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Una cuestión de pelos por Orseth

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            -¡Me odia Blaise, ahora si estoy seguro que me odia! –dijo Draco a su amigo en cuanto estuvieron a solas; Esta vez Blaise no supo que decirle pues la situación estaba por demás complicada- Y mi papá dice que en cualquier momento vendrá a verme, verá estas horribles orejas de gato.

            -Bueno, tal vez con tanta complicación, tu problema parecerá más sencillo.

            -¿¡Estás loco?! ¡Es cuando menos problemas debo darle!.. Debo ser un digno representante de la familia Malfoy, seguro querrá una sesión de fotografías ¿Cómo crees que reaccionará cuando me vea así?

            -Pues sí, creo que tienes razón.

            -¡Por supuesto que la tengo!... ay mi Dios, estoy muerto –exclamó dejándose caer en la cama- no soportaría ver la decepción en los ojos de mi padre ni el odio en los ojos de Potter.

            -Pues si quieres solucionar esto, deberás enfrentarte a alguna de las dos miradas Draco, este asunto ya es impostergable, o te enfrentas a Potter o te enfrentas a tu papá.

            -¡Ay maldita sea la persona que me hechizó!

 

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            Sin más remedio decidió que enfrentar a Potter era más fácil que enfrentar a su padre, además de que de alguna manera deseaba arreglar las cosas con Harry, deseaba hablarle y decirle que sentía que su novio estuviera ya mas frio que un pescado pero no sabía cómo, no estaba acostumbrado a ser de esa manera con alguien que no fuera de su círculo más cercano de amistades y aunque con Harry ya tenía cierto grado de confianza sabía que su situación estaba fuera de lo común.

            Cuatro  días tardo en encontrar a Harry solo, mientras este iba camino al quinto piso, mas específicamente a los baños de los prefectos.

            -Hola Harry –saludo saliéndole al encuentro en un solitario pasillo.

            -¿Qué quieres Malfoy? –pregunto con un gesto de hartazgo, como de quien lo que menos quiere es cruzarse con otro humano.

            -Yo… eh… ¿A dónde vas?

            -No te interesa –respondio sintiendo una punzada de dolor al recordar a donde iba.

            -Oye yo… yo lamento lo que pasó.

            -¿Qué cosa específicamente? ¿Qué Cédric muriera o que tu señor fuera derrotado finalmente?

            Draco se quedó de una pieza al ver la actitud agresiva de Harry, no es que no la esperara, simplemente que ver esa amargura en sus antes chispeantes ojos verdes le hizo quedarse sin palabras.

            -Qué Diggory muriera obviamente –respondio recomponiéndose- lamento ver el estado en el que estás.

            -¿Y qué esperabas?

            -Oye, yo no sé hacer estas cosas, lamento verte así y no sé qué decir en estas circunstancias… creo que no hay palabras adecuadas.

            Ante eso Harry guardo silencio y exhalo un suspiro sabiendo que ciertamente no había palabras que le consolaran en ese momento.

            -Quería decirte eso… -continuó Draco sintiendo las palmas de las manos sudorosas- y también preguntarte acerca de lo otro.

            -¿De lo otro?

            -Sí… mira, sé que no es el momento, pero de verdad necesito que me ayudes –fue entonces que Harry cayó en cuenta a lo que Draco se refería- mi papá vendrá a…

            -¡Oh si! –Interrumpió sonriendo con sarcasmo- papi vendrá y verá que su perfecto hijito no cuadra con su perfecta imagen y sus perfectos planes.

            Draco apretó los labios sintiendo como un golpe toda la amargura de Harry.

            -Yo sé que mi papá hizo algunas cosas que…

            -¿Algunas cosas? –Exclamó sonriendo con incredulidad- oh si, algunas cosas…

            -Siento lo que paso Harry, de verdad, pero él vendrá a verme en estos días.

            -Pues buena suerte –respondio dándose la vuelta y comenzando a caminar.

            -¡Harry espera! –Dijo caminando atrás de él con paso apresurado- dijiste que me ayudarías…

            -Yo nunca te prometí nada –respondio sin detenerse.

            -Por favor Harry…

            -¡Déjame en paz!

            -¡Mi padre se decepcionará al verme así!

            Pero Harry no se detuvo, simplemente siguió caminando sintiendo la furia estallarle en el pecho; él sin embargo detuvo sus pasos viendo que el Griffindor simple y sencillamente no lo ayudaría, así que solo se quedó de pie viéndolo alejarse.

            -Claro…. –pensó Harry siguiendo su camino- y su papi no puede decepcionarse, todo debe salirle a la perfección y nadie puede hacerle nada al maldito e intocable hijo de puta Lucius Malfoy.

            Entonces se detuvo de golpe, con el corazón latiéndole con tanta fuerza en el pecho que casi sintió como le palpitaban las sienes, entonces de repente se dio la vuelta regresando sobre sus pasos.

 

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            Iba de regreso a su casa con paso lento sintiendo que todo estaba perdido, que cuando Lucius lo mirara y viera sus orejas de gato querría cavar un hoyo y meterse ahí para no ver la mirada decepcionada de su padre; pero entonces un jalón en su muñeca derecha le hicieron dar vuelta bruscamente para encontrarse  a un palmo de distancia con el rostro de Harry.

            -De acuerdo –dijo el moreno entonces- si lo vamos a hacer, que sea de una vez.

            Y acto seguido comenzó a caminar sin soltarle la muñeca, prácticamente arrastrándolo tras de si hasta el baño de los prefectos.

            -¡Oye!

            Pero Harry no dijo nada, solo abrió la puerta y entro soltándolo dentro; estar ahí de nueva cuenta por primera vez desde que sucedió aquello fue como un golpe a su cabeza dado con un mazo, aspiró profundo tratando de deshacer el nudo que se le había hecho en la garganta.

            Draco permaneció de pie ahí, ante él sobándose la muñeca sin saber qué hacer, solo vio caminar a Harry despacio mirando todo hasta llegar a la enorme tina, entonces se dio la vuelta y se quitó la túnica mientras lo miraba.

            Sintiéndose incomodo solo atino a quedarse quieto sin saber qué hacer.

            -Adelante Malfoy –dijo Harry dejando su túnica en una banca- si lo que quieres es que te coja, eso voy a hacer -Draco hizo una mueca sintiéndose ofendido por lo que acababa de decir Harry- Qué ¿eso te molesta? Pues lo siento, no hay otra manera de decirlo.

            -Bien –respondio caminando hacia él- entonces hagámoslo y ya –dijo llevando sus manos a su cinturón para desabrocharlo.

            -No Malfoy, no es tan sencillo.

            -¿Cómo?

            Harry miró a Draco de pie en donde otras tantas ocasiones había estado parado Cédric y su corazón volvió a estrujarse de dolor para enseguida llenarse de odio al recordar el rostro sonriente de Lucius Malfoy en el diario pensando el muy cretino que nada podía salirle mal… pues bien ¿Qué pensaría el mortífago venido a menos si supiera que aquel que derroto a su querido señor Tenebroso iba a cogerse a su querido hijo? ¿Que su preciado vástago necesitaba que le partiera el culo para seguir dando la apariencia de la familia perfecta?

            -Muy bien Lucius Malfoy, ya verás que no todo te sale bien y que no eres intocable–pensó mientras se cruzaba de brazos- de acuerdo Malfoy, si quieres que te ayude a romper el hechizo las cosas se harán como yo digo.

            -¿O sea como?

            -Desnúdate, pero desnúdate completo.

            Draco se le quedó mirando como tonto, pues la forma en que Harry estaba hablándole no calzaba para nada con la forma en la que ya se estaban llevando.

            -Pero… pero solo es necesario que me baje los pantalones ¿no?

            -Ya te dije que si quieres mi ayuda, será a mi manera.

            Draco apretó los labios y tras unos segundos de indecisión comenzó a desabotonarse la túnica y dejarla en el suelo, luego comenzó a desabrochar su cinturón en tanto se quitaba los zapatos con sus mismos pies.

            Harry lo vio bajarse el pantalón y luego comenzar  a desabotonar su camisa hasta quedar en camiseta, calzoncillos y calcetines, notando su titubeo para seguir con lo demás dijo:

            -No tengo toda la noche Malfoy, quítate todo.

            Sabiendo que si protestaba iba a recibir la misma respuesta de hacia un momento, se quitó la camiseta y lleno de vergüenza se bajo los calzoncillos colocándose las manos al frente mientras miraba a un lado sintiendo la cara caliente.

            Harry lo miró de arriba abajo viendo que Cédric había tenido razón todo el tiempo y que el cuerpo de Draco Malfoy sin nada de ropa encima era definitivamente apetecible; así que desabrocho su pantalón y se bajo el cierre sacando su pene.

            -Ven aquí Malfoy, tendrás que hacer labor.

            -¿Cómo?

            -Qué vengas aquí.

            Muriendo de la pena Draco se acercó a Harry, quien poniéndole una mano en el hombro lo empujo hacia abajo dejándolo con su cara frente a su pene.

            -Haz algo para levantarlo, porque como puedes ver esta muy, pero muy desanimado.

            Hincado frente a Harry Draco miró su pene entendiendo perfectamente que quería decir.

            -¡Pero yo… nunca he hecho una mamada!

            -Pues entonces hoy vas a aprender.

            Miró el flácido pene a un palmo de su cara y miró a Harry mientras arrugaba la nariz.

            -¿Debo meter eso en mi boca?

            -Ni modo que en una oreja Malfoy, por eso se llaman mamadas.

            -¡Pero es asqueroso! ¿Quién quiere un pene en su boca?     

            -Yo, pero en este caso se trata de mi pene y se trata de tu boca.

            -Pero Harry…

            -O lo haces Malfoy o me largo.

            Haciendo una mueca de angustia miró de nuevo el pene y luego la cara impasible de Harry, entonces tragó saliva y con mano temblorosa tocó el pene  encontrándolo caliente.

            -No te va a morder –dijo al verlo tomar su pene con dos dedos.

            -Es que… nunca he agarrado otro pene que no sea el mío.

            -Pues busca el modo Malfoy, que no tengo tu tiempo.

            Haciendo de tripas corazón, tomó el pene rodeándolo con su mano y acercó su cara percibiendo el olor a sexo… no es que no conociera el aroma propio de los genitales y de hecho no era desagradable o asqueroso, simplemente no era el suyo y eso le hizo alejarse de nuevo.

            -Pero… lo siento pero de verdad no sé como… ¿se chupa o se lame?

            Harry se le quedó viendo un tanto incrédulo.

            -¿Tú novia nunca te hizo una mamada, Malfoy?

            -Pues no.

            -¿Y tú nunca le chupaste el coño?

            -¡Por Dios, no!

            Harry alzó la cara al techo.

            -¿Al menos le chupaste los senos?

            -Ah bueno, eso sí.

            -Pues es algo así.

            -No Harry, no es para nada algo así.

            -¡Pues haz lo que se te ocurra, pero hazlo!

            Después del respingo que dio ante los gritos de Harry, tragó saliva y abrió la boca para introducir el pene de Harry hasta donde le fue posible.

            -Cuidado con los dientes, no me vayas a morder.

            -¿Y por qué habría de morderte? Ni que fueras goma de mascar, no soy tan idiota, no seas absurdo.

            Harry rodó los ojos y se cruzo de brazos y sin más remedio, Draco comenzó a mover su cabeza oprimiendo el pene con sus labios en tanto Harry lo observaba desde arriba.

            La mamada de Draco de hecho era muy torpe, sin embargo la humedad y calidez de su boca hicieron que pronto el pene de Harry se pusiera erecto.

            -Muy bien Lucius Malfoy, tu hijo esta chupándomela ¿Qué te parece eso? –pensó viendo a Draco hacer arcadas al meterse el miembro hasta el fondo de la garganta.

            Paso un rato así hasta que se hizo hacia atrás pues no quería correrse aun, fue a sentarse en un banco y le hizo una señal a Draco para que se acercara; limpiándose los labios Draco se levantó y caminó hasta él.

            -Aquí –dijo Harry dándose golpecitos en el muslo.

            -No entiendo Potter ¿Qué significa eso? –exclamó molesto, olvidándose de llamarlo por su nombre al ver la actitud tan agresiva que Harry había tomado para con él.

            -Qué te sientes en mis piernas.

            Draco se quedó de nuevo sin que decir, pues el ambiente tenso no daba como para sentarse cómodamente en las piernas de Harry.

            -Yo…

            -A horcajadas ¿sabes que significa a horcajadas?

            -Ya lo sé, no soy estúpido –respondio molesto.

            Harry entonces sonrió mientras volvía a golpearse el muslo; Draco apretó los labios y dio un paso hacia él mientras le ponía una mano en el hombro para apoyarse, entonces abrió las piernas y se le sentó encima quedando frente a frente.

            -Muy bien –dijo Harry rodeándolo con los brazos y enterrando su cara en su cuello.

            Draco tenía colocadas sus manos en sus hombros, haciendo muecas de incomodidad al sentir las manos de Harry recorrer su espalda y tocar sus nalgas, acariciando su peludo apéndice incluso con algo de agresividad… tal vez en otro momento y circunstancias lo habría disfrutado, incluso esperado con anhelo, pero en ese momento la situación no era para nada ideal, sentía las manos y boca de Harry tocarlo con lascivia, con un deseo que en ese momento le pareció incluso vulgar.

            Harry en tanto y  a pesar de lo raro de la situación disfrutaba tener ese cuerpo delgado y esbelto entre sus brazos, lamiendo, mordisqueando y chupando esa fragante y tibia piel… justo en el mismo lugar en el que alguna vez se lo hizo Cédric a él.

            -¡Ay! –Gritó Draco separándose y tocándose el cuello al sentir una mordida- ¿¡Qué te pasa?! ¡Me mordiste!

            Pero Harry no respondio, lo que hizo fue levantarse haciéndolo levantarse también, lo alejo de un empujón y saco una mullida toalla de un armario, la colocó en el piso diciéndole:

            -Acuéstate.

            Aun sobándose el cuello e intentando cubrir sus genitales, camino hasta la toalla y se sentó en ella, luego Harry llego hasta él y lo empujo haciéndolo acostarse, entonces se le encimo haciéndolo abrir las piernas para luego volver a pasar sus labios por su cuello y hombros, luego bajo a los pezones en donde comenzó a chuparlos y a lamerlos; con ello Draco empezó a hacer muecas de dolor pues lejos de excitarse las caricias de Harry eran bruscas y algo agresivas.

            -El suelo… -dijo entonces con sus manos en los hombros de Harry.

            -¿Qué?

            -El suelo lastima mi cola de gato, estás aplastándome.

            -Pues aguántate  -respondió  en tanto se ocupaba de sus pezones y  sus manos recorrían las largas piernas deseando ya ponerlas en sus hombros.

            -Ya quiero… romperte el culo… -dijo besándole el cuello.

            Draco entonces lo hizo mirarlo para decir:

            -¿Qué te pasa Harry?... Ya nos llevábamos bien ¿Qué paso?

            Esa pregunta le enfureció, pues Draco hablaba como si todo lo que había pasado fuese de lo más trivial al grado de preguntar “¿Qué pasa?”

            -Nada –respondio enderezándose y comenzando a friccionar su pene para usar su líquido pre seminal como lubricante, eso hizo entender a Draco que finalmente iba a ser penetrado.

            -Harry… ¿ya lo vas a hacer?

            -¿Por qué Malfoy, te da miedo?

            -Es que… ¿no vas a hacer eso que dijiste la otra vez?

            -Qué  ¿prepararte para la penetración?

            -Sí.

            -¿Crees que tengo tu tiempo?

            -Pues no, pero…

            Harry lo miró y luego levanto la vista para mirar a su alrededor, a ese lugar tan lleno de hermosos recuerdos con un gran amigo… un amigo que ya no existía.

            -Listo, separa las rodillas –dijo entonces.

            Draco tragó saliva y obedeció mientras veía a Harry tomarle las piernas y acomodárselas en sus antebrazos dejándolo muy expuesto, el Griffindor se hinco separando sus rodillas para estar lo más pegado posible a sus nalgas, entonces tomó su pene con una mano y lo apunto a la entrada de Draco, quien al sentir la punta en su piel solo cerró los ojos mientras le ponía las manos en los antebrazos.

            -¡Ah! –jadeo cuando sintió la punta querer entrar, así que bajó la pierna en donde no tenía el apoyo del brazo de Harry.

            Harry comenzó a empujar haciendo que entrara la cabeza del pene, solo entonces volvió a levantarle la pierna y a sostenerla con su antebrazo; y ya con la punta introducida comenzó a empujar sintiendo de inmediato la natural resistencia de Draco, quien apretaba los dientes y cerraba los ojos con fuerza.

            -No, espera…

            Pero Harry no espero, lo que hizo fue empujar su cadera y entrar de una sola vez sin importarle la poca o nula lubricación de su pene.

            -¡Ay!

            Quiso cerrar las piernas, quiso aventar a Potter, quiso darle de patadas para sacarlo de su cuerpo, pero solo atinó a quedarse quieto mientras un dolor punzante y fuerte le invadía el cuerpo comenzando en su culo.

            Harry en tanto se quedó quieto, disfrutando tener su pene en una deliciosa y cálida estrechez, pero al cabo de unos segundos lo sacó para volverlo a meter.

            -¡Ah!... ¡ay!... ¡oye, espera…!

            Pero Harry no espero nada, comenzó de inmediato a embestirlo tomando un ritmo rápido, como cuando ya llevaba carrera con Cédric y no se andaban con delicadezas.

            Draco enterraba los dedos en los antebrazos de Harry mientras intentaba contener las lagrimas pues no quería ser mas humillado de lo que ya estaba siendo, sin embargo el dolor era tan fuerte que los sollozos no pudieron evitar salir de su garganta; entonces Harry, quien había estado evitando mirarlo a los ojos al momento de penetrarlo lo miró… vio sus ojos grises mirarlo con tristeza y dolor que solo apretó los labios y giró el rostro mientras su cadera seguía ondulándose sin dejar de embestirlo.

            -¡Oh!... ¡ah!... ¡ay!... por favor… no tan fuerte…

            Harry entonces se detuvo y salió de Draco para alivio de este.

            -Voltéate.

            -¿Cómo?

            -Ponte en cuatro Malfoy… de a perrito.

            Hipando y sin más remedio que obedecer, Draco se giró para quedar en la posición que Harry le había indicado; ya estando así el Griffindor miró su redondo culo y sus estrechas caderas, su suave espalda y su blanca y esponjada cola que se ondeaba nerviosa pasándosela por la cara.

            -Oye… -dijo quitándola de un manotazo mientras escupía los pelos que le habían quedado en los labios.

            -Lo siento… -musito sorbiendo la nariz.

            Sin que la cola dejara de ondearse frente a él, la agarró bruscamente haciendo que Draco diera un respingo.

            -¡Oye, me lastimas!

            Viendo que efectivamente había agarrado la esponjosa cola con excesiva fuerza, la soltó diciendo:

            -Pues entonces agárrala tú, no dejas de pasarla por mi cara.

            Draco agarró la cola y la sostuvo a su costado mientras sentía las manos de Harry tomarlo por la cadera y a continuación la punta del pene en su entrada, apretó los labios en espera del terrible dolor, hecho que paso casi enseguida.

            -¡Ah!...

            Harry de nuevo estaba embistiéndolo con fuerza, haciéndolo temblar con cada penetración mientras lo sostenía con fuerza de las caderas.

            Draco volvió a sollozar incapaz de aguantar ya aquel dolor que le partía el culo y solo atinó a quedarse quieto mientras todo aquello duraba.

            Harry se enterraba con fuerza, disfrutando aquel culo apretado y caliente, descargando toda la tensión y estrés acumulados  esos días, alargando lo más posible la sensación de querer correrse ya, pero los sollozos de Draco lo regresaron a la realidad, entonces dio unas embestidas mas y dejó ir su orgasmo eyaculando dentro.

            -Ah… -gimió dando unas suaves embestidas mas mientras el orgasmo recorría su vientre y sus muslos. Luego se detuvo quedándose quieto unos instantes, recuperándose… entonces sacó su pene y se levantó sintiendo las piernas temblorosas- bueno Malfoy, cumplí mi palabra, ya tienes mi semen dentro de tu cuerpo, si eso no te funciona no es mi problema, no vuelvas a buscarme.

            Entonces se dio la vuelta intentando guardar su pene semi erecto aun dentro de su ropa y se fue; Draco se dejo caer de costado haciéndose un ovillo, sin poder dejar de llorar, pero no solo era el dolor que aun persistía, era mas bien la actitud de Harry, la forma de mirarlo, de tratarlo… como si fuera la cosa más despreciable y repugnante de mundo.

            Duró así un buen rato, hasta que el frio en su cuerpo le hizo  levantarse haciendo muecas de incomodidad, se vistió sin importarle la humedad que escurría entre sus piernas y caminando despacio salió de los baños de prefectos y se fue a su casa.

 

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            Cuando llegó a su habitación vio a sus compañeros dormidos, incluso Blaise que siempre lo esperaba despierto ya dormía, aun con lagrimas silenciosas escurriendo por sus mejillas se metió al baño y tomó una larga ducha, pero cuando salió y al estarse secando, vio marcas moradas en sus caderas, huellas de los dedos de Harry, miró las manchas purpuras que los labios del Griffindor le habían hecho en los hombros y cuello y suspiró sabiendo que de hecho tenía una piel delicada propensa a hacerse moretones con cualquier cosa; terminó de vestirse y fue a acostarse intentando mantener la mente en blanco, sin embargo sus ojos volvieron a anegarse mientras permanecía acostado recordando la actitud de Harry, lloró y lloró hasta quedarse dormido.

 

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            Pero no era el único que lloraba, también oculto en las mantas de su cama en la torre de Griffindor estaba Harry, quien lloraba por Cédric y por haberse portado así con Malfoy y también de resentimiento al recordar el rostro sonriente de Lucius Malfoy.

 

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