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Cuando es así por naturaleza por finnxjake

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Notas del capitulo:

Creí que no acabaría jamás este capítulo, no sé si la idea que plantee les gustará, pero ya la tenía en mente desde hace tiempo, en todo caso que les desagrade me gustaría que me lo dijeran (sin faltar al respeto) y así poder arreglarlo.

No quisiera dar spoiler así que mejor no digo (o escribo) más y los dejo con la lectura.

Un beso.

La rubia se abrazó a sí misma, no quería estar lejos de Hipo, habían formado una amistad tan estrecha y cercana que hasta se podría decir, que, era dependiente de el  en algunos casos.

Se perdió en sus pensamientos un momento hasta que sintió algo sobre sus ropas.

-el mapa- hubiera dado su brazo izquierdo a que empaco el mapa en la mochila del castaño.

Saco el papel si mirar y lentamente bajo su mirada hacia su mano.

-es oficial, soy más idiota que Hipo- dijo para sí misma- ¡HIPO, EL MAPA!- se acercó al puerto pero ya era demasiado tarde, el barco estaba demasiado lejos.

-¿qué pasa señorita?-

-¿eh?-

Un chico de cabello rojo se acercó a ella.

-¿tú eres…?- lo miro con intriga. Nunca un dragón se le había acercado, dirigido la mirada y mucho menos hablarle.

-mi nombre es Hookfang, soy el mejor amigo de Toothless- comento secamente.

-hablas del chico sonrisas, ¿eh?- cruzó sus brazos y puso mucha ironía sobre sus palabras.

-es verdad que él no es el mejor para iniciar una conversación—

-no, no lo es, incluso da miedo y llega a incomodar un poco su mirada-

El solo rio.

-eso es normal, nadie confía en nadie, el solo está siendo precavido, como todos aquí-

-si nadie confía en nadie, ¿qué hacemos hablando?-

Era raro,  no iba a mentir.

 El proyectaba un aura de seguridad y confianza como ninguna que haya sentido antes.

-dijiste algo sobre un mapa, por eso llamaste mi atención. No lo mal entiendas- hizo un gesto con sus manos y puso una cara de desinterés.

El ambiente se volvió de la nada incomodo, el atardecer estaba a punto de entrar por el horizonte y los pájaros comenzaban a irse a sus hogares, es mejor que ellos hicieran lo mismo.

Pero no podía dejar las cosas a medias, si algo le habían enseñado durante su horrible entrenamiento e incluyendo su niñez era en nunca dejar nada sin terminar.

Tenía que devolverle el mapa a Hipo. Eso era importante, sino como demonios llegarían a quien sabe dónde, solo ellos lo sabrán cuando lleguen.

-me eh olvidado de darle el mapa a mi amigo- volteo a otro lado avergonzada. Esperaba que jamás se volvieran a ver para no soportar de nuevo esta humillación- y lo necesita para llegar al destino planeado- mostro el pequeño papel.

-¿enserio se te olvido darle lo más importante? Si no tienen eso nunca van a llegar- pronuncio con enojo.

Los humanos eran olvidadizos, esa era la primera cosa que les enseñaban sobre ellos, pero ella era un espécimen especial.

-perdóneme su majestad- frunció el ceño molesta.

-vamos a darles el mapa- hablo con flojera en sus palabras- sube- le dio la espalda.

-¿dónde?, ¿en tus piernas? Acaso nos vamos a reproducir-

-cállate y sube-

-¿Cómo? además, ¿es correcto? No será extraño- miro como poco a poco la anatomía del muchacho cambiaba hasta tomar la forma de un dragón de escamas color rubí y cuernos cafés sobresalientes.

El ya no respondió, solo se limitó a dar un gruñido y agito sus alas para que la chica subiera.

-de acuerdo, pero aun creo que es raro-

 

El castaño se sentó en una de las orillas del barco. Por lo general él era el que llevaba el liderazgo en este tipo de misiones, pero en cuanto subieron el contrario dejo en claro que el seria el líder en esto y con todo su orgullo hecho pedazos acepto, porque vamos, no era tan idiota como para llevarle la contraria a un dragón, y menos a él.

Los dioses solo eligen al dragón más fuerte cada 100 años, y con cada centenario se vuelve más exigente aquella elección.

Además es mejor callar que hablar.

Estaba a punto de comenzar una plática amena pero una ráfaga de viento lo saco de esa idea.

-¡Hipo!-

El nombrado vio a la rubia sobre el dragón.

-¡Camicazi!- se puso de inmediato de pie y se acercó hacia donde estaba el dragón rojo.

-¡atrapa!-

 

La escena se cortó rápidamente. La chica no quería dar explicaciones y estar encima de un dragón la mareaba y por otro lado el castaño solo miraba avergonzado a más no poder el mapa que ahora sostenía en sus manos.

Nunca paso por su mente el hecho de que Camicazi se había quedado con él y ahora estaba ahí, nervioso y lleno de miedo por la mirada de furia de su compañero, aun no lo regañaba pero estaba seguro de que cuando lo hiciera no sería nada lindo. Adiós a su plática amena.

-Hipo- su tono de voz fue profundo.

Ayúdame santísima Berta.

-si- se notaba a kilómetros que estaba muerto del miedo.

-eso es el papiro sagrado que nos ayudara a encontrar el camino hacia el volcán-

-si- volvió a decir.

Es pelinegro solo se llevó sus manos hacia su cabello, este sería el viaje más largo de toda su aburrida vida.

No le volvió a dirigir la palabra después de que el castaño le respondiera tan secamente con un “si”, está más que claro que la cría humana estaba muerta del miedo, y ya no quería olfatear más aquella sensación negativa e incómoda que el pequeño desprendía por todo su cuerpo.

Dejo al castaño solo y fue hacia el timón.

Estaba furioso, si ya lo estaba antes, ahora estaba más.

Además no comprendía porque le había tocado ir en representación de su especie, no era especial.

Hookfang se merecía ir en su lugar, su amigo estuvo entrenando por años, era como una tradición para todos los de su linaje, pero no, ahora por una extraña razón le había tocado a alguien distinto a los Monstrous Nightmare ir. Díganme si eso no es mala suerte.

Si tan solo su ala no se hubiera lastimado esa noche.

El sol finalmente se ocultó. Toothless había encendido unas velas con su aliento de fuego, al menos el menor ya se había tranquilizado un poco y las coloco antes de que la luz solar se fuera.

Hipo cabeceaba sobre la escalera que daba hacia Toothless. Ni loco y herido se dormía si el otro no lo hacía, ¿Qué tal si lo mataba? No iba a arriesgarse.

-debes dormir- le hablo el morocho con suavidad. En el poco tiempo que había convivido hasta ahora se dio cuenta de muchas cosas sobre el pequeño humano, como; que se ponía nervioso con facilidad o que no era tan fuerte como los otros vikingos, incluso podía jurar de que la rubia era mucho más fuerte que él.

-estoy bien- comento somnoliento.

No era una persona que acostumbraba a dormir tan temprano, de hecho, siempre andaba despierto en la madrugada, pero todo lo que le había pasado en el día lo agoto demasiado.

-¿enserio?- sonrió levemente.

Su padre tenía razón, los humanos sí que son tercos.

-¿tú no tienes sueño?-

-soy un dragón nocturno, así que no… realmente no- hablo calmado.

-¿iras liderando el barco de día y de noche? Ni los dioses hacen eso, te desmayaras antes del séptimo día, y los anteriores tus sentido se irán deteriorando-

-supongo que tú tienes una idea mejor… Hipo- como se atrevía ese intento de cría a decirle eso, era más fuerte que él, claro que resistiría.

-debemos turnarnos- lo miro a los ojos.

No quería comenzar una pelea con el contrario pero si deseaban sobrevivir hasta que el dragón pudiese volar, necesitaba una estrategia.

-ni lo pienses, lo hare yo solamente- desvió la mirada del castaño. No iba a cederle el mando a alguien que no pasaba del metro.

-no es si quieres y tampoco te pregunte- junto demasiado valor para decir aquello- te guste o no, ahora somos un “equipo” y debes hacerte a la idea-

Gruño alto para que Hipo escuchara lo que pensaba de eso. El menor se espantó pero después de sacudir su cabeza y respirar un poco le frunció el ceño y saco la lengua en respuesta.

-¡bien! Como quiera el señor- se paró enojado de las escaleras- pero si quieres aceptar mi propuesta me dices-

-¡bien!- le expreso enojado su inconformidad.

-Toothless-volteo a él, cambiando rápidamente el ambiente

-¿Qué?-

-¿sabes cocinar?- inclino su cabeza.

-no-

-bien… mañana no hare tu desayuno- dio vuelta de inmediato hacia los dormitorios.

-¡HIPO!-

Ese niño humano se arrepentirá de esto.

 

Eran alrededor de las cuatro de la mañana, hacia frio y no se escuchaba nada más que el silencio atroz del mar.

-maldito sea ese mocoso- decía mientras de su boca salía humo.

Había optado por cambiar su forma a un dragón para soportar el frio pero no era buena idea, después pensó en abrigarse con un abrigo, como el que usaban los humanos, pero no quería nada  que tuviera que ver con ellos. Y no por el hecho de que no se llevaran tan bien, más bien por orgullo y demostrarle a ese troll miniatura que él podía soportar todo.

Finalmente solo se trasformó en una “semi bestia” y conservando partes humanas y partes de su anatomía, formo a un magnifico ejemplar, así soportaría el frio y podría llevar las riendas del asunto en todo momento.

Las antorchas y las velas de aceite seguían aun prendidas, debía apagarlas en unos minutos.

Había pasado una hora. Ya no hacia frio como hace rato y se volvió a transformar en humano.

Escucho unos sonido provenientes de abajo, rápidamente lo asocio con el castaño, seguro se cayó por tanta cosa que su progenitor mandó. Puso comida para tres años, la misión no duraba tanto.

-¿Por qué mi padre puso una maldita cuna?- escucho al menor quejarse mientras subía a cubierta.

-¿una cuna?- alzo una ceja intrigado.

-es un trauma que tiene- se cruzó de brazos pensante- él quiere que le dé nietos y a todos los lugares que voy nunca puede faltar, ya sea; una cuna, un sillita, baberos o todo lo que tenga que ver con bebés –

El morocho rio. Vaya suerte que tenía el castaño, ni su padre lo presionaba  tanto.

-no te rías, es fastidioso-

-debes admitirlo, es gracioso- tomo su compostura- ¿Por qué te presiona tanto?-

-no lo hace, bueno, no tanto, tengo 25 años y aún no tengo pareja, a él le preocupa- encogió sus hombros.

-¿Qué no tengas pareja?-

-que no le dé nietos-

El dragón lo medito un poco, estaba casi seguro de que la hembra rubia era la pareja del pequeño. Olían mucho, sus olores de yerbabuena y rosas  se combinaban, no eran tan fuertes, pero si se notaban en el otro. Incluso pensó que ya estarían casados por la forma en que se trataron en el salón y el en puerto.

-¿la hembra rubia no es tu pareja?-

-¿Quién?, ¿Camicazi?- se sorprendió.

Así que esa era la impresión quedaban. Nunca se lo planteo de esa manera, luego hablaría con ella.

-¡No, ella es solo una amiga!-

-parece que ella te corteja- hablo el morocho.

- ¿a mí?, ¿Por qué?- desde cuando su amiga lo cortejaba. No podía ser cierto, ella solo era demasiado sobreprotectora con él y codependiente también.

-no lose, tu dímelo, la conoces más que yo- se detuvo un poco al hablar- tu padre quiere que ella le dé a sus nietos- afirmo casi con su tono de voz.

-creo que no me entendiste. Mi padre quiere que yo le dé nietos- se señaló.

-si, por eso lo digo, tu padre quiere que ella y tu tengan crías- no entendía, a que quiera llegar el pequeño, su explicación había sido muy clara.

-Toothless, creo que sigues sin entender-

-creo que tú eres el que no entiende- hablo serio- , el cómo funciona la reproducción humana.

-¿y tú sí?-

-más que tu-

-soy fértil- hablo rápido, tanto que ni el mismo se escuchó.

-¿Qué?-

-soy fértil- lo dijo igual.

-¿Qué?- ese niño no podía hacer nada bien. Ni siquiera hablarle con claridad.

-¡que yo puedo tener bebés! Tu súper genio de la reproducción humana.

Se quedó congelado ahí mismo.

Sabía que algunos machos podían tener crías, pero… ¡solo dragones!, ¿Por qué carajos Hipo podía tener bebés?

Sentía su mirada pesada, los colores se iban a pagando y de pronto solo vio oscuridad.

-¡Toothless!-

El pecoso miro asustado al suelo donde yacía su “amigo”.

Notas finales:

¿Y bien?, ¿les gusto que Hipo pudiese quedar en cinta?

No sé realmente si se sorprendieron pero en advertencia puse mpreg y otras cosas más, así que…no creo que les haya impactado.

Ahora, no voy a cambiar esa cualidad de Hipo, me gusta así, pero si a ustedes no, lo que puedo hacer es no embarazarlo y ya está. Solo díganme que es lo que eligen.

Espero que la lectura haya sido de su agrado. Me sentí muy limitada en el primer capítulo, pero ya con este creo que me desenvolví más y la escritura no quedo tan sosa.

Aun no hay fecha de actualización, aun no me acomodo bien, soy mala para eso, así que lo lamento.

Lo que siles puedo decir con el día de publicación es que hay tres posibilidades; viernes, sábado y domingo.

Así que pueden darse una vuelta en esos días para ver si ya eh publicado algo.

Sin más que decir, nos vemos.

Les mando un beso y un abrazo.


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