No tardo en darse cuenta de que la casa de los Jeon tenía un enorme campo de manzanas detrás, el entorno era bonito pero hacia demasiado calor, se sentía ahogado, y odiaba el que los rayos de sol quemaran su piel pálida.
Por otro lado la casa parecía ser normal, nada del otro mundo, tenía un piso superior pero no se veía grande, era celeste y la pintura estaba algo descastada, desentonaba un poco con los alrededores verdes, rojos y amarillentos, pero solo eran pequeños detalles que solo un chico de ciudad adinerado como él podría notar.
Tomo su maleta y bajo de la camioneta arreglando su cabello e inmediatamente se dirigió al pequeño porche de la puerta para cubrirse del sol.
La señora Jeon se acerco a él y sonriéndole abrió la puerta – bienvenido, está ahora es tu casa también- se quito los zapatos y la siguió a lo que parecía ser la sala de estar –Siéntate, te traeré algo frío para que te refresques y llamaré a mis hijos para que los conozcas.
Cuando desapareció en la cocina Jimin observo muy atentamente su alrededor, la decoración era un desastre, nada combinaba, los cuadros eran de muchos colores y formas, el mueble grande era distinto del pequeño, el televisor estaba llevo de polvo y había una estantería llena de libros que le llamo la atención.
Se levanto y se acerco para ver de cerca las fotos y los libros “que raro, es la primera casa a la que voy en que el televisor parece estar abandonado y la librería todo lo contrario” los libros estaban limpios y cuidados, y eso le agradaba. Recorrió con su mano los libros leyendo algunos títulos hasta que llego al borde de la estantería y vio unas fotos en la pared “parece que esta familia es muy unida” pensó al ver que en casi todas las fotos estaban la señora Sook con su marido y sus dos hijos. No les dio mucha importancia a los dos jóvenes que aparecían en las fotos y siguió mirando los libros
-¡Jimin-ah! ¿Podrías venir a la cocina por favor?- llamo Sook con una voz dulce, así que dejo de leer aquellos títulos tan antiguos y se acerco a ella en la cocina –Mis hijos están tomando un descanso dentro del campo- le extendió una bandeja con varios vasos y una jarra de limonada – Puedes ir con ellos en lo que yo preparo el almuerzo.
Jimin le sonrío y salió por la puerta de atrás que ya estaba abierta. En cuanto el sol lo golpeo en la cara volvió a pensar en su padre, y en que ese, a pesar de no ser un lugar desagradable como pensaba que sería, no era un lugar para él, ¿Qué rayos podría aprender él una granja de manzanas? ¿y por qué su padre conocía a gente como esa?
Camino entre los árboles y escucho unas risas, así que se acerco al lugar del que provenían, pudo ver al señor Jeon y a dos chicos sentados en el suelo llenos de sudor y tierra, hablando con sonrisas en sus rostros.
-Oh Jimin, te presento a mis hijos- estos se levantaron y sacudieron un poco sus pantalones.
El castaño más bajo de los dos se levanto y le extendió una mano –Mucho gusto me llamo Baek Hyun pero puedes decirme Baek, encantado de conocerte- le dirigió una sonrisa y abrió el paso para que el más alto también se presentara.
-Me llamo Jungkook, un placer conocerte- Dijo el castaño más alto secamente, se veía algo fastidiado, Jimin no le prestó mucha atención, él tampoco estaba muy a gusto con todo eso, podía entenderlo.
-Me da gusto conocerlos…- Hubo silencio durante unos segundos, Jimin miro la bandeja que traía y la dejo sobre una par de canastas de plástico que estaban a un lado – Su madre me dijo que trajera esto- los dos hermanos se aproximaron rápidamente a la vendeja haciendo que Jimin diera un brinco hacia un lado.
-Bien, son las cuatro de la tarde, pueden dejar el resto de su trabajo para mañana, entren a casa y muéstrenle a Jimin en donde dormirá. Los chicos asintieron y bebieron sus limonadas en cuestión de segundos.
*
-Dormirás aquí conmigo- dijo Baek abriendo la puerta de su recamara que se encontraba en el segundo piso –no es muy grande pero para dormir solo se necesita una cama, ¿no?- sonrió, Jimin asintió sin mucha emoción – ¿te disgusta algo? Es que no te pareces estar muy a gusto.
-No quiero ser grosero, pero yo no quiero estar aquí, por la mañana mi padre me dijo que tenía que venir aquí y todo ocurrió muy rápido, quiero volver a mi departamento-
-Pues, yo escuche la conversación que tuvo mi madre con tu padre anoche y la verdad no creo que te permitan volver…- el castaño puso unas mantas sobre la cama de Jimin y se sentó.
-¿Eh? ¿Por qué crees eso?
-Conozco a mi madre, ella siempre esta sonriendo y se lo toma todo con humor, pero anoche… mientras hablaba con tu padre por teléfono, estaba muy sería, asentía a todo lo que él le decía, además antes de irse por la mañana para ir a buscarte, me dijo que fuera muy amable contigo porque te quedarías un largo tiempo- El rubio ladeo la cabeza y luego se tapo la cara con las manos muy desesperado.
-Baek hyun-
-Baek, dime Baek-
-Bueno- suspiró – Baek ¿me podrías decir como hacen para llamar desde aquí? Antes de bajar de la camioneta lo intente y no pude- el castaño río y se levanto, tomo del brazo a Jimin y camino fuera de la casa- ¿a dónde vamos?
-Al único lugar en el que podrás llamar, hay muy poca señal dentro de la casa….- Baek se detuvo frente a un poste de electricidad que a un lado tenía una banca de madera gastada – Jungkook suele pasar horas aquí sentado enviándole mensajes a sus amigos- Jimin sacó su teléfono de su bolsillo y se sentó en la banqueta sin siquiera checar si estaba sucia.
Rápidamente marco el número de su madre y se lo llevo a la oreja, necesitaba convencerla para poder volver a su casa, no quería vivir ahí por un tiempo indefinido, estaba a la mitad del tercer semestre en su primer año de la universidad, no quería volver a hacer ese semestre completo el año que entra. Y además estaba la academia de danza, tenía muchas presentaciones que hacer las próximas semanas, todo era un completo desastre.
Cuando su madre contesto volteo a ver a Baek que estaba lejos de él caminando para entrar a su casa, quería darle privacidad.
-¿…Jimin?- pregunto su madre al otro lado de la línea.
-¡Mamá! ¡si, soy yo!- grito feliz el rubio.
-No debes gritar cielo, te estoy escuchando- Jimin escucho que su madre le dijo a algo a alguien que estaba cerca de ella – lo siento, acabo de volver a casa, fui a tu universidad.
-Entonces si estás de acuerdo con esto?...
-Sí, fui yo quien le dijo a tu padre que llamara a Sook.
-Mamá, este lugar no es para mí… ¿quieres que me monte en arboles a bajar manzanas un mes?- reclamo perdiendo un poco el control, estaba a la sombra pero la inquietud empezaba a hacerlo sudar.
-Sí, pero probablemente por más de un mes, la señora Sook le dijo a tu padre que por estas épocas las manzanas de su más reciente cosecha aun no están listas, eso significa que te quedarás hasta que sean cosechadas- Jimin se sobresalto, estaba sentado tan a la orilla de la banca que de no ser porque se sujeto con una mano abría caído al suelo “¡¿Y si las manzanas no son cosechadas hasta dentro de cinco años que hare?!”
-¡Eso no tiene sentido! ¡Yo soy un hombre maduro! Solo tuve un inconveniente en una fiesta, eso es todo.
-Sabes que no es la primera vez que armas un desastre, tu padre y yo lo decidimos por tu bien, te llamaré en unos días para decirte lo necesario con respecto a la universidad, espero que la pases bien, adiós- su madre colgó antes de que pudiera reclamar o siquiera despedirse.
Apoyo su espalda en la banqueta y cerró los ojos, es increíble que unos fuegos artificiales que parecían ser inofensivos echarán a perder los próximos meses que había planeado tanto. Se sentía acorralado a ese lugar, un lugar completamente nuevo para él con personas que parecían ser amables pero que de todas maneras no conocía.
Escucho pisadas en el suelo lleno de hojas cerca de él y abrió los ojos, Jungkook solo se sentó a su lado y empezó a revisar su teléfono sin hablarle o mirarlo. Luego de tres minutos este lo miro de reojo.
-¿Se te ofrece algo?- pregunto el castaño. Jimin negó con la cabeza y se levanto para volver a la casa.
*
Durante la cena, todos los integrantes de la familia Jeon, excepto Jungkook, intentaron hablar con Jimin para hacerlo sentir más a gusto, pero él respondía cortantemente a sus preguntas, y solo asentía con la cabeza mientras comía, El castaño más alto de vez en cuando le lanzaba una mirada llena de fastidio, y él se las devolvía de la misma manera.
Ya bastante tarde todos se fueron a dormir y Jimin intento hacer lo mismo, pero no se sentía bien, estaba lejos de su cómoda cama y del aire acondicionado de su habitación, esas cosas a las que estaba tan acostumbrado.
“Quiero volver a mi departamento”
Se arropo hasta la cabeza y abrazo su almohada.
“¿Cuándo va a pasar para que esas manzanas sean cosechadas?” fue lo ultimo que pensó Jimin antes de quedarse completamente dormido.