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Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Pues por aca todavia es 2017, así que no no podia despedir el año sin una ultima actualizacion y desearle a todos un feliz año nuevo.

 

*Noltes inégales: Notas desiguales; es decir, práctica de interpretación principalmente barroca consistente en aplicar ritmos largo-corto a los pares de notas escritas como iguales.

Ya es de noche, las luces de la ciudad indican que las personas siguen aquí, que la ciudad no muere. Camino entre las calles, dirigiéndome a mi casa.  Derecho y derecho.  Mi casa está a oscuras, como cada que regreso.


No tengo a nadie más viviendo aquí, no tengo mascotas, aunque últimamente he querido tener un perro, un afgano. ¿En qué momento le atendería? Ese pensamiento me deprime un poco. En serio me gustan los perros. Abro la puerta, sin cuidado ni nada, después de todo no hay nadie a quien moleste.


—  ¿Se puede saber porque te saltaste el ensayo?- o eso pensaba.


—  Tolya, ¿no deberías estar descansando?- sonrió, quitándome todo lo que llevo encima. Mi rubio amigo, y manager, no sonríe. 


—  el director tiene serias dudas sobre ti.


—  ¿Qué es lo que duda? ¿Qué no aprenda el libreto? Lo sé de memoria, podría decirte los diálogos de todos los personajes—  Tolya suspira.


—  eso mismo le dije, pero no puedes ir saltándote los ensayos de la obra. No eres el único que entra en escena y los demás te necesitan.


—  fui ayer…


—  hoy también tenias que ir.


—  pero hay alguien que me necesita.


—  siempre dices lo mismo, Rhys. Comienza a comportarte como el adulto que eres y hazte responsable por las cosas que aceptas—  pongo los ojos en blanco mientras paso a la cocina encendiendo las luces. La casa es muy grande, ni recuerdo porque la compre para empezar.


—  ¿y qué? La temporada no inicia hasta dentro de unos meses.  


— Llama al director y discúlpate—  me dice, cuando me giro, Tolya ya se ha levantado y me recuerdo porque me contrate a un manager como él. Camina hasta mí y me extiende un teléfono, el mío que deje aquí a propósito para que no me llamara.  Tolya jamás deja que haga lo que quiera.


Busco el número del director y le llamo.


No soy una estrella de cine.


—  ya esta—  le regreso el teléfono después de varias disculpas y escusas creíbles.


—  tienes entrevista mañana, a las ocho.  Comida con Roseline a las dos, en el mismo lugar de siempre.


—  ah, está bien.


—  por la tarde…


—  dime que tengo libre.


—  habrá una prueba de vestuarios. No puedes faltar—  ah, menos mal que no es tan tardado—  Rhys ¿me estas escuchando?


— sí. También pensaba en otras cosas—  desearía tener un tiempo de descanso, pero realmente no soy tan bueno con eso, me aburro y quiero volver al trabajo lo más pronto posible.


—  ¿ahora qué estás haciendo?


—  lo mismo de siempre, ¿Qué más? por cierto, ¿sabes cuándo tendré un tiempo libre?


—  ¿para qué quieres saberlo? De todos modos, te creas tu propio tiempo libre haya o no en la agenda—  me dice, usando un tono acusatorio, que con su voz suena bastante aterrador, de  no ser porque ya estoy acostumbrado a ello.


—  solo pregunto.


—  la temporada todavía no inicia, tienes ocupadas algunas tardes hasta el día del estreno, después sabes que tendrás casi todas las noches ocupadas.


—  ah, lo sé.


—  es una suerte que la mayoría de las personas con las que trabajas sepan cómo eres o nos meterías en un montón de problemas innecesarios con tu comportamiento. 


—  solo les importa que lo sepa, y que  haga un trabajo excelente. Siempre lo hago, no tienen de que preocuparse.


—  lo sé. ¿Tienes algo más que hacer ahora?


—…nada.


—  vendré mañana temprano para ir a la entrevista. Vístete decente y procura comer algo, puede alargarse más de lo esperado.


— Entendido—  Tolya me dirige una mirada antes de cerrar la agenda y caminar a la salida. Quizá sí debería conseguir un perro.  La vida que llevo es sencilla, a pesar de tener que ir a molestas entrevistas, asistir a números ensayos, cenas y eventos que según Tolya ayudaran a mi imagen. Yo no hago eso por lo que Tolya me dice, yo sería feliz solo si me dejaran hacer lo que más quiero.


Desde pequeño me han dicho que tengo memoria eidética, o fotográfica. ¿Qué eso en realidad? No siento que sea especial, olvido traer el mandado, me olvido de las citas que tengo, en unos días incluso olvido lo que he desayunado. Me olvido de cosas que no considero importantes.  Ah,  pero soy bastante bueno recordando y memorizando rostros. Si me llego interesar en alguien, puedo recordar con exactitud las ropas con las que nos hemos visto. Al final, prefiero decir que solo tengo buena memoria antes de iniciar un debate agotador.


 


Tolya llega a las siete en punto. ¡A las siete! Aun no me he levantado, pero ya escuche su voz en la sala. Como aborrezco el día que decidí darle una copia de mis llaves.


—  Rhys, levántate ahora mismo.


—  umm, pareces mi esposa. Y  ni siquiera estoy casado—  las sabanas desparecen como por arte de magia—  ya voy…


—  ¿no pusiste alarma?


—  ¿para qué?


—  Rhys, no es tiempo para jugar. Vístete, te espero en la cocina en diez minutos—  me siento en la cama, estirándome.


— Pero la cita es a las ocho—  el piso esta frio. Tolya ya ha salido. Siempre tan serio este hombre.


—  aún tenemos que ir al lugar del encuentro. Si veo que no podremos llegar, nos iremos sin que hayas desayunado—  me advierte.  Yo no me tardo demasiado en lo que me doy un baño y me visto.  Nunca sé que ponerme exactamente en las entrevistas,  porque no sé cuándo la van a pasar en televisión y cuando es solo para un periódico. 


—  oye, ¿será en vivo o solo retransmisión?


—  será para un periódico. Usa la roja—  me dice, pues entre a la cocina con dos corbatas en la mano, una roja y una blanca con líneas grises. Dejo la otra sobre una de las sillas.


—  ¿solo es eso por hoy? No hay ensayo ¿cierto?


—  el ensayo es hasta la siguiente semana. Martes y miércoles.  No hay nada este fin de semana, pero no te pongas a hacer tonterías, aun tienes que mantener una imagen más o menos respetable.


—  relájate, Tolya, no todo el mundo anda tras de mí. Ni que fuera estrella de Hollywood—  me rio de mis palabras, pero Tolya sigue serio—  vamos, al menos dime que es verdad.


—  mi trabajo es mantener un ojo sobre ti para asegurarte una mejor fortuna. Me pagas para eso, y me tomo muy en serio mi trabajo.


—  bien—  tomo un pan tostado y le unto mermelada—  ¿Qué entrevista será?


— sobre la nueva obra.


— No es nueva—  respondo después de tragarme el bocado—  pero si solo tengo que hablar de eso está bien.


— Evita los temas con cuidado, y no digas estupideces—  no respondo. Cada que hay una entrevista es lo mismo, inician bien y al final termina preguntado sobre mi vida privada ¿a quién le interesa la vida  privada de alguien como yo?


—  ¿Por qué les interesa saber si salgo con alguien? La última vez decían que tenía un romance con medio elenco femenino. Entiendo que últimamente mi nombre es más conocido, pero eso es innecesario.


—  a los medios les gusta hablar ¿Qué más da si dicen algo o no? mientras no sea cierto no tiene por qué afectarte.


—  ¿y que si quiero salir con alguien? Me perjudicaría—  Tolya no me dice nada, me ve mientras unto mermelada al tercer pan, y se levanta.


—  nos vamos ahora. Llegaremos justo a tiempo—  tomo el pan y me levanto. Entre más pronto terminemos esto será mejor.  Tolya conduce el auto, un auto color negro, amplio y con aire acondicionado, no es último modelo pero si es un modelo bastante nuevo. Tolya no me deja conducir, tiene demasiado bien su papel de manager.


—  ¿Quién me hará la entrevista? 


—  una reportera, no recuerdo su nombre ahora.


—  ah, bien. ¿Dónde será?


—  es un salón privado en una cafetería. No  habrá nadie más que nosotros ahí—  ah, igual eso no es ningún consuelo ni algo así. No es más que algo que tengo que hacer tarde o temprano. La cafetería es nueva para mí, así que sigo a Tolya por las mesas hasta el mostrador. Algunas personas le miran. Que graciosos—  Rhys, por aquí.


—  Voy—  nadie se levanta ni nada al vernos pasar. Buena señal. Es lo bueno de ser famoso en medios no tan conocidos. O que las personas que estén aquí no sean tan fanáticas de lo que hago. Me ha pasado al entrar a restaurantes algunas personas se levantan y me saludan, se toman fotografías y esas cosas.


No sé si la fama es para mí.


La mujer que hace la entrevista hoy es joven, bonita. Pelirroja, con ojos claros y un elegante traje, sonríe mucho y tiene una voz enérgica. La entrevista dura unas tres horas, no puedo medir el paso del tiempo porque no traje reloj y no hay uno aquí. Las preguntas son las mismas, ¿que pienso de la nueva obra? ¿Cómo ha sido trabajar con x o x persona? ¿Qué hay de la producción? Todo es fácil de responder.  Al final comienzan las preguntas más personales.         


—  ¿Qué hora es?- pregunto, cuando salimos por fin. Hay mucha más luz que cuando llegamos, y también más personas.   


—  las once y media. Tienes tiempo para volver y vestirte para la comida de las dos. ¿O  prefieres hacer algo más?


—  vayamos a la tienda de mascotas—  Tolya no me dice nada, pero cierra la puerta de auto y arranca. No tengo una tienda de mascotas en mente,  suelo ir a muchas. Nos detenemos delante de una.  No espero a que mi amigo baje, entro primero y me pongo a ver a las mascotas. Aves de lindos colores,  reptiles, perros y gatos.  


—  ¿Vas a comprar alguno?- alzo la vista de los hámster que estaba viendo.


—  no creo. No tengo mucho tiempo para hacerme cargo de una mascota—  además, mirando la cantidad de personas que entran, me doy cuenta que estos animales posiblemente tengan un buen hogar, y en la calle hay muchos que no como para pagar por uno de estos.


—  Es lo más sensato que te he escuchado en mucho tiempo—  Tolya sonríe.


—  aunque tú podrías ayudarme—  esta vez yo sonrió, y Tolya me mira, frunciendo el ceño—  vamos, es una broma. Tenemos que irnos ya ¿no?


—  Si no tienes nada más que hacer—  solo me dirijo a la salida, sin responder.  En casa solo tengo tiempo para vestirme con algo más informal y descansar un par de horas antes de que me vuelva a poner en marcha. El restaurant esta vez es elegante, exclusivo. Tolya se queda en el auto mientras entro, dando mi nombre al camarero. Le sigo entre las mesas hasta una para dos, que ya está ocupada.


En la mesa esta una mujer, solo puedo ver su cabello, largo, castaño y ondulado hasta media espalda, con un vestido rojo y ajustado.


—  Roseline—  saludo. Ella se gira, le tomo la mano, dándole un beso en ella—  ¿esperaste mucho?


—  un poco. Pero más bien llegue temprano—  hay una copa con vino en la mesa—  ¿Dónde dejaste a tu guardaespaldas?


—  No es mi guardaespaldas, es mi manager—  me siento en la otra silla, frente a ella. Roseline usa maquillaje, lo que hace su piel más clara de lo que es,  sus ojos son cafés siempre lleva delineadas las cejas en una fina línea. Unos labios gruesos y un lunar en la mejilla derecha, a un lado de la nariz.


—  como sea.


—  Se quedó en el auto, sabes que le gusta darme privacidad en asuntos personales—  me sonríe.  Roseline no es una mujer precisamente bonita cuando la vez normalmente. Más bien, solo es una mujer promedio, claro que con un buen maquillaje y un buen estilista hacen maravillas. Sé que su cabello no luce así siempre.


—  bueno. ¿Puede traerme la especialidad del día? Y un budín de chocolate de postre—  dice penas llega el mesero. Ella siempre es así,  nunca deja que alguien más opine antes que ella. Abro el menú, viendo cual es la especialidad y si quiero o no pedirlo.


—  Para mí el cordero—  respondo, cerrando el menú—  ¿y qué has estado haciendo?- pregunto cuándo nos quedamos solos otra vez.


—  lo mismo de siempre, estoy  trabajando en la línea de invierno, pero tengo una alta demanda de las prendas de primavera aun. No me pongo de acuerdo con los zapatos, son tan difíciles de combinar.


—  uh, claro—  ella sonríe ante mi tono. Roseline es diseñadora, sus prendas se venden bastante bien, mucho más desde que en noviembre pasado asistió a la semana de la moda en parís para presentar sus prendas—  ¿y tú? ¿Qué has hecho?


—  lo mismo también, entrevista, ensayos.


—  tú chico rubio me llamo ayer, parecía molesto porque no te encontraba, así que dime ¿en que estas metido ahora?- ahora yo soy quien sonríe, me apoyo en la mesa, suspirando.


—  conocí a alguien.


—  ah, ya sabía que había algo más en tu desaparición— sus ojos me miran, inquisitivos—  ¿me lo dirás o tendré que sacarte la verdad por las malas? 


—  no hay mucho que decir. Es alguien lindo, me atrae sin duda. Pero no nos conocemos lo suficiente aun.


—  ¿y qué esperas?


—  conocernos mejor. Es un alguien difícil—  le digo, y recuerdo a la persona que ha estado en mis pensamientos últimamente. Sonrió—  sin duda nos conoceremos. Algún día.


—  ¿no lo conoces?


—…no es así. No lo entenderías.


—  ¿ah, no?


—  no, mejor olvídalo. Pero tengo que pedirte que me lleves a tu almacén, quisiera hacer un regalo, y seguro encontrare algo ahí.


—  Por supuesto, lo que sea por ti—  la comida llega en ese momento. Tanto ella como yo, somos famosos en nuestros medios, yo más que ella, y es una ventaja que realmente no seamos conocidos de la misma manera que un actor de cine o alguien que aparece frecuentemente en la televisión.


—  gracias.


—  papá no estará contento con eso. Sabes lo que ha pensado siempre. Y  los demás… esperan grandes cosas de nosotros, Rhys.


— Lo sé—  a veces desearía no ser yo, ser otra persona y tener al menos un día normal. Siempre he tenido la presión familiar constante: que debería hacer, como debería vestir, con quien debería relacionarme. Al final fui completamente en contra de todo eso y me puse hacer lo que yo más quería.  ¿Y a quien le afecto? A nadie. Todos lo aceptaron, porque yo no iba a dar marcha atrás—  ¿y que con eso? nunca está contento. Y yo no vivo para complacer a todos.


—  relájate.


—  Eso hago siempre—  sonrió, tomando los cubiertos—  ¿Por qué no haces una línea de ropa para romper esquemas?


—  oh, es un buen tema. ¿No traes un lápiz de casualidad?


—  Tolya dice que no es necesario uno en un restaurant—  refunfuño—  además, si te pones a dibujar ahora la comida se enfriara—  ella hace una mueca, y se pone a comer.   Conversamos entre bocados, no poniéndonos al día, porque solemos comer o cenar unas dos o tres veces por semana.


—  ¿iras conmigo ahora mismo?


—  ammm… sí. Hay una prueba de vestuario en un rato más, así que puedo ir directo de tus almacenes—  ella asiente.


—  menos mal. Hoy quise venir en taxi, y será bueno que me lleven—  levanta la mano para pedir la cuenta. Cuando el camarero la trae, yo la tomo.


—  pago yo, también te llevare a cambio de lo que tomare de tus cosas—  ella suelta una risa, mientras rebusco en mi cartera la tarjeta de crédito.


— Me gusta la idea—  Tolya sigue en el auto, donde lo dejamos, a pocos metros del restaurant. Le abro la puerta a Roseline—  hola, Tolya.


—  un gusto verte, Roseline.


—  vamos a llevarla a su taller. Luego podemos irnos a la prueba de vestuario—  el camino es más lento, hay más tráfico y solo escucho a Roseline hablando del error de uno de sus empleados al llevar tela de un color que no era.  No entiendo mucho de colores, así que su conversación no tiene sentido.


El taller de Roseline es el primer y segundo piso de un edificio amplio y grande ubicado en plena avenida. Hay un gran letrero con su marca de ropa en el edificio. Tolya entra al estacionamiento.  Me gustan los talleres de Roseline, hay ropa y un desastre por todos lados, muchas personas yendo y viniendo por todos lados, apurados en su trabajo. El ruido de las máquinas de coser y otras máquinas más hacen un ruido de fondo agradable para mí. Roseline se mueve con gracia entre las mesas y las personas, que apenas la ven se avanzan sobre ella, llenándola de opiniones, quejas, sugerencias. Me quedo atrás, observando alrededor.


—  Rhys, estoy algo ocupada, puedes dar una vuelta por ahí.


—  Vale—  ya estoy caminando alejándome de ella.  No es difícil encontrar algo aquí si todo el lugar está repleto de cosas. La mayoría de las prendas son femeninas, y yo no busco algo para una mujer.  Paso de largo hasta la sección que creo tiene más prendas masculinas. Seré bueno memorizando cosas, pero no tanto como para saber cual talla seria la correcta. Las prendas están descartadas, al igual que los zapatos. No quiero arriesgarme a equivocar. Bueno, entonces será un accesorio.  Ah, ahí… Roseline tiene todo un lado de pared lleno de corbatas, ordenadas por colores.


—  ¿Qué haces aquí?- Roseline a parece a mi lado—  ¿no buscabas un regalo?


—  eso hago. ¿Puedo quedarme con esta?- me estiro para alcanzar una corbata amarillo oscuro, ¿o es dorado? Soy terrible con los colores.    


—  claro. ¿Estás seguro que quieres eso?


—  si… pero un poco más corta—  ella se adelanta, pegando su cuerpo al mueble donde están y se estira para alcanzar una del mismo color.


—  ¿en que estas metido ahora?- le sonrió, tomando la corbata y regresándole la primera que había tomado.


—  nada. ¿Qué es esto?- me acerco a un escritorio, donde no hay ropas, si no metales y herramientas nada propias de este lugar. Al menos para mí.


—  estoy trabajando en una colección de joyería de fantasía.


— ¿Esto es crisoberilo?- pregunto tomando un anillo pesado, plateado y grueso con una piedra amarilla en el centro.


— Si—  hace una mueca—  iba a ser para mi amante… si no me hubiera dejado antes.  Me sorprende que conozcas que es.  


—  leí un libro sobre piedras. Si ya no te sirve ¿Puedo quedármelo?


—  no fue tan fácil de conseguir. Pagaras la próxima comida también.


—  claro. Te mandare entradas también.


—  Tolya siempre me manda de todos modos.


— hablando de él, debe estar por venir por mí. Nos vemos luego, rose—  le doy un beso en la mejilla.


Tolya esta efectivamente desesperado ya. Nos dirigimos a prisa hasta el lugar donde será la prueba de vestuario. No nos toma mucho tiempo, pues las medidas y todo están correctas, solo son los últimos ajustes para la ropa. Luego de eso nos dirigimos a casa. Entro directo a mi habitación. Necesito otras ropas.


—  mañana tienes que ir a una comida con el productor… ¿Rhys?


—  Ya escuche—  respondo, pasando la camisa por mi cabeza.


—  bien. A las tres en punto. Pasare por ti hasta entonces. ¿Necesitas algo más?


— Sí, necesito que me hagas un favor— silencio— la siguiente semana habrá una presentación, averigua donde será y consigue una invitación.          


 —  ¿y cómo cual de todas será?


—  Elián Chaudret. Busca en donde y cuando dará presentación. Posiblemente sea una fiesta  privada.


—  entiendo. Lo hare, hasta mañana entonces—  Tolya se aleja, y yo me quedo mirándome en el espejo.  Despeino mis cabellos, que se vuelven una melena ondulada con tonos cobrizos. Mi rostro, que no me permite hacer lo que quiera, tiene un tono que no llega a ser claro ni moreno, y unos ojos que son entre verde y marrón.  Ese es el rostro de Rhys, el famoso actor de teatro, el que va a entrevistas y comidas con gente importante. El que es conocido ya  la vez no, que tiene admiradores, y que no puede salir libremente a la calle.


La parte que más me gusta de ser Rhys, es cuando ya no soy él.  Mi rostro queda bajo una sonrisa falsa, una máscara sonriente. Es hora de ser otra persona. 

Notas finales:

No podia dejarles con el misterio mas tiempo XD, ahora ya saben quien es Solange, y porque usa una mascara :P Aunque es mas por su mismo deseo de hacer drama que porque la necesite XD

Nos leemos pronto.

 


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