste ese día?…

¿Alguien te lo dijo? …¿Así gemía yo contigo?...

Nadie logra hacer lo que tú… ¡Ni Mystel ni Lyon, ni los gemelos…!

Nada de lo que decía tenía sentido… o tal vez sí y entonces era peor. ¿De qué llamada hablaba? Todo eso solo le ponía mal… ni Mystel… lo sabía, ese maldito rubio siempre le había parecido demasiado peligroso, siempre dispuesto a tomar lo que estuviera en su paso… ¡Pero nada de eso le incumbía ahora! …y sin embargo…

Vine por ti

-Si eso es cierto, tardaste demasiado…- era un sentimiento agresivo el que se revolcaba en su pecho, demasiado violento, demasiado grande, y demasiado hiriente… Todo había podido ser diferente, pero todo pasó de tal manera que un “lo siento” no iba a remediar las cosas. Aunque hubiera debido hacerlo, a estas alturas ya no tenía significado – demasiado tarde

Por suerte para él, era viernes y no tenía ganas de ir a la oficina en sábado, así que se quedaría en casa sin que nadie le molestara… o eso creía.

-Kai… sé que no quieres verme, pero… pero no puedo entender qué tienes y, sé que no soy muy listo pero quizá si me dices yo… quizá te sientas mejor… Kai…- desde afuera de la puerta, Wyatt hablaba tontamente. No, no quería verle, a él no quería verle, pero no contestó nada, así que el castaño entró suavemente – Kai, no sé qué pasa… pero desde que fuiste con ellos estás muy irritable.

-Si te molesta no tienes que quedarte- Kai lanzó las palabras apenas audibles, tratando de contenerse, haciéndolas frías.

-…Pues sí me molesta, pero no me voy porque no es justo… no es justo, Kai, yo siempre he estado para ti, pero nunca sé nada, sea lo que te pase yo no pregunto, pero… pero si vas a desquitarte conmigo al menos tengo el derecho de saber el motivo…¿no es así?

-No, y no es justo, ¿quieres saber por qué? Porque has entrado a mi casa a la fuerza, y te has adueñado de ella. Porque preguntando o no siempre quieres saber más de lo que quiero decir y porque no fui yo quien te obligó a quedarte. ¿Quieres irte? Hazlo, no te detengo

-Tú no puedes cuidar de ti mismo, hubo días en que ni siquiera hubieras comido…- Wyatt se mostraba dubitativo pero no quería ser dejado de lado una vez más y se enfrentaba al ruso a pesar de estar temblando

-Si es eso lo que vas a reclamar entonces deja de ayudar a otros. Si esperas un pago puedes irte de enfermero, y yo no he pedido ninguno, así que largo

-¡No espero un pago, espero que te des cuenta de que estoy aquí!... De que nadie más ha venido cuando estabas mal excepto yo y…

-¿y…? y que tu pago soy yo mismo. Dilo ya, eres como cualquiera y estás aquí por un interés propio, no te importa lo que yo esté pasando, te importa sentirte indispensable

-¡Me estás llamando egoísta, Kai, y no es así! ¡En todo caso has estado con peores!

-¿En serio, como quiénes?-una sonrisa amenazante se reflejó en el níveo rostro, bajando el volumen y empezando a perder el control

-¡Como Yuriy Ivanov y Brooklyn Masefield!- Smith casi chilló ambos nombres. Sabía que para Kai, esos nombres y esas personas eran intocables. El primero por ser su amigo, uno demasiado cercano como para solo mantener una amistad con el Fénix, y el segundo por ser alguien que le había herido, y por lo tanto alguien en quien había confiado demasiado, quizá, y esto le dolía admitirlo, llegado a amar. Pero no midió palabras y cuando fue consciente de ello ya era tarde

-¡no tienes ni idea de lo que dices, no eres diferente a Masefield! Y a Yuriy déjalo en paz, él no tiene nada que ver en esto

-P… pues ni Masefield pensaba que Yuriy fuera alguien de fiar, ¿por eso terminó, porque ustedes lo engañaron?...- y si ya no había marcha atrás, entonces sólo quedaba seguir adelante- Brooklyn Masefield no tiene nada de tonto, por eso yo no podía verte entonces, él sabía que yo iba por ti, ¡lo mismo fue con Ivanov!

-¡No te atrevas a hablar de lo que no sabes!

-Lo ves, ahora te defiendes

-¡Me equivoqué! No te pareces a Brooklyn, él tenía más clase y, efectivamente, más cerebro…

-…No me digas eso… ¿Él tiene clase? Por favor, se acuesta con todo el mundo y no le importa quién se entere, eso no es tener clase, ¡es ser un bastardo!

-Eso no es algo que te interese, ni a mí…- algo de lo que acababa de decir Wyatt le hizo conectar ideas… ¿qué había dicho Brooklyn en el estacionamiento?

-Debería, si supieras todo lo que hace no estarías pensando en él ¡ni lo defenderías después de tanto!

-Di lo que tenga que saber y de una vez acaba con esto. ¿Cómo sabes lo que él hace? ¿O no tienes bases? … No, no las tienes y jamás deberías poder de---

-¡Yo lo sé! Lo sé y cualquiera que tenga dos dedos de frente lo sabe. ¡Si no me crees puedes llamarle y preguntárselo!... Mejor acéptalo, tú mejor que nadie debe saber de lo que es capaz ese tipo

-… ¿Llamarle?- Masefield había mencionado una llamada, ¿por qué el castaño hacía referencia a lo mismo?

¿Para qué llamaste ese día?… ¿Alguien te lo dijo?”

-Sí, ¡llámale y dime quién te contesta!, si es que contesta, claro…

-¿Cómo podría llamarle? Hace mucho no tengo su número…- quiso ver la reacción ante esa mentira y encontró lo que buscaba

-¡Mentira! Todos sus números los tienes allí, en ese maldito cajón.

-¿Quién diablos te autorizó revisar mis cosas?...-la voz baja y amenazante, la mirada y todo él adoptó una posición, listo para atacar

-¡Deja de evadir el tema! Tienes todo lo que se refiere a él muy cerca, ¿cómo pretendes olvidarlo? Esto no tiene nada que ver con tus pertenencias, tiene que ver con el engaño que vives. Si no quieres dejarlo pese a lo fácil que es entonces no me hagas pensar que tengo una oportunidad, pero… pero si tengo alguna por pequeña que sea… no me importa, estaré aquí hasta que me la des

-Tienes razón. Tenerte aquí es un engaño porque no tienes posibilidades de nada, las acabas de perder. Si llegué a pensar algo a cerca de ti, me acabas de comprobar que ese, al que tantos celos estúpidos e infundados le tienes, tiene razón y tú no eres digno de confianza.

-…-Wyatt lloraba tratando de contenerse, pero miraba a Kai a los ojos, con un enojo hacia toda la situación que empezaba a colmarle –¿quieres decir que yo, estando aquí procurándote he perdido por culpa de alguien que ni siquiera está, a quien no le importas en absoluto al grado que deja que el que su amante en turno conteste el teléfono de su oficina?

-… no quiero oírte. Esto no es un concurso de excusas y no es algo que importe lo que él haga con su vida

-¡¿Entonces por qué te importa tanto?!

-No eres nadie aquí para exigir explicaciones

-Entonces te diré por qué, si tú no puedes decirlo y si de todas formas no importa lo que yo diga, te voy  a decir la razón: es por orgullo. No tiene nada que ver con amor, tú no sabes nada de eso, pero sí que sabes de orgullo y él te lo ha pisoteado. Tu ego no puede soportar no haberle sido suficiente porque todo el mundo está a tus pies siempre y lo que le ofreciste lo pateó lejos y es algo que no puedes soportar, porque por fin alguien te traicionó y tú creías en él, por fin alguien te engañó y no supiste cómo pasó, ¡Por eso!

-Y a ti te encanta salvar el día, ¿no? No tienes la ni la más jodida idea de lo que hablas. En realidad eres peor que cualquiera… Pretendiendo ser mejor que alguien a quien no conoces y culpando a otros de NO ser ni un cercanamente suficiente, porque para llegar a ser alguien cercano a mi necesitas mucho cerebro y una personalidad. Y no eres ni tienes nada de eso…

-No digas cosas de las que te vas a arrepentir

-Por eso te lo digo, porque sé que es cierto. Y no, no eres como él, jamás podrías… jamás.

-¡Me debes mucho, Kai!- cuando el castaño se sintió acorralado, recurrió a lo único que le quedaba: el chantaje, cualquier cosa antes de aceptar su derrota una vez más – No serías capaz de dejarme así, ni de correrme de la casa que he mantenido en pie para ti.

-Obsérvame

-¡No puedes! Nadie más va a soportarte, ¡Masefield te mandó al demonio y lo peor para ti es la soledad!

-No soy como tú. Tan sólo dime para qué le llamaste ese día

-Para decirle que dejara de ser una molestia, y si era necesario le hubiera comprado toda la información que tenía de ti para agradarte más… pero no vales la pena, en absoluto. Eres un cretino cobarde, que no es capaz de hacer las cosas que quiere, rodeándote de pretextos para sentirte mal.

-¿Entonces a qué demonios viniste en un principio?... ¡Imbécil!-sin pensarlo, el ruso le arrojo un pisapapeles a la cara con toda intención, aunque Wyatt pudo apenas esquivarlo.

-No necesito esto, esperaba que aún fueras alguien con control sobre su vida y un mal rato, pero todo lo que te pasa te tira… qué niño eres. No quiero volverte a ver ni perder mi tiempo contigo. Seguramente no soy tu tipo: no sé cogerme a cuanta cosa viviente veo…- Y aún con los ojos húmedos y el semblante iracundo, Wyatt salió del estudio, de la casa Hiwatari y de la vida del propietario de esta…

Después del mal rato, Kai parecía león enjaulado en su habitación, andando de un lado a otro sin poderse detener. Sentía que si no se obligaba a estar allí podría salir a buscar a Brooklyn Masfield para reclamarle todo, para gritarle, para escupirle cada una de las cosas que le estaban atormentando… para hacerlo suyo una vez más y comprobarle que no tenía que haber ido a buscar otros… De nuevo volvió aquella ferocidad de los celos y el carácter posesivo. Maldito sea aquel que lo haya tocado, maldito sea Mystel y todo el mundo…

-¡AAAH!- gritó, golpeando la pared más próxima y marcándole los nudillos

Se recargó sobre la pared y se resbaló hasta quedar sentado en el piso. No estaba llorando, no, se encontraba en un estado de conflicto interno. Quizá Smith tenía razón y el problema era él mismo. Wyatt había sido demasiado idiota, pero franco…

En ese instante, llamaron a la puerta de la habitación y antes de que pudiera gritar que se fueran, el picaporte giró suavemente. Sus sirvientes sabían bien que una condición para conservar el trabajo era mostrarse lo menos posible, en especial durante sus estados coléricos, que podían durar meses, mucho menos entrar a las habitaciones.

-Hola, Kai –la puerta se abrió, dejando ver unos ojos mar, hermosos, y una sonrisa deliciosa, demasiado conocida -¿no soy a quien esperabas?

Los ojos del fénix se abrieron con un gesto de rotunda sorpresa. Obviamente no esperaba nada de eso y no estuvo seguro de lo que pasaba.

-¿Qué haces aquí?

-Lo mismo…- aprovechando la estupefacción del otro, se adentró en la habitación, cerrando tras de sí, y yendo hasta donde Kai – lo mismo me pregunto yo. Hoy desperté escuchando que me llamabas y aquí me tienes, nunca he podido resistirme a tu voz, lo sabes…

-Tú y tus juegos. No preguntaré cómo entraste, solo sal de aquí

-¿Realmente eso quieres?- se agachó hasta la altura del ruso, acariciándole juguetonamente  la mano

-Sí- contestó lo más estoicamente posible

-Pues lo siento, hoy no haré lo que quieras… o quizá sí…-terminó con una sonrisa perfecta la frase, pero tomó la mano del otro con fuerza, haciéndole daño, jalándolo hacia sí bruscamente, dejando muy cerca sus rostros.

-¡Qué dem…!- Kai no pudo terminar de hablar, los labios del pelirrojo le sellaron, estrujando la mano que tenía en su poder con más fuerza, e impidiéndole moverse.

El fénix se resistía, quería zafarse y alejarse de allí. Brooklyn, además de serle como un veneno seductor, podía ser obstinado y fiero, aunque no lo aparentaba era muy fuerte y si lo quería podía someterlo por completo. Lo menos que quería era dejarse tocar por aquellas manos tan dañinas para él.

El inglés podía jugar de muchas maneras, y aunque le gustaba ser al que sedujeran y procuraran, ser dominante era parte de él, y como la situación lo ameritaba él era quien dirigía todo. Besaba intensamente, y aunque percibía la resistencia del ruso siguió con la labor. Para él, esa situación había sido el último recurso, su manera de saciarse. El contacto frenético y estrepitoso con el otro cuerpo le causaba una sensación de alivio momentáneo, que terminaba con el contacto mismo.

En un instante de descuido por parte del pelirrojo, Kai logró volver el rostro, negándosele.

-¡Deja de jugar, Brooklyn!

-Nunca antes había hecho esto más en serio, Kai…

-Con que nunca…-era increíble lo fácil que resultaba ofendido por él. Su cabeza sabía a qué se referían esas palabras, y a pesar de ello, la parte irracional le enredaba aquella frase como una soga alrededor del cuello… “Nunca” implicaba el pasado que habían compartido

-Por favor, no pienses mal, ¿o es mucho pedir?

-de ti, es demasiado

-…Pues tendrías que creer más en mi… tendrías que haberlo hecho desde hace mucho

-¡¿Quieres terminar con esto?! Ha pasado mucho tiempo

-Demasiado… pero mírame: sigo aquí. Seguimos aquí

-Y no pararás hasta hacernos más daño, eh…aa!- una exclamación de dolor le salió al sentir que le lastimaba la mano al apretarle más y con intención de ello

-Más, Kai, más, mucho más hasta que el dolor ya no sea algo ajeno… Hasta que entiendas que eres mío… que al igual que yo, no tienes más amos

-¡no soy una propiedad!

-ni yo, pero todo en este mundo tiene dueño… y el tuyo debo ser yo, por decreto divino… o por la fuerza

La forma de hablar y actuar de Brooklyn comenzaron a preocupar seriamente a Kai, su agresividad era muy real, y no parecía querer parar antes de conseguir lo que quería. Estaba sobre él, manteniéndolo allí gracias a su peso y la fuerza. Le estaba haciendo daño, Kai estaba seguro de que, al terminar, tendría marcas en las muñecas. No había esperado que sucediera eso. No esperaba que Brooklyn estuviera de nuevo allí, con el control de la situación, y si esta vez era diferente era por la forma en que lo tenía…

Notas finales:

Casi, casi el final. ¿Qué quieren que pase? Bueno, pues ojalá lo que depara el final porque como les comentaba, ya está escrito el destino. 

Sï, quiero decir que ya está el capítulo final, así que sólo queda pedir que cumpla sus expectativas.

Saludos.


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