-Vamos amor, te estás quedando dormido.- Minho movió ligeramente el hombro de Taemin, hasta verle abrir los ojos. –Te vas a ahogar si no sales de ahí.
-No quiero…- Taemin se giró, recargándose contra la pared del pozo termal y volviendo a cerrar los ojos. El agua estaba perfecta ahí, no como en los demás pozos que eran exageradamente calientes. No podía creer que hubiese personas bañándose y nadando en ellos.
-Vas a enfermarte si pasas mucho tiempo en el agua caliente.- Minho insistió, riendo ante el puchero que Taemin hizo. –Vamos, necesitas descansar. Mañana podemos volver.
Taemin jadeó, abriendo los ojos y saliendo del pozo de agua sulfatada. Corrió a las regaderas de agua fría, temperando su cuerpo un poco y quitándose el aroma a azufre y calcio que el agua le había dejado. Se envolvió en una bata de baño y siguió a Minho fuera de la caverna donde estaban las aguas termales. Se abrazó a él, mientras se dirigían a la habitación del hotel. Ciertamente tenía sueño, y no pretendía esconderlo.
Se dejó caer en la cama, suspirando. No pensaba quitarse la bata, ni el traje de baño. Sólo quería dormir, y descansar hasta la hora de la cena. Sonrió, al sentir el peso de Minho hundirse a su costado. Se giró, abrazándose al cuerpo contrario.
-Tae, ¿por qué querías ganar este premio?- Minho preguntó, antes de que Taemin se durmiera por completo. La curiosidad estaba matándole.
-Tengo sueño.- Le escuchó suspirar.
-Vamos Taemin ah, dime.- Insistió, riendo ante el puchero que Taemin hizo. –Te besé por tres rondas seguidas, ¡seis horas! Tengo derecho a saber por qué tal sacrificio.- Rio, ante la mirada molesta que Taemin le dio. –No me tomes a mal, lo disfruté mucho amorcito.
-Quería estar a solas contigo…- Jadeó, subiendo su mano hasta el rostro de Minho. –Verdaderamente solos. Sin que tu trabajo, o el mío, interrumpa.
-¿Taemin?
-Vamos a estar dos días más aquí, y me alegro de no haber escuchado tu celular aún.- Rio.
-Bueno, estamos en un hotel, a las faldas de una montaña. No hay muy buena recepción.- Aceptó. –Además, en el hospital no me necesitan, hay un buen suplente. ¿Qué hay de tus asesorados?
-Ellos son incapaces de escribir una oración sin consultármelo.- Rodó los ojos, exhalando una risa. –Necesitan este tiempo a solas consigo mismos.- Suspiró. –Y yo un tiempo a solas contigo.
-Te amo, cariño.- Minho le acarició con los nudillos, delineándole la mandíbula.
-Quiero besos, Minho.- Chilló tiernamente. –Muchos besos.
-¿Besos antes de dormir?- Minho rio, ciñéndose más sobre Taemin. –Te daré todos los besos que quieras, bebé.
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