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Love's Way por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

¡Al fin llegamos a la parte de la historia a donde quería llegar! :D Naturalmente, la dividí en dos (por eso el uno en el título xd )

Creo que es en este momento en que Minho realmente tendrá que dar todo de sí para probarse ante Taemin como un buen padre, y como una posible pareja ♥

-Taemin…¿puedo llevar a los niños con mis padres? Para que los conozcan, quiero decir. Ellos, deberían de conocerse…

-No estoy seguro, todavía no saben quien eres. No sabrían quienes son ellos, excepto que son tus padres…

-Por favor Taemin. Ellos realmente están entusiasmados con conocerles, no paran de preguntarme cuándo podrán hacerlo. Y quiero que sean parte de la vida de los niños. He hablado con ellos, y saben que no los reconocerán como sus abuelos al principio.

-Minho, alto ahí…Claro que deben de conocerles, no estoy en contra de eso. Sólo creo que, los niños primero deberían acostumbrarse a la idea de salir contigo, al menos un par de veces, antes de conocer personas nuevas que significarán algo en su vida. Sé que tú también quieres eso, ¿por qué te es tan difícil decirlo?

-…¿Y si no se acostumbran a mí?

-Ellos ya te están adorando, ¿por qué habría de ser diferente?

-Porque…No se trata sólo de que me adoren, se trata de que sean mis hijos.

 

~*~

 

Taemin miró el reloj en la pared, revisando de inmediato el reloj en su celular. La hora era exactamente la misma entre ambos, y sin embargo seguía siendo tarde. Era tarde, y la molestia dentro de su estómago se asentaba cada vez un poco más.

-Mamá…

Taemin volteó a ver a su hija, que se tallaba los ojos con su mano izquierda. Bostezó antes de poder decir algo, pero eso no la detuvo de ir hacia Taemin y pedir con los brazos extendidos que le tomara en brazos.

-¿Si princesa?- Exhaló, olvidándose del reloj, o de la puerta. Lo mejor sería prepararles una merienda ligera y después ponerlos a dormir su siesta, antes de que se hiciera mucho más tarde.

-¿No vamos a salir?- Eunkyung jaló los ribetes de su blusa. Ella sabía que el conjunto que llevaba puesto era ropa que usualmente Taemin le ponía cuando iban al parque, o al cine a ver alguna película. A ella le gustaba, su blusa tenía una bailarina princesa, como Taemin la llamaba a ella, y sus calcetas tenían puntitos de colores azul y verde.

-No cariño, es algo tarde ya para salir.- Le besó en la cabeza, soportando de nuevo el enojo. -Pero, te prometo que mañana iremos al parque, y después iremos a ver a los tíos Onew y Jjong. ¿Te gustaría eso?

-Sí, quiero jugar con el tío Jjong, dijo que podíamos jugar a ser princesas dinosaurios.- Bostezó una vez más, recargando su cabeza sobre el hombro de Taemin.

-Eso suena muy divertido, ¿crees que yo también pueda jugar con ustedes?- Sonrió, haciéndose camino por la casa, hasta llegar a la cocina, donde encontró a Sangkyung furtivamente intentando escalar las gavetas con candado para logar subir a la encimera y tomar el tarro con galletas que Taemin les daba después de comer.

-Disculpe, señorito Tokki, pero ¿qué está usted haciendo?- Le reprendió suavemente, alzando una ceja al ver de nuevo como sus hijos intercambiaban personalidad en cuanto uno de los dos quedaba fuera de combate por el sueño. Usualmente Eunkyung era la intrépida y atrevida, siempre buscando cómo hacer las cosas para que su hermano y ella pudieran divertirse un poco más; mientras que Sangkyung, aunque más calmado, planeaba todo desde lejos. Pero a veces, cuando las cosas eran demasiado aterradoras para Eunkyung, Sangkyung daba la cara. Otras veces, cuando Sangkyung sólo quería correr y jugar, Eunkyung encontraba buenas maneras de permitir que su hermano se expresara, mientras ella tranquilamente se sentaba a entretenerse. Siempre en dúo, y siempre complementarios.

-¿Galleta?- Sangkyung sonrió, esa enorme y brillante sonrisa traviesa, mientras se deslizaba con cuidado de regreso al suelo. -¿Por favor?

Taemin alzó una ceja, pasando la mirada de su hijo, a su hija. Ella también esperaba una respuesta, con los ojos brillantes y un poco más despiertos ante la idea de la prometida galleta.

-Está bien, una galleta para cada uno. Y comerán palitos de zanahoria conmigo.- Señaló.

-Saben feo.- Eunkyung lloriqueó, arremolinándose hasta bajarse de los brazos de Taemin. Con cuidado trepó en la silla de la mesa, hasta lograrse ponerse de rodillas sobre ella para ponerse a la altura de la mesa.

Taemin apretó los labios, reprimiendo un “lo sé cariño”, porque honestamente, a él tampoco le gustaba la zanahoria. Pero debía ser un buen ejemplo a seguir, y sobretodo darle a los mellizos alimentos que les ayudaran en su desarrollo.

-Son buenos para la salud, y queremos crecer fuertes ¿no?- Preguntó a ambos, ayudando a que Eunkyung se sentara sobre la silla correctamente, y luego subiendo a Sangkyung a su respectivo lugar. Había comprado unos asientos especiales para niños, para que pudieran acomodarse en las sillas que iban a juego de la mesa, y sentirse parte de la conversación como los demás.

-A mi sí me gustan.- Sangkyung agregó alegremente. -Mamá, ¿a tu amigo le gustan las zanahorias?

Taemin se quedó congelado en su camino hacia el refrigerador. Esa era definitivamente una pregunta que no había esperado.

-¿Qué amigo cariño?- Preguntó cuidadosamente, sacando todo lo necesario para la merienda.

-El señor Minho.-  Colocó ambas manos frente a él sobre la mesa, esperando a que su plato llegara. -El señor Minho siempre viene, y juega con nosotros. ¿Por qué no come con nosotros como el tío Jihoon?

Taemin exhaló por lo bajo, tratando de mantenerse neutral. Era natural que los niños preguntaran por Minho, si se empezaban a acostumbrar a verlo tan seguido como lo habían estado haciendo recientemente. Si tan sólo ahorita sus nervios no estuvieran de punta por el estúpido Choi y sus malas decisiones de vida. Recogió las varitas de zanahoria que había cortado, sirviéndolas en pequeños platos junto a unas cuantas uvas y palitos de manzana. También sacó tres galletas de donde su bebé había intentado tomarlas, apartando una para cada uno.

-No sé si a mi amigo Minho le gusten las zanahorias, cariño.- Colocó los platos en la mesa. -Y no puede comer con nosotros, porque está ocupado.

-¿Por eso no vino hoy?- Eunkyung se llevó a la boca dos palitos de manzana, sabiendo que Taemin no le dejaría comer la galleta hasta el último. -Dijo que íbamos a jugar cuando viniera, y no vino. ¿Está ocupado? ¿Podemos decirle tío Minho?- Y como es natural en los niños pequeños, su Eunkyung empezó a hacer una pregunta tras otra, esperando a que Taemin las respondiera todas.

-No cariño, no le pueden decir tío Minho, pero ¿recuerdan que les dijo que sólo le dijeran Minho? Está bien si lo llaman así, él les dio permiso.- Taemin aseguró, acariciándole el cabello un segundo. Sabía que este día llegaría, que los niños querrían ser un poco más cercanos. Pensaba que Minho había estado yendo por el camino correcto, hasta el día de hoy. -Me parece que si está ocupado hoy, pero podemos jugar nosotros ¿no?- Les picó la punta de la nariz a ambos niños, haciéndoles reír. -¿O es que acaso prefieren ir a dormir su siesta?- Susurró un suave hmm, sabiendo lo que le respondería. Podía ver como ambos niños habían recargado energía, ellos definitivamente ya no dormirían hasta su hora de ir a la cama definitivamente. Pero estaba bien, sabía como mantenerles ocupados hasta la hora de la cena, y luego la rutina de ir a dormir los cansaría lo suficiente como para que durmieran profundo hasta el día siguiente.

.

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-Me encanta, ¿qué te parece si me dibujas el resto de la colina?- Taemin aplaudió el bonito tigre que Sangkyung le había enseñado. Por su parte, Eunkyung había preferido jugar con plastilina, creando pasteles de varios pisos.

El timbre sonó, alertando a Taemin que había alguien en la puerta. Suspiró hondo, imaginándose quién podría ser. Se levantó del tapete, diciéndole a ambos niños que volvería en un momento, y de hecho entrecerró la puerta de la habitación, esperando que se quedaran tranquilos el par de minutos que estarían fuera de su vista.

Y aunque no quisiera, esta era claro una conversación que debía tener. Alcanzó a mirar por la mirilla antes de abrir la puerta, por supuesto que era él. Sólo él tendría el descaro de llegar a las seis treinta de la tarde.

-Choi.- Abrió la puerta, encontrándose con su ex. Minho no lucía nada bien, pero no le importaba eso en lo absoluto, lo único que le importaba era que no había llegar al compromiso que había hecho con sus hijos. -¿Qué haces aquí?

-Taemin, lo siento tanto. No era mi intensión, pero me llamaron de la empresa. Querían terminar el proceso de selección para ofrecerme la plaza de manera permanente, y estaban haciendo nuevas entrevistas. Estuve ahí gran parte del día…- Minho empezó a explicar, pero fue abruptamente cortado por el gesto sencillo que hizo Taemin al alzar la mano.

-No me interesa Minho, no me interesa que haya pasado, si el mundo empezó a caerse pedazos, o no.- Exhaló. -Lo único que me interesa es que dijiste que estarías aquí para ver a los niños a las once, que saldrías con ellos, y no estuviste como lo acordado. Ni siquiera fuiste para llamar y explicarte en su momento, ni un mensaje.- Gruñó. -Son las seis y media, y decides aparecerte por aquí, ¿de verdad? No lo hubieras hecho en lo absoluto. Tuviste suerte de que no les dije que saldrían contigo, pero aun así saben que debías venir hoy. Te estuvieron esperando, y no llegaste. Preguntaron por ti ¿sabes? Preguntaron si podían llamarte, querían pedirte que vinieras a jugar con ellos. Ellos pensaron primero en una llamada, antes que tú.- Apretó los labios, porque estaba genuinamente furioso.

-Perdón, debí haber sido más consciente, lo sé. Sólo déjame verlos un momento, y explicarles por qué…

-Minho, son niños. No van a entender por qué no pudiste estar aquí antes, sólo van a saber que llegaste, y alterarás toda la rutina que tienen establecida ya.- Entrecerró un poco la puerta, quedando a medias de salir. Se apretó el tabique de la nariz, suspirando un poco antes de continuar. -Escucha, sé que es importante tu empleo. Pero, si en realidad quieres ser padre, tienes que también empezar a pensar como uno. Dejar a tus hijos de lado, porque te hablaron del trabajo no es lo correcto. Debiste haberme avisado, para cambiar el plan, y no mantener a los niños esperando por ti. Ningún niño se merece eso. Ahora, por favor vete, es tarde, debo de hacerles la cena y después llevarlos a dormir.

-Taemin…- Le tomó por la mano, antes de que cerrara por completo la puerta. -Me equivoqué, lo siento, de verdad. Por favor, déjame verlos.

Y podía verlo, el temor en su mirada, pero sabía que si cedía esta vez, dejaría que Minho hiciera un montón de cosas que realmente no estaba dispuesto a aceptar cuando se tratara de sus hijos. No lo haría, no esta vez.

-No Minho, es tarde. Quieres verlos, los verás otro día, a horas adecuadas. Vete a casa, no tienes por qué seguir aquí.- Dejó en claro, torciendo los labios en una mueca de desagrado.

-¿Podría verlos mañana?- Minho jadeó, claramente buscando aferrarse a esa promesa.

-No lo sé, Minho…- Cerró la puerta, pegando su espalda contra la fría madera. Sabía que esto iba a ser una tarea difícil, el lograr compartir custodia de los niños con alguien que tal vez no estaba interesado del todo en desempeñar su papel. Y eso le hacía sentir decepcionado, aunque todavía no tenía del todo claro qué de todo era lo que más le decepcionaba, si Minho no dando todo de sí para convertirse en el padre de los mellizos, o que no hubiese estado ahí desde un principio.

Notas finales:

Minho estaba siendo demasiado perfecto, y nadie lo es. No cuando no se tiene idea de por dónde empezar, como él tanto ha repetido. Es una buena para que él se de cuenta que en efecto, va a tener errores, pero que debe sobreponerlos y seguir adelante.

Por otro lado, Taemin siempre ha procurado ser lo mejor para sus hijos, y siendo realistas, no va a aceptar nada menos que eso. Así que, todavía tenemos que ver qué más puede pasar en este día que Minho no llegó >:D


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