-¡Llegaron!- La madre de Minho siempre era tan entusiasta cuando les veía llegar. Saludaba a su hijo con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla. A Taemin le saludaba un poquito más efusiva, incluso jalándole las mejillas repitiendo lo lindo que era.
Taemin adoraba a la madre de Minho. Toda la atención que ella le daba le hacía sentir tan maravilloso.
-Me alegra que ya estén aquí.- El siguiente en aparecer siempre era el padre de Minho.
Ese ángel era siempre tan terco, gustoso de mantener largas discusiones acerca de temas desde lo más trivial hasta lo más complicado. Taemin claramente veía de dónde Minho había sacado su forma de ser, pero también entendía que Minho sólo era una pequeña parte de lo muy terco que su padre podía llegar a ser.
Después de saludarse, ambos pasaron hasta la cocina, donde él último de los Choi, pero no menos importante, ya había sido puesto a trabajar por su madre. Taemin había descubierto que adoraba molestar al hermano mayor de Minho. Siwon, después de todo, era como los demás Choi. Demasiado amable y paciente.
-¡Hyung!- Minho se emocionó al ver a su hermano, como siempre lo hacía. -¿Cómo has estado?
Taemin rodó los ojos. Eran tan empalagosos. Minho siempre actuaba como si no los hubiese visto por años, cuando los Choi tenían la costumbre de juntarse al menos una vez al mes, sino es que por todo. Pero los dejaba ser, después de todo ellos lo habían adoptado en ese núcleo familiar tan fuerte, sin pero alguno.
-Omma, ¿en qué puedo ayudarte?- Se acercó a su suegra, tomando la tabla de picar que ella movía.
-Oh, no te preocupes cariño.- Sahyun le dio unas palmadas en la mejilla. -Puedes ir a arreglar la mesa de afuera, comeremos en el jardín.
A Sahyun le gustaba mucho su jardín, y le gustaba aún más la mesa de patio que había en él. Organizaba picnics todo el tiempo, para poder reunirse con su familia.
Taemin accedió, tomando los platos y cubiertos antes de salir al jardín. Era una pequeña mesa ovalada de color blanco, adornada con un hermoso jarrón lleno de flores. A Taemin le gustaba esa mesa, tal vez por el hecho de que Minhyuk se la había construido a Sahyun, y Taemin no resultó ser un romántico en lo más oscuro de su ser. Tal vez por el hecho de que Sahyun siempre se esforzaba por tenerla cuidada y arreglada. Simplemente le gustaba esa mesa.
Colocó los platos, dejando los cubiertos perfectamente ordenados a sus costados. Había llevado servilletas, así que las acomodó en vasos, como si fueran servilleteros, para evitar que se volaran fácilmente si corría el aire. Se distrajo acomodando todo, hasta que vio que colocaban un plato al centro de la mes. Su favorito –y dentro de lo que concernía a Taemin, único- cuñado le miraba de manera expectante.
-¿Por qué parece que quieres contarme algo con tantas ganas?- Rodó los ojos, sonando falsamente fastidiado.
-¡Tuve otra cita con él!- Siwon no pudo evitar soltar su noticia. –Es realmente lindo.
-Siempre me dices lo mismo hyung, podrías contarme más detalles para variar.- Taemin rio. -¿Cuántas citas llevan? ¿Tres? ¿Cuatro?
-Seis.- Afirmó orgullosamente. –Me gusta. Mucho. Ahora sé que estoy totalmente enamorado de él.
-¿Y bien?- Taemin le urgió. -¿Qué hay de él? Dime que ha valido la pena todo lo que he tenido que escuchar.
Siwon mordió el interior de su mejilla, bajando la cabeza un poco. Claramente no le era fácil responder a la pregunta de Taemin.
-¡Vamos!- El demonio le instó. –Puedes darte cuenta de si le gustas o no. No es momento de que dudes. ¿Le gustas o no?
-Creo que si le gusto.- Admitió. –Pero es un poco diferente. No tengo idea de cuál podría ser su respuesta si le pido que seamos algo más…serio.
Y esa era una de las razones por las que a Taemin no le agradaban los humanos. Él siendo un demonio había entendido que cuando había encontrado el amor era para que se quedara ahí, a lado de Minho. Algunos humanos simplemente decían dejar eso de lado, y le parecía sumamente estúpido.
-Díselo. Que estás enamorado de él. Si no te responde lo mismo, no vale la pena. Es sólo un humano, ¿por qué habrías de sufrir por él?- Sentenció de manera ruda.
Era claro el shock en Siwon ante las palabras de Taemin.
-Porque es diferente, para mí. No es como el resto de los humanos. Aun cuando no siente lo mismo que yo, siempre va valer la pena estar a su lado.
-Realmente lo quieres entonces.- Taemin genuinamente se preocupó por su cuñado. –Debes decírselo. No tengas dudas, eres muy agradable, no creo que te sea indiferente.
-Gracias Taemin.- Siwon rio.
El demonio negó, haciendo de menos el apoyo que le había estado dando al ángel mayor. Regresó a la casa, encontrándose con Minho parado bajo el marco de la puerta, sonriendo bobamente.
-¿Jugando al casamentero con mi hermano?- Molestó.
-Hmm, es divertido.- Taemin se encogió de hombros, sonriendo.