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¿Los errores de los padres son también los de los hijos? por AOI SALUJA

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Notas del capitulo: hola :)
gracias
*mayu-san
*megu-chan
*duraznito-chan
*dark kirito
*a ti
# Capítulo 21: Alegrías pasajeras. #


-¡Jonathan amor, ya esta el desayuno!- grita cariñosamente su madre mientras él baja las escaleras.
-Gracias mamá. Buen día.
-Buen día. ¿Dormiste bien?
-Si, gracias.
Su papá también bajó y se acercó a la mesa. Pasó a un lado de su hijo y acarició su cabeza.
-Buen día hijo.
-¡Papá! Buen día.
-Huele delicioso- expresa hambriento el señor.
-Gracias amor, ya estan los tuyos, en un ratito salen los tuyos Jonathan. Mientras le sirvo café a tu padre.
-Descuida, yo puedo...
-Esta bien, tú siempre eres el que prepara el desayuno. Déjame intentarlo también de vez en cuando ¿sí?- sonríe.
-De acuerdo, gracias.
El desayuno pasó tan agradable como a últimas fechas. Jonathan no entendía porque pero de unos días para acá, sus padres dejaron de golpearlo. Es más, ya no le gritaban o al menos no tanto. Cuando alguno de los padres parecía perder los estribos, el otro le hacía entrar en razón y viceversa. De no ser porque estaba tan emocionado por la obra de hoy, quizá estaría indagando más en la repentina conducta de sus progenitores.


                                        ☆


Leonardo agradecío que Adam no fuera a trabajar. Había logrado lidiar con él estos últimos días, pero cada vez era más difícil disimular. Lo peor de todo es que Alejandra parecía sospechar algo. Y era natural, después de todo ellos pasan casi todo el día juntos y puede ver cuando alguien observa de más a su amigo. Solo esperaba que no preguntara al respecto, ya era bastante incómodo en sí tener que lidiar con esos sentimientos y más aún con las dudas. Pero si lo hacía estaba en todo su derecho, después de todo fueron novios y quizá sólo era cuestión de tiempo para que volvieran a ser pareja.
-¡Hermano, el café!- le advierte escandalizada su hermana.
-¡Perdón!- apaga rápidamente la estufa.
-Descuida- sonríe traviesa mientras le da unas palmadas en la espalda-. Seguro estas enamorado-. Y aquella inocente broma no había hecho más que ponerlo inquieto. Pero ¿por qué se tensaba? Eso no era verdad. ¡Tenía que ser mentira!- ¿Hermano?- le mira extrañada- ¿Estás bien?
-Si, es que... creo que todavía no me despierto del todo.
-Ay hermano, por un momento creí que me ibas a confesar que tienes novia.
-No, cómo crees.
-¿Y por qué no? A mí no me molestaría, en serio. Es más yo te apoyo, igual y hasta nos hacemos buenas amigas.
-Si, estaría bien- acaricia suavemente la cabeza de Lidia mientras sonríe melancólico-. Anda o se te va a hacer tarde.
-¡Es verdad! ¡Ya me debe estar esperando mi amiga!
-Ve con cuidado.
-¡Gracias!- se coloca sus zapatos y jala su mochila- ¡Nos vemos!
-Buen día.
-Igualmente.
-Una "novia" ¿eh?- suspira pesadamente-. El problema es que no es una chica. ¡Y era su amigo, por Dios! Nada peor que arruinar una buena amistad por sentimientos que ni siquiera estaban claros.


                                        ☆


Leonardo tenía razón, Alejandra no sólo sospechaba, sino que estaba casi segura de los sentimientos de él. Y por supuesto que no lo iba a interrogar, él era libre de enamorarse de quien quisiera. Lo único que le preocupaba era el hecho de que Adam ya tiene a alguien a quien amar. Y hasta donde había escuchado de su hermana él nunca había tenido novia. ¡¿Y si era su primer amor?!
-Me parece que seremos compañeros de dolor mi querido Leo- sonríe dulcemente-. Pero él lo vale ¿cierto? Adam nos salvó a los dos. Y será siempre importante para nosotros.

 
                                       ☆


Adam había pedido permiso desde hace tiempo para faltar ese día a trabajar. Sin importar que, quería ver la obra y como a últimas fechas Jonathan se había hecho un buen amigo de José, el niño decidió invitarlo también. No sabía si le gustaban ese tipo de eventos, pero igual esperaba que lo relajara un poco. Así que ambos acordaron encontrarse en un punto intermedio para llegar juntos al lugar.
-¿Qué hay?- saluda Adam al pastelero.
-Hola. Creí que tardarías más.
-¿Qué pasó?- sonríe- Si soy puntual-. De pronto miró al cielo intentando hacer memoria-. Ahora que lo pienso ya tiene mucho tiempo que no salíamos juntos ¿verdad?
-Si, años.
-¡Entonces hay que aprovechar el día Pepe!- lo toma del brazo como niño chiquito para llevarlo a la escuela. Estaba tan emocionado de poder pasar tiempo con su "hermano mayor." Para Adam, José siempre había sido su ejemplo a seguir. Realmente era un gran hombre, no por nada era el mejor amigo del tío Damián.
-Bien, tú dime a donde quieres ir después de aquí.
-¡¿En serio?!- pregunta sin disimular la emoción.
-Si, hoy me tomé el día libre.
-¡De acuerdo! No te vayas a echar para atrás, ¿eh?
-Nunca lo hago- sonríe mientras despeina a Adam.


                                        ☆


Jonathan y Daniel estaban listos. Cada uno con su disfraz y arreglos extras que fueron hechos por los estudiantes del taller de cultura de belleza de la sección de secundaria.
-¡Te vez hermoso!- no paraban de decirle las chicas a Daniel, el cuál ciertamente parecía una bella muñeca de porcelana.
-¡Tienes que ir al taller de fotografía! ¿sí?- mientras que otras chicas pedían a Jonathan se sacara una foto con ellas. Con el traje o con el uniforme de igual manera era una foto memorable.
-De acuerdo. Muchas gracias por todo su trabajo.
-¡No! Gracias a tí por cooperar.
Ellos dos habían causado tanta emoción que la obra de su grupo era la más esperada entre los estudiantes, tanto de la sección de primaria como la de secundaria.
-Voy por algo que me pidió la prefesora. En un momento regreso Jonathan.
-Claro, si necesitas ayuda me dices.
-Si.
Ella no había pedido nada, Daniel  simplemente quería estar solo para poder bajar sus nervios. Después de tanto "nunca te he visto actuar" y "me muero de ganas por ver la obra," terminaron por dañar sus nervios. Pero como él no era de los que les gusta demostrar abiertamente sus sentimientos, decidió ir a un salón que usaban como almacén para relajarse. Al llegar a la puerta escuchó unos pasos y de pronto sintió como alguien lo empujaba al interior de este.
-¡¿Qué...?!- gira para ver a la persona- ¿Jonathan?
-Disculpa si fuí algo brusco- susurra-, pero venía un profesor.
-No, yo... ¿qué haces aquí?
-Algo me decía que ibas a otra parte así que decidí seguirte.
-No tenías que...- desvía la vista al piso.
-Vamos Dani, ya casi es la hora.
-Lo sé. Mejor hay que salir- estaba a tres pasos de la puerta cuando sintió como lo abrazaban por detrás- ¡Jo...!
-Así se pasará más rápido-. Susurra dulcemente.
-¿Qué haces?- se da la vuelta y quedan frente a frente. 
-Nada- suavemente empieza a acariciar la espalda de su amigo para relajarlo-. Todo esta bien Dani.
-¡Daniel! ¡Jonathan! ¡¿Dónde están?!- gritaba la profesora.
-¡Ya vinieron por nosotros!- Jonathan lo toma de la mano y salen corriendo.


                                        ☆


Después de mucha espera, finalmente tocaba la hora de presentar la obra de los estudiantes de cuarto año, para ser más específicos, el grupo de Jonathan y Daniel. La historia no era en sí una romántica- aunque si tenía muchas escenas de-, era más bien del tipo familiar. Tratando los clásicos problemas para hacer conciencia más que nada en los estudiantes, hizo que, con la buena actuación de los niños el público pudiera identificarse con la situación a tal punto de llegar a las lágrimas.
Al finalizar todos aplaudieron como a ninguna otra presentación. Los niños hicieron la clásica reverencia y fué hasta ese entonces que Daniel logró ver entre el público a su hermano quien les sonreía mientras los saludaba discretamente con un movimiento de mano. Jonathan respondió con una sonrisa mientras que Daniel bajo la vista lentamente entre avergonzado y feliz.


                                        ...


Adam y José decidieron quedarse a ver las demás obras, de fin, tenían el día libre y no querían herir los sentimientos de los niños que iban después, ya que en sí no había mucho público. En el único momento que se llenó el lugar fue con la presentación de sus "hermanitos" porque al terminar esta, muchos se fueron- más alumnos que parientes-. Incluso se quedaron a ver las de la sección de secundaria y al finalizar el evento sentían sus piernas entumecidas por estar tanto tiempo sentados.
-¡Chinga! Me duelen la piernas- expresa José con una mueca de molestar.
-Ya estás viejo- bromea Adam mientras soba las suyas.
-Pues ya somos dos- sonríe a medias-. Creo que hasta me dieron ganas de ir al baño.
-Tú ve, yo te alcanzo.
-Sale pues- le da unas palmaditas en el hombro mientras Adam hace una mueca de dolor-. Nada más no te orines aquí.
-¡Ni madres!
José se aleja del lugar, pasando entre los alumnos que saludaban a sus familiares.
-Hola- se acerca Daniel tímidamente a saludarlo ya con su uniforme.
-Hola Dani- sonríe dulcemente.
-No sabía que ibas a venir.
-¿Te molesta que lo haya hecho?- le pregunta en tono neutral.
-No, para nada. Me hizo muy feliz que vinieras, tenía mucho que no te veía.
-Tienes razón- lo toma delicadamente de la mano para que tome asiento a un lado de él-. Te extrañé mucho.
-Yo también- sonríe tímidamente.
-¿Y Jonathan?
-Ah, él...- su dulce expresión cambio a una claramente molesta-. Se esta sacando fotos con algunas niñas. Es muy popular, con suerte y consigue novia- no pudo evitar que eso último sonara con cierto toque de fastidio.
-No suenas muy feliz que digamos.
-Bueno, es que...- comienza a jugar con sus pies mientras ve al piso.
-Es porque él te agrada, ¿cierto?- sonríe para Daniel y éste responde con el mismo gesto.
-Si, Jonathan me agrada mucho- volteó la vista nuevamente al piso como si fuese lo único que mirar- ¡Pero también me agregas tú!- soltó tan alterado como si fuese una cuestión de vida o muerte.
-Ya después de un rato no es lo mismo- finge hacer un puchero-, nada más me lo dijiste por compromiso.
-¡No, yo...!
-Es broma- suelta a reír- vi el momento y lo aproveché, perdón.
-No, esta bien. Yo...
-¿Jonathan? ¿A dónde vas?
El niño aunque estaba algo lejos alcanzó a escuchar lo que Adam dijo. Negó con un movimiento de manos a lo que el jóven respondió con otro movimiento haciéndolo entender que se acercara a ellos. Jonathan solo deseaba darles privacidad, pero al parecer a ellos no les molestaba su presencia, por lo que accedió y se acercó finalmente a ellos.
-Hola, gracias por venir a vernos Adam.
-No, gracias a tí por invitarnos- de pronto el decir eso le hizo recordar que no había venido solo- ¡Ah, chinga! ¿Pues que tan lejos están los baños para que...?
-¿Qué "qué"?- menciona José quien recién regresaba del sanitario.
-Nada- sonríe cínicamente.
-Hola- saluda a los niños.
-¡Gracias por venir!- se acerca Jonathan a abrazarlo.
-Actuaron muy bien- corresponde el gesto y le da unas palmadas en el hombro.
-Ah, es verdad. El es Pepe es como el hermano mayor de Alejandra y mío- se lo presenta a Daniel y quedó ido con aquella palabra.
-¿Hermano...?- casi por reflejo extendió la mano para saludarlo- ¡Hermano!- sonrió- ¡mucho gusto!
-El gusto es mío.
-Vaya, parece que le agradas a los niños Pepe.
-Oigan, ya que tomaron el día ¿les gustaría ir a mi casa en la tarde? Papá y mamá van a llegar hasta la noche, así que...
-¡Claro!- el primero en responder fue Adam-. Yo me apunto.
-Yo igual- le secunda José.
-¡Yo también, yo también!- expresa emocionado Daniel.
-Bien, entonces los vemos allá- Jonathan estaba tan feliz de pasar tiempo con todos ellos.
-Sale pues, entonces ya nos vamos. Cuídense- Adam se acerca a los amigos y los abraza. Después Pepe se despide con un movimiento de mano.


                                        ☆


Leonardo creyó que sin la presencia de Adam estaría más tranquilo. Pero ese no fué el caso, ahora todo le parecía tan vacío y triste sin él. Extrañaba tanto sus risas y el escucharlo cantar con cada canción que salía en la radio de  La Gusana Ciega, Jumbo, Ragazzi o Savage Garden, y éste último más bien por petición de Alejandra quien ama locamente al dúo. Y a últimas fechas él también comenzaba a amarlos- en secreto- ¡Dios! Esas canciones volverían loco a cualquiera, eran tan... tan endemoniadamente encantadoras.
-¿Lo extrañas?- preguntó Alejandra quien de pronto apareció trás de él.
-Mucho- soltó con naturalidad, realmente no había pensado en la respuesta, simplemente lo dijo tal cual lo sentía- ¡No, digo...!
-Esta bien, yo también lo extraño. Es nuestro amigo después de todo, ¿no?
-Si...- suspira aliviado- claro que si.
-Ay, vamos, ¿por qué tan tenso?
-No,  creo que ya me cansé. Es solo eso.
-Umn... bueno. De todos modos si algún día necesitas hablar y no tienes con quien, puedes contar conmigo Leo.
-Gracias Ale. Igualmente.
-¡Vaya, que amable! Bueno, ya me voy, llegaron más clientes. ¡Nos vemos!
-Si...- supuso que había sido irresponsable al hablar, solo esperaba que Alejandra no se hubiera dado cuenta de ello.


                                        ☆


Finalmente los niños estaban de vuelta en casa. Y como aún era temprano,  aprovecharon para tomar una ducha. Después picaron un poco de fruta mientras veían una película de Jackie Chan, razón por la cual se llevaron más tiempo haciéndolo.
-Gracias por ayudarme Dani.
-Lo hago con mucho gusto- dejó de picar la fruta y soltó las cosas que tenía en la mano a un lado-. Jonathan... ¿qué tal estuvo tu sesión de fotos?
-Bien- él también soltó lo que tenía en las manos y miró fijamente a su amigo-. ¿Te gustaría sacarte algunas conmigo?
-¡Sí!- sonrió ampliamente. Por alguna razón no había pensado en que ellos podían hacer lo mismo.
-Entonces voy por la cámara de papá- suelta una risita-, y lo mejor es que no tenemos que esperar porque es instantánea-. Jonathan estaba a punto de subir las escaleras hasta que escuchó el timbre de la casa- ¡Deben ser ellos!- se asoma por el picaporte y efectivamente, se trataba de Adam y José-. Bienvenidos.
-Gracias- Adam entra y acaricia la cabeza del pequeño con la mano libre, ya que en la otra llevaba una bolsa con botanas.
-Hola- ahora entra José cargando un pastel.
La tarde la pasaron entre risas, comida y sacando fotos entre todos. Era tan divertido que poco o nada importaba la diferencia de edad. En ese momento todos se sentían como niños.
-Voy por más servilletas- se levantó Jonathan del piso y fué a la cocina. Sonó el teléfono y corrió a contestar- Hola-. Por un momento no sonó nada, así que esperó un poco más antes de colgar, momento en el que Adam, Daniel y José se acercaron para ver si todo estaba bien.  Finalmente la voz del otro lado se hizo escuchar:
《-¿Hay algún adulto contigo?》
-¿Qué te dijo?- susurró Adam.
-Que si había un adulto conmigo- le responde de igual forma.
-Ha de ser un pendejo haciendo una broma-, pidió le pasara el teléfono, así que Jonathan obedeció y se lo entregó.
-¿Qué pasó?- preguntó y respondieron del otro lado. Primero hizo una mueca de molestia y luego como si intentara procesar algo. Finalmente término escribiendo algo en la libreta que estaba cerca de ahí-. De acuerdo, muchas gracias- cuelga.
-¿Quién era?- pregunta Jonathan.
-No estoy muy seguro, voy a salir un momento. Ahorita regreso, ustedes sigan- le hizo señas a José para que se llevara al niño mientras que él se quedó con su hermano.
-Dani, ¿puedes escribirme aquí el número que tus padres te dejan para que les puedas llamar?
-¿Eh? Si, claro- él no entendía porque necesitaba esa información, pero prefirió no cuestionar. Si él preguntaba por ello era por algo, solo esperaba que no fuera grave.
Después de anotar lo que le pidió, Adam salió a la calle a buscar alguna cabina telefónica. Por fortuna llevaba su tarjeta con él y aún tenía crédito.
-¡Aquí hay una!-. Marca el número y espera a que repondan del otro lado.
-¿Bueno?- Contesta amablemente Enrique.
-¡¿Papá?!-. Apretó los ojos con fuerza- ¿papá de Daniel?- se reprendió mentalmente por ser tan baboso-. Soy el hermano de una de sus amigas... de él y de Jonathan. Fuí a la casa de Jonathan para entregarle un cuaderno que le prestó y cuando llegué allá le llamaron y fué del hospital, creo. El me dijo- tiempo atrás- que no tiene más familia. Y como ustedes son cercanos a ellos pensé en llamarles a ustedes para que...- suspiro pesadamente- hicieran el reconocimiento de...
-¿Qué?- la voz sonó adolorida. Sabía que iba a decir, así que pidió le diera la información-. Bien, iré para allá.
-De acuerdo, yo lo alcanzo para darle los detalles.
-Gracias hijo. ¿Cómo te reconozco?
-Tengo una camisa negra y un pantalón de mezclilla azul marino. Mido 1.75 aproximadamente, mi cabello es castaño claro y... amh....
-Esta perfecto con eso, muchas gracias. Te veo allá- colgó el teléfono e inmediatamente habló con su esposa, pidiéndole se quedara con los niños para apoyar a Jonathan. Mientras tanto Adam llamó a sus hermanos para que no descubrieran a José.
Notas finales: tengo adiccion por esos grupos :) no, ni se nota :)
gracias :)

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