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Malfoy Manor por Orseth

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Eran las 9:00 pm y Bambi miraba preocupada la calle por donde Koby solía regresar.

-No ha de tardar –dijo Harry llegando en ese momento sabiendo a donde había ido Draco debido al seguimiento de los aurores.

-Es que ya es tarde, ya tendría que estar aquí ¿y si se desmayó a medio camino?

-No pienses eso ¡mira, ahí viene!

Draco venia caminando con paso lento y tranquilo apoyándose en su bastón  con cabeza de serpiente.

-¿Qué hacen?

-Esperándote –respondio Bambi enojada- ¿Por qué tardaste tanto? ¡Pensé que te había pasado algo!

-Esto bien –dijo sonriendo.

-¿Por qué no me llamaste? De verdad estaba muy preocupada.

-No uso celular.

-Ya lo sé, pero pudiste llamar de una cabina.

Bambi iba a seguir discutiendo, pero la oportuna llegada de un cliente la interrumpió, hecho que Draco aprovechó para escapar.

-Ni creas que te me vas a escapar perra –sentenció antes de tratar con el cliente.

Draco sonrió y continuó su camino.

-¿Saldrás hoy? –pregunto Harry alejándose con él.

-Siempre lo hago ¿no? aunque tardaré un rato en lo que me arreglo.

-Ni Kim Kardashian tarda tanto como tú.

-Es que necesito resaltar lo hermoso que soy.

-Tú eres lindo como sea.

La sorpresa del mismo Harry no fue la frase en sí, sino de que le salió de forma tan espontanea y natural que sintió el calor subir a sus mejillas; y Draco estaba acostumbrado a todo tipo de comentarios, desde los más soeces hasta palabras halagadoras venidas de quien menos lo esperaba, por lo que las palabras de Harry no eran nada nuevo, fue la forma en que lo dijo, la manera en que lo miró lo que le hizo quedarse callado sintiendo también el rubor calentar sus mejillas

-Ya me voy.

-Yo también.

 

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-¿Y qué te dijo el doctor? –pregunto Harry al otro día mientras iban a la farmacia a comprar lo indicado por el doctor, aprovechando la salida para ir al supermercado- ¿y eso te  quitará el dolor?

-Esto me ayudará a fortalecer los músculos y retrasará el avance de la distrofia muscular.

-¿Distrofia muscular? ¿No que fue un accidente de auto?

-¿Quieres que te platique o no?

-Sí, continúa.

-Y también terapia física… lo cual no me convence.

-¿Por qué no? no debes ignorar ninguna indicación del médico.

Y Draco lo sabia en caso de que se tratara de un muggle, pero él no era un muggle, era un mago o algo menos que un mago, un squib era la palabra correcta y su afección no era normal, era producto de una maldición, así que no había medicamento ni terapia que pudiera ayudarle en un próximo atisbo de magia y realmente deseaba que no hubiera otro pues la magia de la que alguna vez estuvo tan orgulloso, acabaría dejándolo inválido.

-Tienes razón –respondió para no seguir con el asunto.

-Oye y cambiando de tema –añadió más animado- ¿Cuándo me invitas al estudio de tatuajes?

-¿Qué? –Exclamó incrédulo mientras entraban al autoservicio y tomaban un carrito- ¿estás drogado?

-Claro que no, pero me da mucha curiosidad ese lugar.

-Tú curiosidad me importa un pito ¿me da media libra de queso por favor? –pidió a un dependiente del área de carnes frías.

Draco esperó a que le entregaran su pedido y reanudó su camino hacia algún pasillo empujando el carrito en tanto Harry comenzó a caminar de espaldas para irlo mirando de frente en tanto jugueteaba con una manzana que había tomado de un estante.

-Quiero conocerte un poco más.

-¿Y yendo al estudio harás eso?

-Por supuesto, es una parte de ti que no conozco.

-Hay mucho de mí que no conoces.

-Lo sé y espero que algún día me dejes conocerte.

-A ti te cobraría lo triple, así que olvídalo.

-Y yo mi amor, te lo daría gratis.

Draco solo rió mientras tomaba una caja de cereal de un estante; el plan de Harry era ser lo suficientemente amigos para ganarse su confianza, nunca llegar a más, pero coquetear con Draco era tan sencillo, como una especie de juego en la que él lanzaba la pelota y Draco le bateaba sin compasión pero siguiendo el juego; le gustaba que Draco independientemente de los motivos, ya no fuera despectivo con los muggles, incluso se notaba que sentía un gran cariño por Bambi, tal vez ese fuera un motivo por el cual ya no usaba magia, para ser uno de ellos.

-Quiero ver alguno de tus trabajos, a ver si eres tan bueno como dices.

-Claro que lo soy.

-Pues muéstrame, a ver si me animo a hacerme uno.

-¿Te harías uno?

-Tal vez, convénceme.

-Yo no tengo que convencerte de nada.

-Anda, llévame contigo el próximo lunes.

-No y deja de joder, pásame la leche.

-¿Quieres leche? –pregunto alzando las cejas varias veces.

-Madura Archie –respondio rodando los ojos.

 

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Los siguientes días Harry se la pasó machacándolo con el asunto y aunque para Draco todo aquello el tatuaje y del estudio era algo muy personal, de algún modo Archie había logrado abrir una brecha de tal manera que ya no lo veía tanto como un intruso, de hecho ya no le incomodaba tenerlo a cada rato en su habitación ya fuese para comer, ver alguna película o simplemente platicar, de hecho se le hacía familiar, como si lo conociera de tiempo atrás, no podía identificar que era, solo sabía que no lo sentía como una amenaza; así que para ese fin de semana ante otra insistente sesión de suplicas finalmente accedió.

-De acuerdo.

-¿¡En serio?!

-Sí, pero si ya no quieres, no.

-Claro que quiero ¿a qué hora nos vamos?

-Después de que regrese de la lavandería.

-Muy bien.

Al día siguiente Harry hizo sus pendientes e incluso acompaño a Draco a la lavandería, por lo que a las 10:30 am ya habían terminado y se dirigían al “Studio Tattoo Inmortal”

-Hola Bianca –saludó Draco entrando al estudio.

-Hola Koby.

-Te presento a un amigo.

Bianca vio al chico de ojos color miel y cabello castaño sonreírle mientras le extendía la mano y después entraron al estudio en donde los demás trabajaban.

-Hola Rob, traje a un amigo, espero que no te moleste.

-¿Amigos tú? –Respondio incrédulo- ¿Quién eres y que has hecho con Koby?

Draco comenzó a reír ante el sarcasmo y luego procedió a presentarlo con los demás.

-¿Trabajas con Koby? –pregunto Bianca entrando en ese momento.

-Sí.

-Pero él se encarga del mantenimiento del hotel –dijo Draco- te lo aclaro Tom para que no le pidas otro servicio.

Todos comenzaron a reír, incluso Tom quien ya apreciaba a Draco desde hacía mucho tiempo; pasó el tiempo entre platicas y trabajo impresionando a Harry, quien vio varios diseños de Draco en el catálogo e incluso algunos trabajos que Robbie le había permitido realizar; de hecho llegó una chica sin cita que deseaba un tatuaje pequeño en su muñeca y Robbie sabiendo de la capacidad de Draco le había pedido realizarlo.

Draco sonreía de oreja a oreja cuando Robbie le dejaba tatuar a algún cliente pues demostraba la confianza que éste le tenía en cuanto a su capacidad, así que más que feliz puso manos a la obra siendo observado con admiración por Harry.

Así transcurrió el día y cuando estuvieron a punto de marcharse, Rob llamó a su oficina a Draco, quien imaginando el asunto se adelantó.

-Sí fui al doctor, me dio un tratamiento.

-Lo sé Koby, creo que no eres tan estúpido como para no tomar en serio mis amenazas, pero no es para eso que te llamé,  creo que has avanzado mucho y reconozco tu talento, por eso quiero que vengas los lunes pero no solo a hacer trabajos pequeños como has venido haciendo, voy a programarte algunas citas.

Draco lo miró sin decir nada, por lo que Robbie sonrió dándole una palmada en el hombro.

-Reacciona.

-Robbie… ¿es en serio?

-¿Crees que jugaría con eso? No voy a poner en riesgo la reputación de mi estudio con un mal tatuador.

Un nudo se le hizo en la garganta por lo que solo sonrió y se tapó los ojos con una mano.

-Ya, ya, anda vete y nos vemos  el próximo lunes, pero consíguete un teléfono móvil que no tengo como comunicarme contigo.

-Ok, gracias –respondio levantándose y dándole un abrazo.

 

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-¿¡Es en serio?! –Exclamó Harry de regreso- ¡Es fantástico!

-Lo sé, de verdad que me sorprendió, nunca imaginé que este momento llegaría… es decir, si lo había imaginado pero nunca pensé que pasaría, me deja hacer trabajos pequeños pero programarme como uno más de sus tatuadores es… no sé, es genial.

-¿De verdad te gusta mucho?

Draco caminaba con paso lento, pensando en esa pregunta pues nuevamente era abrirse ante otra persona, contar parte de sus sueños, entonces inesperadamente Harry le tomó la mano diciendo:

-No temas contarme tus secretos, puedes confiar en mí.

-Muy bien Harry –pensó Ron escuchando todo desde el micrófono que el auror llevaba consigo en todo momento, lo curioso es que Harry ni se acordaba de la dichosa misión, había tomado la mano de Draco en un impulso irrefrenable y había dicho aquello sin pensar en otra cosa que en ser alivio y consuelo para él.

Draco no se soltó, solo exhalo un profundo suspiro y comenzó  a hablar.

-Quiero tener algún día mi propio estudio de tatuaje.

-¡Vaya! Eso es grandioso.

-Y muy difícil también, pero por eso trato de ahorrar hasta el último centavo que cae en mis manos.

-¿Crees que falte mucho para tenerlo?

-No lo sé, un par de años tal vez.

-¿Por qué tanto?

-Porque planeo irme de aquí.

Cuándo dijo aquello, Harry sintió un vuelco en el pecho.

-¿De aquí?... ¿y a donde te irías?

-A otro país.

-¿Otro país? –repitió con gesto serio mientras miraba al frente.

-Sí, me gustan mucho Francia e Italia pero lo más probable es que me vaya a América.

Harry no respondio, el imaginar a Draco lejos le hizo quedarse sin ganas de decir otra palabra, solo caminó en silencio mirando los autos pasar.

-Quiero comprarme una casa, una casa de dos plantas en donde mi estudio este abajo y arriba mi apartamento.

-Suena genial.

-Sí y muy costoso.

-Pero siendo tú lo lograras –dijo mirándolo sonriente.

Draco sonrió en respuesta, era grato ver que alguien confiaba en que aquel sueño tan difícil era posible.

 

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Cuando el mes terminó fue momento de regresar a la clínica, por lo que un viernes por la mañana Harry esperaba a Draco.

-No tienes que acompañarme –dijo al verlo subirse al taxi con él.

-No importa, me aseguraré de que estés bien.

Draco solo negó con la cabeza quedándose en silencio, había algo en Archie que se le hacía muy familiar.

-Me recuerdas a alguien –dijo entonces.

Harry se quedó callado sintiendo su corazón acelerarse.

-¿A quién?

-No lo recuerdo.

-Ah vaya…

-Pero si, siento que ya te conocía de antes.

-Eso es imposible.

-Lo sé, dicen que tenemos un doble de nosotros vagando por el mundo ¿no?

-Sí, eso dicen, pero curiosamente siento también que ya te conocía –dijo entonces.

-¿Nos habremos visto en alguna calle?

-No lo sé, podría ser.

La visita a la clínica pasó sin ningún contratiempo, los análisis salieron bien para alivio de Draco y Harry y después de desayunar por ahí regresaron al hotel.

 

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-Siento que Draco va a descubrirme tarde o temprano –dijo Harry a Ron mientras cenaban en el edificio de enfrente.

-Convivimos seis años en la escuela, creo que era obvio que de algún modo te le harías familiar pero ¿Por qué le dijiste que a ti también se te hacía familiar? ¿No crees que eso le pondrá a trabajar más el seso sobre de donde te conoce?

-Creo que podríamos aprovechar esta oportunidad para dar un paso más en esto.

-¿A qué te refieres?

-Que le revelaré que soy un mago.

-¿Estás seguro?... digo, la verdad ya no sé cómo podríamos avanzar en esto, la verdad es que Malfoy es muy complicado.

-Lo sé y créeme que esto que planeo no es nada sencillo, es un paso que puede resultar contraproducente, sin embargo tarde o temprano debemos llegar a eso ¿sino como saldrá el tema Malfoy Manor a la luz?

-Sí, tienes razón… ¿pero y si se asusta y escapa de nuevo?

-No podrá escapar, de eso debemos estar atentos Ron, el asunto es que pueda hacerlo confiar en mi otra vez… además…

-Además… -repitió Ron al verlo quedarse callado.

-Nada, planeemos como le diré que soy mago.

-Bien.

 

 

 

 

 

Notas finales:

NOS LEEMOS EN AÑO NUEVO Y FELICES FIESTAS!!!


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