-Disculpe, doctor Choi, ¿podría firmar y sellar este reporte para poder mover a piso al paciente Ham?
Minho dejó sus papeles en la mesa de la sala de descanso, mirando hacia la dirección donde le habían estado hablando, encontrándose con su nueva residente.
-Por supuesto doctora Kim.- Buscó el sello que necesitaba en su bata, firmando el papel y sellándolo. -¿Cómo está el niño de la pierna rota?
-No es nada de gravedad, ya fue enviado por una radiografía.- La chica sonrió, acercándose al doctor. –Deberá estar de regreso para cuando mi descanso termine. Usted también tiene su descanso ahora, ¿cierto?
-¿Qué hora es?- Minho miró el reloj en su muñeca, notando que de hecho ya se había hecho algo tarde. –Tienes razón, gracias por recordármelo.- No fue más que amable, empezando a guardar todos los papeles dentro de la carpeta en la que habían estado previamente. –Supongo que iré a comprarme algo a cafetería, antes de que se acabe mi tiempo.
-¿No ha traído su comida?- Ella batió sus ojos de manera lenta. –Eso si que es inusual en usted, doctor. He notado que suele traer comida casera, ¿acaso usted la prepara?
-Sí…- Minho sonrió. –Pero está mañana me levante algo tarde, así que no tuve tiempo de cocinar nada.- Entonces su rostro ganó color por completo al recordar por qué razón había terminado despertándose más tarde de lo normal.
-¿Sabe? Hay una cafetería con mejor comida que aquí, a dos cuadras. Tal vez a usted le gustaría ir…- Entonces fue interrumpida.
-No hará falta querida.
-¡Taemin!- Minho sonrió enormente al ver a su novio presente.
-Disculpe, esta área es sólo para el personal médico.- Jisoo intervino al notar al desconocido en la sala de descanso.
-Lo sé, fue la enfermera Park la que me permitió pasar.- Taemin sonrió aterradoramente hacia la tonta niña que estaba coqueteando de manera descarada con su ángel. Contuvo la respiración un segundo, calmándose antes de hacer algo que probablemente molestaría a Minho. Miró al ángel, Minho de seguro no se había dado cuenta todavía del coqueteo; y mejor si era así, porque de otro modo Taemin estaba más que dispuesto a hacer muchas cosas malas con el ángel, y no precisamente sexuales. -¿Cómo estás amor?
-Bien, bien. ¿Qué haces aquí?- La sonrisa en su rostro no mentía, estaba emocionado de ver al demonio haciéndole una visita, como solía hacerlo antes cuando su noviazgo era apenas un poco más que nuevo.
-Te traje comida, tontuelo.- Taemin soltó una risa boba, Minho era totalmente adorable. Amaba verlo así de feliz.
-¿De verdad? Oh Taem, amo que cocines.- Minho le aplastó en un abrazo fuerte, casi queriendo fundirlo contra su pecho.
-Espero que te guste.- Taemin murmulló contra el pecho de su novio. Correspondía el abrazo de la manera en que podía, tratando de alejar un poco la comida de ellos para que no se arruinara. –Cuando noté que no te llevaste nada, pensé en llamar a tu madre y pedirle algunas recetas. Ella dijo que esta era tu favorita de pequeño.
-Estoy seguro que me gustará.- Le llenó el rostro de besos. –Gracias.
-No tienes por qué agradecerme, después de todo fue mi culpa que te retrazaras esta mañana.- Rio, guiñándole un ojo. Minho volvió a colorarse, recordando la actividad con la que Taemin lo había mantenido despierto toda la noche. –Bien, me tengo que ir. Me escapé un momento de las clases, les di el periodo libre a mis chicos para que terminen su trabajo final.
Minho rio suavemente, besándole la sien.
-Después de esa consideración, no tienes derecho a decir que eres cruel con tus estudiantes.
-No amor, sólo recordé que son simples humanos jóvenes. Necesito que terminen sus trabajos sin hacer corto circuito para poder pasar sus calificaciones a limpio. Entonces sabrán lo que es crueldad.
-La mala calificación de un maestro estricto, cuánta crueldad.- Minho se burló. –Gracias de nuevo, bebé.
-Te veré más al rato en casa, Min.- Entonces Taemin rodeó al mayor con sus brazos y le plantó un largo y satisfactorio beso.
Se separó del ángel, girándose hacia la puerta. Ahí, arrinconada y con una mueca de insatisfacción la joven residente les veía intercambiar palabras de amor. Taemin se acercó disimuladamente a ella, mientras salía de la sala.
-Sé que es tu descanso, querida, pero te necesitan en el cubículo 13.
Doctora Kim Jisoo, repórtece en el cubículo 13 con el doctor Hong, sonó desde el altavoz.
La chica abrió la boca, mirando con un poco de horror como Taemin salía de ahí con una enorme sonrisa satisfecha.