Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Cadenas de Oro" por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 84]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo, como cada lunes, aquí les traigo capítulo nuevo. Denle la bienvenida a Radamanthys y a un poco de sus conflictos. Gracias por leer.

Quiero agradecer de todo corazón a Geion y a Callie por regalarme sus reviews en el capítulo anterior. Espero este también sea de su agrado y si quieren comentarme algo sobre el cap 4, yo feliz las leeré y responderé con un enorme agradecimiento, Muchas gracias y hasta el siguiente lunesito <3

Capítulo IV.

 

”””

—Vaya, mira quien se ha dignado a recordarnos su presencia… —un joven de largos cabellos plateados sonreía sardónicamente a su hermano menor al ver llegar al mayor de los tres.

—Radamanthys, estás tentando mucho a la suerte perdiéndote de la vista de papá.

El nombrado volteó a ver con altivez al peli-violeta que parecía sermonearlo.

—Eso es algo que a ustedes no les importa —soltó el rubio con molestia, pero una voz mucho más profunda interrumpió la disputa de lo hermanos.

—A ellos quizás no, pero a mi sí.

Hades, el padre de los tres hombres llegó a la sala al escuchar lo que Minos le dijera a Aiacos minutos antes. Radamanthys tenía un día entero sin poner un pie en la mansión lo que tenía al magnate realmente molesto, el rubio como el mayor debía dar el ejemplo correcto de comportamiento pero lejos de eso, mostraba tomar decisiones estúpidas en lugar de meditar lo que le convenía en verdad.

—Padre, yo… —intentó pronunciar pero Hades se lo impidió.

—Los tres en el estudio, ahora —fue todo lo que el hombre dijo con facciones duras en el apuesto rostro. Los menores no rechistaron siguiendo a su padre que ya llevaba tres pasos de ventaja.

Minos y Aiacos se encontraban un poco molestos con su hermano mayor pues pensaban que Hades los reñiría por culpa de las andanzas del rubio.

Cuando los cuatro entraron y se acomodaron en el estudio, el peli-negro sentado del otro lado del escritorio de fina madera se dispuso a hablar:

—Los he llamado aquí porque hay algo que debo decirles —inició con voz tranquila—. Quiero que para ustedes, Aiacos y Minos esto sea una lección de lo que podría pasar si me desobedecen como su hermano aquí presente —dijo mirando a Radamanthys con profundidad.

—Padre, ¿qué estás…? —quiso cuestionar de qué iba todo aquello pero el mayor no se lo permitió.

—Cállate, Radamanthys. Ésta será una lección para ti —suspiró antes de proseguir—. Hace poco me ha llegado una misiva de Kardia Escorpio, en ella me comentaba que Aspros Géminis está interesado en casar a sus hijos con gente importante.

Los menores se miraron unos a otros sin comprender a que punto quería llegar su padre con eso.

—¿Esa familia no tiene problemas económicos? —Aiacos preguntó.

—Efectivamente hijo —afirmó Hades—, la familia Géminis ya no es tan poderosa como solía ser en sus mejores tiempos, pero no quita el que tenga algo bueno: los hijos gemelos de Aspros Géminis. Estos jóvenes tienen mucha fama en la clase alta, a pesar de eso nunca se pensó que sus padres buscarían casarlos pero no pueden estar de decoración toda la vida, ¿verdad? Sería un desperdicio.

—He escuchado de esos hermanos, se dice que son realmente brillantes, tienen una inteligencia como pocas veces se puede encontrar, lo sorprendente es que no han tenido una formación como el resto, ellos han aprendido lo que saben por cuenta propia —aportó Minos sin darle más importancia de la necesaria al asunto.

—Todo eso es verdad, Saga y Kanon Géminis son jóvenes extraordinarios, aunque su familia ya no sea adinerada, ellos son la única riqueza que queda. Por lo que he tomado en aceptación que tú, Radamanthys tomes como esposo a uno de estos chicos, puede que sentar cabeza te haga dejar de pensar estupideces como querer sacar a un vividor don nadie de lo único que conoce —Hades dijo lo último con un tono brusco y una mirada en demasía pesada en su azules ojos.

Radamanthys por su lado tenía los ojos bien abiertos al escuchar la sentencia de su padre, él no quería casarse con ninguno de esos gemelos, él amaba a Afrodita sabía que si se esforzaba podría sacarlo de ese mundo de miseria para que ningún hombre volviera a ponerle una mano encima. No quería casarse con nadie más que no fuera su bello sueco.

—¡No padre, por favor no me hagas esto, yo no me quiero casar con ningún otro que no sea Afrodita! —se puso de pie con violencia, Hades ya harto hizo lo mismo asustando a los tres hermanos.

—¡Basta de rebeldía Radamanthys! ¡Ya tienes 25 años y te sigues comportando como un niño malcriado! Si quieres seguir teniendo todo de lo que hasta ahora gozas, olvidarás todas esas tonterías que tienes con ese maldito prostituto y me obedecerás. Ya envíe mi respuesta para acordar una reunión entre nosotros y los Géminis, sólo queda esperar la respuesta de Aspros y todo estará más que arreglado, y cuando eso pase, ni se te ocurra reclamar algo —advirtió con gesto amenazante.

Radamanthys miraba a su padre con un sentimiento de impotencia y rabia, tenía las manos atadas, amaba a Afrodita fuera lo que éste fuera, pero si desobedecía a su padre se quedaría sin nada que ofrecer. No tenía salida alguna, estaba atrapado.

”””

Otro día era iluminado con la luz del sol. En la casa de los gemelos se llevaba a cabo el desayuno aunque sólo los hermanos se hallaban en la mesa. Aspros había salido hace poco con destino a la oficina de correos para poder llevar la carta que aceptaba el ofrecimiento de Hades de reunirse y hablar de un acuerdo. Paradox había salido desde temprano a visitar a su hermana quien le decía en una carta que tenía algunas cosas para ella y sus dos hijos, por lo tanto los menores se habían quedado solos.

El silencio entre los dos era incómodo, únicamente se escuchaba el sonido de los cubiertos en contacto con los platos, pero Kanon podía notar que Saga jugaba con la comida moviéndola hacia los lados del plato, el mayor se notaba triste y cansado a lo mejor de tanto llorar en la soledad de su habitación porque desde lo que les dijeron sus padres, Saga casi no salía de ahí. Kanon estaba preocupado pues aunque fuera mayor por algunos minutos, su hermano era el más emocional de los dos.

—Saga, ¿estás bien? —dejó el tenedor con el trozo de melón a un lado para poder prestarle atención a su hermano.

Saga suspiró pesadamente con la cabeza gacha, su flequillo cubría sus ojos así que Kanon no podía saber a que atenerse. El mayor alejó las manos de la mesa poniéndolas sobre sus piernas, formando con ellas temblorosos puños.

—No Kanon… no estoy bien, me siento triste, derrotado, vendido…

Ante aquellas palabras entrando en su cerebro, Kanon también bajó la cabeza.

—Comprendo lo que me dices, también me siento mal por tener que llegar a esto, nunca creí tener que casarme por este tipo de motivos. Me siento extraño al pensar en tener que adaptarme a alguien que nunca antes he visto.

—Lo peor de todo es que uno de los compradores llega hoy para ver con quien de nosotros se quedará… —a Saga le temblaba la voz, muestra inequívoca de que estaba conteniéndose para no llorar. Aspros había ido a su habitación la noche anterior para comunicarle esa trágica noticia, dejándolo con un sentimiento de desesperanza y desesperación.

—Hermano, fuera por amor o no, este momento iba a llegar tarde o temprano. En algún momento tendríamos que formar una familia y…

—¡Pero no así Kanon! —interrumpió Saga dejando salir al fin sus lágrimas— No así hermano… No quiero que te alejen de mi, no quiero estar lejos de ti —sollozó sin poder contenerse más.

Kanon se levantó de la silla que ocupaba para ir hasta su hermano y envolverlo en un abrazo, él tampoco quería estar lejos de Saga ya que más que su hermano era su mejor amigo, su confidente, su compinche. No quería dejarle solo ni quedarse sin él.

Ambos se abrazaban como si con ese acto pudieran fundirse y no ser alejados, pero lastimosamente no podría suceder y cada uno tomaría caminos distintos cada uno con un demonio personal.

”””

Kardia y su visitante recién llegaban a la casona Escorpio, las maletas y demás equipaje fueron acomodados cerca de las escaleras al segundo piso donde la servidumbre comenzaba a llevarlas a la habitación que se había preparado un día antes para el amigo del señor.

—¿Qué tal estuvo el viaje? —Kardia preguntó con una sonrisa, hace mucho que no veía a su amigo, desde que éste se trasladó al otro lado de Grecia para aumentar su imperio.

—Cansado, que más puedo decirte —rió mientras se sentaba en uno de los sofás de la sala—, pero siento que este viaje valdrá la pena… —sonrió con malicia, una que le sumaba atractivo a su apuesto rostro.

—Espero que si, aunque en verdad me sorprendió el hecho de que fueras tú el interesado en desposar a uno de los hijos de mi amigo. ¿De dónde surgió ese interés?

—¿Mmm? Pues quizás el hecho de que a mis 27 años no tengo a alguien que caliente mi cama —miró al mayor con perspicacia notando cierta incomodidad en el peli-azul.

—¿No me digas que sólo para eso has querido conocer a los chicos? —el ceño de Kardia se frunció, levemente indignado.

—Puede que si, puede que no, eso lo decidiré yo cuando conozca a esos gemelos. No te preocupes.

La conversación se fue poniendo tensa con cada oración que los dos hombres decían, a Kardia no le hacía gracia el pensar que su amigo tuviera alguna mala intención con los hijos de Aspros, los gemelos tenían la edad de su hijo Milo y así como no le gustaría que alguien dañara a su propio hijo, él no quería que Saga y Kanon sufrieran a manos de algún inescrupuloso. Escorpio se estaba arrepintiendo de haber escrito a ese hombre que yacía en su sala, la carta la escribió a él al recordar que tenía un hermano menor a quien tal vez podría interesarle conocer a los muchachos, mas no imaginó que sería lo contrario.

Kardia rezaba a los dioses que todo saliera bien y que de ser posible al joven no le interesara ninguno de los hermanos, y se fuera sin más o de lo contrario el gemelo elegido no la pasaría muy bien y Aspros iría a matarlo por encontrarle a semejante hombre para casar a uno de sus hijos.

”””

El día pasó sin mayores eventualidades, Kardia escribió una nueva carta para Aspros informándole que el magnate que venía a visitarlo ya estaba instalado en su casa y que en horas del atardecer enviaría al cochero por ellos para presentarlos ante el recién llegado.

El peli-azul mayor había llegado antes de que dieran las diez de la mañana, por lo que ya estaba ahí cuando el empleado de Kardia llevó la misiva dando los avisos a eso de la una de la tarde.

Sabía que tenía algo de tiempo para informar a los muchachos lo que iba a pasar, y por eso se encaminó hacia el jardín donde ambos estaban haciéndose compañía. Aspros se impresionó de escuchar a Kanon cantando dulcemente al tiempo en que acariciaba el cabello de Saga que tenía recostada su cabeza en las piernas de su hermano, dejándose arrullar por su suave canto.

En el interior del mayor algo se removió y en un momento pensó en dejar a los hermanos solos y en paz, no deseaba romper esa atmósfera que habían creado, pero luego el golpe de realidad le dijo que era mejor hacerlo ahora o de lo contrario al hacer las cosas a la carrera no saldrían bien. Por ello y ya decidido, Aspros llegó al lado de los peli-azules.

—Hijos míos —dijo como saludo, Saga que tenía los ojos cerrados los abrió con lentitud, y Kanon lo miró con paciencia.

—Padre, ¿qué necesitas? —habló Kanon con calma sin dejar de acariciar la melena de Saga.

—Kardia ha enviado una carta donde me comenta que tendrá un pequeña reunión hoy en la noche, enviará un cochero por nosotros, estamos invitados a asistir.

—Dime padre —volvió a tomar Kanon la palabra—, ¿ya ha llegado el primer comprador?

—¿El primer comprador? —le vio entrañado— ¿A qué te refieres hijo? —consultó con la duda brillando en sus azules ojos.

—Hace poco nos comentaste que dos hombres poderosos habían respondido a las cartas que envió el señor Kardia para encontrar a alguien que se interesara en nosotros. Y que uno de ellos iba a visitarlo. ¿De eso se trata, no?

Los ojos de Aspros se sobre abrieron, Kanon tenía razón, al joven no se le escapaba nada, muy para su pesar…

 

 

Notas finales:

Gracias por leer ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).