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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Después de mucho tiempo a medio escribir al fin tuve algo de inspiración para poder terminar este capítulo. Y para mí mala suerte, no podía publicarlo, seguía teniendo complicaciones al respecto, pero parece que el universo al fin me dio una tregua xd

Minho suspiró, frotándose la mejilla frente al espejo que tenía en su casillero. Era imposible, la tinta no se borraría. Exhaló, sabiendo que tendría que salir de la sala de descanso y enfrentarse al hospital con aquel beso que llevaba marcado en su mejilla. ¡Cielos! Ni siquiera se había dado cuenta que Taemin le había hecho esa travesura. El demonio no llevaba puesto ningún tipo de labial, o tan siquiera cera para labios, cuando le besó como despedida esa mañana. No había notado el beso, hasta que una de las enfermeras se lo había señalado, tras varias risillas del resto de las enfermeras.

¡Era totalmente indeleble! Y eso sólo podía deberse a la magia de Taemin. Era un verdadero demonio. Sonrio, dándose por vencido. No iba a desaparecer, y para ser sincero, tampoco le molestaba. Sabía que Taemin debía de tener algún motivo tras esa travesura, en su loca manera de pensar. Y no era algo “malvado”, sólo travieso. Taemin siempre era travieso con él.

Se apoyó en el casillero, recordando de hecho su primera cita. Taemin había sido coquetamente travieso, batiendo sus pestañas cada dos por tres, y fijando su fuerte mirada hasta hacerle tragar duro porque no tenía capacidad para hablar. Volvió a mirarse en el espejo, aquel beso pintado en rojo le hizo recordar en cómo durante toda su primera cita, no había dejado de ver los labios del demonio. Si bien, se limitó a pensar en ellos como bonitos la mayor parte del tiempo, para el final de esa cita, sabía que simplemente quería tomar algo más de ellos.

 

 

 

 

-Entonces, Choi, ¿cuál es tu postre favorito?- Taemin se echó hacia adelante, cruzando una pierna sobre la otra, en un gesto de atención total al contrario.

-Eh…yo…- ¿Qué le había preguntado? Había estado totalmente concentrado en que la boca del demonio era intensamente rosada, y su labio inferior se abultaba al hablar de tal modo que parecía estar haciendo un puchero todo el tiempo. Pero, le había visto, incluso cuando no estaba siendo coqueto, hacía eso con su labio. Era simplemente la manera en que hablaba, tan adorable y bonita.

Taemin rio, cubriéndose discretamente la boca en un gesto demasiado sofisticado.

-¿Choi, me has estado prestando atención?- Fue algo burlón, estirándose para cruzar la pequeña mesa y colocar su mano sobre la del ángel. -¿Tal vez prefieras que…

Una alarma de su propio celular le interrumpio. Taemin fue rápido, apagándola y guardando su celular de nuevo.

-¿Te llamaban?- No pudo evitar preguntar, Taemin lucía demasiado despreocupado.

-No, es un recordatorio.- Murmuró una risita. –Debo de ir a casa, tengo trabajo que hacer. Si no termino de revisar tareas pronto, no podré pasar calificaciones, y eso es todo un dolor de cabeza con el coordinador que tengo.

-Oh…Entiendo…- Suspiró, mirando hacia la mesa. ¿Entonces eso significaba que su cita ya había terminado?

-Hey, Choi, lo haces de nuevo.- Taemin le llamó, riendo. –Eres demasiado introspectivo, ¿cierto?

Pudo sentir como su rostro se calentaba ante un sonrojo. Sabía que el demonio no se burlaba, esta vez no se sentía como una burla. Simplemente era él siendo curioso. Asi que tímidamente asintió, preguntándose qué esperar de eso.

-Está bien, creo que es lindo en ti.- Le sonrió. –Ahora, ¿te parece si dividimos la cuenta?

-¿Ah?- Minho se sorprendió. Ciertamente no esperaba que Taemin fuera a estar de acuerdo en dividir la cuenta, mucho menos proponerlo él mismo. Tal vez los demonios no eran tan exigentes como le habían dicho que podían llegar a ser. –Si, me parece bien.- Sonrió.

-Aw, realmente eres lindo Choi.- Exhaló entre dientes, alzando la mano para llamar al mesero y pedir la cuenta.

Minho en realidad no se di cuenta, hasta haber llegado a la puerta del edificio departamental, que había acompañado al demonio en su regreso a casa. La sonrisita coqueta en los diabólicos labios le indicó que, tal vez, simplemente no pensar y seguir su instinto podría ser una buena idea estando junto a Taemin.

-Mi departamento está en el segundo piso.- Taemin suspiró, acomodándose un mechón de cabello detrás de su oreja.

-¿Pu-puedo acompañarte?- En realidad no supo qué lo impulsó a preguntar, pero lo terminó haciendo, nervioso de ser rechazado de inmediato. Bajó la mirada, incapacitado para explicarse.

-Oh, eso es muy osado de tu parte, ángel. Por supuesto.- Taemin no titubeó, con una sonrisa enorme le tomó por la mano y le llevó a las escaleras para subir sin prisa hasta su departamento. -De hecho, me gusta que seas algo callado, es lindo que pienses bien en todo. A veces olvido pensar lo que digo, me suele meter en problemas.- Rio de manera tonta, deteniendose ante la puerta cerrada a su lugar. -Esta bien, hemos llegado. Gracias por acompañarme.

Minho en realidad no supo cómo sentirse al respecto. Había tenido una cita con un demonio. Un demonio sexual. Y este, a excepción de los coqueteos juguetones en su conversación, de hecho no le había insinuado nada en obsceno en ningún momento. Incluso ahora, tampoco estaba ofreciéndole hacer algo más. Una parte de él estaba más que aliviado por eso, otra parte se sentía confundido: tal vez Taemin estaba actuando así para que Minho no lo atacara, y sólo era precaución por su parte. Quizás Taemin había decidido que no estaba tan interesado cómo hacia un par de días que acordaron su cita. Y lo entendía. No era tan interesante, como para atrapar la atención de este lindo demonio que…

-Minho, hey, lo estas haciendo. Te pones a pensar y te escapas de aquí.- Taemin le despertó de su soliloquio. -Tal vez no soy tan interesante para ti.- Comentó, abultando los labios en un puchero herido.

-¿Qué? No, cielos no. Yo…Estaba pensando justo eso. Que tal vez no soy lo suficientemente interesante para ti.- Admitió en voz alta, de nuevo bajando la mirada para esconder el rubor que sentía le calentaba el rostro. Se talló el rostro así pudiendo alzar la mirada y encontrar a Taemin sonriéndole de manera brillante.

-¿En serio estabas pensando eso?- Taemin se balanceó sobre sus talones, haciendo que Minho notara por primera vez algo de ansiedad en el demonio joven. -Supongo que decirte lo lindo que me pareces no fue mi mejor táctica. A la próxima, iniciaré diciéndote que te vez muy guapo.

¿Estaba sucediendo? Ese demonio no sólo se sentía igual de ansioso por no poder llamar su atención, sino que también le había hecho un cumplido. Un momento… ¿HABÍA DICHO LA PRÓXIMA VEZ? Su rostro debió haber denotado incredulidad, porque escuchó a Taemin reírse un poco.

-Supongo que eso es un sí.- Taemin no mencionó más, abriendo la puerta de su departamento. Se apoyó en el marco de esta, sin realmente entrar. -Aunque preferiría que tú me lo dijeras, y no estar haciendo suposiciones.- Se frotó el brazo, mordiéndose el labio inferior.

-Si. Es un sí.- Minho exhaló, forzandose a desbloquear su cerebro y por fin soltar sus palabras. –Me gustaría mucho.- Suspiró. -No he podido dejar de pensar en que eres más sorprendente de lo que imaginé. Y…- Miró esa boca. Era una total locura, nunca en la vida se había sentido así de desesperado por extralimitarse. Pero quería sentir ese par de labios. Se aclaró la garganta, corrigiendo su comportamiento.

-¿Minho?- Taemin le cuestionó un segundo, dando un paso fuera de su departamento y más cerca de Minho. -Si no fueras un ángel, diría que quieres besarme.- Tentó, satisfecho ante el pequeño respingo que Minho dio. -Tal vez soy yo el que quiere besarte.

Entonces le tomó por la camisa, acercándole lo suficiente como para alzarse de puntillas y regalarle un beso en la comisura de la boca. Fue a penas un roce, Taemin siendo más que nada tentativo, sonriendo ante el escalofrío que Minho no logró disimular.

-Gracias por la cita, fue divertido. Tienes mi número, mándame tu siguiente periodo libre. O cuando no estés tan ocupado, podría ir a visitarte. Y tal vez luego ir a cenar.

Minho sólo asintió, todavía en shock por ese pequeño beso. Podía sentirlo arder en su piel, negándose a desvanecerse. Aún así, lo estaba disfrutando. El ligero cosquilleo caliente en su pecho, el baile de aquel beso tan cerca de sus labios, el recuerdo de la boca de Taemin. ¿Cómo olvidarse de eso ahora? Estaba terriblemente mal ansiar más, pero no podía evitarlo. Lo había deseado toda la tarde, y eso ya era algo prohibido de primera instancia, al ser Taemin un demonio, sin contar que era pecaminosa la manera en que había estado deseando tocar sus labios. Pero ahora que había tenido ese fantasma de un beso adecuado, sabía que no podría ya dejar de ser avaricioso, no cuando el demonio frente a él tenía besos ligeros como plumas, y una linda sonrisa brillante como el sol.

-Yo… Yo… Te llamaré.- Suspiró, avergonzándose de nuevo al escuchar a Taemin reír antes de asentir.

Se quedaron en silencio entonces, ambos mirándose sin moverse de dónde estaban. Parecía que ninguno quería terminar de despedirse, pero tampoco sabían cómo continuar. Minho se aclaró la garganta, todavía forzandose a no tocarse el rostro sobre la marca de aquel beso.

-Yo…te dejo para que puedas trabajar.- Exhaló, encontrando algo difícil moverse de dónde estaba.

-Que considerado, gracias.- Los ojos de Taemin se escondieron en medias lunas. -No olvides llamarme, por favor.

-No, yo no lo haré.- Le aseguró.

-Entonces, nos vemos luego Minho.- Taemin suspiró, terminando por ceder y adentrarse en su departamento. Compartieron una última mirada antes de que Taemin se convenciera a sí mismo que debía cerrar la puerta.

-Adiós Taemin.- Suspiró, al fin tocándose la mejilla sobre aquel beso. ¿Sería muy inocente de su parte creer que Taemin le había besado porque había notado cuantas ganas tenía Minho de hacerlo? Quizás, incluso, era cierto que Taemin también quería besarlo. Sea como fuere, no podría olvidarse de ese beso jamás.

 

 

 

 

Mismo beso que ahora estaba brillando en color escarlata sobre su mejilla. Minho ahora sabía muchas más cosas con respecto a esa cita, como que Taemin había estado tan nervioso que la mayoría de ella había estado actuando en modo automático porque de otro modo se hubiese apagado. O que, el deseo por besar los labios de Taemin nunca desaparecería. Taemin si había notado sus constantes miradas a su boca, y eso solo lo había colocado más nervioso, pero al final de la cita había tomado la suficiente valentía como para besarle. Y lo agradecía, porque gracias a ese beso había corrido de regreso a revisar su horario para saber cuándo podía verle de nuevo y tentar su suerte por otro beso.

Exhaló, tomando su celular y abriendo el chat de Taemin. De cualquier modo le regañaría por la travesura, aunque sabía que Taemin lo desestimaría con alguna excusa tonta. Entonces Minho cedería, porque le era imposible ganarle, y Taemin terminaría asegurándole montones de mimos para evitarle el enojo.

Todo era tan tonto, y sin embargo, realmente le hacía feliz. Ese primer beso, este beso, todo a lado de Taemin le hacía feliz.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Este es uno de esos capítulos que tenía planeados desde hace años, y que estuvo esperando a ver la luz desde mkcjl antes que otros que publique el año pasado. Aún así estuve muchas veces tentada a simplemente eliminarlo, pero después de todo, creo que es lindo saber un poco más de cómo fueron sus inicios <3


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