-¿Le gustaría que se lo trajera?
-Me encantaría.- Minho sonrió a la mesera que estaba tomando la orden. -Auch.- Pero rápidamente su mirada se desvió a Taemin, quien le sonreía de manera aterradora.
-Eso es todo.- Taemin le indicó a la mesera, por poco sacando chispas furiosas de los ojos.
-Les traeré su comida en un momento.
La mesera se retiró, sin saber que estaba dejando a un vulnerable ángel a merced de un molesto demonio.
-¡Oye!- Minho se quejó, deslizando su mano bajo la mesa, para poder sobar su pierna. Rayos, Taemin le había pateado debajo de la rodilla y era un infierno de dolor.
-Estabas coqueteando con ella.- Taemin habló entre dientes, sonando tan amenazante como una serpiente antes de atacar a su presa.
-No es cierto.- Minho rodó los ojos.
-¡Ella estaba coqueteando contigo!- Gimoteó, haciendo un dolido puchero con los labios.
-¿Es acaso culpa mía?
-¡Por supuesto que sí, Minho feo!- Taemin se recargó contra el respaldo de su silla y se cruzó de brazos, molesto.
Minho le miró, exhalando y sonriendo. Estiró su otra mano, para alcanzar la de Taemin y acariciarle con el pulgar.
-Bebé, siempre que te enojas conmigo me llamas Minho feo.- Le cambió de tema. No iba a enojarse, mejor era dejar de lado los berrinches de Taemin lo más que pudiera.
-Porque eres feo.- Intentó soltar su mano, pero Minho no le dejaba ir.
-¿En serio lo crees?- Sonrió de lado, entrelazando dedos con el menor. -Porque, estoy casi seguro que, si así lo creyeras, no estarías aquí en este momento. No te hubieses acercado a mí nunca, de hecho.
-No tienes que ser feo, físicamente para ser feo.- Alzó el rostro, indignado. -Feo.
-Bebé...- Exhaló. -No estaba coqueteando con ella.- Obviamente no iba a llegar a ningún lado si evitaba el problema, sería mejor si sólo trataba de calmarle.
-¡Pero ella sí contigo! De manera descarada.- Retiró su mano, en un descuido de Minho. -Viniste aquí acompañado, no solo.
-¿Y por qué te molestas conmigo?- Rodó los ojos.
-Porque si me molestara con ella, la defenderías.- Taemin se cruzó de brazos, indignado. -Por eso odio a los humanos.
Minho exhaló, levantándose de la mesa y frunciéndose sobre el rostro de Taemin para dejarle un largo beso plantado en los labios. Regresó a su lugar, mirando de manera divertida lo confundido que Taemin lucía.
-Ahora, todo el restaurante nos ha visto besarnos. Todos saben que vengo contigo, ¿es suficiente para que dejes de estar molesto conmigo?- Cuestionó, sonriendo ante el obvio sonrojo que había parecido en las mejillas de Taemin.
-No.- Jadeó, alzando el rostro para que Minho no le viera.
Pero Minho le había visto, y no podía evitar saber que Taemin era un gran mentiroso. Volvió a tomarle de la mano, sin querer soltarle por más que Taemin tratara de alejarla. A pesar de todo, estaba del humor correcto como para querer seguir molestando a Taemin un poco más, antes de preguntarle aquello por lo que le había traído a comer.
-Para ser un demonio, mientes muy mal.- Se jactó.
-¡Yah!- Taemin volvió a patearle bajo la mesa, indignado.
-Auch, deja de hacer eso.- Minho volvió a sobarse. -Duele.
-No me importa.- Le mostró la lengua, siendo infantil.
-Aish.- Sip, tal vez molestar a Taemin no había sido su mejor idea. Rodó los ojos, tratando de pensar en cómo contentarle. -Amor...
-No me digas amor, ¡y ya suelta mi mano!- Chilló. -Es raro, deja de hacerlo.- Volvió hacer una mueca al oír la risa de Minho. -¿Qué?
-No puedes hablar de rareza, A.Mor.- Señaló. –Por favor, no estés molesto conmigo.- Trató de hacer un puchero, queriendo conmover al demonio.
Taemin exhaló, bajando un poco la vista y asintiendo con una pequeña mueca en los labios.
-A veces, eres insoportable Choi Minho.- Habló por lo bajo, soltando cada palabra en un gruñido sensual.
-¿Eso significa que ya no estás molesto conmigo?- Alzó una ceja, cuestionándole. –Debes de saber que, no defendería a un humano si está haciendo algo indebido. Tienes derecho a enojarte; sin embargo, deberías de tener un poco más de fe en mí.
-Eres demasiado blanco, como para algún día acercarte al gris.- Se irguió. –Está bien, no es como que pueda mantenerme molesto contigo de cualquier forma.
-Me alegra.- Minho sonrió, estrujando cariñosamente la mano de Taemin. –Porque no te invité a comer, para que terminemos peleando.
-Eso parece…- Taemin masculló entre dientes, rodando los ojos.
-¡Taemin!- Rio, regañándole. –Por favor, amor.
Taemin iba a replicar, realmente quería hacerlo. Pero un mesero llegó, interrumpiéndoles mientras dejaba el plato correspondiente a cada uno. Suspiró, dejando de lado la tonta discusión. Tomó su cuchara, dispuesto a empezar a comer en vez de seguir discutiendo.
-¿Amor?
-¿Sí?- Subió la mirada, encontrándose con la vista de Minho mordiéndose su labio inferior. ¿Qué ocurría con él?
-¿Sabes? Ahora que tuve algo de tiempo, de hecho pude llamar a mis padres y ponerme al día con ellos.- Minho relató, mientras comía. –Y, les dije que tenía un novio. Ellos están encantados de escuchar eso, y realmente quieren conocerte. Así que, quisiera saber si me acompañarías este fin de semana a casa de mis padres, para qué puedan conocerse.
¡Clang!
El sonido de una cuchara chocando contra el plato.
Taemin miró a Minho, sintiendo súbitamente que su forma humana no podía respirar, boqueó, esperando que algo saliera de su garganta. Y algo salió.
-¿QUÉ?