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Joey´s Pizza por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Y llegamos al penúltimo capítulo de esta linda historia.

Solo nos queda uno más y el epílogo para dar por cerrado todo esto.

 

Espero que lo disfruten mucho, tanto o más que yo.

Me ha encantado escribir esta historia, y más viendo que ha sido bien recibida.

 

Disfruten esta entrega, que pronto ya temrinará todo.

 

Amor para todos!!1

Era martes por la mañana.


Mokuba se había levantado temprano para ir a Kaiba Corp. Tenía deseos de ver a su hermano, pero le daba algo de pena pedirle que fuera al departamento donde ahora vivía feliz junto a Noah.


Llegó a Kaiba Corp, y se fue directo a la oficina de su hermano. Pidió a la secretaria no ser anunciado, y entró a la oficina sin tocar, más por molestar a su hermano que otra cosa porque sabía lo mucho que eso sacaba de quicio al castaño.


Cuando entró, cerró la puerta con mucha suavidad para no hacer ruido. Su hermano estaba trabajando en su inseparable laptop, tan concentrado que no se dio cuenta cuando el menor entró.


-Hermano!- eso sobresaltó al ojiazul, quien dio un suave brinquito por el susto.


-Mokuba! Cuántas veces te he dicho que toques antes de entrar!?- no es que el ojiazul estuviera molesto de por si, es que el pelinegro sí que le había sacado un buen susto.


El Kaiba menor reía por la reacción de su querido hermano.


-Vamos, pensé que te alegraría verme- el chico tomó asiento en el sillón que tenía en la amplia oficina.


-No es que no me de gusto, es que sí me sacaste un susto- el castaño tomó aire para tranquilizarse.


-Bueno, si te soy sincero creo que nunca te había sorprendido tanto, y no es la primera vez que entro así- de una manera casi imperceptible, el castaño se sonrojó. Solo que el menor no se dio cuenta.


-Y qué te trae por aquí? Hacia mucho que no venías a la corporación- no lo dijo en manera de reproche. Al contrario, le daba gusto que su hermanito lo visitara.


-Pues tenía ganas de verte- dijo con simpleza, a lo que el castaño sonrió.


-Pues me sorprendes, en verdad no te esperaba- el CEO cerró si inseparable laptop para poder prestarle más atención a su hermanito.


-Bueno, la verdad es que tenía la inquietud de verte. Desde hace días de hecho, y hasta Noah me quería acompañar- el castaño lo escuchaba con atención.


-Y por qué no vino también? O será que lo dejaste afuera para hacer tu maldad- el pelinegro rió suavecito.


-No, le llegó un pedido fuerte en la panadería y entonces vine solo. Además, no es como si me fuera a perder- el castaño lució algo preocupado.


-De perderte, no te pierdes Moki, pero tampoco me gusta que andes por ahí solo. Ya tuviste un incidente hace tiempo y no quiere que te pase nada- el pelinegro no quería darle más atención a ese asunto.


-Eso ya pasó Seto, y aunque sí me costó, ya es un capítulo superado en mi vida. Aunque sí puedo decir que es contigo que algo está sucediendo- ese comentario agarró desprevenido al CEO.


-Por qué dices eso?- decidió ser cauteloso, no quería meter la pata. Había hablado con Joey y estaba convencido de que lo mejor era que Mokuba se enterara de que eran novios, pero prefería que estuviera Joey presente al decírselo.


-No sé. Hemos estado juntos desde niños y te conozco bien. Te noto distinto- y aunque Seto no quería decirle nada aún, las cosas no siempre salen como queremos que salgan.


La puerta se abrió sin previo aviso, y un atolondrado rubio abrió la boca antes de darse cuenta de que no estaban solos.


-Seto, Yami quiere que veas... esto...- cuando se dio cuenta de la presencia de Mokuba, el rubio se quedó estupefacto.


Pero no más que Mokuba, quien estaba con los ojos abiertos, casi como en shock.


-Joey... qué haces tú aquí?- entonces el cerebro del pelinegro empezó a hilar todo. Si Joey estaba ahí, significaba que ya sabía que ellos eran los hermanos Kaiba, hecho que trató de esconder y que al parecer su hermano había ignorado.


-Yo... yo... bueno, yo... la verdad es que... yo...- no le salían las palabras. Joey estaba casi asustado. No era para nada agradable pensar que el menor de los hermanos podría salir muy lastimado de ahí.


-Joey. Qué. Haces. Tú. Aquí.- el pelinegro fue más puntual en sus palabras. Se puso de pie para encarar al rubio, quien solo balbuceaba incoherencias.


Seto se dio cuenta de que debía de entrar en acción.


Fue y se paró entre los dos chicos, frente a Mokuba y dándole la espalda al pizzero.


-Mokuba, yo traje a Joey aquí, pero necesito que escuches lo que voy a decir- los ojos del Kaiba menor evidenciaron estar lastimado por esas palabras.


-Por qué Seto? Si yo siempre te pedí que mantuvieras al márgen a Joey de quienes somos, era lo único que yo te pedía- la voz de Mokuba se fue quebrando, y se sentó en el sillón.


Kaiba se acercó a él y se sentó a su lado. Lo atrajo hacia él y lo envolvió entre sus brazos. El pelinegro empezó a llorar, y el castaño lo dejó para que se desahogara. No importaba si lloraba por algo que no era real, si no lo dejaba, su hermano no lo escucharía con atención.


Por un momento, Joey estuvo a punto de salir de la oficina de su amante. Pero supo que era mejor enfrentar esa realidad que huir de ella.


Se acercó a la silla del castaño y pidió un permiso silencioso para sentarse en ella, a lo que Seto tan solo asintió.


Cuando el pelinegro empezó a calmarse, Seto le levantó el rostro para que pudiera verlo a los ojos.


-Mokuba, quiero que me escuches con toda tu atención. No debes sacar conclusiones aceleradas- Mokuba pasó de la tristeza a la molestia.


-Cuál conclusión acelerada? Lo único que te pedí fue que no le dijeras nada, y mira! Nada más me fui de la casa y me diste la espalda. No tenías que cobrartela de esa manera- Mokuba quiso bajar la cabeza, pero la mano de su hermano no se lo permitió.


-Por eso digo que no te aceleres tanto- el pelinegro le dio un manotazo a la mano del ojiazul, para que lo dejara moverse.


-No estoy acelerado! Tú echaste todo a perder- las cosas se estaban saliendo de control, y Seto no podía controlar a su hermano.


El rubio se les acercó.


-Mokuba! Escucha con atención!- ambos hermanos Kaiba se quedaron mudos. Era la primera vez que veían al alegre Joey enojado. Y vaya que los sorprendió.


Cuando ambos se callaron, entonces él suavizó su voz.


-Mokuba, tu hermano no me dijo nada, creeme- el pelinegro se soltó del agarre de su hermano y se puso de pie para encarar al rubio.


-Y si no te dijo nada, qué estás haciendo aquí?- ambos estaban de la misma estatura, pero el rubio no se dejó amedrentar.


-Yo no le dije Mokuba, porque él ya sabía quienes somos- habló el ojiazul desde el sillón. Mokuba volteó, estaba conmocionado.


-Qué?- los volteó a ver a ambos, tratando de entender ese enredo.


-Yo ya sabía que tú eras Mokuba Kaiba, y que tu hermano era Seto Kaiba, famoso empresario de Japón- al escuchar eso, todo le dio vueltas al menor de los Kaiba, y se volvió a sentar junto a su hermano.


-Pero... cómo pasó eso?- se llevó una mano a la cabeza, tratando de desenmarañar todo en su cerebro.


-Desde la primera vez que entraste a la pizzería, yo ya sabía quién eras tú. Pero te veías tan confundido, tan perdido... tu mirada estaba tan apagada, que me dio la impresión que querías desconectarte de todo. Cuando empezamos a platicar, me sentí muy agusto contigo, y vi como te fuiste desenvolviendo conmigo. Entonces decidí que no te diría nada y te dejaría ser Mokuba y ya, sin todo el peso que implica tu apellido- para ese momento, Joey estaba con una rodilla en el suelo, a la altura de Mokuba y justo junto a él, viéndolo directo a los ojos para mostrarle que estaba siendo sincero.


-Entonces por qué no dijiste nada al conocer a Seto?- el CEO estaba a un lado de su hermano, pero se mantenía al margen de la conversación. Solo se metería si era necesario.


-Por que si yo conocía a Seto, entonces querría decir que tambien sabía quién eras tú. Y tú te manifestabas tan auténtico y tan seguro, que pensé que te afectaría el que yo supiera que eres un Kaiba. Tal vez hasta podrías pensar que te iba a tratar diferente por tener ese apellido- Mokuba entendió las razones de Joey.


-Bueno, supongo que entiendo. Pero, lo que no me agrada es... por qué tú no me dijiste nada hermano?- volteó a encarar al Kaiba mayor, quien no le rehuyó la mirada para nada.


-Por la simple razón que yo me enteré hace unos días. Joey me dijo todo la noche antes de la inauguración de la pizzería, y con tanto trabajo, no quise alterarte yo al día siguiente con esta información. Pero ya habíamos hablado acerca de decirte todo pronto- Mokuba suspiró y se quedó en silencio unos momentos, procesando tanta información.


Joey volteó a ver a Seto, cuestionándolo con la mirada, a lo que el CEO asintió en silencio.


-Discúlpame Mokuba, entiendo si estás enojado. No era mi intención lastimarte. Al contrario, solo quería que fueramos amigos, y que te sintieras libre de ser quien tú eres, sin ninguna sombra sobre ti- Mokuba suspiró una vez más.


-No, no estoy enojado Joey. Un poco conmocionado y muy sorprendido, pero enojado no. Entiendo tus razones, y hasta podría decir que te lo agradezco. Solo que en verdad me tomaron por sorpresa- Mokuba levantó el rostro y vio a los ojos a Joey, quien notó un brillo especial en ellos.


-Amigos?- el rubio le extendió la mano. El pelinegro sonrió y la estrechó con la suya.


-Amigos- el ojiazul pudo respirar tranquilo. Al menos Mokuba ya sabía que su chico ya sabía quienes son, solo faltaba la noticia más impactante de todas.


-Aún así, sigo pensando que estás raro- dijo el menor de los Kaiba mientas veía a su hermano absorto en sus pensamientos. El CEO se sonrojó con las palabras de Mokuba.


-No digas cosas que no, Moki. No sabes de lo que hablas- el orgulloso castaño volteó la cabeza al otro lado, más para ocultar su sonrojo que por otra cosa.


-Vamos, bien sabes que Mokuba tiene razón. Dile- por un momento, Seto se sintió traicionado con las palabras del rubio.


Volteó a verlo y vio diversión y determinación en los ojos de Joey.


-Que me digas qué, Seto?- el pelinegro se interesó por el tema. Sabía que ahí había algo, y ahora gracias a Joey estaba por descubrirlo.


-No es... nada importante Moki- el castaño estaba rojo como tomate. Su hermanito nunca lo había visto así.


-Oh, claro que es algo. Me vas a negar eso?- Joey le encontró los ojos a Seto, y le envió una mirada de reproche por sus palabras.


-Qué pasa Seto? Ya sabes que me puedes decir lo que sea- el ojiazul estaba conmocionado. No entendía por qué le costaba tanto trabajo admitir frente a su hermano que estaba saliendo con Joey, y que eran pareja.


Pero es que no podía hablar, y además de ser muy necio, estaba fuera de su zona de confort por ser algo que no había experimentado antes.


-Vamos Seto, platícale a tu hermano que estás saliendo con alguien- en ese momento, el ojiazul volteó y fulminó a su novio con la mirada.


Sí, era cierto que había sido él quien había dicho que Mokuba debía saberlo, y pronto. Pero en ese momento le estaba costando demasiado hablar.


-En serio!!?? Estás viendo a alguien?- la voz del pelinegro sonó muy emocionada. Parecía que estaba feliz por su hermano, y eso empezó a darle un poco de calma.


-Sí, esta bien, estoy saliendo con alguien Moki- ah, pero Mokuba también era un Kaiba, y no lo dejaría en paz tan fácilmente.


-Quién es? La conozco? Es linda? Cómo la conociste?- el pelinegro empezó a bombardear a su hermano con preguntas, y él se sentía inseguro de decirle que Joey era su chico.


No porque se avergonzara de él ni mucho menos. Al contrario, estaba feliz de estar con ese cachorro atolodrado. Pero admitirle a su hermano que salía con otro hombre... no estaba preparado mentalmente para eso, aunque sí quería hacerlo.


-Quieres saber con quién está saliendo?- la sonrisa pícara del rubio le indicó a Seto que abriría su boca. Un aparte de él quería detenerlo, la otra que le dijera y así escaparse de tener que hablar él.


-Tú lo sabes? La conozco?- Joey volteó a ver a Seto, quien seguía pareciendo un tomate.


-Claro que lo sé- el rubio se acercó a donde estaba Seto.


-Joey...- esa era la parte del castaño que no quería que su hermano supiera.


-En serio? Me dices?- pero era demasiado tarde para Seto.


Joey se acercó al ojiazul y juntó sus labios con él, sorprendiendo a ambos hermanos.


Mokuba no se lo esperaba, y aunque Seto esperaba algo, no pensó que fuera a revelarlo de esa manera.


Unos segundos después, Joey se separó del ojiazul y le sonrió a Mokuba, quien estaba más que sorprendido.


-Bueno, eso... sí es una sorpresa- el pelinegro no tuvo otra cosa mejor que decir, y el rubio empezó a reír a carcajadas, contagiando primero al castaño y luego al menor de los Kaiba, aligerando el ambiente.


Después de reír, el rubio limpió sus lágrimas de risa.


-Vaya, y hasta parece que te sorprendes más de eso que de verme aquí- el pelinegro se sonrojó un poco.


-Bueno, es que ya me explicaste que ya sabías quienes eramos desde antes, por lo que verte besar a mi hermano fue como un baldazo de agua fría- el castaño se sonrojó muy suavecito, y le sonrió a su hermano.


Mokuba estaba en un extremo del silló, y Seto en el otro, y fue Joey quien se sentó al lado de su novio, quien lo abrazó posesivo.


-Vaya, esta vez sí que me dejaron sin palabras. Pero tengo una duda Joey- Seto jaló al rubio para que su espalda se pegara contra su propio pecho, sintiendo su cercanía.


-Adelante, aquí estoy- la sonrisa del rubio era radiante.


-Estás seguro de que sabes en qué te estás metiendo? No me malentiendas, mi hermano es una persona excepcional, pero tiene un carácter complicado- el castaño le dirigió una mirada acusadora, pero el rubio le restó importancia al asunto.


-Se a la perfección a qué te refieres, pero... creeme cuando te digo que tu hermano es un sueño hecho realidad para mí- el castaño sonrió con genuina felicidad, y acaricio el cabello de su amante.


Esos gestos cariñosos no pasaron desapercibidos por Mokuba.


-Bueno, lo único que yo les puedo decir es que les deseo que sean muy felices- les dijo con una sonrisa sincera.


-Gracias hermanito- Seto depositó un beso en la nuca de Joey, quien se sonrojó.


-Creo que es hora de irme, creo que tienes trabajo Seto, y yo tengo que arreglar un par de cosas en casa. Te veo en la tarde?- Joey vio a los ojos a su novio.


-Sí, espérame allá. De todas maneras te hablo antes de llegar- Joey le dio un beso y se puso de pie.


-Pues espero poder contestar esa cosa, aún me parece dificil manejarla- Seto rió un poco ante el comentario.


-Ya aprenderás- el CEO le dedicó una mirada cariñosa a su chico.


-Bien. Te dejé los papeles que Yami quiere que revises ahí en tu escritorio. Nos vemos Mokuba, me dio gusto verte- el rubio le revolvió el cabello, y eso a Mokuba le recordó cuando era pequeño y su hermano hacía lo mismo.


-Lo mismo digo Joey. Nos vemos el jueves para trabajar- Joey asintió y salió de l oficina, y quedaron ambos hermanos sentados en el sillón.


-Y bien? Qué piensas?- a pesar de quien él era, había un dejo de nerviosismo en la voz del ojiazul.


-Pues, no tengo nada qué opinar. Si te soy sincero, lo único que me importa es que tú seas feliz. Si es con Joey o con el conserje de alguna escuela no me importa. Tú me importas. Y bueno, Joey es un buen amigo para mí, así que me da gusto- Mokuba le sonrió a su hermano, y él se quedó tranquilo.


-Gracias Moki. Yo también te veo contento con Noah, y me da gusto. Creo que es un buen chico para ti- el pelinegro se sonrojó un poco.


-Sí. Ahora que ya se estabilize lo de la pizzería, horarios y todo eso, me gustaría que establecieramos un día a la semana para comer juntos. Podemos alternar entre el departamento de Noah y la mansión- Seto le sonrió a su hermano.


-Me parece muy buena idea, me gustaría. Nada más que hay una pequeña situación a tomar en cuenta- bueno, se abría la oportunidad y Seto la aprovechaba.


-Y cuál es?- el pelinegro no tenía idea de qué hablaba su hermano.


-Pienso dejar la mansión- tercer bombazo del día sobre Mokuba Kaiba.


-Wow. Eso es algo. A qué se debe semejante situación?-


-Cuando empezaron la remodelación de la pizzería, yo ordené que hicieran un tercer piso, para que pudiera haber un departamento para Joey. Ya sabía que el no tenía donde vivir y no me gustaba la idea de que se siguiera quedando en la pizzería. Fue una sorpresa que le di- el pelinegro se asombró de la buena voluntad de su hermano mayor.


-Vaya, eso no lo sabía. Pero me da gusto, y me imagino que Joey está muy contento- el castaño sonrió.


-Sí, primero no lo quería aceptar, pero ahora que ya se hizo a la idea, le gusta bastante- Mokuba rió.


-Eso es tan Joey- y el castaño rió con él.


-Sí, el caso es que ahora Joey me dice que vaya a vivir con él, y aunque al principio no quería, creo que sí lo haré- el pelinegro sonrió aún más.


-Que bien! Así no estarás solo en esa gran mansión! Y dudo que Joey quisiera vivir en un lugar así, es demasiado sencillo. Creo que hasta se sentiría mal por eso. Pero que bien! Me da mucho gusto por ti, hermano- Mokuba le puso su mano en el hombro de su hermano para mostrarle su apoyo, y Seto le regaló una sonrisa sincera.


-Gracias Moki. Por lo tanto, si se hace ese plan que estás sugiriendo, tendríamos que alternar entre el departamento de Noah y el de Joey-


-Me parece genial. Los dos son muy flexibles, estoy seguro de que aceptarán y les gustará la idea- Seto suspiró.


De repente, y de un momento a otro, cayó en cuenta de cómo había cambiado su vida en los últimos meses.


Y se venían más cambios, los cuales de seguro eran para bien.


-Seguro sí- dijo Seto, despidiendo una paz con su voz y actitud que Mokuba nunca le había notado.


-Oye, no tienes nada urgente pendiente hermano?- de repente Mokuba fue consciente de su alrededor.


-Varias cosas, aunque no son tan urgentes. Qué te parece si te das una vuelta con Atemu, y después te invito a comer una de esas hamburguesas que tanto te gustan?- el menor de los Kaiba celebró levantando las manos, y se fue de inmediato a buscar a Yami.


El ojiazul rió ante la actitud de niño pequeño de Mokuba.


Pero debía de admitir que esa parte de él le gustaba mucho. Era ese niño interno que, en muchos sentidos, aún tenía intacto.


Después de pensar que quizás no tenía remedio, se fue a su escritorio y se dedicó a avanzar con su trabajo de una manera ágil y efectiva, porque tenía ocupada la hora de la comida y la tarde también, para compartir con las dos personas especiales en su vida.


Se sentía mucho más feliz y tranquilo de saber que su hermano había aceptado que él estuviera con Joey.


Entonces, el mundo podría arder, sacudirse o bailar, y él se sentiría satisfecho con las acciones de su vida.

Notas finales:

Bonito día!

Hermosa noche!

 

Amor para todos!!!


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