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El peso de mi libertad por MaggMagg

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Notas del capitulo:

¡Emoción, emoción!

¿Pero qué rayos pasa con estos muchachos? ¿Quién anda allí?

-Se acabó. –Fue lo único que dijo.

Volvía a ser él mismo, aferrado a esa arma parecía haberse reencontrado con una parte de él, aquella que siempre lo había mantenido vivo sin importar el peligro. Aquella que lo había hecho paciente, calculador y preciso, una parte que no era grata porque había surgido durante su estancia en la abadía, en su niñez, pero que justo ahora le daba lo necesario para ver con claridad. Todo se había ido al carajo hacía mucho tiempo, pero ya no era simplemente cuestión de problemas de pareja, sino de la locura que éstos habían desatado en ambos. ¿Cómo era posible que aquel a quien se le había entregado con tanta pasión hubiera estado a punto de amenazar su existencia simplemente por un deseo carnal? No había previsto el peligro y se había ablandado al punto de no ver lo evidente. Se había convertido por voluntad en una presa fácil, abrumado por el peso de la libertad de que siempre había sido consciente y que muy recientemente había sido suya. Qué tontería.

-Vamos, no estás… no es en serio… No juegues.- La respiración de Brooklyn se aceleró rápidamente. Se preguntaba cómo diablos había llegado a ese punto. Kai no era alguien para subestimar, ya lo había aprendido, por qué había estado tan seguro de que podría avasallarlo de esa forma. Y más aún, Kai estaba enojado, furioso, pero a diferencia de las ocasiones pasadas, esta vez respiraba tranquilo, sus ojos no dudaban, su mano no temblaba y no quería huir, en cambio él mismo estaba debatiéndose entre echar a correr o mantenerse inmóvil. Su poder interno era una cosa, una bala en la frente era otra. No habría más nada si cometía un error, no podría seguir con su vida, pero en realidad no tenía nada adelante, no había ningún plan, ninguna expectativa, todo se había perdido en algún punto en mitad de todo el caos que ellos mismos habían causado. Intentó encontrar un aliciente, algo que lo hiciera aferrarse a la vida, incluso a la muerte, pero estaba muy vacío, lo que lo había dominado últimamente era un deseo absurdo, físico, imperioso pero totalmente carente de bases que había consumido todo su raciocinio y sólo ahora, ante un peligro inminente es que despertaba del trance.

Repentina y violentamente la puerta del estudio se abrió de par en par, detrás del pelirrojo, quien sin poder reaccionar a tiempo sintió un golpe en la espalda que lo hizo car hacia adelante, apenas poniendo las manos para no chocar de cara con la hermosa alfombra y caer a los pies del ruso. Al mismo tiempo oyó un disparo. Una vez en el piso el dolor se manifestó, sentía como si un camión se hubiera impactado contra su espalda baja. Pero no sentía haber sido herido por el arma.

-¡Demonios!-gritó Kai con molestia, bajando el arma apresuradamente.

-¡Qué rayos!- Brooklyn se intentaba incorporar para ver lo que pasaba, pero antes de poder hacer nada, sintió el peso del pie de alguien en su espalda que lo obligaba a quedarse abajo.

-Tú te quedas allí. –La voz queda y clara era de Yuriy y sonaba totalmente amenazante y seria. Él era quien había entrado en la habitación estrepitosamente.

-¡Qué haces aquí! Demonios. –Kai había estado a punto de herir a su amigo al entrar con el disparo que hizo reaccionando al movimiento repentino de la puerta, pensando que podría ser alguien para ayudar a Brooklyn. Por suerte había herrado debido a la rapidez con que Yura era capaz de moverse en una situación de asalto como esa en la que el lobo respondía muy bien.

-Llegué tarde, eh- dijo el recién llegado, viendo el arma y percibiendo el ligero olor a quemado de la madera de la otra pared donde estaba incrustada la bala.- ¿Pasaste un mal rato?- Yura vió a su amigo con las marcas en la muñeca que aún sostenía el arma, los rasguños en el pecho y sabía que habría más evidencia por allí. La ira con que había llegado se acrecentó al pensar en los escenarios anteriores a su llegada.

-Idiot! Pude haberte dado, qué haces entrando así a mi casa.

-Sabía que este gusano estaba aquí, un jodido pajarito me lo dijo.

Kai se sorprendió por la respuesta. Qué diablos era aquello. ¿Un jodido pajarito?

-¿Wyatt?-Kai recibió una mirada severa como respuesta. ¿Qué diablos había hecho el imbécil de Wyatt para molestar a su amigo de esta forma y cómo sabía de Brooklyn?

-Bájate, Ivanov- Dijo Brooklyn bajo el peso del ruso, que en respuesta cargó su peso aún más.-Agg…

-¡Zatknis! Cállate o te romperé cada hueso que aún tengas intacto, porque ya tienes la costilla fisurada, verdad.-Efectivamente, Kai no había medido su fuerza cuando lo había lanzado y aunque no había roto nada, no se había ido limpio. Era lo menos que hacía un golpe de cualquiera de los rusos dado con intención. Yuriy no aminoró el peso ni un poco.-Y tú no te atrevas a meterte en esto-Le advirtió a Kai que aún no entendía qué pasaba.

-Maldito perro, vienes a marcar territorio… ¡Ahh!-Masefield gritaba bajo el peso que se incrementaba. Yuriy no era nada cuidadoso ni delicado, no estaba bromeando, la razón que fuera que tenía no era ninguna nimiedad.

-No aprendes, verdad.-Yuriy levantó a Brooklyn del suelo hasta tenerlo a su altura con una facilidad que no parecía normal en él - Te has metido con las personas equivocadas y has hecho lo único que no voy a pasarte por alto.-Acto seguido y ante la mirada atónita del inglés, Yuriy estrelló su otro puño en la cara.

Kai no se metió en el asunto, ya había pasado lo más peligroso y empezaba a sentir de nuevo el dolor en la muñeca y en las demás heridas, además Yura no estaba en buen modo. Dejó la pistola y se sentó sobre el escritorio sin decir palabra, no tenía mucho que decir y estaba empezando a estar en estado de alerta. Si Yuriy no se calmaba y Brooklyn no dejaba de provocarlo tendría que salvar a alguno del otro.

-¿Qué rayos pasó, Yura?

-Además de que te dejara como estás, este bastardo ha estado metiendo su nariz en asuntos que no tiene derecho. Habló con el maldito de Wyatt que llamó a mi casa para amenazarme.

-¿Con qué?

Yura volvió a regresarle en respuesta una mirada severa, cómplice, llena de significado. Ahora Kai tenía la certeza de que no iba a poder impedir que su amigo machacara a golpes a Brooklyn.

-Eres más miserable cada vez.-Kai miró con verdadero desprecio al inglés, ese límite era lo más lejos que podía haber cruzado.

-No sé de qué hablan.

En ese momento entró corriendo Bryan, quien había escuchado el disparo mientras entraba a la propiedad, persiguiendo a su Koi. Se quedó de piedra al verlos allí en semejante situación. Y para sorpresa de todos, se dirigió directamente hacia Broklyn, que estaba siendo sostenido aún por Yura, y le había asestado un golpe seco y certero en la boca del estómago, dejándole sin aire, y causándole un gran dolor, haciendo que escupiera algo de sangre cuando cayó al suelo nuevamente al ser soltado por el pelirrojo debido a la sorpresa.

-Te metiste con la gente equivocada, te lo advertí muchas veces, Masefield.-Bryan había usado el tono peligroso que se reservaba para situaciones importantes.-¿Están bien?-Les preguntó a los otros sin mirarlos, ellos afirmaron. –Es hora de sacar la basura.

Bryan se preparaba para ir por Brooklyn cuando Kai se interpuso entre ambos.

-¡¿Lo vas a volver a cubrir?! ¡No has aprendido nada, durak!- gritó Ivanov volviendo a sentir la sangre envenenada de odio

-Es suficiente.- Kai se agachó y levantó al inglés que intentaba recuperar el aire y no pudo oponer resistencia.

Tanto Bryan como Yuriy se voltearon a ver, sin realmente decidirse a intervenir, la voz de Kai les hacía comprender que no era un capricho, les había pedido de favor que le dejaran terminar con todo. Aunque Ivanov a la vez que sintió un odio que crecía por el inglés, identificó una punzada de dolor, evidentemente Kai había amado el estúpido de Masefield y ese era un gesto de aquello. Broklyn era tan importante para Kai que era capaz de frenarlos tanto a él como a Bryan. Unos celos antiguos se despertaron aunque permanecieron mansamente dentro de él, dolorosamente nostálgicos.

Tanto Kuznetzov como Ivanov se quedaron en el estudio, sin saber muy bien qué hacer. Yura sentía la culpa de aquel secreto y tenía verdadera curiosidad sobre el motivo que había llevado a su koi hasta allí, pero no podía verlo a los ojos y si se le ocurría preguntarle por su razón de haberse abalanzado al inglés no sabía qué tendría que decir, además era muy extraño verlo en ese estado, no le agradaba nada esa voz. Por otro lado, sentía que había fallado al llegar tarde con Kai quien habría soportado hasta el punto de volver a empuñar un arma, después de todo siempre había sido su deber protegerlo, desde que fue instruido en la abadía, más tarde fue la promesa que le hizo cuando estuvieron juntos, y finalmente cuando pudieron mantener una relación de amistad, esa promesa se renovó, pero siempre había llegado tarde y esta vez no había sido diferente.

Por su parte, Bryan estaba tratando de calmar su cólera y esperaba que regresara su amigo para poner todo en orden. No quería ver a Yuriy ni que él lo viera en ese estado. Alguna vez se había alterado de tal modo en la abadía que había asustado a su koi, y se había jurado no volverlo a hacer de ser posible, no quería ver esos ojos azul ártico titubeantes. Pero todo le parecía una mala broma que había intentado contener, pero parecía que no servía ni para eso. Estaba furioso.

Pasaron varios minutos, casi media hora hasta que se escuchó un auto que entraba a la propiedad, era Kai de regreso, sin rastro del inglés, pero su semblante seguía siendo sombrío. Se había arreglado la camisa y aunque aún con visibles rasguños, entró con paso seguro y tranquilo. Sus amigos estaban aún en su despacho, sólo que mientras Yura se había sentado en una de las sillas para visita, Kuznetzov estaba recargado en la pared, junto a uno de los ventanales, con los brazos cruzados.

-¿Y bien?- inquirió el pelirrojo una vez que Kai se sentó pesadamente en el sillón de piel de la pequeña sala frente al escritorio.

-Lo llevé con Garland, dijo que no daría más problemas.- Kai no volteó a ver nadie.

-¿Qué rayos pasó, Hiwatari?

-¿Garland lo recibió así sin preguntar?

-Garland no es tan imbécil. Entendió rápidamente.-Kai sacó el arma que antes había disparado, enseñándoselas para después ponerla sobre la mesita de centro.

Se produjo un silencio incómodo que parecía que al romperse todo se vendría abajo. En algún momento tendrían que verse a la cara y hablar, es decir, Yura y Bryan vivían juntos. Parecía muy obvio que había que resolver las cosas de alguna manera que no fuera la negación.

-¿Y ahora qué?- Interrumpió el pelirrojo, desesperado.

-Si regresas con él olvídate de mí.-el pelilavanda habló sin disimular su enojo, hablaba en serio, había sido demasiado la relación de su amigo, estaba harto.

El comentario hizo que tanto Kai como Yuriy voltearan a ver a Bryan, algo sorprendidos. No era muy claro el motivo que impulsaba esa tajante advertencia. Ciertamente no había sido divertido para él ni para su koi, pero les había parecido a ambos que el que menos se lo tomaba a pecho era justamente él.

-No, claro que no. Ya me dejó un lindo recuerdo para no olvidarlo.-Levantó la mano con la muñeca más lastimada y traía una férula. En el camino había pasado por una a alguna farmacia.

-¿Estabas dormido cuando llegó?- Bryan se sorprendió al verle la mano amoratada e inflamada a Kai. Era realmente extraño, prueba de que había bajado la guardia demás. Algo imperdonable en alguien como él.

-¿O inconsciente?-La sangre le volvía a hervir a Yura, que se hizo daño a sí mismo al cerrar con fuerza el puño.

-¿Por qué vinieron?-Preguntó Kai, cambiando la atención hacia algo más importante.

Hubo un silencio corto donde Bryan bajó de nuevo la mirada, sin querer escuchar la historia, aunque ya la podía intuir.

-Wyatt llamó para decírmelo. –Ivanov sintió que las fuerzas lo abandonaban. Kai hacía esa pregunta a pesar de haberlo oído antes. Claramente pensaba en hacérselo saber todo a Kuznetzov, pero no estaba seguro de querer cooperar. Había mucho por lo que temía. Era una vieja historia pero aun así no sabía qué esperar.-Dijo que había salido de aquí y que cuando iba a volver lo vio entrar a la propiedad, pero que él no iba a volver. Dijo que no valías la pena.

-Cobarde- a Kai eso le sacó una sonrisa burlona, llena de desagrado. Al final ese era el verdadero Wyatt, alguien que en definitiva no iría a ayudarle al temer por su propia seguridad y claro, ante Brooklyn él no podría. De algún modo no podía culparlo y sin embargo recordar la primer parte de su discurso le molestaba. Era un hablador.

-También dijo que más les valía a ustedes no buscarlo a menos que no les importara que abriera la boca, verdad, Yura. Parecía que Masefield le había contado algunas cosas.- dijo Bryan.

Otro silencio. Yuriy intentó decir algo sin que las palabras se pudieran ordenar para hacerlo. Kai también guardó silencio. Bryan estaba evidentemente furioso. ¿Significaba eso que al final se había enterado?

-¿Por qué Masefield hablaría con ese gusano? No tiene sentido, de cualquier forma no creo que hubiera otra forma de que lo supiera.- Bryan empezaba a relajarse, lentamente. Evidentemente trataba de recobrar la compostura.

-No creo, ninguno podía siquiera escuchar el nombre del otro- concluyó Kai.

-¿Se lo contaste tú? No tendría caso que hubiera involucrado a Masefield.-preguntó el pelilavanda a Kai

-Claro que no, pero si lo hacía de esa forma habrían ido por él, no por Brooklyn.

-¿Escuchaste todo?-preguntó Yuri, tratando de seguir el hilo de la conversación a pesar del nerviosismo y miedo que seguía presente.

-Entré por la cocina y debí haber levantado el teléfono casi a la par que tú. Salí después y habías tomado tu auto para venir, pero yo fui por Wyatt. Reconocí el sonido de la estación de autobuses que está cerca de aquí, y allí estaba parado como un imbécil. Me contó que tuvo una plática muy interesante con Masefield. Y hasta me quiso poner de su lado. Debe estar en algún hospital.

Bryan se tomó la quijada para aclarar que únicamente eso le había roto. Los otros se sintieron aliviados, por un segundo creyeron que habría sido mucho peor.

-¿Y te contó algo interesante?-Kai por fin le sostuvo la mirada. Estaba dispuesto a enfrentar a su amigo y lo que fuera que él decidiera hacer. Era lo menos que le debía.

-Nada nuevo, pero no soporto el chantaje.

Yuriy y Kai se voltearon a ver rápidamente.

-¿Nada nuevo?- Preguntó cauteloso el pelirrojo.

-Nada. Ya podemos dejar de fingir que no pasó y que jamás me enteré.

-Eso tiene tanto tiempo que…-Yuriy se puso de pie de un salto sin llegar a moverse de su lugar y buscó ayuda con la mirada, quedándose sin palabras. ¿Estaban hablando de lo mismo?

-Lo sabías. Lo sabías… ¿desde cuándo Kuznetzov?

Bryan compuso una cara triste adornada de una sonrisilla falsa. Kai había acertado. Aquella amenaza se trataba de revelar la relación que entre Kai y Yuriy había existido. Aquello había empezado cuando eran muy jóvenes, en los tiempos de la abadía, habían estado cerca, habían sufrido juntos y entrenado hasta sangrar, solos. Bryan había llegado después y lo había notado, después Kai había huido, dejándolo todo, presionado por su abuelo. Cuando se reencontraron en el torneo de beyblade las cosas se salieron de control, pero para entonces Bryan estaba tras el pelirrojo. El reencuentro fue un desastre, habían muchos cabos sueltos, Kai había huido sin explicaciones y muchos sentimientos se dispararon entre ellos, pero tras algunos encuentros dolorosos lograron dejar las cosas por la paz. Ambos convinieron en que era hora de aceptar que habían elegido su camino y no iban juntos. Bryan se había convertido en un preciado amigo para Kai y durante ese tiempo se había quedado con Yuriy a pesar de saber que ellos aún estaban cerca, no había nada más que hacer. Pasaron los años y todo retomó su curso. Kai y Yura se guardan un profundo cariño por todo lo que habían pasado, pero únicamente les quedaba una amistad sólida e inquebrantable. Bryan y Yuriy estaban juntos y nada se había interpuesto en su camino desde entonces.

-Desde siempre. ¡Por favor, era demasiado obvio! Habían sido los únicos por mucho tiempo en ese maldito lugar. Ambos eran los mejores, nadie se comparaba con ustedes en nada y sin embargo, a pesar de la estricta competencia siempre estaban allí, se mantenían juntos en ese infierno. Los hicieron destrozarse uno al otro en los entrenamientos, en cada uno de ellos, pero siempre volvían a ser los líderes, juntos, sin tratar de anular al otro. ¿Y después, qué diablos era esa actuación? Era lógico que tenían cuentas por saldar. Tú (dijo viendo a los ojos a Kai) habías huido de Voltair y nos habías dejado, a todos, pero nadie se lo había tomado más personal que tú, Yura. Claro que lo sabía. ¿Creyeron que era tan idiota? Y aun así… Yura me había elegido, competía contra Kai, perder era algo muy razonable, no podía darme por vencido por pequeños tropiezos. Y mira, al final gané.

-Jamás mencionaste nada.

-¿Y qué ganaría con eso? Yura, todos tenemos cosas de las que no queremos hablar. Pero lo que realmente me enojó fue que ese par se atrevieran a amenazarlos con ello. Al inicio me enojé porque le habías contado esto a ese maldito de Masefield, pero era lógico, hay personas con las que no se puede guardar secretos y si yo lo había descubierto cuando nadie debía enterarse, ahora eso debía ser fácil. Me molestó que yo quedaba como un imbécil. Pero es como dije, yo gané lo que quería y además era amigo de Hiwatari, no podía estar en mejor posición. Le advertí varias veces a ese imbécil que dejara las cosas tranquilas, pero no quiso creer que había personas intocables en este mundo. Eso fue con Masefield, pero no tenía idea de que Wyatt lo supiera.

-Él no sabía y dudo que hubiera hablado con Brooklyn. Wyatt simplemente habla tanto que en algún punto da con la verdad. Me emparentó con todos pero se dio cuenta de que Brooklyn había sido tajante con ustedes, luego simplemente apostó por alguno y dio en el blanco.

-Pero él dijo que…

-Ese maldito gusano lo inventó, jamás le llamaría.- Bryan evitó decir su nombre para no escupir.

-Pues lo hizo. Por eso lo saqué de mi casa. Hace algunos meses llamó a su casa y aunque no habló con él, encontró que tenía compañía. Después eso lo agrandó y me acusó de mantener secretamente contacto con él.

-¿Lo hacías? Te mato.

-Claro que no, pero a Wyatt le gusta hablar. Es justo lo que estoy tratando de hacer que entiendas, idiot…- Kai pudo sonreir después de insultar cariñosamente a Yura.

-Bueno, así que esa es la historia completa. Vaya, pudieron habérnoslo ahorrado eh Hiwatari… Que no se te ocurra volver a tener una relación similar o te juro que esta vez mato a quien sea. – parecía que Bryan estaba más ligero, su respiración ya era más fluida y esa pequeña arruga que se le marcaba en el entrecejo cuando se ponía serio se desvanecía rápidamente.

-Cierto, incluyéndote, idiot- Yura, al notar a su koi más sereno pudo por fin descansar.

Los tres sonrieron al fin, pudiendo verse todos a la cara. Era un peso muy grande el que se habían quitado todos de encima. Era raro, hasta Bryan que no pensaba que llevara cargándolo sintió que se deshacía de una sensación de molestia que estaba allí desde hacía mucho.

-Sí. Lo siento, realmente he sido un idiota. Gracias.- Kai soltó las palabras sin sarcasmo ni reservas. Estaba frente al par de personas más leales, incondicionales y locas que conocía, además uno de ellos había sido y sería siempre, de algún modo, parte de él, le querría como amigo, como hombre y nada de eso cambiaría el tiempo. Yuriy Ivanov era lo mejor que conservaba de su descabellado pasado y pese a todo lo que habían atravesado pensó que jamás podría sacarlo de su vida, deseo que pudieran ser cercanos hasta el final. Si debía hablar de lo que había sido para él tendría que recurrir a un montón de palabras amorosas, cursis, quizá infantiles e inusuales en él. El otro, Bryan Kuznetzov, era la persona más coherente que hubiera conocido, un magnífico amigo y una gran persona. Hasta ese momento siempre había tenido la sensación de que lo había traicionado y que estaría siempre en deuda, ahora entendía que era mejor persona de lo que pensaba y más sin duda que él mismo. Por un instante pensó que toda aquella estúpida aventura con Wyatt y Brooklyn valía la pena sólo por haber llegado a ese punto. Se sentía afortunado, respaldado y muy seguro quién era él y quienes eran sus amigos.

Los otros rusos se quedaron un poco desconcertados por las palabras de Kai. Era sumamente raro que él hablara tanto cuando no había necesidad. ¿Había necesidad de seguir hablando? Yuriy se sintió desarmado ante los otros. Pensaba que ese par eran los dos hombres de su vida, uno el primero y el otro, esperaba, el último y definitivo. Ellos le proporcionaban estabilidad y confort. No había tenido familia ni nada parecido pero sintió que no lo necesitaba gracias a ellos.

-Seguro que lo fuiste, pero todos lo hemos sido de alguna forma- Yura habló igualmente. En parte era una forma de reiterar el apoyo incondicional hacia Kai, pero era su manera de disculparse con su koi por un engaño que en realidad nunca logró y más bien por todo lo que de ello hubiera resultado.

-También los quiero. –Bryan era mucho más simple, como siempre.- Pero espero que esto no pase seguido, el ambiente se pone muy raro.

Los tres se vieron muy serios y se avergonzaron de sí mismos, demasiado sentimentalismo honesto, eso no iba con su grupo.

Entonces Kai los invitó a cenar, era lo menos que podía hacer, cenaría y beberían toda la noche, celebrando que todo hubiera terminado por fin y haciendo sus típicas bromas se burlarían, se molestarían y todo regresaría a la normalidad. El pacto de silencio implicaba un ritual así, después de esa noche no hablarían de lo ocurrido, ya todo estaba en el pasado y podían continuar.

La mañana siguiente tenían una resaca espantosa, de todas formas fueron a trabajar y despacharon malhumorados sus deberes. La pareja de rusos se escapó una hora antes de su hora de salida y fueron directos a la cama… a dormir, después verían qué más pasaba.

Por su lado, Kai tenía montones de trabajo, los últimos días había estado distraído y algunos deberes se habían ido rezagando y salió tarde, con lluvia. Subió a su auto pero en vez de ir directo a su casa decidió manejar un rato para relajarse. Hubiera preferido caminar pero ni la lluvia ni la molestia de la mano fracturada lo animaron a hacerlo. Recordó cómo cuando más joven vagaba por la ciudad cuando quería relajarse, normalmente en días lluviosos todo era calmado y solía encontrar algún gato que le hiciera compañía a cambio de un poco de calor o refugio contra el agua. Aquel tiempo que le parecía difícil lo vio como sus días fáciles, todo se arreglaba en un duelo.

Le tocó un semáforo en rojo en una calle casi vacía y mientras esperaba al verde notó que alguien estaba en la esquina resguardándose de la lluvia. Era Rei. Bajó la ventanilla y lo invitó al auto, a lo que el ojidorado aceptó gustoso de alejarse de aquel clima.

-Gracias, Kai. Me sorprendí mucho de verte por aquí, estás muy lejos de tus rumbos, eh. ¿Oye, qué te pasó?- recién se había dado cuenta de la férula y rápidamente pensó que era raro que Wyatt no estuviera con él.

-Sí, es una larga historia. ¿Tienes planes? No me apetece cenar solo.-Bueno, siempre pasaba, un gato aparecía y le hacía compañía, qué buena suerte le traían los días como ese.

Rei se sonrojó de inmediato sin poderlo evitar. Kai se veía muy bien, algo cansado pero guapo. Los trajes le sentaban y esa sonrisa galante lo derritió. Pudo adivinar que las cosas habrían cambiado y tenía curiosidad. Siempre había sentido curiosidad por el ruso y quizá…

El auto desapareció de esa calle con dirección a la ciudad, buscando un restaurante para cenar, para seguir celebrando su verdadera nueva libertad. Kai Hiwatari había vuelto.

Notas finales:

Listo. Por fin el fin.

Gracias a ti que llegaste al final de este maratónico fic. Al fin mi alma está en paz después de años, literal, de tener este proyecto pendiente.

Les comento nuevamente que este es un fic que inicié con la cuenta de Magg, pero pro problemas me vi en la necesidad de volver a registrarme y subir el fic completo. 

Si dejan reviewa lo agradeceré mucho, y si no simplemente que lean será un pago a todas las horas trabjando en esto. Cuando retomé el fic vi que hubiera querido escribir cosas distintas pero no podía darme el lujo de alterarlo todo después de tanto tiempo. Tengo la esperanza de que algún lector de entonces que estuviera siguiendo el fic aún ande aquí y lea el final. Lo debía.

Mil gracias por leer.


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