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Malfoy Manor por Orseth

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Y ahí estaba, el asistente del Ministro de magia solicitando un puesto de asistente contable.

-Muy bien Andrew, tienes todo en orden –dijo el jefe del departamento de nóminas- ¿puedes comenzar hoy mismo? Estamos atiborrados de trabajo.

-Por supuesto señor.

-Bien, ven te mostraré tu lugar.

-Gracias.

Le designaron un escritorio en una habitación en donde había otros dos escritorios y después de decirle sus deberes, su jefe le dejó solo.

-Hola, soy Andrew Harley –dijo Percy dirigiéndose al hombre que estaba a un par de metros de su lugar.

-Qué tal, yo soy James –respondio un señor de aproximadamente sesenta años que revisaba unos documentos- y el de ahí es Roger- señaló el otro escritorio- solo que hoy no vino, se enfermó.

-Qué mal ¿si hay mucho trabajo como dijo el jefe?

-¡Uff! No tienes idea.

-Es genial, siempre quise trabajar en las empresas Malfoy –exclamó sacando pergaminos de una carpeta que tenía en el escritorio.

-Shhh que no te oigan decir eso –dijo James deteniendo su labor para mirarlo.

-¿Por qué? tengo un tío que trabajó veinte años en una de sus empresas, el murió hace años en un accidente pero me decía que había muy buenas prestaciones.

James miró a la puerta y viendo que no venia nadie, comenzó a hablar.

-¿Acaso vives en la luna? ¿Qué no sabes que las empresas Malfoy dejaron de ser Malfoy hace años?

-Bueno sí, eso lo sé pero creía que aun así eran buenos puestos de trabajo.

-¡Já! eso era antes –replicó James sin dejar de hacer cálculos- yo tengo en esta empresa veinticinco años.

-¡Vaya!

-Trabaje con el señor Malfoy desde que heredó otros negocios y levantó esta empresa, de hecho yo era jefe del departamento de contabilidad pero desde que cambiaron de dueño fui relegado al departamento de nóminas.

-¿Cómo era trabajar bajo su dirección?

-Era un maldito negrero –replicó negando con la cabeza mientras mojaba su pluma de gallina de Guinea en un frasco de tinta- había incluso veces en que doblábamos turnos.

-Debió ser muy pesado.

-Por supuesto… como muy buenas las comisiones –añadió sonriéndole de reojo un momento- era muy exigente y estricto con las reglas de trabajo, no se andaba con contemplaciones si alguien faltaba mucho o llegaba tarde y eso que solo venía una vez a la semana pues también se ocupaba de otros negocios, pero aun así esta empresa funcionaba como un reloj recién aceitado bajo su dirección, eras jornadas arduas, pero de igual forma éramos recompensados, se nos pagaba todo conforme a la ley y había premios de puntualidad, productividad, incluso asistencia, bonos y comisiones, por eso aunque acabábamos rendidos, nos esforzábamos por  conseguir esos premios, los fines de años eran cenas espectaculares en donde podíamos traer a nuestras familias… oh si, ese hombre parecía esclavista, pero nos pagaba muy bien, fueron muy buenas épocas… hasta que murió.

-¿Cambió mucho la situación?

-Fue un giro de 180° grados, hubo muchos despidos, solo dejaron a los que teníamos más antigüedad, los premios se suspendieron, la cenas navideñas también, ya no hay bonos ni nada de eso, solo nuestro sueldo, aunado a eso muchos renunciaron por que al haber menos gente había más trabajo y se nos cargaba mas la mano, por eso muchos van y vienen, tu puesto lo han ocupado fácilmente unas seis personas en un año.

-¿En serio?

-Sí.

-¿Y usted ha visto al nuevo jefe? Es decir, al nuevo dueño.

-No, solo viene el director general.

-¿En serio, entonces nunca lo ha visto?

-No.

-Ya veo –respondio desanimado; habría que buscar un modo de obtener más información.

 

______________

 

 

-Oye Draco –dijo Harry cuando estaban en la habitación de Draco  preparando la comida, o más bien era Harry quien la preparaba en tanto Draco miraba videos en su celular recostado en su cama.

-¿Mmm?

-Hace unas noches tuviste un servicio.

-Tengo muchos –respondio sin despegar la vista de la pantalla.

-Sí pero hubo uno… un chico.

-¿Un chico?

-Sí, como de unos veinte años más o menos.

-¿Ajá?

-¿Me estas poniendo atención? –exclamó dejando de freír el huevo con jamón para mirarlo un momento.

-Sí.

-Bueno ¿lo recuerdas?

-¿Hace cuanto? –pregunto dejando unos segundos su celular para hacer memoria.

-La semana pasada, el jueves creo.

-Mmm… Anthony tal vez ¿Qué hay con él?

-Pues… realmente nada pero, bueno…

-Balbuceas –dijo mirando un nuevo video.

-No es cierto, bueno no tanto, pero…

-Lo estás haciendo de nuevo.

-Ok si, solo tenía una pequeña pregunta.

-¿Tenías o tienes?

-Tengo.

-Habla.

-Se supone que tú no besas a tus clientes.

-¿Ajá? –exclamó esperando la pregunta mientras veía un video de Britney Spears.

-No es que yo estuviese espiando pero pasé por ahí cuando tu… bueno, pues cuando tú le dabas un beso a ese tipo.

Harry deseó haberse controlado y no haber soltado nunca aquellas palabras, pero eso estaba comiéndole el cerebro como un maldito parásito y no había podido aguantarse más; por un momento pensó que Draco no lo había escuchado y suspiró aliviado, pero entonces sintió movimiento detrás de él.

-¿Acaso estás celoso?

Harry se volvió encontrando a Draco recargado en la barrita mirándolo fijamente.

-Yo… no, claro que no –respondió sonriente.

-Qué bueno, porque no tendrías porqué.

-Ya lo sé.

-¿En serio?

Harry miró aquellos profundos ojos grises mirarlo con una expresión indescifrable en el rostro y de repente sintió el calor invadiendo su rostro.

-Lo siento –exclamó avergonzado mientras se giraba de nuevo y apagaba la estufa con los huevos fritos ya listos.

-¿Por qué?

-Es tu trabajo y muchas veces te tocan tipos feos, cuando te tocan guapos hay que aprovechar ¿no?... mierda, eso se escuchó mal,  no quise decir eso… yo solo…

-No beso a cualquiera ni aunque estén guapos –dijo sonriendo viéndolo en un apuro- pero él es especial.

-¿Especial?... ¿es retardado acaso? –pregunto tomando un plato y comenzando a poner comida en el.

-No –respondio sin dejar de sonreír- solo me cae bien.

-¿Y besas a los que te caen bien? –preguntó mirándolo plato en mano para luego darse la vuelta y dejarlo en la pequeña alacena que estaba a un lado- lo siento, soy un cretino, no soy quien para cuestionarte estas cosas.

Draco entró a la pequeña cocina para tomarlo de la mano y sacarlo de ahí ya que el espacio era muy reducido para estar los dos.

-Solo es mi trabajo y ellos no significan nada –dijo rodeándole el cuello con los brazos.

Harry le rodeó la cintura y pegó su frente con la de él.

-Lo sé, lo siento, no quise parecer un estúpido.

-Pues fracasaste rotundamente.

Harry comenzó a reír para luego acercar sus labios y besarlo.

 

__________________

 

 

 

Esa noche Harry fue a cenar con Ron para conversar sobre las investigaciones de Percy y mientras Ron preparaba la cena, él miraba de tanto en tanto a la ventana o al monitor, así que cuando un hombre de raza negra se les acercó a Draco y a Bambi saludándolos con familiaridad se quedó atento mirando el monitor preguntándose a cuál de los dos contraría, lo mismo que todo el equipo que siempre vigilaba el menor detalle; sus dudas desaparecieron cuando vio a Draco comenzar a caminar hacia el hotel.

Suspiró suavemente mientras se daba la vuelta para ver a Ron acomodando los platos en el pequeño comedor, pero entonces una voz en su audífono se dejó escuchar haciéndolo detenerse en seco.

-Atención –dijo Marcus- no entraron al hotel, se siguieron de largo.

El y Ron se acercaron raídamente a la ventana viendo que efectivamente no habían entrado al hotel, sino que abordaban un auto que estaba en la otra esquina.

-Los seguiremos –dijo Marcus encendiendo la camioneta que siempre estaba estacionada frente a la Sex Shop.

-¡Espérenme, voy también! –exclamó Harry echando a correr fuera del departamento.

Contrariados, sus compañeros lo esperaron hasta que abordó la camioneta a toda prisa.

-Vamos –exclamó Marcus a Ethan, quien echó a andar la camioneta y comenzaron a seguir el auto.

 

 

________________

 

 

 

-Hacía meses que no venías Jerome –dijo Draco al hombre que conducía un Buick Encore color blanco.

El hombre sonrió mostrando una blanca dentadura que contrastaba con su piel morena; Jerome era un artista visual de mucho éxito de treinta años de edad y a Draco le gustaba que fuera a verlo pues además de ser realmente atractivo, le pagaba muy bien y además siempre lo llevaba a algún antro de la ciudad para luego volver y tener sexo el resto de la noche.

-Estuve en Luxemburgo trabajando en una exposición.

-¿Y cómo te fue?

-Muy bien, como siempre.

-Claro –respondio riendo al ver la actitud presumida del hombre.

-¿Y cómo has estado Koby? Temí ya no encontrarte aquí ¿Por qué no eres como la gente normal y te compras un móvil?

-Ya tengo uno.

-¡Vaya! Pues luego me das tu número para saber en donde andas.

-Claro ¿y a donde vamos?

-Acaban de inaugurar un antro al Sur de la ciudad, me gustaría echarle un ojo.

-Será interesante, hace mucho que no salgo.

-De hecho yo tampoco, he estado ahogado en trabajo pues ya tengo dos exposiciones más en puerta, además Naomi ya está embarazada y me quita los pocos días libres que tengo.

-¡Vaya, pues felicidades! Serás papá.

-Pues sí.

-No te veo muy entusiasmado que digamos.

-Definitivamente no lo esperaba, siempre uso condón, pero ni eso es 100% infalible ¿no?... como sea, cuando el bebé nazca haré una prueba de paternidad sin que ella lo sepa, por ahora prefiero no armar drama y aceptarlo, si después resulta que si es mi hijo, me habré evitado una terrible discusión.

-¿Pero no te hace ilusión tener un hijo?

-Realmente no, yo no soy de hijos, pero sí lo es pues, intentaré ser el mejor padre, aunque Naomi también sabe que no soy de matrimonio convencional, me gusta mi libertad… sabe mis gustos –añadió dándole una mirada de reojo.

-Sí acepta eso desde un inicio, entonces no tiene excusa para quejarse después.

-Exacto… oh Koby, de todos con los que estuve desde la última vez que nos vimos, a ti te extrañé más.

-No lo dudo, soy único –respondio alzándose de hombros.

-Deseo montarte duro –añadió sonriendo sin dejar de ver el camino.

Draco ya no dijo nada, sabía cómo cogía Jerome, sin embargo su pierna ya no era la misma de la última vez y se preguntó si podría aguantar toda la noche.

Al cabo de media hora más llegaron a una zona llena de vida nocturna, Jerome entró al estacionamiento de un antro y salieron rumbo a la entrada.

-¡Vaya, sí que es bonito! –dijo Draco cuando entraron.

-La música es buena –respondio Jerome mientras los conducían a una mesa en un rincón.

Pronto se encontraron bebiendo y riendo, con Jerome moviéndose al ritmo de la música en medio de la pista con algunas chicas que emocionadas se movían sensualmente pensando que habían conquistado  a aquel atractivo chico negro que les sonreía coqueto; sin embargo él no invitaba a nadie a su mesa a pesar de que varias chicas le habían ofrecido acompañarlo e incluso invitado a  su propia mesa.

Y siempre era así, Draco lo miraba bailar desde la mesa pues él no podía hacerlo, sin embargo sabía muy bien lo que le gustaba a Jerome cuando estaban en algún antro, así que cuando el artista visual regresó a su lugar acalorado, le ofreció una bebida y un tremendo besó que le llegó hasta las amígdalas.

Jerome le tomó de la nuca mientras respondía el beso sintiendo al mismo tiempo la mano de Draco tocar su miembro debajo de la mesa.

-Mmm si…

-¿Algo más señor? –pregunto un mesero acercándoseles.

-Más hielo.

-En seguida.

Cuando Jerome comenzó a picotear el platito de aceitunas  y en lo que el mesero regresaba, la habilidosa mano de Draco le abrió el pantalón y le sacó el pene.

-¿Le preparo su bebida? –pregunto el mesero cuando regreso.

-Claro.

Ambos hombres sonreían hombro con hombro al ritmo de la música con la mayor naturalidad del mundo, nadie se daba cuenta que bajo la mesa, Draco le estaba masturbando; cuando el mesero se fue y habiendo ya más gente que llenaba el lugar, en medio de luces parpadeantes y el estruendo de la música, Draco se agachó y comenzó a mamársela haciéndolo gemir y jadear mientras le revolvía el cabello, realmente nadie les prestaba atención o al menos eso creían ellos.

Estuvieron ahí hasta las dos de la madrugada, entonces ya con algunas copas encima, decidieron regresar al hotel.

-Gracias amigo –dijo Jerome cuando a punto de entrar, Conall le entregó un paquetito recibiendo a cambio dinero.

-Enseguida les subo su bebida.

Ya en la habitación, Jerome se quitó la chaqueta y la aventó a una silla, entró al baño y salió después de unos minutos, justo cuando tocaban a la puerta.

-Toma –dijo Conall entregándole a Draco una botella de whisky y una hielera.

Cuando cerró la puerta, procedió a preparar un par de bebidas en lo que Jerome se quitaba la ropa hasta quedarse en calzoncillos.

Luego de darle su bebida, Draco hizo lo mismo en tanto Jerome abría el paquetito que Conall le había dado sacando cigarrillos de cannabis; encendió uno y se lo pasó a Draco para después encender otro en tanto cortaba el polvo blanco que también había sacado del paquetito.

Draco le dio una profunda calada a su cigarrillo mientras abría la ventana.

-Cojeas más –dijo Jerome viéndolo desde la cama.

-¿Supone algún problema para ti? –respondio acercándose a la cama y tocándole una pierna con la mano para irla subiendo hasta llegar a su miembro.

-¿Crees aguantarme el ritmo? –pregunto a su vez sonriendo al tiempo que le daba una calada a su cigarrillo y luego aspiraba el polvillo blanco por la nariz a través de un billete enrollado.

-Claro que si papi, ya me conoces.

Pronto se encontró acostado en la cama con Draco chupándosela.

-Sí Koby, así…

Y tampoco pasó mucho tiempo antes de que le quitara los calzoncillos a Draco y comenzara a penetrarlo.

-¡Ah!... mmm… si papi, así… -gemía Draco acostado de espaldas con Jerome entre sus piernas abiertas- más duro, dame más duro…

 

_____________

 

 

 

Visto desde una pantalla parecía el típico video gay del hombre negro y chico blanco, pero Harry no estaba para apreciar esos detalles, por lo que de repente los vidrios de las ventanas de la base arriba de la Sex Shop estallaron de repente.

-¡Harry tranquilízate! –Exclamó Ron alarmado sacando su varita para restaurar las ventanas- ¡Dañarás el equipo!

-Me vale una mierda el equipo –respondio mientras se dirigía a la otra habitación  cerrando de un portazo.

 

_________________

 

 

A las 6:00 am Jerome finalmente salió del hotel dándole una propina extra a Conall cuando se lo encontró a la salida.

-Gracias jefe.

Draco ni siquiera se levantó a hacer el acostumbrado aseo, durmió en las mismas sábanas en las que había cogido con Jerome hasta muy entrada la mañana.

-Koby aun no despierta –dijo Harry a Bambi mientras regresaban de comprar unas donas- ya es medio día.

-Ayer estuvo con Jerome, no es raro, así que no te preocupes.

De hecho no estaba preocupado, ya sabía que Draco estaba bien, lo que deseaba era hablar del tipo aquel con Bambi.

-Solo tuvo dos clientes antes que él y después se quedó con ese toda la noche.

-¿Contabilizas sus clientes, Archie? –pregunto mirándolo sonriente.

-No, claro que no, es que andaba por al pasillo cuando paso las dos primeras veces y luego ya no lo vi.

-Jerome es un muy bien cliente, Koby acaba muy cansado y además con resaca.

-El no acostumbra tomar con clientes.

-Es que Jerome no es cualquier cliente.

-Claro.

-No es sencillo para nosotros ¿sabes? –exclamó ella sin detenerse pero con un tono un poco más serio aunque su gesto intentara aparentar lo contrario- nos tocan tipos horribles, viejos, con mal aliento y actitud terrible, pero también nos tocan tipos encantadores como Jerome… no es seguido pero puede suceder y sin embargo el trato es igual, dinero por sexo; no dudo que Koby disfrute salir a un buen antro, sin embargo si él pudiera elegir entre darle sexo a un tipo como Jerome  o quedarse a ver películas aburridas contigo, seguro elegiría lo segundo.

-Yo… bueno, no…

-¿Que si disfrutamos que nos toque un cliente atractivo, joven, amable y con dinero? Por supuesto Archie ¿en qué mundo crees que vivimos? Si todos los clientes fueran como Jerome, la prostitución no sería buen negocio, por lo tanto tenemos que atender a los feos que no pueden conseguir sexo de la manera convencional, discúlpanos por atender bien a los clientes como Jerome.

-Ok, ya entendí, ya entendí –respondió llegando al hotel.

-Yo alenté a Koby a darte una oportunidad –dijo ella antes de entrar- así que no te atrevas a reclamarle algo y hacerme pensar que me equivoqué contigo.

-Te dije que ya entendí.

-Eso espero –concluyó dándose la vuelta y entrando al edificio sin esperarlo.

Exhaló un profundo suspiro mientras se quedaba de pie viéndola desaparecer escaleras arriba.

 

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Cuando despertó, sintió los efectos de la resaca lamentándose haber bebido y fumado como si no hubiera un mañana, se levantó viendo que ya era la una de la tarde.

-¿Puedo pasar? –pregunto Harry poco después.

-Pasa.

-Te ves horrible –dijo al verlo sentado en la cama como si estuviera cargando el mundo.

-Y así me siento.

-Lo imaginé, por eso te traje esto.

Draco vio el frasquito que le tendió y lo tomó leyendo la etiqueta.

-¡Poción para resaca! Bendito seas Archie –respondió quitando el tapón y bebiendo un largo trago.

-Báñate en lo que cambio la ropa de cama.

-No es necesario, gracias.

-Anda, tuviste una noche agitada, cuando salgas de bañarte te sentirás mejor.

Koby lo miro sonriendo y terminó por aceptar, así que se levantó y tomando lo necesario se dirigió al baño; Harry en tanto sacó ropa de cama limpia y la cambió y ordenó el cuarto desapareciendo con su varita el olor a cannabis impregnado en todo, desapareciendo botellas vacías y demás desastre, incluidos los cinco condones usados que miró conteniendo un bufido; cuando Draco salió miró maravillado la habitación.

-Gracias.

-Por nada caramelito, cámbiate y salgamos a comer.

 

________________

 

 

-Archie me preguntó sobre Jerome –dijo Bambi  esa noche, bajo la luz del farol.

-¿Ah sí? ¿Y qué te dijo?

-Decirme algo sobre él realmente no, más bien deseaba hablar sobre eso; el porqué te quedaste más tiempo con él, cosas así.

-¿Y qué le dijiste?

-Hice que le remordiera la consciencia, le dije que la mayoría de nuestros clientes son viejos y feos, que uno guapo y con dinero se debe tratar bien, que si pudieras elegir seguro lo elegirías a él.

-Qué bien, es mejor que no sepa que sí me corro con él cuando cogemos, que huele delicioso y que no me importa dormir en las sábanas que llena de sudor mientras tenemos sexo toda la noche.

Bambi miró sonriendo a Koby, quien dándole una calada a su cigarrillo también sonrió.

-Eres una perra –dijo ella quitándole el cigarrillo para darle una fumada.

-A veces, aunque si, en algo tienes razón… si pudiera escoger, preferiría estar con él que vendiendo las nalgas.

 

 

_______________

 

 

La tarde del domingo fueron a volar al descampado en donde jugaron un poco de Quidditch, luego comieron unos sándwiches que habían llevado junto con unas sodas y por último se recostaron bajo un árbol para ver el atardecer; la tarde era cálida y tranquila, con una paz que hacía mucho Draco no sentía.

-Te quiero ¿sabes? –Dijo Harry recostado en las piernas de Draco mientras éste le acariciaba el cabello- cada día te estoy queriendo más y más.

Draco sonrió sin contestar, no le apetecía hablar, solo quería disfrutar aquella paz que no era tan común en su ajetreada vida, pero al cabo de unos minutos de apacible silencio dijo:

-Creo que estoy listo.

-¿Listo? –musitó mas dormido que despierto.

-Sí, creo que ya estoy listo para volver a Malfoy Manor.

 

 

 

 

 

Notas finales:

¡Hasta la otra semana!! ^^


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