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REGRESA A MI por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, aquí se saben ya muchas cosas de la trama, espero que les guste lo que viene

Capítulo 3.- Noticias al fin

 

En una casa colonial del centro de Londres, un muchacho de cabellos azules estaba caminando de lado a lado por la sala, su padre estaba leyendo el periódico con un dejo ausente

- Si vas a llamar, llama, me estresa verte caminar delante de mí con esa cara que tienes – Shion no dijo esto en un mal tono, la verdad estaba preocupado por su hijo mayor

- Me dijo que no lo llame – contestó Ikky mirando algo extrañado a su padre

- Lo sé, ahora dime hijo, ¿vas a hacer caso puntual a todo lo que ese muchacho te diga?, ¿lo vas a dejar ir sin más?, ¿no que lo amas y lo extrañas y no sé cuántas babosadas románticas más?

- En serio me estás sugiriendo que lo llame, él no te agrada

- No tiene nada que ver lo que yo piense, es lo que tú sientas y pienses, si crees que él es tu felicidad, no deberías darte por vencido sin pelear

- Pero él no quiere verme

- Eso era antes, esto es ahora, yo creo que has sido lo suficientemente prudente, a veces es necesario mandar la prudencia al diablo así que llámalo hijo, lo peor que puede decirte es “No”, y de ser ese el caso, por lo menos tendrías un panorama claro, eso de esperar con el corazón en la mano no va conmigo, y si quieres que te sea sincero, me tiene podrido el verte caminar por mi sala cual fantasma ambulante – Shion se levantó del sillón y puso el teléfono inalámbrico en las manos de su hijo

- Está bien – Ikky marcó el número celular que tan bien conocía pero no… el mensaje fue de la operadora avisándole que el número había sido desconectado, el peliazul frunció el ceño y sacó su teléfono celular, lo chequeó y sintió como el aire le fue sacado de sus pulmones, él había cerrado su cuenta de Facebook, instagram, snapchat, diablos… hasta su correo electrónico había eliminado, Shion miraba a su hijo y se le rompía el corazón, nunca lo había visto tan… roto…

- Llama a su padre – sugirió Shion al darse cuenta correctamente de la situación

- Él me odia papá

- Llámalo de cualquier manera – Shion le volvió a dar el teléfono inalámbrico a su hijo que lo tomó y marcó, una voz femenina contestó, el peliazul se armó de valor y habló

- Hola… es Ikky, por favor no me cuelgues

- Ikky… dioses… - respondió la muchacha claramente incómoda con la situación

- ¿Está él ahí?, solo eso necesito saber, ¿está él bien?, por favor… ¿hola?... ¿hola? – el peliazul suspiró con frustración al escuchar el tono en el teléfono y le devolvió el teléfono a su padre, Shion lo tomó y miró a su hijo subir las escaleras de dos en dos hacia su antigua habitación que ahora estaba ocupando nuevamente, en eso la puerta principal de la casa se abre dejando entrar a un muchacho de cabellos y ojos verdes, Shun estaba helado, afuera el frío mordía

- ¿Qué pasó papá?

- Ve a ver a tu hermano, pero llévale un té, lo va a necesitar

- ¿Se supo algo?

- No, nada, te juro hijo que esta situación no solo está matando a tu hermano, sino a mi también

- No te pongas triste papá que te hace daño, creo que tú también necesitas un té, vamos… - Shun tomó a su padre del brazo y lo llevó a la cocina, al escuchar hablar a su padre, Shun pensó que toda la fortaleza que su hermano demostraba era solo apariencia, Ikky se estaba muriendo por dentro…

 

***

Hyoga se levantó esa mañana con una nueva resolución en su vida, iba a dejar atrás de una vez por todas a aquel que tanto amó pero que no era para él, así que se levantó temprano, sacó de debajo de su cama varios cartones que había comprado hacía más de dos meses, los armó y se dedicó a empacar cosas, muchas muchas cosas de su habitación, inevitablemente con el paso del tiempo uno tiende a acumular cosas de sus relaciones pasadas, Hyoga tenía películas, libros, discos e infinidad de chucherías que era lo único que le quedaba de su fallida relación, todo eso lo fue guardando poco a poco y mirándolo todo con mucha atención

 

Lo que fue duro para él fue guardar la ropa que aquel le había dejado, busos y suéteres que se lo recordaban porque aún tenían su aroma, su perfume era una de las cosas que más presente estaba en su mente y en sus recuerdos, y fue así como Sorrento lo encontró, de pie sosteniendo contra su rostro un buso verde

- ¿Al fin empacando?, aunque si quieres que te sea completamente honesto, no entiendo por qué desempacaste todo esto en primer lugar – preguntó el muchacho que aún estaba usando pijamas

- Porque soy un idiota, porque veo sus cosas como mías, porque estaban en mi otro dormitorio y las traje conmigo cuando me mudé aquí, la verdad no tengo explicación para lo que hice, pero… tú tienes razón, debo seguir con mi vida

- Vaya, debo agradecerle a Seiya este cambio, me da gusto amigo, en verdad, él parece todo dulce

- Esperemos que si, no necesito a otro loco controlador en mi vida, lo que pasó antes… no puede volver a pasar, esta vez me voy a tomar las cosas con calma, no quiero apresurar nada con Seiya, lo quiero mantener casual, no lo quiero asustar o algo – Hyoga siguió empacando la ropa que ya estaba en la cama y se encogió de hombros cuando dijo esto

- ¿Asustar?

- Es todo tímido, me encanta – el rubio sonrió y su amigo también, él en verdad deseaba de todo corazón que las cosas resultaran bien para Hyoga

- Que bueno, ya sabes lo que dicen de los tímidos y modositos

- No… ¿qué dicen?

- Que son fieras en la cama

- Pues ojalá – Hyoga volvió a sonreír y siguió empacando mientras charlaba con Sorrento de todo y nada, luego se duchó, se cambió de ropa y salió temprano para encontrar a Seiya sentado a la sombra de su árbol favorito, leía como todas las mañanas pero tenía dos vasos de café en una pequeña bandeja de cartón, al escuchar que alguien se acercaba, el castaño levantó la mirada y sonrió

- No le puse azúcar, pero te traje tres sobres, no sé qué tan dulce lo tomas – Hyoga se sentó junto a Seiya y lo besó suavemente en los labios a manera de saludo, el castaño le dio uno de los vasos de café y una pajilla

- Lo tomo sin azúcar, pero gracias por preocuparte y traerme los sobrecitos

- ¿En serio lo tomas sin azúcar? – Seiya frunció el ceño al preguntar esto

- Si, ¿cuántos sobres le pones tú?

- Dos

- ¿En serio?, wow… ¿y qué lees?

- Filosofía, es lectura requerida – Seiya le mostró un libro bastante gordito a Hyoga que lo miró pero ni lo tomó, le pareció terrible, ¿filosofía?, ¿en serio?, no no no, eso no iba con él

- ¿Y es bueno?

- Podría decirse que si, ¿y a qué horas tienes clases? – Seiya preguntó y Hyoga se apoyó en el árbol para responder la pregunta, la pareja charló por más o menos media hora mientras bebían su café, ahí Hyoga tuvo que despedirse porque tenía que entrar a clases, Seiya dijo que tenía su clase a las 10, el rubio no podía creer que la clase electiva de Seiya fuera precisamente filosofía, esa no hubiera sido su elección nunca, pero… a cada uno sus gustos, además esa materia iba bastante bien con su carrera, entonces Seiya se quedó sentado en el césped y suspiró cuando vio a Hyoga marcharse, su sonrisa se desvaneció y cerró los ojos al arrimarse al árbol…

 

Ikky llegó a su bar a las 3 de la tarde, se notaba que no había podido dormir la noche anterior, diablos… se notaba que no había dormido varios días, Marin llegó a las 4 y sonrió con tristeza al ver a su mejor amigo sentado en su lugar habitual en la barra, tenía sus anteojos puestos y revisaba las cuentas

- ¿No me digas que me equivoqué en algo? – preguntó la muchacha a manera de saludo, se acercó a Ikky y le besó suavemente la mejilla

- Claro que no, si alguien se equivoca en esto soy yo, traje todos los recibos de las cosas que pagué esta mañana, me fui por la cervecería nacional y nos van a venir a dejar cerveza de barril de tres tipos, pero no te preocupes, ellos nos dan los surtidores y esas cosas, es un buen negocio, buenas ganancias y podemos decir que tenemos cerveza artesanal

- Genial

- Pensé en contratar a un chef, podemos hacer comida ligera que vaya bien con los tragos, tú sabes… que haya algo de comer también, pensé en poner los jueves las bebidas gratis para las chicas hasta las 10 de la noche, tendríamos más movimiento, ¿qué opinas?

- Bueno… opino que no estamos quebrando ni mucho menos como para poner promociones, y si quieres hacer más cosas necesito que estés más tiempo aquí conmigo, yo soy buena pero no puedo con todo, eso es lo que opino – Marin lució preocupada, Ikky en cambio se sacó los anteojos y la abrazó

- Siento haberte dejado con todo esto, siento el haber estado como un energúmeno este último tiempo, tú no tienes por qué aguantar mis desplantes y frustraciones, todo lo que me ha pasado ha sido muy duro pero… ya no puedo seguir así, ya no voy a seguir así

- ¿Has sabido algo de él?

- No… se borró del mapa, su hermana me cuelga el teléfono, se cambió de número, yo… hice todo lo que pude, él simplemente me hizo a un lado y yo… no puedo continuar así, si supiera al menos en dónde está, las cosas serían diferentes

- ¿No está con su familia?

- No lo sé, ellos son herméticos y no me dicen nada, obviamente me culpan por lo que pasó entonces no me quieren dar ningún dato suyo, fui a su casa y ni siquiera me abrieron la puerta, sé que yo no era lo que ellos querían para él, pero… no tienen derecho de botarme de sus vidas, yo no soy ningún aparecido ni mucho menos, y ellos me lo niegan, eso no es de dios

- ¿Entonces lo vas a ignorar hasta que lo olvides?

- No… yo no lo quiero olvidar, yo lo amo, y él me ama, eso nunca ha sido un problema entre nosotros, lo que pasó fue muy diferente, estaba fuera de nuestras manos

- Ok., ok., si quieres mi sincera opinión, sugiero que no hagas mayores cambios en el club hasta que tu situación se resuelva del todo, si sales corriendo a perseguir fantasmas otra vez y me dejas botada con todo, te juro que renuncio Ikky – Marin dijo esto con tono fresco y más que nada lo que quería era cambiar de tema, Ikky sonrió y acarició suavemente el rostro de la muchacha al decir:

- Suena justo

 

La tarde estaba bastante bien, el bar estaba lleno de bulla, risas y personas que entraban y salían, Ikky pasó todo ocupado lo que le hizo bastante bien, eso de quedarse solo con sus pensamientos no era saludable, y distraído estaba cuando un viejo amigo entró al bar, era un muchacho de largos cabellos negros y ojos azules, al ver a Ikky sonrió algo extrañado al acercarse a la barra

- Shyru… ha pasado mucho tiempo, ¿qué te trae por aquí?, ¿no que te mudaste? – Ikky no estaba seguro de a dónde se había mudado Shyru, pero si estaba seguro de que ya no vivía en Londres

- Hola amigo, si me mudé pero ya estoy de vuelta, me dediqué a viajar antes de volver a asentarme y empezar a trabajar, me da mucho gusto verte – Shyru tomó de buena gana la cerveza que Ikky le dio y sacó su billetera para pagar por el trago pero Ikky levantó la mano y sonrió al decir:

- Tu dinero aquí no es bienvenido, tu si, pero tu dinero no

- Les va bien en el negocio, ¿eh?

- Vamos saliendo

- Así supuse, aunque me parece bien que tu mejor mitad siga en la universidad, ¿cuántos semestres le faltaban?, ¿tres?, ¿cuatro?

- Dos… ¿lo viste? – Ikky se quedó de una sola pieza cuando escuchó esto y no pudo contenerse en preguntar

- Bueno… lo vi hace un par de semanas – contestó Shyru todo incómodo, él solo había saludado con su antiguo amigo de lejos

- ¿En dónde?

- En esa librería grande que no es muy lejos de aquí

- ¿Y por qué dices que sigue en la universidad?

- Porque tenía un libro de texto en las manos, ¿Ikky qué diablos está pasando?

- Gracias Shyru… gracias, Marin… te lo encargo todo, cierra por mí, ¿si? – Ikky no le dio mayores explicaciones a Shyru, solo gritó las instrucciones a Marin mientras se ponía el saco y tomaba atropelladamente sus llaves y salía como alma que lleva el diablo del bar

 

Ikky corrió hasta la estación del subterráneo y se subió al tercer tren que pasó, era en verdad estúpido, ¿cómo no se le ocurrió que lo más probable era que esté en la universidad?, dioses… a veces lo más obvio es lo que se nos escapa

 

El peliazul corrió por el campus cuando la tarde estaba empezando a caer, fue a la facultad y habló con la secretaria de carrera, la que muy molesta y a regañadientes chequeó y revisó los listados de los alumnos en los que Ikky necesitaba buscar pero no… no estaba en ningún lado, no era muy probable que cambiara de carrera, ¿no?, ¿o si?

 

Ikky estuvo por dos horas en la secretaría de escuela antes de salir derrotado, al salir encendió un cigarrillo y caminó con las manos en los bolsillos sin rumbo fijo, cuando se vio cerca de una plazoleta que tenía una fuente, se dirigió hasta allá, y allí a lo lejos vio a su hermano menor que estaba sentado en la fuente y dibujaba algo mientras mordía un lápiz

- Hey… ¿que dibujas?

- Manos, es sumamente difícil dibujar manos y estoy practicando, no que no me alegre verte Ikky pero… ¿qué haces aquí? – Shun le mostró el dibujo a su hermano, era un dibujo sencillo a mano pero a criterio de Ikky estaba muy hermoso, el peliazul suspiró y le contó a su hermano la visita que tuvo en el bar, y todo lo que había pasado desde entonces, Shun lo escuchó con mucha atención mientras guardaba las cosas en su mochila, ya se le fue la luz del sol y ya no podía dibujar, así que cargó su mochila y caminó junto a Ikky que encendió otro cigarrillo y luego de darle una fumada se lo pasó a Shun que lo imitó para devolvérselo luego

- ¿Qué piensas?, ¿crees que está aquí?

- Mmmmm… podría ser, me parece lógico pero…

- ¿Pero qué?

- No lo sé, si yo quisiera seguir con mis estudios y no quisiera verte, sería medio complicado que me matriculara en esta universidad porque correría el riesgo de ver a tu hermano, así que… yo me hubiera matriculado en otro lado

- ¿En dónde?

- No lo sé, pero eso no es muy difícil de averiguar Ikky, ven… - Shun tomó la mano de su hermano y lo jaló hacia la dirección contraria de a dónde estaban yendo

- ¿A dónde vamos?

- Tengo un amigo en el Centro de Tecnologías, es hacker aunque él dice que no pero yo sé que si lo es, si él se matriculó en alguna universidad de Inglaterra entera, él la encontrará por nosotros

- ¿En serio Shun?

- Claro, lo que no sé es cuánto tiempo se tarde, pero de que lo encontramos, lo encontramos, vamos…

 

***

Hyoga salía de clases y sonrió al ver a Seiya de pie apoyado a uno de los árboles frente a su edificio, el castaño tenía una charolita de cartón con dos bebidas, Hyoga se acercó a él y lo besó suavemente en los labios, tomó uno de los vasos, lo probó y sonrió, Seiya le había traído un café helado, a Hyoga no le gustaban mucho las bebidas calientes, y así ya estuvieran en diciembre y hacía un frío del diablo, a él igual le gustaban las cosas frías

- ¿Qué tal tu día? – preguntó el rubio interesado

- Bien… todo ha estado tranquilo, mi papá se va de viaje la semana que viene

- ¿En serio?

- Si, no va  a llegar para navidad, pero si para año nuevo, o por lo menos eso es lo que mi hermana espera – dijo Seiya haciendo conversación, había estado saliendo con Hyoga cerca de 3 semanas, ellos estaban avanzando lentamente y eso estaba bastante bien, el rubio estaba listo para llevar su relación al siguiente nivel, pero Seiya no, Hyoga no lo entendía pero lo respetaba

 

La pareja estaba caminando por el campus y charlaban mientras bebían sus respectivos cafés, todo estaba normal hasta que un grito los hizo detener

- Young!!!!!, hey Young!!!!, espera un momento – Seiya y Hyoga se voltearon al ver a un muchacho de cabellos azules cortos que corría hacia ellos, Hyoga frunció el ceño, pero a Seiya se le cayó el café de las manos al tiempo que susurró:

- Ikky…

 

Notas finales:

Chan chan chan... y ahora?, qué pinta Hyoga en todo esto?, qué pasó entre Ikky y Seiya?, ya saben de qué película hablo???

No se pueden perder el capítulo nuevo el domingo en la noche, muchas gracias por leer y nos vemos en el capítulo nuevo, saludos, bye


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