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Volvamos a Amarnos por LoneSoru

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Notas del capitulo:

Hola! 

Si si, me demoré demasiado. Hay muchas cosas que no estan a mi favor pero por lo menos pude hacer el capitulo. Está algo aburrido, lo lamento mucho... En fin, Aquí va, espero les guste (aunque esté aburrido)

La luz que se filtraba por las cortinas iluminaba sutilmente la silenciosa habitación donde dos hombres descansaban luego de una noche algo ridícula y llena de anécdotas.

Los cabellos azules de Kaito se movían con suavidad al ritmo de la respiración de Gakupo. Una picazón en la nariz fue la que terminó despertando a Gakupo. Esa incomoda sensación de querer estornudar pero a la vez no querer hacerlo fue la razón por la que ahora estaba ya saliendo de la cómoda cama que había compartido con Kaito.

Buscó con la mirada su celular detallando cada rincón de su habitación.

El día anterior no había llevado su celular al trabajo. Salió tan apurado que había olvidado varias cosas personales.

Cuando encontró su móvil, lo tomó y revisó la hora.

-10:32... Nuevo record- susurró para luego cubrir a Kaito quien seguía dormido y no parecía tener intención de despertar por un largo rato. Salió de la habitación hasta la sala y ahí, luego de sentarse en el sofá que estaba lleno de papeles, revisó los mensajes que tenía.

"Chat Grupal

Mikuo: Ten linda noche, Gakupo. Disfrútalo, campeón.

Kiyoteru: Suave con Kaito, de seguro tiene muchas cosas más por contar, no lo destroces.

Yuma: Ya tranquilos ustedes dos

Yuma: Están interrumpiendo un momento de acción."

Luego de leer aquella absurda conversación soltó una risa floja, para luego responder al chat.

“Idiotas, no pasó nada extraño. No se hagan ideas absurdas. Nada hay entre Kaito y yo.”

En sus labios se formó una sonrisa de lado para luego ver otra de sus conversaciones que había dejado.

"Gumi

-Gakupo! ¡Volví de viaje! >-<

-Gakupo?

-Ne...

-Rayos... :"c"

Había olvidado que su mejor amiga, Gumi, había viajado a otra ciudad por trabajo. Le había prometido a la chica de cabellos verdes que la iría a ver apenas llegara. Pero estuvo tan ocupado que se olvidó de varias cosas. No iba a disculparse por medio de mensajes, no se sentiría del todo bien.

"Gakuko

-Hermano, algo está pasando. Luka vino a hablar con nuestros padres, hizo todo un papelón. Quieren hablar contigo, realmente no creo que sea buena idea que vengas. Ellos están muy molestos."

-Tsk… ¿ahora qué demonios pasó?

Tal vez esa no era la primera vez que aquella chica lo metía en problemas con sus padres. Y tal vez por ello es que le guardaba rencor a la oxigenada chica.

"Mamá

-¿Gakupo, estas libre el sábado? Tu padre y yo necesitamos hablar contigo."

Al terminar de revisar sus mensajes una corriente eléctrica recorrió su espalda.

-Ahora los problemas me persiguen... demonios.

Se levantó del sofá y empezó a ordenar la sala. Él nunca había sido desordenado. Hasta hace dos semanas eso cambió. El trabajo lo tenía demasiado ocupado como para poder siquiera tender su cama luego de despertar.  No pensaba pasar toda la mañana limpiando, tenía hambre, así que su trabajo lo terminó en menos de 10 minutos dejando, por lo menos, decente su sala. El estudio estaba tal vez peor que la sala, eso ya lo arreglaría luego. Necesitaba bañarse y luego hacer el desayuno o algo ya que esta vez no estaba solo.

Por otro lado en la habitación de Gakupo, los rayos del sol daban directamente a los ojos de Kaito. Una molestia tremenda que lo obligó a darse la vuelta pero gran error, cayó de la cama con las sabanas envueltas.

-Ya abuela! Ya me desperté, no seas tan mala conmigo…

Obviamente por su comentario, Kaito aún se encontraba durmiendo. Había tenido un sueño muy raro, su abuela por primera vez no le dio de comer hasta que le diera una indigestión o algo parecido. Más bien ahora era algo fría y cortante. Luego se tele transportó a un restaurante muy lujoso, estaba en una cita con un panda. Al final terminó en un bar bailando tipo stripper frente a Gakupo, Mikuo, Yuma y Kiyoteru.

-Mngh… mi cabeza… ¿D-dónde estoy?... No vuelvo a beber de esa manera... Esto es malo.- Se tomó de la cabeza e intentó levantarse para luego salir de la habitación. Pudo escuchar como el agua de la ducha corría, de alguna manera, se puso nervioso. ¿Qué había hecho la noche anterior?

-Dakiyosete… hoshii… tashikamete… hoshii- Esa voz. Claro que la reconocía, era Gakupo que estaba cantando Magnet. Esa canción que en algún momento de su relación con el mismo habían cantado por el cumpleaños de la hermana menor de Mikuo. Y como olvidar aquel profundo mensaje que tenía.

Su cuerpo se relajó al saber que estaba en casa de Gakupo y no algún otro desconocido.

-Sería bueno que me marchara…-Murmuró para sí mismo pero no esperaba obtener respuesta alguna por parte del dueño de ese amplio departamento.

-No no, tú te quedas aquí.- Mencionó Gakupo al mismo tiempo que el agua de la ducha dejaba de correr. Estaba algo nervioso de salir del baño con la toalla atada a la cintura pues sabía que ahí estaba Kaito. Pero no quería dejar a su amigo hambriento así que dejando los nervios de lado salió del pequeño cuarto para encarar a Kaito quien al volver a ver el hermoso cuerpo de Gakupo se quedó boquiabierto.

-P-pero… solo estorbo aquí además- No pudo decir más ya que su estómago había empezado a quejarse. La incómoda vergüenza no se hizo esperar, las sonrojadas mejillas de Kaito había aumentado en tono lo cual le pareció muy tierno a Gakupo.- Lo siento mucho!!!

-Te invito a desayunar, no te preocupes, de seguro tienes algunas preguntas- Se expresó Gakupo para luego avanzar hasta su habitación y así poder cambiarse de ropa.

Kaito se demoró un poco en procesar las palabras del más alto, mientras tanto caminó hasta la sala para luego sentarse en uno de los sillones.

-Realmente admiro a Gakupo, es mucho más ordenado que yo… Espera que?!- Dijo luego de entender todo lo que le dijo Gakupo.- ¿Por qué está siendo amable conmigo? No no, esto está mal.- Exclamó mientras cubría su rostro entre sus hermosas manos. Esa confusión lo iba a volver loco al igual que la misma cuestión “¿Por qué? ¿Por qué yo, que le hice tanto daño?” Recién el día anterior se habían vuelto a encontrar y Gakupo ya estaba siendo igual de atento a cuando se conocieron.

______

 

En una cafetería cercana al departamento de Gakupo se encontraban el ya mencionado y Kaito quien escuchaba atentamente a la reseña del día anterior ya que no recordaba mucho de ello debido al efecto del alcohol en su cuerpo.

- Entonces nada raro pasó… Me alegr–

- Espera que me falta esto, dijiste que eras el mejor stripper del país y que me darías un espectáculo privado. – Mencionó Gakupo intentando contener su risa. Solo recordar la forma en que lo dijo y como lo puso le hacía sentir podría estallar de la risa de la vergüenza. Ya que no todos reaccionaban igual.

- Yo dije eso?! Ay diablos! Lo siento mucho! – Le pareció muy tierna la reacción de Kaito al enterarse de ello. Era de esperarse, el que cubriera su rostro con sus manos. Gakupo formó una pequeña y ladina sonrisa. – Demonios que dirán los chicos ahora?

- Ah no te preocupes, no creo que lo recuerden. Estaban demasiado ebrios… No se cómo habrán llegado a sus casas.

-Espero no lo recuerden, sería muy malo.- Dijo jugando con sus dedos para luego con los mismos sostener el sándwich de queso que había pedido.
Su café ya lo había terminado, se dio cuenta que era el único que faltaba. Pero cualquiera terminaría rápido si solo pides un jugo de naranja con panqueques.

-Cuando termines te puedo dejar en tu departamento si deseas.

-No es mala idea, sería bueno que supieras donde estoy ahora para encontrarnos tal vez otro día con los chicos. - Dijo Kaito encogiéndose de brazos. Ya había terminado de desayunar, solo faltaba pagar y salir del bullicioso pero agradable lugar.

______

 

Para “hacer digestión” decidieron caminar hasta el departamento de Kaito. Yendo por los caminos más largos para así conversar más. Gakupo recordó esos bellos momentos en los que paseaba de igual manera con el de cabellos azules, esos momentos en los que el amor salía a flote tanto que hasta, tal vez, se podía tocar. A Kaito le invadió una profunda nostalgia, el deseo de volver a su relación, esa que parecía sacada de un cuento de hadas, esa en la que para ellos no existía nadie más que ellos dos, un par de enamorados amándose todos los días como si fueran los últimos.

-Maldita juventud…- Murmuró Kaito, cruzándose de brazos y agachando la cabeza mientras componía un pequeño puchero luego de pensar en la insensatez de su pensar… Aquella noche en la que todo terminó. Sin embargo, ellos seguían juntos, tal vez se separaron por unos años pero volvieron a hablarse como si nada hubiera pasado, Como esa vez en la que se conocieron que, curiosamente, fue en el mismo centro comercial.

-¿Decías?- Gakupo, sorprendido por las repentinas palabras del azulado que hace un momento se reía de una anécdota del más alto. Se detuvo a observarlo un poco, sus gestos, no parecía haber cambiado nada. Esas finas cejas, sus sonrosadas mejillas, esos hermosos ojos azules, su corte de cabello. Todo era exactamente igual a como lo recordaba hace unos años. Si bien se habían encontrado el día anterior, no le había prestado mucha atención a su apariencia debido a que no creía el siquiera que se hubieran encontrado así por así.

-Ah no, discúlpame. Mis comentarios al aire, lo lamento.- Se excusó Kaito al mismo tiempo que relajaba su cuerpo y su rostro cambiaba a uno más tranquilo.

-No hay problema, me suele pasar también… - Ese ambiente que se había generado, quien sabe cómo, solo incomodaba más a los jóvenes. Para relajar el ambiente a Gakupo se le ocurrió una idea que no es muy buena pero que por lo menos haría reír al de azul ya que este se notaba preocupado por algo. – Oye

¿Sabes cómo se conquista a alguien a la primera?

-Ni idea.-Dijo Kaito prestándole atención a lo que diría su acompañante, esos ojitos llenos de interés llenaban de ternura a Gakupo quien solo pudo sonreír ante aquel gesto para seguir hablando.

-Simplemente, tómala de la mano y susúrrale al oído “Si mi mundo fuera un pañuelo, tu serías mi moco preferido” – Terminó con su frase para luego prestar atención a Kaito quien luego de entenderlo estalló de risa, acto seguido, Gakupo hizo lo mismo. Nunca faltaron esas personas que al verlos comentaban cosas como “par de raros” “hija, no los mires” o “¿Qué demonios pasa acá?”

-Ay Dios! Gakupo! ¿De dónde sacaste eso? ¡Eso fue bueno! – Intentó controlarse al mismo tiempo que se agarraba el abdomen que, por tanto reír, le dolía. Había sido un chiste muy malo, había que aceptarlo, pero Kaito era de los que se reían con cualquier cosa. Nunca podría encontrar un momento serio ¡ni en los velorios!

-No voy a delatar a nadie, pero vaya que me encantó como lo dijeron.- Intentó ocultar la fuente de aquella estúpida frase mientras desviaba la mirada.

-Ah! Ya me acordé. Andynsane… Ya déjalo, Gakupo.

-Es divertido! Suelo verlo cuando ando estresado.

-Ah… Cuida a tu gata en vez de perder el tiempo con videos.- Esa forma de actuar de Kaito le recordaba a su madre, siempre diciéndole que hacer y regañándolo, no solo era gracioso, también tierno.

-¿Gata? Ah, la tiene mi hermana…

-Oh… Espero la cuide muy bien, era una gata refinada.

-De clase.

-Se lavaba las patitas antes de comer.

-No las usa pero se lava.

-Exacto. – Ambos volvieron a reírse dejando esa actitud tensa de lado. 


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