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Te odio, te amo por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, algo de Ooc, omegaverse y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Beta Reader:

 

Resumen: Tony se ofrece a casarse para que el reino Místico se una a la alianza conocida como los Vengadores, siendo un omega mayor, sus oportunidades de tener una familia son casi nulas, está podría ser su última oportunidad de ser feliz, aunque viva en un matrimonio sin amor, pero tal vez su nueva vida le dé más libertad de la que soñó jamás.

 

—f

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Te odio, te amo

 

 

Capítulo 21.- Contrato

 

 

Mordo rozó el grillete alrededor de su cuello. Había sido despojado de sus ropas para reemplazarlas por una túnica sencilla de color beige.

Se encontraba en la prisión de Nyosen, donde se enviaba a todos aquellos que cometían traición.

 

El antiguo General jamás había estado ahí antes, de hecho, nadie, fuera de Rinthah, sus ancestros y después de él, sus descendientes; todos homúnculos con forma de minotauro.

 

La prisión Nyosen fue creada por la princesa Ibyenrose, séptima hija de Jubelia, unigénita de Aristia, la reina abandonada.

 

Ibyeronse carecía de magia, en cambio era una alquimista talentosa que había hecho grandes contribuciones a la medicina. Estaba casada con un caballero de nombre Michael, quién había muerto en batalla. Loca de tristeza, usó sus conocimientos para revivirlo, convirtiéndolo en un homúnculo con forma de minotauro con el pelaje verde. Al descubrir que su amado había sido traicionado por su mejor amigo; pidió a sus padres el permiso para castigar al responsable.

 

Ayudada por la magia de sus hermanas, creó una prisión. El sitio elegido fue la provincia de Ko, en la región del Norte. Por fuera parecía un edificio maltrecho de dos pisos dónde había dos únicas celdas de 2x2, además de una puerta negra que conducía a una dimensión de bolsillo que guardaba un laberinto.

 

La prisión de Nyosen era custodiada por los descendientes de la séptima princesa Ibyenrose y el homúnculo Michael, ya que ellos podían resistir aquello por lo que tenía tanta fama y era temida: ilusiones. Mientras más tiempo pasarás dentro de los muros, las ilusiones se volvían más y más reales, hasta que tu mente se rompía.

 

 

Mordo se mordió el labio. Tenía miedo. Había escuchado historias terribles sobre los pocos prisioneros que tuvieron la desdicha de terminar en aquel lugar.

Observó a Jiaying en la jaula delante de él. La bruja estaba arrodillada en el suelo, sosteniendo su cabeza y sollozando; murmurando cosas que no podía entender.

Mordo supuso que él aún no se veía afectado por todo el trabajo mental a base de entrenamiento mágico a lo largo de todos los años, o tal vez por llevar tan solo menos de una hora en ese lugar.

 

Cerró los ojos. ¿Qué sería de él en adelante? Había vuelto a ser un sucio humano; su magia fue restringida.

 

¿Envejecerá como cualquier humano?

 

Un fuerte golpe lo sacó abruptamente de sus pensamientos. Frente a él se encontraba una criatura humanoide con cabeza de toro, de un tono verdoso. Usaba una túnica gris clara a la medida, en su cintura tenía una gran llave dorada. Sus pies eran pesuñas.

 

Rintrah, el guardián actual de Nyosen le observa con detenimiento.

 

—Sé quién eres… tu pasado, tu presente —dijo Rintrah con seriedad. Ladeó la cabeza. Miraba a Mordo como un padre decepcionado de su hijo —. A pesar de tus orígenes trágicos, lograste sobresalir, te convertiste en un General, en alguien importante para la familia Real. Parte de su manada. Entonces, ¿por qué?...

 

Mordo frunció el ceño, golpeó los barrotes con ambas manos.

 

—¡¿Qué puedes saber tú, mandito monstruo?! —gritó colérico. —Solo quería recuperar a mi alfa.

 

El minotauro comenzó a reír. En verdad los humanos eran tontos.

 

—No puedes ir en contra de lo que la magia ha escrito.

 

Mordo quería protestar, pero lo sabía, sus al adres y maestros siempre le habían dicho que las leyes de la magia eran inquebrantables.

 

—Suficiente Lord Rintrah —el aludido sonrió. Se giró para encarar a su visitante. Loki le observaba con el ceño fruncido. A su lado, había dos mujeres rubias, una de cabello largo y otra corto. Los tres, ataviados con armaduras verdes de diferentes estilos.

—General Invierno, es un honor tenerlo en esta humilde prisión —el minotauro hizo una reverencia algo exagerada. Loki arrugó la nariz, sabiendo que Rintrah solo estaba burlándose de él. —¿A qué debemos tan agradable visita?

—Su Majestad ha ordenado llevar al traidor, el ex General Otoño para su juicio —respondió la mujer de cabello corto —. Su juicio se llevará a cabo a la brevedad.

 

El minotauro comenzó a reírse. Cuando alguien era enviado a Nyosen, era todo, jamás se sacaba para hacer su juicio, pero suponía que el Rey Stephen aún consideraba al traidor como parte de su manada.

 

 

Una ultima muestra de cariño para alguien que ya no lo merecía.

 

 

 

Stephen daba vueltas alrededor de la habitación. El juicio de Mordo comenzaría en un par de horas. ¿Cómo es que habían llegado a esto?

 

Hope, Loki y Mordo se habían convertido en parte importante de su vida, al igual que Wanda, eran su manada, siempre pensó que podía confiar a ojos cerrados, ¿se había equivocado?

 

—¿Estas bien? —Stephen se sobresaltó. Tony lo miró preocupado; tenía a su hija en brazos. Desde que Donna fue rescatada, no había querido separarse de ella —Lo siento, llamé varias veces, pero no respondías.

 

Stephen dio un largo suspiro antes de acercarse a su esposo e hija; lo abrazó teniendo cuidado de no dañar a la bebé, aspiró su aroma, lo que le ayudó a relajarse.

 

—¿Te sientes bien? —el alfa no respondió, en cambio besó la frente de Tony y después de Donna.

—Lo siento, todo esto fue mi culpa, yo no debí confiar… te prometo que de ahora en adelante… —Tony lo hizo callar con un beso.

—No es tu culpa —el omega dio un suspiro. Estaba enojado con Mordo, pero sabía que el amor «obsesión», podía hacerte cometer una gran cantidad de estupideces, él mismo hizo unas cuantas en su juventud, cuando creía estar enamorado de Steve.

 

Tony había leído el informe. La bruja Jiaying quería a Donna para absorber su energía vital, para obtener más poder e iniciar una revuelta.

 

Los descendientes directos de Agamotto, poseían más poder mágico que el promedio, muchos los consideraban casi dioses, sin mencionar, que era una kirin. Mordo, como un estúpido, le creyó cuando le aseguró que podría hacer que Stephen lo amara.

Quería creer que el General se había arrepentido y por eso es por lo que, inconscientemente aguardó a ser detenido. Él decidió entregarse.

 

—Mordo se equivocó, pero no creo que fuera un traidor —Stephen lo miró entre confundido y molesto, ¿Cómo era posible que Tony estuviera defendiendo a la persona que puso en peligro a su bebé?

—Soy el rey, si no doy un ejemplo con él, creerán que soy débil.

 

Tony frunció el ceño. Una de las cosas que más amaba de Stephen, era que el alfa no se preocupaba por lo que los otros pensaran; le importaba más la justicia y el bien común.

 

—¿No lo entiendes, Tony? —Stephen bajó la mirada. No quería que su esposo lo viera tan vulnerable. Hizo una pausa, debatiéndose entre hablar o no. Dio un largo suspiro, decidió que era lo mejor —. Cuando Kaecillus asesinó a mi madre… yo tuve la oportunidad de detenerlo…

 

 

 

 

La muerte de Ancestral era su culpa. Aún recordaba cuando se topó con Kaecillus. Se enteró del asesinado te su madre por el propio Logan, que lo estaba rastreando; loco de irá, se unió a su búsqueda.

Encontró a Kaecillus en el bosque que marcaba la frontera del reino, aún con las ropas manchadas de sangre; se encontraba frente a cuatro montículos de pierdas de distintos tamaños. Lloraba. Al darse cuenta de la presencia de Stephen, se rompió más, le suplicó que lo matara, que lo ayudara a reunirse con su familia y con Stephanie, deseaba pedirle perdón.

Furioso por qué el traidor pronunciaba el nombre de su madre, le dijo que se fuera, que no quería volverlo a ver en el reino. Lo hizo.

Logan, quién llegó poco después, le amonestó por hacerlo: un enemigo al que se le perdona la vida es uno que regresará algún día para matarte.

 

—Lo siento —dijo Tony abrazándolo. —Debió ser muy difícil para ti, pero… tienes que pensar en Loki, él lo ama, ¿Qué crees que pensará él si pierde a Mordo?

 

Stephen suspiró. Se sentía atrapado, por un lado, le dolía tener que enjuiciar a quien fue una parte importante de su vida, pero estaba su deber como rey… y al mismo tiempo, no quería lastimar a Loki.

 

—Su Majestad —Wanda había ingresado junto con Hope, ambas ataviadas con ricas túnicas rojas y celeste, respectivamente, los semblantes serios de ambas solo contribuyeron a aumentar la tormenta emocional en Stephen. —. Es hora.

 

 

Stephen asintió. Pidió a los Vishanti la guía necesaria para hacer lo correcto. Tomó la mano de Tony para dirigirse al lugar donde se llevaría a cabo el juicio del traidor.

 

 

….

 

 

 

La sala de juicio era una enorme habitación, tres escalones llevaban a dos tronos, frente a estos, había dos escritorios, cada uno con un par de sillas, a espaldas de estos y cercados por una reja de madera, había tres filas de asientos.

 

Stephen y Tony tomaron los tronos, mientras que Hope y Wanda los flanqueaban.

Usualmente, las filas eran ocupadas por los Enviados Celestiales o el jurado de turno, pero en esta ocasión solo se encontraba Wong, además de una mujer de largo cabello negro y vestido en tonos violeta con una capa negra, su nombre era Agatha, la antigua General Verano y maestra de Wanda, junto a ella había un hombre corpulento y velludo, él era Logan, ex General Invierno, esposo de Pietro, mellizo de Wanda.

Una de las mesas era ocupada por Loki y Mordo que aún estaba encadenado, junto a ellos, Matt Murdock, un alfa ciego, un miembro de la orden de los abogados, encargados de hacer valer las leyes.

 

Abogado, Juez, fiscal, juicio, jurado, eran palabras desconocidas para las personas fuera de Ether. La justicia en Egos era solo para los nobles y aristócratas y siempre estaba del lado de quien pudiera pagar más, para los plebeyos no existía. No había algo como juicio, solo un grupo de vejetes que buscaban su propio veneficio.

 

En Ether, por otro lado, existían edificios y personas dedicadas a proveer igualdad entre todas las clases; se llevaban a cabo asambleas donde víctimas y victimarios podían acceder y se hacían valer las leyes. Los abogados se encargaban de representar a los que eran acusados, mientras que los llamados fiscales, lo hacían con los agraviados, por su parte, los Jueces se encargaban de dar sentencias, además, se pedía ayuda de cierto número de civiles imparciales que fungían como jurado y su deber (luego de escuchar el caso y conocer las pruebas), decidían quien era culpable o inocente.

 

 

—En el día seis del mes de Oshun, del tercer año del Señor del Tiempo, se inicia el juicio en contra de M’buko, actualmente conocido como Lord Karl Mordo, General Otoño, señor de las tierras de Oeste —dijo Clea (a quien Tony no había notado hasta ahora), llevaba una túnica completa, sin mostrar piel, muy diferente a sus ropas comunes —, por el cargo de traición en contra de la recién nacida princesa heredera Astina Donna, hija de sus Majestades, el rey Stephen Vincent Strange, Señor del Tiempo y del rey consorte, Anthony Stark el Sabio —la alfa miró a Mordo con severidad —. ¿Cómo se declara?

 

El omega moreno no respondió, en su lugar, lo hizo Matt, asegurando que su representado era inocente.

 

El juicio duraría alrededor de 3 horas ‹‹casi nada comparado a otros››, en donde se mostraron las pruebas del secuestro, incluyendo el asesinato de la niñera; cuando la imagen del cuerpo inerte se mostró en una pantalla creada por magia, Mordo no pudo evitar desviar la mirada, estaba arrepentido de esa muerte.

 

Matt demostró que Jiaying no solo tenía la habilidad de drenar la energía vital de sus víctimas, también, podía “hechizar”, hipnotizarlos y “convencerlos” de que ella era capaz de cumplir cualquier deseo que tuvieran, era de esa forma que había logrado tener tantos adeptos.

 

—Lord Mordo no ha sido el único hechicero que ha caído en los… encantos de la bruja Jiaying, existen antecedentes que datan de la época del rey Golden.

—¿Insinúa acaso que el General Mordo es mentalmente débil para caer en los engaños de esa mujer? —cuestionó Clea, quien fungía como fiscal.

—No —respondió el alfa —. Confirmo que hay antecedentes de hechiceros poderosos que cayeron en sus engaños. Hechiceros tan fuertes y experimentados que incluso soportaron torturas inimaginables y que no lograron romperlos.

 

Mas pruebas e intervenciones tanto de Clea como Matt, finalmente llegó el momento en que Stephen tenía que dar su veredicto.

 

—General Otoño, Karl Mordo, por tus servicios al reino y a mí… —hizo una pausa, tiempo que Tony aprovechó para tomarle la mano. Stephen suspiró con pesar —. A la luz de todas las pruebas, he decidido despojarlo de sus títulos y tierras, además de sellar su magia…

—¡Majestad! —gritó Loki. No quería que terminara la oración, había dos posibilidades, una más cruel que la anterior: condenado a la prisión Nyosen o destierro —, ¡por favor!... —Stephen levantó su mano para hacer callar al omega.

 

Strange hizo una señal, en respuesta, Agatha y Logan se acercaron a Mordo, quien, al tener a los mayores frente a él, bajó la cabeza. Loki se interpuso entre ellos, no dispuesto a permitir que lastimaran a su amigo.

 

—Por favor, Stephen, ¡lo prometiste!

 

Loki estaba desesperado, miró a Mordo que agachó la cabeza se veía tan vulnerable. ¿Había cometido un error al entregarlo?

 

Intentó acercarse a su compañero, tenía que sacarlo de ahí, pero fue detenido por el exgeneral invierno, quien lo veía con una mezcla de severidad y preocupación.

 

—Tranquilo niño —lo amonestó Logan, al tiempo que tomaba su mano, apartándolo del otro omega y permitiendo que su acompañante tuviera acceso al acusado.

—No dolerá —Agatha colocó el índice en la frente de Mordo, una esfera violeta luminosa se formó en la punta de su larga uña, en segundos, el cuerpo del omega se cubrió de luz. Miró a Loki con seriedad. —Actual General Invierno, Lord Loki, ¿estás dispuesto a responsabilizarte de este traidor?

 

Loki no podía creerlo, lo que le estaba ofreciendo esa mujer, la antigua General, era un contrato mágico de amo y siervo. Algo prohibido, al menos eso era lo que sus maestros le enseñaron.

 

En el reino Místico, la esclavitud estaba prohibida, todo aquel que se descubriera comprando o vendiendo personas, sería condenado a muerte por desmembramiento, sus posesiones serían repartidas entre los afectados.

Pero había algo que Loki no sabía; un contrato que, de alguna manera doblaba la regla sagrada; a través de un pacto que obligaba a una de las partes a obedecer incondicionalmente a la otra, aunque solo en ciertos aspectos y que no comprometían la integridad o vida de ninguno de ellos.

 

—Lord Loki, General Invierno… ¿estás dispuesto a responsabilizarte de ahora en adelante de las acciones que Karl Mordo cometa? —preguntó Agatha nuevamente, está vez, el omega asintió. —Dame tu mano.

 

Logan aprovechó para atar la muñeca de Loki y Mordo con un cordón de color gris. La luz que cubría al ex General Otoño hizo su camino por la cuerda hasta cubrir a Loki.

 

—Karl Mordo, repite después de mi —ordenó Agatha —. Prometo solemnemente obedecer a mi señor, siempre y cuando no dañen mi integridad física o vayan en contra de las leyes sagradas del reino. Lo juro ante sus Majestades y los Vishanti —Mordo repitió cada palabra.

 

Fue el turno de Loki para decir la parte de su contrato ‹‹Prometo solemnemente cuidar y llevar a Mordo por el camino correcto, jamás lastimar su integridad física, psicológica o atentar contra su vida. Lo juro ante sus Majestades y los Vishanti››.

 

El contrato fue sellado, los destinos de Mordo y Loki enlazados y el juicio se dio por terminado. Solo faltaba que Stephen eligiera al nuevo General Otoño, no sería nada fácil, pues existían ciertos requisitos que se debían reunir.

 

Los Generales debían representar un equilibrio, debían ser dos hombres y dos mujeres, independientemente de su casta, ser excelentes hechiceros y combatientes cuerpo a cuerpo, tener grandes habilidades estratégicas, no abusar de su poder y ser justo.

Dado que había dos mujeres (Wanda y Hope), y un hombre, se necesitaba de otro varón para preservar el equilibrio.

A Stephen le hubiese gustado que Logan tomara el cargo, pero cuando un General renunciaba, no podía volver a retomar el puesto y también dudaba que quisiera hacerlo. Tenía una hija de casi cinco años y otro en camino.

También, lamentaba que Agatha tampoco pudiera, o en su defecto Clea.

 

Solo esperaba decidir bien por su reino.

 

 

 

Continuara

 

 

….

 

 

Espero les guste este capítulo y nos leemos en el siguiente.

 

 

¿Quién les gustaría que fuese el nuevo General?


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