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Hello Sweetie por Akuma Arihel

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Notas del capitulo:

poco a poco avanza la historia, espero sea de agrado

Los cuatro amigos salieron del local tras tomarse unos refrescos.

 

-         He, ¿Vamos donde siempre?

-         ¡Sí! – Matsuda, el chico bien peinado, se emocionó demasiado pronto. Pues siempre que iban allí echaban a correr para perderlo de vista, obligándolo a volver a casa solo. Evidentemente aquella no iba a ser una excepción.

-         Idiota, corre más o te quedarás atrás

-         ¡He! ¡Esperadme!

 

Mello dejó de correr al ver una consola PSP en el suelo, recordando que se le había caído al chico de antes, lo recogió y volvió a echar a correr antes de que Matsuda lo alcanzase.

Una vez a la altura de los gemelos ambos se miraron y se dividieron al entrar al parque perdiendo de vista al rubio, que corrió sin cesar hasta que antes de llegar al sitio, dos azabaches cayeron sobre él desde los arboles dejándole en el suelo con un cabreo difícil de apaciguar.

 

-         ¡¿Vosotros dos que creéis que estáis haciendo par de idiotas?!

-         Creo que se ha enfadado Beyond… – Contestó uno de los gemelos.

-         Él siempre está así… – Le respondió su hermano de ojos rojos.

-         Sois un par de locos, ¿Os habéis hecho daño?

-         Hoy estas muy raro amigo

 

Siendo que ya se lo habían hecho tantas veces Mello decidió olvidarlo, además de que tenía algo más en mente, pues antes de caer le pareció haber visto a alguien más allá en el claro del bosquecillo del parque. Se levantó mirando hacia todas partes despistado.

Caminaron el trozo que les quedaba para llegar al claro y se sentaron para ponerse cada uno a lo suyo.

Mientras los gemelos se entretenían, uno con sus sobrecitos de mermelada de fresa y otro con unos terrones de azúcar que se sacó del bolsillo, y el rubio se dispuso a examinar el aparato.

Le costó un poco averiguar cómo funcionaba, ya que no estaba acostumbrado a ese tipo de chismes electrónicos, como el los llamaba, pero al final logró moverse a sus anchas por el dispositivo.

La pantalla estaba pausada en un juego de alienígenas, era la última vida en el jefe final así que decidió dejarlo como estaba y salir al menú sin fastidiarle la partida al propietario de la consola.

Se dirigió a la galería, había un montón de fotos de una chica rubia en diferentes posiciones bastante sexys que le sonaba de algo.

En ese momento se dio cuenta de que los gemelos llevaban un rato detrás de él pero no le dio tiempo a reaccionar hasta que le habían quitado la consola de las manos.

 

-         Esta chica me suena. – El rubio les empujó la cabeza haciéndolos caer tumbados sobre el cespez.

-         No cambiaras nunca…

-         Siempre nos haces lo mismo.

 

Todos echaron a reir recordando los viejos tiempos.

 

-         Oye B, has dicho que te sonaba esta muchacha, ¿quién es?

-         Creo que es la hija del amigo de papa ¿No Elle?

-         Creo que se llamaba Amane… Misa Amane.

 

***

El castaño estaba profundamente dormido cuando un golpe tras los arboles lo despertó y salió corriendo adentrándose en la parte profunda del bosquecillo, junto a una especie de cabaña en el que decidió quedarse un rato, estaba cansado, sudado y acalorado así que se acercó a la orilla del riachuelo para mojarse la cara y refrescarse, con la mala suerte de tropezar y caer dentro del agua empapándose la ropa.

Salió por el otro lado entro en la cabaña y se quitó la ropa, tapándose con unas mantas que había en una esquina de la caseta colgadas de una percha, por lo menos así no estaría completamente desnudo y podría colgar su ropa para que se secase antes, sería malo si alguien le encontrase y estuviese totalmente desnudo…

 

Desde el interior parecía una casa vieja, acogedora, relativamente habitable lo que le hizo pensar en su situación.

 

No puedo creerlo, y pensar que le iba a comprar un anillo para prometerme con ella. Que tonto eres Mail, te has quedado solo, tu padre te odia, tu novia te deja, tu hermana no hace más que molestarte cuando estas en casa, a estas alturas es mejor quedarse aquí solo…

 

Tras un rato echándose su propia vida en cara terminó por quedarse dormido, al fin y al cabo, todavía era un niño, y lo que le estaba ocurriendo le venía grande.

Notas finales:

esperad el siguiente capitulo


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