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El Último Caballero. por Isabel Uchiha Malfoy

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Notas del capitulo:

Holaaaa! Lamento la demora, enserio, pero lo recompensó con este cap. Que se va a dejarlos con las mandíbulas hasta el suelo... Espero lo disfruten, nos vemos en notas finales.

Flores de todo tipo la rodeaban, incluso algunas especies que únicamente florecían en invierno, era sin duda el jardín más hermoso que había visto jamás, sin duda si le dieran a elegir en que lugar morir o ser sepultada, pediría exactamente ese, así a como estaba, sin cambiarle nada.
 
Miles de mariposas revoloteaban a su alrededor, igual que las hadas y triadas, y alguno que otro ser mágico en forma de viento, creando un cuerpo de pétalos u hojas caídas, que le saludaban, como justo ahora lo hacia un espíritu árbol. Si, era un lugar bastante tranquilo y pacífico en el cual pasaría la eternidad y si tenía la posibilidad de hacerlo.
 
Lucifer: Lindo, cierto - dijo al lado de Val quien no respondió pero si asintió - ¿En que piensas? Claro si se puede saber - interrogó curioso.
 
Valadhiel: En la mortalidad y en todos los años que he tenido para disfrutar vistas así, y que hasta ahora lo noto, lo malo es que ya no tengo tiempo - respondió volteando a verlo - Ya no se que creer de todo esto Lucifer, ya no se ni quien soy - alegó sollozando siendo abrazada por el Moreno quien trataba de reconfortar la - No se como terminará esto que Gabriel inició, no se si las personas que hasta ahora e conocido llegaran vivas hasta ese momento, no se si podré salvarlos, no se si yo podré resistir tanto dolor, tanta inmundicia - mencionó derrumbando se ante el ángel que entendía el sentir de ella - ¿Porqué?¿Porqué Lucifer?¿Porqué Gabriel me odia tanto? Por amar, por haber hecho lo que tu, amar es pecado, porque de ser así Dios mejor no nos hubiera hecho sentir, mejor no nos hubiera dado sentimientos, porque a pesar del tiempo que a pasado aún no olvido a Dorian, aún recuerdo su amor por mi, aún lo tengo presente, aún lo sigo amando a pesar de que ya no está - declaró con el dolor más grande y profundo de su ser - ¿Porqué Lucifer?¿Porqué? - demandó saber.
 
Miguel: Por nuestra culpa - respondió con la voz temblorosa.
 
Valadhiel: ¿Qué? - preguntó separándose del abrazo de Lucifer.
 
Lucifer: Miguel!! - llamó en advertencia - Cállate - ordenó serio haciendo enojar al mencionado.
 
Miguel: No Lucifer, ya han pasado 2500 años, ¿cuantos más quieres que pase en la ignorancia?, ¿cuanto tiempo más necesitas para coger valor y afrontar la realidad?, ella merece saber la verdad, nuestra verdad, que por si lo olvidas, una verdad en la que ella también está implicada, no voy a seguir callando porque tu tengas miedo - rumió completamente arto y enojado, dejando impresionado al otro ángel pues jamás le conoció ese carácter.
 
Lucifer: ¿Éstas seguro de querer hacerlo? Te recuerdo de que después no habrá vuelta atrás y ella nos odiará a ambos, por igual - objetó igual de enojado.
 
Miguel: Prefiero eso a que siga ignorando su origen - siseó muy cerca del rostro del otro, viendo se a los ojos, retando se y no dispuestos a ceder.
 
Valadhiel: Basta los dos - reprochó ubicando se entré ambos y separarlos porque estaba segura que se iban a ir uno en contra del otro - Bien, tu cállate - ordenó viendo a Lucifer - Tú habla de una buena vez y dime de que rayos hablas - ordenó al otro ángel centrando su atención en éste.
 
Miguel: Hablo de que tu eres mi hija - soltó con la voz estrangulada y los ojos cristalinos, viéndola a los ojos - Mía y de este idiota - aclaró con un movimiento de cabeza refiriéndose al otro ángel, eso hizo que Valadhiel jadeara en susto sintiendo que todo el aire que tenía se le escapaba junto con su vida, sus ojos se desorbitaron, tragó ruidosamente, trataba por todos los medios posibles no colapsar - Mucho antes de que Lucifer se casará con la mortal, yo me había enamorado de él, hasta llegar a amarlo, pero creí que jamás estaría a su altura, así que únicamente me dedicaba a observarlo a lo lejos, escondido... Hasta qué un día lo vi llegar de la tierra y el me pidió que guardara el secreto, me relató que estaba enamorado de una mortal, me contaba de sus ilusiones mientras yo por dentro me hacia pedazos, pero sabes cual fue mi pensar, "si el es feliz, yo también", pero la cosa no termina ahí, no, nunca termina ahí - relataba dejando impresionado al mencionado y justo ahora sentía un calor en su pecho, calor que creyó no volver a sentir jamás - Yo tenía mi propio tormento personal, sabes cual era mi tormento, si exactamente el que piensas, Gabriel - dijo con ironía entre lágrimas y voz temblorosa - Dios quería que yo me casara con ese idiota y yo obviamente no quería, el muy idiota se creía mejor que los demás únicamente por ser el mensajero de Dios y su mano izquierda, así que a falto de excusas para deshacerme del dichoso matrimonio, mentí, si así como lo oyes, mentí - reveló con dolor sin voltear ni una sola vez a ver a Lucifer, sabía que si lo hacia se derrumbaría ahí mismo y no le daría el gusto al desgraciado - Le dije que ya amaba a alguien más y que era consentido, me pidió saber de quien se trataba y dije su nombre, mientras el no estaba, yo me encontraba en un dilema y huyendo de un matrimonio que sabía no me iba a hacer feliz - dijo bajando la mirada como recordando el hecho - Cuando el regresó, fue directamente a mi casa a contarme que su hija mayor estaba embarazada, cuando yo ni siquiera sabía que ya se había casado o si quiera que ya tenía hijos - refutó con ironía y burla de si mismo - Tomé valor y le dije lo sucedido, el se puso como loco e incluso me golpeó, lo boté de mi casa... Esa noche lloré, con el más grande dolor que creí sentir jamás - se detuvo mientras soltaba un sollozo, Lucifer tenía la cabeza gacha, sin duda eso era algo que nunca supo a pesar de haberse casado con él - Los días pasaron y Gabriel me molestaba, hasta que un día mientras iba a cumplir una misión en la tierra yo sólo, que al final no fue tan sólo, el me siguió y me golpeó por la espalda algo que hizo que yo perdiera la consciencia, cuando desperté el muy infeliz me tenía atado de pies y manos a la cama de una choza en un bosque de algún leñador, el estaba frente a mi, desnudo y excitado y yo desnudo y a su merced, me resiste como no tienes una idea creí que hasta ahí llegaría mi castidad, hasta que apareció Lucifer, lo enfrentó e hirió bastante grave cabe decir, luego me desató y me dio ropa, para al final irnos... - relató esa parte con una sonrisa enamorada que fue notada por Lucifer, que sentía que ese calor comenzaba a esparcirse por todo su cuerpo - Cuando llegamos al cielo, nos presentamos ante Dios y le pidió casarse conmigo en ese instante, yo me quedé cayado porque la impresión me pudo más, cuando me di cuenta ya estaba dando el si, luego no tengo idea de como llegamos a su casa, y fue ahí donde la realidad me golpeó y caí en cuenta de todo, lloré cual niño pequeño en sus brazos, no tengo idea de cuanto tiempo, lo único que se es que el me consolaba, luego me llevó a darme una ducha que al final fue el quien me duchó, yo aún procesaba todo y luego fuimos a dormir - sonrió al recordar eso, Lucifer quería gritarle todo lo que hacia mucho tenía guardado, pero quería que terminara porque quería saber cual era su sentir con respecto a su persona - A la mañana siguiente, di un grito tan fuerte que creo se escuchó por todo el reino, el despertó sobresaltado y yo lo amenazaba con mi espada en su cuello y conmigo sentado a horcajadas sobre el, no se como invirtió las posiciones y desarmó, luego todo sucedió, y yo... Yo no quería que acabara, no quería que parara, quería que todo fuera así para siempre, pero la realidad me trajo de vuelta, 3 días después el ya no estaba, quedé destrozado, me sentí engañado, pasaron algunos días para cuando me enteré de que Gabriel lo había descubierto y Dios lo juzgaba, yo intervine y a cambio de que no lo matara lo desterró, aunque meses después me enteré de que su familia había sido asesinada... Para en ese entonces yo ya estaba gestando te, para disgusto de Gabriel - rió al recordar lo último - Pero el maldito supo jugar sucio, ni bien te tuve en mis brazos cuando Dios apareció y te separó de mi, yo... Yo no pude hacer nada en ese entonces era muy obediente, pero jamás te perdí de vista, siempre te vigile en la distancia, cuide de ti entre las sombras... Eso claro hasta el día en que me asignaron como tu maestro, no tienes idea de cuán feliz era al tenerte cerca - declaró con añoranza mientras veía a Valadhiel - Pero ya que yo no fui de Gabriel, se obsesionó contigo, aunque no tienes idea de como me reí de el, al saber que tu ya tenías a tu mortal... En ese entonces Dios me mandó a una misión y cuando regresé me enteré de tu destierro y la ejecución del mortal, casi maté a Gabriel esa vez, desde entonces no se acerca a mi - término viendo el estado de shock en el que Valadhiel estaba - Val - llamó intentando tocarla pero esta retrocedió.
 
Valadhiel: Yo - quiso decir pero no sabía que, estaba confusa al inicio pero ahora, luego de oír la historia no sabía que hacer - Yo necesito algo de tiempo, esto es nuevo para mi, y algo desconcertante, sólo dame tiempo de procesarlo ¿si? - alegó para acercarse a Miguel y darle un abrazo que sin duda se sintió muy diferente a los que había dado y recibido de éste.
 
Miguel: Todo el que quieras - concedió acariciando el cabello de su hija, con lágrimas de alegría.
 
Lucifer veía todo y tenía el deseo de formar parte, se contuvo, tenía que darle espacio a ambos, aunque la mirada de advertencia que su hija le dio, le hizo saber lo que tenía que hacer, Miguel ya había dado su versión ahora le tocaba a el dar la suya.
 
Lucifer: Miguel, tu y yo tenemos que hablar - aclaró con decisión.
 
Miguel: Yo no tengo nada que hablar contigo - refutó con enojo viendo como Valadhiel desaparecía en el linde del bosque parte de la reserva que formaba parte del terreno de los Malfoy.
 
Lucifer: Oh! Claro que si - alegó tomándolo de la muñeca y comenzando a caminar al interior de la mansión, podía oír las réplicas del ángel pero no estaba dispuesto a dejarlo ir hasta que lo escuchara.
 
Llegaron a su habitación, la cual le habían asignado, empujo al ángel al interior primero y luego entro él, poniéndole seguro a la puerta.
 
Miguel: Abre la puerta! - ordenó muy cabreado, algo que hizo a Lucifer morderse el labio inferior con deseo, le encanaba verlo enfurruñado - Abre la maldita puerta!!! - chilló ante la depredadora mirada del hombre para con él, algo que lo hizo sentirse pequeño y des protegido.
 
Lucifer: No!! - sentenció caminando hacia el ángel el cual retrocedía conforme el avanzaba hasta que lo acorraló contra la pared - Tú ya contaste tu versión de la historia, yo te contaré la mía - alegó mientras olisqueaba el cuello del ángel, el cual trataba de alejar lo a medias pues no ocupaba mucha fuerza - Yo era el ángel con mayor rango en la legión, era el que los comandaba y ordenaba, uno de los guerreros más fuertes y poderosos, con más habilidades que cualquiera de los otros, además de guapo - rió ante lo último, con el rostro oculto en el cuello del ángel.
 
Miguel: Esa es tu versión o únicamente quieres congratularte - sermoneó.
 
Lucifer: Pero tenía una debilidad y a la vez una enfermedad - dijo ignorando lo dicho por el ángel entre sus brazos - Siempre miraba a un ángel pequeño, entrenando hasta hacer que sus hermosas manos sangrasen - dijo mientras tomaba las manos de Miguel y las besaba con cariño algo que el ángel vio sin dar crédito - Tratando de lograr una defensa en para protegerse de los ataques de su mentor, de su maestro, pero nunca lo lograba y terminaba tirado en el suelo, tan cansado que no podía mover un músculo, a veces lloraba de rabia, sintiéndose impotente e inútil por no ser digno de tener a ese ángel como mentor - dijo para suspirar mientras acariciaba la mejilla izquierda del ángel - Todas las noches soñaba con poder ver sus ojos inocentes perdidos en el placer de la carne, su inocencia perdida entre mis brazos, su voz gritando en éxtasis y placer, su cuerpo debajo del mío, lleno de chupetones que demostrarían a todos que el ya tenía dueño, sus bellas uñas clavadas en mi espalda, sus hermosos labios inchados de tantos voraces besos que le diera - describía mientras volvía a la tarea de olisquear el cuello del ángel y hablarle entre susurros, de un modo tan íntimo e incitante, haciendo que la temperatura de sus cuerpos se elevará - Me sentía un enfermo por eso, el era un niño, puro e inocente - se reprendió con voz ronca, recordando esos hechos - Así que frustrado y enojado vine a la tierra, donde conocí a una mortal, muy bella y hermosa - describió sintiendo lo tenso del cuerpo de su ángel.
 
Miguel: ¿Podrías alejar te? - pidió incómodo.
 
Lucifer: Ella era muy linda y amable, con los años le tomé cariño, pero siempre que regresaba veía a ese ángel y la sangre se me calentaba, así que me casé con ella - declaró - Con el paso de los años, ese ángel se hacía cada vez más hermoso y bello, y a mi se me hacia más difícil resistirme - añadió cerca de los labios de Miguel, que comenzaba a respirar entrecortado - Un día el me descubrió, y yo por tratar de que algo nos conectara le dije mi secreto - Rió con ironía - Aunque fui un completo bastardo al no notar el daño que le causaba - suspiró agachando la mirada - Luego de haber regresado al cielo me enteré de que un ángel con el cual no me llevaba para nada bien, había pedido su mano, estaba completamente furioso, fui directo a su casa y el me relató lo sucedido, mi furia me cegó un lo golpee luego de que el me dijera que le hiciera el favor de apoyar lo en su mentira, lo que el no sabía era que yo quería que todo fuera real - dijo con ironía - Vine a la tierra y lo platiqué con mi esposa, ella me dijo que aunque no la amara como amaba a ese ángel, si la quería y eso para ella era suficiente, además de que ella era una mortal, y no viviría para siempre, lo único que me pidió fue no olvidarlos y que fuera feliz con ese ángel, me divorcie, en tres días, fue bastante rápido, pero tenía algo en mente y para ello necesitaba estar libre, mis hijos estaban de acuerdo con su madre - sonrió con cariño al recordar eso - Así que regresé a casa y me dijeron de que ese ángel había ido de misión, pero me di cuenta de que el otro infeliz que lo molestaba no estaba, y lo conocía muy bien para saber que se traía entre manos el muy bastardo - berreó con la cara contraída en ira mientras que Miguel lo veía incrédulo - Lo fui a buscar y cuando lo encontré quise matar al infeliz - bramó para separarse del ángel y dirigirse hacia la ventana, respiró varias veces para calmarse, el recuerdo todavía lo enfurecía - Lo salve y lo lleve ante Dios y le pedí que nos casara enseguida, todo el tiempo noté que el estaba perdido en sus pensamientos, todo lo hacia en automático, al llevarlo a mi casa el se desplomó y lloró por horas, no me importó, podía tenerlo entre mis brazos y eso era l importante para mi, aunque también tenía tendencias suicidas para con el maldito ángel que lo había dejado en ese estado tan vulnerable - dijo con amargura - Cuando se calmó lo bañé y lo deposité en la cama, donde lo dejé para luego bañarme yo, cuando regresé, el estaba acostado en posición fetal, me acosté a su lado y me hizo muy feliz que buscara mi calor al instante, al final durmió con su cabeza apoyada en mi pecho - sonrió con ternura al recordar eso, mientras que Miguel estaba sonrojado y con la mirada gacha, atento a todo el relato - Lo gracioso ocurrió a la mañana siguiente, un grito me despertó y el filo de una espada en mi cuello y un peso sobre mis caderas me dieron la respuesta, el se había despertado y no recordaba nada, yo invertí las provisiones y lo desarme, antes de que refutara o reclamara algo lo bese, ese primer beso me supo a gloria, luego me di cuenta de que no me detendría ahí, lo hice mío tantas veces que creí imposible durar tanto o hacerle el amor tantas veces - rió ante el inminente sonrojo que cubría hasta las orejas a Miguel - Al tercer día, lo deje en la cama para prepararle un desayuno, pero llegaron los centinelas y me llevaron ante Dios, sabía de que me acusaban, me habían descubierto, no dije ni revelé nada, a cambio Dios me desterró, ni siquiera me dejaron despedirme de el, cuando vine a la tierra busque a Mina, ellos estaban en peligro y tenía que ponerlos en un lugar seguro, pero ya llegué demasiado tarde... 500 años después descubrí que tenía una hija, y sabía que era de el y mía, tenía su olor y color de ojos, irradiaba inocencia, igual que el, era testaruda y muy alegre... Lloré al verla y maldije mil veces a Gabriel, me había arrebatado lo que más amaba, así que me prometí vengarme de el, aún a costa de mi vida - sentenció dolido y enojado.
 
Miguel: ¿Porqué abría de creerte? - preguntó entrecortado.
 
Lucifer: Porqué a ti jamás te mentiría, quizá a todos pero a ti nunca - alegó algo dolido por la desconfianza - Mi alma, mente, cuerpo, espíritu, ser y corazón te pertenecen a ti Miguel - confesó - Tú y ella son mi debilidad, son mi vida, mi todo - declaró mientras veía directamente los ojos del ángel y lloraba, eso sin duda aclaró toda duda de Miguel.
 
Miguel: Oh! Lucifer - lloró acercándose a el y abrazarlo - Te amo - declaró mientras lo besaba.
 
Lucifer: Y yo a ti - correspondió - Como no tienes una idea - declaró, entre beso y beso, aferrados el uno al otro.
 
Si quizá había muchas fuerzas obrando para separar a almas que habían nacido para estar juntas, pero cuando el amor es verdadero, perdura más halla del tiempo y las eras.

Notas finales:

¿Qué les parecio? A que si los deje con las mandíbulas desencajadas, Gabriel es un perro bastardo ¿cierto?, nos vemos pronto, bye bye, besos, abrazos, os quiero mucho.


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