Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosas que digo por 1827kratSN

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

Un grito alargado previó que algo malo pasaría. La intuición del futuro décimo Vongola estalló desde el momento en que fue amarrado a esa silla y nada se pudo hacer.

Una luz cegadora impidió que el ingeniero supervisara lo que le sucedería al siguiente líder, así que tuvo que esperar a que todo pasara para por fin revisar el fruto de su trabajo de una semana. Mas lo único que vio fue a un desmayado castaño y la estela de humo a su alrededor. Mala señal, mucho peor que eso era que el cuerpo, un poco delgaducho del afectado, ni siquiera se movía. Estaba en problemas.

Poco después Giannini escuchó la patada en la puerta de entrada a su centro de trabajo y eso le produjo escalofríos. El sonido se repitió varias veces hasta que al fin la puerta fue abierta tan salvajemente que se dobló formando un leve arco. Nada de eso importaba, porque en la entrada se mostró un Gokudera que había escuchado el grito de su amado décimo y fue en su rescate. La furia de la tormenta era conocida por todos, al igual que la actitud de quien la seguía. Una calmada lluvia curiosa se asomaba con las manos posadas detrás de su cabeza, sonriente, tranquilo, pues sólo quería ver qué cosas más había en esa mansión de lujo

 

 

—¡Juudaime! — Hayato estaba en pánico cuando apreció el nulo movimiento de su castaño jefe. Logró forzar la cerradura de aquel cuarto de cristal –eso a pesar de que Yamamoto apuntaba a unas llaves en un gancho– y entró desesperado para sacar al inconsciente — despierte, Juudaime — suplicaba mientras terminaba de arrancar las correas

—¿Qué pasó? — la lluvia se preocupó al ver que la respuesta del castaño era nula ante cualquier zarandeo o golpecito en la mejilla

—¡Te matare si le pasó algo grave al juudaime! — amenazaba Gokudera mirando con odio a Giannini

—Estoy revisando cual fue el error — aquel ingeniero empezaba a inspeccionar la máquina con rapidez a la vez que, de reojo, veía si es que había alguna reacción del castaño

—Vamos a la enfermería — opinó Yamamoto

—¡Al fin dices algo útil, friki del béisbol! — pero la tormenta ya cargaba a su cielo mientras corría a la salida — ¡de ti me encargo después, Giannini!

 

 

Tsuna apenas si respiraba, eso era lo que Gokudera percibía en su carrera hacia la planta baja en busca de alguien que supiera decirle donde estaban los médicos de Vongola. Lo escuchó quejarse en un susurro y no dejaba de espantarse más cuando Tsuna soltaba el aire. Yamamoto iba a con él y era el que buscaba con la mirada a alguien quien los ayude, pero al final, tras patear una puerta desconocida hallaron tan ansiado lugar y entre gritos y maldiciones lograron informar que el décimo estaba herido. Todos se pusieron alerta, con los instrumentos empezaban con la revisión.

Pánico.

Mientras Gokudera intentaba matar a Giannini por su experimento sin previo análisis, Yamamoto intentaba que Hayato no usase bombas dentro de la mansión sino su bate. Alguien tenía que pensar en que no era su casa y debían mantenerla en pie. Un médico y una enfermera ayudaban al futuro líder, acomodándole en la camilla después de la revisión y Timoteo suspiraba mientras esperaba a que su heredero despertara. La única cosa segura que sabían era que Tsunayoshi no tenía quemaduras y físicamente estaba bien en un 80%, pues los médicos necesitaban valorar su estado final cuando despertara.

Cosas simples en días simples y normales en la mansión de la mafia más poderosa de Italia y del mundo. Lo único que importaba era que, por alguna rara razón, nadie terminaba mal en esos casos… tal vez la sola mención de Vongola era un manto de protección divina.

 

 

—Tsunayoshi — susurró el anciano cuando vio al castaño abrir los ojos

—Timoteo-san — respondió quedito mientras elevaba su mano derecha e intentaba agarrarse la cabeza, pero terminó colocándosela en el pecho — ¿dónde?

—Los doctores dijeron que sólo fue una pequeña descarga, nada grave. Dime, ¿cómo te sientes? — la verdad le dijeron otra cosa, pero no quería asustarlo

—Pues… — con dificultad y con ayuda de Nono, Tsuna se sentó en la camilla mientras hacía muecas de dolor — como si hubiese dormido encima de una nube — Timoteo lo miró extrañado, pero sonrió

—Me alegro que te sientas bien… aunque no deberías

—Espere — los ojos del castaño se abrieron un poco más para diferenciar el sitio de su estadía — dígale a Giannini que lo premiaré… por tan bonita experiencia

—Pensaría que eres irónico de no ser porque tu tono de voz es sincero — Timoteo se acercó al castaño que parecía perdido mientras se agarraba la cabeza — puedes enojarte con tranquilidad. No te culparé — le tocó la frente para verificar si su temperatura era correcta

—No estoy enojado — susurró mientras elevaba su adolorida cabeza y dejaba de sentir la cálida mano del ancianito — por el contrario, quiero abrazarlo por… — su leve sonrisa se borró cuando empezaba a escucharse a sí mismo

—Tsunayoshi-kun… ¿te pasa algo?

—creo que Giannini es el mejor ingeniero del ¡bello mundo! — expresó en conjunto una sonrisa para después sujetar con fuerza su cabeza y mostrar el pánico en su expresión facial — Noveno… yo…

—Dime

—Creo que nada pasó con el experimento de Giannini — dijo temblando levemente y levantándose con rapidez — ¡oh sí! — su rostro mostraba el desconcierto e incluso el dolor pasó a segundo plano

—Pues parece todo lo contrario — rió suavemente pues creyó haber entendido lo que estaba pasando — dime una cosa… ¿Qué piensas de Reborn con respecto a que sea tu tutor personal? — nada más infalible que esa pregunta para comprobar su teoría

—Que es un agradable tutor — seguía agarrándose del cabello y casi empezaba a llorar por escucharse —. Me trata extremadamente bien y es sumamente comprensivo. Adoro que me de consejos para forjarme un camino adecuado para ser su sucesor y el de toda Vongola

—Serás el sucesor de la familia — afirmó fingiendo seriedad — me gusta oír eso

—¡claro que sí! La mafia es demasiado confiable, hermosa en totalidad — Tsuna elevaba sus manos en negación de lo que sus labios expresaban y su cara se tornaba de un azul leve

—Me alegro que pienses así — Timoteo rió suavemente mientras se dirigía a una esquina. Buscaría algo con lo que escribir

—Noveno — suplicaba mientras negaba constantemente y apretaba sus labios — ¡Quiero ser el décimo Vongola! — Tsuna de nuevo golpeaba su frente y cerraba fuertemente los ojos

—Tranquilo — el anciano extendió una hoja de papel y un bolígrafo — ahora dime lo que sucede. Espero que puedas escribir lo que tu mente quiere expresar

 

 

Tsuna tomó aquellas cosas con prisa y sin importarle el dolor de su cabeza o de sus manos, empezó a redactar todo con apuro. ¡Debía aclarar las cosas! Timoteo esperaba con calma mientras tomaba asiento, de cierta forma compadecía a su sucesor. Al mismo tiempo dos personas ingresaban a la enfermería de forma bulliciosa, risas y reclamos, eso era bastante tradicional. Gokudera y Yamamoto notaron a la persona que parecía concentrada en escribir y sin esperar empezaron a preguntar decenas de cosas, tan rápido como su lengua lo permitiese, pero el anciano los detuvo. Timoteo pedía paciencia hasta que el castaño terminara lo que estaba haciendo.

Tsuna miró a sus guardianes cuando terminó y sonrió con nerviosismo mientras apretaba sus labios. Al parecer no quería emitir sonido alguno y se limitó a darle la hoja al que consideraba como su abuelo. Un testamento estaba escrito y eso causó la sonrisa del anciano, quien cedió la hoja a Yamamoto para que éste lo leyera en voz alta, después de todo, el japonés era un idioma difícil y más si los kanjis eran escritos al apuro y sin cuidado. La tormenta se pegó a Yamamoto mejilla con mejilla para también leer el contenido en silencio y con cada palabra se ponía más furioso… ¡Giannini pagaría caro!

Al final, lo rescatable de todo lo escrito era…

 

 

Lo siento, Timoteo-san, pero lo que dije no era verdad. Debo seguir negándome a tomar el puesto de décimo Vongola. Pero más importante que eso es lo que ocurre con mi cuerpo. ¡No puedo decir lo que estoy pensando!… por el contrario, creo que miento impulsivamente. ¡Ayuda!

 

 

—Creo que entiendo lo sucedido — comentó Timoteo con calma y comprensión — le diré a Giannini que intente revertir el efecto

—Así que… Tsuna miente sin importar qué — sonreía Yamamoto mientras rodeaba el cuello del mencionado con su brazo — ¿cierto? — el castaño asintió levemente mientras apretaba sus labios

—¡aléjate, friki!… deja al Juudaime descansar — tiraba del mencionado hasta que dejase al castaño “respirar” y era él quien tomaba el puesto junto al décimo, revisándolo escrutadoramente para ver si no tenía algo más

—No necesito descansar, Gokudera-kun — reía nerviosamente. No era buen momento para que su guardián de la tormenta se pusiera intenso — me bastaría con ver tus bonitos ojos verdes un rato más — se tensó ante lo que dijo y negó rápidamente, aunque sus mejillas sí alcanzaron a tornarse levemente rojas — Digo… ¡No necesito descansar!

—Es bastante sincero — reía Yamamoto

—Oh, entonces iremos a dar un paseo, juudaime — pero pasada la impresión, Gokudera cruzaba los brazos y se ponía serio.

—Claro — pero Tsuna negaba con su mano derecha para intentar darse a entender — me siento lleno de energías — cada fracaso lo deprimía más

—Claro, entonces iremos a…

—Gokudera no creo que Tsuna quiera eso — Yamamoto detenía al muchacho de ojos verdes antes de que arrastrara a Tsuna fuera de la enfermería

—¡Y tú qué sabes!

—Es cierto — comentó Timoteo — recuerden que Tsunayoshi-kun está mintiendo

—Pero tal vez sólo quiere decir que desea salir de este lugar — afirmó la tormenta

—En realidad — una voz un poco trémula sonó en la puerta — está diciendo las cosas al revés en un setenta por ciento o un poco menos — un herido Gianni apenas podía mantenerse en pie. Debía recordar no volver a despertar la furia de Gokudera — creo que ese fue el efecto del estimulador de sinceridad

—¿Cómo que estimulador? — Hayato fruncía el ceño antes de acercarse al ingeniero — ¡Para qué demonios creas esas cosas inservibles! ¡Bastardo! ¡Haz que el décimo se sane! — zarandeaba al gordito de tal forma que era un milagro que la cabeza del mencionado no se desprendiera

—Yo… lo… haré — Giannini intentaba darse a entender y evitar las náuseas por el movimiento

—Entonces les encargo a Tsunayoshi-kun hasta que la máquina esté lista nuevamente — el noveno acarició los cabellos del castaño que estaba en extremos callado, seguramente para evitar decir esas cosas que no estaba pensando con exactitud

—Noveno — pero algo llegó a la mente del castaño — eso me recuerda que estaría feliz de ir a la fiesta de hoy y hablar con todos esos mafiosos gentiles — se quejaba Tsuna mirando esperanzado porque Timoteo lo entendiera

—¡Oh, es cierto! — sonrió el anciano — Giannini, intenta reparar las cosas antes de esta noche, caso contrario Tsuna tendrá que ver la forma de actuar correctamente en frente de los invitados

—¿Quiénes no más vendrán esta noche, Noveno? — Tsuna se alivió al escuchar, por fin, algo que sí estaba pensando

—Aliados, amigos, familia — sonrió — es una fiesta. Todos están invitados

—¡Estoy emocionado! — Tsuna casi podía llorar por su mala suerte «trágame tierra. No quiero que pase el tiempo» — ¡ya quiero que llegue la hora!

—Creo que nosotros nos confundiremos también — sonreía Yamamoto — pero será divertido intentar adivinar en qué piensa Tsuna, ¿Verdad? Será como un juego

 

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

 

Espero haber captado las personalidades de cada uno. Trabajar con más de un guardián es complicado… en el siguiente capítulo trataré con los demás. Ahí sí que me voy a divertir –ironía–  XD

Nos veremos~

Besitos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).