Los minutos pasaron mientras Steve desesperaba en la habitación. Iba golpear la puerta cuando escucho unos sollozó ahogados por lo que entro desesperadamente encontrando al rubio sentado en el suelo con las cajas abiertas tiradas a su alrededor junto a las pruebas y su cabeza escondida entre sus piernas
- Danno – dijo Steve nervioso se arrodilla a su lado – ¿estás bien?
- Yo… – dijo levantando el rostro bañado en lágrimas – no sé cómo paso. Me estaba cuidando
- ¿Entonces? – dijo Steve
- Yo… – susurro Danny
- ¡Vamos a ser padre! – dijo Steve con una sonrisa boba – ¡Vamos a ser padre otra vez! – se arrodilló a su lado y lo abrazó
- ¿Entonces no este molesto, ni piensas que lo planeé? – dijo Danny sollozando
- Claro que no lo planeaste – dijo Steve – quien lo hizo fui yo
- ¿De qué hablas? – preguntó Danny intrigado limpiándose sus lágrimas
- Bueno, sabía que no querías formalizar a pesar de la marca – explicó Steve –, ya sabes por Graace, así que supuse que sí quedabas embarazado no te quedaría más remedio que aceptar públicamente lo nuestro
- Steve – dijo el rubio nervioso – ¿es que no te das cuenta? Soy madre soltera ya, mi alfa me abandono porque perdí a mi segundo bebé. Todos te van a señalar, van a hablar de ti a tus espaldas y todo por mi culpa
- En primer lugar, tu alfa no te abandono, porque tu alfa soy yo y estoy aquí – dijo Steve –, segundo, si mal no recuerdo estas casado, por lo tanto no eres madre soltera, tercero, a mí no me importa que la gente hable, total yo sé que a mi lado tengo al omega más extraordinario que pudiese existir
- ¡Grace! – dijo angustiado – ¿Cómo se lo voy a decir? ¿y si lo toma mal?
- No lo hará – dijo Steve sonriendo – antes de comenzar mi plan “Segundo Bebé” le pregunte a Grace su opinión y estaba emocionada
- ¿Le pusiste nombre a tu plan? – dijo sorprendido
- Claro – dijo Steve – soy un Marín
- ¿En verdad lo planeaste todo? – dijo Danny sorprendido – ¡Tenía derecho a decidir!
- Lo hiciste – dijo Steve sonriendo
- Perdón – dijo Danny limpiándose su lagrimas ya un poco molesto – ¿Cuándo decidí que quería ser padre de nuevo?
- Cuando me dijiste que me amabas, cuando aceptaste llevar mi marca y que Grace me dijera papá a mí y a papi a ti – dijo sonriendo Steve
- ¿De verdad quieres esto? – dijo con ilusión
- Te amo a ti – dijo Steve besándolo suavemente en los labios – amo a nuestros hijos – dijo acariciándole el vientre – ¿Qué más prueba quieres?
- Dime que no es solo compromiso – suplico
- Claro que es compromiso Danno – dijo Steve con una pequeña carcajada –, compromiso con nuestro amor, con lo que llevo sintiendo por ti hace dos años, compromiso del que no quiero huir, compromiso que es un honor para mí. Danno, ya no estás solo, somos una familia. Tú, yo, Grace, y ahora, este bebe. Todo estará bien. Confía en mi
El resto del día fue tranquilo a pesar de las extravagancias que a Steve se le antojaban y como Danny terminaba quitándoselas para devorarla en un santiamén. Después de recoger a Grace, fueron a una heladería para contarle a la niña sobre el nuevo estado de su papá. Ella mostro un gran entusiasmo tal como dijo Steve, y dijo que ahora este debía consentir al rubio, cosa con la que Steve estuvo completamente de acuerdo. Ninguno se percató que eran observados por dos pares de ojos desde diferentes puntos.
- Es hora de regresar
- No quiero – dijo el rubio –, estoy perfectamente bien
- Los tres primeros meses son de alto riesgo – dijo Steve – y vas a descansar quieras o no
- Escúchame muy bien Steve “alfa todo poderoso” McGarrett – dijo Danny con voz molesto – te amo con toda mi alma, pero no me darás ordenes por muy mi alfa que seas
- Con que tu alfa ¿eh? – dijo Steve cruzando los brazos cuando lo mira de pies a cabeza – me gusta cómo suena
- Quita esa cara McGarrett – dijo Danny con la cara roja de vergüenza al darse cuenta de lo que había dicho – que vas a amedrentar a tu hija
- Para nada papi – dijo Grace –, yo sé que los alfas a veces tenemos que hablarle así a nuestros omegas porque tenemos que cuidarlos de ellos mismos
- ¿Quién te dijo eso Grace? – dijo Danny sorprendido
- Papá Steve – contesto la niña de forma inocente
- Tú y yo vamos a tener conversación muy seria de cómo educar a estos hijos – dijo Danno amedrentando a los otros dos
Al regresar a la casa, Steve mando a Danny a descansar, pero este se opuso vehementemente alegando que estar embarazado no era sinónimo de estar enfermo. Recogió la ropa pero cuando iba a llevar al cuarto de la lavadora, Steve le arrebato diciendo que debía descansar, cuando sonó el timbre
- ¿Quién arruina este momento tan romántico? – dijo con sarcasmo Danny poniéndose de pie y el timbre volvió a sonar – ya voy – se percató que Steve lo estaba mirando de manera extraña – ¿Por qué me miras así?
- Te imaginaba con tu vientre ya notorio – dijo siguiéndolo – y para serte honesto te veías muy sexi. Qué tal si no abres la puerta – el timbre volvió a sonar – y nos metemos en la cama
- Cállate animal – dijo Danny sonrojado, pero al momento paso a estar sorprendido al ver a la persona que estaba parada al otro lado de la puerta – ¿Tú?
- Hola Danny – dijo la mujer sonriendo
- Grace quiere que juguemos monopolio – dijo Steve acercándose
- Lárgate – exigió el rubio – no tienes nada que hacer aquí
- Soy tu alfa Danny – dijo intentando entrar – muestra algo de respeto frente a los extraños
- El alfa de Danno soy yo – dijo Steve abrazando al rubio posesivamente – y usted la única extraña aquí
- ¿Su alfa? – dijo ella levantando una ceja – Danny explícate en este momento y dile a este intruso que se largue. Quiero que me prepares la cena, tengo hambre
- Tú nunca fuiste mi alfa – dijo molesto el rubio –. Un alfa cuida a su omega, no lo abandona solo porque tuvo un aborto natural. No grita que su hija es la peor desgracia que le pudo haber pasado
- No vine para que me juzgues, inútil – dijo la mujer furiosa – necesito donde quedarme
- Danny y yo estamos casados y él tiene la marca – dijo Steve interponiéndose entre ambos
- ¿Te dejaste marcar? – dijo la mujer sorprendida y en ese momento inhalo cerrando los ojos – no solo eso, ¡Estas preñado!
- Yo… – dijo el rubio nervioso
- ¿Qué tiempo llevan de casados? – exigió saber la mujer
- ¿Qué importa eso? – dijo Steve más molesto – esta es mi a familia y no voy a permitir que nadie la venga agredir
- ¿Dónde está Grace? – dijo Rachel molesta
- Ese es problema de Danno y mío – dijo Steve
- Yo soy su… – replico Rachel
- Grace es mi hija y de Danno – interrumpió Steve – y si intentas decir lo contrario te va ir muy mal
- ¿Me estas amenazando? – dijo Rachel
- Yo no amenazo – dijo Steve – solo prevengo. Buen día – dijo antes de cerrar la puerta.
- ¿Quién era? – pregunto la niña entrando en la sala
- Una ventera que no quería entender un no – dijo Steve – jugamos Monopolio
- Papá – dijo Grace – ahora que mi papi esta embarazado ¿te vas a casar con él?
- Cielo – dijo Danny nervioso – creo que debemos hablar
Les costó algo de trabajo explicarle a la niña que ya se habían casado por lo que esta soltó algunas lágrimas diciendo que ella quería llevar la cola del vestido
- Grace, yo no soy una mujer para llevar vestido – dijo Danny molesto
- Pero eres un omega – dijo la niña – y estas embarazado – Steve se carcajeo
- Tú cállate y corrige a tu hija – dijo Danny tan rojo como un tomate
- Acéptalo que te verías hermoso con un vestido blanco – dijo Steve por lo Grace asintió
- No soy una mujer – dijo exasperado cuando sonó nuevamente el timbre y Danny abrió la puerta
- Hola – dijo un peli castaño que estaba al otro lado de la puerta –, me llamo Jame y soy tu nuevo vecino
- Bienvenido – dijo Danny –, yo soy Danny Williams
- Que nombre más bonito – dijo James – como el dueño
- Gracias – respondió sonrojado
- Y yo soy el comandante Steve McGarrett – dijo este con tono frío apareciendo de la nada – ¿También te gusta mi nombre?
- Lo siento – dijo James – los prefiero rubios bajitos y que se llamen Danny Williams
- ¿Te podemos ayudar en algo? – dijo intentando apaciguar los ánimos
- Tú me ayudarías en todo – dijo James mirándolo de pies a cabeza y tomándole la mano para besársela
- Escúchame – dijo Steve empujando al joven – niñato rico, di lo que quieres y te largas
- Lo quiero a él – dijo James – ¿ya me lo puedo llevar?
- Yo lo mato – dijo Steve
- Disculpa a mi amigo – dijo Danny
- ¿Sabían que parecen un matrimonio? – dijo James frunciendo las cejas
- Es porque lo son – dijo Grace desde atrás dé ellos
- ¡Grace! – dijo Danno – ve adentro
- Pero papi… – protesto la niña
- Obedece Grace – dijo Steve – Danno ve con ella
- Vamos cielo – dijo este llevándose a la niña
- Yo sé perfectamente quien eres – siseo Steve – dile a ese par de brujas que no se acerquen a mi familia
- No sé de qué hablas – dijo el chico
- Danno es mi omega – sentencio Steve – y lo voy a defender con mi vida de ser necesario
Esa noche Steve se levantó de madrugada, estaba cansado de esa absurda situación de andar ocultándole a todo mundo que eran un matrimonio en toda la regla por lo que decidió arreglar ese problema. Alzo el teléfono y…
Al día siguiente, Steve dormía plácidamente cuando un grito lo despertó a la par que le llovían almohadazos
- ¿Cómo te atreviste a hacerme esto McGarrett? – gritaba Danny
En cada almohadazo que le daba
- ¡Detente! ¡Alto! ¡Basta! – exigió el Marín – exijo saber de qué se me acusa en este momento
- ¿Y todavía tienes el descaro de preguntar? – dijo Danny furioso – “Danno McGarrett, gracias mi amor por estos dos años maravillosos de matrimonio y este segundo bebé. Te amo. Tu esposo Steve” - leyó Danny en voz alta y clara – ¿Cómo pudiste? – arrojándole el periódico en la cara
- ¿No te gusto? – dijo Steve – obvió debí incluir a Grace. Perdóname, llamare al periódico y…
- ¡Le gritaste a toda la maldita isla que estoy embarazado! – siseo Danny dándole más almohadazos
- No – le dijo Steve – mi intención era contarles a todos que estamos casados, lo del bebe solo fue un plus – concluyo encogiéndose de hombros – ¿tanto te molesto?
- Solo… – respira hondo – ¿estás seguro de esto?
- Grace ya lleva mi apellido legalmente, estamos casados – dijo el moreno – vamos a tener otro hijo ¿Cómo te convenzo de mi amor?
- Quizás… ¿preparándome una pizza…? – dijo Danno
- ¡Con pepinillo! – dijo Steve sonriendo
- ¡Y ají! – dijo Danny
- Mucho ají – completo el Marín
- ¿Están peleando? – dijo tímidamente Grace desde la puerta
- No cielo – dijo Steve levantándola en brazos – Solo hablábamos de los antojos de papi
- ¿Vas a seguir comiendo raro? – preguntó la niña
- Yo no como raro – se defendió Danny – es que a tu hermanito le gustan las cosas raras
- ¿Y a papá Steve? – dijo la niña
- Él si es raro – se apresuró a decir el rubio
- ¡Yo no soy raro! – se defendió Steve – solo como sano
- ¿Sabes? – dijo Danny – un poco de grasa de vez en cuando no te haría mal
- Si me haría – dijo Steve – igual que a ti y al bebé
- Deja a mi hijo en paz – exigió Danny – no lo meterás al ejercito antes de que nazca
- Eso significa que si podé ir después – dijo Steve con una sonrisa radiante
- ¡No es no neandertal! – dijo Danny entre dientes
Grace solo miro a los adultos y sonrió. Los próximos nueve meses altamente divertidos y ella era la privilegiada que vería todo en primera fila
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