Nueve bailarinas
Era un espectáculo impresionante.
La belleza del arte de la danza era algo que ni el más habilidoso arte marcialista podría imitar.
Por una extraña razón habías asistido al espectáculo que la universidad realizaba con motivo de las fiestas navideñas, cada área realizaba un espectáculo para presentar y estabas tan asombrado que el espectáculo del área de mecánica fuese una danza al estilo de las geishas de Japón pero en un formato unisex.
Era un espectáculo magnifico lleno de gracia mística que no creías capas a las personas que cursaban cualquier carrera de esa área.
La principal que había captado la atención era una de las chicas del centro, una morena de complexión pequeña que se movía con gran habilidad; eso era hasta que las luces bajaron y en la mitad del escenario apareció un chico de exótica coloración. Sus largos cabello rojos estaban acomodados en un semirecogido con un pasador dorado que hizo que lo confundieses con una chica al principio.
Sus movimientos eran gráciles y fuertes, con la destreza de un verdadero artista que te hacia preguntarte si no era un miembro de la carrera de danza y no un mecánico.
Fue un espectáculo hermoso que hizo que ir valiese la pena.
A pesar de tus negaciones fuiste arrastrado a la fiesta por Wuya y Shadow.
Te estabas aburriendo de manera intensa cuando la bulla de los otros estudiantes se hizo notoria al llegar los bailarines de la presentación del área de mecánica.
Los analizaste a todos, pero no encontrabas al pelirrojo que tanto había llamado tu atención.
Al no encontrarlo y suponer que no asistiría perdiste todo interés por seguir ahí.
Estabas por empujar la puerta para salir del auditorio cuando esta se abrió y revelo a aquel a quien querías ver. Era más hermoso de cerca.
Se quedaron cruzando miradas hasta que apareció Shadow tratando de llamar tu atención. Ella quería que bailasen juntos.
Aprovechaste tu negativa para poder acércate al pelirrojo.
-no puedo bailar contigo Shadow- tu respuesta no le gusto y puso expresión de porque –ya que estoy por bailar con el- señalaste al pelirrojo, tomaste su mano y lo llevaste a la mitad de la pista de baile.
-disculpa lo de hace un momento- le sonreíste de forma predadora y él se sonrojo –mi nombre es Chase Young-
-se quién eres- eso te sorprendió y a la vez no –eres el mejor del área de administración y el que hizo una magnifica demostración de artes marciales junto Guan hace rato-
Su sonrojo combinado con una de las sonrisas más bonitas que hubiese visto en tu vida te dijeron que él tenía que ser tuyo.
-bien tu sabes quién soy, ¿ahora podría yo saber quién eres?-
-Spicer, mi nombre es Jack Spicer-
Te sorprendiste, ese era el nombre del chiquillo que había logrado entrar antes de tiempo por ser un genio. Bien no solo era hermoso, tenía cerebro; definitivamente debía ser tuyo.
Siguieron bailando hasta las dos de la mañana cuando el mostro estar cansado.
Tomaste su mano, lo guiaste a la salida y ya fuera te ofreciste a llevarlo a su dormitorio.
Estando en la puerta de su habitación él te sonrió y pidió tu número telefónico, se lo diste y después de haberlo guardado entro y cerró la puerta. Desconcertado te encaminaste hacia tu propio dormitorio; estabas pensando que fuiste demasiado lento y no solo no pediste su número, tampoco le pediste salir.
Ya estabas por llegar a la salida de los dormitorios de mecánica cuando tu celular sonó por un mensaje entrante.
Espero que podamos
comer juntos más al rato.
Este es mi número.
Soy Jack.
Sonreíste y le enviaste un mensaje con la hora y el lugar para verse e ir a comer.
Bueno después de todo si conseguiste una cita con Jack. Y te encargarías de que no solo fuera una cita.