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Te odio, te amo por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, algo de Ooc, omegaverse y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Beta Reader:

 

Resumen: Tony se ofrece a casarse para que el reino Místico se una a la alianza conocida como los Vengadores, siendo un omega mayor, sus oportunidades de tener una familia son casi nulas, está podría ser su última oportunidad de ser feliz, aunque viva en un matrimonio sin amor, pero tal vez su nueva vida le dé más libertad de la que soñó jamás.

 

—f

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Te odio, te amo

 

 

Capítulo 15.- Nacimiento parte I

 

 

La noticia del embarazo del rey consorte fue bien recibida por el país Místico que se volcaron en grandes celebraciones y oraciones a los Vishanti; los líderes de la alianza compartían la emoción del pueblo extranjero pues pensaron que esto significaría que el omega regresaría a su país y se desharían de él, Steve era el único que no estaba contento con la situación, por el contrario, le parecía aberrante, antinatural.

Durante la última batalla, fue testigo de la verdadera forma de la reina Ancestral. Una bestia con disfraz humano lo que significaba que Stephen Strange también era un monstruo.

 

¿Y si el bebé… el engendro que crecía en el vientre de Tony lo destruía desde dentro?

 

Debía haber alguna forma de liberar a su omega de ese maldito monstruo y del engendro aun no nacido.

 

—¡Es increíble! —vociferó Natasha con molestia. Los reyes de Egos se encontraban en las habitaciones privadas de la mujer, por supuesto no habían invitado a Tony a la reunión.

 

La pelirroja estaba furiosa. Cuando un omega se embaraza, su alfa suele ser protector ya que carga a su preciosa descendencia, que bien podría ser su sucesor o en su defecto, moneda de cambio. Por supuesto, tan importante tesoro debía ser mantenido a salvo de cualquier peligro potencial para su pertenencia.

Aunque el rey Stephen relevó de sus cargos a todo alfa del sequito de su pequeña puta, no se había deshecho de esa bruja llamada Clea, al contrario, la convirtió en la guardiana de la beta Virginia.

 

—Sabíamos que el rey Stephen era una vergüenza para nuestra casta —dijo T’Challa cruzándose de brazos —. Su ignominia no tiene límites.

—A mí me parece interesante —comentó Thor. Su mirada estaba centrada en sus alimentos, eso evitó que el rubio viera las miradas de estupor de sus compañeros.

—¿Interesante? —repitió Natasha con asco. Frunció el ceño; quizás el rey de Asgard comenzaba a perder la cabeza —. Ése… alfa. Su reino entero, son lo más bajo de nuestra noble casta.

—Y, aun así, nos han salvado el trasero más veces de las que podemos contar —el comentario ofendió a Natasha y a T’Challa, incluso a Steve, pero ninguno se atrevió a refutar después de todo era cierto.

 

El salón se sumió en un tenso silencio, ninguno quería o sabía cómo seguir con el tema que les molestaba: se sentían atados de manos.

 

—La reina Elektra de Grethos y el rey Victor von Doom de Latveria han respondido a nuestra solicitud —comentó T’Challa para cambiar de tema —. Han aceptado unirse. Estarán aquí en dos semanas.

 

Grethos, un pequeño país muy al norte. Un reino bárbaro con un clima frio, aunque no tanto como Asgard. Su gente era aguerrida pues la comida y el agua escaseaban.

Elektra ‹‹alfa por supuesto››, tomó el trono con tan solo 13 años, en un país que sobajaba a las mujeres sin importar su casta. A 10 años de su ascensión al trono, era temida y respetada tanto por su gente, como por los otros reinos.

Por otro lado, Latveria era un reino rico y vasto, de fértiles campos y clima amable. Se encontraba al sur a 2 lunas de Brooklyn, protegido por la Montaña trueno y el desierto espejo, haciendo casi imposible ingresar si no se conocía el terreno, a eso se agregaban las historias del rey Víctor quien se decía, poseía magia, sin contar con la tecnología que si bien no rivalizaban a la de Wakanda era mucho más desarrollada que la mayoría de los otros países.

 

—Con la ayuda de Latveria podremos depender menos de la ayuda de esos malditos y el ejército de Grethos fortalecerá nuestras avanzadas —Natasha parecía complacida. Sus fuerzas se habían visto mermadas luego de lo ocurrido en el Mar Vacío.

 

Los desastres naturales habían causado grandes estragos en la mayoría del continente complicando la ya de por si precaria situación. Aunque la hambruna podría ser en cierta medida aliviada comprando alimento en los reinos no afectados por la furia de la Madre Naturaleza ‹‹cualquiera creería que era el castigo de los dioses››, pero los países que aún eran bendecidos con buenas cosechas, guardaban celosamente su preciosa posesión y si llegaban a vender algo sería a precios exorbitantes.

Por si no fuera suficiente con los desastres naturales, la guerra de tantos años comenzaba a hacer mella en las arcas de la alianza.

 

…Si no fuese por el regreso del reino Místico su situación sería aún más crítica.

 

Hablando del reino Místico; muchos de los países estaban interesados en los hechiceros y sus grades habilidades que no solo se limitaban al combate. Fue esa la verdadera razón por la que Latveria y Grethos aceptaron unirse a los Vengadores y también era el motivo de que muchos otros reinos desearan hacerlo.

 

La crisis alimenticia comenzaba a disminuir gracias a los hechiceros que utilizaban su magia para calentar los suelos congelados, llevar agua a los lugares que lo necesitaban y hacer crecer cultivos, a este ritmo los reinos de la alianza tendrían un problema menos en el que pensar.

La reunión terminó poco después de terminar los alimentos. Steve fue a buscar a Tony, aunque sabía que a esa hora estaría en los jardines del palacio disfrutando de su tiempo a solas con Stephen.

 

—¿Hay alguna noticia? —preguntó Tony mientras descansaba su cabeza en el regazo del alfa. Dormammu seguía en silencio y eso tenía al omega nervioso, ¿qué tal si atacaba mientras él daba a luz?, ¿si no podía proteger a su cachorro?

—No creo que sea bueno hablar sobre el tema contigo, al menos no por ahora —Tony se levantó para mirar a su esposo con el ceño fruncido. Stephen suspiró —. Sé lo qué está pasando por esa cabecita tuya y debo decir que estas equivocado.

—Oh, entonces no tiene nada que ver con ser un omega embarazado —dijo cruzando los brazos y frunciendo el ceño.

 

Stephen permaneció en silencio por un momento no queriendo ofender a su amigo… su amado esposo. Tomó a Tony obligándolo a sentarse en sus piernas. Le besó, con cariño en la frente.

 

—Eres la persona más encantadora, fuerte, hermosa… indudablemente asombrosa que he conocido en todos los siglos que tengo de vida —besó su frente, sus mejillas y culminó en sus labios —Te amo y si digo que no quiero que pienses en Dormammu, en la guerra —Tony abrió la boca para refutar, pero Stephen lo hizo callar con un dedo. Stark frunció el ceño —. Déjame terminar por favor. Sé que eres fuerte, todos los omegas lo son. La casta más poderosa, pero tú eres aún más que cualquier otro, pero el embarazo puede ser peligroso cuando se mezclan dos… especies.

 

Stephen tomó el rostro de Tony con ambas manos. Unió sus frentes permitiendo que Tony se hundiera en esa mirada que cambiaba de color al capricho de la luz.

 

Los habitantes de Ether creían lo opuesto de Egos; ellos pensaban que los omegas eran la casta más fuerte, no física pero sí en lo que consideraban era más importante: determinación, valor, paciencia, la mejor prueba eran aquellos que sufrían el yugo de quien se creía superior.

 

—Te amo —Stark contuvo el aliento, al fin siendo consiente de aquellas palabras. No era la primera vez que Stephen expresaba sus sentimientos, pero seguía teniendo el mismo efecto, hacía que su corazón quisiera salir de su pecho y su cuerpo se sintiera tan ligero como una pluma —. No quiero que nada malo te pase, ya de por si es aterrador estar separado de ti, así que, por favor, por favor, mientras nuestro hijo nace… regresa a nuestro hogar.

 

Tony no sabía qué decir, por un lado, no quería irse sin antes asegurarse que la gente ya no pasaba hambre y que los reyes respetaran el pacto, pero por el otro ya no soportaba estar lejos de Stephen,

 

 

—¿Qué pasará con la alianza? —dijo ocultando su rostro en cuello de su esposo —No quiero que esos alfas idiotas hagan lo que se les antoje, otra vez.

—Wong puede encargarse —Tony miró a Stephen a los ojos.

 

El Enviado Celestial era sin lugar a dudas la persona de más confianza de Stephen, uno de los más fuertes y hábiles hechiceros. Aunque Ancestral le ofreció el puesto de General, él no acepto pues Wong era un hombre que apreciaba su tranquilidad y soledad, no tomaba estudiantes, mucho menos protegidos; fue una sorpresa cuando, por voluntad propia tomó bajo su cuidado a un infante Stephen.

 

—No creo que eso sea buena idea —Stark sonrió, juguetón —. El reino se caería a pedazos sin él.

—Igual que tú sin Virginia, ¿no? —Tony le dio un golpecito en el hombro lo que causó que el alfa lo atrapara contra la banca para hacerle cosquillas.

 

Después de un rato de juegos y arrumacos, la pareja descansó uno al lado del otro.

 

—Mordo o Loki podrían tomar tu lugar hasta que nazca nuestro hijo —Tony frunció el ceño. Sabía que no era del agrado del General Otoño y no planeaba darle la oportunidad para hacer algo en contra suya o de las personas inocentes, en cuanto al General Invierno, aunque el omega era agradable no creía que su presencia fuese buena para la ya de por sí frágil relación con los otros reyes. —¿Qué tal Hope?

 

La General Primavera podría ser la mejor opción, era, quizás la más diplomática entre sus compañeros. Fuerte, pero amable y ciertamente inteligente.

 

—Es buena opción, aunque creo que Pepper sería mejor —Strange asintió, concordaba en que Virginia era una excelente diplomática y sin duda haría buen trabajo como representante del reino, pero siendo beta mujer era poco probable que los líderes de la alianza la escucharan, además no tenía magia o sabía algún tipo de combate para protegerse. Cierto, Clea y los guardias podrían protegerla como lo hacían con Tony sin embargo no podían estar a su lado a cada segundo, muy diferente de Hope quien no solo tenía un control de su poder, también contaba con un entrenamiento militar avanzado.

 

Al final, Stephen pudo convencer a Tony de solicitar la ayuda del General Primavera en conjunto con Virginia; el alfa estaba seguro que juntas serían una buena dupla.

 

 

 

 

Steve apretó los puños. Furioso. Esa maldita bestia se atrevía a tocar a Tony a quien seguramente había hechizado.

 

¿De qué otra forma se podía explicar que pareciera tan… enamorado?

 

Rogers sentía nauseas, la simple idea de pensar en esa bestia tocando, mancillando el precioso cuerpo de Tony hacía que su sangre hirviera.

 

—¿Te diviertes? —Steve se sobresaltó. Detrás de él se encontraba el mismísimo Stephen Strange; miró la dirección donde estaba Tony solo para descubrir que el alfa hechicero seguía con él.

—¿Cómo? —el monarca le miró con indiferencia, aunque Steve sospechaba que estaba disfrutando su reacción.

—La próxima vez que espié a alguien —dijo con parsimonia —, asegúrese de ocultar su sed de sangre, en especial si su enemigo es una maldita bestia.

 

Rogers casi sintió su sangre helarse, ¿Cómo era posible que supiera lo que estaba pensando?

 

Stephen rodeó al rubio como un depredador a su presa, sus ojos mostraban un fuego de ira que hizo a Rogers temer por su vida. Steve se sentía intimidado, ¿qué tan poderoso era ese monstruo como para estar en dos lugares al mismo tiempo?

 

—Sí. Soy un… —Strange sonrió con descaró, saboreando cada reacción que provocaba en el monarca rubio —monstruo. Tú, un simple humano no representas amenaza alguna para mí, pero Tony te considera su amigo ‹‹por alguna razón que desconozco››, por eso no te voy a matar, pero… —Steve contuvo el aliento al notar el repentino cambio en los ojos del hechicero de un intenso azul a una mirada felina de tono dorado. —Mantente alejado de mi omega o de lo contario, este reino se va a quedar sin gobernante.

 

Steve frunció el ceño, reuniendo todo el coraje que tenía encaro al otro alfa.

 

—¿Es eso una amenaza? —la sonrisa de Stephen se hizo más ancha. Rasgos de su segunda forma se mezclaron con la humana dándole un aspecto aterrador y divino al mismo tiempo.

—Una advertencia —dijo antes de desaparecer.

 

Steven cayó al suelo sobre su trasero. Por alguna razón sentía miedo, pánico, terror, algo que jamás había experimentado en su vida ni siquiera en el campo de batalla. Su cuerpo se había paralizado por completo, sudaba frío y apenas podía controlar su esfínter para evitar ensuciar sus pantalones.

 

¿Qué demonios era ese monstruo?

 

 

 

 

A medida que los días pasaban y el vientre de Tony iba creciendo, también el odio de Mordo lo hacía.

El General Otoño odiaba cada cosa, por más mínima que esta fuera que se relacionara con el omega humano y su embarazo. No podía evitar soñar que era él quien cargaba al hijo de Stephen, el que recibía los besos, carisias y miradas de amor del alfa.

 

Quería ser correspondido.

 

Jericho siempre dijo que él y Stephen hacían una hermosa pareja. Solía decir que la magia de ambos se complementaba; aunado a los cuentos que sus padres le contaban para dormir, hizo que su mente infantil imaginara un futuro en el que ambos viviría felices con sus cachorros, amándose hasta el final de sus días.

 

 

Mordo resopló molesto al sentir el movimiento de su compañero de cama. Ambos estaban desnudos. Acababan de terminar su celo y los dos necesitaban un baño.

No era el primer calor que compartían, era común para ellos pasar ese tiempo tan íntimo juntos; se conocían desde que llegaron al reino, entrenaron juntos, se cubrieron las espaldas. Eran leales él uno con él otro.

 

Karl confiaba tanto en su compañero, mataría por él. No lo amaba, pero muy en su interior, lo consideraba la persona más importante en su vida.

 

 

—Supongo que el omega de Stephen ya ha regresado —dijo el amante de Mordo, lo que provocó que el moreno lo mirara con enojo.

La paz y el buen humor que solía tener al final de su celo y que por lo regular duraba semanas, se esfumó con la sola mención de la puta humana.

 

Él sonrió ante la reacción que provocó en su compañero. Adoraba molestarlo, aunque no era al único, sí era su favorito.

 

—El futuro príncipe heredero nacerá en aproximadamente seis lunas —prosiguió con una sonrisa burlona —. Me pregunto si se parecerá a su madre o a Stephen.

—¡Loki! —gritó antes de que el aludido le robara el aliento en un beso. En primer momento quiso luchar, pero terminó por dejarse llevar por esa intoxicante y hábil lengua que se deslizaba con maestría.

—Debes dejar esa ilusión infantil y poner los pies sobre la tierra —dijo serio antes de desaparecer, dejando a Mordo, solo, furioso y ciertamente excitado.

 

¡Su amor por Stephen no era infantil!

 

Sus sentimientos eran puros, él era el verdadero soulmate de Stephen, ¡su futuro cachorro debía ser suyo!

 

—Y lo será…

 

 

Continuará…

 

 

….

 

 

Bueno, aquí termina el capítulo, espero que les gustara y sip, Loki y Mordo suelen jugar a “las manitas calientes”, sé que es una pareja rara, pero sentí que estos dos, al menos en esta historia, se complementan bien, aunque no se muestra mucho en esta historia si lo podrán ver en los capítulos complementarios.

 

Nos vemos en la siguiente.

 


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