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Aires del tiempo por RyuStark

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Notas del capitulo:

Hola bebés <3

Lo siento, lo lamento. No quería fallarles, pero tuve unos problemas para subir el capítulo la semana pasada y ya no lo hice el fin porque estuve estudiando, estoy en semana de exámenes y entrega de proyectos en la Universidad y estoy al borde de la histeria, pero no quería defraudarlos más, así que aquí está el capítulo prometido.

Les traigo un capítulo full GrimmIchi con un mínimo de angustia, drama muy leve, romance esponjoso, lemon, humor estúpido y mucho amor como siempre. Espero que lo disfruten <3 <3 <3

¡Los amo por siempre!

///Grimmjow///

No tengo palabras para describir el terror que siento en este momento. No entiendo qué hago o qué está pasando a mí alrededor. Creí que había viajado en el tiempo, pero hoy al haber visto a Nelliel sé que no podría estar más equivocado.

Pero entonces, ¿Qué sucede que no me doy cuenta?

¿De verdad es un sueño? ¿Una ilusión? ¿Un juego de mi mente? ¿Acaso todo esto es una mentira de la que pronto despertaré? ¿Abriré los ojos y las lágrimas caerán al darme cuenta de que Ichigo está más lejos de lo que alguna vez llegué a pensar?

Tengo miedo.

Por primera vez en mi vida estoy verdaderamente aterrado y sufro de una angustia que me oprime el pecho espantosamente. No puedo respirar, necesito ayuda. Yo que me creí invencible ahora me siento descubierto y vulnerable ante este mundo que no logro entender.

Camino desesperado de un lado a otro en mi jardín ahora oscuro mientras miro el cielo lleno de estrellas y una enorme luna. ¿Cuánto? ¿Cuánto es lo que me queda? ¿Por qué estoy aquí?

¿Quién soy?

—Seis…¡Seis! ¡Grimmjow!—La voz alerta de Kurosaki me saca momentáneamente de mi desesperación. Ichigo baja las escaleritas del pórtico mirándome sumamente preocupado. —Grimmjow ¿Estás bien? ¿Qué te pasa? Hoy…hoy estuviste muy raro, primero con la hija de Ukitake-san y luego permaneciste callado durante todo el trayecto de regreso. Y no me mientas Grimmjow, sé que algo está sucediendo.

—Kurosaki… ya ni siquiera sé si eres real. —Confieso mostrándole una expresión desesperanzada que lo hace mirarme horrorizado.

—¿De qué…de qué hablas seis? Estás asustándome. —Inquiere angustiado a la vez que extiende su mano para intentar tocarme, pero quizás por instinto retrocedo, sorprendiéndolo y asustándolo más. —Grimmjow, ¿Qué tienes? Háblame.

—Necesito respuestas Ichigo.

—¡¿Qué respuestas?! —Pregunta entre molesto y asustado. —¡Grimmjow qué carajos está pasándote! ¡Háblame maldición!

—Tengo que irme. —Digo mirando el terror en sus ojos.

—¿Qué…? ¿Cómo, cómo que tienes que irte? —Cuestiona preocupado. —Si tienes que salir yo…yo iré contigo mí amor. Si estamos juntos todo estará bien. —Me dice tembloroso, pero ya lo he pasado para entrar a la casa a prisa con él siguiéndome los pasos.

—Kurosaki, ¿Dónde están las llaves del Impala? —Ichigo me cuenta mil y una historias intentando convencerme, pero he dejado de oírlo, buscando desesperado las llaves hasta que las encuentro, para esta vez toparme con él y tomarlo por los hombros. —Para cuando despiertes ya estaré aquí. Descansa con el bebé. —Digo dándole un beso en la frente y corriendo, quizás huyendo de él o más bien de mi mismo, de mis miedos, del temor, de este tiempo cruel.

—¡Grimmjow no te vayas! ¡Grimmjow vuelve! ¡Grimmjow! Grimmjow…—Lamentablemente Ichigo no logra alcanzarme y apenas entro al auto, lo enciendo y lo saco al camino de terracería.

Lo que más me rompe el corazón es ver por el retrovisor, como al no haber podido detenerme, Ichigo se ha quedado de pie en el jardín con los ojos llorosos mientras abraza a nuestro hijo y me ve partir. Lo siento, lo lamento tanto mi vida. Jamás he querido hacerte llorar ni a ti ni a nuestro bebé, pero nunca más podré mirarte a los ojos o dormir tranquilo sino obtengo las respuestas que necesito.

Manejo como alma en penitencia tan rápido como puedo, por primera vez agradeciendo que en este pueblo no hay tráfico. Y aunque lo haya no dudo en acelerar y pasar a todo auto cuanto me cruzo. Por lo que cerca de treinta minutos después ya me encuentro estacionándome afuera de la casa de la única persona que puede ayudarme.

Avanzo a zancadas a la puerta, la cual toco con fuerza repetidamente una y otra y otra vez, no deteniéndome hasta que escucho un grito que me avisa que ya vienen.

—¿Grimmjow? ¿Qué haces aquí? Pasa de media noche…—Kyoraku que al parecer estaba dormido me mira consternado.

—¿Ukitake está contigo? —Pregunto sin tapujos.

—Sí, está conmigo, ¿Para qué lo quieres?

—¿Shunsui? ¿Quién es? —Ahí está la respuesta que quería. Ni siquiera espero a que Kyoraku me dé el paso, entrando y sujetando a Ukitake, que venía saliendo de su habitación, por el brazo.

—Grimmjow, ¿Qué tienes? Te ves pálido.

—Necesito hablar contigo ahora mismo. —Mi agresiva afirmación parece sorprenderlo, pero rápido se compone y asiente.

—Sí claro, siéntate por favor.

—No, no aquí. Vamos a otro lado. —Digo mientras lo jalo y comienzo a llevármelo.

—Grimmjow, ¿Qué crees que haces? Suelta a Jushiro ahora. —Amenaza Kyoraku.

—No, está bien Shunsui. No nos tardamos. —Ukitake lo consuela, sonriéndole y ni siquiera intentando soltarse de mi brutal agarre hasta que entramos a mi auto. Kyoraku al igual que Ichigo se queda preocupado, pero no me importa, no ahora.

Por lo que una vez más arranco a prisa y manejo en silencio por un buen rato hasta las afueras del pueblo, donde me estaciono alado de la carretera junto a un gran campo de maíz. Respiro hondo intentando controlarme y pensando cómo decirlo todo a la vez que miro la enorme luna que ilumina todo y espero de paso también mis palabras.

—Primero quiero que sepas que nada de lo que estoy por decirte es mentira, ni es inventado ni tampoco es un juego. Es la absoluta verdad y necesito contártelo porque mi tiempo se está acabando. —Por fin corto el silencio, aparentemente intrigando a Ukitake que asiente indicándome que me oirá.

—Este no es mi tiempo. —Finalmente confieso en voz alta. —Esta no es mi época. Mi nombre es Grimmjow Jaegerjaquez y nací el 31 de Julio del 2001 en una ciudad de Alemania. Años más tarde me mudé con mi madre, padrastro y abuelo a Sídney en Australia, donde viví toda mi vida hasta el 6 de Junio del 2026. Ese día tuve un accidente y caí en un remolino a mitad del mar y lo próximo que supe fue que desperté aquí en Karakura, en el mismo día, pero de 1986. Y te juro por lo más sagrado en mi vida que es Ichigo y mi hijo que no te estoy mintiendo. —Ukitake abre la boca no sabiendo si intentar hablar o echarse a correr porque está con un maldito lunático.

—¿Me estás diciendo que viajaste en el tiempo? —Pregunta totalmente incrédulo y anonadado.

—Creí que lo había hecho. Pero hoy al ver a Nelliel, ya no estoy tan seguro.

—¿Qué? ¿De dónde conoces a Nel? —Me pregunta intrigado.

—La conozco ¿Sí? —Menciono hostil y apretando el agarre.

—Grimmjow, ¿De dónde la conoces? —Pregunta una vez más con seriedad.

—Nelliel es de mi época, ella nació un par de años después que yo ¿Sí? Ella…ella era…¡Joder! ¡Solo la maldita sea conozco carajo! ¡La conozco! ¡Sé que es ella!—Digo a la vez que golpeo con brusquedad el volante.

—¿Entonces ella también viajó en el tiempo? —Cuestiona haciéndome negar repetidamente.

—No…no, no hay manera, no hay manera de que ella haya podido. Ella no pudo…—Menciono sintiendo un nudo crearse en mi garganta y mis ojos mojarse de la impotencia y los perversos recuerdos.

—¿Por qué no? —Inquiere asustado y casi temiendo la respuesta mientras yo lo enfoco.

—Porque Nelliel…ella…ella ya no existe en el tiempo del que yo vengo. —Declaro mirando el horror en sus ojos.

Una sensación tan terrible que creí haber olvidado hace ya mucho regresa a mí, haciéndome salir a prisa del auto, casi arrastrándome y comenzar a respirar a hondas bocanadas. Me ahogo. Me estoy asfixiando. No puedo, esto es demasiado para mi miserable alma.

Ayuda, necesito ayuda. Quién sea que me libre de esto que no me deja vivir.

Muero y revivo por largos y prolongados minutos mientras observo el cielo lleno de estrellas inmensas, brillantes y lejanas que me dicen lo diminuto que soy en este misterioso y vasto universo. No soy nada. Apenas un grano de polvo entre el infinito.

Afortunadamente logro calmarme con el paso del tiempo, hasta que después de un rato más escucho a Ukitake salir del auto, cerrar y venir a recargarse a mi lado en el auto.

—Estoy loco ¿No es así? Solo maldita sea dilo.

—No creo que estés loco. —Afirma sorprendiéndome.

—¿Tú me crees? ¿En serio me crees? —Pregunto escéptico y mirándolo asentir.

—Cualquiera que te observe detenidamente puede darse cuenta qué no eres de aquí Grimmjow. Y no me refiero sólo al lugar, sino a todo. Todo lo que sabes, tu forma de hablar, de ser, cómo te desenvuelves con los demás. No encajas aquí, no en este tiempo. Quizás Ichigo no lo notó porque está tan enamorado de ti que no se ha fijado en los pequeños detalles, pero yo te he observado bien, también Kyoraku, él fue el primero en notarlo.

—Ukitake, por favor necesito que me ayudes.

—¿A qué? ¿A volver a tu tiempo? Imposible.

—¡No! ¡No quiero volver! Sólo…sólo necesito saber cómo llegué aquí y por qué. Necesito saber que no dejaré a Ichigo a su suerte junto a nuestro bebé. Necesito que me digas que esto no es un sueño. —Ukitake me mira  detenido y casi con lástima por un par de segundos, eventualmente asintiendo y aclarándose la voz.

—Te ayudaré hasta dónde mis conocimientos me lo permitan. Pero para ello necesito que me digas absolutamente todo de ti, del tiempo de dónde vienes y todo lo consiguiente. Y también necesito un lugar iluminado y dónde escribir. —Levanto una ceja ante eso último, pero no quita que le dé la razón. Ambos regresemos al auto y yo conduzco cerca de una hora más hasta los inicios de Hueco Mundo.

Ahí me estaciono en un restaurante 24hrs, que a pesar de la hora se encuentra bastante lleno, lo cual aprovechamos para irnos hasta una mesita en un rincón junto a un gran ventanal. Y así, después de pedir algo, comienzo a narrarle todo y más sobre mi vida, desde mi juventud y mi búsqueda infinita y nula por encontrar a Kurosaki, hasta el día del maldito accidente y todo lo consiguiente en Karakura.

Las horas se pasan sumamente largas, pero también pacíficas, porque conforme cada palabra va saliendo de mi boca, la carga en mi espalda va aligerándose al igual que el dolor en mí pecho. Y mucho más al ver a Ukitake asentir ferviente mientras escribe, hace anotaciones, un par de cálculos y me pregunta más, haciéndome saber qué hará todo lo que pueda para ayudarme.

—Saber que alguien más aparte de mí está chiflado realmente me hace sentir mejor. —Digo sacándole una sonrisa.

—¿Quieres que te cuente algo sobre mí ahora que yo sé tanto de ti? —Me pregunta Ukitake mientras coloca su mano sobre la mía y yo asiento. —Estudié ciencias no sólo porque soy bueno en ello, sino porque cuando era joven yo tampoco sentía que encajaba en mi época. Me sentía extraño, ajeno, desubicado. Tenía tantas preguntas sobre la vida, el tiempo, el espacio y lo que implica estar vivo en este mundo. Y un día, cuando me di cuenta de que nadie me daría esas respuestas, decidí que sería yo quién las obtendría por cuenta propia.

—¿Aun te sientes así? ¿Qué no encajas? —Pregunto curioso.

—Hasta hace unos meses aún me sentía así. Pero ahora con Nelliel y Kyoraku sé que estoy en el tiempo correcto y en el momento indicado. Es increíble ¿No crees? Una vida desubicada y monótona, pero apenas basta con conocer a la persona indicada y toda tu perspectiva puede cambiar radicalmente, justo como me pasó a mí y cómo te pasó a ti con Ichigo y su bebé.

—No sé qué haría sin Kurosaki sabes, me volvería loco, bueno más loco. —Menciono mirándolo sonreír y apretar el agarre de mi mano.

—No tengas miedo Grimmjow, si algo he comprendido en todos estos años de estudios es que el tiempo, aunque suena extraño es atemporal, incontrolable e impredecible. Pero si estás aquí, en este momento es por una razón. Disfrútalo. Goza tu vida con Ichigo, con su bebé, ámalo, siéntelo, vive como si fuera el último segundo y no te arrepientas de nada, pero sobre todo no temas. No temas Grimmjow…no lo hagas.

Tú mejor que nadie sabe lo corta que es la vida como para no aprovecharla. Así que sigue soñando y pensando que mejores cosas están por venir, que así será si realmente lo deseas. Este ahora es tu tiempo, deja de temerle y comienza a controlarlo Grimmjow, no al revés. Necesitas darte cuenta. Ya estás en casa, con tu familia, con el hombre que amas. Abre los ojos. No estás soñando.

Por alguna extraña razón sus palabras me pegan con tanta fuerza, que no puedo hacer más que sonreír y estrujar su mano entre las mías. —Supongo que debemos irnos o Kyoraku se volverá loco, además de que ya es bastante tarde. —Ukitake me da la razón y después de pagar la cuenta ambos partimos de regreso.

Charlamos un rato más hasta que Ukitake se queda dormido y no es para menos, no tarda en amanecer. Por lo que una vez frente a su casa lo despierto con cuidado. —Gracias Ukitake, nunca podré pagarte lo que estás haciendo por mí. —Digo al verlo abrir la puerta.

—No hay nada que agradecer Grimmjow, ¿Quién sabe? Quizás el destino, el tiempo, dios, quién sea que te haya mandado aquí, tal vez también me mandó a mí para ayudarte. Probablemente ambos estamos en el momento preciso. —Afirma sacándome una sonrisa.

—Uh…no quiero sonar aprovechado pero, si tú y Kyoraku están bien…¿Crees que pueda visitar a Nel? Sólo algunas veces, lo prometo.

—Claro que puedes, ayer Nel no paraba de hablar de su nuevo mejor amigo ‘gatito’. No sabes lo feliz que la hará saber que la quieres tanto como ella a ti. Estará encantada.

—Gracias.

—Bien, ahora me voy. Si me necesitas ya sabes dónde estoy y cualquier cosa puedes llamarme ¿Sí? —Menciona mientras se baja y yo me despido, para apenas verlo entrar a su casa irme rumbo a la mía.

Bostezo extremadamente cansado, pero también muy aliviado. El miedo se fue, se esfumó como si nunca hubiera existido en primer lugar. Porque Ukitake tiene razón, ya estoy en el tiempo correcto, estoy en casa, con el amor de mi vida. Y hablando de mi amor, él también me lo dijo, debo de dejar de pensar que cosas malas tienen que pasar.

Me merezco esto, merezco ser feliz con él y nuestro bebé.

Sonrío al llegar a casa, entrando con sumo cuidado y mirando que todo está a oscuras y en silencio a pesar de que algunos rayos de sol comienzan a colarse por las persianas.

—Por fin llegas. —Una voz me hace brincar del susto y más al ver que no se trata de Ichigo, sino de su tío Kaien, que viene desde la sala y se para frente a mí con los brazos cruzados.

—¿Kurosaki? —Pregunto preocupado.

—Está arriba, se durmió hace apenas unas tres horas. Ichigo me llamó Grimmjow. Mi sobrino el que siempre intenta salvar y ayudar a todos por encima de sus propias necesidades, por primera vez me llamó lloroso y asustado a mitad de la noche, para decirme que te habías ido como un loco y que no sabía si volverías…

—Yo jamás…—Me quedo callado en cuanto Kaien levanta su mano.

—Grimmjow te quiero muchísimo, así como mis hijos, Kisuke, mis hermanos, Masaki y mis sobrinas también. Todos en esta familia te amamos porque eres uno de nosotros. Pero quiero que sea la primera y la última vez que hagas llorar a Ichigo, porque la próxima vez le diré a su padre. Y aunque parece un tonto la mayoría del tiempo, créeme, no es alguien a quien quieras ver enojado.

—Lo siento…

—Grimmjow si tienes problemas resuélvelos ahora mismo. Y si necesitas ayuda pídela y te será dada. Pero jamás le ocultes nada a tu familia, ¿Está claro? No estás solo. Tienes un montón de lunáticos que están dispuestos a dar la cara por ti, ahora quiero que subas, le pidas disculpas a Ichigo y descansen que los veré por la noche en la feria del pueblo.

Asiento recibiendo a cambio un reconfortante abrazo y una sonrisa que me deja pasmado y feliz. Mierda, de verdad no me merezco a esta gente y aun así la quiero para siempre. No me queda más que subir las escaleras que crujen como de maldita película de terror hasta el segundo piso.

Al abrir la puerta de nuestra habitación, mi pecho se infla de ternura al ver a Ichigo dormido en la cama, recostado de lado y abrazando su vientre al igual que una de mis camisetas. De inmediato me desnudo y me quito los zapatos, recostándome a su lado y con sumo cuidado girándolo para abrazarlo contra mi pecho.

Ichigo entre abre sus preciosos ojos de chocolate adormilado, sonriendo angelical en cuanto me ve mientras roza su nariz contra la mía y yo lo estrecho con fuerza. —Lo siento Ichi, te amo, te amo muchísimo a ti y a nuestro bebé. Lamento haberte asustado.  —Menciono mientras le beso el rostro y le froto el vientre con cariño.

—Está bien, sólo la próxima vez que tengas que irte llévanos contigo ¿Sí? —Me dice dulce mientras yo sonrío como nunca. ¿Cuán bueno puede ser? El otro pedazo de mi alma. Mi más grande amor.

—Te amo Ichigo.

—Y yo a ti seis. En esta vida, en la siguiente y en mil más.

Perfecto, no hay otra palabra para describirlo. Lo amo, simplemente lo amo. Lo amo. ¿Qué más hay que decir?

///Ichigo///

Esto de estar embarazado es una maldita locura, si antes tenía antojos, ahora parece que vivo de ellos. En especial el chocolate, es mi absoluto favorito. Tanto que a pesar de ser como las tres de la tarde, no dudo en caminar por mi sala mientras me como a cucharadas el tarro de chocolate para untar a la vez que giro, ya que están pasando una canción fenomenal por la radio.

Claro, hasta que me canso y termino sentándome en el sillón, para seguir comiendo tranquilo, sabiendo que Grimmjow sigue dormido arriba. Me estiro a mis anchas acariciando mi vientre ya bastante notorio. —Hoy te veré en el ultrasonido hijo, será la primera vez y seguro que tu idiota padre se desmaya de la emoción. —Le cuento sonriente a mi bebé mientras meto mis manos entre los pliegues del sillón, mi pequeño placer oculto.

Uno que me hace levantar una ceja al sentir un par de cosas, ¿Qué es esto? Primero saco una cadena de oro con un precioso y pequeño dije en forma de pantera. Es muy bonito. Pienso guardándomelo mientras meto mi mano e intento sacar el otro objeto que es más grande, alargado y plano. Sin embargo, lo que saco me deja perplejo y curioso.

¿Qué es esta cosa extraña? ¿Una pantalla quizás? ¿Pero tan pequeña? Además está estrellada y rota, como si fuera un espejo.

—Oe Kurosaki, ¿Dónde estás?

—¡Sala! —Grito desde el sillón, aun observando la cosa extraña y presionándola.

—¿Qué quieres de comer, aparte de a mi desnudo claro? —Me pregunta burlón desde la cocina.

—¡Jódete! Quiero un sándwich enorme con mucho queso derretido y carne. Ah y papas fritas. No olvides esas o tendré que ser padre soltero después de matarte.

—Una ensalada con semillas y fibra estará bien.

—¡Tú que me das ensalada y yo que te regreso a Cindy de una patada en el trasero!

—Huh, tragón chiflado, será tu sándwich y una ensalada y no acepto un no.

Frunzo el ceño ante eso y escucho como comienza a preparar todo mientras yo no logro averiguar que mierda es esta cosa. —Oye Kon, te tengo un nuevo juguete. —Llamo a mi león-perro, que se acerca y me mira curioso olfateando el extraño objeto metálico.

—¿Qué pasa? ¿No te gusta? Es feo, pero ¿Qué te parece si es tu nueva placa huh? —Le digo mientras le hago travesuras y le ato como puedo el objeto alargado al collar. —Ahora ve con papá y juega. —Le digo malicioso y sonriendo al verlo irse corriendo a la cocina, donde seguramente atacará desprevenido a Grimmjow por la espalda.

—¡Joder! ¡Qué carajo, bola de pelos! ¡Kurosaki cabrón! —Grita seis haciéndome reír a carcajadas. —Ven aquí perro, a ti y a tu dueño les meteré una manzana en la boca y los asaré en el puto horno. —Me rio divertido mirando a Grimmjow perseguir a Kon por toda la sala mientras nuestro perro brinca feliz, seguramente creyendo que está jugando con él.

—Oe, espera, ¿Qué es eso que trae en el cuello?

—¿Su nueva placa con espejo? Es fea, pero le di un buen uso ¿Verdad Kon?

—¡¿Placa?! ¡Es mi puto celular! ¡Ven aquí bola de pelos!

—¿Celular? —Pregunto curioso.

—¡Esa cosa me costó mucho dinero carajo!

—¿Qué tanto? Yo no daba ni cinco yenes por ello.

—¿Cinco yenes? ¡Me costó cinco mil dólares!

—¡¿Cinco mil dórales?! ¡¿Qué eres estúpido?! ¡¿Quién mierda paga cinco mil dólares por un puto espejo?!

—¡Que no es espejo carajo! Ahora ayúdame a agarrar al monstruo, porque si se rompe estamos jodidos.

—¿Qué más se puede romper esa mierda? —Pregunto burlón.

—Kurosaki en serio necesito esa ‘mierda rota’. —Dice exasperado y haciéndome suspirar derrotado mientras detengo a Kon y le quito el ‘celular’ para dárselo a Grimmjow que lo mira como si fuera oro. —¿Dónde…dónde lo encontraste?

—En los pliegues del sillón.

—¿Ahí?...¡Ah! Seguro que se me salió de la chaqueta en la primera noche que llegué y lo hicimos en el sillón. Mierda, Ukitake se volverá loco cuando le enseñe esto. —Dice feliz y guardándolo en un cajón especial que tenemos, el cual Kon rasca insistente.

—Grimmjow dáselo a Kon, le gusta. Además, está roto.

—¡No le voy a dar un carajo! ¡Largo de aquí bola de pelos! Y tú mueve tu culo masivo a la cocina o no hay comida.

—¡¿Qué dijiste idiota?! —Pregunto levantándome e intentando golpearlo, pero berreando ya que es más rápido y ha logrado besarme y de paso morderme el cuello. Eventualmente me obliga a ayudarlo a cocinar y terminamos comiendo muy para mi placer todo lo que quiero, a excepción de la estúpida ensalada que casi me tiene que meter a la fuerza.

—Seguro que el doctor te dice que pareces pelota por tanto chocolate que comes. —Me dice Grimmjow dentro del Impala, ahora que vamos camino a la pequeña clínica de Karakura para ver al bebé.

—¡Pelotas sin las que te vas a quedar cuando te las corte estúpido! ¡Y no como tanto chocolate! —Insisto dándole un puñetazo y mirándolo reírse.

—Te terminaste el maldito tarro entero de un sentón.

—Hmp, que te jodan, si accidentalmente en la noche te doy un puñetazo en la entrepierna no será mi culpa. —Menciono como no queriendo y mirándome las uñas mientras sonrío al verlo fruncir el ceño por la insinuación.

—Estás chiflado, ¿Lo sabes verdad?

—Y tú vienes de Cindy. —Digo juguetón, sacándole la lengua y bajándome del auto ahora que hemos llegado.

En la clínica Grimmjow sostiene mi mano y platicamos un rato en espera de que nos toque nuestro turno. No que tengamos que esperar mucho, después de todo Hanataro, el novio del tío Ganju, es el ayudante principal de la Dra. Unohana así que nos han dado preferencia.

—Adelante Kurosaki-kun y tú debes ser Grimmjow, ¿No es así? —Nos saluda la doctora, que al igual que muchos en este pueblo es una gran amiga de mis padres.

—Sólo cuando me conviene. —Contesta Grimmjow desinteresado y ganándose un puñetazo de mi parte que le dice ‘Compórtate’.

—Sin duda eres tú, eres famoso en el pueblo Grimmjow. No hay nadie que no conozca al irreverente marido de Kurosaki-kun.

—Si bueno, la locura de Kurosaki es contagiosa. —Claramente se gana otro puñetazo que hace reír a la doctora, que rápido me pasa a la camilla y comienza todo el proceso después de hacerme una serie de preguntas.

—Oe, esa chatarra luce como de la prehistoria, ¿Segura que ahí podremos ver al bebé? —Cuestiona Grimmjow.

—Grimmjow, quizás en Cindy hay otras maquinas, pero la clínica de Karakura también tiene lo más avanzado ¿Sí? Así que cierra la boca. —Le gruño por lo bajo. Grimmjow chasquea la boca, pero lo deja ir mientras Unohana continua con el ultrasonido. Me emociono en exceso cuando nos dice que todo marcha bien mientras observo detenidamente cada detalle en la pantallita.

—¿Es un niño o una niña? Y no me vengas con hacerla de emoción, sólo dilo. —Exige Grimmjow ansioso ahora que se escucha algo de fondo.

—Esa es una excelente pregunta Grimmjow, qué te parece si te digo que es una niña y un niño. —Suelta la bomba, haciéndome abrir la boca hasta el piso y que Grimmjow se quede perplejo.

—¡Me parece que me muero! ¡¿Son dos?! ¡Qué! —Clama Grimmjow antes de irse de lado y estrellarse contra la pared haciéndome reír.

—¡Oh por dios seis, son dos! —Grito eufórico. Así que era por eso que mi vientre era más notorio de lo normal, analizo contento.

—Con razón pareces pelota. —Dice ya repuesto y sonriente mientras se inclina para besarme y aparte de un beso recibir un jalón de cabello de mi parte.

—Eres un imbécil.

—Igual que tú. Carajo Kurosaki, dos…¡Ugh, ven aquí! —Grimmjow me estruja las mejillas y me besa montones, sacándome risitas estúpidas y felices. —Toda tu familia se volverá más loca cuando les contemos las buenas nuevas.

Es curioso, este día inició con mucha angustia cuando Grimmjow se fue por la madrugada, pero en este momento he olvidado todo, porque no podría estar más contento con él y nuestros hijos. Simplemente los amo a los tres. Y con ello el resto del día se me pasa como un dulce sueño, paseando con Grimmjow, comiendo, comprando cosas para los bebés y disfrutando la compañía del otro más el simple hecho de estar vivos y juntos.

—Repíteme otra vez, ¿Por qué vamos a la feria y no a que te cene en nuestra cama?

—Eres un pervertido idiota y ya te dije que cada año hay una feria de comida en Karakura. En la cual aparte de vender nuestra comida, también hay un concurso en el que participan todos los restaurantes locales y algunos de otras partes como Hueco Mundo, Rukongai y Seireitei. ¡Y el premio es muchísimo dinero! ¿Te imaginas todo el chocolate que podríamos comprar con eso? —Menciono emocionado y viéndolo rodar los ojos.

—No sé porque no me sorprende. ¿Así que para eso Kaien me pidió preparar algo especial? ¿Para un jodido concurso?

—Así es, le dije el excelente cocinero que eres y ambos pensamos que sería una buena idea tener un nuevo platillo en el menú con el cual participar.

—Ya, eso suponiendo que no haya alguien con un platillo mejor que el nuestro.

—¡No lo digas! Aunque supongo que es verdad, desde hace varios años ‘Kurosaki’s’ se ha peleado el premio del primer lugar con ‘Las noches’ el restaurante del bastardo de Aizen en Hueco Mundo. El maldito nos ganó el año pasado, pero todo Karakura espera que ganemos este año, así que cuando vendamos asegúrate de poner tu mejor cara Grimmjow.

—Sí, sí, sí, pero ¿Quién mierda es Aizen?

—Huh, no quieres saberlo. Pero sólo te diré, que si llegas a conocerlo lo ignores o le des un maldito puñetazo en la cara. No sabes cuánto odio al hijo de perra.

—Hijo de perra, puñetazo, odiar, copiado. —Declara haciéndome reír.

Conforme entramos al centro rumbo al barrio francés, sonrío al ver que como ya ha anochecido todos los postes de luz, más los árboles envueltos en series de lucecitas han sido encendidos dándole ese aire festivo al lugar. También hay muchísima gente, más de lo normal, claramente por el concurso, sin mencionar los miles de turistas que vienen a probar la mejor comida del estado.

—Mierda, cuantos idiotas aglomerados en un solo lugar. Yo paso. Me iré a pasear y cuando termine el concurso regreso.

—No tan rápido idiota, todos trabajaremos y eso te incluye. —Digo jalándolo de una oreja y llevándomelo hacia nuestro puesto de comida, que se alza precioso y sobre todo lleno. Urahara se encuentra atendiendo y sirviendo cerveza mientras Tensa entrega la comida y en la parte trasera cocinan Kaien y Ganju más Chad que seguramente vino a ayudar.

—Sabes seis, cuando mis padres y hermanitas vivían aquí siempre ganábamos el concurso, toda la familia ayudaba y el chiflado de papá era tan bueno con las palabras que terminaba convenciendo a todos de comprar nuestra comida. —Menciono feliz y un tanto nostálgico al recordar cuando todos vivíamos juntos.

—Pues yo no tengo palabras como el viejo loco, pero soy un bastardo necio y obstinado. Este año vamos a ganar Kurosaki y con ese maldito dinero haremos maravillas. Ahora vete con ellos a ayudar que yo iré por más gente. —Grimmjow me guiña un ojo antes de perderse entre la gente. No me queda más que sonreír e irme con mi familia, sabiendo que será una gran noche siempre que Grimmjow esté conmigo.

///Grimmjow///

Cualquiera que me conozca ya debe saber que soy un maldito competitivo de primera y nadie, ni siquiera ese Aizon o como se llame le ganará a mi familia de chiflados. Oh no. Él que nos gana y yo que aparte de matarlo me dejo de llamar Grimmjow Jaegerjaquez.

Por lo que rápido aplico mi más fácil estrategia de batalla que es el coqueteo, pero no solo coquetear con mujeres que atraen otras  mujeres, sino también mi otro fuerte y que todos tienen ignorados en este lugar. Los extranjeros. Será que las relaciones internacionales son lo mío y rápido convenzo a cuantos puedo hablando todos los idiomas que me sé.

Alemán, francés, inglés, japonés y hasta chino. Trágate eso Aizon. Pienso después de dar indicaciones a más personas que ahora quieren comer en Kurosaki’s.

—¿Quién iba a decir que serías tan sociable cuando te lo propones? —Kyoraku ha llegado cargando a Nel que se come un helado mientras Ukitake le limpia la boca.

—Si bueno, ya lo sabrías si me hubieras promovido del repartidor a la sección social.

—¿Ya oíste Jushiro? Tenemos aquí a todo un empresario.

—He aparecido en ‘Time’ y ‘Forbes’ más veces de las que tú te has lavado las manos viejo. —Menciono mientras reparto folletos y miro a Kyoraku levantar una ceja.

—¿Ah sí? ¿Y qué fecha de edición? —Cuestiona curioso.

—¡Oh Nelli, te has ensuciado toda bebé! —Interrumpe Ukitake, sonriéndome y diciéndome con la mirada que cuide mis palabras.

—Uh…—Me veo interrumpido cuando alguien choca mi hombro con brusquedad y por consiguiente empujo un poco a Ukitake.

—Fíjate por donde caminas estúpido. —Escupe con saña un imbécil ridículamente alto, con un parche y mostrándome una torcida sonrisa de piano.

—Mierda, podría tocar la novena de Beethoven en esos dientes. —Digo con burla, ganándome un gruñido y un empujón.

—¡Te reto a que repitas eso maldito! ¡Te voy a matar! —Me grita furioso. Y estoy seguro de que nos agarraríamos a malditos golpes, de no ser porque un tipo llega y lo sostiene por el hombro.

—Nnoitra sin peleas, no son buenas para el negocio. —Dice impasible el hombre de cabello castaño y ojos del mismo tono. Relamido. Esa es su palabra. —¿Qué no ves que el caballero seguramente tiene hambre? —Dice con un claro tono despectivo mientras me mira de abajo para arriba con burla.

Oho, ho, como voy a disfrutar el matarlo.

—¿Tienes algún problema Aizen? —Pregunta Kyoraku, pasándole su hija a Ukitake y colocando una de sus manos sobre mi hombro como sosteniéndome, ¿Dijo Aizen? ¿Este relamido hijo de perra es Aizen?

—Déjame adivinar Kyoraku, este hombre sucio es tu empleado, era de esperarse. —Dice Aizen.

—Así es, justo como Ulquiorra-chan, Szayel Aporro y Starrk. Te mandan saludos por cierto. —Contesta Kyoraku contento.

—Huh, no me hables de esos traidores. Prefiriendo trabajar para ti después de todo lo que hice por ellos. Pero bueno, solo mantén alejado a tu empleado de mi ¿Quieres?

—Kyoraku déjamelo a mí ¿Sí? Es algo personal. —Le pido.Mi jefe levanta una ceja y se mira con Ukitake que asiente. Kyoraku suspira y me da una palmada en la espalda antes de irse con su familia y dejarme solo con Aizen y Nnoitra. —Así que tú eres el cara de estúpido con copete del que me habló Kurosaki. —Digo al ver que Aizen también pretendía irse.

—¿Dijiste Kurosaki? ¿Cómo Kurosaki Ichigo? ¿Tú lo conoces?

—Oh sí, lo conozco muy, muy bien. —Digo guiñándole un ojo que lo hace mirarme con asco.

—¡Grimmjow aquí estás! —Y hablando del rey de Roma, Kurosaki corre a mis brazos apenas me mira. —Te he estado buscando, ven vamos, el próximo puesto al que irán los jueces es el nuestro.

—Ichigo…—La voz de Aizen lo hace girar y fruncir el ceño. Pero parece ser que el más sorprendido es Aizen que apenas ve el ‘estado’ en el que se encuentra Ichigo luce como si lo hubieran abofeteado.

—Por cierto soy Grimmjow Jaegerjaquez, el marido de Kurosaki y el padre de sus hijos, mucho gusto. —Finalizo lo que inicié, tendiéndole mi mano a Aizen que claramente no me toca ni de broma.

—¿Por este campesino asqueroso me rechazaste? —Cuestiona Aizen haciéndose el insultado.

—Jefe el tipejo no vale la pena. —Se mete Nnoitra.

—Huh, y te rechazaría mil veces más, ahora largo de aquí idiota, que mi familia, marido y yo tenemos un concurso que ganar. Y cuida tu boca Nnoitra que aun embarazado puedo romperte esos feos dientes que tienes, justo como ya lo he hecho antes. —Concluye Kurosaki, haciendo berrear a Nnoitra que es detenido por Aizen, el cual sonríe desdeñoso.

—Ya veo. Suerte con el concurso y por cierto, salúdame a Tensa, quizás pronto lo vaya a ver. —Menciona Aizen malicioso, haciendo enloquecer a Kurosaki que no duda en intentar arrojársele encima, de no ser porque lo sostengo.

—¡Lo tocas y te mato infeliz! ¿Me oíste? ¡Te mato! ¡Grimmjow suéltame carajo!  

—Shh…tranquilo, deja que yo me encargue del cretino ¿Sí? —Lo calmo, suelto y me separo sonriéndole a Aizen. —Acércate a Kurosaki, Tensa o a alguien de mi familia y desearás nunca haber nacido. —Demando a la vez que aprovecho su sorpresa para darle un puñetazo tan fuerte como puedo directo al maldito rostro, que lo hace caer patéticamente al piso.

—¡Jefe! —Grita Nnoitra intentando ayudarlo, mirándome furioso y seguramente queriéndome matar. Pero una vez más es sostenido, esta vez por nadie menos que Starrk que viene junto a Ulquiorra.

—Ustedes váyanse, nosotros le haremos compañía a Nnoitra ¿No es así viejo amigo? —Dice Starrk mientras me guiña un ojo y sonríe como diciéndome ‘Déjamelo a mí’, algo que le agradezco silenciosamente.

—Estas advertido Aizen. —Es lo último que digo antes de jalar a Kurosaki, que le saca la lengua burlón a Aizen. En el puesto de la familia Kaien nos espera con una ceja levantada.  Y lo más curioso es que estoy por explicarle lo que pasó, pero él levanta su mano como esta mañana y niega mientras me pasa una bolsa.

—Cenen y duerman, que parece ser que aún siguen con las emociones a todo lo queda. —Dice con una sonrisa.

—Pero tío…el concurso.

—Tranquilo Ichigo, Kisuke y yo nos encargamos. Ahora necesitas descansar por esos dos pequeñines, Grimmjow cuídalo ¿Sí? No le hace bien agitarse mucho. Aunque admito que te agradezco ese puñetazo, hace bastante que Kisuke y yo queríamos darle su merecido a Aizen, pero te nos has adelantado sobrino querido. Ahora a dormir los dos.

De nuevo no puedo llevarle la contraria al que dirige la familia en ausencia de mi suegro, por lo que simplemente obedezco feliz, nos despedimos de todos y Kurosaki y yo nos vamos a casa. Peculiarmente a pesar de que el centro se encontraba totalmente atestado de gente, rumbo a casa no hay ni un alma en pena. Todo luce agradable y pacifico.

Una vez en casa Ichigo se adelanta y se mete al baño para darse una ducha y por mi parte me recuesto en el camastro del jardín, escuchando el canto de las cigarras a la luna a todo lo queda. Hace muchísimo calor, la cabeza me da vueltas y hoy ha sido un día tan raro que no sé cómo definirlo.

—Sorpresa. —Ichigo me hace brincar al pegarme una botella helada de cerveza al rostro. Me tranquiliza ver que está sonriente mientras le hago un espacio para que se siente a mi lado. Mi joven novio suspira tranquilo, recargando su cabeza en mi hombro y bebiéndose una soda fría.

—Creí que estarías enojado conmigo o algo así…—Menciono viéndolo levantar una ceja.

—Si hubiera estado enojado contigo, aparte de Aizen tú también habrías terminado en el piso. Carajo me hubiera cargado hasta a Nnoitra, Ulquiorra y Starrk. —Dice entre risas.

—Lo peor es que te creo, ¿Entonces todo bien?

—Todo de maravilla. —Ichigo se acerca y me besa en los labios, sorprendiéndome al jalarme el cabello con fuerza.

—¡¿Y eso por qué mierda fue?!

—¡Me lo debes por haberme preocupado en la madrugada imbécil! Vuélvete a ir y te mato en serio. —Reclama haciéndome reír. Es un loco precioso. Pienso mientras tomo su rostro y lo beso sumamente lento. Disfrutando de sus labios suaves, cremosos y dulces como el caramelo que se siente tan bien contra los míos, al igual que su lengua rugosa y fría por su bebida.

Ichigo y yo nos damos montones de besos mojados, fogosos y prolongados con un exceso de lengua y saliva mientras yo aprovecho para colocarme un poco de lado y poder tocarlo mejor. Me deleito metiendo una de mis manos por debajo de su camiseta para palpar la piel suave de su cuerpo tibio.

—¿Me deseas Grimmjow? —Pregunta entre cálidos suspiros.

—Como nunca lo he hecho. —Le susurro a los labios.

—Ya, en ese caso no podemos dejarte esperando ¿O sí? —Me dice coqueto, separándose y levantándose. Ichigo se desnuda sin pudor alguno frente a mí, complaciéndome y mostrándome cuan bueno y perfecto es. Pero obviamente como la fierecita traviesa que es, sabe darse a desear guiñándome un ojo e indicándome que lo siga.

Claro que lo hago. Me pongo de pie y rápido me desabotono el overol, arrojándolo lejos junto a mi ropa interior y yendo tras de él. Ichigo me provoca además de con ese cuerpo obsceno, con una sonrisa lasciva que me dice lo bien que nos la vamos a pasar.

—Carajo Ichigo, entre más me provoques más duro te lo haré. —Amenazo en vano, ya que Kurosaki como el mocoso asqueroso y retorcido que es, no hace sino sonreír descarado. Lo persigo ansioso apenas un par de pasos dentro de la casa, antes de sujetarlo y acorralarlo contra una de las paredes. —No juegues conmigo, sabes que soy un hombre impaciente y si me enojo te irá mal bebé.

—Uhm…me gustas enojado. Me gustas mucho. —Insinúa mientras sus manos se deslizan por mi pecho.

—¿Te gusta que te lastime Ichigo? —Inquiero con mi voz más ronca y pesada, esa que lo hace estremecer y vibrar de pies a cabeza.

—Solo en la cama.

—Justo como debe de ser. —Aclaro cerrando la distancia, mordiéndole y besándole el cuello; hundiendo mi nariz entre sus clavículas perfumadas y deslizando mis manos por sus tersos costados. Le estrujo y rasguño los muslos, sintiendo como tiembla ante mi cruel agarre mientras se aferra a mi espalda también enterrándome las uñas.

Pero parece ser que a pesar de que le gustan los juegos peligrosos, no está dispuesto a esperar. Por lo que me jala y me lleva hasta la sala, donde me empuja contra el sillón sentándome. Ichigo me mira con recelo y lujuria, sentándose sobre mi regazo de frente y abrazándose a mi cuello.

—Eres mío Grimmjow, mío y de nadie más. —Demanda, metiendo sus manos entre mi cabello y sujetándome con agresividad, para fijar nuestras miradas y mostrarme el fuego incandescente que hay en sus ojos de ámbar y chocolate.

—Solamente tuyo. —Afirmo para su deleite.

—Te necesito tan profundo y duro dentro de mí. —La mueca lasciva y descarada que me da Ichigo, me hace sonreír de lado y relamerme los labios.

—Voy a destrozarte. —Advierto cruel y haciéndolo gemir al darle un buen apretón a ese trasero grueso, cremoso y voluminoso que tiene. Kurosaki vibra y se retuerce al sentir mis dedos llegar hasta su pequeño agujero rosado, húmedo y palpitante, para meterle un par que lo tienen gritando y mordiéndose los labios.

—Uhm…tan suave y mojado. Listo para tomarme entero ¿No es así? ¿Qué pasa Ichigo? ¿Estuviste metiéndote los dedos mientras te duchabas? —Pregunto con malicia, mirándolo asentir con los ojos cerrados mientras mueve sus caderas en un intento por sentir mis dedos con mayor profundidad.

—Huh, vaya chico descarado y sucio, ya no puedes esperar por tenerme dentro.

—Más…Grimmjow más, tus dedos más, métemelos más. —Suplica para mi placer. Le meto un tercer dedo tan profundo como puedo, mirando sus ojos llenarse de lágrimas y su boca abrirse para que una serie de maldiciones y jadeos salgan sin cesar.

—Grimmjow…Grimmjow…hah, vamos, sabes que mueres por estar dentro de mí.

Ichigo como siempre no conserva su fachada tierna e inocente, hablándome cruel mientras sujeta con firmeza mi erección hinchada, gruesa y goteante para masturbarme y presionar cada vena hinchada con sus dedos mientras me muerde los labios.

—Uhm….estás tan duro, se sentirá tan bien dentro de mí. —Veneno, eso es lo que sale de su boca. Veneno nocivo y letal que me tiene gruñendo molesto debido a lo jodidamente bien que se siente su mano a mí alrededor, sus gemidos en mi oído y mis dedos en lo más profundo de él.

—Cógeme….cógeme carajo, rápido. —Me exige con los ojos cristalizados, soltándome, sacando mis dedos de su interior y en su lugar levantándose un poco para acomodarse y buscar llenar el terrible vacío. Ichigo nos hace ver malditas estrellas, cielos y asteroides en cuanto toma mi erección y la lleva hasta su rico agujero carnoso y mojado en donde entro sin problema alguno.

—Joder sí…justo así, así me gusta. Tan grueso. —Gimotea cínico y con una sonrisa pérfida.

Ichigo me jadea entre los labios y yo a él debido a la deliciosa sensación. Su interior caliente se abre para mí, apresándome y succionándome con gula dejándome tocar el maldito paraíso. —Tu culo estrecho se siente tan bien Kurosaki. Ahora muévete para mí carajo. —Le doy una cruel nalgada, seguida de un par más que lo hacen gritar y que le dejan la piel rojiza y ardiente mientras se agarra de mis hombros y comienza a moverse lento pero firme.

—Hmm…se siente tan rico. —Balbucea torpe mientras me monta con brutalidad, haciéndome salir hasta la punta, sólo para volver a enterrarme hasta los testículos dejándome tocar lo más profundo de su interior.

—Más…más duro, cógeme más duro. Grimmjow…Grimmjow, ah.

La manera obscena y libertina en que mi nombre sale de sus labios me pone en exceso caliente, por lo que le estrujo las nalgas con toda la intensión de dejarle mis dedos marcados por días mientras él se abraza a mi cuello dejándome aumentar el desesperado vaivén por largos minutos que son el cielo en la tierra.

—Eso es…montándome tan bien. —Rujo dándole otra nalgada, sabiendo cuanto le gusta.

Me cojo a Ichigo con violencia, hasta sentir su culo bien suelto y escurriendo para mí mientras él no para de gritar extasiado elevándome el maldito ego por los cielos.

—¿Lo sientes Grimmjow? ¿Sientes cómo estás en lo más profundo de mí? 

—Joder Kurosaki, no maldita sea pares de moverte, me aprietas tan rico. —Digo sacándole una enorme sonrisa.

Pero lo que más me gusta aparte de su delicioso interior, es su cuerpo caliente y empapado en sudor ardiente, que escurre por su piel como licor embriagante que me encargo de recoger con mis labios al succionar y morder sus pequeños, rosados y tiernos pezones.

Ichigo me vuelve loco restregándose y tallándose contra mí, dejándome disfrutar de la resbaladiza y sensual fricción entre nuestros cuerpos aceitosos. Tanto que no dudo en frotarle el vientre mientras él se mete las manos entre su cabello largo y ahora despeinado, echando la cabeza para atrás y simplemente gozando la brutal cogida.

—Uh-huh, eso me gusta…Grimmjow, voy…voy a correrme.

—Asegúrate de decir mi nombre mientras lo haces. —Demando cuerdo aun cuando mis pensamientos se encuentran perdidos en el espacio sideral y en las pecas doradas que hay sobre sus mejillas bien rosadas.

—Te amo…Grimmjow te amo maldición, ¡Grimmjow! —Kurosaki grita mi nombre antes de convulsionar y correrse entre nuestros abdómenes; enloqueciendo tanto que me rasguña el pecho y hasta el maldito rostro conforme me besa y muerde agresivo.

Más no es el único, el interior carnoso de Ichigo se ha apretado tanto y tan rico, estrujándome demencial y en exceso que no logro contenerlo y termino corriéndome abundante dentro de él. Por un segundo todo se vuelve luz latente, placer turbio y locura interminable que me tiene entre nubes de terciopelo, por el increíble orgasmo que me golpea y sofoca con brutalidad.

—Di que eres mío Grimmjow y que nunca te irás. Dilo. —Me exige respirando agitado mientras toma mi rostro y pega su frente con la mía. —Júralo seis. 

—Lo juro, nunca me iré, al contrario, siempre estaré aquí para ti, para nuestros hijos, para nuestra familia. Y voy a trabajar duro cada día para hacerte muy feliz. —Afirmo mirándolo sonreír dulce, acariciándome el rostro y rozando su nariz contra la mía.

—Seis no necesito que me digas que vamos a ser felices por siempre, lo que quiero es que me mires a los ojos y me digas que vamos a tener buenos días y otros terribles, pero que al final de todo siempre estaremos juntos, el uno para el otro por el resto de la eternidad. Eso es lo que quiero. —Ichigo me sonríe precioso mientras yo asiento repetidamente jurándole eso y más.

El hombre de mi vida y yo nos abrazamos como si nos quisiéramos romper mientras yo le froto la espalda y le beso el rostro, diciéndole cuanto lo amé en nuestras vidas pasadas, cuanto lo hago en la actual y lo mucho más que lo haré en las futuras. Porque como dice él, por más problemas que haya, siempre que estemos juntos no habrá nada que no podamos afrontar.

Notas finales:

Cómo pueden ver Ukitake ya sabe parte de la historia de Grimmjow y ha decidido ayudarle. Por otro lado Grimmjow sufrió, pero ya se siente mejor porque quizás Ichigo y Ukitake tienen razón y ya está en casa. ¡Además de que tendrá gemelos! ¡Yaay! Por otro lado Aizen reaparece y creo que todos sabemos que no es buena señal, pero no se preocupen, amo el fluff y todo será bonito en su mayoría :3

Ya en el próximo capítulo viene el RenBya, no crean que los olvido, también se empieza a desarrollar más el misterio que envuelve a Grimmjow y a otros más :v

La próxima actualización de ‘Aires del tiempo’ será hasta el sábado 10 de febrero. Y además les traigo una sorpresa para los que esperan ‘Pantera’. Solo dejen que sobreviva a esta semana jajaja prometo que no les fallaré, mis exámenes terminan pronto y ya no hay pierde. ¡Crean en los milagros, que les traeré dos la semana siguiente! Jajajaja <3 ¡Los amo muchísimo!

PD:Como siempre gracias por su amor, cariño y comentarios, no saben como me animan y alegran el día. Son los mejores del mundo <3


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