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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

¡Capítulo recién escrito! :D 

Minho abrió la puerta del departamento, dejando sus llaves en el gancho junto a la puerta y sus zapatos junto al par de Taemin. Primera advertencia. Los zapatos de Taemin estaban perfectamente acomodados. Eso no era propio de él, que llegaba corriendo y lazando todo por sin ningún lado. Segunda advertencia. Launcelot estaba recostado a mitad de pasillo. Algo que sonaría normal, si ese gato no se la pasara caminando entre los pies de Taemin. A Launcelot le gustaba tener la atención de Taemin, ¿por qué no estaba junto a él? Tercera advertencia. El silencio. Simplemente se escuchaba diferente. Algo que causó un escalofrío en Minho. Taemin no era callado, le gustaba cantar a todo pulmón cuando estaba solo, además de usar la televisión como ruido blanco cuando tenía trabajo que hacer. Sólo la encendía y dejaba que todas esas voces le hicieran compañía. Por eso el silencio estaba tan mal. Algo le dijo que, de igual modo, no hiciera mucho ruido. Taemin no parecía estar en la sala, ni en la cocina. Después de revisar al rededor una vez más, y saludar a sus peces, decidió que debía de ir a su habitación.

No había probado buscar ahí, porque algo le decía que no lo hiciera. Taemin era tan emocional, y las vibras de sus emociones podían sentirse desde tan lejos. Dio una larga calada de aire antes de abrir la puerta. Deseó no haberle visto así, jamás. Taemin estaba sentado en el suelo, usando la cama como respaldo -ni siquiera había llegado a la cama-, y las piernas contra su pecho. Sostenía a Sweetheart en un abrazo apretado (probablemente porque a comparación de Launcelot, el cachorro se dejaba abrazar por mucho más tiempo), mientras lloraba en silencio. Minho sintió un horrible tirón en el estómago. Le había visto llorar un par de veces, pero jamás así de desconsolado. Y ciertamente, no sabía qué hacer.

-¿Amor?- Cuestionó, acercándose a él con cuidado. Se arrodilló, quedando a su altura. -¿Qué es lo que tienes Taemin?

-Minho, ¿Kibum va a morir?- Taemin susurró, sin siquiera mirarle. -Tú lo sabes, lo has visto. Puedes decirme.

Algo realmente estaba mal. Taemin nunca le hacía ese tipo de preguntas, él respetaba el trabajo de Minho, y su poco gusto hacía él. Minho sabía que Taemin jamás se lo cuestionaría, a menos de que algo ocurriera. Por un momento imaginó lo peor, pero no era posible, simplemente no. En cambio, se tomó el tiempo de hacer que Taemin soltara al cachorro, y le mirara, tratándole con calma.

-¿Me quisieras decir qué ocurrió?- Se sentó a su lado, tomándole de la mano.

Taemin tomó algo de aire, de manera entrecortada, mientras otro par de lágrimas se escapaban.

-Teníamos un par de ho-horas...libres...- Trató de contar entre resuellos por falta de aliento. -Decidimos que no queríamos comida de la cafetería.- Guardó silencio, tratando de controlar el absurdo movimiento de su esternón por tanto llorar. -Ese...tonto... restaurante...a dos cuadras...que nos gusta tanto. Ni siquiera está lejos...- Entonces volvió a llorar, dejando que Minho le hiciera colocar su cabeza sobre su hombro. -No entiendo,  ¿por qué los humanos son tan descuidados? Sus tontas vidas no les interesan en lo absoluto.- Se quejó. -Y no les interesan los demás.- Se aferró al brazo de Minho. -U-un auto, impactó a otro en una estúpidamente alta velocidad. Se volcaron Minho, ahí, en una calle pequeña. Ni siquiera es la avenida.- Murmulló contra el hombro de Minho, en un intento por controlarse. -Si...no me hubiera desvanecido con Kibum, nosotros pudimos haber quedado prensados por los autos. El accidente fue frente a nosotros, Min.- Entonces no pudo más y volvió a llorar. Parecía no poder tener consuelo, por más que Minho le abrazara y acariciara. -M-me di cuenta que Key va a morir...No quiero que él muera, Min. No quiero que Kibum desaparezca.- Gimió, mirándole totalmente destrozado. 

Por un largo instante, Minho pensó que decir. Entendía lo que Taemin sentía, incluso por qué lo sentía. Kibum era su mejor amigo, y era un humano. Taemin tenía tantos temores que ni siquiera sabía que tenía, pero que estaban ahí, y no podía hacer otra cosa más que tratar de consolarle.

-¿Alguna vez has escuchado cómo son las cosas para las almas recogidas por ángeles?- Preguntó de manera suave, observando la rápida negativa que Taemin le dio con el rostro. -Ustedes, al tomar un alma, se la llevan y la torturan por la eternidad, hasta que desaparece. Sin embargo, su verdadero castigo está en que no pueden volver a vivir.- Señaló. -Cuando alguien muere, y su alma es llevada hacia el edén, se deja descansar, entonces volverá a la tierra puente. Unas cuantas veces más.- Le arrullaba. -Así son las cosas hasta que el alma se vuelve lo suficientemente vieja, que es cuando se le permite convertirse en parte de la existencia. Se vuelve un poco del todo. Incluso de ti.- Le sonrió. -He visto la fecha de Kibum, y no será pronto. Tiene una larga vida por delante. Y, cuando llegue su tiempo, tú también estarás listo.- Le aseguró. -Después de un tiempo, volverá a nacer, y ustedes dos podrán volver a conocerse.- Le tomó por el mentón, manteniendo su rostro en alto, mientras las lágrimas de Taemin se seguían escurriendo cuesta abajo. -De eso estoy más que seguro. Le has dejado una marca en su alma, y no porque seas un demonio. Sino por la sincera amistad que hay entre ustedes. Le será mucho más fácil encontrarte, y volverán a ser los mismos, en una nueva vida.

Taemin hipó, volviendo a llorar con desespero. Las palabras de Minho le aseguraban que le volvería ver, pero no quería eso, no quería que Kibum jamás le olvidará. Se sentía aún más desconsolado ahora, que no pudo evitar culpar a lo más cercano.

-Te odio...- Masculló entre dientes.

-A puesto a realmente deseas odiarme.- Minho susurró, acariciándole la cabeza mientras Taemin asentía hacia su enunciado. -Pero no lo haces.- Y Taemin terminó por negar con el rostro.

Lo entendía, Taemin era demasiado emocional como para no conocer en lo absoluto sus emociones. El ambiente donde creció no le había permitido conocer más que algunas cuantas emociones, pero para cuando se trataba de los verdaderos sentimientos, se frustraba demasiado rápido. El día que le hizo entender que lo que sentía por Kibum se llamaba cariño y aprecio, Taemin se había abrumado tanto, que no fue capaz de mencionar aquello otro. Después de todo, Kibum era el primer amigo real que Taemin tuvo, era perfectamente normal que le amara. Pero eso era un trago que, Minho sabía, todavía era muy difícil de tragar para Taemin.

-No lamento haberte mostrado tus emociones.- Lo dijo honestamente. -Ese dolor que sientes ahora, es normal. Es necesario. Te hace ver cosas que no tomas en cuenta.

-No me gustan, Minho.- Susurró.

-Sin ellas no puedes saber lo que sientes por Key, o lo que sientes por mí...- Minho esperó una repuesta, pero el silencio era mucho más revelador. -¿Te gustaría que me fuera? Podrías fingir que nada a sucedido, volver a ser como antes.

-No.- Negó con rapidez. -Te quiero conmigo, pero también quiero dejar de sentirme así.- Admitió.

-No puedes tener todo.

-Quiero tener todo, Minho.- Jadeó. 

Notas finales:

Como podrán darse cuenta, si Minho es el talón de Aquiles derecho de Taemin, Key es el izquierdo. Realmente van a conocer la bonita relación de amistad que Taemin y Key más adelante, pero por ahora tienen que conformarse con esto. 

Además, darse un poco a la idea de que estar con Minho ha hecho que Taemin sea mucho más suave de lo que debería ser idealmente. Minho le ha ayudado mucho en cuanto a sus sentimientos, que ya no podría enamorarse de nadie más que no fuera ese ángel. 

¡Próximo capítulo! Mascotas [IV] :D Espere por él. 

PD: Si no les escapó aunque sea una lágrima con esto, no tienen alma ¬n¬ 

 


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