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Joey´s Pizza por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Aquí seguimos avanzando con mucho ánimo y energía, procurando que sea algo agradable para todo el que decida leer.

 

Les deseo lo mejor a todos.

 

Amor para todos!

 


Un preocupado Seto Kaiba bajó con agilidad de su auto, encontrándose con su guardaespaldas también recién llegado.


-Señor Kaiba- era su manera de saludar a su jefe.


-Atemu- le contestó el saludo, sin embargo no lo volteó a ver. Estaba ocupado volteando a todos lados tratando de ubicar a Mokuba.


-De dónde le llamó Mokuba?- cuestionó el tricolor al ver el nerviosismo de su jefe.


-No tengo idea, tan solo me mando la ubicación que te envié. Y no lo veo por ningún lado- el tricolor volvió a checar en su teléfono, y corroboró que estaban en el lugar exacto.


La pregunta era, dónde estaba Mokuba?


-Kaiba- ambos voltearon y vieron a un chico que parecía un poco mayor que Mokuba, con el pelo verde y el semblante maduro.


Seto no dijo nada, se limitó a verlo y esperar a que el otro hablara, pues en ese momento tenía cosas mucho más importantes que cualquier cosa que le pudiera decir aquel chico.


-Si me permiten, Mokuba está conmigo- bueno, eso sí que captó la atención de Kaiba. Y tuvo que hacer acopio de todo su autocontrol para no empezar a gritarle al peliverde en ese momento.


A fin de cuentas no estaba seguro qué estaba sucediendo.


-Siganme por favor- el guardaespaldas y su jefe se voltearon a ver, y ambos asintieron. A fin de cuentas, Seto se sentía seguro con Yami cuidándole la espalda. Temía por su hermano, así que estaba muy alerta.


El extraño dio media vuelta y se dirigió dentro de una panadería. Los otros dos lo siguieron. Pasaron al lado del mostrador y por una puerta exclusiva para personal. Siguieron atravesando el lugar y llegaron a una habitación con un escritorio y varios sillones.


-Tomen asiento por favor- el chico estaba serio, pero era amable. Y Kaiba, no muy contento por la situación, se sentó. Yami se quedó de pie junto a la puerta, alerta y atento.


El peliverde se sentó en un sillón frente a Seto, no en el gran escritorio.


-Dónde esta mi hermano?- la preocupación del CEO era intensa, y contrario a lo que quería la mostró.


-Primero que nada, mi nombre es Noah. Mokuba esta bien. Está en mi departamento y se encuentra domido- Kaiba pensó mil cosas en 2 segundos.


-Y qué hace mi hermano dormido en tu departamento?- la voz del CEO era fría y cortante. Y es que cuando se trataba de su hermano no se podía contener.


-Estuvo al borde de un colapso nervioso, y quedó exhausto y tan solo se durmió, no por voluntad propia- demasiada información.


-Cómo fue que sucedió eso?- intervino el tricolor. Conocía a su jefe y sabía de lo que era capaz.


-Pues...- no pudo continuar porque fue interrumpido.


-Quiero verlo. No importa que esté dormido, me lo llevaré- el impaciente castaño se puso de pie y fulminó a Noah con su mirada.


-Y yo te llevaré con él. Tan solo te pido que me escuches primero, por el bien de Mokuba- el CEO bufó. Caminó un poco como desesperado en la pequeña habitación, y volteó a ver a Yami. Él asintió de manera suave, y solo entonces el CEO se sentó de nuevo.


-Di lo que quieras decirme- Noah vio que el ojiazul estaba dispuesto a escucharlo.


-Es importante que sepas la razón por la que tu hermano está aquí, por que no creo que Mokuba quiera decírtelo- una vez más, muchas realidades posibles pasaron por la mente del castaño. Fue él mismo quien las detuvo para escuchar al chico ese.


-Por qué no habría de decirmelo?- las cosas no sonaban bien.


-Por que es Mokuba y se preocupa por ti. Así que te diré lo que pasó. Pero antes de que te alteres, tienes que saber que está bien- esto cada vez le daba peor espina al ojiazul.


-Al grano- Noah suspiró profundo.


-Mokuba fue atacado en la calle- eso fue como un balde de agua fría para el CEO.


-Cómo?- aunque esperaba no haber escuchado bien, sabía que lo había hecho.


-Un tipo de cabello negro y un poco más alto que él lo interceptó en la calle y lo agredió. No sé cuál era su intención, pero no pudo llegar hasta el final- Noah notó que el castaño cerró sus puños con furia.


-Quién fue?-


-Solo se que era un tipo muy borracho. Él y Mokuba sostenían un conversación a gritos cuando los escuché y me acerqué sin que me vieran. Entonces vi al tipo agrediéndolo y me lancé sobre él- Noah decidió no decir que Mokuba conocia al otro muchacho, porque temía de la reacción de Kaiba. Sus ojos estaban fúricos y sus nudillos blancos.


-Después de eso lo traje para mi departemanto a que se tranquilizara, y cuando estaba un poco mejor te llamó. No quiso hablarte desde el principio para no preocuparte. Pero después de que hablaron se puso mal. Estaba asustado, y luego de una pequeña crisis se quedó dormido- Seto estaba procesando toda la información. No tenía idea de quien había atacado a su preciado hermanito, pero lo haría pagar.


-Fue entonces que decidí venir a decirte lo que había pasado. No estoy seguro de que Mokuba se abra a platicarte lo que paso. Primero por miedo y luego por pena. Lo que sí se, y lo veo muy claro por mi preparación como terapeuta, es que le afectó eso que vivió. Más de lo que él mismo piensa- Kaiba cerró los ojos y Noah guardó silencio.


Era consciente de lo difícil que era para el CEO escuchar lo sucedido, pero tenía que saber la verdad. Si no, no podría proteger a Mokuba.


Después de unas respiraciones profundas, el castaño ya no se veía tan fúrico, aunque Noah estaba seguro de que por dentro estaba ardiendo.


-Primero que nada quiero agradecerte por salvar a mi hermano. Y quiero que sepas que, aunque es evidente para mí que no es tu intención, si necesitas algo en algún momento, cuenta con ello- Noah nomás lo observó en silencio. No protestó ni agradeció.


-Me gustaría ir con él- la voz del CEO era más serena.


-Por supuesto. Ya con este antecedente, vamos a que lo veas- Noah se puso de pie, pero antes de salir del cuarto fue al escritorio, tomó algo y le escribió algo encima, y volvió para con el CEO.


-Toma por favor. Este es mi dato, y ese que puse ahí es mi número personal. Yo creo que lo mejor es que Mokuba tomara un poco de terapia porque sí lo vi muy afectado. Si decides algo así, cuenta conmigo. O si ves que necesita hablar con alguien, o hasta tú, no dudes en llamarme- Seto recibió la tarjeta y la guardó en su pantalón.


Acto seguido siguió al peliverde hasta fuera de la panadería y por un pasillo a un lado. Yami iba detrás de ellos.


Antes de abrir, volteó.


-Por favor esperen un momento. Dejenme decirle que están aquí. Será de una manera más suave para él- los otros dos asintieron. Noah abrió la puerta y al entrar la dejó así.


Se acercó a la sala y notó que Mokuba estaba despertando. Entonces se paró junto a él y dobló sus rodillas para bajarse a su altura.


-Hola Mokuba. Cómo te sientes?- la voz del peliverde era diferente, mucho más suave y tierna. Casi cariñosa.


Y eso no pasó desapercibido por los intrusos en la puerta.


-Tengo hambre- eso era común en el pelinegro. Noah rió suavecito.


-Siéntate- trató de no sonar osco ni mandón.


Mokuba se sentó y estiró. Luego talló sus ojos.


-Tu hermano está aquí. Vino a buscarte- a Mokuba le tomó unos segundos procesar esa información.


-Aquí? Dónde?- volteó a todos lados pero no vio nada.


-Pasa- dijo Noah, y el castaño y su guardaespaldas atravesaron la puerta.


-Hola Moki, cómo estás?- el ojiazul se sentó a su lado y le revolvió los cabellos. Su mirada era cariñosa y su voz suave. Tenía muy presente todo lo que le había dicho Noah. Debía ser tierno y cariñoso con su hermano, después se haría cargo del resto.


-Cansado, pero bien. Gracias por venir hermano- Mokuba se le recargó y Seto lo rodeó con sus brazos de manera protectora, queriendole transmitir que estaba seguro y que él lo protegería.


Un par de minutos después Mokuba se enderezó y Seto se puso de pie. Noah y Yami tan solo observaban en silencio.


-Es hora de irnos- el castaño y el peliverde cruzaron miradas, y Noah asintió.


-Los acompaño- el pelinegro se puso de pie y se acercaron a la puerta. Salió Yami seguido de Kaiba, y justo cuando Mokuba iba a salir detrás de ellos, Noah lo detuvo tomándolo del brazo.


-Mokuba, quiero que sepas que en el momento que sea, a la hora que quieras, sea lo que sea, puedes venir a buscarme o me puedes hablar por teléfono. Cuenta conmigo como un amigo que siempre estará para ti- los ojos de Mokuba se llenaron de lágrimas. Un conmovido Mokuba le sonrió de una manera sincera.


-Te lo agradezco en verdad- Noah le sonrió de vuelta y le entregó una tarjeta igual a la que le dio a Seto.


-Son mis números. No dudes en hablar si lo necesitas- Mokuba asintió y ambos caminaron para alcanzar a Seto.


Ya afuera estaba un impaciente castaño y su custodio.


-Te agradezco de nuevo. Y reitero lo que te dije hace rato- Noah solo asintió.


Mientras Kaiba se subía al auto, Mokuba se acercó a él.


-Te agradezco todo Noah- ambos se sonrieron de una manera discreta.


-No tienes nada qué agradecer. Me alegra que estes bien. Y en verdad no lo olvides, cuentas conmigo- Noah le tomó un hombro mientras le decía eso, y Mokuba hizo caso a sus impulsos y lo abrazo.


Fue un abrazo cargado de agradecimiento. Muy sincero y muy entregado.


Y por supuesto que Noah lo correspondió.


Después de unos segundos, se separaron y Mokuba se metió al carro con su hermano. Noah los despidió con la mano, y observó como el de cabello tricolor se iba acompañándolos en su motocicleta.


 


En el carro, los hermanos Kaiba iban en silencio. Era un tanto incómodo, pues Mokuba no decía nada y Seto, a pesar de que quería cuestionarle mil cosas, sabía que por el propio bien de su hermanito debía darle espacio.


-Todo bien Moki?- la voz del CEO era lo más serena que podía.


-Hem, sí- fue la cortante respuesta del menor.


-Qué fue lo que pasó?- y es que, aunque trataba de hacer un esfuerzo, él siempre sería Seto Kaiba, y era un hombre que iba directo al grano.


-Pues, la verdad es... que no quiero hablar de ello- el pelinegro volteó su mirada a la ventana. No quería enfrentar a su hermano. Se negaba a aceptar que Duke lo hubiera atacado de esa forma.


Era muy consciente de que estaba bajo los efectos del alcohol, pero el cariño que le tenía hacía que todo doliera más. Y no estaba preparado ni para aceptar que su querido amigo, o más que eso, lo hubiera agredido de esa forma, ni para contárselo a su amado hermano.


Sin darse cuenta empezó a llorar.


Y el que sí lo notó fue Seto.


-Moki- tenía su mano izquierda en el volante, y puso su derecha sobre el hombro de su hermanito para transmitirle calma.


Mokuba lo volteó a ver con los ojos llorosos. Y aunque el castaño tenía los ojos en el camino, quiso darle un importante mensaje.


-Eres mi hermanito. Siempre te he cuidado y siempre lo haré. Y cuando quieras hablar, aquí estaré para escucharte. No quiero que te sientas ni obligado ni presionado, pero sí tienes que saber que para poder ayudarte y cuidar de ti, es necesario estar en total comunicación. Pero más allá de todo, te apoyo y estoy contigo- al finalizar su breve discurso, apretó el hombro de su hermano para regresar la mano al volante.


Mokuba empezó a llorar más. Por más que intentó reprimir su llanto no pudo.


Cuando llegaban a la mansión, Seto se detuvo en la entrada y volteó para abrazar a Mokuba. Estaba desconsolado. Lloró en el hombro de su hermano mayor como cuando eran niños.


Seto lo acostó en sus piernas, y con todo cuidado atravesó los jardines de la mansión con su hermano recostado.


Al llegar por fin, Yami le abrió la puerta.


Seto suspiró y lo volteó a ver.


-Se durmió de nuevo. Creo que fue más grave de lo que podemos pensar- el ojiazul estaba frustrado.


-Le ayudo?-


-Creo que puedo con él, solo dame un jalón- Kaiba agarró a su hermanito como niño chiquito y con la ayuda del tricolor salieron del auto.


-Lo llevaré a su habitación. Guarda el auto y espera en el despacho- Atemu asintió y fue a lo suyo.


A Seto le costó trabajo, pero logró llegar a la habitación de su hermano, la cual por cierto nunca le había parecido tan lejana de la entrada, hasta este día.


Lo acostó en la cama y le quitó los zapatos. Luego salió sin hacer ruido.


Se fue directo al despacho, donde ya lo esperaba Yami.


Se sentó en su silla, y Yami frente a él.


-Todo bien?- el guardaespaldas estaba preocupado por ambos hermanos.


-Claro que no. Mokuba ha pasado por muchas cosas, pero nunca lo vi tan afectado como ahora. Ni siquiera con el accidente de Rolan- en alguna ocasión, Seto le había comentado toda esa lamentable situación a Yami.


-A qué se refiere?- El CEO se recargó en la silla con ojos cerrados, masajeando su sien.


-La otra vez, Mokuba agarró el vicio del alcohol, pero más allá de ese problema estaba bien. Por más fuerte que fue esa situación, nunca lo vi afectado de una manera tan directa como hoy- la voz del CEO sonaba muy preocupada.


-Le comentó algo de lo sucedido?- el tricolor también estaba preocupado por el chico, pues le habia tomado cariño a ambos hermanos Kaiba.


-Nada. Le pregunté pero me dijo que no quería hablar de ello y fue ahí cuando se empezó a poner mal- Seto estaba en verdad preocupado.


-Y cuál cree que es la mejor manera de proceder?- Yami escuchó al castaño suspirar.


-No tengo idea. Nunca había pasado por algo igual- el CEO estaba sobrepasado por la situación. Se sentía perdido.


Yami por su parte estaba pensativo.


-Por qué no le pide ayuda a Joey?- el ojiazul pensó en ello unos momentos.


-Por qué Joey?- aunque la idea no le sonaba tan loca, quería escuchar la opinión de su confiable guardaespaldas.


-Joey ha sido un apoyo para Mokuba. Cuando comenzó a trabajar en la pizzería, no hacía más que hablar de su maravilloso jefe. Y hasta donde tengo entendido, me parece que fue eso lo que lo ayudó a comenzar a salir adelante. No se en realidad que opine el mismo Joey, pero creo que estará más que dispuesto a ayudar a su hermano- Atemu tenía un punto. O más de uno, y muy buenos.


-Creo que es buena idea. Por el momento no presionaré a Mokuba, y buscaré hablar con Joey. Tendrá un fin de semana agitado, quizás lo busque después de el domingo- Yami lo observaba con atención.


-Está seguro que esta bien esperar tanto? No será mejor buscarlo mañana mismo y que él tome su decisión al respecto?- por supuesto que Yami no buscaba ser grosero, pero le parecía importante actuar lo más rápido posible.


-Observaré a Mokuba y en base a eso tomaré una decisión. Si lo veo muy afectado, hablaré con él- el tricolor seguía insatisfecho con la manera de proceder de su jefe.


-No creo que sea lo mejor. En estos casos lo más importante es actuar rápido- Yami quería hacer entrar en razón al castaño.


-Sea como sea, Joey es un amigo y ya. Un socio si acaso. De ser necesario lo buscaré y le pediré ayuda, pero no lo voy a perturbar así nomás- pero el ojiazul era más terco que una mula.


-Y si yo lo busco y le hablo de la situación?- el tricolor sabía que era probable que se jugara el trabajo, pero la salud mental de Mokuba era más importante.


El CEO enarcó una ceja. Atemu nunca lo había cuestionado de esa manera. En general era un gran guardaespaldas y mano derecha, y seguía órdenes como ninguno.


Por una fracción de segundos, Seto se cuestionó por qué el tricolor estaría actuando de esa manera, y aunque no se pudo contestar con certeza, y no le gustaba para nada que lo cuestionaran de esa manera, también tenía la certeza de que Yami Atemu era alguien en quien podía confiarle su propia vida.


Y no haría eso con cualquiera.


-No estoy yo para prohibirte nada. Estoy siendo considerado por lo que Joey esta a punto de vivenciar este fin de semana, pero si tu consideras que es bueno hablarle de Mokuba, tan solo asegurate que no llegue a oídos de Mokuba que ya sabemos qué pasó- el tricolor se sintió un poco más calmado con las palabras de su jefe.


Era muy consciente de que pudo haber perdido su trabajo en ese mismo momento, y aunque estaba dispuesto a enfrentar las consecuencias de sus actos y palabras, también era un alivio contar con la confianza de su jefe.


Después de un rato y un pequeño intercambio de palabras, ambos cayeron en cuenta que la noche estaba cayendo. El tricolor se despidió y el CEO fue a lo suyo.


Tenía toda la intención de seguir con ese baño que había sido interrumpido.


Aunque fuera Seto Kaiba, no dejaba de ser humano.


Y lidiar con todo lo que lidiaba era algo monumental.


Se merecía un ratito de relajarse.


 


 


 


 


 

Notas finales:

Hermoso día!

Bonita noche!

 

Amor para todos!!


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