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A Stray but Bulletproof family por Nia_Kaia

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Notas del capitulo:

Holaaa! *--*/ 

 

Perdon por la tardanza pero ya estamos aqui de nuevooo

 ¿Despertarse a las 6 de la mañana? ¿Día de clases completo? ¿Profesores ya dejando toneladas de tarea? ¿Clases extra los fines de semana?

La semana y el año escolar apenas acababan de comenzar y Woojin ya necesitaba vacaciones. Para sumarle cosas a su mal humor, apenas había podido comer durante la hora del almuerzo porque un profesor decidió extender la clase casi veinte minutos y el próximo decidió empezar la clase antes. Así que en ese momento lo que menos necesitaba era que lo molestaran, o que le hablaran siquiera. Necesitaba dormir una siesta de media hora, y comer algo antes, y luego volvería a ser el mismo de siempre.

Pero al llegar a su casa una sorpresa que no esperaba lo recibió:

— ¡Woojin-ah! — la risueña voz de su tía favorita lo recibió.

— ¡Tía Jen! — Woojin dejó caer su mochila al suelo y corrió hacia los brazos de su tía quien ahora era más pequeña que él.

— Woojin-ah, debes dejar de crecer. — se quejó ella y él rió.

— No es mi culpa que tú no hayas crecido. — le respondió cariñosamente y su tía ahogó un grito de forma dramática haciendo reír a su sobrino.

— ¿Woojin-ah, ya estás en casa? — le preguntó su papá llegando desde la cocina hasta la sala sosteniendo una pila de libros, al ver que su hijo mayor estaba solo le preguntó: — ¿dónde están tus hermanos?

Jennie se giró hacia él y le recriminó:

— ¿De verdad te haces llamar su “padre”? Hasta yo sé que Minho hoy comenzaba de nuevo sus clases de baile y que Chan iba a ir a clases de rap.

— ¿Y tú cómo sabes eso? — Namjoon la miró entrecerrando los ojos.

— Se llama escuchar a tu esposo cuando habla, bebé. — Jin apareció a su lado y le dio un beso en la mejilla.

— Exactamente, hermano. — agregó Jennie haciendo que Namjoon suspirara:

— Ustedes se juntan a tomar el té todos los días, es imposible estar al tanto de todo si uno no toma el té con ustedes.

— Solo es una vez por semana, papá. — se rió Woojin poniéndose del lado de su tía y de su padre adoptivo.

— De acuerdo, unanse todos contra mí. Iré a preparar las clases de la semana. Disfruten su té. — Namjoon le dio un beso en la mejilla a su esposo y le sacó la lengua a su hermana antes de dirigirse al pequeño estudio que tenía en una de las habitaciones de la casa.

— Bien, ahora que Namjoon-oppa se ha ido podemos pasar a hablar de cosas más importantes. — Jennie se giró hacia su sobrino y levantando una ceja le preguntó — ¿Ya has elegido a tu próxima presa?

— ¡Jennie! — Seokjin le tapó las orejas a Woojin dramáticamente mientras le respondía — Mi bebé no anda pensando en esas cosas.

A pesar del intento de su padre Woojin pudo oír perfectamente la respuesta de él, así que para molestar a su papá respondió:

— De hecho hay un profesor que…

— ¡Kim Woojin no! — chilló Seokjin haciendo que su hijo y su cuñada rieran.

— No es cierto, papá, por favor, quién crees que soy, ¿Minho? — Woojin hizo la mímica de tirar su cabello hacia atrás a pesar de que su cabello le llegaba arriba de las orejas.

— Es cierto, papá, por favor, yo sí que ya he puesto en la mira a un profesor. — dijo Minho apareciendo de pronto en la sala y guiñandole un ojo a su papá.

— ¡Ese es mi sobrino! — al pasar por el lado de su tía ellos chocaron los cinco haciendo que Jin enloqueciera.

— ¿Qué…? — Minho siguió su camino casi corriendo hasta su habitación con Jin pisándole los talones mientras lo llamaba a gritos — ¿¡Kim Minho, qué estás insinuando!? — Jennie y Woojin se quedaron en la sala riendo ante la escena.

— ¡Es una broma! — se defendió su hijo mientras buscaba ropa deportiva y la guardaba en su mochila. Su padre al ver lo que hacía y percatarse de la hora lo miro extrañado. — Olvidé que hoy empezaba las clases en la academia y no llevé ropa para cambiarme después de la escuela, por eso debo salir corriendo de aquí para llegar a tiempo.

— Bien, haz lo que quieras, solo no te enamores de tus profesores, tienen nuestra edad por Dios. — Seokjin se masajeó el entrecejo.

— No te preocupes, solo miro niños más jóvenes. — le respondió Minho con una sonrisa ladeada y Seokjin volvió a mirarlo frunciendo el ceño.

— ¿Qué significa eso?

— ¡Voy tarde, lo siento!

Minho salió dando zancadas, al pasar junto a su hermano y a su tía la abrazó a ella y le palmeó el hombro a él para luego salir de la casa y correr en dirección a la academia.

Por suerte no quedaba tan lejos, un viaje de quince minutos desde su casa, si la suerte estaba de su parte llegaría justo a tiempo para cambiarse y solo haber perdido tres minutos de estiramiento. El colectivo que lo llevaba hasta el lugar llegó a horario y por el momento del día estaba bastante vacío, por lo que pudo sentarse y recuperar el aliento.

— ¿Minho-sunbae? — una voz lo llamó desde detrás y Minho se giró hacia el chico que lo miraba apoyado en el respaldo del asiento en el que él se encontraba haciendo que por un segundo sus rostros quedaran tan cerca que Minho pudo percibir la menta de la pasta dental del chico. — ¿No te acuerdas de mí? Hoy almorzamos juntos… — el chico lo miró lastimosamente y Minho perdió el aliento.

— ¿Ji...sung? — esperó no haberse equivocado en el nombre y supo que era correcto cuando el chico sonrió ampliamente.

— Por un momento creí que te habías olvidado de mí y me sentí muy triste. — Jisung puso una mano en su corazón y cerró los ojos en un gesto exagerado provocando que Minho riera. Jisung volvió a mirarlo sonriendo. — ¿Sueles tomar este colectivo seguido?

— A veces, sí. — Le respondió el mayor extrañado por la pregunta.

— ¡Genial! Quizás nos encontremos aquí más seguido entonces, hace poco que vivo en este barrio.

— Quizás podría hacerte una visita guiada entonces. — sugirió Minho sonriendo y Jisung se congeló al ver la expresión tan adorable del mayor. Abrió sus ojos y su boca y noto que estaba mirándolo por más tiempo del que se consideraba normal, así que tosió nervioso y decidió mirar por la ventana.

Minho se levantó de su lugar y se sentó en el asiento vacío al lado del menor y se acercó para poder mirar por la ventana también.

— ¿Qué estás viendo? — preguntó Minho.

Al sentir la proximidad Jisung ladeó su cabeza dejando sus labios muy cerca de la mejilla de Minho. Si en ese momento Minho se moviera un poco ellos seguro…

No, no, eliminar pensamiento. Abortar misión.

Jisung rió nervioso y se alejó lo más que pudo dado el hecho de que Minho prácticamente estaba sobre él.

— Oh, lo siento. — Minho se disculpó y volvió a su lugar dejando a Jisung perturbado por su reacción.

¿Acaso Jisung acababa de imaginar que besaba a Minho? ¿Casi un desconocido? No, esperen, eso no era lo peor. ¿¡Un chico!? Jisung debía controlarse. No tenía nada en contra de los homosexuales, su padre se identificaba como uno incluso, pero él no lo era. No, no y no.

Minho de pronto empezó a buscar algo en su mochila, sacó una lapicera y sin que Jisung pudiera decir nada, agarró su brazo y comenzó a escribir algo en este. Luego guardó su lapicera, cerró su mochila y se levantó diciendo:

— Aquí me bajo. Avísame cuando tengas un tiempo libre para visitar el barrio. — y con una última sonrisa, Jisung lo observó bajar del colectivo mientras él aún seguía en silencio.

¿Qué acababa de pasar? ¿Minho lo había provocado? ¿Le había escrito el brazo? ¿Lo había invitado a una semi cita? ¿Podía invitar a su hermano o debía ir solo? ¿Quería él que Seungmin estuviera ahí también? Esperen, ¿qué le había escrito?

Jisung pestañeó y lentamente fue recuperando la noción del tiempo. Bajó su cabeza hacia su brazo y se encontró con un número telefónico en una letra muy prolija seguido de un “no te olvides de hyung xoxo”. Jisung abrió los ojos avergonzado por las palabras de Minho mientras sentía sus mejillas calentarse. Aunque el día estaba cálido se puso la campera que llevaba en su mochila y decidió que no se la sacaría hasta volver a su casa. Cuando quizás tendría el valor suficiente para enviarle un mensaje a Minho para que él pudiera tener su número también.

 

°~°

 

— ¿Estás bien, Jisung-ah? — la voz de la profesora de canto logró hacer que Jisung volviera a la tierra. — Te noto distraído desde hace un rato.

Jisung pestañeó y movió su cabeza frenéticamente para intentar centrarse en la clase y dejar de viajar entre escenas imaginarias que jamás pasarían.

— Lo siento, profesora. — sopló con fuerza y volvió a intentar el ejercicio que debía realizar, pero su profesora tenía razón, en ese momento no estaba concentrado para recordar colocar su boca de cierta forma para poder afinar y vocalizar. Volvió a fallar haciendo que la profesora parara la música del teclado y girara para enfrentarse a él:

— ¿Quieres tomar un descanso? Si quieres podemos hablar un rato.

Jisung se rascó la cabeza molesto y preocupado, no entendía cómo los sucesos ocurridos más temprano no lo dejaban en paz. Se sentó en el taburete que estaba detrás de él. La profesora se levantó y fue a buscar un vaso con agua mientras le preguntaba:

— ¿Has tenido un buen día en la escuela? — volvió a donde se encontraba Jisung y le tendió el vaso, él lo agarró y lo sostuvo entre sus manos.

— Hoy conocí a un chico que de verdad rapea muy bien.

— Mhm… — ella asintió y observó a su alumno tomar un sorbo de agua. — ¿Sentiste que era mejor que tú?

— S-no, ¡no! — Jisung volvió a sacudir su cabeza. — Solo era… no lo sé, nunca había escuchado a alguien que rapeara con tanta fuerza. Era diferente.

— Ya veo. Sin embargo algo me dice que eso no es todo.

Jisung automáticamente llevó su mano derecha hacia su brazo izquierdo. Pudo sentir arder su piel bajo la tela de la campera. ¿Ella no lo había visto en el colectivo, o sí?

Ella lo miró entrecerrando los ojos pero no indagó más, después de todo si Jisung no quería contarle debía respetar su decisión. Él era uno de sus alumnos más antiguos y se veían cada dos semanas, con el paso del tiempo habían desarrollado una relación cercana, y él a veces le contaba sus preocupaciones, ella sabía que llegado el momento, y si él creía que ella podía ayudarlo, le contaría. Miró el reloj de su muñeca y al ver que faltaban cinco minutos para que acabara la clase decidió intentar ayudar al joven.

— Una vez conocí a alguien diferente a todos. — Jisung levantó su cabeza para ver a su profesora mirando un punto en el espacio —

Parecía que nada le preocupaba y que pasara lo que pasara podría afrontar todo con una sonrisa. — Con un gesto demasiado cotidiano, ella acomodó el mechón de su largo cabello rubio que había caído sobre su cara. — Siempre lamenté no haber sido lo suficientemente valiente como para quedarme a su lado. — Ella miró a Jisung a los ojos al decir: — nunca sabrás lo que puede pasar si no lo intentas.

Ella sonrió y en ese momento el timbre sonó. Ella se volvió a parar para ir a recibir al padre de su alumno mientras Jisung aún meditaba sobre las palabras de su profesora. Guardó sus cosas en silencio y recorrió el camino hasta la puerta, pasando por el largo pasillo de la casa donde al final pudo ver a su padre en el rellano de la puerta hablando animadamente con su profesora.

— ¡Ahí está mi ardilla favorita! — exclamó Jeon Jungkook al verlo. Jisung en cambio, lo ignoró, hizo una reverencia a su profesora y se despidió. Jungkook lo vio alejarse en dirección al auto y luego abrir la puerta del copiloto para entrar en éste.

— Habla con él, Jungkook. — le pidió Rosé. Jungkook suspiró y le sonrió a su vieja amiga.

— Gracias por hoy de nuevo. Nos vemos mañana entonces.

— Por supuesto, siempre y cuando Seungminie no se haya ido antes de que llegues.

Jungkook volvió a suspirar, con más cansancio esta vez.

— Estos chicos pueden ser muy difíciles a veces.

— Ya sabes que siempre puedes usarme como niñera, adoro a tus hijos.

— Lo sé, gracias, noona.

Roseanne le regaló otra sonrisa y Jungkook se despidió de ella. Pero antes de alejarse lo suficiente recordó algo. Se giró otra vez hacia ella.

— Hoy he visto a Jimin, noona.

La sonrisa de ella se transformó en una expresión preocupada: frente arrugada, labios torcidos y brazos abiertos para recibir a su amigo quien probablemente necesitaba un abrazo. Jungkook dio dos largos pasos para dejarse sostener por su amiga. Ella era la única que sabía la verdad, ella era quién lo había acompañado cuando Jimin se fue, ella era la que lo había obligado a seguir adelante, sí obligado. Jungkook estaría agradecido para siempre con su amiga, quién había sido fuerte por él.

— Te invitaría a tomar helado y ver películas románticas clichés pero tienes dos hijos a quienes debes cuidar. Si quieres puedo ir a tu casa y preparar la cena, así puedes dormir.

Jungkook sonrió con los ojos cerrados y aún abrazándola le respondió:

— Gracias, noona. Pero creo que ya soy lo suficientemente mayor como para superar mis problemas amorosos.

— De acuerdo, como digas. — ella lo alejó un poco pero sostuvo sus manos entre las suyas. — Pero cualquier cosa me llamas inmediatamente, aunque sean las tres de la mañana y no puedas dormir, especialmente si son las tres de la mañana y no puedes dormir.

— Gracias, noona.

Con un suave apretón de manos Jungkook se despidió de su amiga y se reunió con su hijo en el auto.

— ¿Todo está bien? — le preguntó Jisung al verlo entrar.

— Sí, sí, lo está. Siento haberte hecho esperar. — Jungkook se puso el cinturón y encendió el motor. Saludó por la ventana a Rosé quien le devolvió el saludo desde la puerta de su casa antes de entrar en esta. Jungkook arrancó el motor y el suave movimiento del vehículo logró hacerlo olvidar todo.

¿Quién era Park Jimin y qué le importaba a él que hubiera aparecido de pronto? Decidido a no dejar que eso lo molestara encendió la radio donde estaban pasando una canción de uno de los dramas que últimamente todo el mundo estaba viendo, la voz del cantante sin embargo era muy relajante.

— ¿Quién es Park Jimin? — Jungkook frenó bruscamente en la que por suerte era una luz en rojo.

— ¿Qué? ¿Por qué preguntas eso?

Jisung se sorprendió por la reacción de su padre e intentando sonar lo más calmado posible contestó:

— Encontré esta tarjeta de una academia de baile cuando entré al auto. ¿Piensas aprender a bailar?

Jungkook se llevó las manos a la cara y continuó el movimiento hasta llegar a su cabeza para tirar su cabello hacia atrás. La luz se puso en verde y volvió a poner en movimiento el auto.

— Solo es alguien que solía conocer. Hoy nos cruzamos y me dio su tarjeta para llamarlo.

Jisung no pudo evitar preguntarse a qué se refería con “solía conocer”, pero evidentemente su papá no quería ahondar mucho en el tema. Sin embargo Jisung se encontró a sí mismo dándose cuenta de la situación tan parecida por la que había pasado él mismo esa misma tarde.

— ¿Y vas a llamarlo? — quizás la respuesta de su padre lo ayudaría a tomar una decisión a él.

— Aún no lo sé. — las palabras fueron pronunciadas con dolor y resentimiento y eso hizo que Jisung quisiera saber incluso más todavía quién era ese misterioso Park Jimin.

Pero las preguntas debían esperar porque acababan de guardar el auto en la cochera de su casa y Jungkook apagó el motor y salió del vehículo dando por terminada la conversación. Jisung salió del auto y observó a su padre presionar el botón de la alarma para luego cruzar la puerta hacia su casa, dejándola abierta para que Jisung la cerrara después.  

— Ni siquiera guardó la tarjeta. — murmuró Jisung viendo a través del vidrio donde había quedado el cuadrado blanco.

— ¿Qué estás mirando? — le preguntó su hermano desde la puerta mientras comía una paleta de helado.

— ¿Sabes quién es Park Jim…? — Jisung vio lo que su hermano estaba comiendo y olvidó todo lo que estaba pensando — ¿Has comprado helado? — su ceño fruncido por las dudas se transformó en una expresión animada.

— Sí, te compré a ti también.

Jisung corrió hasta la cocina para abrir la heladera en busca del frío alimento de los dioses.

— ¿Sabes qué le pasa a papá? Ha estado raro desde que volvió de trabajar.

— Se ha encontrado con alguien hoy. — Jisung formulaba las oraciones entre medio de los bocados de su helado.

— Si lo comes así se te acabará y yo no te daré del mío.  — le advirtió su hermano menor. — ¿Con quién se encontró?

— Un profesor de baile creo.

— ¿Papá va a aprender a bailar?

— Eso pensé y se lo pregunté, pero me dijo que era alguien que “solía conocer”. — Jisung hizo comillas con sus dedos al repetir las palabras exactas de su padre.

— Extraño… — Seungmin entrecerró los ojos.

— Lo sé.

— ¿Y cómo se llama?

— ¿Quién?

— El profesor de baile.

— La tarjeta decía “Park Jimin”.

— Mm… — Seungmin sacó su celular de su bolsillo mientras tiraba en la basura el palito de su helado.

— ¿Qué haces? — le preguntó su hermano mientras tiraba su propio palito de madera.

— Lo busco en Facebook.

Jisung rió por la ocurrencia de su hermano menor, pero al ver que él seguía ocupado con su teléfono le preguntó sorprendido:

— ¿Hablas en serio?

— Por supuesto, ya lo encontré.

Jisung se asomó por detrás del hombro de su hermano para ver la pantalla también.  

— Mira, tenemos de amigos en común a Minho-sunbae. — dijo despreocupadamente Seungmin y Jisung sintió que sus mejillas se calentaban.

— ¡¿Eres amigo de Minho-sunbae en Facebook?!

Seungmin lo miró extrañado.

— ¿Sí? Él me agregó, yo acepté su solicitud. Así haces amigos en Facebook. Seguramente te ha enviado una solicitud de amistad también.  

¿Minho lo había hecho? No solía usar mucho Facebook a decir verdad, era extraño que su hermano fuera tan adicto a esa red social.

Seungmin entró a ver las fotos de perfil de Park Jimin. En la actual se lo veía con los ojos cerrados y una amplia sonrisa.

— Debemos ver las fotos viejas si es que “solía conocer” a papá. — dijo Seungmin y tocó la pantalla en el lado izquierdo. Una foto del mismo hombre apareció en la pantalla solo que esta vez se veía más joven y su cabello era rubio. La siguiente foto era de él junto a una figura de mujer que se veía de espaldas.

— “Gracias por estos años maravillosos”. — Jisung leyó el pie de la foto.

— ¿Crees que es un viejo amigo de papá? — le preguntó Seungmin.

— No lo sé, eso parece. ¿Pero tiene más amigos que Rosé?

— Una vez me dijo que cuando era chico tenía muchos amigos, pero que por diferentes razones se distanciaron.

— ¿Por qué siento que todo esto es muy extraño?

Seungmin siguió viendo las fotos, solo que esta vez entró a la sección de fotos y agradeció a que los adultos no supieran utilizar las funciones de privacidad. Pudo ver algunas fotos viejas publicadas por Jimin, aunque eran pocas. Sin embargo una le llamó la atención: eran siete chicos, más o menos de veinte años, uno de ellos era Park Jimin y otro de ellos era…

— ¡No puede ser! ¿Papá? — murmuró Jisung.

Jungkook posaba sonriente al lado de Park Jimin, sus brazos entrelazados y sus manos juntas. La descripción de la foto que había escrito Jimin decía “por aquellos días”. Aunque la foto había sido publicada hacía dos años se notaba que era mucho más vieja, seguramente Jisung y Seungmin ni siquiera habían nacido para ese entonces.

— Espera, ¿no es este el profesor de lengua coreana? — le preguntó Seungmin a su hermano.

— No lo sé, aún no he tenido esa materia. Pero de todos modos, ¿por qué estarían el profesor, papá y el señor de la tarjeta en una misma foto?

Los dos hermanos se miraron y cada uno pudo ver reflejada la sorpresa en el rostro del otro.

 

°~°

 

“¿Por qué demonios hice eso?”

La pregunta rondó por décima vez en la cabeza de Changbin mientras yacía tirado boca abajo en su cama. “¿Cómo se me ocurrió que era una buena idea hacer lo del sombrero? Qué vergüenza, dios mío”. En el momento lo había hecho sin pensar, y hasta pareció una idea brillante; incluso los chicos que lo estaban viendo le habían aplaudido con especial entusiasmo en esa parte, bueno, todos excepto Felix, que estaba demasiado ocupado tratando de no morir ahogado. Pero en ese momento, tras unas cuantas horas del suceso, y en la tranquilidad de su casa, Changbin pensaba que el gesto fue tonto. ¿Qué tan estúpido era, si Felix se había atragantado al verlo? ¿Y por qué a Changbin le preocupaba lo que el chico pudiera pensar?

— ¡Ahhhgggg, en qué estaba pensando!— exclamó en voz alta hundiendo la cabeza en la almohada y cuestionándose hasta su mera existencia.

— ¿Binnie? ¿Sucede algo?— la voz femenina le llegó unos segundos antes que el sonido de la puerta de su habitación abrirse, y la luz del pasillo inundó la habitación, iluminando a Changbin en toda su miserabilidad.

— ¿Tía Jiwoo? ¿Desde hace cuánto tiempo estás en casa?— preguntó el chico con incredulidad, pues no recordaba haberla visto al llegar, ni oírla entrar tampoco. Jiwoo rodó los ojos divertida ante el desconcierto de su sobrino.

— Estoy aquí desde antes de que llegaras de la escuela, Binnie. Te saludé desde la cocina cuando entraste, pero me ignoraste olímpicamente y corriste a tu cuarto, fue así como supe que algo extraño te estaba pasando. Bueno, por eso y por el hecho de que acabas de gritar “¡Ahhhggg, en qué estaba pensando!”. Así que dime, Changbinnie, ¿en qué estabas pensando, y por qué te preocupa tanto?

A veces, Changbin amaba y odiaba a su tía por igual. Jiwoo era terriblemente perceptiva, tenía una habilidad increíble para darse cuenta por lo que uno estaba pasando, y aunque el chico sabía que eso era algo bueno (alguien tenía que tener la capacidad de enterarse cuando los demás miembros de la familia estaban pasando por un mal momento, y ese alguien definitivamente no era su padre), no podía evitar querer que la mujer fuera un poco menos astuta a la hora de notar que estaba actuando extraño. ¡Diablos, él ni siquiera sabía por qué estaba actuando extraño, y ahora tenía que explicárselo a su tía! Y aunque intentara mentirle, ella lo descubriría de inmediato. Dejó escapar un suspiro de resignación.

— Hoy conocí a un chico que también sabe rapear, y me desafió a una batalla de freestyle— explicó a regañadientes. No dudaba de su habilidad para estar a la par del otro chico, pero tampoco podía negar que Jisung era bueno, y le había hecho sudar.

— ¿Y de eso es lo que te arrepientes? ¿Tú, Jung Changbin, hijo de Jung Hoseok, te arrepientes de meterte en una pequeña e inocente batalla de rap que no le hizo daño a nadie?— parecía que Jiwoo estaba intentando tragarse la risa — A menos que… Binnie, ¿acaso perdiste? ¿Apostaron algo? ¿En qué te has metido?

Changbin se mareó un poco entre tanta pregunta, pero se las arregló para contestar coherentemente.

— No, no, no perdí. Los chicos que estaban con nosotros decidieron un empate… Lo que me preocupa es que hice algunas cosas un poco estúpidas dejándome llevar por la adrenalina del momento, y no quiero que piensen que soy raro y no quieran tener nada que ver conmigo— confesó, tratando de ocultar cuál era la verdadera razón de su descontento contando la verdad solo a medias.

— Oh, Binnie...— Jiwoo le colocó la mano en el hombro, adoptando un tono de cariñoso reproche— Sabes, una vez una persona me dijo que dejarse llevar es una de las mejores maneras de hacer amigos. Que si te ven haciendo estupideces y no se van de tu lado, significa que te quieren sin importar cómo eres, y que las personas que se van es porque no merecen la pena, así que no deberíamos avergonzarnos de pasar un poco de vergüenza de vez en cuando.

Changbin miró a su tía, conmovido por sus palabras aunque sin querer demostrarlo demasiado.

— ¿Quién te dijo eso, tía Jiwoo?— su pregunta le sacó una sonrisa a su tía, que por alguna razón parecía algo nostálgica.

— Un viejo amigo de tu padre que se pasaba el día entero haciendo cosas extrañas sin que le importara la opinión ajena. A veces hasta parecía de otro planeta... Y ahora, basta de charla. ¿Te sientes mejor? Tengo un pequeño favor que pedirte. Tu padre se olvidó el almuerzo sobre la mesa…



Changbin se sintió mejor una vez que sintió la brisa frescas golpearle la cara mientras caminaba en dirección a la academia Dark & Wild con el almuerzo de su padre en la mano. Iría directamente a sus clases de rap luego de eso, lo que siempre le ayudaba a subir el ánimo. En cuanto se bajó del autobús se chocó con Minho, que ignoró por completo sus alegres saludos y continuó corriendo mientras murmuraba “Ay, que llego tarde. Llego tarde, rápido, que llego tarde”. Extrañado, Changbin lo vio correr, suponiendo que su compañero sería alumno de su padre, o quizás de su tío Jimin, y estaría llegando tarde a la clase.

— ¡Changbin-hyung!— una alegre voz lo recibió en cuanto llegó a las puertas de la academia.

— ¡Jeonginie! ¿Cómo se encuentra nuestro pequeño alumno estrella? Me gustó mucho tu discurso, ¡estoy orgulloso!

— No es para tanto, hyung, no es la gran cosa— Jeongin negó con la cabeza, no creyéndose merecedor de los halagos del mayor.

— Nuestro Jeonginie~— canturreó Changbin haciendo un poco de aegyo para molestarlo. Recibió como castigo un fuerte golpe de parte del jovencito, que estaba haciendo cara de haber visto algo realmente repulsivo.

— De todas formas… ¿Qué haces aquí?— quiso saber Changbin, ya que, como él, Jeongin no estudiaba en la academia de sus padres. Debía ser bastante frustrante para los dos profesores que sus propios hijos no mostrasen gran interés en el baile, pero por suerte habían heredado su pasión por otras áreas, como el canto o el rap.

— Vine a buscar a mi padre para almorzar juntos, ¿y tú?— para responder a su pregunta, Changbin le enseñó la comida de su padre, que llevaba en la mano.

— Papá se olvidó su comida, vine a traerla de camino a mis clases de rap— explicó.

Jeongin entonces se ofreció a llevársela para que su hyung no llegara tarde a clases, a lo que Changbin aceptó con gusto, pues confiaba en que el menor cumpliría bien la tarea. Enormemente agradecido porque gracias a él llegaría a tiempo a la casa de su profesor, lo envolvió en un enorme abrazo de despedida y se fue corriendo con una gran sonrisa en el rostro, ignorando por completo que Felix (que estaba en su primera clase de baile esa tarde) había visto toda la escena a través de la ventana con mirada algo sombría.

Notas finales:

Hola de nuevo! 

Gracias y perdon por la espera :( como ya explicó mi querida Nia en wattpad, estuvimos un poco ocupadas estos ultimos meses, pero gracias a una persona que nos dejo lindos comentarios decidimos volver a abrir el archivo de word para darnos cuenta que nos quedaba muy poco para terminar el capítulo 3! 

Pero ya estamos aqui otra vez! Listas para seguir adelante con esta historia un poco retorcida /*-*/ 

Esperamos que les guste, y como siempre, no duden en dejar sus reviews

Nos leemos en el proximo~


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