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Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Como prometi, el siguiente capítulo.

Para los que no se enterarón, hoy hubo actualizacion doble por lo que tienen que regresar al capìtulo anterior: Marcia Fúnebre.

Con este, a la historia solo le quedan sus ultimos capítulos, ya esta llegando al final.

Esto es mi culpa. Todo esto es mi culpa.  Que Rhys terminara el hospital es mi culpa. Si no le hubiera dicho que le diría a mis padres y solo lo hubiera hecho, él no habría querido llegar hasta la casa, no le habrían atropellado intentando llegar hasta donde estaba y ayudarme.   Él no habría terminado con una mano quebrada y sin recordarme.


— Elián, ¿pasa algo?


— Estoy... preocupado— respondo, bajando el violín. No puedo tocar con estos pensamientos. Ishani también deja de tocar y me mira.


— ¿Paso algo?— claro que paso algo. Ha pasado mucho, y en tan poco tiempo que siento que todo lo que conozco deja de tener razón. Ya no puedo contar con mis padres para nada, ni siquiera me han llamado, y no es que lo esperara.  Su reacción me ha desanimado más de lo que pensé, ya sabía que no sería fácil y que no estarían de acuerdo, pero que mis pensamientos más fatalistas se volvieran realidad  es horrible.


— he tenido unos días difíciles.


— te vez cansado.


— me siento cansando. Mis padres han tomado mal el hecho de que estoy saliendo con un chico— o lo estaba.


— oh, lo siento… 


— no me sorprende, para ser sincero, incluso fue mejor de lo que esperaba. Mi madre no se puso a llorar al menos— ni siquiera puedo darle a mi voz el tono de broma que quiero. Me siento en el piso, recargándome en la pared.


— vaya… no sé cómo es estar en tu situación, pero si necesitas hablar un poco, o solo quieres salir… podemos hacer algo.


— gracias, pero justo ahora no estoy de humor.


— ¿y él?


— ¿Quién?


— eh, tu… novio.


— oh, sufrió un accidente y está en el hospital.


— vaya, sí que la has tenido difícil.


— No ocupas repetirlo— suspiro. Solo he visto a Rhys  ese día que fui al hospital, no me han dejado entrar a verle desde entonces, según Tolya, ese sujeto tan desagradable, dice que no es bueno para Rhys forzar su memoria y ha hecho que no me dejen pasar ¡Es tan obvio que es una mentira! No es lo que dicen los doctores. Me quede dos días en la sala de espera, pero tampoco vi a Roseline esos días,  para que me ayudara a pasar.  Al tercer día que me plante en la sala, Tolya apareció diciendo que Rhys todavía no recordaba nada, y que el médico había prohibido que se alterara. Muy a mi pesar, admití para mí mismo que no podía hacer una visita tranquila, quizá me pondría a llorar o a contarle todo lo que paso, a disculparme hasta el cansancio… ahora me conformo con llamar al hospital y preguntar como esta, eso es lo único que me han permitido hacer.


¿Todavía no parece mi culpa? Me siento demasiado culpable aun,  con ganas de que el mundo se detuviera unos momentos y me dejara respirar. Lo bueno es que justo ahora no tengo clases, o en serio me volvería loco.


— Elián, ¿Qué haces aquí? el ensayo termino.


— no puedo tocar.


— ¿Qué?


— ah, es complicado. ¿Puedes poner a Ishani a tocar mi parte para el concierto? Tengo… problemas que no he podido resolver, y no quiero arruinar el concierto.


— deberías ser capaz de poder separar tus problemas…


— Le dije a mis padres que estoy saliendo con un hombre— eso la interrumpe— sé que no es gran cosa, pero las cosas no fueron bien.


— entiendo. Pero solo te daré un concierto.


— gracias.


— más te vale volver a tocar como siempre para el próximo concierto.


— lo hare— no me queda de otra.  Como ya no tengo nada que hacer, voy a casa para llamar de nuevo al hospital. Le informe a los demás,  Moira, Luka, y los demás, que Solange estaba en el hospital por un accidente, y después de muchos reclamos y explicaciones, decidieron esperar unos días para volver a hacer las representaciones. No tuve el valor para decirles que es posible que Rhys no les recuerde.


Entrar a mi casa me hace sentir un desagradable tirón en el estómago. No le mentía a Naomi cuando le dije que ocupaba unos días, pues ya no puedo quedarme aquí. Este lugar me lo pagan mis padres, nada me costaría pagarlo a mí, pero también tengo que pagar los cursos que me quedan. Por ahora, estoy intentando buscar a donde mudarme.  Mis padres no me han dicho que tengo que irme, pero tomare las palabras de mi padre de la forma más literal que existe.


— Si ¿diga?—la voz femenina al otro lado del teléfono me responde al tercer timbre.


— hablo para saber sobre el estado de Rhys…       


— ah, sí… umm… él fue dado de alta esta mañana.


— ¿Cómo?


— sí, esta su alta en el registro.


— pero dijeron que saldría después del viernes. ¿Eso significa que está bien? ¿Él ha recordado?


— oh, no. pero su médico considera que ya puede empezar a esforzase un poco con su memoria, pero no deben forzarlo. Se les dieron indicaciones a sus familiares.


— Gracias— me siento terriblemente excluido. Debería ir a su casa, a intentar hablar con él. Quizá… no, es demasiado ridículo esperar lo mismo que pasa en las películas. Aun así, debería ir a verlo. Esto es tan injusto,  no puedo concentrarme en una sola cosa.  No es muy tarde, pero ¿está bien que vaya o no? puedo ir mañana. ¿Podrían decirle cosas malas sobre mí? quizá entre más tiempo pase más oportunidades hay para que esa persona le diga que no soy de fiar, que es mejor que no esté conmigo, o que solo estuvo jugando conmigo. Eso es lo que más me preocupa de todo esto. 


Antes de pensarlo, ya estoy en mi auto. Es una suerte que conozca su casa, estaría completamente perdido en más de un sentido si no lo hiciera. Me estaciono justo delante de su casa. Debo ir, sin pensarlo mucho.  Toco el timbre, que nunca había usado antes y espero.  Podría correr como niño ahora.


— ¿Sí?— la puerta se abre, y es él mismo quien está ahí.  No sé qué decirle, él no me recuerda. ¿Si le abrazo será raro? Ya no trae la venda en la cabeza, aunque trae un parche en un costado. Su mano sigue enyesada, pero fuera de eso, sigue siendo el mismo Rhys que conozco, no puedo creer que no me recuerde.


— Rhys…— murmuro, me siento débil, mucho, como si me fuera a desmayar. Es el peor momento para quedarme así.


— ah, eres ese chico. El del hospital.


— si…


— ¿vives por aquí?


— No, yo… vivo un poco lejos— ¿en serio no recuerda nada de nada? si fuera una mujer, o más afeminado, me pondría a llorar. Pero vamos, no es tan gravísimo. Él aún puede recordar ¿cierto? No fue un golpe tan fuerte, o eso decían los doctores.


— ¿sí?  Ah, esto es muy frustrante. Tolya se acaba de ir, y no recuerdo nada— sonrió un poco. Si yo me despertara un día y no recordara nada ni a nadie, no le contaría esto a un desconocido. Él sigue siendo tan carismático como siempre


— ¿nada?


— recuerdo a mi familia, mi nombre.  No recuerdo a Tolya, pero dice que es mi representante, le creo porque conoce toda mi agenda. Ha cancelado todo y se la ha pasado de mal humor por algo que no entiendo.


— ya veo. Yo… me alegra que estés mejor y que te dejaran salir del hospital.


— me pareces familiar ¿éramos amigos?


— ¿recuerdas a Solange?


— ¿a quién?


— A nadie, olvídalo— ¿Cómo decirle que somos más que amigos? No quiero ser el culpable de otra cosa más— será… será mejor que me vaya.


— ah, claro— parece confundido. Venir fue una mala idea. ¿Debería contarle lo de nosotros?  ¿Recordara esto? si no le digo ¿me dirá algo después?— oye, no me has dicho tu nombre.


— Elián.


— entonces, Elián, no me has respondido si éramos amigos o no.


— éramos… cercanos.


— ¿sí? Ah, no lo recuerdo. Ni siquiera recuerdo que estaba haciendo antes de todo esto.


— ¿recuerdas a Luka? ¿O Evania?


— Evania… me suena… ah, pero no… no puedo recordar. Oye, ¿entonces nos conocíamos bien? 


— eh… un poco… nosotros… no teníamos tanto tiempo de conocernos, pero estábamos en eso— murmuro. Si, aun teníamos muchas cosas que decirnos.


— ¿quieres pasar? De verdad que intento recordar todo, pero yo solo no puedo. ¿Quisieras contarme que era lo que hacía? Los doctores dicen que quizá si me hablan de mi vida recuerde más rápido.


— eh…


— ah, ya te ibas… ¿quizá otro día?


— ah, no importa, me quedare.


— bien.


— pero no sé cómo iniciar. No te conozco tan bien…


— pues puedes iniciar por cómo nos conocimos— sí, eso es lógico. Suspiro, entrando a la casa. Todo está igual a como recuerdo.


— ¿te han hablado de las máscaras?


— ¿estás? Señala una caja a un lado del sofá, casi oculta y que de no ser porque la señalo yo no la hubiera visto.


— si…


— no mucho.


— bueno, pues…— inicio contándole que toco el violín, el incidente que tuve y como me encontré con él en central park. Le cuento como usaba las máscaras para ocultarse y poder estar ahí haciendo las obras junto a los demás y casi me obligo a tocar para ellos.  Hablo mucho sobre ellos, sobre lo mucho que le gusta estar ahí con ellos— esta te la obsequie yo hace poco— tomo la máscara que le di cuando recién comenzamos a salir.


— ¿Ah, sí? Es bonita. Y vaya que no sabía que hacia todo eso.


— sí. Amas Shakespeare y te la pasabas recitándolo. También cantas opera y sabes italiano y francés.


— ah, eso sí me han dicho. Recuerdo las obras de Shakespeare más que a mi propia hermana o mi representante— se ríe, y yo sonrió, aunque es más por los recuerdos que por qué me sienta feliz.


— nunca me hablaste mucho de tu familia. Hace poco me entere que Roseline era tu hermana.   


— uh, lo siento.


— no tienes que disculparte. Yo tampoco pregunto mucho… no se dé que otra forma puedo ayudarte. Yo… me tengo que ir.


— bueno, podrías venir mañana.


—… claro— no creo que sea bueno decírselo aun, acaba de salir del hospital, aun podría recordarlo por sí mismo,  podre esperar ¿Cuánto? ¿Dos o tres días? Ya no me da miedo decírselo, solo me preocupa que él pueda arrepentirse. ¿Y si no logra recordar nunca esas partes de su vida? ¿Qué hare?  


No me permito entrar en desesperación, al  menos no hasta dentro de una semana.  He perdido casi todo, mi familia, mi casa, mis lujos, a Rhys… solo me queda la música. Uso mi tiempo para buscar un lugar donde vivir y los ensayos, por las tardes voy a ver a Rhys, siempre le encuentro solo, lo cual es en serio un gran alivio.  


— ¿Qué haces aquí?— genial, mi suerte termino.


— Vine a ver a Rhys, según hasta donde se aun puedo venir a verle a su casa— hago énfasis en las últimas palabras— no puedes impedir que venga— espero en serio que no lo haga.


— ¿Por qué sigues  viniendo? Creí que te cansarías de esto


— ¿cansarme? ¿Por qué?— él no me responde. Estoy cansado pero de él— ¿todo tiene que ser malo conmigo? ¿Acaso es tan complicado entender?


— tú no…


— ¿no le convengo? Maldición, estaba asustado. Eso no significa que no le quiera, así que me dejas pasar o encontrare la forma de entrar aunque no quieras. Suficiente tengo con que mis padres no me hablen, ya no tenga su apoyo económico y tenga que mudarme de casa por decirles que salgo con él.


— ah, Elián, eres tú…. Y Roseline— me giro a ver como Roseline se baja de su auto. Tolya solo se hace a un lado y por fin puedo pasar.  Que mal, estando con todos aquí me siento muy excluido. Me mantengo sentado en uno de los sofás mientras Roseline y Rhys hablan. Solo pongo la atención suficiente para saber que Rhys ha podido recordar sobre sus obras anteriores y algunos nombres de personas con las que actuó. 


— Elián ¿escuche que te vas a mudar?— escuchar mi nombre me hace bajar de mis pensamientos sobre qué hacer con el auto. Había pensado en venderlo y tener un poco más de dinero, pero ha sido algo que me dieron mis padres.


— eh, sí. Estoy buscando un departamento más económico— pero al parecer no hay muchos lugares económicos en esta zona de la ciudad.


— ¿Por qué?


— Solo… busco otro ambiente— murmuro con tan poca convicción que se me queda mirando extrañado.


— ah, me has dicho que tocas el violín, pero nunca te he escuchado— eso me duele. ¿Nunca? he tocado muchas veces con él ahí. Incluso las canciones que me dio. Abro la boca para preguntarle si quiere que toque, pero en lugar de eso, solo abro mí estuche y saco el violín. Me levanto y comienzo a tocar Here comes the sun.


Si esto fuera una novela, Rhys se levantaría de pronto diciendo que recuerda y todos reiríamos felices.  Al menos aun puedo tocar igual de bien que siempre.


— ah, ¡A mí me gustan los Beatles!— dice, en cuanto termino la canción. Ah, bueno, cerca. Es la única canción de los Beatles que aprendí, así que toco una de las que me dio, con la esperanza de que recuerde algo más— no se mucho de música, Elián, pero tocas increíble.     


— gracias.


— te gustaba mucho la música de Elián, Rhys.


— bueno, aun me gusta mucho. Entiendo porque me gustaba mucho— está hablando de la música, solo de la música. Luego de eso no hay mucha conversación, como al inicio. Cuando siento que de nuevo me estoy quedando demasiado fuera de la conversación me levanto— ¿ya te vas?


— sí. Yo… vendré después— es todo lo que puedo decir mientras guardo mis cosas apresuradamente y salgo sin esperar a que me digan algo más. No creo que quisieran decirme nada más.  Supongo que a Roseline no le importa mucho, o no sabe qué decir, pero es una presencia algo inútil. Ah, no tiene caso esperar nada de nadie, solo… debería decírselo y ya. Si Rhys no me recuerda y termina interesándose en alguien más… no puedo permitir eso. Mañana se lo diré, se lo tengo que decir.


— oh, Elián ¿Cómo está todo? Ishani me conto lo que paso— Joshua también está entrando al edificio.


— claro. Voy a mudarme, pero aún no sé a dónde.


— ¿es por lo de…?— solo asiento con la cabeza— sabes, ¿Por qué no vamos a dar un paseo? Necesito más fotografías de referencia ahora que está cambiando la estación.


— claro, solo dejare mis cosas.


— será una pena que te mudes. Me gusta tenerte de vecino— me comenta, cuando estamos sentados en central park. Las hojas de los árboles se están poniendo amarillas, lo que le está dando un montón de tonos nuevos.


— me gusta ese lugar, pero no puedo seguir quedándome ahí por ahora. Aunque obtenga un trabajo, tengo que pagar los gastos de la escuela. Es complicado encontrar algo bueno y barato.


— si quieres puedo ayudarte. Sé que es difícil encontrarse en tu situación. Mis padres también se molestaron mucho cuando entre a estudiar artes en lugar de medicina. Cambie la carrera cuando hice el examen— me dice, sonriendo— me dejaron de hablar por un tiempo. Las cosas mejoran con el tiempo.


— Eso espero— seguimos caminando. ¿Será cierto? bueno, las cosas no se quedaran así para siempre eso sí es seguro.  Suspiro mientras dejo que Joshua tome algunas fotografías.


— hey, ¿Por qué no te quedas conmigo?


— ¿Cómo?


— bueno, hay dos habitaciones en el departamento, puedes quedarte un tiempo en la que no uso.


— pero… no sé si podría pagar, y…


— no te preocupes por eso. ¿Qué dices?


— eso sería de gran ayuda. Muchas gracias.


— ¡Elián!— me dan un tirón en el brazo con brusquedad.


— ¿RHYS? ¿Qué estas…? ¡Habían dicho que no era seguro que salieras! Deberías estar en tu casa— Rhys parece un poco… alterado.  Serio, incluso parece molesto.


— quiero hablar contigo.


— Espera…— Joshua nos mira, si le sorprende esto no lo demuestra. Se encoje de hombros cuando ve que le miro.


— eh, no te preocupes, me adelantare. Nos vemos después— Joshua se levanta y se va.


— ¿estás bien? ¿Alguien sabe que estas aquí?


— no. ¿Quién era él?


— Joshua, vive en el mismo edificio que yo. ¿Qué haces aquí entonces?— si está perdido porque no recuerda como volver a casa…


— ya te lo dije, quería hablar contigo. Quería buscarte, pero no pude recordar exactamente dónde vives. Como habías mencionado que nos conocimos por aquí, esperaba que ver estos lugares me ayudara.


— ¿me estabas buscando? ¿Qué paso?


— Roseline me lo dijo. ¿Es verdad? ¿Por qué no me habías dicho que estábamos saliendo?—ah. Eso.


— no sabía cómo decírtelo. No recuerdas eso, así que no quería presionarte, Tolya no paraba de repetir que no necesitabas hacer muchos esfuerzos y los doctores dicen otra cosa, y ahora que hemos tenido más tiempo, no sabía cómo decirlo. Pensé que no me creerías, ni quería imponerte nada. Lamento no haberlo mencionado antes.


— hubiera sido bueno saberlo antes.


— lo siento. De verdad, esperaba que te lo dijeran antes que yo. Entiendo que estés molesto.


— no estoy… ah, no sé cómo sentirme. Aunque estaba atando cabos, es raro que siendo “solo amigos” estuvieras tan pendiente de mí. Es decir, muchas personas han ido a verme, pero ¿diario? 


— No pretendía ocultar eso— Rhys suspira.


— ¿Vas a vivir con  ese chico?— ¿a qué viene eso? al menos ya no parece tan alterado como al comienzo.


— quizá.


— ¿nos llevábamos bien?


—… sí. Eres el primer hombre con el que salgo, me costó mucho aceptar que sentía algo por ti, y me ha costado mucho más estar contigo y no ocultarnos.


— ya veo… ah… siento no recordarlo.


— no… eso… yo soy quien… yo… ibas a casa de mis padres ese día, porque decidí decirles sobre lo nuestro.  Lo iba a hacer solo ¡Pero tú me dijiste que irías!— la voz se me quiebra, pero no llego a llorar— si no te hubiera dicho ese día… tu no… no… ese accidente…


— ah… no, no creo que sea tu culpa. Si yo decidí ir, no es tu culpa. Era algo importante ¿no?— no me hace sentir mejor— bueno…  Elián ¿y si…?


— ¿sí?


— Podríamos intentar… besarnos— arqueo la ceja, eso sonó mucho como a Solange— no… es solo… se me ocurrió mientras venia hacia acá ¿y que si funciona? Me han dicho que al hacer las cosas que solía hacer antes era posible que mi memoria volviera más rápido—  no creo que este mintiéndome.  Le miro mientras sigue murmurando explicaciones.   Sí, porque no. aún está murmurando cosas cuando le giro el rostro y le beso. Ah, esto sería en extremo ridículo si él recuerda con esto, algo así como Blancanieves o la bella durmiente.


— ¿funciono?


—… no. lo siento, en verdad a había esperado que…— le pongo la mano en la boca para que no continúe.


— está bien. En serio, eres un tonto, siempre te quedas con las partes difíciles— sonrió— si no puedes recordar, y estas bien con que… sigamos, supongo que podemos continuar saliendo. Volver a conocernos— Rhys sonríe.


— eso me gustaría. ¿Sabes? creo que alguna parte de mí no olvido por completo,  porque no me resulto para nada desagradable, ni me sorprendió enterarme que salía contigo. Así que me gustaría mucho, en serio. Lamento mucho no poder recordar.


— Solo son recuerdos— murmuro— yo lamento no haberte dicho antes sobre nosotros. Soy… bastante inseguro. Me ayudaste mucho con eso— nos quedamos sentados en la banca, tomados de la mano mientras le hablo sobre cosas que no pude contarle antes.  


 


Es muy tarde... eso lo sé porque me pesan los ojos. ¿Qué estaba soñando? Tuve un sueño extraño, aun me parece escuchar los golpes… no, espera, están tocando. ¿Quién está aquí a las…? ¡La una de la mañana! Enciendo la luz, y me tambaleo hasta la entrada. ¿Qué está pasando? los golpes en la puerta me parecen desesperados.


— ¿Q-quién es?— me pego a la puerta. ¿Algún ladrón? ¿Alguien está herido? ¿Están buscando ayuda?


— Elián, abre…— Rhys. Abro la puerta de un tirón. Rhys está agitado, parece que corrió hasta aquí. Abro la boca para preguntar, pero él entra, me pega a su cuerpo y me besa.  El beso…. Es caliente, no encuentro otra palabra. Sus manos se aferran a mis mejillas, mi cabello.


— te recuerdo… te recuerdo…— murmura, moviendo sus labios contra los míos.  Recuerda, él… mi cuerpo tiembla, mis latidos se vuelven acelerados,  ridículos.  Ahora yo le beso.


— ¿Cómo?


— ¡No lo sé! Solo… vino de pronto. No todo, pero…— me besa otra vez. Siento como jala mi camisa, y alzo las manos. Dejamos un reguero de ropa mientras nos movemos a tropezones hasta mi habitación. Las sabanas ya están revueltas— Elián, Elián, Elián…— murmura entre cada beso. Besos en mi boca, mis mejillas, mi cuello… besos bajando por mi pecho, manos tocándome por todos lados.


Mi cuerpo tiembla, todo mi yo está temblando. Hay tanto que quiero preguntar, pero… no importa…


— Rhys…— gimo cuando sus dedos bajan por mi espalda hasta mi trasero. Esto va rápido, hay tanta necesidad, urgencia.  Siento la erección de Rhys rozar mi pierna. Yo mismo ya estoy tan duro que se está volviendo doloroso.  Rhys solo me besa, una y otra vez. No me importa mucho cuando de nuevo tengo que ser este abajo. Encuentro una posición más cómoda cuando le rodeo la cadera con las piernas. Más cómoda que la vez anterior.


— ¿puedo…?


— maldición, solo hazlo. Ahora— gimo. Me sujeto de su espalda cuando comienza a doler. Rhys comienza a tocarme, besarme… si quiere distraerme, funciona un poco. No piensos mucho en los sonidos que salen de mi boca, ni en si son muy altos o no.  Rhys se mueve contra mí, una vez y otra, más profundo, más y más... mi cuerpo sigue temblando.


—  Elián— su gemido es ronco, su voz… es tan… no puedo aguantarlo. El gemido de Rhys, mas ronco y largo… también termino.  Se deja caer sobre mí, me aplasta y me hace difícil respirar. Le toco, y me muevo un  poco. Él se mueve también, y por fin puedo respirar bien. Rhys aún está casi sobre mí, le abrazo. ¿Se ha dormido? está respirando, y siento su corazón latir.


— Oye…— acaricio su cabello, no se mueve. Ah, no importa. Hago caricias en su espalda y su cabello. Estoy cansado, feliz. No me importa que mañana quizá vaya a lamentar ser tan impulsivo, pero ¡Rhys me recordó! Estoy tan feliz, si me quedaran fuerzas lloraría de felicidad. Es la mejor cosa que me ha pasado desde que le conté a mis padres— te quiero, en serio te quiero— murmuro, los parpados me pesan, y ya no puedo mantenerlos abiertos.  Esto fue mejor que habernos abrazado y llorado, sin duda.


Mucho mejor.

Notas finales:

 

Ahora si espero que disfrutaran de estos dos capìtulos. A pesar del drama, ya ha sido ucho para Elían por ahora XD. Gracias por leer.


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