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Malfoy Manor por Orseth

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El aroma a café y tocino frito le hicieron abrir los ojos y encontrarse con Archie cocinando.

-¿Qué hora es?

Harry apagó la cafetera y respondió:

-Son las ocho.

Cuando intentó desperezarse, el cuerpo le dolió como si le hubieran dado una tunda la noche anterior.

-Oh pero sí me la dieron –pensó sentándose y recargándose en la cabecera- me duele el hombro y el brazo…. Bueno, toda mi bella humanidad.

-Bambi ya vino dos veces a ver como estabas –dijo sentándose junto a él dándole una taza de café.

Draco la agarró agradecido, pero al intentar beberla toda la cara le dolió.

-Au…

-Mira, tengo poción curativa –le mostró un frasquito- abre la boca y te aplicaré un par de gotas y te sentirás  mucho mejor, ayer no tenía, hoy me fui muy temprano a conseguirla.

-¿En serio? –Exclamó gratamente sorprendido- hace como mil años que no tomo ninguna poción, casi no voy al mundo mágico más que para guardar mis ahorros en Gringotts.

Abrió la boca y Harry dejó caer algunas gotitas de un fuerte sabor amargo que lo hizo hacer gestos.

-¡Sabe horrible!

-Dicen que mientras más horrible sepa, más efectiva es.

-¿Y quién diablos dijo eso? ¡Agh!

-Toma café para que se te pase el sabor, no seas quejumbroso.

Draco tomó unos sorbos de café sintiendo a los pocos minutos el efecto de la poción.

-Pásame el espejo… Oh sí, mucho  mejor –exclamó cuando Harry se lo pasó y miró que los moretones de su cara habían desaparecido, acto seguido se levantó la camisa del pijama y miró sus caderas para constatar que las marcas de los dedos de Lucas ya no estaban- ¿cómo viví sin pociones tanto tiempo? –añadió estirándose al fin sin sentir dolor.

-No te levantes, te traeré el desayuno aquí.

-No es necesario.

-Déjate consentir caramba, eres más arisco que una cobra.

Draco comenzó a reír y antes de que pudiera decir algo, la puerta se abrió.

-¡Oh Koby ya despertaste! –exclamó Bambi entrando de inmediato y abrazándolo.

-Estoy bien muñeca, no creas que tendrás todos los clientes para ti.

-Pues al menos esta noche si, Birdie mencionó que no saldrías a trabajar hoy ¿cómo te sientes, cariño? –preguntó acariciándole una mejilla.

-Mejor, Archie me dio unos analgésicos muy buenos.

-Gracias por cuidarlo –dijo volviéndose a Archie- yo lo hubiera hecho pero Birdie no me dejó salir de la fiesta.

-¿A qué hora terminaron? –preguntó Harry.

-A las seis de la mañana… por cierto, Lucas llamó a los otros dos chicos y salieron mejor librados que tú.

-Por suerte.

-Oh cariño, cuando saliste con el rostro cubierto de sangre y tu ropa rasgada temí lo peor, le pedí a Birdie que me dejara ir contigo y no quiso el muy bastardo.

-No había necesidad, estoy bien, tranquila.

-¿Desayunas con nosotros?

-Me encantaría, ya quisiera yo que alguien me llevara el desayuno a la cama.

-Trato especial para mi chico especial –dijo Harry haciendo que Draco rodara los ojos ante la risa encantada de ella.

 

________________

 

 

Un par de horas después y ya con Draco cambiado, tocaron de nuevo a la puerta.

-¿Quién? –pregunto antes de abrir.

-Soy yo.

Los chicos se miraron entre sí reconociendo la voz de Birdie.

-Voy a aplicarte un hechizo que simule las mismas marcas que te dejó el bastardo ese, no es conveniente que vea que ya estas recuperado –dijo Harry sacando su varita y aplicándole un encantamiento- mucho mejor –dijo al ver su rostro amoratado como estaba antes de tomar la poción.

Draco abrió la puerta encontrándose con el proxeneta que lo miró sin un ápice de culpa en el rostro, sino más bien con la contrariedad de quien la han arruinado una mercancía muy valiosa.

-Hijo de puta, le dije que en el rostro no -Draco no dijo nada, solo se cruzó de brazos mirándolo- bueno como sea, toma -Draco recibió un sobre bastante grueso, sobre que guardo en un cajón sin decir palabra- tómate la noche libre, ya tomé lo de la cuota de hoy.

-Eso no es tomarse la noche libre, eso es cobrarse a lo chino –dijo Harry.

-¿Tú no tienes algún excusado que destapar?

-No, todo está en orden.

Rodando los ojos Birdie dio la vuelta y salió de ahí.

-Bastardo –masculló Draco sentándose.

-Oye Draco, por cierto, quería hablarte de algo.

-¿Que cosa?

-¿Te parece bien que sea este miércoles cuando vayamos a Malfoy Manor? -Draco lo miró sorprendido, a lo que Harry continuó hablando- es mejor cuando no planeamos tanto las cosas, puedes terminar un poco antes de trabajar para que puedas dormir un poco más y nos vamos un poquito temprano.

-Pues… no se…

-Piénsalo y me dices ¿va?

-Ok.

Media hora después volvieron a tocar  a la puerta, esta vez era Conall con un par de cajas de tienda de ropa.

-¿Qué es esto? –pregunto Draco viéndolo poner las cajas en la cama.

-Te lo manda tu novio, pero el adinerado, no el pobre que tienes a un lado.

Harry solo alzó una ceja en respuesta mientras Conall  reía de su propio chiste y salía de ahí.

-Veamos… -dijo Draco abriendo una caja y sacando una cazadora de piel negra- Vaya… no está nada mal, veamos que hay en la otra.

De la otra caja sacó un pantalón de mezclilla de diseñador y silbando se lo probó acercándolo a su cuerpo.

-¿Vas a aceptarlo? –dijo Harry sonriendo incrédulo.

-¿Y qué quieres que haga, que se los regrese?

-Pues eso diría yo… digo, después de lo que te hizo.

-Precisamente después de lo que hizo, esto es lo menos  que merezco, así que quita esa cara de hombre digno y desaparece las cajas con tu varita… sin la ropa por supuesto.

Harry lo vio colgar la ropa en ganchos y comprendiendo que no valía la pena discutir por eso, hizo lo que Draco le pidió con las cajas.

 

_______________

 

 

-Ron, de verdad no puedo –dijo Percy sentado en el sofá de su departamento.

-Percy solo será hasta el miércoles y después todo habrá terminado.

-Solo pedí dos semanas, el lunes tengo que presentarme a trabajar.

-Pero esto es muy importante.

-Lo sé, lo sé… -dijo levantándose impaciente- lo peor es que lo sé y aunque te dije que no, a estas alturas sé que no puedo negarme.

-Gracias hermano, tu ayuda ha sido muy valiosa.

-Y ya que voy a regresar a ese lugar… -dijo sentándose de nuevo, pero esta vez en la orilla del sofá y hablando con cierta emoción en la voz- podría investigar más sobre ese tal Thomas Wilson.

-¿Y cómo harías eso? –pregunto Ron sonriendo sin poder evitarlo al ver a su hermano muy metido en su papel de investigador y que realmente no le había rogado mucho.

-Cuando entró a la oficina del gerente general, éste ya no dio autorización para que lo hiciera, lo que significa que ya hay una conexión directa.

-Por lo que seguramente también hay una a la casa del medimago –completo Ron entendiendo el punto.

-Sí… ¿Qué tal si entró a su casa a investigar?

Aunque la idea era excelente, la preocupación invadió el estómago de Ron.

-Sería genial Percy pero es muy peligroso.

-¿Y crees que no lo sé?

-Sé que sabes la gravedad de todo esto, pero…

-Y yo sé que te preocupas por mí, pero a estas alturas no puedes pedirme que si voy a regresar a ese lugar, será solo para estar en un escritorio trabajando.

Ron exhalo un suspiro sabiendo que Percy hablaba con justa razón y aunque tenía miedo por su hermano, también sabía que había mucho en juego y Percy había demostrado que podía hacer más que estar sentado firmando papeles.

-De acuerdo, te colarás a la oficina del gerente y entrarás a la casa del medimago, pero debes ir listo para el ataque pues no sabemos con quien te puedes encontrar al salir.

-Sí, es verdad –respondio ya no tan animado al pensar en una posibilidad de enfrentamiento- ¿Qué debo hacer?

-Entraras con un desilusionador encima, para que cuando salgas no seas percibido con la claridad de un tiro al blanco.

-Bien.

-Y justo cuando pongas un pie fuera hazte a un lado y agáchate.

-Entiendo, entiendo.

-Solo unos días más hermano y todo habrá acabado.

-Eso espero Ron… por Merlín, no imagino como vives esto todos los días.

-No es todos los días –respondio Ron riendo- solo de vez en diario.

 

 

________________

 

 

El día domingo Harry  acompaño a Draco al banco muggle para que cambiara dinero por monedas conmemorativas de oro, después fueron a Gringotts a depositarlas pues el dinero muggle no tenía valor ahí y al regresar a casa, se la pasó ayudándolo a limpiar su habitación y a lavar la ropa de vestir y de cama para que al día siguiente pudiera irse sin pendientes al estudio de tatuajes.

-Gracias –dijo guardando la ultima sabana en un cajón- me has ayudado bastante.

-No hay de qué caramelito, por cierto ¿pedimos pizza?

-Claro e invitemos a Bambi.

-Bien.

El resto de la tarde los tres la  pasaron en el departamento de Draco comiendo chucherías y viendo películas.

El día lunes llegó y Harry acompañó a Draco hasta el estudio dejándolo en la puerta.

-Vengo por ti en la noche ¿vale? –dijo dándole un beso de despedida.

-Bien.

 

______________

 

 

Lunes

 

Antes de salir de su departamento, Percy se aplicó un hechizo que le hacía parecer enfermo y yendo en contra de todos sus fuertes principios laborales, se presentó en el Ministerio.

-Señor Ministro –dijo frente a su jefe- le agradezco estas dos semanas de licencia, me sirvieron de mucho para cuidar a mi madre, ya está mucho mejor.

-Todo lo contrario a ti por lo que puedo ver –respondio el Ministro Hughes al ver sus ojos rojos y llorosos y su nariz húmeda.

-Sí pero eso no es un impedimento para que cumpla mi labor, un Weasley nunca falla a sus obligaciones –dijo antes de tener un fuerte acceso de tos.

-Percy ¿seguro estas bien?

-Por supuesto señor Ministro, listo para cumplir mis responsabilidades, dos semanas fuera fue mucho tiempo.

Evan Hughes cerró los ojos ante el fuerte sonido que hizo el pelirrojo al sonar su nariz.

-Percy aunque eres mi mano derecha, no creas que el Ministerio se caerá si no estás aquí.

-¿Por qué lo dice?

-Tómate un par de días más.

-No los necesito señor.

-Yo diría que sí.

-¿Tan mal me veo?

-Francamente si muchacho y como no quiero que te me desmayes sobre el escritorio, regresa a casa y descansa.

-No quiero parecer un irresponsable señor.

-Todos tenemos derecho a enfermarnos Percy, además no es como si te hubieras enfermado a propósito.

-Por Merlín, ojala así fuera para quitarme yo mismo el malestar –respondio sonriendo.

-Anda, ve a descansar y regresa cuando te sientas mejor, tu lugar estará esperándote, eres un asistente muy eficiente como para cambiarte por otro.

-Gracias señor Ministro, le agradezco su amabilidad.

-Nos vemos luego muchacho.

-Hasta luego señor.

Ya a solas en el elevador, se quitó el hechizo y se encaminó a su “otro empleo”

 

_______________

 

 

Cuando Percy salió, a los pocos minutos el Ministro mandó llamar al jefe de aurores.

-Buenos días señor Ministro.

-Buenos días jefe Walsh ¿cómo esta?

-Bien, gracias ¿en qué puedo ayudarle?

-Realmente en nada, es usted un imbécil.

-¿Cómo dice? –respondio frunciendo el ceño.

-Imperius… -susurró Evan Hughes apuntándole con su varita por debajo del escritorio- ahora que si ajustamos un poco las cosas puede servirme de algo -Angus Walsh tragó en seco sin poder decir una palabra, todavía aturdido por haber recibido semejante hechizo- va a ir a su oficina y mandará llamar a alguno de los aurores que están vigilando a Draco Malfoy, le aplicará un Imperius también y le ordenará enviarme con discreción absolutamente todo lo que sepan y lo que estén planeando, sé que suspendieron la entrada a Malfoy Manor este domingo por algo, no soy estúpido ¿entendió jefe Walsh? -Angus Walsh asintió en silencio- Bien, se comportará con absoluta normalidad, ahora lárguese y cumpla lo que le ordené.

 

______________

 

 

Cuando el jefe Walsh llegó a su oficina, lo que hizo primero fue llamar a Noah, quien no tardó en llegar al cuartel de aurores.

-¿Me mandó llamar señor? 

-Sí Noah, siéntate.

-¿Sucede algo? –pregunto el auror cuando se hubo sentado.

-Imperius.

 

 

_______________

 

 

-¿Para qué te quería el jefe? –pregunto Ron en cuanto Noah regresó.

-Para pedirme informes, pero no le dije nada.

-Bien.

 

_________________

 

 

-¿Sabes? –Dijo Robbie a Draco mientras éste limpiaba su área después de haber tatuado a una chica en una pierna- últimamente te veo muy contento.

-¿Ah sí?

-Sí.

-Bueno ¿Por qué no habría de estarlo? Finalmente me diste la oportunidad –respondio aplicando desinfectante a su camilla.

-No es solo por eso.

-¿Ah no? ¿Y entonces por qué más?

-Hazte el bobo… traes la sonrisa a flor de labios por Archie.

-Claro que no –dijo riendo.

-Claro que sí.

-Mentira, yo sigo siendo un amargado a mucho orgullo.

Robbie comenzó a reír para finalmente tranquilizarse y decir:

-Cómo sea me da gusto, ya merecías a alguien en tu vida.

-Bueno no es como si fuese mi prometido ni nada de eso –replico rodando los ojos pero sin dejar de sonreír.

-No importa el nombre que reciba esa relación, es suficiente que te arranque esa sonrisa.

Draco ya no dijo nada, solo sonrió mientras terminaba de limpiar.

A las siete de la noche se despidió de todos y salió encontrándose en la esquina a Harry, quien le sonrió al verlo.

-Hola ¿cómo te fue? –pregunto dándole un beso.

-Bien.

-¿Tuviste muchas víctimas? –preguntó Harry pasándole un brazo por la espalda y comenzando a caminar.

-Las suficientes para calmar mi sed de sangre.

Hicieron el recorrido de regreso en medio de una charla tranquila, en cuanto llegaron Harry lo dejó en su habitación para que Draco se preparara para salir a trabajar.

 

Martes

 

 

Draco abrió los ojos y vio que el reloj marcaba medio día, se estiró y botó las mantas con los pies para nuevamente quedarse dormido.

-Buen día caramelito –saludó Harry entrando en ese momento.

-Mmm…

-Ya es medio día ¿no te piensas levantar?

-Entré a las siete de la mañana… no me jodas… -respondio entre bostezos y sin siquiera abrir los ojos.

-Sí, es verdad ¿te parece que te despierte dentro de un par de horas?

-Me despertaré a la hora que yo quiera, largo.

-Ok, ok, dulces sueños caramelito.

Fue hasta las dos de la tarde que Draco se levantó y se preparó para salir ante la extrañeza de Harry.

-¿Vas a salir?

-Sí –respondio mientras se aplicaba mousse en el cabello para mantener su apariencia húmeda.

-¿Y a donde? –preguntó intentando no parecer demasiado ansioso mientras se sentaba en la cama a mirarlo peinarse.

-A ver a una clienta.

-¿Clienta? ¿Hablas de una mujer?

-Ajá, pásame mi cinturón.

-¿Tendrás sexo con ella? –preguntó mientras se lo pasaba.

-No iré a tomar el té, eso te lo aseguro.

-No sabía que ibas a salir a trabajar.

-No tienes porqué, no eres mi secretario.

-Claro –dijo sonriendo.

Draco lo miró a través del espejo y aunque Harry sonreía mientras jugueteaba con la manga de su chaqueta, su expresión era muy evidente.

-¿Qué pasa? –Pregunto dándose la vuelta para mirarlo directamente- mi trabajo nunca te ha ocasionado problemas ¿o sí?

-No, para nada, así te conocí.

-¿Entonces, porqué esa cara?

-No sabía que atendías mujeres.

-Sí me pagan me acuesto hasta con una avestruz pero no creo que ese sea el problema –concluyó poniéndose la cazadora nueva de piel que Lucas le había obsequiado.

-No, tienes razón, es que…

-¿Qué? habla ya que se me hace tarde.

-Yo hice algo.

-¿Qué cosa?

-Quería que tuviéramos la tarde libre.

-Aunque no tuviera a esta cliente, de todos modos tendría que trabajar.

Harry vio que Draco ya estaba listo para salir y miró su imagen, todo él era encantador y sexy, no le sorprendía que fuese muy solicitado.

-Le pagué a Birdie tu cuota de esta noche para que no salieras a trabajar.

-¿Qué? –pregunto frunciendo el ceño.

-Qué yo le…

-Te entendí la primera vez, lo que quiero saber es por qué hiciste eso.

-Es que… -respondio titubeante sintiéndose intimidado- quería que pasáramos  toda la tarde juntos sin que tuvieras que mirar el reloj a cada rato por tener que regresar a trabajar, como cada que haces cuando salimos.

-¿Estás diciendo que pagaste por mi?

Harry lo miró y de repente sintió que su acción había sido un soberano error, por lo que solo pudo alzarse ligeramente de hombros mientras sonreía débilmente y agachaba la cabeza.

-Lo siento, no quise ofenderte.

-No seas bruto, no era necesario.

Harry alzó el rostro y miró a Draco sonriendo.

-¿No estás enfadado?

-Claro que no, pero no tenías que hacer eso, yo puedo pagar mi cuota y no salir a trabajar, solo me hubieras dicho tus planes.

Harry sonrió sintiendo que le regresaba el alma al cuerpo.

-Pero aun así vas a salir.

-Claro, ya quedé con ella, además solo tardaré un par de horas.

-¿Un par de horas?

-Sí, me paga una hora entera y luego me invita a comer… bueno, me voy, regreso más tarde –concluyó dándole un beso en los labios y saliendo de ahí dejando una estela de delicioso aroma invadiendo el cuarto.

Un par de aurores se encargaron de seguirlo y constatar que realmente estuviera con una cliente, lo cual fue cierto y siendo casi las cinco de la tarde finalmente regresó.

-¿Qué tal te fue? –pregunto Harry cuando entró.

-¿No tienes casa o qué? –respondio riendo al verlo acostado en su cama viendo la televisión.

-No ¿me adoptas?

-Claro, necesito un elfo domestico –respondio dejando sus llaves en su tocador y quitándose la cazadora.

-¿Estás cansado?

-No ¿Por qué?

-Para decirte que ni te la quites, vamos a salir.

-¿A hacer qué?

-¿No recuerdas que hoy no vas a salir a trabajar?

-No lo he olvidado, pero no sabía que querías que saliéramos.

-Pues no pague una cuota completa de Birdie para quedarnos aquí encerrados.

-¿Y a dónde iremos?

Harry se levantó con una sonrisa y tomándole la mano se dirigió a la puerta.

-¿Ya nos vamos? –pregunto alcanzando a tomar su chaqueta de nuevo.

-Mientras más pronto mejor, aprovechemos el resto de la tarde.

Harry había rentado una cabaña en medio de una zona verde, propicia para acampar, con una alberca acondicionada y atendidos por elfos domésticos, aunque eso solo era para llevarles comida pues el trato había sido con empleados obviamente; había logrado que los aurores solo los vigilaran por fuera pues deseaba que esos momentos con Draco fueran especiales sabiendo que serían los últimos que pasaría con él.

-¿Te gusta? –pregunto entrando a la cabaña.

-Es muy rústica ¿no?

-Es una cabaña –contesto rodando los ojos.

-Pues sí, me gusta.

Harry sonrió complacido al verlo entrar y mirar todo con agrado.

-¿Desde cuándo planeaste esto?

-Hace unos días, me apetecía estar contigo sin prisas ni mirando el reloj, realmente tu vida es complicada.

-Cómo la de todos los que tenemos que trabajar para tener dinero –respondio quitándose la cazadora sintiendo con agrado el calor que desprendía la chimenea encendida.

-¿Gustas vino?

Draco lo vio destapar una botella que había en una hielera y comenzar a servirlo en copas.

-Pensaste en todo ¿no?

-Lo intenté, después de todo eres Draco Malfoy y estabas acostumbrado a cosas y servicios de muy buena calidad, temo que este vino te decepcione.

-Bueno Archie, tampoco es como que haya catado muchos vinos siendo menor de edad –respondio recibiendo la copa- aunque si, íbamos de vacaciones y nos instalábamos en hoteles de cinco estrellas, incluso una vez fuimos a Dubái y nos hospedamos en el hotel Burj Al Arab, el único hotel con siete estrellas en el mundo, pero bueno no quiero presumir pues esos tiempos terminaron y me he instalado en hoteles cinco chinches.

-¿Cinco chinches?

-Sí, es lo mismo que las estrellas pero a la inversa.

Harry comenzó a reír de buena gana y luego alzo su copa.

-Por nosotros –dijo mirándolo a los ojos- para que algún día repitamos esta experiencia.

Tomaron un sorbo y luego Harry se le acercó para besarlo, fue un beso profundo en donde movían sus bocas y lenguas de forma pasional encendiendo sus sentidos.

-Bueno… -exclamó Harry separándose aun con la firme intención de no tener sexo con Draco- ¿Te parece si nadamos?

-No vine preparado para eso.

-¿Y desde cuando se tiene que estar muy equipado para nadar?

-Tienes razón, podemos hacerlo desnudos –respondio dirigiéndose a la puerta de cristal trasera a donde estaba la alberca.

Harry se quedó de pie copa en mano torciendo la boca pues esa idea de Draco no ayudaba para nada a su firme propósito.

-¡Es precioso! –exclamó Draco cuando vio el bosque que rodeaba la pequeña piscina en donde se veía el tenue vapor flotar por encima del agua.

-Y está protegido de ojos curiosos.

-Es genial ¿vamos? –respondio entrando de nuevo para quitarse la ropa.

En cuestión de minutos se hallaron vestidos con una bata de baño y pantuflas a orilla de la alberca; Harry estaba nervioso pues tener a Draco desnudo a su lado no era cualquier cosa.

Lo vio quitarse la bata como si nada y meter un  pie al agua.

-Esta tibia –dijo sonriendo- ¿no te vas a quitar la bata?

-Eee… sí, claro.

-¿Te da pena?

-Por supuesto que no –respondio deshaciendo el nudo.

Draco en realidad estaba habituado a mostrar su desnudez, el pudor que alguna vez tuvo ya no estaba en lo absoluto aunado a saber que su cuerpo era hermoso, era delgado pero firme, se sabía esbelto y lo mostraba orgulloso.

Harry lo vio entrar a la alberca por completo y comenzar a bracear, así que sin más remedio hizo lo mismo.

Pronto se vieron envueltos en juegos y zambullidas, Draco riendo y disfrutando como hacía mucho no lo hacía y Harry se sentía feliz de saber que él estaba regalándole esos momentos alegres, pero esa felicidad se opacaba instantáneamente al recordar que al día siguiente todo eso habría terminado.

-Pero también será la oportunidad de ser sincero –pensó con una pequeña esperanza- de decirle que quien lo ama no es Archie Allen, sino Harry Potter.

Decidió hacer su mayor esfuerzo por disfrutar esos momentos, de olvidar lo que tendría que hacer al día siguiente aunque realmente no fuera nada fácil.

-Hacía años que no nadaba –dijo Draco acercándosele- gracias.

-No hay de qué caramelito.

Sus cuerpos se juntaron y Harry le rodeo la cintura mientras Draco le pasaba los brazos por el cuello, se besaron sintiendo la mutua desnudez mientras sus piernas y sexos se frotaban al intentar mantenerse a flote.

Draco comenzó a besarle la mejilla y luego el cuello, después le mordisqueó la oreja haciendo a Harry gemir.

-No hagas eso.

-¿Por qué no?

-Lo vas a despertar.

Draco sonrió con malicia y bajó su mano para tomarle el pene.

-Oh…

Draco comenzó a masturbarlo sintiendo crecer en su mano el miembro de Harry.

-Tranquilo, tu solo déjalo ir.

Harry recargo su frente en el hombro de Draco y dejó que esa gloriosa mano continuara con lo suyo hasta hacerlo venirse con un fuerte gemido.

-Después de esto propongo que salgamos del agua –dijo con la respiración aun entrecortada.

-¿Por qué? solo es semen –respondió Draco volviendo a poner sus brazos sobre el cuello y besándolo.

Se acariciaron un rato mas volviendo luego a sus juegos acuáticos y después de un buen rato  salieron.

-¿Y qué sigue ahora?

-Traje una película, sé que gusta mucho Tom Hiddleston –respondio Harry mientras se secaba el cabello con una toalla- y me habías dicho que te quedaste con las ganas de ver “La cumbre escarlata”

Draco sonrió al ver los detalles que Harry recordaba, por lo que quitándole la toalla lo aventó en la cama de la habitación.

-Pensaste en todo ¿eh?

-Bueno, lo intenté –respondio sintiendo el sexo de Draco frotarse con el suyo por encima de la bata.

Y antes de que las cosas fueran más allá, lo hizo gentilmente a un lado y salió de la habitación diciendo:

-Pediré alguna botana para ver la película y luego la cena.

-De acuerdo

Y así, vestidos solamente con bata, se encontraron arrellanados en el sofá frente a la televisión viendo la película comiendo fruta en trozos y vino blanco espumoso.

-¡Estuvo fantástica! –exclamó Draco cuando los créditos comenzaron a salir en la pantalla.

-Sí, esa hermana era una perra, que bueno que se murió… creo que me llené con la fruta, ya no quiero cenar –dijo apagando el televisor.

-Yo tampoco tengo hambre, aunque si tengo ganas de otra cosa.

Acto seguido se le encimó a horcajadas a Harry y comenzó a besarlo de forma tranquila, disfrutando un beso mientras se apoyaba en los hombros del auror.

-Mmm…. –Harry le puso las manos en la cintura disfrutado ese beso, disfrutando tener ese cuerpo hermoso encima de él, se separaron unos instantes pegando sus frentes, vio sus ojos grises mirarlo fijo y entonces se decidió… no podía resistir más y aunque el día de mañana llegaría la resaca moral, en ese momento solo deseaba hacerle el amor al hombre que amaba con todas sus fuerzas; así que mandando su sentido común a volar le rodeó la cintura y lo atrajo hacia sí sacándole el aire.

-¡Uff!

-Lo siento, quiero estrecharte con fuerzas para que sientas cuanto te amo.

-Te aseguro que ya lo sentía sin que me abrazaras tan fuerte –respondio Draco moviendo la pelvis sintiendo el pene ya endurecido de Harry.

-No es solo sexo, también es amor… yo no solo deseo tener sexo contigo, yo deseo hacerte el amor.

Draco miró aquellos profundos ojos color miel y sonriendo lo besó de nuevo; Harry entonces hizo fuerzas y tomándolo de la cintura lo recostó en el sofá y comenzó a besar su cuello, le descubrió un hombro y lo llenó de besos escuchando con agrado los pequeños gemidos de Draco… ¡había soñado tanto con probar aquella pálida y suave piel! muriendo de celos por aquellos que pagaban para tenerlo, para besar y poseer aquel cuerpo, deseando aplicarles un Cruciatus a cada uno de sus clientes o ser alguno de los cuales Draco poseía, lo que fuese con tal de ser el centro de su atención.

Pero ahora estaba ahí, probando esa piel y besando esos labios que casi nadie probaba, unos labios que Draco abría gustoso para él, cosa que le enorgullecía y le excitaba al mismo tiempo; besó su hombro y luego su pecho hasta llegar a un pezón, el cual se dio tiempo de probar y endurecer con sus labios y lengua; pasó de uno al otro sintiendo con agrado el sexo de Draco endurecerse al tiempo que comenzaba a deshacer el nudo de la bata, cuando lo logró besó el estomago y el plano vientre hasta sentir el cosquilleo de los vellos rubios, entonces se relamió y tomó en su mano el  ya excitado pene cayendo en cuenta de algo.

-No traje condones.

-¿Mmm?

-Ni lubricante.

-¿Con quién crees que hablas? –respondio tomando su cazadora y sacando un par de sobrecitos de lubricante y varios condones.

Harry tomó un sobrecito de lubricante, lo abrió y colocó un poco en su mano para enseguida tomar el pene de Draco y comenzar a masturbarlo.

-Eso se siente bien –exclamó sintiendo con agrado esa mano en su pene.

Harry sonrió mientras movía su mano de arriba abajo, luego lo lamió y finalmente lo metió a su boca arrancándole un gemido más.

-Mmm… si… -Harry veía con agrado como el sudor comenzaba a perlar la pálida piel y el rubor cubrir las mejillas, por lo que abriéndole más las piernas comenzó a lamer su ano- joder, quiero venirme…

-No importa, tenemos toda la noche.

Ante eso Draco eyaculó sin más preocupación manchándole la cara con su semen.

-Oh… -exclamó estirándose como un gato perezoso.

Harry sonrió y volvió a besarle el vientre y de nueva cuenta recorrer su cuerpo esta vez de regreso hasta llegar a su boca tomándose el tiempo de disfrutar aquellos labios.

-Me encantas -susurró besando su cuello y mordisqueando su lóbulo derecho- me encantas… deseaba tanto hacerte el amor…

-¿Y por qué no lo hacías? –Respondio sonriendo con la cabeza ladeada sintiendo escalofríos al sentir como Harry chupaba el lóbulo de su oreja- llevo tiempo queriendo coger contigo y tú sacándome la vuelta.

-Bueno… -dijo deteniéndose y mirándolo a los ojos- tal vez soy un chapado a la antigua.

Draco lo miró en silencio con esos enormes y expresivos ojos grises y sin decir más tomó su rostro con ambas manos y lo besó; así estuvieron otro rato hasta que Harry se separó pegando su frente con la de él diciendo:

-Nunca olvides que te amo -A Draco se le hizo extraño no tanto lo que dijo, sino la forma en que lo hizo, sin embargo no dijo nada y menos cuando Harry besó sus labios de nuevo- tus labios… son deliciosos…

-¿Lo son? –preguntó con picardía, a lo que Harry respondió:

-Lo son y son solo míos ¿verdad?

-¿Por qué lo preguntas? –dijo sonriendo mientras le rodeaba el cuello con los brazos.

-Por nada –respondio alzándose de hombros.

-Estás celoso.

-No.

-Sí, si lo estas.

-Bueno si ¿y? –exclamó con un cierto dejo de reproche en la voz.

-No tendrías porqué, son sólo clientes.

-Ya lo sé, por eso nunca te he reclamado nada, así te conocí y no tengo derecho de meterme en ese aspecto de tu vida.

-Ajá y sin embargo estas celoso –reiteró sin dejar de sonreír.

-¿Por qué te ríes? No es gracioso.

-Claro que lo es tonto, si por mí fuera no me dejaría tocar por ninguna de esas personas.

-Ya lo sé, lo siento.

-Tonto –dijo besándolo.

Después de besarse un rato, Draco hizo levantar a Harry dejándolo sentado en el sofá, entonces él se hinco en el suelo cubierto por una mullida alfombra y mirándolo con una expresión que hizo a Harry sonreír de nuevo, le abrió la piernas.

-Encarguémonos de esos celos –dijo abriendo la bata y tomándole el pene, el cual fricciono un par de veces para luego metérselo a la boca.

Harry echó la cabeza hacia atrás sintiendo con sumo placer como la cálida y aterciopelada boca de Draco jugaba con su miembro.

-Oh Draco…

A Draco le gustaba escuchar su nombre, aunque estaba acostumbrado a ser llamado con otro y que todos lo conocieran con otra identidad le gustaba que alguien conociera quien era, que alguien reconociera su apellido y su identidad, pues hasta ahora se daba cuenta que sin eso había estado sintiéndose perdido, con una parte de él robada o siendo ignorada.

Sonriendo y sin dejar de mamar el erecto miembro, comenzó a tocarle los testículos sintiéndolos también ya inflamados, los lamió y metió a su boca haciendo a Harry removerse en su lugar con la respiración entrecortada; entonces el auror bajó la mirada y se encontró con la de Draco que había vuelto a meter el pene a su boca y lo miraba mientras continuaba con su felación, esa acción hizo a Harry desear montarlo ya por lo que recargó de nuevo su cabeza en el respaldo del sofá mordiéndose el labio inferior.

Draco sonrió y detuvo su mamada dejándolo tranquilizarse un poco, en tanto tomó un condón y rompió el sobre, cuando lo sacó se lo puso en la boca y con la vista fija en los ojos de Harry que había vuelto a verlo, comenzó a colocárselo sin dejar de mirarlo.

Harry miraba fascinado como Draco le colocaba el condón con la boca ayudándose un poco con los dedos y cuando finalmente estuvo listo, se levantó frente al auror y se quitó la bata dejándola caer al suelo quedándose completamente desnudo; entonces se inclino sobre Harry, subió una rodilla al sofá a un lado de la pierna de Harry haciendo lo mismo con la otra después quedando a horcajadas sobre él y sin dejar de mirarlo fijamente le tomó el pene colocándolo justo en su entrada.

-Joder Draco, me estas matando… -mascullo sonriendo, siendo consciente de que esa mirada penetrante y fija, acompañada con esa pequeña sonrisa, hacía que la excitación y expectación subiera más de nivel.

-¿Yo? Pero no estoy haciendo nada –respondio con inocencia al tiempo que comenzaba a bajar sobre el endurecido pene comenzando a penetrarse poco a poco.

Pequeños jadeos escapaban de la sonrosada boca excitando aun mas a Harry, quien de pronto ya lo tuvo sentado sobre si, penetrándolo por completo, así que puso sus manos en las piernas y luego en las caderas, disfrutando el que Draco no se moviera dejando que lo sintiera en plenitud.

-Draco… -suspiró acariciando los muslos.

Draco sonrió viéndolo recargar la cabeza en el sofá y cerrar los ojos, se quedó quieto dejando que Harry lo sintiera, disfrutando estar con el pene dentro de su cuerpo pero sin moverse, puso las manos en los hombros de Harry   y sin más se levantó y comenzó a cabalgarlo; Harry se mojó los labios y aun sin desearlo, comprendió porqué era tan solicitado por sus clientes pues aunque ya lo había visto trabajando, era muy, pero muy distinto tenerlo ahora sobre si.

Draco movía sus caderas y apretaba su interior haciendo a Harry comenzar a gemir de inmediato, por lo que el auror ya con la frente perlada de sudor dijo:

-Eres fantástico… de verdad lo eres…

-El sexo es un arte, Archie… y yo soy un artista.

Draco continuo moviéndose así un rato mas en tanto Harry lo masturbaba, luego se inclinó para besarlo sin dejar de mover su cadera para luego lamer su cuello y mordisquear su oreja.

-Detente o me correré ya –masculló.

-Uy que poco aguante.

Harry comenzó a reír mientras le mordía con suavidad el labio inferior.

-Claro que aguanto y mucho –respondió enderezándose haciéndolo detenerse- a la alfombra muchachito.

Draco se levantó y se puso en cuatro arqueando la espalda y levantando el culo, por lo que Harry sonrió viendo que Draco sabía muy bien como excitar a un hombre, así que se hinco entre sus rodillas separadas y apunto su hinchado pene a su entrada penetrándolo suavemente repitiendo ese movimiento varias veces para luego tomarlo de las caderas y comenzar a hacerlo ya con un poco mas de fuerza y velocidad, por lo que la habitación se llenó con el sonido húmedo de sus pieles chocando.

Draco disfrutaba no sintiéndose por primera vez un objeto sexual, un mero medio de obtener placer sino una persona disfrutando del sexo con otra y principalmente estaba sintiéndose amado, por lo que se inclino mas recargando su frente en sus antebrazos que recargo a su vez en el suelo sintiendo placer al ser penetrado por Harry, quien se había inclinado para tomar su pene y masturbarlo sin dejar de embestirlo.

Harry miraba su espalda ya húmeda de sudor, piel que tenía un tinte dorado debido al fuego de la chimenea, esos hombros finos y firmes, su cuello con el nacimiento de su cabello también ya húmedo y se inclinó para besarla… por fin pasar sus labios por aquel dragón negro que se ondulaba sensualmente al ritmo de su dueño…   sentía tanto amor por el hombre que estaba en el suelo que deseó ver su rostro mientras le hacía el amor, por lo que deteniéndose le hizo volverse sobre su espalda al tiempo que le abría las piernas y lo penetraba de nuevo; comenzó a embestirlo mientras lo abrazaba y le besaba el cuello en tanto Draco lo rodeaba con sus piernas y brazos perdiéndose en un beso profundo y apasionado.

Suspiros, gemidos y jadeos, más el crepitar del fuego era lo que llenaba el ambiente, con Harry susurrándole al oído palabras de amor entrecortadas, palabras que hacían su pecho llenarse de emoción no solo por las sensaciones físicas, sino por aquellas caricias al corazón.

-Oh Archie…

Ese solo nombre estrujó el corazón de Harry recordándole por unos amargos instantes la situación real, que no era Harry Potter sino Archie Stone quien le hacía el amor a Draco Malfoy.

-No, no soy Archie Stone, soy Harry Potter… es Harry Potter quien esta amándote Draco, es Harry Potter quien esta amándote…

-¿Archie?

-¿Mmm?

-¿Estás bien?

-Mejor que bien –respondio intentando ocultar sus ojos anegados de lágrimas, por lo que hundió su rostro en su cuello para que no lo viera.

Draco hundió sus dedos en la revuelta cabellera castaña mientras le susurraba al oído.

-Cógeme más fuerte.

Harry se separó entonces y salió de él para colocarse sus tobillos en sus hombros y comenzar a embestirlo con más ganas comenzando a gemir ambos casi al mismo tiempo.

-Sí, así… -gimio Draco tocándose a si mismo mientras Harry le acariciaba las largas piernas.

Harry vio como jalaba su pene, por eso le retiró las manos diciendo:

-No, te correrás solo conmigo dentro de ti.

Draco sonrió mientras su cuerpo se estremecía con cada penetración, entrecruzaron sus dedos y no paso mucho tiempo para que de plano ya no pudiera contenerse más; eyaculó con un fuerte gemido haciendo que Harry también lo hiciera dentro de él.

Lo  penetró un par de veces más y luego salió de él dejándose caer a su lado, ambos con la respiración entrecortada y los ojos cerrados; al puro tanteo Harry se quitó el condón y lo botó por ahí para luego acercarse a Draco y susurrarle antes de quedarse dormidos:

-Nunca olvides que te amo.

 

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