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Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

Otro capítulo que encamina la historia a su final.  Espero que más dudas sean aclaradas en este capítulo.

Muchas gracias a las personas que han estado dejando sus comentarios.

Bailando bajo la luz de la luna


 


Alice sigue sin moverse, tiene los ojos cerrados en un intento de no ver lo que está pasando. Su mente de ha quedado en blanco, solo hay puro pánico en ella.


— Alice…— ella me mira. Su miedo me está paralizando a mí.  Tchess se queda quieto, emitiendo un gruñido bajo. Nadie más se mueve, todos esperan. El miedo comienza a llenar el lugar. Puedo sentirlo como si respirara aire, todos aquí tienen miedo— Leo esta aquí— le digo, bajo, porque ella necesita creerlo, necesitamos creerlo.


— Debimos irnos, tenías razón.


— Ya no importa, ya no tiene caso— no puedo verlo, pero sé que leo esta aquí.  Todos están atentos a Tchess, pero él es solo una distracción, no es de quien debemos cuidarnos.


Tenemos que decirle a todos— aunque dice eso, Alice no encuentra su voz. Yo solo pienso en que Leo nos ha encontrado y que ya no podremos huir, Leo nos encontró— quiero irme, quiero irme ahora mismo. Vámonos, huyamos ya.


 No, Alice. Ya no podemos huir— hemos huido mucho ya.  Los pensamientos de Alice se aclaran, pero su único y fuerte deseo es escondernos, así que hago lo único que se: Ser lo que ella necesita.  No puedo hacernos invisibles a todos, pero si me convierto en oscuridad, en una niebla oscura y negra— No servirá mucho…— Mi voz llega a todos los demás— pero les doy algo de tiempo.


— Gracias…— esa es Alice. Escuchamos el rugido de Tchess, sus pasos rondando.


— Iridian…— no tomo forma a su lado, pero me mantengo cerca.


—  ¿Por qué sigo siendo yo? ¿Por qué no enloquecí e intento matarles?


— No lo sé…quizá por lo que hicimos antes Alice y yo. Leo está aquí— le digo. Iridian voltea a donde cree estoy.


— Le matare


— Él podría matar a Tchess antes.


— Entonces voy a morir intentándolo— siento un leve dolor, como si me estuvieran arrancando alguna parte de mi— Hattely…


— No voy a aguantar mucho más, Tchess es fuerte…— Iridian se lleva las manos a la cabeza, no grita pero emite un sonido que solo he escuchado cuando alguien se resiste al dolor.  Siento que mi fuerza se va como una liga y las sombras que estaba creando desaparecen. Me encuentro otra vez a un lado de Alice. 


— ¡Iridian!— él ha caído de rodillas, respira como si hubiera corrido. Eso distrae a todos, que voltean a verle. Él alza la mano antes de que el chico serio y uno de los gemelos lleguen.


— Estoy bien… ¡Cuidado!— Tchess se ha lanzado hacia delante, más que moverse desaparece y aparece delante de ellos sorprendiéndolos, apenas les da tiempo para moverse. El cazador moreno, Santiago, sale volando hasta estrellarse en el auto con un sonido feo  y cae al suelo, donde ya no se mueve. Alice grita cuando Tchess vuelve a saltar hacia el cazador. Los demás no podrán llegar a tiempo para salvarlo. 


Me interpongo a tiempo, desviando las garras y empujando lejos a Tchess.   


Alice ¡Alice!— ella pega un brinquito— No podré hacer esto mucho tiempo.  Necesito que les hables a ellos, diles lo que pienso, lo que necesito que hagan— Alice corre hacia Evans e Iridian, aún tiene miedo, pero mi Alice es valiente. Y no por nada los cazadores son lo que son. La sorpresa del ataque de Tchess ha pasado y aunque solo Evans y el otro siguen de pie, Iridian tiene una mirada determinada en sus ojos. No veo que hace Alice, me mantengo alejando a Tchess, impidiéndole el paso cada que quiere pasarme. 


Listo. Me quedare con Santiago, me pidieron que viera como esta. Tengo su comunicador, y puedo escucharlos también…. tengo miedo  ¿Dónde está leo?


— Cerca, observando— Tchess desaparece—  Diles que no es probable que mate a Iridian, al menos no sin terminar con los demás primero, si Iridian muere entonces también lo hará Tchess. Y Leo no le matara solo así.


— Bien— Alice repite lo que le dije. Realmente espero no equivocarme. Me muevo a tiempo para evitar otro ataque,  es extraño, como si Tchess solo estuviera jugando con nosotros. No, no es Tchess, es Leo quien juega con nosotros— ¿Cómo pueden contenerlo? ¿Hay alguna forma de hacer que regrese?


— No lo sé, Iridian debería…—  Alice grita cuando las garras de Tchess me dan en la cara. Retrocedo, gruñendo e intentando ver— ¡¿Alice, estás bien?!


— No te preocupes por mí.  Se lo dije antes a Iridian, si siguen unidos, él siempre podrá llamarlo. Siempre sabrá como esta y como se siente.  No puedes evitar preocuparte porque lo que ha hecho Leo es una conexión fuerte que no se romperá aunque los separen.


No es un buen momento para distraerme, Alice.


— Iridian dice que no te contengas. Aunque le hieras— no es eso lo que me detiene. No quiero luchar, no quiero hacer esto— no lo harás solo,  Hatt. Te ayudare— Alice comienza a pensar, a imaginar cosas. Puedo ver mejor, me siento más rápido también. Comienzo a cambiar y ya no soy una criatura como Tchess, soy algo completamente diferente. Aun con eso, no es fácil enfrentarme a otra pesadilla. Tchess me golpea, me hace caer pero los cazadores logran distraerle  antes de que me clave las garras en la garganta.


— Alto— Tchess se detiene al escuchar la orden de Leo,  una sola palabra, sin alzar la voz y dicha con tranquilidad. Leo esta en  el borde del otro lado de la carretera, observando todo sin mostrar alguna expresión. El miedo de Alice vuelve a paralizarme.


— Leo...


— Me has decepcionado, Alice, mira todo el caos que has causado por escapar de casa.


— ¡No culpes a Alice por lo que tú has hecho!— lo que yo siento es enojo. De nuevo soy un humano al lado de Alice. Leo me mira, pero yo no puedo tenerle miedo.


— Ya me ocupare de ustedes después, ahora solo vine a resolver cierto asunto con el cazador que está unido a esta pesadilla en particular.


No… No tenemos que dejar que los separe. Leo no tiene que llevarse a Tchess— La atención de Leo esta en Iridian, que se ha puesto muy blanco. Quizá no tendré otra oportunidad. Golpeo a Tchess en los ojos casi al mismo tiempo que empujo a Leo y le hago caer. Luego muevo a los tres cazadores junto a Alice y nos arrojo a través del reflejo del auto, usándolo como espejo. Las pesadillas usamos los espejos para ir a Eerkah pero debido a Alice no puedo atravesar los espejos para llegar, así que el espejo tiene que dejarnos en algún lugar alejándonos del peligro porque nunca lleva al mismo sitio dos veces, así que si Leo viene tras nosotros no será en este momento.


Todos caemos al suelo, rodando y golpeándonos entre nosotros.  


— ¿Cómo esta Santiago?


— Aun esta inconsciente, pero no sangra— Alice se abraza a mí, temblando— creo que solo esta noqueado.


— Kayden, ayúdame a moverle.


— Soy Jayden— entre Evans y Jayden mueven a Santiago hasta dejarlo  en una posición más cómoda y que nos permite movernos a nosotros sin pisarlo— ¿Cómo lo despertamos?


— Dejémoslo así de momento.


— ¿Dónde estamos?— Los dos nos miran. No sé dónde estamos. Parece una bodega enorme, como un almacén.


— ¿Importa? Estamos lejos de los problemas por ahora— no se escuchan más que nuestras voces. Me siento, recargando mi espalda en el muro. Estoy agotado. Cierro los ojos, pero no duermo, no puedo dormir. Alice se sienta a mi lado, sus dedos me aprietan la mano y escucho una débil pregunta— Estoy bien.


— ¡¿Iridian?!— Abro los ojos solo para ver a Iridian sujetarse de algún mueble, me da la espalda pero escucho el sonido del vomito.


— Lev…— dice, escupe. Se tambalea un poco mientras se la vuelta, luego empuja a Evans y camina directo a nosotros. Levanta a Alice de los hombros y la sacude con fuerza— ¡Era Lev quien estaba allí!— Los otros dos cazadores le apartan de Alice antes de que yo haga algo contra él. Sujeto a Alice antes de que se caiga, temblando, mirando con los ojos llorosos a Iridian a quien aun intentan detener a base de jalones, empujones y gritos.


Iridian se ha vuelto completamente loco.


— ¿Qué demonios está pasando?— esa es la voz del cazador que estaba inconsciente, Santiago. Evans le da un golpe en la cara a Iridian, le hace caer y todo queda en silencio.


— Alice ¿Estás bien?— ella mueve la cabeza para decir que si, sin despegar los ojos de Iridian.  Es el mismo Evans quien le extiende la mano para ayudarle a levantarse.


— ¿Quién es Lev?— Es Alice quien pregunta. Iridian se pasa la mano por la cara, luego se vuelve a agachar, en una postura que me recuerda mucho a los niños cuando lloran.


— Lev era… fue un cazador que conocí hace antes de que yo me entrenando. Lev no salía nunca de su casa, tenia ataques de ansiedad cada que intentaba poner un pie fuera del edificio donde vivía, luego solo se fue. No supe nunca más de él.  


— ¿Estás seguro que es la misma persona? Quizá te confundiste con todo lo que paso— Es el tono más humano que le he escuchado a Evans.


— No me confundiría.


— Pero…


— Tchess es la imagen de Lev cuando le conocí. No es una imagen cualquiera. No podría confundir a Lev aunque estaba diferente. Cortó su cabello, y es obvio que es mayor, también viste diferente, pero es Lev—  Pienso en Leo y en Tchess, tratando de ver las semejanzas que ve Iridian. Y sé que tiene razón, porque nosotros nunca hemos visto a Leo con una expresión como la de Tchess, nunca le vimos sonreír feliz ni bromear como lo hace Tchess.


— ¿Entonces ese Leo es amigo tuyo?    


— No lo sé… no entiendo que está pasando.


— ¿Qué paso con Lev cuando lo conociste? Dijiste que  no salía de la casa, pero el Leo que conocimos nos llevaba a pasear, teníamos un patio y jugábamos allí— A los que no nos gustaba salir mucho era a nosotros, Alice prefería quedarse en casa porque no conocía nada, y a mí nunca me intereso salir con los humanos.


— Cuando le conocí ya tenía el problema con el miedo a salir— vuelve a pasarse las manos por la cara— Tenemos que hacer algo…


— No— Otra vez Santiago, se sujeta la cabeza cuando se pone de pie— No sé cómo terminaron las cosas, pero a juzgar por dónde estamos y lo que gritan sin parar, no acabo bien. No haremos nada sin tener más información.


— Santiago tiene razón.  Es peligroso enfrentarnos a algo que no conocemos.


— Yo no conozco a Lev ahora— Otra vez nos quedamos callados. Por supuesto que Iridian ya no lo conoce.


— Yo si— Alice me sorprende, ni siquiera escuche sus pensamientos antes de que hablara— Leo… Lev es una buena persona, el fue amable conmigo y con Hatt cuando no teníamos a nadie más. Pensaba que estábamos bien, pero… ahora creo que solo fuimos una parte de lo que planeo. Algo estuvo mal desde el principio y nunca lo notamos porque era normal ¿Cómo puede ser normal estar con alguien como Hatt?


— ¿Sabes cómo lo hizo?


— No…


— ¿Cuándo fueron mal las cosas? antes dijiste que tenias miedo de que le hiciera algo a él— Iridian me señala— ¿Por qué?— Los recuerdos llegan a la mente de Alice, las escaleras oscuras, los dibujos y las anotaciones, los recortes de periódico…


— Los asesinatos que investigan ustedes…— Respondo, porque Alice sigue intentando ponerle orden a todo lo que piensa— Alice descubrió que Leo estaba haciéndolo y dedujo que nos haría hacerlo a nosotros también ¿Por qué no me dijiste antes?


— Pensé que querrías hacer algo…


— Entonces no tenemos duda de que es la misma persona y que está detrás de esas muertes— Evans repite, como para sí— entonces ¿Por qué quiere matar a todas esas personas? ¿Por qué está haciendo eso?


— ¡No! la intención de Leo no es matar a nadie— Intento mantener a Alice calmada, y funciona, ella suspira— No sé qué es lo que quiere, pero todas esas personas muertas… por eso escribí esas notas en internet.


— tú…


— Leo estaba buscando a Tchess, conocía su nombre.


— Por eso dijiste que tenía que irse, pero era tarde, Tchess ya no podía irse porque estaba conmigo y Lev no lo reconoció— Es imposible reconocer algo que no tiene forma. Ningún humano tiene forma de saber quiénes somos. Hasta hace poco esos cazadores ni siquiera sabían que teníamos nombres, solo entre nosotros podemos reconocernos cuando estamos muy cerca unos de otros— ¿Qué asuntos tiene Tchess con alguien como Lev?— Encojo los hombros, no lo sé.


—  Tchess no es alguien que salga más de lo necesario de Eerkah.


— Sería más fácil usar a otra pesadilla, las encontramos cada poco— me interrumpe Santiago— ¿Por qué no otro cualquiera? Todas las pesadillas pueden hacer lo mismo—  si, todas podemos hacer lo mismo, nada nos hace diferentes y de no ser porque Tchess…


— No… no lo haría…— Alice voltea a verme, no puede escucharme. Me levanto y camino un poco antes de regresar,  lo hago varias veces mientras pienso. Las pesadillas podemos manipular los sueños, movernos como queremos y tomar miles de formas, todos podemos hacerlo sin problema, desde el más joven hasta los que tienen más años, si uno puede, todos podemos, porque somos lo mismo, somos creados de la misma imaginación de los humanos, los humanos nos crean, hacer lo mismo todos tiene la ventaja de que no hay peleas por ver quién es mejor. Y solo hay alguien que tiene un deber más: El guardián de las puertas.


— ¿Qué?


—  Tchess tiene otro trabajo— Alice jadea y se endereza cuando escucha lo que estoy pensando.


— Tchess es quien cuida esas puertas— me interrumpe Iridian— me lo dijo algunas veces ¿Es por eso que le busca?— no se me ocurre otro motivo para querer especialmente a Tchess y no a cualquier otra pesadilla.  


— Iridian ¿Recuerdas algo más? ¿Por qué haría eso?— Todos pegan un brinco cuando Iridian se pone de pie y da una patada a un montón de cajas.


— Sergei dijo algo sobre que antes era normal, Lev fue un cazador, pero los monstruos... comenzó a ver monstruos donde no los había, no pudo mantener a las pesadillas fuera. Cualquier cazador intentaría buscar una solución.


— Una solución ¿Y no sería eso bueno? Una solución para alejar a las pesadillas facilitaría el trabajo— Alice me sujeta antes de que me mueva, pero es Iridian quien voltea a ver a Jayden, no le golpea pero le mira de tal forma que no necesita hacerlo.


—  No matando a las personas que tenemos que proteger— se me escapa una risa, no de felicidad. Estoy molesto, y Alice comienza a sentirlo porque se remueve incomoda.


— claro, todo gira alrededor de ustedes. Por un momento pensé que eso había cambiado— le extiendo la mano a Alice para que se levante. Ella duda solo un momento, pero luego toma mi mano y hago que camine conmigo sin soltarla.


— Hatt…


— ¿A dónde van?


— Cualquier lugar es mejor que con ustedes—  La puerta por la que quiero salir es pesada y apenas puedo empujarla en esta forma. Logro abrirla lo suficiente para salir— Ni siquiera porque estuvo con Tchess… Alice, dejemos que ellos se encarguen.


— Pero Leo… ¡No podemos dejar que haga eso!


— Ni siquiera sabemos que quiere hacer, pero…— la interrumpo antes de que hable—  Leo no puede seguir haciendo lo que hace tanto si se quiere curarse de algo como si lo hace porque quiere— Ella se detiene, parándome a mí.


— No encontraremos a Leo sin Iridian. Ya sea que Iridian vaya o Tchess venga por él, Leo no puede hacer nada sin separarlos primero.


— Podríamos matarle y solucionamos el problema— Alice se escandaliza, escucho sus quejas mentales, pero yo hablo en serio.  Escuchamos una risa tras nosotros, mi primer impulso es poner a Alice a mi espalda pero solo es Iridian.


— tienes buenas ideas. Matarme terminaría con Tchess y Lev no hará lo que sea que quiere hacer— dice, aun con una sonrisa— ¿Cuál piensas que es su plan? Tchess siempre piensa más cosas, y ustedes vivieron con él.


— Umm— Alice me mira, ciento sus preguntas  y sus dudas sobre lo que haremos— Alice, seguimos sin pistas de cualquier modo.


— eh, bien…— ella se aparta el cabello de la cara— Puertas. Todo tiene que ver con ellas ¿no? es lo único que hace diferente a Tchess.


— ¿La puerta?


— Una puerta se abre y cierra, sirven para dejar entrar o salir— Iridian se queda callado unos momentos, supongo que pensando en lo que Alice acaba de decir.


— Voy a decirle a los demás, esperen aquí— está oscureciendo,  siento la inquietud de Alice y le tomo de la mano mientras esperamos. El aire es caliente, el calor del asfalto donde estamos es sofocante. Hay más galerías como en la que estábamos alrededor, y un poco más lejos esta una carretera llena de autos.  Pienso en cosas agradables para calmar a Alice.


—  Detendremos a Leo. Yo no dejare que le haga esas cosas a nadie más—  me sorprende la claridad de sus pensamientos. Ella no planea una venganza, ella solo quiere que todo esto termine de una vez— Iremos a ver a Chiara, ella era amable ¿Crees que… nos deje quedar? Podremos ayudarla ¿no? ella dijo que no tenia quien le ayudara.


— Deberíamos pensar en qué hacer después de terminar con esto, si quieres quedarte con ella, está bien. Me agrada y los niños también.


— Hatt ¿No quieres volver a la tierra de las pesadillas? Es tu hogar.


— Mi hogar esta donde tú estés, Alice. Iré a donde tú vayas— me sonríe, sus dedos aprietan mas mi mano y me da un beso, un roce rápido de sus labios con los míos. Escuchamos unas pisadas, luego gritos y golpes— ¿Qué paso?— Iridian viene de regreso, pero viene solo. Las voces de sus amigos hacen eco en la bodega.  


— esto es solo entre Lev y yo— ah, dejo encerrados a sus amigos— Vamos, busquemos a Tchess antes de que este lugar se convierta en la ciudad del horror.


— ¿Qué vamos hacer? cuando lo encontremos…


— Ustedes se van. Yo hice un par de promesas que iré a cumplir— es como una escena de película ver como revisa sus armas mientras habla con ese tono de matón— matare a la persona que me unió a una pesadilla. Me librare de quedar atrapado el resto de mi vida y… si no puedo hacer nada, matare a Tchess.


— Matarlo…


— siempre dijo que prefería morir a ser esclavo de cualquiera. Vamos— apenas llegamos a la valla que cierra este lugar, oscurece. No tengo ninguna objeción con el plan de Iridian, aunque Alice tiene sus dudas sobre lo que hará llegado el momento.  Rompo la valla para salir, y caminamos por un lado de la calle. No estamos completamente fuera de la ciudad por aun así nos dirigimos a donde se concentran más las luces. La sensación de alarma, de sentirse perseguido y que me observan se hace insoportable.


— Ya vienen— Iridian cambia de dirección, hacia la zona más abandonada que encuentra. Terminamos colándonos dentro de una fábrica. Iridian se sienta en el suelo, aparentemente tranquilo. Alice se queda de pie, moviendo nerviosamente una pierna— Demasiados… hay muchos. Por todos lados.


— ¿Qué está haciendo Lev?


—… Algo… ¡Hagamos algo!


— Alice…— no puedo decirle nada más, delante de nosotros aparecen dos pesadillas, sombras tomando formas monstruosas y gruñendo. No me doy cuenta cuando cambio también, tomando una forma más adecuada para luchar. No soy yo quien lo decide, ni quien está sintiendo enojo en este momento. Es Alice. Antes de que tomen una forma clara, les he matado. Desaparecen en un charco de sombras y gruñidos.


Veo como Iridian aparta a Alice cuando llegan más pesadillas, esta vez no puedo matarlas pronto pero la furia de Alice me impide pensar en otra cosa más que en terminar con todo. Yo también quiero acabar e irnos de aquí, conseguir de nuevo la felicidad que teníamos cuando éramos niños.  El silencio que cae después es roto por la puerta abriéndose con un ruido de arrastre. Salto frente a la puerta, poniéndome entre quien sea que viene y Alice. Apenas distingo a Leo salto hacia él, dispuesto a desgarrarle. Otra figura enorme me detiene en medio de mi salto, me golpea y resbalo cuando retrocedo.


— no recuerdo que fueran tan groseros al momento de recibir a alguien— Leo. No sonríe, pero tampoco se ve molesto, creo que lo único que transmite es tranquilidad. Siento el escalofrió de Alice cuando me escucha pensar en la calma que transmite leo, es la postura de alguien que sabe que tiene seguro lo que quiere.


— Lev…— Leo pone su atención en Iridian, sonríe un poco.


— espero me disculpes por no reconocerte las primeras veces que nos volvimos a encontrar, Iridian, pero ha pasado un tiempo. Es una pena las circunstancias en que nos volvemos a ver.


—  ¿Qué estás haciendo?— Leo tiene la decencia de parecer sorprendido por el tono de Iridian.


— ¿A qué te refieres? Yo solo estoy buscando arreglar algunas cosas.


— ¿Lo que tú mismo ocasionado? Hay cientos de personas muertas, monstruos rondando la ciudad, personas consumidas por pesadillas que se han salido de control y no responden ¿Esas son las cosas que haces ahora?


— Oh, no sé qué te han contado, pero estas equivocado. Yo no he hecho eso.


— ¿¡Vas a negar que estas uniendo a esos monstruos con humanos!? ¿¡No fuiste tú el que me unió a esa cosa!?— Tchess emite un ronroneo, como una queja.


— Eso sí lo he hecho, pero yo no he matado a nadie.


— ¡Mentiroso! Tu… tú tienes todas las notas, ¡Yo las leí!— Alice  le señala con el dedo. Leo niega con la cabeza.


— Alice, creí que había podido ayudarte pero ¿No lo recuerdas?— Leo luce solo un poco preocupado, le creería de no ser por su mirada. Alice comienza a dudar, intento calmarla, decirle que Leo está mintiendo, manipulándonos como siempre— Fuiste tú, Alice… tu mataste a todas esas personas antes de escapar.


— No…


— ¡No le creas, Alice!


— no, no, no, no— Los recuerdos comienzan a llegar, nosotros, los dos, andando en medio de la oscuridad, persiguiendo, asechando hasta encontrar el cálido cuerpo de alguien frente a nosotros, la sensación de nuestras garras entrando en la piel, los gritos y las suplicas de decenas de personas diferentes— ¡NO!


— Alice…— Iridian la sujeta, pero ella se aparta, sujetándose la cabeza, pasando sus manos por el cabello y luego mirándoselas mientras tiemblan.


— Tiene razón… yo… nosotros lo hicimos ¡Pero es tu culpa! Tu…


—  ¿Yo? Alice, yo no fui quien termino con todas esas vidas.


— ¡Basta!— Iridian dice algo más, pero no escucho, solo pienso en cerrarle la boca a Leo. Llegan más pesadillas, puedo verlas. Algo me distrae, la sensación de estarme alejando, estar entrado en la nada donde todo está bien… pero todo está mal.  No puedo hacer eso ahora, incluso Alice parece perdida e Iridian tiene que moverla para que reaccione.  Los dos entendemos que no es la primera vez que nos sentimos así y que deben ser los deseos de Leo.


— no, no más, Leo—  grito al mismo tiempo que Alice, y de pronto soy nada. Me siento fuerte y libre, giro y giro alrededor de Alice mientras cambio. No sé muy bien que pasa, pero ahora ya no soy solo yo, Alice también cambia, ella también es nada y todo. La siento conmigo, cambiando, moviéndose… terminamos siendo una de esas bestias, en la que nos hemos convertido desde hace mucho y que Leo nos hizo olvidar pero ahora estamos conscientes, ahora sabemos lo que pasa.  Los pensamientos de Alice son como una caricia suave y un cuchillo afilado a la vez. Llegan más pesadillas, nosotros nos movemos más rápido, somos más fuertes que esas pesadillas que no tienen conciencia.


Hatt


termínenos con esto, Alice.


— Si— la sensación de poder es increíble. No somos ella y yo, somos nosotros, lo que ella piensa, lo que yo hago… somos nosotros. Y lo que queremos es acabar con Leo. Ya no quedan más pesadillas, nos giramos hacia Leo. Ni siquiera se ha movido, damos unos pasos, tan cerca.


— ¡Tchess!— El grito de Iridian nos hace voltear al mismo tiempo que sentimos un dolor ardiente. Gritamos, nuestro poder se va. Veo unas garras atravesando nuestra piel. Duele… Alice... Alice… la busco desesperadamente.


Alice, Alice, Alice…


Estamos frente a frente. Una mancha oscura se extiende en su pecho. Yo siento el dolor, su dolor y el mío. Intento curarme, curarnos. La mano de Alice me sujeta la mano, sus dedos aprietan los míos.  Duele tanto que ya nota el dolor, sus ojos me miran, sonríe.  Mi cuerpo está desapareciendo también. No hemos detenido a Leo,  y ya no nos importa.


— Iré a donde tu vayas, Alice—Hay lágrimas en los ojos de Alice, estiro mi otra mano para limpiarlas, dejando más manchas oscuras en si piel. Aun sonríe cuando me besa, aun sonríe cuando ya no hay nada más nosotros dos, aun sonríe cuando la luz se apaga de sus ojos. Aun cuando ya no soy nada, y solo queda la sonrisa de Alice.

Notas finales:

Gracias por leer, hasta el próximo sabado.


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