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Cosas que digo por 1827kratSN

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¿Cuántos problemas podía generar un desorden en la fisiología de Tsuna? O tal vez sólo era un desorden psicológico temporal, como fuere… el caos fue mayor de lo que el propio afectado imaginó. La lista de estupideces que hizo se acrecentaba con el pasar de los minutos y lo que podía resumir era: Dar decenas de permisos para que Lambo hiciese travesuras, ofreció su cuerpo a Mukuro, negó la belleza de Chrome en frente de su otra niebla, le dijo herbívoro a Hibari, halagó la feminidad de Lal y acusó a Colonello de ser un infiltrado en Vongola.

En definitiva, los líos para el futuro líder de Vongola le llegaron solos y en menos de lo que cantaba un gallo… o un grito de Skull por ser casi baleado por Reborn, aunque Tsuna no lo había visto de frente en todo el día. Era así que la noche llegó y con eso el pánico de Tsuna ascendió al punto en que colapsó mentalmente

 

 

—Juudaime, ¿está bien?

—Claro, Gokudera-kun… me siento en el cielo — de sus ojos brotaban lágrimas de frustración. Ya no aguantaba el desastre y eso que todo se calmó cuando Gokudera le explicó lo sucedido al resto de guardianes de la décima generación

—Así que estás demasiado mal — Yamamoto palmeaba la espalda de su amigo que estaba recostado boca abajo en su cama — será mejor decir que te enfermaste y no puedes bajar

—No se puede, friki del béisbol — se quejó el albino — todos saben que juudaime está aquí, el no mostrarse sería una falta de respeto para los invitados. Así que por lo menos un par de horas debe bajar

—Estoy emocionado, Gokudera-kun

—Tranquilo, juudaime. Prometo no dejarlo solo

—Cierto… has estado conmigo todo el día — ironizó en protesta. Si se metió en tantos líos fue porque lo abandonaron a su suerte

—Lamento eso — el albino se deprimió casi inmediatamente antes de pararse junto a la cama de su líder — pero tenía que detener a esa vaca estúpida ¡y éste friki del béisbol no ayudaba en nada!… lo perdí de vista, discúlpeme — la tormenta hacía una reverencia exagerada y Tsuna se sintió culpable

—Gokudera-kun… agáchate — suspiró mientras se sentaba en aquella cama y sonreía sutilmente — vamos

—¡Sí! — y sin pensarlo Gokudera estaba en el suelo, postrándose en disculpas por su falta

—Creo que quiere decir que te levantes — sonrió Yamamoto

—¡Tu cállate! ¡Quién te preguntó, idiota!

—Gokudera-kun — sonrió Tsuna mientras tomaba una hoja de la mesa de noche y empezaba a escribir algo

—¿Qué haces, Tsuna? — pero ambos chicos tuvieron que esperar un poco hasta que la hoja se les fue cedida

—Yo… — mientras la tormenta leía el escrito su rostro se iluminaba, destellaba y esa era buena señal — ¡claro, juudaime!

—Gracias — sonreía Tsuna mientras Yamamoto leía la nota completa también

 

 

“Confío en ti y en Yamamoto para que me ayuden a superar esta noche”

 

 

La magia de unas simples palabras era increíble. Tsunayoshi había cedido su salvación a esos dos y confiaba en que ellos supieran sacarlo del embrollo en el que Giannini… no, él mismo se había metido. Aun le faltaba madurar, Reborn tenía razón. Lo peor de todo era que no había visto su tutor ni un solo instante y sinceramente necesitaba algún consejo o un buen golpe que lo reconfortara. Tsuna se dio cuenta que se acostumbró tanto a la presencia de Reborn que sin él… se sentía un poco perdido... totalmente perdido. Aún no tenía la suficiente confianza como para enfrentar sus problemas solo, necesitaba de alguien en quien apoyarse y que le diera una nueva lección espartana en su vida.

Tsuna se recriminaba mentalmente por estar pensando en esas cosas, porque debía madurar y si seguía siendo dependiente, nunca lo haría. Si Reborn llegase a escucharlo, le dispararía seguramente.

Bajar a esa fiesta con el traje negro y camisa color naranja fue difícil. No sólo varia CEDEF, Cavallone, Simon estaban ahí, sino que aquellas personas que no conocía lo miraban de pies a cabeza en busca de cualquier defecto que criticar. Así de complicado era. El pecho de Tsuna punzaba, su intuición daba señales de que alguna tontería haría y a pesar de eso sólo se concentró en resignarse, levantar la frente y confiar en que sus guardianes supieran ayudarlo. Todos sus amigos ya sabían de su problema extra grande… al menos la mayoría. Tal vez no debería contar a Lambo

Tsuna se vio obligado a participar en conversaciones en donde sus palabras, por alguna razón, terminaban siendo tomadas de buena forma, incluso logró hacer reír a Xanxus y eso sí que era un logro, tal vez levantarle el ego fue buena idea. Timoteo lo ayudó cuando forzaba su boca a cerrarse a sabiendas de que podía decir algo estúpido. Gokudera y Yamamoto buscaban una excusa para sacarlo de alguna plática demasiado larga y sus demás guardianes lo mantenían ocupado debido a las discusiones y cosas por el estilo. El castaño pensó en que hizo mal en no haber confiado en su familia desde un principio, pero… tal vez no

 

 

—Quédese aquí, juudaime, ya casi cumplimos con el protocolo y podremos retirarnos

—Gokudera-kun — quiso sujetar el brazo de su fiel amigo, pero este se adelantó dos pasos

—Iré a buscar a Reborn-san porque es el único que no sabe de la situación — sonrió con confianza

—Pero…

—No se preocupe, el friki se queda aquí

—Ve con cuidado — Tsuna suspiró mientras miraba a lo lejos a Yamamoto. «Gokudera-kun, ¿no te diste cuenta que Yamamoto está platicando con Kaoru?... Estoy solo de nuevo»

 

 

Tsuna intentó pasar desapercibido por la mayoría de invitados y se internó en lo profundo del patio donde se llevaba a cabo la fiesta. En silencio se alejó de todos, al fin podía soltar el aire y llenarse de alivio. No había sido su día más calmado, su suerte lo abandonó durante esas horas y estaba tan cansado que quería irse a dormir, por eso buscaba un camino segundario para ingresar de nuevo a la mansión. Por sobre todas las cosas quería evitar hablar, estaba harto de pensar lo contrario de lo que decía o escucharse a sí mismo decir cosas que ni venían al caso. Giannini dijo que tardaría más de un día en arreglar esa cosa y Tsuna sólo quería dormir el resto de ese tiempo

 

 

—Escaparse de una fiesta sin despedirse de los comensales es inapropiado — una voz profunda detuvo la caminata de Tsuna e hizo que todo su cuerpo temblara por el escalofrío

—Ignoraba eso — «por favor, no. Váyase señor… ni siquiera sé su nombre» Miraba al adulto en frente de sí— desconocido-san

—Hum — Reborn no portaba fedora así que Tsuna pudo ver esa sonrisa ladeada que el mayor emitió y ese cabello tan negro como el ébano que se le hizo conocido, pero no recordaba de donde — llámame Francisco — el azabache se estaba divirtiendo demasiado desde que usó de nuevo esa máquina para recuperar su forma, después de todo, la fiesta debía disfrutarse como se debe

—Es un placer — reverenció el castaño, pero dio un paso hacia atrás. No quería meterse en nuevos problemas

—¿Por qué huyes del festejo? — detuvo al jovencito al impedirle el paso y tomarle del brazo

—Para buscarlo a usted — «¡Sólo quería huir hasta de usted! ¿Es tan difícil decir eso? ¡Tsuna inténtalo!» se regañaba a sí mismo mientras intentaba controlar su nerviosismo debido a aquel hombre

—¿Y por qué querías verme?

—No me dijo su nombre esta tarde — Tsuna sonrió sutilmente mientras se aguantaba los nervios y seguía fingiendo ser parte de ese mundo extraño — tenía curiosidad. Demasiada

—¿Alguna razón específica para ese interés? — platicar de esa forma con su alumno le estaba haciendo pensar en lo idiota que estaba siendo. Tal vez sólo debía decirle que era Reborn

—Su imponente presencia me estremece — «¡ya cállate por dios!» — es interesante y atrayente — «¡pero si sólo quiero huir! Ya deja de pensar en eso y concéntrate en lo contrario… ¡pero es tan difícil!»

—Decirle eso a un desconocido puede ser tu carta de condena — Reborn lo miró con diversión. Su alumno era interesante en ocasiones, mucho más cuando no podía siquiera reconocer quien era él en realidad

—Es porque me han obligado a ser sincero — suspiró profundamente. No conocía al desconocido, así que probablemente lo vería sólo esa vez… ¿qué importaba lo que le decía?

—Eso no es bueno en esta vida

—Creo que puede serlo si se usa con prudencia

—¿Y de qué forma lo aprovecharías ahora?

—Halagando su belleza y perfección — «mejor dicho su escalofriante presencia… quiero irme de aquí» se quejaba internamente mientras apretaba los puños e intentaba sonreír — por alguna razón me transmite confianza

—Interesante… entonces — Reborn jugaría un poco con el niño, solamente para ver qué pasaba — ¿tienes algo más que decirme?

—Si lo miro bien, creo que se romperá — internamente Tsuna estaba riéndose por lo que decía — porque parece frágil como una escultura de cerámica

—Te equivocas — frunció su ceño al escucharlo. ¿Frágil? ¿Él?

—No lo creo

—¿Te lo demuestro, niño?

—Claro — «¡en qué me estoy metiendo, maldición!» — pero… — Tsuna se quedó estático cuando vio el brazo del hombre elevarse en su dirección y apenas pudo esquivar el golpe — diablos

—Eres tú el que parece que se quebrará de pronto. — Reborn miró con amenaza a Tsuna y este tembló — Soy más experimentado que tú. Soy letal y aun así te atreviste a…

—¡Increíble! — «temible» reunió fuerzas como para dar un par de aplausos —. Su cara bonita no refleja su habilidad — «¡¿y ahora qué diablos estoy diciendo?!… ya no es lo contrario… sino… ¿qué?»

—¡Juudaime! — el grito de Gokudera alertó al castaño, pero no podía descuidarse del hombre frente a él que lanzó otro golpe que le rozó la mejilla

—Estás jugando con tu suerte… Tsuna

—Tal vez me gusta hacerlo

—¿Por qué harías eso? — elevó su ceja con interés

—Para alargar la plática y la compañía — sonrió ya sin pensar demasiado en lo que decía. Gokudera estaba cerca, seguro que él lo ayudaba — no siempre me embeleso con alguien desconocido y la sensualidad que desborda — pero eso no impedía que sus mejillas se tornaran rojas por las cosas que su lengua formaba

—Así que… ¿cómo debería interpretar eso? — la seriedad en ese rostro aniñado le causó intriga

—Como lo que dije… usted ha captado mi atención — «oh diablos… ¡Alguien que me calle!» —. Un cuerpo fuerte debajo de un traje fino, mirada imponente debajo de la sombra de una fedora, habilidades únicas disimuladas por un comportamiento… refinado — su cabeza empezó a dolerle de pronto — podría decir cosas sobre sus dotes físicas como su trasero, pero eso sería demasiado. No quiero parecer vulgar

—Dices muchas cosas — Reborn tenía una mezcla entre extrañeza por la osadía de su alumno y diversión porque jamás pensó que Tsuna fuera así de abierto con los desconocidos — ¿Estás intentando que me interese románticamente en ti?

—Sólo digo lo que pienso de un hombre que ha captado mi atención desde el primer momento en que lo vi — la punzada en su frente fue fuerte, pero aun así se mantuvo hablando, aunque no estaba demasiado concentrado en lo que decía. Tsuna solamente sentía sus mejillas arder — puede tomarlo como desee

—Apenas nos vimos esta mañana — Reborn le siguió el juego

—No — susurró Tsuna elevando su mirada para conectar con los pozos negros del mayor — desde aquella vez… lo recuerdo — jadeó sin poder evitarlo

—Oye — se acercó porque Tsuna tambaleó

—El que me dio guía en momento crucial en batalla — susurró Tsuna sintiendo su cabeza dar vueltas. Se sujetó la frente con fuerza, pero ni así se quitó el dolor — el hombre que me persigue en sueños ocasionalmente… esa mirada negruzca que… me absorbe — empezaba a cerrar sus ojos «ya recuerdo… esa vez» — palabras… que retumban — sonrió sutilmente antes de cerrar sus ojos por completo — …. Reborn — murmuró antes de ceder al cansancio

—Eres un descuidado, dame-Tsuna. Despistado y aun te falta mucho por aprender — sujetó el cuerpo cedido al agotamiento, era tan ligero que ni siquiera tenía que esforzarse. Reborn miró a su derecha donde un chico de cabellos platinados corría alterado

—¡¿Qué pasó?! ¡Juudaime!

—Dímelo tú

—Reborn-san… me llevo al juudaime — susurró antes de tomar al mencionado y cargarlo en su espalda — el accidente de esta mañana puede generarle algunas reacciones extrañas

—¿Accidente?

—Pregúntele al idiota de Giannini… pero ahora me lo llevo al médico — Hayato verificó que su jefe estuviera cómodo en su espalda antes de mirar al mayor — Shoichi revisó la máquina y dijo que los efectos pueden ser temporales, pero el daño físico puede ser permanente si no se trata correctamente.

—Llévalo entonces— suspiró. Debió sospechar que Tsuna no estaba del todo cuerdo

—Discúlpeme… me retiro entonces

 

 

Para Reborn, enterarse de lo sucedido durante el día le costó un movimiento de su mano y una bala. Muy simple. Mentiría si dijera que no le pareció muy divertido lo sucedido con su alumno, pues todo lo que Tsuna llegó a decir fueron mentiras, lo contrario o lo que fuese… pero le picaba la duda por lo acontecido en su última conversación. Las palabras de Tsuna sonaron tan sinceras que hasta se las creyó, además, estaba lo dictado en el reporte final del castaño hospitalizado

 

 

«Su cerebro sufrió un trastorno por la descarga eléctrica sufrida, una especie de doble personalidad pasajera por lo que hemos decidido inducirlo a un sueño de dos días. Lo que expresó durante este día pudo ser real, así como no pudo serlo. El paciente pudo revelar cosas que tenía guardadas muy al fondo de su subconsciente o simplemente dar una versión errada de sus pensamientos. Todo pudo haber sido posible y tal vez no se pueda comprobar… Otra cosa, cuando despierte no recordará lo acontecido y si lo hace creerá que fue un sueño. No lo agobien con lo sucedido, ni lo fuercen a recordar»

 

 

Reborn no le dio importancia al asunto en un inicio, pero, después de analizar el comportamiento de su alumno durante el día, se autogeneró cierto interés en saber si es que todo lo que escuchó de boca de Tsuna era cierto o mentira. ¿Qué tanto fue una confesión y qué otro tanto fue simple plática sin sentido? Para eso… tenía mucho tiempo que invertir, al menos eso le quitaría el aburrimiento hasta que Verde perfeccionara bien la máquina para cambiar sus edades.

 

 

Dame-Tsuna, ¡es hora de despertarse! — su voz y cuerpo infantil de nuevo hacían de las suyas, pero ahora mostraba una sonrisa divertida y sin malicia al golpear la cabeza de su estudiante

—HIIIEEE, ¡Reborn! — nunca se podría acostumbrar a esos saludos matutinos

—Arriba o se te hará tarde

—Lo sé — se quejaba mientras restregaba uno de sus ojos — pero el médico me dijo que repose — se excusaba, aunque no recordaba cómo sufrió un accidente en las escaleras, al menos eso fue lo que le dijeron

—Nada de eso. Hoy irás a la escuela

—Quiero dormir más — se quejaba en murmullos

Dame-Tsuna… ¿por qué sonreías entre sueños? — sonrió divertido al ver a su alumno tensarse

—¿Eh? — quiso hacerse el desentendido

—¿Soñabas con alguien especial? — indagó con malicia — ¿Quién?

—No… no, para nada — agitaba sus manos y sonreía nerviosamente

—Hum — sonreía burlón mientras Tsuna evitaba enfrentarlo — ¿Con quién?

—No sé de qué hablas, Reborn

—Conmigo tal vez

—¿eh?... me basta con tenerte en el día. No quiero que invadas mis sueños — por alguna razón se estremeció ante la voz de ese bebé y se sintió incómodo por el interrogatorio

—¿Has dicho algo?

—¡NADA! — fue su palabra ante de salir corriendo a asearse. No le importó siquiera chocarse contra una de las paredes o casi caer por las escaleras — rayos… ¿Por qué sigo soñando con ese hombre de negro? — se quejaba en la planta baja. Claro, no se dio cuenta de que alguien lo escuchaba

—Así que… hay que jugar un poco

 

 

Cuando Reborn hallaba algo que captaba su interés, jamás lo dejaba de lado. Tsuna tuvo el infortunio de ser el objetivo del hitman… o tal vez, tenía suerte. Eso sólo se lo diría el futuro

 

 

FIN

Notas finales:

 

Aquí se ha terminado todo.

Espero que las risas hayan brotado y que el pedido complazca a la ganadora. Por mi parte me lo disfruté demasiado. Viva el R27, señores XD

Muchos besos~

Las ama: Krat~


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