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Soul Sphere por AustralianRick

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Notas del capitulo:

En este capitulo aparece mi personaje favorito de toda la serie. No es que tenga nada de especial, pero lo es.

El portal mostraba a la distancia, la espalda de un joven alto. Él combatia freneticamente con su adversario, se veia una sonrisa en su rostro. Parecia que el otro sujeto hubiera logrado verlos a través del portal. En respuesta emitio una onda de energía, similar a una corriente de viento oscuro. Debido al impacto ambos retrocedieron y el joven que estaba de espaldas atravesó el arco, cayendo al piso del laboratorio. 

Antony y sus hermanas estaban asombrados. Frente a ellos habían visto una guerra, un enfrentamiento. Pero más importante, en el piso del laboratorio había un sujeto de otro planeta. Era muy similar a un humano normal, ligeramente más alto que ellos. Tenía piel trigueña y una cabellera corta roja oscura y algo despeinada. Estaba usando lo que parecía ser un armadura, color plateada con borde azulinos.

Antes de que las hermanas pensaras en cerrar el portal, el otro sujeto se acercó lentamente hacia este. Al verlo de cerca era similar al primero pero en su rostro había una perturbadora sonrisa de maldad y superioridad. Su espada rápidamente atravesó el portal hasta el laboratorio, una espada de acero negro. En un rápido movimiento rompió la estructura del portal y guardo su espada antes de que la imagen se perdiera. 

Pudieron verlo claramente casi al final. Era igual al primero, pero palido de piel blanca y pelo negro.

- QUIEN ERA EL!!! – Suy exclamo, como si hubiera estado conteniendo la emoción todo el tiempo desde que prendieron el portal. Parecía bastante agitada, como si le faltase el aire.

- Era Axl, mi hermano – El extraño sujeto se sentaba en el piso, mientras parecía sobarse la cabeza - Y parece que esta vez se las arregló para meterme en un embrollo de verdad.. Que desgraciado.

El sujeto en el piso hablo, aunque pareciera más hablar para sí que para los presentes. Su voz era como la de un adolescente maduro o un adulto joven. Era tranquila, serena y con un tono de autoridad. Sin embargo, había una chispa infantil en ella, casi imperceptible al final de la oración.

Antony volteo su cabeza, lentamente y con miedo. El sujeto frente a él se estaba incorporando y era una cabeza más grande que él. Él sabía que era pequeño, pero estaba seguro que el caballero no era normal.

– Esto, no puede ser bueno... - El caballero pareció haberlo escuchado, pues su mirada se dirigió lentamente hacia él.

Suy y Merly estaban sentadas en el piso, casi tumbadas. Había pasado lo que más temían. Además de traer a alguien de fuera del planeta, más que eso, de la galaxia. Era casi un hecho, se había puesto en peligro mortal, era un caballero de guerra. Lo acababan de ver en combate, disfrutaba del combate. Los escenarios que formaban en su mente no terminaban bien, casi ninguno.

- Disculpe, caballero... Lamentamos lo sucedido... Podemos ver que nos comunicamos. Así que solo queremos decirle de que no debe alterarse. Nosotras lo podemos regresar a su planeta... -

El caballero se puso de pie con tranquilidad y rapidez. Era un movimiento extraño y alarmó a los presentes. Lentamente cambió su mirada de Antony, hacia Suy y Merly las cuales al ver su reacción se empezaron a asustar.

El caballero se impulso con un pie, y de un salto llegó hasta ellas. Antony no alcanzó a reaccionar a tiempo, su había quedado congelado.  Merly y Suy vieron su final frente a ellas. Nunca pensaron terminar así, asesinadas por un huésped de otro planeta. Antes de perder la conciencia pensaron en lo irónico y lamentable de la situación. Pero sobre todo ¿Qué sería de Antony de ahora en adelante? Fue lo último que tuvieron en mente antes de cerrar los ojos.

- Vamos, vamos.  No se pongan así ¿Como le haría daño yo a unas bellas princesas? – Su voz sonaba más jovial, hasta un poco infantil en contraste con su apariencia. Su rostro mostraba una sonrisa, por ratos se reía ligeramente - Además no fue culpa de ustedes está de más decirlo, fue culpa de mi desgraciado hermano que siempre se las arregla para meterse conmigo. Aunque supongo que tampoco es su culpa, somos enemigos... - 

El caballero parecía perderse en sus pensamientos mientras hablaba. Probablemente pensaba en voz alta. No parecía haberse percatado que desde el instante en el que brinco hacia las jóvenes, estás colapsaron una al lado de la otra. Pues el joven les tomaba las manos con mucha delicadeza haciendo un "saludo de manos" mientras hablaba.

Antony estaba seco con un pie adelante en su intento fallido de ayudar a sus hermanas. Ahora más que asustado, estaba totalmente confundido con la actitud tan jovial del chico en armadura. Parecía salido de un libro de historia. Un cuento de hadas encajaría mejor con su personalidad.

- Esto ¿Podrías separarte un poco? Además, si él era tu hermano... - Antony pensaba, que si el caballero era tan risueño, por así decirlo. No había razón para temerle; sino más bien, tratar de explicarle la situación. Después de todo era su culpa de alguna manera - Entonces porque...

El caballero de brillante armadura paso de arrodillarse frente a las chicas colapsadas a levantarse lentamente otra vez. Dio media vuelta y se acercó lentamente hacia Antony. Él cual, confundido y ligeramente asustado no pudo más que empezar a retroceder lentamente, hasta encontrarse con el muro del laboratorio. La mirada del caballero lo asustaba, parecía otra persona. Muy diferente al chico de tono jovial que saludaba a sus hermanas.

El caballero hizo retroceder a Antony hasta tenerlo a unos pasos de distancia. Lo miro hacia abajo. Estaba irritado por la forma en la que se había dirigido hacia él aquel ser. Le planeaba recordar su lugar.

 - Los Vasallos solo hablan cuando se les pide. Así que en vez de quedarte aquí pasmado y asustado - Dijo con voz de burla - ¿Qué tal si piensas en traerme algo para beber? - Dijo quitándole importancia a la situación.

Antony estaba asustado. Por un momento pensó en acatar y subir por las escaleras. Pero su mirada pasó por sus hermanas. Ellas seguían inconscientes en el piso. No las iba a dejar con aquel sujeto, no importaba que pudiera ser peligroso en verdad. Con rapidez, pasó por un lado del caballero hasta llegar donde sus hermanas. Para su alivio parecían empezar a reaccionar.

La ira del caballero se empezaba a convertir en intriga y curiosidad. Era extraño el comportamiento del sirviente de las princesas. Era claro, evidente que le temía. Pero eso no impidió que se quedase resguardando a sus princesas. Un ser interesante se mostraba frente a él. No pudo evitar murmurar parte de sus pensamiento para si mismo.

- Lealtad más allá de la razón y los miedos. Dispuesto si se es requerido. Pareciera que lo que dicen es cierto - En su rostro se formo una sonrisa bastante leve. Había encontrado algo interesante.

Suy y Merly se levantaban del impacto; lo primero que vieron fue a Antony tratando de levantarlas. Inmediatamente vieron al caballero. Había estado un rato sentado en cuclillas frente a ellas con una mirada infantil. Miraba a Antony mientras le daba indicaciones.

- ¿Sabes algo? Sería mucho mejor si trajeras para ellas un vaso con agua, sirviente. Y de paso uno para mi, tengo sed y hace calor en este lugar – La voz del caballero había vuelto a su tono jovial, infantil y demandante. Lo último incluso parecia una rabieta.

Antony no le respondía en lo absoluto, eso no le gustaba al caballero. No le gustaba en lo absoluto como le estaba faltando el respeto. A lo anterior, se agregaba el hecho que ya no lo miraba con miedo sino con impaciencia, como si le dijera que se fuera. Se levantó lentamente para empezar a acercarse al chico. Pero antes de que pudiera hacer o decir algo, las jóvenes empezaban a levantarse. Pronto vio en el sirviente de estas una muestra de alivio y burla.

- Parece que la impresión fue muy fuerte ¿Eh?

El caballero estaba un poco intrigado ¿Qué clase de trato era ese? ¿Inclusive para las princesas?¿Sus princesas? Aunque bueno, él no sabía mucho de esas cosas en verdad.

- Princesas, han estado tumbadas durante un buen rato y el chico este ha estado tratando de levantarlas de manera infructuosa.

Merly, se levantó un poco aturdida, como si no recordarán el incidente ocurrido. Al ver al caballero recordó en parte, y trato de recuperar la conversación de momentos atrás.

- Si. Él es nuestro hermano menor. Disculpe caballero. Viendo que no parece tener intenciones hostiles ¿Podríamos conversar?

La cara del caballero era de confusión y risa. Así que el pequeño sirviente era el hermano de las princesas ¿Pero entonces, porque no lo parecía? Él logro distinguir rápidamente a las princesas como personas con clase, de algún tipo. Sin embargo, el joven por su parte no emanaba ningún aura real o de importancia. Ademas, tampoco se parecía a ellas. No lo entendía, pero tampoco entendía exactamente donde se encontraba. Pero eso último no era tan importante por el momento.

- Claro, no hay problemas ¿Pero podría entonces el chico traerme un poco de agua? – Para él, si se ve como un sirviente y actúa como un sirviente, pues debería ser tratado como uno. A menos que sus hermanas hicieran algo al respecto.

- Claro. Antony, se bueno y tráele agua al caballero... Por cierto ¿Cuál es tu nombre? – El caballero se mostraba complacido con la respuesta de las jóvenes. El pelinegro no podía refutar una indicación de sus "hermanas" ¿No?

Antony las mira por un rato con intriga. En espera de recibir una razón para dejarlas solas con el extraño. Pero la insistencia de estas con la mirada, que parecía indicarle que estarían bien, lo convencieron de mala gana. Sin más opción, Antony volteo a ver al caballero. No podía evitar mandarle una mirada de advertencia por el extraño comportamiento que estaba presentando. Era diferente al que le mostró instantes antes. Paso rápidamente a su lado. En el instante en que pasó a su lado, el caballero lo sujetó del hombro. Fue por un breve instante casi imperceptible, en el cual le susurro antes de soltarlo.

- Que sea una bebida dulce, si no es mucha molestia.  AN-TO-NY – Sentía un placer al decir su nombre. A él mismo le parecía enfermizo. No sabía si era porque era un miembro de la realeza, un príncipe o aquel que lo miraba de manera retadora, quien le estaba sirviendo. Una vez lo soltó, respondió a la duda de las princesas.

-Mi nombre es Kris, Kris light Sword, defensor de la corona del Rey Dreigan. Y bella Princesa, quisiera que me responda ¿Dónde estoy?

Antony, se sintió perturbado, algo andaba mal. Pero no podía alertar a sus hermanas. No sabía cómo reaccionaría aquel sujeto o ellas. Antony sabía que algo planeaba el caballero, el susodicho Kris, pero no sabía que era. No quería asustar a sus hermanas. Con ellas parecía ser una persona diferente.

Antony subió las escaleras del sótano. Fue rápidamente hacia la cocina, esperando no haber tomado una mala decisión. En el sótano, mientras Suy se levantaba. Merly conversaba con el caballero, acerca de la situación en la que este se encontraba.

- No sabría cómo decírtelo exactamente. Empezaré por decirte que estás en la tierra, es otro planeta – Merly se lo trataba de decir con el mayor tacto posible. No quería que la impresión fuera muy fuerte en el huésped.

- Ya. Está bien ¿En cuánto tiempo creen que pueda regresar a mi planeta? ¿Uno o dos días?

Para la sorpresa de Suy que recién se levantaba y Merly, el caballero estaba bastante tranquilo al respecto. No tenía problemas ni parecía importarle el cómo llego ni en donde estaba.

- No sabría decirte exactamente. No sabemos dónde queda tu planeta, ni cuál es. Además, la señal es bastante débil y puede que nos tardemos un tiempo en reparar el portal.

- Bueno, creo que eso si es un problema - Dijo con un rostro algo pensativo - La tecnología de esta tal "tierra" no es muy buena ¿Eh? En mi planeta yo puedo ir y venir en menos de un día de un planeta a otro. Diría, que es aún más rápido que ir de ciudad a ciudad... - El caballero parecía divagar acerca de lo que hablaba.

Las hermanas, se sintieron extremadamente ofendidas por lo que dijo respecto a su equipo. Ellas tenían lo último en todo el planeta y venía un caballero de la era medieval a decirles que no servía en lo absoluto.

- Si... - Suy recordó que ellas eran las culpables de los "inconvenientes" del caballero - Lamentamos las molestias. Hasta que reparemos la puerta, se puede alojar en nuestra casa. Es lo menos que podemos ofrecerle. Siéntase como en su hogar y tome lo que necesite – Aunque solo había despensa y metal, sentían culpa al ver que el caballero se mostraba bastante tranquilo en su situación - Viendo que Antony está tardando ¿Porque no subimos? A que se sirva lo que quiera.

El caballero se mostró preocupado, parecía que su estancia sería larga por la expresión de las jóvenes.

- Estábamos en plena guerra... -  Aunque le quitó importancia con rapidez - Pero va, fácil y se las arreglaron sin mí. Dreigan estaba de mal humor hoy día. Es muy probable que en estos instantes el enemigo este retrocediendo – Dio un suspiro, mientras se levantaba y pareciera estirarse - Me parece genial, seré su huésped por el momento. Cierto ese gracioso chico con orejas y cola se está tardando mucho en traer... Agua.

Kris estaba un poco indignado por la lentitud de Antony. Pero es que vamos, solo era agua dulce. Más sorprendente es que haya dejado a sus hermanas con un completo extraño. Si bien él no tenía intenciones de hacerles nada, no le gustaba ser subestimado a tal manera. Se sentía bastante ofendido, él podía ser una amenaza, si se lo planteaba.

Mientras las hermanas y Kris salían del sótano en dirección a la cocina, Kris les relataba sobre le lugar de donde provenía. Un lugar muy parecido a la época medieval, pero en parte más moderno que la tierra en el tiempo actual. Según Kris, lo que al parecer le faltaba a la tierra, eran los encantamientos que tenían en su hogar, el cual para las hermanas más parecía una tierra de mitos. Kris les relataba acerca de dragones, guerras por tierras, seres mágicos, viajes entre fronteras, pero había algo que les llamaba la atención en un inicio y que confirmaron al escuchar a Kris. En el planeta de dónde venía, no todos eran "humanos", algunos eran "humanoides". La única diferencia según Kris, entre ambos son las características físicas y la predisposición para ciertas labores, pero todo lo demás era bastante similar. Las hermanas se miraron y pensaron en que esa podía ser la relación, la relación que tenía ese lugar con Antony y por qué Kris parecía actuar tan normal con su hermanito. Pero no se lo podían decir aún, algo parecía faltar en la historia y sobre todo con respecto al caballero.

Una vez llegaron a la cocina, Kris observaba a Antony con una bandeja entre las manos con unos vasos con lo que parecía ser, simplemente agua.

- Oye, ¿no crees que te tardas mucho para una simple bebida dulce?

Antony ignoró completamente a Kris. Sabía que estaba mal, pero sentía que no debía relacionarse con el caballero en lo posible, que sería problemático.

- Suy, Merly, ya se recuperaron y veo que están bien – rápidamente cambio de mirada al caballero - No me tardo, simplemente no hay azúcar en toda la casa ¿Porque quieres algo dulce? No seas infantil...

Antony, le señala las gavetas abierta a Kris, el cual giraba su cabeza de un lado a otro lentamente, no entendía muy bien que pasaba. Pero Kris no podía evitar tener interés en la manera en la que ese pequeño con orejas y cola, lo enfrentaba y no respetaba su posición. Ningún doncel o príncipe que conociera era así, ni siquiera la servidumbre.

- Infantil ¿Eh? No deberías tratar así a tus huéspedes, An-to-ny.

Antony sentía alguna perturbación cuando Kris lo llamaba por su nombre de manera pausada, lo asustaba. Mostraba cierto desdén en su rostro al ser llamado por él, pero no podía evitar sentir un escalofrío que lo recorría. Para las hermanas, que nunca habían visto interactuar a Antony con otros, parecían tener una conversación normal, sin cohibiciones, pero se mostraba un poco agresivo, no sabían porque, pensaban que quizás sentía su territorio invadido. Quizás si pasaran tiempo juntos aprendería a socializar mejor, eso fue lo que pensaron, el caballero parecía ser una persona bastante comprensible.

- ¡Antony! No trates así a Kris, se bueno con el invitado... Sabes en el bosque donde siempre vas hay frutos dulces, llévalo contigo, pero ten cuidado ya es de noche.

- No se preocupen, yo cuidare a su principito de la noche – Kris se mostraba confiado, ahora sabía que el muchacho no era un sirviente, al menos no el de ellas.

- Creo que no entendiste. Yo te cuidare a ti, caballerito ¿Vamos por tus caramelos te parece?

Antony salió por la puerta de su casa y le hizo un ademán con la mano para que lo siguiera. Kris acostumbrado a otro tipo de trato, le parecía extrañamente divertida la forma tan descarada en la que lo trataba, simplemente lo siguió. Seguiría su juego, un rato.

Kris salió de la casa con una sonrisa, una sonrisa un poco siniestra. Él se consideraba bueno, pero le gustaban que las cosas fueran como él quería, pero también le gustaban los retos. Una vez la puerta se cerró tras de ellos las hermanas empezaron a conversar, de aquello que les rondaba la cabeza desde la conversación que tuvieron con el caballero

- Merly, creo que tienes la misma idea que yo, pero debemos averiguar algo más acerca de nuestro invitado.

- Valla, eso de ser gemelas siempre es útil, no lo crees Merly.

Antony y Kris caminaban silenciosamente por el bosque. Mientras Antony recogía frutas, se las lanzaba a Kris, el cual se comía una tras otras sin importarle tener la boca llena. Kris se sentía más cómodo con este trato, siendo servido. Así es como debía ser, si bien le faltaba amabilidad en el trato, no estaba tan mal. Quizás podría cambiarlo, pronto recordó que no era un sirviente, era de la realeza o eso asumió el. Quizás tampoco lo era, lo único seguro es que era un ser interesante.

Antony solo seguía caminando mirando los árboles buscando cualquier fruto para lanzarselo a Kris, en espera que en algún momento le dijera que se había llenado.

- Ya es hora que me digas, "Antony, muchas gracias, regresemos a casa, gracias por llenar mi barril sin fondo".

Kris traga rápido, para mirarlo seriamente. No le gustaba el trato que le daba, cualquiera otro le tendría respeto, miedo o adoración; pero no este chico nuevo. Hasta sus hermanas le tenían algún respeto o admiración, además que tenían un trato más amigable.

- Me intriga desde hace un rato ¿Por qué no me temes? Tengo entendido que soy alguien extraño para ti, hasta podría representar un peligro para ti – Kris se acercaba lentamente hacia Antony. Deseaba conseguir la respuesta a su interrogante.

Antony lo miró a los ojos, eran de un color verde brillante que resaltaba en el bosque nocturno, verde jade. Observo esos ojos verdes de manera fija, haciendo lo posible por no retroceder. No sentía miedo, era algo más, que mientras más se interrogaba a sí mismo más estático se quedaba. Era el miedo a lo desconocido y tal vez a su propia curiosidad.

Kris llegó frente a él, quedando a solo unos pasos. Intrigado busco alguna respuesta en la mirada del otro, algo lo extraño y tuvo que parpadear. En ese mismo instante escuchó la voz del joven de pelo negro y la respuesta su pregunta.

- Ahora lo entiendo un poco mejor, no tengo que temer de ti. No entiendo muy bien cómo lo sé, eres extraño, sé que ocultas algo. Pero, aun así, nada de eso pareciera significar una amenaza para mi o mis hermanas – Antony no sabía que decía, era un completo extraño el que estaba frente a él. Pero había algo en su mirada que le decía que no era un peligro, solamente un misterio – Lo entiendo mejor por tu mirada, pareces buscar algo. Aunque, a decir verdad, tu maldita actitud si es algo peligroso.

Antony dijo esto lo más serio que podía tratando de fingir una risilla para burlarse. Aunque el presintiera que el caballero no significaba peligro alguno, no podía confiarse en algo que nunca había experimentado antes. Cada vez que sus miradas se encontraban, parecían buscar algo en la otra. Algo que él no entendía y al parecer tampoco el caballero, aquel extraño sujeto que había llegado sin previo aviso.

Kris lo miró con gracia ¿Él no era peligroso? Muchos de los que él conocía no podían siquiera en pensar lo mismo. Antes de poder responder miró otra vez directo a los ojos de aquel niño de pelo negro. Vio nuevamente aquello que lo perturbó en la primera ocasión, el color negro profundo que poseían. Esos ojos negros lo miraban con firmeza, no escapaban de él, lo retaban, le exigían respuestas. Ojos que no le temían ni lo respetaban, una mirada viva que se atrevía a ponerse frente a él, de igual a igual. Pero fue hay que se percató, el también buscaba algo en ellos, pero no sabía que. Es decir, el no buscaba nada en ese momento. Pero sentía que en esa mirada negra que reflejaba la luna, estaban ambos, la pregunta y la respuesta ¿Cómo podía importarle una pregunta que no conocía y la respuesta a la misma? ¿El pelinegro buscaba lo mismo que él?

- Y todo solo porque me empujo el desgraciado, Axl me lo pagará...

Cortando la situación, Antony se intrigó de nuevo al escuchar acerca de Axl - Te preguntaría quién es Axl – Pero de inmediato recordó la reacción que Kris tuvo al respecto. No es que le tuviera miedo, pero no quería, no quería aprender a temerle. Sentía que si lo hacía, todo cambiaría - Pero no parece que me fueras a responder...

A Kris le parecía gracioso como ese chico cambiaba de humor rápidamente ¿Qué es lo que le sucedía exactamente? Un instante lo amenazaba con la mirada, en otro lo miraba con curiosidad y finalmente lo evadía. Pensaba en lo interesante que podía llegar a ser aquel muchacho. Podía jugar con él un rato más, mientras pensaba en algo que para él, si era importante y creía tener la respuesta.

- Te responderé esta pregunta, digamos que te lo has ganado pequeño compañero – Kris recogió una fruta de un árbol, similar a las que Antony le había alcanzado antes, aún tenía hambre - Axl es mi hermano gemelo, menor por así decirlo, somos de reinos diferentes y vivimos peleando uno contra el otro. Nos hemos intentado matar varias veces, pero creo que aun así nos consideramos hermanos, sería cosa de preguntarle a él mismo - Kris mostraba cierta duda con esto último, pero parecía no prestarle importancia – Cuando peleas contra un caballero real, no peleas contra la persona, peleas contra el reino. No puedes darte el lujo, además me ofendería si no fuera con todo, digo somos hermanos.

Kris esperaba un sermón acerca de su relación entre hermanos y de cómo deberían llevarse bien o cosas por el estilo. No esperaba que alguien de otra realidad entendiera lo que era importante para alguien que llevaba el nombre de caballero real.

- Solo quería saber quién era – Antony por su lado, comía una manzana. En verdad no esperaba una historia tan larga y llena de ética - No esperes un sermón sobre los hermanos de mi parte, para esas cosas están mis hermanas - Lo miró con dejadez.

A Kris se le subió rápidamente la sangre a la cabeza ¿Para eso quería que le responda, para devolverle el trato que el mostró a un inicio? Era inevitable, él lo percibió como un sirviente. Lo único seguro era que ese chico de pelo negro aún no entendía que sin importar quién fuera él, Kris estaba por encima y jugaría un rato con él. Aún tenía algo en mente.

Fue cuando se percató que el susodicho doncel lo estaba rebajando a su nivel, le pareció gracioso el que no se diera cuenta todavía. Vamos a él todo le parecía gracioso a ciencia cierta, se dejaba llevar con mucha facilidad.

- Jajaja. Te ganas un punto, la pensaste para devolverme la jugada ¿eh? Pero te diré de antemano que no me gusta que me trates como un igual.

- Tienes razón. No somos iguales, yo soy el dueño de la casa y tú eres, mi invitado.

Kris se sintió abatido por esto último, la forma en la que se refirió hacia él, sonaba denigrante. Kris se sentó en el piso, tenía que concentrarse para encajar aquello que tenía en mente.

Antony se acercó hacia él y se agacha a su nivel ¿Acaso el caballerito se había deprimido? ¿Pero que le había dicho? En eso, Kris responde rápidamente acercándose a él, haciéndolo caer en el suelo mientras él se para lentamente.

- Como puedes ver, está claro quién está en un nivel superior. An-to-ny.

Kris no pudo evitar reírse al ver la indignación de la cara de Antony, era un muchacho interesante. Sentir compasión por un caballero, era algo que pocos se podían permitir.

- Pero que eres peor que un niño. Seguro eres grande, pero debes tener unos 10 años en tu cabeza.

- Señoría – Kris sonaba decidido y bastante seguro.

- ¿Disculpa? – Antony lo miraba con extrañes ¿A qué venía esa seguridad y ese tema?

- Ahora será así como te dirigirás hacia mí – Quizás fue rápido, pero Kris tenía el presentimiento de que era una buena decisión, no se había interesado en algo desde hace tiempo - Por cierto, tengo 18 años, tengo entendido que eso me convierte en tu mayor. Eso hará más fácil que me respetes – Lo suficientemente mayor como para saber cuándo había encontrado algo, en especial algo único - Como tu nuevo dueño me encargare de que crezcas bien y que mejores tu comportamiento hacia tus superiores, sobre todo hacia mí. Más que nada hacia mí la verdad.

- ¿Pero de que estas hablando? – Miró a Kris con estupefacción, cómo es que ese chico con la actitud de un niño tenía 18 años y más aún ¿De qué rayos estaba hablando? Hubiera apagado el interruptor de la luz cuando pudo.

Kris se percataba que estaba en otro mundo, otra realidad. Pero sus reglas, sus reglas regían su entorno - Quizás aún no te enteres, pero te he escogido. Tomaré como respaldo las adversidades que pasare desde ahora y el voto de confianza que las princesas me dieron.

- Repito ¿DE QUÉ CREES QUE ESTÁS HABLANDO? - Ahora Antony no estaba tomando esto de broma, el caballero parecía serio cuando lo decía. Sabía a qué se refería, pero no entendía por qué o para que ¿El voto de confianza de sus hermanas? No sabía qué decir o hacer. Si demostraba debilidad perdería. Pero era claro, desde el primero momento que lo vio que confrontarlo físicamente no era una opción. Su mejor opción parecía ser seguirle el juego hasta que se libre de él, después de todo se iría con el portal ¿Qué es lo que estaba sucediendo? ¿Qué sucedía en la mente del caballero en los cortos minutos que había pasado en la tierra?

- Tus hermanas, ellas me dijeron que podía tomar lo que yo deseara de la casa mientras este alejándome, y bueno, te tomaré a ti. He sido muy condescendiente siguiéndote tu pequeño juego, que corto tal vez fue suficiente para que me diera cuenta de que eres un ser singular con una mirada que inspira algo que tú mismo desconoces. Esa mirada que no entiende su lugar, pero a la cual le permitirá verme de cerca, casi como iguales – Kris le extendió la mano a Antony esperando que este la tomara – Antony, te escojo como mi seguidor, mi sirviente, mi compañero leal.

Antony estaba tratando de ocultar su miedo, impresión y confusión. El caballero lo decía con suma seriedad y una voz joven pero respetable. Antony no recordaba haber hecho nada ¿Qué interés pudo haber llamado el en aquel sociópata del otro lado del portal?

Trato de mantenerse calmado al hablar, exponiendo lo que según entendió podría ser su única defensa

- Y tú ¿Crees, que mis hermanas entregarán a su hermano a un extraño, sólo porque él lo pide? Además, que, aunque lo hicieran ¿Qué te hace pensar que yo aceptaría de buena manera?

- Solamente si tus hermanas no me lo permiten, pero no creo que se vaya a dar el caso. Pero ¿En verdad, no ves la oportunidad que te ofrezco? No a cualquiera se le da ese mérito, ser marcado con mi propio sello. Serás el primero y tal vez el único, será un sello especialmente hecho para ti, a medida y personal, es el regalo que me ofrezco a darte.

La voz tan casual y calmada de Kris impacto a Antony, se dio cuenta que Kris no parecía que fuera a comportarse como un secuestrador, hasta sentía que le pedía un favor o más bien se lo exigía ¿Qué clase de persona exige favores? Lo único que comprendía, es que era mejor no seguir con esa incómoda conversación y estaba por seguro que sus hermanas no lo entregaría a algún extraño solo porque este se lo pidiese, que el caballero pensara que era posible era una idea bastante irracional.

- ¿Sabes "Su señoría"? Mis hermanas están esperando para la cena, regresemos antes de que el ambiente le afecte más el pensamiento.

- Veo que finalmente entiendes tu lugar, pronto verás que a mi lado todo será mejor. Un mundo de aventuras, todo un mundo nuevo para conocer cada día a cada instante, la pasión de lo que es vivir, a mi lado.

Antony no puedo evitar darle un vistazo en su imaginación al mundo que le prometía el infantil caballero. No se veía mal, pero su lugar estaba aquí con sus hermanas y su orgullo y dignidad que en las últimas horas se las arreglaba para mantener, al no rebajarse a hablar con el niño que traía a cuestas.

Era de noche en el camino de regreso y Kris simplemente seguía a Antony. En la mente de Kris, pasaban pocas cosas. Una de ellas era recordar cómo se marcaban a los sirvientes, él nunca había marcado ninguno, ninguno le había llamado la atención. Todos lo que había encontrado solo querían que él los protegiera y les dieran de comer. Así eran la mayoría de los sirvientes de los demás caballero, que por cierto básicamente les llenaban la casa, eran cientos.

Pero él no quería eso, no quería alguien que esté con él solo por conveniencia y supervivencia, quería alguien que a pesar de ser imposible deseara pelear con él, estar a su nivel. Alguien, esa idea era la que rondaba su cabeza desde hace un tiempo, era un alguien no varios. Alguien que tuviera algo especial, alguien que le demostrara ser único y leal, lealtad que pocos eran capaces de demostrar si no recibían algo a cambio. Alguien que superará sus propios miedos, no por miedo a estar solo, no, no quería ese sentimentalismo. Él quería esa determinación que protegiera a los demás para evitar la frustración de sentirse débil e impotente. Alguien que más que un sirviente sea un compañero, uno con su marca para toda la vida y que todo el mundo vea a quien le es fiel por sobre todas las cosas.

Nunca pensó que encontraría eso, no en otro planeta y menos en unos ojos que lo osaban mirar con atrevimiento, esa mirada que reflejaba la luna sin importarle su lugar, ese extraño y pequeño sujeto que lo desafiaba. Sería difícil, tal vez, pero el lograría que ese pequeño, esos ojos retadores, fuera tan leales a él, a su señor, como lo demostró ser a sus hermanas. Que, sin importar el lugar lo buscara y lo miraran solo a él.

El problema es que la parte de la lealtad si bien estaba en él, había una parte que él tenía que incluir y era la marca de pertenencia. Algo que los conectara para fortalecer el vínculo.

Cuando él era pequeño recordaba haber sido instruido en cómo se realizaba, pero no recordaba todo el proceso, nunca le pareció que lo fuera a utilizar. Ahora solo recordaba que había algo mágico en esta, una parte que le daba el encanto a todo ese asunto, que lo convertía en algo más que un simple juego de palabras y una marca. Más no lo recordaba. En su mente pensó que cuando regrese a su tierra en algún momento lo recordaría, al fin y al cabo, tenía todo el tiempo del mundo.

No pensaba en perder de vista a su nueva adquisición. Si bien ahora este aun no asimilaba la idea, él sabía que en el fondo aceptaría. Porque aquel llamado Antony, en el fondo se había dado cuenta que buscaba respuestas, respuestas en el caballero a preguntas que ni el mismo entendía bien. Para Kris aquel chico pelinegro con ojos tan negros como el vacío más profundo, era el único digno para él.

 


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