Después de la extraña desaparición de Dipper todo el pueblo de Gravity Falls había entrado en pánico, constantemente entraban y salían grupos especializados de búsqueda los cuales se adentraban en los más profundo del bosque para poder encontrar algún rastro que los llevara al infante, los carteles de "se busca" y el retrato del secuestrador se podían encontrar en cada esquina del lugar, he incluso un grupo de perros había sido enviado para seguir el rastro del menor, pero todo parecía ser en vano, por más que buscaban no encontraban ninguna pista.
En la estación de policía de Gravity Falls, los padres y el tío abuelo de los infantes habían sido llamados nuevamente para poder hablar del pequeño de 3 años.
-¡¿Como que no hay nada que puedan hacer?!- Dijo con furia para después abalanzarse y tomar del cuello del uniforme al policía que se encontraba en frente a él.
-P...Por favor señor Pines, comprenda que ya hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance para encontrar a su hijo- Los nervios podían escucharse claramente en la voz del policía.
-¡Tienen que hacer algo mas, mi hijo no pudo haberse desvanecido en el aire!-l con varias lágrimas ya rodando por su rostro el hombre de castaño cabello agito con violencia al oficial debido a la frustración.
-Pues según los testimonios del señor Stanford y de todos los policías que estaban ese día en el área cuando el niño fue secuestrado eso fue lo que paso- Término de relatar un agente que entraba a la sala de interrogatorio –Señor Pines, sé que es difícil estar en su situación, pero por favor intente calmarse- La voz fría y calmada del agente hizo que el padre de los infantes reaccionara y volviera a tomar asiento junto a su esposa, quien solo escuchaba y lloraba en silencio la pérdida de su pequeño, a lado de los dos adultos, Mabel se encontraba recostada en el pecho de su tío, al igual que su madre la pequeña no había dejado de llorar desde el secuestro de su hermano.
-¡Alguacil se lo suplico, tiene que haber algo más que puedan hacer para encontrarlo, mi pequeño Dipper no puede estar en las manos de un psicópata!-
El oficial tomo una silla y se sentó a lado de su compañero –Escuche señor, ya hemos hecho de todo para poder encontrar a su hijo, ya incluso hemos dado alerta a otras estaciones de policía en todo Oregón y aun así, sigue sin haber nada-
-¿Y qué hay del secuestrador? Yo di una descripción muy clara de cómo era- El anciano acariciaba la cabeza de su sobrina para intentar consolarla.
-Sigue siendo lo mismo señor Staford, ya hemos buscado en todos los archivos criminales y aun así ninguno concuerda con el retrato que tenemos del secuestrador... aunque hay algo que realmente me intriga y es que todos los agentes que se encontraban presentes esa noche han declarado que el secuestrador parecía conocerlo ¿Hay algo que no nos ha contado aun?-
-Ya se lo he dicho a sus colegas, jamás en mi vida he visto a ese hombre- El anciano empezaba a alterarse.
El alguacil se dejo caer pesadamente en el respaldo de su silla –Ya veo...- respondió el agente en un tono serio –Señores Pines, voy a ser totalmente honestos con ustedes... no creo que podamos encontrar a su hijo, pero antes de que digan algo les explicare porque-
Un silencio sepulcral comenzaba a formarse en la habitación.
-Verán, hay algo que todos los habitantes de Gravity Falls saben, pero que prefieren ignorar y estoy seguro de que el señor Stanford sabe de que hablo-
-¿A qué se refiere?- Pregunto con intriga la madre de los pequeños mientras se limpiaba las lagrimas que tenía en los ojos
-Me refiero a que el pueblo de Gravity Falls está plagado de rarezas, cosas y seres que van más allá de nuestro entendimiento y puede que una de esas criaturas haya sido la responsable del secuestro del pequeño. Esto se sabe desde hace mucho tiempo, pero se ha mantenido oculta esta información para proteger el pueblo y para evitar que curiosos se internen el los bosque de la zona-
Los padres de los pequeños quedaron en silencio total, sentían que aquel oficial les estaba tomando el pelo.
-¡Oficial, no es momento para bromear, en este momento mi hijo podría estar sufriendo en las manos de aquel psicópata, mi tío Stan ha vivido en este pueblo por años y jamás ha dicho una sola palabra sobre criaturas mágicas! ¿No es así tío San? -
El anciano quedo en silencio y bajo la mirada, si algo habían aprendido durante el todos los años que había vivido en Gravity Falls era jamás hablar de las cosas extrañas que sucedían y simplemente ignorarlas. Stan abrazo con fuerza a la pequeña que se encontraba en sus brazos.
-En este pueblo, si le das importancia a ese tipo de cosas, terminas por volverte loco. Lo que el alguacil dice es verdad, por esa razón me negué durante mucho tiempo a que ustedes vinieran a este pueblo maldito, no quería ponerlos en peligro y menos a los gemelos...- La voz del anciano comenzaba a quebrarse –Pero me deje llevar, quería tanto pasar tiempo con ellos y por eso acepte que pasaran el verano conmigo, ahora gracias a eso Dipper ya no está con nosotros-
El hombre joven de cabellos castaño oscuro veía con sorpresa total a su tío, no podía procesar bien todo lo que el anciano decía, no quería aceptar lo que decía el alguacil y su tío decían. Se puso de pie y con furia se dirigió hacia donde estaba el hombre de cabellos canos y lo tomo con fuerza de los hombros para proceder a agitarlo con violencia sin tomar en que su hija se encontraba en los brazos de este.
-¡¿Por qué no dijiste nada antes Stan?! ¡Todo esto pudo haberse evitado, si tanto querías estar con los niños podrías haber venido a California en lugar de dejar que vinieran a un lugar tan peligroso!- Gruesas lagrimas caían por el rostro del hombre mientras este aun seguía en pie.
A su lado, su esposa de largos cabellos y facciones delicadas lloraba desconsoladamente, pues se culpaba de todo lo sucedido y se lamentaba el no haber podido evitarlo. Perder a uno de sus amados hijos era un castigo que la torturaba por dentro. La mujer daba varios hipidos, pues el llanto evitaba que esta pudiera respirar con normalidad.
El alguacil al ver la escena dio una señal al oficial más joven para que fuera a separarlos; con una gran fuerza el agente separó a ambos hombres, tomo al de mediana edad para que regresará a su asiento y mantenerlo en la silla mientras que el moreno seguía forcejeando.—¡Señor Pines! —Habló alto, casi gritándole al hombre joven haciendo que dejara de moverse y dejando sorprendido a todos en la habitación.—¡Sera mejor que se calme, usted y su familia están a punto de tomar una decisión demasiado importante que puede cambiar todo en sus vidas.—Una vez más el cuarto quedó en completo silencio al hablar el agente.
Logrado esto el hombre de traje negro, postura firme y formal saco bulto envuelto en una tela, al desenvolverlo se mostro un extraño aparato con una forma que asimilaba a una pistola la cual puso en la mesa a la vista de todos los miembros de la familia Pines. -Ahora presenten atención a lo que diré... No sólo soy oficial de policía, pertenezco a un grupo muy viejo que se ha encargado de mantener la estabilidad mental y emocional de los habitantes de todo Gravity Falls, con este aparato que está frente a ustedes puedo borrar los recuerdo indeseados que las personas no quieren tener. —Explicar este tipo de cosas jamás eran fácil para el oficial, pues siempre quedaban dudas.
Había hecho una pausa para ver de frente a la familia la cual seguía confundida y un tanto dudosa de lo que les decía.—Ustedes y su familia ya han sufrido mucho y por eso quieres proponerles un trato.—Hizo una señal a su compañero para que soltara al hombre más joven de los Pines.—Señor Pines, han sufrido mucho como familia, por eso le propongo borrar el recuerdo de todo lo sucedido con el pequeño, nunca habrá existido en su memoria y el nombre del pueblo no será nada, podrán regresar a California y seguir con su vida normal.—En ningún momento dejó de lado su seriedad pues lo que era más prudente era que ambos adultos aceptarán lo que les ofrecía.— Pero si lo que quieren es tener el recuerdo de lo sucedido me temo que deberán quedarse aquí el resto de sus vidas... —
Ambos padres se quedaron callados por un momento pensado en lo que les habían dicho, la mujer permanecía con la vista agachada tratando de recapacitar lo que el oficial decía, mientras que su marido solo trataba de encontrar entre toda la maraña de pensamientos una respuesta. —Si aceptamos... ¿Está seguro de que no recordaremos nada? —Hablo de repente con timidez la mujer saliendo de su trance para ver al oficial.
—Si señora, nosotros nos desharemos de todas cosas relacionadas con su hijo: fotos, documentos, ropa, dibujos, vídeos y lo que sea que incluya al menor. —Rodeó la mesa para avanzar un poco hasta donde estaban ambos y con un susurro le hablo al odio al padre de los pequeños. —Ustedes nunca recordarán absolutamente nada... —
De repente la pequeña que se encontraba en brazos de su tío se separo bruscamente de él y con un pequeño golpe en la mesa llamo la atención de los presentes. – ¡Yo no quiero olvidar a mi hermano, lo quiero mucho y tenemos que salvarlo!- El oficial al ver la actitud arrogante de la pequeña frunció el seño y se alejo del mayor. –Yo estoy de acuerdo con Mabel, no puedo simplemente aceptar olvidar a Dipper y seguir como si nada hubiera pasado, es ridículo- Hablo Stan.
El agente de policía camino directo a donde se encontraba sentado el anciano y puso sus manos en los hombros de este. -En ese caso creo que su decisión ya está tomada señor Stanford. Sin embargo, me temo que no puedo tomar en cuenta la decisión de la pequeña, pues lo que pase con su memoria dependerá totalmente de sus padres...- Hablo con un tono de voz un tanto burlón y acaricio con delicadeza el cabello de la menor, para después voltear a ver a los padres que aun seguían en un estado de confusión total; Nuevamente el oficial se alejo del mayor de los Pines y regreso a su asiento para poder mirar fijamente a la familia.
-Entonces, ¿Qué dicen señores, quieren olvidar?- El alguacil movió el misterioso aparato para que este quedara justo en frente de los presentes y así hacerlo ver más atractivo.
-Yo si lo haré- La mujer de cabellos castaños levanto la vista y se limpio las lagrimas que quedaban en su rostro. -No puedo aceptar la idea de que mi pequeño Dipper ya no este conmigo, prefiero olvidar todo...- Complacido el oficial volteo su mirada para poder ver al esposo de la mujer -¿Y que hay de usted señor Pines. También quiere olvidar?- Si decir nada el castaño simplemente movió la cabeza para afirmar.
Al ver la confesión de los adultos el oficial chasqueo los dedos dándole la señal a su compañero para llevárselos junto a la pequeña, quien al ver como la querían separar de su tío se aferro fuertemente a el -¡NO, yo no quiero olvidar a Dipper, quiero quedarme con mi tío Stan y seguir buscando!- El anciano al notar la insistencia de la pequeña la abrazo con fuerza y lentamente comenzó a llorar -Yo tampoco quiero que te vayas Mabel, pero prefiero que olvides todo y asi mantenerte a salvo.-
Al notar la escena la madre de la menor no se resistió y con un tono frió se dirigió a los policías -En ese caso, también quiero olvidarla, si no quiere venir con nosotros no me importa. Si no tengo a mis dos hijos, entonces no quiero ninguno- Dicho esto la mujer salio de la sala; el padre de la pequeña son poder resistirlo se acerco a su pequeña y le dio un fuerte abrazo para despedirse -Somos unos débiles al querer olvidar mi pequeña Mabel, pero tu no eres asi, eres mucho mejor que nosotros. No pierdas la fe, se que encontraras a tu hermano- El hombre rompió el abrazo que mantenía con su hija y siguió a su esposa fuera de la sala.
Una vez que los castaños salieron de la sala el agente que no se había movido de su silla durante toda la escena, se puso de pie y tomo el extraño aparato que aun seguía en la mesa. -Si me permiten decirlo, acaban de desperdiciar una excelente oportunidad, pero al final de todo en nuestra sociedad solo ayudamos a la gente que realmente quiere olvidar- Una vez que el oficial termino de hablar abandono la sala cerrando la puerta y dejando en oscuras el lugar.
La oscuridad que reinaba en aquel cuarto fue sustituida por una potente luz que paso por la rendija de la puerta y un extraño zumbido acompaño a la iluminación momentánea del lugar. La menor asustada oculto su rostro en el pecho de su tío, quien cariñosamente acaricio la cabeza de la menor para después ponerse de pie con la pequeña en brazos y salir del lugar...