Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aires del tiempo por RyuStark

[Reviews - 170]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola bebitos de mi corazón <3

Por fin estoy de regreso con otro capítulo lleno de exceso de fluff rosado y esponjoso (les dará diabetes) jaja humor estúpido y dramita súper ligero (ni lo notan) eso sí, algo de intriga quizás y ¡Sorpresas!

Espero lo disfruten ¡Los amo!

///Grimmjow///

Hoy es un día jodidamente bueno, porque si algo he aprendido de los Kurosaki en el tiempo que llevo aquí, es que la tragedia te la puedes pasar de largo. Ha pasado casi un mes y medio desde el incendio y me atrevería a decir que todo va de maravilla. Al día siguiente de la planificación, tal y como lo dijo mi suegro todos nos pusimos manos a la obra y comenzamos por limpiar los escombros.

Cabe mencionar que muchos, por no decir todos en el pueblito de Karakura, venían a ayudar de vez en cuando demostrando su aprecio por la familia más loca del mundo. Así que en apenas una semana el terreno estaba limpio y ordenado.

Posteriormente, ya que el negocio no podía tener más pérdidas, instalamos un restaurante provisional dentro de un localito que Yamamoto, padre de Ukitake y buen amigo de mi suegro, nos prestó en el barrio francés. Y aunque es muchísimo más pequeño, no quita que tenga el mismo éxito. La gente como siempre va tanto que tienen que esperar un poco de lo lleno que está el lugar todos los días.

Así que mientras Ichigo, su madre y tíos además de un par de ayudantes trabajan en el restaurante, todos los demás nos dedicamos a reconstruir el restaurante que ya empieza a tomar forma. Esta vez será mucho más grande y novedoso, por lo que los detalles nos están tomando algo de tiempo, sin embargo, sé que lograré cumplir con el plazo que le prometí a mi familia.

Afortunadamente hoy terminamos antes y mi suegro me dijo que debería salir más con Ichigo, ya que hemos trabajado mucho últimamente. Así que pasé por mi lindo esposo al restaurante y decidimos ir al cine, de donde debo decir, salí casi sin ojos por Kurosaki brincando y golpeándome emocionado en la maldita cara entre cada escena de acción y balazos.

—¡Eso fue increíble! —exclama Ichigo mientras acelera con eso de que insistió en conducir.

—Oe, tranquilo Riggs, no estamos en maldita Arma Mortal, nos vas a matar chiflado.

—¡Chiflado tú, estúpido! —se desvía para detenernos en un pequeño restaurante de sushi que no tiene mucho que abrieron  en el pueblo. Kurosaki se baja corriendo para pedir una mesa mientras yo ruedo los ojos porque desde hace días está jodiendo con que quería venir.

—¡Seis, por aquí! —me llama contento y a todo volumen mientras mueve la mano como si el restaurante midiera treinta metros, cuando apenas es un cubito. No puedo evitar sonreír por lo lindo que se ve todo emocionado. Me siento junto a él que ya ha abierto la carta.

—Hay que pedir un rollo de…¿Cómo que California? ¿Cómo le metes eso a un rollo?

—Justo como tú le metes Cindy a tus hamburguesas. Ahora cierra la boca, yo pediré por ambos bobo adorable.

—¡¿Quién mierda es un bobo adorable?!

—Tú. —digo besándolo y callándolo.

Como siempre Ichigo refunfuña precioso, pero me da la razón. Mi esposo y yo platicamos de su día en el restaurante, lo ajetreado que está todo y lo satisfactorio que es saber que a pesar de que perdieron el restaurante grande, la gente sigue prefiriéndolos.

—Oe, pide más si quieres, deja de comerte el mío. —reclamo al ver que intenta meterse otro de mis pedazos a la boca. Por supuesto, Ichigo siendo él afila la mirada y me sorprende al enterrar con vehemencia sus palillos en los pedazos restantes de mi rollo para comérselo todo y sonreírme mientras mastica.

—Quiero ver que intentes detenerme seis. Lo tuyo es mío y lo mío es mío. Ahora levanta esa fea mano que quiero pedir algo más.

—Huh, vaya matrimonio de la jodida. Ahora que lo pienso estás más tragón de lo usual y eso es mucho. —menciono mientras levanto la mano y pido otros dos iguales.

—Y si así es, ¿Qué harás al respecto? —inquiere orgulloso y acercándose para darme un beso en la mejilla. Mocoso precioso y tonto. — Por cierto, ¿Podemos ir al bosque? —pregunta.

—¿Para qué mierda quieres ir al bosque a esta hora? ¿A tomar el maldito té con la bruja de Blair o qué carajo? ¿Qué hacemos si nos sale algo raro? Y por raro me refiero a Kyoraku aullándole a la luna o una mierda así.

—Eres un idiota seis. —dice riéndose.

—Vaya novedad. Y la respuesta es no, no iremos. Loco.

—¡Loco tú! ¡Hay que ir!

—¡¿A qué?!

—Eso...es una sorpresa. —dice desviando la mirada.

—¿Estás desnudo en la sorpresa? Porque sino no voy. —digo ganándome un puñetazo mortal que me hace gruñir y reír al verlo rodar los ojos. La cena continua de lo mejor con nosotros riéndonos y haciéndonos berrear el uno al otro. Para cuando terminamos ya terminó de oscurecer, por lo que una vez en casa me doy cuenta que está vacía.

—Oe, ¿Dónde están todos?

—El tío Ganju hizo una reunión en su casa y todos fueron, papá dijo que no regresaran hasta mañana temprano, porque no le gusta beber y conducir, así que se quedaran la noche.

—¿Y se llevaron a los gemelos?

—Ya sabes cómo es Yuzu y mamá, no los quieren soltar. Pero no te preocupes, estarán bien. Aunque nos dejaron a tu favorito, ¡Kon, ven! —grita llamando al león-perro de la casa que apenas me ve sale disparado en mi dirección.

—¡Largo de aquí bola de pelos, te lo advierto! ¡Carajo! —grito en cuanto me tira de lo fuerte que se me avienta para lamerme. —Jodido perro, largo, largo. —intento quitármelo tan sólo escuchando las carcajadas de Kurosaki. Eventualmente entramos a casa, donde me lavo el rostro y todo para salir del baño y ver a Kurosaki listo y cambiado en la puerta cargando un bolso. Trae una de sus típicas camisetas blancas anudadas del frente, sus shorts ajustados y lo más gracioso, tomó uno de los feos sombreros que Urahara siempre trae y se lo ha puesto.

—Ven, vamos a pasear seis.

—¿Con sombrero en plena noche?

—Me gusta, ahora vamos.

—¿Seguro que no quieres que nos quedemos cómodos en nuestra cama, viendo televisión y con mi lengua en tu garganta bebé? Es una oferta limitada sabes. —intento convencerlo.

—Seis...por favor. —insiste con esa carita que sabe me derrite.

—Ugh, bien. —me quito la camiseta quedándome sólo en mi overol de mezclilla clara. Digo, saldremos a pasear y hace calor. Ichigo sonríe ante mi gesto, me extiende su mano que tomo y finalmente comenzamos a caminar.

—¿A dónde vamos? Creí que entraríamos al bosque.

—Sólo dime seis, ¿Qué tan lejos me seguirías?

—Hasta el fin del mundo. —digo absolutamente decidido y sacándole una sonrisa.

—Entonces vamos.

Le quito el pequeño bolso que me cuelgo de lado, entrelazo mis dedos con los suyos y avanzamos por el camino de terracería. Ninguno dice nada conforme nos alejamos de todo, primero saliendo de la zona de casas, para simplemente incorporarnos a la carretera que sale del pueblo. Diez minutos, veinte, media hora, una entera y dos. El tiempo pasa volando.

Hace muchísimo calor húmedo y pegajoso como de costumbre, el viento es escaso y tibio y lo único que resuena es el incesante cantar de los grillos y animalejos entre los brotes de pasto y los maizales a los laterales del camino. Eso y Kurosaki batallando al abrir una paleta de caramelo con los dientes.

Sin embargo, la noche es inaudita y hermosa. El cielo está despejado dejándonos ver un azul fugaz e intenso y miles de millones de estrellas grandes y pequeñas que parecieran resplandecer especialmente para nosotros.

Mi esposo camina seguro, sonriéndome de vez en cuando mientras se seca el sudor con su camiseta. Sinceramente no comprendo muchas cosas a mí alrededor, pero lo que sí sé es que este momento es especial. No es que tenga algo particularmente fuera de lo normal, sólo es el hecho de que estamos juntos.

—Si no me equivoco estamos entre Karakura y Seireitei. —menciono entre el silencio. —Si querías ir a Seireitei pudimos haber tomado el auto.

—¿Y perdernos lo bonita que está la noche mientras me tomas de la mano? No lo creo tonto. —comenta haciéndome sonreír.

—¿Si sabes que vamos caminando por la jodida carretera y si viene un auto nos hará puré cierto?

—Hemos estado caminando por dos horas y ni un auto ha venido ni vendrá.

—No me dijiste que reservaste la carretera sólo para nosotros bebé.

—También tengo mis contactos seis. —me guiña un ojo.

—Eres de otro mundo. Eres el único ser que conozco que camina descalzo y de noche por una carretera desolada mientras tararea canciones feas, mordisquea una paleta y me da besos pegajosos.

—Supongo que te sacaste la maldita lotería conmigo en ese caso. Nadie da mejores besos pegajosos que yo. ¡Ah! ¡Ven, corre, creo que lo veo!

—¿Qué ves? —pregunto mientras soy jalado y comenzamos a correr por la carretera a toda velocidad como si nos vinieran persiguiendo. Claro, hasta que Ichigo se cansa y soy yo el que tiene que tomar la delantera y jalarlo. Ambos nos reímos mientras seguimos corriendo y él se sostiene su estúpido sombrero para que no se le vuele.

—¿Hacía donde? —pregunto.

—¡Allá, ese árbol, el más grande! —me señala un enorme ciprés que se encuentra en la punta de una pequeña colina llena de pasto que hay a mitad de un sembradío. —¡Rápido seis! —me apura.

—¿Hah?

—¡De prisa! —el demente me empuja y ya que tenemos tanta prisa, no dudo en cargarlo en mi hombro, escuchándolo gritar por la sorpresa mientras comienzo a correr. Kurosaki berrea y patalea mientras yo me ataco de la risa por su reacción, metiéndome entre los sembradíos y subiendo la pequeña cuesta hasta llegar a la punta donde se encuentra el ciprés.

Ahí lo suelto y ambos caemos maldita sea rendidos sobre el pasto, jadeando como puercos en matadero y rodándonos mientras el sudor ardiente nos empapa el cuerpo.

—Llegamos. —exhalo agotado.

—Eres...eres un imbécil.

—También te amo Kurosaki.

—Tengo hambre. —dice incorporándose y sentándose, quitándome la bolsa para sacar de su interior un contenedor pequeño y de plástico lleno de uvas. Se atiborra la boca de uvas, masticando y tragando feliz antes de volver a dejarse caer vencido sobre el pasto. Verdaderamente loco y adorable. Tan sólo me junto más a él, observando el cielo que en este punto luce especialmente majestuoso.

—Debe ser tarde.

—El tiempo no importa. Esta noche tú y yo somos eternos.

—No sólo esta noche, sino por siempre. Después de esta vida y en un millón más, ¿Esto te gusta?

—Tú me gustas seis.

—¿Estás seduciéndome? —cuestiono sonriente.

—Quizás...—dice girando para encontrar nuestras miradas. Ichigo y yo nos acercamos lento hasta conectar nuestros labios en un beso lento, caliente y sumamente fogoso. Mi esposo me jala para atraerme, por lo que no tardo en írmele encima. Ichigo me desabotona el overol mientras yo le bajo a prisa los shorts y la ropa interior.

—Métela seis, sólo métela. Entra en mí. —Suplica entre besos mojados y llenos de saliva.

—Te voy a lastimar.

—No lo harás carajo, sólo cógeme. —incita mordiendo y succionando mi labio inferior un poco mientras sus manos deambulan por mis pectorales y abdomen. —Me gusta tanto tu cuerpo. —cierro los ojos ante sus cálidas palabras que se sienten tan bien como sus besos tibios sobre mi piel. —Eres mío Grimmjow. Solamente mío. Vamos, entra en mí. —pide.

Gruño sintiendo su mano masajear el bulto duro, pesado y grueso que ya palpita en mis bóxers mientras abre más sus piernas. Supongo que a ambos nos gusta el sexo rápido y directo. Quito su mano para bajarme bien la ropa interior y sacar mi gruesa erección que masturbo tomando la firmeza que necesito.

Una vez bien duro y goteante, me acomodó e Ichigo simplemente se deja tomar por mí en crudo. Tal como lo pidió ni siquiera lo preparo, tan sólo entro en su estrecho agujero, mirándolo morderse los labios con saña y arquear un poco la espalda.

Las gotas de sudor ardiente y plúmbeo me recorren la frente, el pecho y la espalda, donde las uñas de Ichigo se entierran abriéndome la piel conforme siente como me entierro en él. No saliendo, simplemente entrando más, para que me sienta, para que sepa a quién le pertenece. Que me sienta por días enteros, que no olvide quién se lo está cogiendo esta noche.

—Grimm...espera, estás, estás...demasiado profundo. —gimotea y se retuerce al sentir mi verga gruesa abriéndolo con saña.

Ni siquiera contesto dedicándome a morder y chupar la manzana de su cuello. Ichigo qué está tan torcido como yo parece interpretar mi silencio, abriendo más sus piernas y abrazándose a mi cuello. No besamos sin parar mientras yo por fin decido moverme, despacio, pero firme y muy duro.

Ichigo gruñe con rabia, echa la cabeza para atrás y simplemente se deja llevar por la lujuria que lo arrastra hasta sus confines más perversos. Mi esposo se dedica a gemir, encantado de tenerme tan dentro de él mientras yo siento que toco el maldito edén por lo mojado y caliente que está poniéndose.

—Más duro...más. —exige y gustoso se lo doy.

Le abro bien los muslos para penetrarlo deliciosamente hondo y duro, aumentando el ritmo hasta escucharlo sollozar y sentir sus uñas rasgarme el pecho. Sonrío apartando su mano e inclinándome para levantarle la camiseta y poder succionar y morder sus pezones duros y rosados.

Todo es perfecto, su cuerpo pecaminoso que se derrite entre mis brazos, su interior recibiéndome entero y sobre todo el lugar. Yo tomándolo a mitad de la nada justo bajo la enorme luna que ahora es testigo de nuestro furtivo y pasional encuentro.

—Así...así me gusta, me estás abriendo tan rico. —pronuncia entre suspiros eróticos.

Fijo mi vista en ese lugar donde nuestros cuerpos se unen, amando la manera en que su culo me engulle entero y toma mi forma obscena. Ichigo mueve sus caderas encontrando el ritmo perfecto mientras atrae mi rostro para besarme una vez más.

Sus dedos se meten entre mi cabello húmedo para despeinarme mientras su lengua recorre cada uno de mis dientes. Apenas puedo sorber la saliva que escurre lasciva por mi boca. Me acerco aún más deleitándome con la fricción de nuestros cuerpos sudorosos que se enredan porque saben que no pueden vivir lejos el uno del otro.

—Te amo Grimmjow. —dice entre suspiros y temblores al sentirme especialmente profundo y no pudiendo aguantar el correrse sobre su abdomen.

Rujo como un animal aprisionado por sus instintos, continuando a pesar de lo estrecho que se ha puesto, soportando por varios largos minutos en los que él me besa y acaricia proclamándome su todo hasta que finalmente la tensión me alcanza haciéndome terminar tan dentro de él.

—Amo cuando te corres dentro de mí. —Ichigo me besa en la barbilla, sacándome una sonrisa placentera mientras me ruedo a un lado para respirar agitado y disfrutar mi reciente orgasmo.

Mi esposo deposita algunos besos sobre mi pecho y cuello antes de incorporarse una vez más, tomando unos pañuelos de su bolsa para limpiarse y finalmente arreglarse la ropa. Permanezco tirado mirándolo comenzar a gatear hacia la base del árbol; levanto una ceja al verlo sacar una especie de palita y comenzar a cavar la tierra.

—¿Qué haces? —pregunto mientras me abrocho mi overol.

—Sacando mi tesoro.

—¿Tesoro?

—Uh-huh, lo enterré aquí cuando era niño y me prometí que un día volvería, más grande, más maduro y contigo. Siempre supe que tenía a alguien destinado y aunque no recuerdo muy bien que guardé, sé que quería verlo contigo y nadie más.

Eso definitivamente llama mi atención, por lo que decido ayudarlo. Ambos nos entierramos espantosamente, pero seguimos cavando hasta que encontramos algo metálico.

—¡Aquí está! —Ichigo mete bien sus manos entre la tierra y saca una cajita rectangular, metálica y oxidada en la que se lee “1975 para que los sueños se hagan realidad.” —Es una caja de galletas que me dio mi mamá, porque le pareció bonita la frase. Así que ahí guardé todas las cosas que amaba en ese momento. —comenta mientras desenreda el cordón con la que estaba cerrada.

Lo primero que saca son varias fotos muy viejas en blanco y negro, ya ligeramente amarillentas, pero donde claramente se ven sus padres e Ichigo de niño y sus hermanitas aun más chicas frente a su casa. Hay una más donde Kon es apenas un cachorrito y mi suegro lo encontró y otra más de Ichigo abrazando a unos tan pequeños como él Shirosaki y Tensa, todos mostrando que les faltan varios dientes.

Luego de eso hay un par de carritos sin ruedas, un soldadito, algunas corcholatas de distintas botellas, timbres postales y un pendiente de perlas de su madre, unos listones que me cuenta eran de las mellizas y un cigarrillo que me dice fue su gran hazaña al habérselo robado a su padre.

—¿Qué es esto? —pregunto ante un pedazo de algo roto.

—Es un pedazo de disco de vinilo, era el favorito de papá y un día se lo rompí sin querer, no se enojó, pero dijo que no se podía pegar así que lo tiró. Tomé una parte para no olvidar lo que hice. Aunque no encuentro lo que estoy buscando. —dice revisando entre las fotos mientras yo miro un papel doblado bajo los soldaditos, el cual tomo y desdoblo.

En cuanto miro el contenido sonrío como un idiota por lo torpe y adorable.

—Lo encontraste.

—¿Ese soy yo? —pregunto señalando el dibujo hecho por un niño, donde hay dos mocosos que a pesar de los feos trazos sonríen alegres. Uno con el cabello naranja y otro azul flamante mientras se toman de la mano.

—Eres tú. Dibujé eso después de que soñé contigo por primera vez cuando apenas era un niño. Cuando le conté a mamá me dijo que algún día serías mi mejor amigo y que nadie nos separaría jamás.

—Y no mintió. —digo mirándolo a los ojos. —Yo también hice algunos de estos, pero mi abuelo siempre los tiraba.

—Ya no importa, porque estamos juntos y ni tu abuelo ni nadie puede separarnos. —me dice sonriente. —Mierda Grimmjow, estoy tan feliz de que estés aquí conmigo y de que por fin podamos llevarnos juntos el tesoro.

—Yo también Ichigo...yo también. —digo besándole la frente. —Hey, ¿Qué tal si en lugar de llevárnoslo lo llenamos más? —digo mientras él me mira curioso.

Saco de mi cartera una de las tantas fotos que tengo de nosotros. Esta es de hace unas semanas, donde Ichigo y yo nos estamos tomando de la mano mientras cada uno carga a uno de los gemelos.

—Esta vez no es un dibujo, es un recuerdo real. —digo mientras le escribo con un pequeño lápiz que había en la caja, algo a la foto detrás. Algo que espero no vea hasta dentro de muchos años. Una vez que termino, sonrío complacido y un tanto avergonzado ante mis palabras.

—¿Qué hay de ti? ¿Hay algo que puedas o quieras guardar para la posteridad? —pregunto después de meter la foto en la caja, tomar la tapa para limpiarla y también escribirle algo, esta vez con la punta filosa de la navaja que siempre cargo conmigo, “1987 cuando los sueños ya se hicieron realidad”.  —¿Encontraste algo Ichigo? —cuestiono viendo como tiene algo entre las manos.

—Quería dártelo, pero supongo que después de verlo podemos meterlo a la caja para recordar el momento.  —dice tímido.

—¿Qué es? —mi respuesta me llega a la manos mientras nos miramos a los ojos. Ichigo sonríe y me dice con la mirada que vea abajo, donde me llevo la sorpresa de mi vida por segunda ocasión. Una prueba de embarazo.

—Sorpresa Grimmjow. —dice calmado mientras yo no logro asimilarlo, simplemente sonriendo.

—¿Estás embarazado otra vez? —cuestiono sintiendo una felicidad insana apoderarse de mí.

—Sí, ¿Recuerdas que me sentí raro las semanas pasadas? pues lo sospeché y me hice la prueba. ¿Estás feliz? —le respondo abrazándolo con toda la intención de robarle el aliento. Feliz es poco para describir lo que siento en este momento por saber que seré padre de nuevo.

—Te amo, te amo tanto. Te amo Ichigo. Gracias, muchas gracias. —repito una y otra vez y aún así no es suficiente.

—También te amo seis, siempre lo he hecho y siempre lo haré. —ambos nos abrazamos como si no existiera mañana. Aún a veces siento que esto es un sueño, porque no puede ser posible tanta alegría, pero en este momento sé que es tan real como mi amor por Ichigo.

Finalmente un largo y eterno rato después nos despegamos y sonreímos mientras enterramos la caja después de que yo guardara la prueba de embarazo.

—Algún día dentro de muchos años volveremos, pero esta vez con todas las panteritas para que sean ellos quien descubran el tesoro que guardan sus padres. Y quién sabe, con suerte seguirá creciendo el tesoro y la familia. —afirmo haciéndolo sonreír contento. Eventualmente enterramos todo con cuidado y terminamos acostados viendo la luna y las estrellas mientras nos tomamos de la mano.

—Seis...

—También te amo Ichigo.

—Eso es muy romántico, pero ¿Cómo mierda vamos a volver? Estoy seriamente agotado.

—¿Hah? ¿Qué no fuiste tú el que no quiso tomar el auto porque así era más lindo y la mierda?

—¡Pero me cansé! Ahora cárgame de regreso. —berrea.

—¡Tú cárgame a mí de regreso!

—¡Seis!

—Cierra la boca bobo adorable, descansa un rato y si me siento en ánimos te daré la mano mientras caminamos de regreso.

—Es cansado estar embarazado sabes...—dice como no queriendo.

—Yo te hice el hijo, también fue cansado, ahora ven aquí. —lo abrazo aún a protestas hasta que lo consigo y finalmente permanecemos viéndonos fijamente. Ichigo frunce el ceño precioso y como de costumbre, acercándose y besándome aun cuando está molesto sacándome una amplia sonrisa, porque aún en silencio me dice que sólo seremos él y yo por siempre, convirtiéndonos en lo que más anhelamos, siendo eternos o quizás nada, infinitos al fin y al cabo.

 

///Kyoraku///

—Ah, me podría comer todo en el menú. —digo feliz porque esta fabulosa noche, mi querido Jushiro y yo como de costumbre hemos venido a cenar a Kurosaki’s. Y aunque la locación es distinta todo sigue igual.

—Lo peor es que te creo, pero no pidas tanto, ya te dije que tienes que cuidar tu salud, sino para cuando nazca nuestro hijo te dará un infarto de tanta grasa.

—No empieces Jushiro, ya te dije que estoy bien.

—Bien, pero camino al hospital. No somos niñitos y debes empezar a cuidarte más con la comida. —dice haciéndome rodar los ojos y ganarme un pellizco que hace reír a Nelli, que está junto a su madre pataleando feliz y coloreando un mantelito para niños.

—Buenas noches Kyoraku-san. —me saluda Tensa. —¿Qué le voy a traer esta noche?

—Hey, para mí lo de siempre más una cerveza. Jushiro quiere la ensalada con pollo y una limonada y para Nelli el platito de nuggets con papas a la francesa y bastones de verdura y un jugo de...¿De qué hija?

—¡Naranja! —grita emocionada ahora que puede hablar mejor.

—Claro, enseguida se los traigo.

—Gracias, por cierto, no veo a tus padres ni a Isshin y Masaki. —digo ya que siempre están aquí trabajando y atendiendo a sus clientes.

—El tío Ganju hizo una reunión para ‘adultos’ en su casa y todos fueron, pero nos dejaron a mi hermano, a mis primos y a mí a cargo. Sólo que Ichigo y Grimmjow se perdieron por ahí.

—Ese Grimmjow...como siempre dando lata.

—¡Gatito, gatito! —exclama Nel. —Lo extraño mami.

—Lo sé bebé, mañana lo iremos a ver.

Sin más Tensa-san se va mientras mi pequeña familia y yo disfrutamos el ambiente y la música. Obviamente al ser un pueblo pequeño, fin de semana y este ser el mejor restaurante nos encontramos a todos. Renji-chan junto a su novio en compañía del buen Hisagi con Kensei comiendo en una mesa delante de la nuestra.

Starrk que no tarda en ser abofeteado al estar más dormido que despierto en plena cita con una guapa muchacha rubia. Szayel Aporro con Uryuu-chan casi ahorcándose mientras son detenidos por Ulquiorra y Orihime-chan y claro, montones de viejos conocidos más.

—Aquí tienen. —nos sirve Tensa. —Tengo que irme, así que los seguirá atendiendo Tatsuki, ¿Sí? —dice antes de marcharse a prisa. Jushiro y yo no le tomamos importancia simplemente maravillándonos con nuestra comida.

—Jushiro, ¿Recuerdas cuando éramos jóvenes?

—Lo dices como si tuviéramos ochenta años Shunsui.

—Oh vamos, sabes a lo que me refiero. ¿Qué no oyes cada que Grimmjow me dice viejo? ¡A mí por todos los cielos!

—Es que lo estás Shunsui. —dice como si nada mientras le da en la boca un bastoncito de zanahoria a nuestra bebé.

—¡No tienes que recordármelo! Además me refiero a que ahora estamos del lado “familiar” y antes pertenecíamos al de los “muchachitos” jugando billar y bebiendo a escondidas. Sí que se pasa rápido el tiempo. —digo mientras comienzo a comer mi rica hamburguesa.

—Pues tú sigues jugando billar y bebiendo a escondidas de mí, ¿Crees que Masaki no me cuenta que siempre vienes a ver a Isshin y a Kisuke para ponerte a “recordar viejos tiempos” huh? —comenta haciéndome atragantar y toser.

—Uhm, ¿Me pasas la pimienta? —pregunto sacándole una sonrisa.

—Por cierto, mi padre quiere que la boda sea cuanto antes Shunsui, dice que ya dejamos pasar mucho tiempo. Recuerda que no estuvo muy contento con eso de mi embarazo fuera del matrimonio.

—Dímelo a mí, ¡Me persiguió por horas para apalearme! ¿Qué no ya casi no podía caminar? ¿De dónde saca tanta energía?

—Ya sabes cómo es, para apalear a sus hijos y para jugar con sus nietos siempre tiene fuerzas. —dice haciéndome reír.

La cena se pasa de maravilla con nosotros charlando y riéndonos de las ocurrencias de nuestra hija. Cuando terminamos simplemente pagamos y decidimos que es hora de marcharnos a casa. Caminamos por la acera del barrio francés, disfrutando el ambiente tan festivo que hay como cada fin de semana con montones de artistas callejeros, música y bares llenos mientras Nel que permanece en medio, se agarra de nosotros y brinca en grande.

—Shunsui mira eso. —Jushiro me jala con fuerza, sorprendiéndome y haciéndome girar.

—¿Qué pasa? —me quedo pasmado al ver cómo me señala que aun entre el tremendo gentío Tensa-chan se encuentra hablando con el que si no me equivoco es Aizen. Están en la esquina afuera de un gran restaurante y parecen discutir.

Frunzo el ceño al ver que Tensa parece quererle hacer entender algo mientras Aizen como siempre tiene su pose arrogante, negando y suspirando. Aunque lo que más nos impacta es cuando Aizen abraza a Tensa de la nada y el chiquillo aunque sorprendido termina correspondiéndole y calmándose.

—Oh Shunsui, esto...esto no me gusta nada, ¿Qué no Tensa está saliendo con Shiro-chan?

—No lo...no lo sé cariño. —digo genuinamente sorprendido y sin palabras. —Quizás no es nada y nos estamos adelantando en sacar conclusiones.

—Pero, ¿Por qué Tensa sería amigo de Aizen? ¿Qué no su ayudante fue el que rompió los vidrios de la casa Kurosaki por pedido de Aizen? Esto no me parece nada bien. Y estoy seguro que Kisuke y Kaien lo desaprobarían si lo saben.

—¿Y qué se supone que haremos? ¿Correr a contarles? Jushiro, no me gusta decirlo, pero no es de nuestra incumbencia lo que Tensa-chan haga con su vida.

—Lo es porque es el novio de Shiro-chan.

—Jushiro sólo vámonos. —lo tomo de la mano aún a protestas y me lo llevo, no sin mirar de reojo como Aizen ahora sonríe malicioso mientras abraza a Tensa-chan por los hombros mientras han comenzado a caminar por el lugar. Jushiro no dice nada durante todo el camino, pero una vez en casa me demuestra que todo está bien entre nosotros besándome y diciéndome que irá a acostar a Nel.

—Cariño iré por cigarrillos, ¿Quieres algo de la tienda?

—Nada, me duelen los pies, así que me daré una ducha y me acostaré. Sólo no te tardes y recuerda que nada de fumar dentro.

—Copiado. —salgo tan rápido como llegué, entrando una vez más en mi camioneta y emprendiendo el camino hacia una pequeña tienda que hay, no tan lejos, pero si lo suficiente para no querer caminar.

Durante el trayecto no puedo evitar pensar en Tensa-chan y Aizen, ¿Por qué estaban juntos? Yo definitivamente no me puedo meter, pero sé de alguien que aunque problemático puede hacerlo porque es su familia. Grimmjow.

Grimmjow que justamente viene caminando por un lado del camino cargando a Ichigo, que parece de lo más contento, en su espalda. Espera ¿Qué? De inmediato piso el freno y voy en reversa hasta llegar a su lado.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —pregunto, bajando el vidrio y viendo como Ichigo le jala el cabello a Grimmjow que intenta quitárselo de encima.  

—Kurosaki te juro que estoy a nada de aventarte a los maizales cabrón chiflado.

—Quiero ver que lo intentes perdedor, tú que me avientas y yo que te reviento a golpes. —discuten como siempre.

—Uhm, ¿Hola? —hablo al ser ignorado.

—¿Tú qué carajo quieres viejo ridículo? Espera, espera, con que recogiendo extraños huh, deja que le cuente a Ukitake para que te patee tu barbudo trasero. —dice burlón la bestia.

—Buenas noches Kyoraku-san. —me saluda cortés su esposo.

—¿Quieren que los lleve? —pregunto.

—¡Claro que quiero! ¡Abajo Kurosaki, abajo! —exclama Grimmjow.

—¡No me hables como si fuera perro! —por supuesto Ichigo-chan se baja de su espalda no sin hacerle una llave mortal. Una vez dentro de mí auto pensé que comenzarían a matarse, sin embargo, no hacen sino besuquearse y manosearse al grado en que tengo que aclararme la voz. Estos chicos de hoy en día.

—¿Y qué hacían por estos rumbos tan tarde?

—A Kurosaki le gusta hacerlo entre los matorrales. —claramente se gana un puñetazo.

—¡Fuimos a crear recuerdos de pareja! —declara muy feliz Ichigo.

—Más bien de terror, creí que nos iban a descuartizar cuando ese loco en la carretera nos empezó a perseguir con su motosierra. Mierda Kurosaki, ¿Qué nunca viste la masacre de Texas? Pudimos haber muerto.

—Eres un idiota exagerado, era un señor perdido pidiendo direcciones en su auto y no traía una motosierra, era una máquina de escribir en el asiento del copiloto.

—Eso lo hace aún peor, ¿Qué loco del carajo trae eso consigo? ¿Sabes todas las maneras en que podrían asesinarte con una máquina de escribir? Mejor agradece que nos salve incluyendo tu trasero gordo.

—¡Eres un estúpido! —Y ahí está la pelea de nuevo, la cual dura cinco minutos antes de que vuelvan a besarse haciéndome reír y rodar los ojos. Una vez que los dejo en casa Ichigo-chan agradece, se despide y sale volando al interior mientras Grimmjow se estira.

—Hey, ven aquí. —le hablo.

—¿Qué pasa? —pregunta curioso y asomándose por la ventana. Suspiro y no me queda más que comenzar a contarle lo que pasó esta noche con Tensa y Aizen. Lo curioso es que Grimmjow no parece del todo sorprendido y en su lugar se cruza de brazos.

—Gracias por decirme viejo, ya tenía mis sospechas y esto me lo confirma. Pronto le haré una visita a ese idiota de Aizen. Él y yo tenemos asuntos pendientes.

—No te metas en problemas muchacho.

—Él se metió en problemas cuando decidió venir contra mi familia. —dice determinado y sacándome una sonrisa debido a lo integrado y feliz que se ve con su familia.

—Entiendo, pero mantenme informado y si necesitas algo llámame, ¿Está claro?

—Seguro. —el chico choca su puño conmigo, en alguna especie de saludo juvenil y finalmente se mete a su hogar. Por mi parte voy a la tienda a la velocidad de la luz, porque seguro que Jushiro no tarda en ahorcarme por tardarme tanto. Una vez en la tienda que hay adyacente a una gasolinera cerca de mi hogar, me bajo y entro pidiendo mi cajetilla.

—Kyoraku, viejo amigo, ¿Qué tal te va? —giro viendo a mi peor pesadilla, Aizen, sonreírme cruel como siempre.

—¿No está muy lejos este lugar de Hueco Mundo huh? —pregunto.

—¿Y qué si así lo es? ¿No soy libre de estar en donde se me plazca?

—Será bueno que regreses por donde viniste, sabes que no eres bienvenido en este pueblo después de lo que le hiciste a los Kurosaki.

—¿Y qué es eso que les hice según tú?

—Tú sabes lo que hiciste. Y sólo déjame decirte algo. Aquella vez Grimmjow tenía problemas, estaba confundido y no era un buen momento, por lo que yo tuve que intervenir. Sin embargo, ahora está en su mejor momento y se cobrará lo que le has hecho a su familia golpe por golpe.

—¿Crees que le temo a ese sucio campesino? —inquiere con arrogancia.

—No lo creo, pero deberías. Recuerda que no está sólo, tiene a Ichigo-chan con él y cuando sepa lo que estás haciendo con su primo la pasarás mal. —digo mirándolo afilar la mirada y finalmente sonreír.

—Me subestimas Kyoraku.

—No, tú subestimas a los Kurosaki. Son buenas personas, pero si los presionas demasiado terminarán contigo. Además no olvides cuánta gente los aprecia aquí, en cambio de ti, no creo que podamos decir lo mismo. —es todo lo que digo antes de dejar el dinero de mi compra y salir tan rápido como llegue. Y aunque debería sentirme perturbado por todo esto, por primera vez después de mucho tiempo no lo siento. Sé que Grimmjow hará lo correcto y cuidará a su familia, así como yo a la mía.

Notas finales:

Ichigo está embarazado de nuevo. Y cuando digo era de esperarse, es porque carajo, lo hacen como conejos. Era obvio que no tardaría en crecer la familia jaja. Por otro lado todo parece marchar bien para los Kurosaki a excepción de Tensa, ¿Qué está haciendo con Aizen? No lo sabemos aún, pero pronto, es obvio que el relamido cara de piedra algo trama.


Por su lado Kyoraku está feliz con su familia y pronto se casará con su amado Jushiro, además de que su bebé crece bien. Para los que quieren RenBya, ya saldrán en el próximo capítulo, así que no coman ansias.


Para los que no saben, no actualicé este fic porque durante Julio publiqué “Sugar Daddyy “Mi feroz alfa” que son shots de omegaverso GrimmIchi, para que si aún no los leen corran a hacerlo. Y para los que esperan “Pantera” téngame paciencia, la semana que viene tengo compromisos importantes, pero apenas los concluya les prometo que actualizaré.  


Saben que los amo muchísimo. Son lo mejor del mundo. Como siempre gracias por la paciencia y cariño. Nos vemos extra pronto bebitos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).