Cinco anillos de oro
Te encuentras meditando. Pero no meditas como entrenamiento, meditas para tranquilizar tu mente que se encuentra desconcertada.
Tu aprendiz, el mocoso idiota que te persigue y que pregona su amor por ti a los cuatro vientos, tiene en su posesión 4 anillos de oro que obviamente son de compromiso.
¿Qué demonios hace Chase Young con cuatro malditos anillos de compromiso?
¿Es que ese mentecato no sabe que es suyo?
-Maestro ¿está usted bien?- la voz de Jumar, uno de sus guerreros más antiguos, llega a tus oídos –los otros guerreros y yo nos preguntamos si sucede algo malo- es obvio el miedo y desconcierto en la pregunta, pero como el neurótico desquiciado que eres cuando de Chase se trata, ni cuenta te das de eso.
-No sucede nada- seco y conciso, tu cara de asesino serial convence a Jumar de no seguir con las preguntas en favor de su integridad física. Dando media vuelta Jumar arrastra sus pasos hacia la salida y te deja con tu nada.
-Maestro, maestroooo!!!- y los gritos de Chase son el detonante para que tu ira estalle –maestro aquí esta!!!-
Sin duda alguna Chase Young carece de sentido de auto preservación piensas al sentirlo abrazarte como si nada. Tu ira es tan intensa que no reaccionas en primera instancia; el aprovecha eso y te arrastra hasta uno de los jardines principales.
Estas a punto de estallar cuando por fin pones atención a lo que te rodea.
No te habías dado cuenta que ya era noche; tampoco que todo está exquisitamente decorado, para tu sorpresa.
Chase se acerca a la mesa, mantienes tu rostro inexpresivo mientras le miras destapar los platos, te retira la silla y con una sonrisa traviesa te invita a tomar asiento. Te acercas con caminar elegante, tomas asiento y esperas a que el haga lo mismo frente a ti.
Durante cinco minutos mantienes un mutismo lacerante que lentamente lima su confianza y lo hace revolverse en su asiento.
-Am, es una noche muy bonita ¿no lo cree maestro?- el típico comentario sobre el clima te hace alzar una ceja como única contestación –te ¿te gustaría comer?, si cenemos primero-
Le tomas la palabra y degustas la comida antes de asesinar a tu joven pupilo.
Acabada la cena el nerviosismo de Young aumenta mientras se para y se acerca a ti. Ya enfrente tuyo se arrodilla y revuelve entre el bolsillo de la chaqueta del frac que no habías notado que lleva, de el saca una cajita que abre y extiende hacia ti.
-Maestro, sé que esto, que esto es un gran atrevimiento- su nerviosismo sigue ahí, pero una seguridad pocas veces vista surge de el – pero no puedo seguir viviendo sin hacer esto-
No le dejas seguir, extiendes tu mano sobre su rostro y con la delicadeza de una geisha retiras la caja de su mano para ponerla sobre la mesa.
-¿Qué significa esto Young?- entrecierras los ojos y con velocidad encaras tu silla a Chase para con tu pierna izquierda empujar su pecho hasta tenerlo acostado en el suelo – ¿qué significa todo esto?- señalas todo y posas tu pie derecho sobre su pecho mientras lo miras desde arriba – ¿a qué juegas?- presionas con la punta hasta verlo entrecerrar los ojos.
La determinación de su mirada cambia por el desconcierto por la agresividad de tus actos.
-¿Por qué haces todo este circo Chase Young?- el desconocimiento de las acciones del joven más los, previamente encontrados, anillos de compromiso te desconciertan – ¿por qué me entregas esto?- no puedes permitirte tener dudas, el no saber algo – he ido por ti para entrenar esta mañana y lo único que encuentro en tu habitación, es un caos y cuatro cajas con cuatro anillos diferentes de compromiso-
Su cara de desconcierto cambia a una de extraña y ridícula vergüenza.
-Dime ¿qué significa que presentes ante mí un anillo de compromiso cuando guardas cuatro más?-
-Ve, veras maestro es una historia bastante graciosa- escuchas un leve crujido viniendo de sus costillas por la fuerza de la presión de tu pie – y podría explicártela si me permitiese levantar-
Lo sopesas un momento, retiras tu pie y le dejas ponerse en pie.
-Habla-
-Bueno, desde hace un par de meses, después de que me dijeses que era de tu propiedad- al decir esas palabras un tono carmín acude a sus mejillas –decidí que era necesaria una demostración más explícita de eso. Por lo que cada vez que salía de la ciudadela aprovechaba para observar las joyerías en busca del símbolo perfecto- toma la caja y retira el anillo de ella – el primero que encontré era muy bonito tan elegante como tú, el segundo era hermoso con caras piedras preciosas en él, el tercero era un exclusivo diseño que pensé combinaría muy bien con usted, el cuarto es una joya que ha estado en la familia desde hace más de cuatro generaciones, pero ninguno era digno de usted-
Lentamente se acercó a ti, tomo tu mano izquierda y deposito en ella el anillo.
-por lo que si aún no era echo el anillo perfecto para usted, yo habría de crearlo-
Una sonrisa cálida y sincera se extiendo en su rostro mientras sientes a tus mejillas llenarse del característico sentir de un fuerte sonrojo como los que solo él podía sacarte.
-entonces maestro- devuelta arrodillado a tus pies – ¿aceptaría tomarme como suyo?-
La nieve a tu alrededor, la decoración y sus ojos te hacen asentir.
Un beso, unas carisias y tu ira desvanecida los conducen a tu cama para consolidar tu propiedad sobre Chase Young.