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Joey´s Pizza por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Uno más aquí para ustedes.

Las cosas en el fic han ido un poco lentas, pero todo es parte del desarrollo de la historia. No me gusta acelerar las cosas pues cada situación conlleva sus detalles.

Y eso es lo que hace que sea entretenida.

 

Espero que la disfruten.

Qué era lo que estaba sucediendo ahí? El ambiente estaba demasiado tenso. El cerebro genio del CEO trabajaba a mil por hora para idear una estrategia en unos segundos y poder sortear la situación. Todo eso antes de que regresara el rubio a su propia pizzería.


La buena noticia para los Kaiba, era que aunque no lo supieran, no estaban solos en esto.


-Señor Watanabe, este es el señor Kaiba. Él es la razón de que Joey lo citara aquí hoy. Tiene un asunto de qué hablar con usted y con Joey, nada más que mi amigo tuvo que salir a hacer una entrega a domicilio. Si gusta, puede sentarse con el señor Kaiba y en un momento llegará Joey a unírseles- la amable sonrisa de Yugi aligeró esa tensión que había en el ambiente.


El dueño del lugar accedió y fue a tomar asiento frente al castaño.


-Mucho gusto señor Kaiba, he oído mucho de usted- El mayor le extendió la mano y el CEO la estrechó firmemente.


-El gusto es mío. Quisiera atender un asunto importante, si me permite comenzar antes de que Joey regrese se lo agradeceré- A pesar de tener fama de malhumorado, el mayor de los Kaibas sabía cuando ser amable y convencer al otro.


-Esto me sorprende mucho la verdad. Pero adelante, de qué quiere hablar conmigo- El CEO sintió que ganó terreno y empezó a hablar con su característica confianza.


-Antes de empezar con esto de lo que quiero hablar, necesito que me haga un favor- El hombre lo vio desconfiado.


-A ver, digame-


-Hace rato que entró a este lugar, se dio cuenta que mi hermano Mokuba estaba vestido como ayudante de cocina. Y es que, efectivamente, es el ayudante de cocina de Joey aquí. Tiene un tiempo trabajando para él- El hombre mayor lo miró sorprendido.


-Vaya, no tenía ni idea de que su hermano estuviera empleado aquí, señor Kaiba- El hombre parecía honesto, según Seto.


-Esa es la cosa. Joey tampoco lo sabe- Ahora sí que lo miro extrañado.


-Cómo?- Seto lo miro serio, dándole a entender de la importancia del tema.


-Joey no sabe quien es Mokuba en realidad. No sabe que es un Kaiba- Watanabe sí que se sorprendió por eso.


-En serio?- Es que para todos era demasiado raro que hubiera alguien que no supiera quienes eran ellos 2.


-Sí. Es más, no sabe quien soy yo, con eso le digo todo- El hombre lo miró escéptico.


-Y ahí radica el favor que le quiero pedir. Mi hermano se siente muy contento de tener un lugar donde pueda ser él mismo sin el peso que conlleva su apellido, y no ser tratado distinto por ello. Y yo requiero que mi hermano siga teniendo este empleo. Ha pasado por situaciones personales complicadas y esto le está empezando a dar estabilidad. Por eso quiero pedirle que ahorita que regrese Joey, haga de cuenta que yo no soy Kaiba- Pasaron unos segundos en lo que el hombre procesaba la información que Seto le había proporcionado.


-Déjeme ver si entendí. Quiere usted que pretenda que usted y su hermano no son los hermanos Kaiba?- Seto trataba de no desesperarse. Y con todas sus fuerzas.


-Así es. Tan solo somos Seto y Mokuba. No queremos que él sepa quienes somos- El mayor aún lo veía con desconfianza.


-Puedo preguntar por qué tanto misterio?- El castaño hacía un esfuerzo por no caer en la desesperación absoluta.


-Mi hermano quiere seguir laborando aquí, y piensa que si Joey sabe quién es él en realidad, cambiara su trato hacia él- El señor Watanabe se le quedó viendo.


-Bueno, si su hermano piensa eso, quiere decir que no conoce bien a Joey- Ese comentario descolocó a Seto.


-De seguro tiene razón. Mokuba no tiene mucho tiempo trabajando aquí. Pero por primera vez en la vida se puede desenvolver en un ambiente donde no es Kaiba, tan solo es Mokuba. Y eso le agrada y lo hace sentir bien- Watanabe suspiró.


-Entiendo lo de su hermano y puedo respetar sus deseos. Pero y usted por qué?-


-Bueno, para empezar por que Joey sabe que somos hermanos y al saber quien soy yo, sabrá quien es Mokuba. Y en segundo lugar está el asunto por el que lo he citado hoy aquí. Como Mokuba se ha sentido tan bien trabajando aquí, y le ha visto un grandísimo potencial al lugar y a las pizzas de Joey, me ha convencido de invertir en esta pizzería para que crezca y sea un buen negocio. Después de mucho pensar y de incluso hablar con el mismo Joey, decidí aceptar, y uno de los primeros pasos para el éxito de este lugar es saldar la deuda que Joey tiene con usted- Entonces el señor Watanabe entendió todo.


-Y no cree que al saldar una deuda como esta con la facilidad que usted lo está haciendo, le de alguna pista de quién es en realidad?- Kaiba lo meditó durante un aproximado de 2 segundos, para luego responder.


-Mokuba le ha dicho que soy empresario y que tengo las facilidades para ello. Yo ya hablé con Joey y no hubo ningún cuestionamiento al respecto. Supongo que por el momento está bien- Fue el turno del mayor para meditar unos segundos lo que el empresario le estaba planteando.


-Lo que usted me esta queriendo decir es que quiere terminar de pagar lo que Joey me debe, para después invertir en este lugar e intentar hacer un buen negocio con esto, cierto? A la par de que le interesa que él no sepa que ustedes son los hermanos Kaiba- El CEO se recargó en su asiento, ya más relajado.


-Así es. Esto es algo muy importante para mi hermano, y pues de seguro también para Joey- Seto se dio cuenta de que el hombre mayor lo escuchó, y en verdad estaba pensando en lo que le había dicho. Pero no se decidía a darle un sí.


-Otra pregunta, si me lo permite-


-Adelante- Asintió el castaño.


-Usted que es lo que gana con esto? Invirtiendo en Joey y su concepto de pizzería- El Kaiba pensó muy bien sus próximas palabras, pues sabían que eran decisivas para la respuesta.


-La estabilidad emocional de mi hermano, así como su crecimiento y maduración de una manera estable y equilibrada. Mokuba ha tenido muchos problemas en los últimos tiempos, y lo que lo ha ayudado a salir adelante es este empleo- Watanabe asintió, pensando en silencio.


-Pues sí que me sorprendió entrar y ver al famoso Mokuba Kaiba como ayudante de cocina de Joey Wheeler- EL empresario le sonrió.


-Han sido meses muy duros para Mokuba. Lo mandé a conseguir un empleo esperando que madurara un poco, y el crecimiento que ha tenido aquí al lado de Joey para mí es invaluable. Por eso estoy tan interesado en darle fuerza a este proyecto. Porque para mí no es invetir en un negocio, o ganar más dinero. Es la salud de mi hermano, a varios niveles, lo que está en juego- Watanabe entendió todo. Y le hubiera dicho que estaba de acuerdo en su proposición si no hubieran sido interrumpidos por un exaltado y sudoroso rubio que justo entraba casi sin aliento.


-Lo sabía, llegué tarde- Esa línea era para si mismo, pero hablo en voz alta sin pensarlo.


-Hola muchacho! Vaya, parece que corriste un maratón- El mayor de todos saludó muy contento alrubio, quien le regresó una sonrisa sincera.


-Pues casi. Fui a una entrega, y aunque no estaba lejos, me entretuvieron un poco para recibirme las pizzas. No tienen un sistema muy eficiente- Ese último comentario fue anotado mentalmente por el CEO. Ya arreglaría las cosas en la corporación para agilizar ese tipo de situaciones.


-En fin. Ve a cambiarte que te estamos esperando- El rubio asintió y desapareció tras la cortina que separaba el mostrador y la cocina.


Unos momentos después apareció Yugi con una jarra de agua fresca y unos vasos. Los dejó en la mesa y regresó a la cocina, cruzándose con el rubio quien alcanzaba a los otros dos en la mesa.


-Y bien, llegué muy tarde? De qué me perdí?- La verdad era que Joey estaba nervioso. Veía al señor Watanabe como una figura paternal, y su opinión le importaba mucho.


-Pues aquí el señor Seto me explicó que tiene intenciones de invertir en tu pequeña pizzería para colocarla en el mercado y ayudarte a crecer. Cosa que me parece muy bien, alguien se está dando cuenta de el potencial que tienes, muchacho- El rubio se sonrojó y agradeció el cumplido.


-En verdad este lugar tiene mucho potencial. Pero para que esto funcione y crezca, necesitamos hacer cambios. Y muchos. Y el primero de ellos es hacer de Joey el dueño del lugar para no tener problemas en hacer más cambios- Se notaba que el castaño sabía de lo que hablaba.


-Suena bien. Tú que opinas, Joey? Estás dispuesto a cambiar ciertas cosas para poder crecer?- El mayor cuestionó al rubio, y Seto pudo notar que había algo más detrás de esa pregunta. Un doble sentido que él no alcanzaba a comprender.


-Bueno, hay hábitos que son difíciles de dejar. Pero si es para hacer crecer esto, que es mi sueño, entonces estoy dispuesto a intentarlo- La voz del rubio estaba cargada de seguridad.


-Pues, entonce estoy dispuesto a firmarles los papeles a la brevedad posible, y ponerme de acuerdo con el señor Seto acerca de los pagos. Si es necesario, no tendría problemas en que fueran varios pagos- El empresario se dio cuenta de que ese comentario lo hacía para que Joey no sospechara nada. Internamente le agradeció el gesto.


-Gracias señor Watanabe. Como le dije, en este momento cuento con el capital para pagarle en una sola tanda, y ayudar a Joey con esto. Solo quiero pedirle un favor- Tanto Watanabe como Joey voltearon expectantes de lo que pediría el CEO.


-Dígame- La complicidad que había entre el castaño y el hombre mayor pasó desapercibida por el rubio.


-Manténgase cerca de Joey. Me doy cuenta de que su consejo le servirá y veo que usted es importante para él- El hombre viejo sonrió y volteó a ver a Joey.


-Eso no tiene que pedírmelo. Hace muchos años que me prometí a mi mismo cuidar de este valioso muchacho. Si no viera buenas intenciones en usted, no aceptaría su trato- Eso fue algo como un comentario-amenaza-solo para que sepas, que dejó salir el viejo para que Seto lo tuviera siempre presente.


Por su lado, Joey estaba feliz.


-Genial! Entonces, yo le agradezco mucho señor Watanabe, por haber venido hoy, y por aceptar este trato- El mayor le regresó la sonrisa.


-No tienes que agradecer muchacho, lo que digo es cierto. Sabes que cuentas conmigo- Los tres personajes se pusieron de pie y poco a poco caminaron hasta la puerta. El rubio y el mayor se dieron un fraternal abrazo, y a continuación este último volteó para con el CEO.


-Mucho gusto señor Seto. Un placer hacer negocios con usted- El castaño le estrechó la mano que le ofrecía firme.


-En unos días mi abogado lo contactará para cerrar el trato y llevarle el cheque con el dinero necesario. Le agradezco mucho- Se lanzaron otra sonrisa complice, y el mayor se retiró del lugar, despidiéndose a distancia del pequeño Yugi, que por cierto charlaba en la entrada con Yami.


Una vez que se fue, Joey volteó con el castaño.


-Tardé mucho en regresar?- Seto solo alzó los hombros.


-No tiene importancia en realidad. La situación esta resuelta y el trato está hecho. No pierdas energía pensando en lo que fue o no fue- Joey pensó unos momentos en lo dicho por el castaño y tan solo sonrió.


Mokuba salió de la cocina, un poco asustado pues no sabía que era lo que había pasado. Y no estaba seguro si Joey ya sabía quien era o no.


-Ya se fue el señor Watanabe?- preguntó cauteloso.


-Sip- fue la simple y sencilla respuesta del rubio, y solo entonces el Kaiba menor pudo respirar tranquilo. Si Joey no le había dicho nada, quería decir que no sabía nada.


Acto seguido, Yugi entró seguido por un sonriente Yami. Volteó a ver a Seto cuestionándolo en silencio.


-Y tú eres?- Joey observaba a Yami desde su asiento, algo sorprendido internamente del parecido con su amigo.


-Soy Yami Atemu. Soy amigo del señor Seto- el rubio amablemente le sonrió.


-Mucho gusto Yami. Puedes sentarte si gustas- el tricolor le sonrió de vuelta.


-Gracias, más bien venía a preguntarle si ya nos ibamos- volteó a ver a su jefe.


-Antes de irnos, me gustaría ver la cocina- volteó el castaño a ver al rubio, esperando una respuesta.


-Claro, por que no?- se puso agil de pie y los guió.


Y una vez más, Seto Kaiba fue sorprendido por el simplismo del pizzero.


La cocina era muy pequeña. Era una cocina integral de madera,en la que había dos alacenas en la pared y dos barras y una estufa grande. Una mesa cuadrada, y utensiliosde cocina por aquí y por allá. Y a un lado de él estaba un refrigerador grande. Kaiba examinó en silencio todo lo que veía. Al fondo detectó un pequeño baño también.


-Y el horno?- cuestionó al experto en pizzas.


-Estoy usando el de la estufa- Seto se sorprendió por dentro.


-Se pueden hacer pizzas en un horno normal?-


-Claro que sí. El chiste de hacer pizzas es saber hacerlas, puede ser el horno que sea. No tengo otro, y este espacio no nos da para más, por lo que estoy usando la estufa. Funciona de maravilla, aunque- se quedó en silencio, como pensando en algo.


-Aunque?- lo instó a continuar el ojiazul.


-Pues todo va bien mientras no nos hagan encargos muy grandes, sino es cuando nos vemos un poco en aprietos. A la estufa le caben 2 pizzas grandes por vez. Si me piden más, en lo que se hacen las otras, pierden algo de calor las primeras-


-Como paso hoy, supongo- El rubio se veía un poco apenado.


-Así es. Por eso cuando llegaste estaba algo apurado- Seto solo asintió y siguió observando la cocina. Anotó mentalmente un par de cosas y fue suficiente.


-Bien. En la próxima semana traeré a alguien para que nos diga como podemos mejorar esto. Es verdad que el espacio es reducido, me imagino que Mokuba y tú apenas caben cuando trabajan como hoy. Y si queremos lograr más clientela, necesitamos acondicionar el lugar de manera adecuada- Joey asintió.


-Bien. Tan solo avísame con Mokuba cuando vienes- El CEO se dio la vuelta y salió de la cocina, y se detuvo viendo extrañado a un Yugi parado en la entrada, una vez más platicando con Yami, pero esta vez sosteniendo una bicicleta.


-Oh Yugi, muchas gracias. La olvidé por completo- El rubio tomó la bicicleta y la metió en la cocina.


-Sabes que no debes dejarla afuera, qupe harías si alguien se la lleva?- La voz de Yugi era alta y se escuchaba hasta adentro.


-Esperemos entonces que eso no suceda- dijo el rubio mientras salía de la cocina.


-Pues si, pero no seas tan irresponsable. Cómo podrías entregar a domicilio si no tienes bicicleta?- Yugi reprendió a su amigo, pues no había nadie más que lo hiciera.


Joey tan solo sonreía sin decir nada.


-Repartes las pizzas en bicicleta?- Joey volteó a ver al empresario y asintió un poco apenado.


-Aunque logré sacar mi licencia para motociclista, ya no me alcanzó para comprar una- El castaño estaba cada vez más sorprendido. Pero no lo mostraba de ninguna manera, por lo que nadie se dio cuenta.


-Solucionaremos eso también, no te preocupes- era evidente que Joey estaba apenado.


-No crees que es demasiado?- Eso venía más de esa pena que de pensarlo en realidad.


-Si quieres tener una pizzería exitosa, debes entender que repartir en bici limita mucho tu rango de entrega y alenta todo. No podrás surtir a tantos clientes, y por lo tanto perderás dinero cada vez que entregues con bici, en lugar de ganarlo- el rubio supo que el ojiazul tenía razón.


La razón de negarse era por pena. Sentía que el castaño le estaba dando mucho y no estaba seguro de poder retribuirle todo.


-Bien. Adiós Mokuba, te veré más tarde- el pelinegro levantó la mano para despedirse de su hermano a la distancia, pues estaba algo ocupado.


El Ceo caminó hacia la salida y justo antes de atravesar la puerta, volteó a ver al rubio.


-Nos vemos después Joey- El rubio levantó su mano y se despidió silencioso. Por un momento, sus miradas se cruzaron y hubo un algo en el ambiente. El serio empresario dio la vuelta y se dirigió a su auto, seguido de su fiel guardaespaldas.


Cuando entraron al vehículo, Seto volteó a ver a Atemu. Mentalmente se felicitó por haberlo contratado.


-Has resultado ser sumamente eficiente. Lograste una solución que ni Moki ni yo pudimos encontrar. Definitivamente tines un aumento- Atemu se sorprendió por las palabras de su jefe.


-Se lo agradezco señor. No lo hice buscando eso, pero de cualquier manera estoy agradecido- dijo mientras arrancaba el auto.


-Lo sé. Es precisamente por eso que lo tienes- Y no se dijo más. El camino fue silencioso y tranquilo. Por su parte, el tricolor estaba agradecido más por el cumplido de parte de su jefe que por el aumento que se había ganado. Aunque no estaba mal, ya empezaba a hacer planes con ese ingreso extra.


La vida de todos estaba cambiando, y el guardaespaldas no se quedaba fuera de ello.


 


Y o mejor de todo, es que estaba feliz. 

Notas finales:

Bonito día!

Hermosa noche!


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