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¿Ficción o Realidad? por Helsic

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Notas del capitulo:

Notas de la Autora: Y todo comienzo tiene un final *reparte pañuelitos por doquier*

 


 

¿Ficción o Realidad?

Capítulo 15

 

 

Se espero cualquier cosa menos encontrarse con el rostro mojado de KangIn, inclusive se imaginó que sería algún problema interno del edificio, una fan enloquecida, algún paparazzi, cualquier cosa menos KangIn. Tampoco se sentía preparado psicológicamente para aquella aparición, pues aunque acababa de desahogarse por teléfono y aunque alguna parte de su corazón deseaba que KangIn le hubiera respondido en la llamada, otra parte, la que siempre tenía miedo de lo que pasaría, prefería haber hablado un pequeño monologo patético sin obtener respuesta alguna. Quizás porque lo hacía sentir seguro. Ahora observando el cuerpo empapado de KangIn no pudo evitar imaginar lo peor, algo había pasado ¿Porqué iba aparecer así de repente en su casa? Hubiera podido simplemente llamarlo, pero no allí estaba frente a él, con esa expresión que no lograba descifrar. LeeTeuk también vestía una pijama, una de color azul índigo con líneas blancas muy finas, tenía el cabello despeinado y los ojos enrojecidos por las incipientes lágrimas, aún sin aliento se hizo a un lado para que KangIn entrara,  este dio un par de pasos adelante aún jadeando y el líder cerró la puerta, un relámpago cruzó el firmamento iluminando paulatinamente el recinto.

 

- KangIn… ¿Qué haces aquí? – Finalmente pudo articular la pregunta, pero entonces con una brusquedad que él no se esperaba, KangIn lo tomó por los hombros y lo sacudió con fuerza, LeeTeuk cerró los ojos unos segundos ante esta agresión volviéndolos abrir para encontrarse con una expresión completamente enojada de su amigo. - ¿Qué te pasa? – Alcanzó a murmurar antes de que el otro soltara un grito ahogado.

 

- ¿Me estás terminando? – Fue lo que dijo entre jadeos aún por la corrida previa, LeeTeuk lo miró sin entender muy bien a que se refería - ¿Porqué estás tomando una decisión así sólo? – Preguntó de nuevo fulminándolo con unos ojos llenos de cólera contenida.

 

- ¿Estabas escuchando? – Se quejó LeeTeuk mientras fruncía el ceño, comprendiendo las palabras del menor, sintiendo que su corazón volvía a acelerarse después de estar tanto tiempo inerte. KangIn bajó la cabeza unos instantes – ¡¿Porqué no contestaste?! – Esta vez la voz del líder estaba cargada de toda esa frustración que había estado guardando en su interior todo ese tiempo - ¿Cómo crees que me siento? ¡No fue fácil llamarte! – Agregó con reproche, KangIn continuaba con la cabeza baja, aún con sus manos aferradas como garras a los hombros de LeeTeuk, lo apretaba con fuerza, jadeaba aún sin lograr calmar su mente.

 

KangIn levantó el rostro y ambos se quedaron mirando fijamente, de repente sólo se escuchó el trémulo sonido de su respiración apresurada, de repente no existió otro universo que esas oscuras canicas negras que lo miraban llenas de Incertidumbre.

 

- Me gustas – Murmuró con las mejillas enrojecidas, sosteniéndole la mirada por primera vez mientras decía ese tipo de cosas tan vergonzosas, LeeTeuk abrió ligeramente los labios y el color inundó sus mejillas inmediatamente, dejó escapar una exhalación, quizás estaba esperando otras palabras, algo diferente, pero ese ‘me gustas’ había sido tan inesperado que no supo que hacer o que decir. Había deseado por mucho tiempo que le dijera algo así, pero llegado el momento ya no sabía que hacer con el estallido de emociones que de repente había explotado dentro de su pecho, como si se hubiera tragado una granada de mano. La presión en sus hombros disminuyó lentamente y KangIn bajó los brazos desviando la mirada hacía un lado, finalmente había podido decirlo. – No quiero… no quiero que se termine así – Balbuceó finalmente, su respiración comenzando a tranquilizarse.

 

- ¿Porqué me haces esto? – Farfulló LeeTeuk con una mezcla de felicidad y rabia - ¿Porqué siempre vuelvo a ilusionarme? – Agregó cabizbajo, temiendo que aquello no fuera el comienzo de un nuevo círculo vicioso, KangIn era demasiado volátil e impredecible, podría estar diciéndole aquello en ese momento, pero al día siguiente dejar de hablarle en el estudio.

 

Entonces en un nuevo impulso irracional, KangIn lo tomó por los hombros y lo empujó con fuerza haciendo que LeeTeuk se golpeara contra la pared que tenía atrás de si, soltó un ligero gemido inconforme al sentir la molestia en su espalda, ahora KangIn estaba muy cerca de él, mirándolo con furia y con frustración ¿Porqué de repente LeeTeuk dudaba de él?.

El líder frunció el ceño y con sus manos intentó retirar las de KangIn con fuerza, no sería más su juguete ocasional, ya había tomado una determinación y nada cambiaría eso, pero entonces escuchó nuevamente la voz de KangIn, esta vez cerca de su oído, en medio del forcejeo que estaban teniendo tratando de controlarse mutuamente.

 

– Pequeño Tonto… -

 

LeeTeuk lo miró con reproche pero el beso enardecido y apasionado que siguió después le hizo olvidar totalmente aquellas palabras. KangIn literalmente violó su boca, profanándola con una lengua atrevida, aprisionándolo contra la pared, manteniéndolo inmóvil con sus brazos. La granada que se había tragado finalmente estalló en su pecho y todos los pedazos volaron por toda la habitación en un paroxismo de sensaciones envolventes, sus manos abrazaron a KangIn con fuerza no pudiendo evitar que un par de lágrimas se desbordaran de sus ojos, nuevamente era el idiota que se dejaba convencer con un beso. KangIn detuvo el beso y tomó el rostro del líder por las mejillas, observó aquella expresión de dolor mezclada con felicidad que ya conocía tan bien y que le rompía el alma.

 

- Mi pequeño Hyung… -  Murmuró esbozando una débil sonrisa, le limpió las lágrimas con los dedos y besó el rastro dejado por ellas en las mejillas, el líder lo seguía con la mirada lleno de expectación. Volvió a besarlo, esta vez con gentileza con la delicadeza que nunca había usado antes. El líder se sorprendió frente a ese nuevo beso, tan suave, lo llevaba lentamente a límite de su propia cordura, era como una especie de muerte mordida y lenta. Las manos de KangIn bajaron por sus hombros y se sumergieron en su espalda, tan desesperantemente lento que LeeTeuk sintió que moriría con el letargo. Finalmente la caricia se convirtió en un abrazo, mientras el beso continuaba, un abrazo que el líder no pudo evitar corresponder, apretó a KangIn con fuerza como si se fuera a caer a un precipicio si no lo hacía, se sostuvo a él como si fuera la única salvación, se entregó totalmente a ese beso.

 

- KangIn…- Murmuró separándose del beso con las mejillas coloradas, con el corazón queriéndole salir de su pecho, pero KangIn acalló sus palabras con un nuevo beso, esta vez tan apasionado como el primero, fuerte y lascivo, lo acarició con deseo, sentía como sus dedos quemaban su piel al rozarla, demasiado calor a pesar de que estaba totalmente empapado, KangIn sentía como el deseo lo poseía por completo, esta vez no estaba borracho, todo aquello lo estaba realizando de manera consciente, se quería dejar llevar de manera conciente. Quería hacerlo. Ya había aguantado demasiado esperando tomar esa cereza húmeda que ofrecían los labios de LeeTeuk, no quería perderlo, no quería dejar de sentirlo. Metió sus manos por dentro de la pijama de LeeTeuk acariciándole el pecho, el líder dio un respingo al sentir los dedos fríos y húmedos de KangIn rozando la punta de sus tetillas, aquella sensación le envió un choque eléctrico a todo su cuerpo, llenándolo de curiosidad por saber hasta donde sería capaz de llegar el menor. Un débil gemido se escapó de sus labios cuando KangIn las apretó entre sus dedos, aquella sensación deliciosa que le corría la columna vertebral y hacía que las piernas se le doblaran sin fuerza, lo deseaba demasiado, ya no sería capaz de detenerse. Ahora estaban solos en su apartamento nadie podría detener lo inevitable. Lo besó con más pasión demostrándole al menor que permitía hacerle lo que quisiera, que ya nada le importaba.

 

KangIn mordió su labio inferior con fuerza, de la misma forma como lo había hecho el día del performance, chupó su labio en su boca como si se tratara de un dulce, separó su rostro para apreciar la expresión excitada de LeeTeuk, observó su mirada lasciva,  sus mejillas sonrojadas al igual que sus labios entre abiertos, esa vergüenza mezclada con deseo y debilidad. Esa mezcla que lo volvía loco, que lo incitaba a poseerlo a doblegar esa voluntad con sus caricias, cosa que no resultaba muy difícil para KangIn, pues justo ahora, mientras le acariciaba el pecho el concierto de Gemidos tímidos y débiles que dejaba escapar el líder en medio de la vergüenza lo hacía desear ir más lejos, arrancar gritos de su boca, poseerlo por completo. KangIn era conciente de que sus manos frías estaban enloqueciendo al líder con sus caricias era como si le estuviera paseando un cubo de hielo por el pecho y espalda, notaba como LeeTeuk se arqueaba con cada caricia. Amó tener el poder absoluto, amo saber que el líder estaba completamente entregado para él. Paseó sus labios por su barbilla y la mordisqueó antes de bajar por su cuello, lamió su manzana de Adán, mordiéndola suavemente también. Otro débil gemido casi imperceptible, ahogado entre el sonido de la lluvia que golpeaba las ventanas con furia.

 

LeeTeuk a pesar de su vergüenza, decidió que también debía corresponder, sobre todo porque no quería ser tan sumiso para KangIn, le gustaba la idea pero, el también era un hombre, tenía que demostrarle que no era una niña frágil como las muchas que probablemente había poseído en el pasado, si aquel juego iba a continuar no sería él quien perdería. Con este pensamiento LeeTeuk desabotonó la chaqueta de cuero de KangIn descubriendo que este no traía nada más debajo, la deslizó por sus hombros hasta que esta calló quedando solo en sus brazos, con disimulo se la terminó de quitar, dejándolo descubierto por completo, admirando la perfección de su pecho y sus brazos fruto de años de entrenamiento de Taekwondo. Era curioso que nunca antes se hubiera percatado de aquello, sonrió levemente y paseó sus manos por su pecho y espalda con la misma pasión con la que lo había besado. Estaba frío y húmedo, sintió como sus dedos resbalaban por la piel, del cabello aún goteaba agua que le permitía juguetear deslizando sus dedos en círculos. Bajó su mano lentamente hasta el borde del pantalón, recordando lo que había sucedido en la cama de SungMin, KangIn pagaría por eso. Pagaría por querer aprovecharse de él mientras dormía, sonrió con picardía metiendo los dedos allí unos segundos, sintiendo la ropa interior de KangIn y la punta de su entrepierna que parecía estar anhelando sus caricias.

 

- ¿Qué te estás creyendo? – Habló KangIn y aquellas palabras lo desconcertaron unos segundos, se quedó mirándolo sin comprender - ¿Quién te dio el permiso de hacerlo? – Agregó y LeeTeuk rió con ganas ante aquel reclamo.

 

- ¿Necesito un permiso? – Preguntó con tono de burla – Se que lo deseas… eso es suficiente – Confirmó deleitándose con la expresión desconcertada y derrotada de KangIn, conocía que tan orgulloso podría llegar a ser el menor, sabía que aquello debía estar llenándolo de coraje. Pero no había nada que pudiera hacer, LeeTeuk estaba totalmente seguro de que KangIn lo deseaba tanto como él.

 

Entonces inesperadamente KangIn se giró hacía atrás alejándose de LeeTeuk quien se quedó mirándolo con curiosidad, cuando se volvió a girar tenía la corbata que él mismo había dejado caer sobre el mueble cuando había entrado en el apartamento en sus manos, el líder no se alcanzó a imaginar lo que vendría a continuación y no estaba muy seguro si de haberlo sabido hubiera querido detenerlo. KangIn tomó sus manos con fuerza aprovechando su sorpresa y las amarró con la corbata encima de su cabeza. Observó el rostro asustado y sorprendido de LeeTeuk esperando no olvidar aquella expresión nunca, adoró esa mezcla de incertidumbre con deseo. - ¿Qué haces? ¡Suéltame! – Exigió el mayor pero sólo recibió una risa burlona como respuesta mientras era conducido a su propia habitación y era tumbado en su cama de manera brusca.

 

KangIn lo contempló parado al pie de la cama, era la mirada de un predador que está a punto de comerse a su presa, pero que jugaría primero un rato con ella para torturarla lentamente antes de morir.

 

LeeTeuk se revolvió indefenso en la cama, tratando de liberar sus manos, sus mejillas no podían estas más rojas ahora ¿Qué pretendía KangIn? Aquello era una locura, el menor abrió su armario de par en par y comenzó a buscar algo, el líder lo miraba entre preocupado y curioso, trató de liberar sus manos, pero el nudo que había hecho KangIn era bastante fuerte, maldijo mentalmente aquella situación. Cuando el menor se giró tenía en su mano una venda blanca, LeeTeuk la reconoció, a veces usaba vendas en las articulaciones cuando tenían ensayos de las coreografías, le servía para evitar lesiones por los movimientos bruscos. Pero presentía que ahora adquiriría un nuevo uso en manos de KangIn.

 

Y en efecto, el menor le colocó la venda sobre los ojos tapándoselos por completo. LeeTeuk se removió nervioso, de hecho comenzaba a sentir miedo, aquello ya no le estaba gustando, se sentía totalmente indefenso frente a KangIn y la experiencia y el tiempo que llevaba de conocerlo le había enseñado que el menor era demasiado impredecible.

 

- ¿Que haces? – Exigió saber sin poder ver lo que hacía KangIn – ¿Estas loco? ¡Quítame la venda! – Pero a modo de respuesta, los labios del menor aprisionaron los suyos en un nuevo beso que le secó el aliento. De repente unas manos levantaban su pijama y dejaban su pecho al descubierto. Sus mejillas se sonrojaron aún más, con esta nueva acción. No podía ver los movimientos de KangIn gracias a la venda y la incertidumbre lo embargaba por completo, sentía una sensación vertiginosa como la adrenalina mientras esperaba con impaciencia lo que haría a continuación. – Ah… -  Gimió levemente cuando sintió los labios del otro sobre su ombligo, paseó su lengua tibia por su pecho lamiéndolo como un gato obediente. Haciendo que inevitablemente su cuerpo se contorsionará como un gusano en una brasa.

 

KangIn realmente estaba haciendo un alarde de fuerza de voluntad en ese mismo momento, pues los reclamos que reflejaban el temor del líder lo incitaban a continuar, tenerlo ahí amarrado, totalmente indefenso para él lo hacía perder el control sobre si mismo, pero debía controlarse, iba a ir despacio, iba a destruir los nervios de LeeTeuk, eso se merecía por intentar retarlo, por intentar dominarlo minutos antes. Paseó un dedo frío por su pecho dibujándolo y llegó hasta el borde del pantalón de la pijama, paseó sus dedos jugueteando con ellos por el borde, quería que LeeTeuk le pidiera tocarlo, quería escuchar que le rogara. Esa idea lo llenaba de morbo, le había fantasear con esa misma voz que ahora dejaba soltar ocasionales suspiros. LeeTeuk movió sus piernas buscando esa caricia que aún no llegaba, no podía evitarlo, su cuerpo reaccionaba así su orgullo le dijera lo contrario, quería ser tocado por KangIn. El menor se apresuró a quitar la mano para evitar el contacto con sus dedos, arrancándole un puchero lleno de frustración al líder.

 

- No estás en posición de exigir nada Teukie – Comentó suavemente, haciendo un gran esfuerzo para no tirársele encima y darle todo lo que quería, se montó sobre él quedando con las piernas y manos a ambos lados de su cuerpo, acercó su rostro a la oreja de su hyung, lamió el lóbulo con lentitud, escuchó la respiración agitada del otro – Si lo pides de una manera correcta… quizás lo haga – Susurró en su oreja produciéndole millones de cosquillitas con su aliento cálido.

 

LeeTeuk giró el rostro hacía un lado, sintiéndose humillado e impotente, quizás en otra situación aquello habría sido inaceptable, pero en ese momento, cuando por fin sentía que era correspondido por KangIn, en ese momento en que su excitación alcanzaba niveles insospechados su orgullo y voluntad eran una miserable broma que no quería tener en cuenta. Lleno de vergüenza, tratando de ocultar su rostro hacía un lado, LeeTeuk murmuró un – Por favor – Con una voz apenas audible en medio del ruido provocado por la tormenta exterior.

 

KangIn sonrió triunfalmente, aquello había llenado totalmente sus expectativas, ese precioso rostro sonrojado y avergonzado, rogando para que continuara. No lo hizo esperar, inmediatamente metió su mano dentro de la Pijama de LeeTeuk tomando su miembro con su mano derecha, haciendo que el líder gimiera con la sorpresa. Comenzó a acariciarlo lentamente, sabiendo que aquello terminaría por enloquecer al líder, sabía como debía hacerlo, en que intensidad y de que manera para que alcanzara un orgasmo rápidamente, porque era hombre y conocía perfectamente su cuerpo, pero no lo haría, alargaría la espera para torturarlo un poco antes de darle ese placer tan anhelado.

 

- KangIn… por favor… desátame – Suplicó el líder entre jadeos, KangIn lo dudo por unos segundos, pero luego decidió que sería interesante saber que haría LeeTeuk en venganza, le desató sus manos, liberando el nudo de la corbata, contrario a lo que esperaba, LeeTeuk no se quitó la venda de los ojos, con las manos libres tanteó a ciegas hasta que encontró el cuerpo de KangIn a su lado y bajó con ellas hasta su pantalón, KangIn se imaginó que probablemente con los ojos vendados, el líder tendría menos vergüenza de hacer lo que quería. Y se encontró con que tenía toda la razón, pues LeeTeuk bajó el pantalón de la pijama a ciegas y tomó el miembro de KangIn con las manos, parecía dudar si debía hacerlo o no, el sonrojo ahora le llegaba hasta las orejas, el menor no sabía que iba a hacer, pero acarició el rostro del líder con cariño, haciéndolo sentir con la confianza suficiente para hacer cualquier cosa.

 

Cual fue la sorpresa de KangIn, al ver que el líder bajaba su cabeza y tomaba su miembro con su boca. Abrió tanto los ojos que le dolieron con la sorpresa, nunca se esperó que el líder hiciera algo tan atrevido como eso, de hecho era algo que escapaba a su imaginación heterosexual, de hecho creyó que era demasiado inapropiado, sin embargo la sensación de placer que lo embargó a continuación lo hizo olvidar rápidamente lo inapropiado que podía llegar a ser. La boca de LeeTeuk  estaba tibia y húmeda, se sentía demasiado bien mientras besaba y lamía su entrepierna, KangIn no podía evitar arquear su espalda hacía atrás sintiendo las oleadas de placer que casi lo hacían alcanzar el clímax. KangIn mantenía su mano sobre el cabello revolcado de LeeTeuk siguiendo los movimientos que este le imponía, estaba demasiado cerca, pero no quería llegar en la boca del líder, lo retiró suavemente con la mano y buscó sus labios para darle un nuevo beso. Desato la venda de sus ojos mientras continuaba el beso, el mayor lo miró avergonzado, KangIn le sonrió aún sin poder creer que aquello hubiese pasado, pero había pasado y lo había permitido así que no tenía ningún derecho de reprocharle nada. Se quedaron unos segundos allí sentados en la cama en silencio, sin saber si existían palabras apropiadas para un momento así, ambos demasiado excitados para detenerse, ambos demasiado consientes de la locura en la que se había convertido todo aquello.

 

Finalmente KangIn lo empujó a la cama con gentileza y se recostó a su lado para volver a besarlo, la pasión volviendo a consumirlos inevitablemente como un dragón que devora todo a su paso, su mano buscó la entrepierna de LeeTeuk para continuar lo que había empezado y el líder hizo lo mismo, también aprisionó el miembro de KangIn con su mano. Los gemidos suaves y apasionados, no tardaron en volver a salir tímidamente de sus labios, mientras ambos alcanzaban un delicioso clímax en donde todo desapareció al su alrededor, para sólo quedar esa sensación que tensionó por completo sus cuerpos y los hizo flotar ingrávidamente en medio de un paroxismo de sensaciones, en medio de una oleada de placer, que los hizo olvidar quienes eran, porque estaban allí y todas las malditas frustraciones y tristezas que habían sentido hasta ese momento.

 

Exhaustos por la sensación se quedaron un rato más tendidos allí mirándose mutuamente sin articular ninguna palabra, un silencio que por primera vez no fue incómodo, sino más bien necesario, hasta que se quedaron dormidos.

 

 

 

***

 

 

Al día siguiente el reloj despertador sonó estridentemente en la habitación, haciendo que KangIn se levantara de golpe con expresión desubicada y un terrible nido de pájaros en su cabello revolcado. Miró a su lado y en la cama yacía un LeeTeuk plácidamente dormido, semi desnudo, una sábana cubriéndolo apenas hasta la cadera, KangIn tuvo una inevitable sensación de Dejavu y recordó que hacía un par de noches había amanecido de igual forma al lado de LeeTeuk pero en su apartamento, esa noche habían bebido mucho pero sólo se habían abrazado. Recordó también la broma que había hecho el líder y que casi lo mata de la impresión. Pues aquella broma finalmente se había hecho realidad y ahora recordaba perfectamente todo lo que había pasado en la noche anterior. La sensación de miedo continuaba latiendo en su pecho, esa maldita incertidumbre que iba a terminar por matarlo.

 

Le tiró una almohada a LeeTeuk en la cara para despertarlo, pero este se enrolló más en las sabanas murmurando algo inteligible. Entonces KangIn lo empujó con sus manos hasta que cayó de la cama con un ruido sordo contra la alfombra. La cabeza del líder asomó por el borde de la cama con expresión desubicada y confundida y con un leve dolor en el costado. KangIn no pudo evitar reír con ganas mientras salía de la habitación y buscaba algo de comer en la cocina.

 

Minutos después estaban desayunando rápidamente conscientes de que esta vez no podían llegar tarde a la grabación,  el manager creería que se les había vuelto costumbre y no podían abusar de la confianza y paciencia del jefe. No intercambiaron muchas palabras a decir verdad, se limitaron a comer, LeeTeuk demasiado concentrado en sus galletas y KangIn demasiado concentrado en su café con leche. En vista de que KangIn no podía ir su apartamento por ropa y volver al estudio, el líder le prestó uno de sus pantalones y también una camiseta de manga larga negra que le quedó un poco estrecha en el pecho y los brazos. Salieron del apartamento intercambiando sólo frases casuales como “No olvides las llaves” o “¿Tomaste el libreto?” y finalmente tomaron un taxi que los llevó rápidamente a su destino.

 

Cuando llegaron al estudio, justo entraba DongHae con SungMin, quien tenía una expresión de tristeza que nunca antes le habían visto. LeeTeuk cerró los ojos esperando la avalancha de preguntas que DongHae y SungMin probablemente le harían por el hecho de haber llegado con KangIn, pero en cambio de eso se limitaron a saludar demasiado parcamente. De hecho ambos pudieron notar que el resto de los integrantes de Super Junior que estaban en ese momento en el lugar los miraban con curiosidad y con cierto aire de preocupación. Pero ninguno se atrevía a preguntar o decir nada. Aquella incómoda situación no le gustó para nada a LeeTeuk, quien quería aferrarse a los hechos de la noche anterior para que la felicidad que creyó que había alcanzado no se esfumara por alguna tontería sin importancia, así KangIn no le estuviera hablando, tal y como presentía que pasaría.

 

Pronto el manager los dividió a todos y comenzó a dar ordenes a los camarógrafos y demás utileros para comenzar las respectivas grabaciones y el día pasó sin ningún contratiempo, pudieron grabar la escena en exteriores en donde iban en la camioneta sin ningún problema y llegaron rápidamente a la escena en donde todos se quedaban a dormir en el motel. A pesar de que todo avanzaba con normalidad, LeeTeuk no podía evitar pensar en lo que sucedería a partir de ese momento con KangIn, en si después de lo ocurrido seguirían adelante con esa situación, porque las palabras de KangIn habían sido claras en la noche anterior, le había confesado que le gustaba y además había ido en medio de la lluvia a buscarlo, sólo para que las cosas ‘no terminaran así’, como él había decidido por teléfono. Deseaba con todas sus fuerzas que aquello no hubiese sido un mágico sueño, una felicidad efímera pero que se alimentaba de su cuerpo como una sanguijuela dejándolo totalmente vacío. Suspiró tratando de no pensar en ello pero era inevitable, cada que veía a KangIn no podía evitar recordar lo sucedido.

 

Entonces mientras EunHyuk y DongHae intentaban hacer una escena en la que ambos debían abrazarse dormidos, la mano de KangIn se deslizó por debajo de las sábanas y buscó la mano de LeeTeuk quien estaba sentado a su lado, con la sabana tapando las piernas de ambos mientras observaban la escena de DongHae y EunHyuk. Sintió la mano de KangIn tomando la suya con indecisión, pero al cabo de unos segundos, la apretó con un poco de fuerza, LeeTeuk se sonrojó, sabiendo que nadie se estaba dando cuenta de lo que sucedía bajo las sábanas, giró su rostro hacía el de KangIn, quien le dedicó una fugaz sonrisa, una sonrisa que despejó cualquier duda que hubiese tenido en ese momento. Una sonrisa cálida y transparente como el canto de los gorriones en las mañanas bañadas por el roció. Entonces el líder tomó la mano de KangIn y entrelazó sus dedos con los de él, sonriendo también, bajando un poco la cabeza para que nadie notara su expresión de idiota feliz.

 

Ninguno de los dos sabía que nombre tendría aquella relación. Ninguno de los dos sabía si seguiría siendo una amistad, lo único que tenían seguro era que con aquella unión de sus manos, estaban aceptando que afrontarían juntos cualquier cosa que vinieran en el futuro. Sin importar lo que fuera.

 

 

FIN

Owari

 

Notas finales:

 

Notas de Helsic: *Snif* Finalmente el fin de Ficción o Realidad, finalmente después de tanto esperar, tuvieron que pasar 15 capítulos y el equivalente a 114 páginas tamaño carta de Word para que KangIn y LeeTeuk pudieran aceptar lo que sentían! Oh como extrañaré escribir este fanfic. Mi primer fic de Super Junior, mi primera incursión en el fandom de KangTeuk! Espero poder escribir próximos mejores, aunque este siempre tendrá un lugarcito especial en mi corazón por haber sido el primero. A todas muchas gracias por leer. Sin ustedes este fic no hubiera tenido razón de ser, porque es por ustedes por lo que finalmente lo he escrito y por supuesto por el goce personal de disfrutar de este par de niños. Muchas gracias a Shingo por su gran ayuda con este fic, sin él este fic no sería lo que es, me dio excelentes ideas para su desarrollo. Y no siendo más, espero que nos veamos nuevamente en otro fic.

 

KangIn: Por fin se acabó el suplicio!! *Exclama emocionado*

LeeTeuk: si, por fin. Aunque pensé que el lemon sería peor…

Helsic: No era TAN necesario ^^’ finalmente salió demasiado tierno y muy soft jojo

KangIn: Sabía que no te ibas a quedar sin escribirlo, estás fangirls son todas unas pervertidas

LeeTeuk: Así es. Finalmente la telenovela KangTeuk terminó. Lo único que faltó para que quedara igualita a una telenovela latina fueron los nombres!

Helsic: No me tiren tan duro por diox ;_; tengo sentimientos…

KangIn: Ohh Mario LeeTeuk de Guadalupe, no puedo soportarlo más!!!

LeeTeuk: KangIn Alfonso de Jesús, mi corazón y mi cuerpo son tuyos ahora,  hazme tuyoooo!

Todos: LOL

EunHyuk: ¡¡hahaha!!, SungMin sería la mala conspiradora!!! *señala a SungMin*

DongHae: ¡Si! Verónica SungMina hahah

SungMin: ¿Por qué no puedo ser el MALO? ¿Cómo que la mala? *Hace énfasis en la última palabra*

Todos: LOL *Menos SungMin que hace puchero*

Hangeng: ¿Y alguien más quiere Arroz frito de Beijing? *Apareciendo del armario*

Todos: WTF?

KangIn: ¿Cuantas ollas de arroz Frito de Beijing hiciste Hangeng?

Todos: lol *Menos Hangeng que sigue sin entender desde hace cuatro capítulos*

 

 

Terminado de escribir el 16 de Junio del 2007 a las 6 pm


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