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Malfoy Manor por Orseth

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No solo Draco lo vio, con el transcurso de los días era claro que algo había entre el dueño de la tienda “The Dark Soul” y ese atractivo chico que llegaba por el varias veces a la semana y es que no era como que fueran muy discretos pues cuando el auto se detenía en las noches frente al edificio de Harry, parecía que iban a devorarse antes de finalmente salir.

-Qué mal, jefe –dijo Viveka una tarde mientras revisaba unas citas en su computador.

-¿Que mal qué?

-Te ganaron al chico guapo de “The Dark Soul”

-¿Qué? –preguntó de nuevo, incrédulo de lo que acababa de oír.

-Que te gana…

-¿Estás loca? –Interrumpió casi botándosele los ojos- a mí nadie me ganó nada, él solo es mi proveedor.

-Pues por eso perris –dijo Evie entrando en ese momento con una charola desechable de cafés en las manos- tu  posible proveedor de esperma esta proveyendo a otro.

Viveka soltó la carcajada al oírla, carcajada que se cortó de inmediato al ver la mirada que le dirigió Draco.

-¿Por qué entregas tú los pedidos, que no tienes una empleada que haga eso? –dijo entrando a la sala de tatuar para preparar todo para su próximo cliente.

-Sí pero me gusta traerlos yo misma cuando es aquí –respondio entregando los respectivos pedidos para luego acercarse a Draco y susurrarle:

-El tipo con el que anda Harry esta como para hacerle un francés  gratis ¿no?

-¿Y yo cómo voy a saber?

-No me digas que no lo has visto, viene casi todos los días.

-No Bambi, no lo he visto, tengo cosas más importantes que hacer antes de andar fisgoneando a la gente y quítate de mi camilla.

Evie alzó una ceja divertida al oírlo llamarla con su nombre de batalla, pero no le molestó en absoluto, antes bien se rió disfrutando mucho el hacer enojar a Draco.

-¡Uy que genio! cualquiera diría que estas celoso.

Draco detuvo lo que estaba haciendo solo para empezar a reír.

-¿Sabes que es lo que me molesta? –Dijo al fin- que todo el día me lo estén cantando, eso es lo verdaderamente fastidioso, si Potter quiere relacionarse con alguien más, está bien ¿Qué quieren que haga yo?

-Pues nada –respondio alzándose de hombros mientras se levantaba y se iba- que justamente ya no puedes hacer nada.

Rodando los ojos la vio irse, así que continuó con su trabajo.

 

______________

 

 

Un día, iba de salida para su último chequeo en el hospital cuando se encontró con alguien conocido en la puerta del estudio a punto de entrar, aunque evidentemente teniendo dificultades con eso.

-¡Hola! ¿Podrías abrirme la puerta por favor? –preguntó un hombre de cabello castaño que iba cargando una caja.

-¿Y tú eres…? –preguntó antes de dejarlo pasar aun habiéndolo reconocido al instante.

-Vengo a entregar un pedido de “The Dark Soul”  solo que Harry no pudo venir y yo me ofrecí a traerlo, espero que no haya ningún problema.

-Para nada, adelante –respondio abriendo la puerta y llamando a Bruno- él te recibirá las cosas.

-Gracias, tu eres Draco ¿verdad?

-Sí ¿y tú eres…?

-Soy Armin –respondio tendiéndole la mano después de dejar la caja en el mostrador- mucho gusto.

-Igualmente –dijo estrechándola y después dirigiéndose a Viveka- llama a Bruno para que reciba el pedido.

-Ok.

-Nos vemos.

-Adiós.

Y sin más salió de ahí.

 

_______________

 

 

Pasó la tarde en el hospital recibiendo por fin la tan ansiada alta, lo cual lo hizo enviarle una lechuza directamente desde el hospital al Inefable Morgan y su equipo dándole las gracias nuevamente, luego regresó a “The dragón Black” para colocar algunos Piercing a un grupo de chicas.

-Son casi las nueve de la noche –dijo Evie viéndolo cerrar el estudio mientras ella aguardaba con un par de cafés en las manos.

-Sí, un trabajo de Luther tomó más tiempo del esperado.

Subieron a la casa de Draco en donde se tumbó en el sofá al tiempo que tomaba el vaso que Evie le ofrecía.

-¿Y bien? –Dijo ella sentándose a su lado y subiendo una rodilla- ¿Qué te dijeron en el hospital?

-Nada.

-¿Cómo nada, no que ya era tu última cita?

-Pues sí.

-¿Y entonces?

-Nada… bueno, ya me dieron de alta.

-¡Maravilloso! –Exclamó dando pequeños aplausos ante la reacción nula de Draco- ¿Qué pasa, que no te da gusto?

-Claro que sí.

-Pues derrochas emoción.

-Claro que estoy contento, es solo que…

-¿Qué? –pregunto viéndolo quedarse callado.

-Nada –concluyó alzándose de hombros mientras se ponía de pie y abría un paquete que había pedido por internet.

-¿Qué tienes ahí?

-Llegó la nueva camiseta que pedí.

-¿La que tiene el cráneo con una serpiente saliéndole de un ojo?

-Sí.

-¡Oh genial, debo verla!

-Voy… ¿Sabes? Ya conocí en persona al novio de Harry.

-¿Al novio de Harry?... ¿te refieres al bello ejemplar castaño que casi le extirpa las amígdalas cada vez que lo viene a dejar en su auto?

-¿Acaso tiene otro?

-No que yo sepa –dijo dando otro sorbo a su café- ¿pero cómo lo conociste?

-Hoy vino a entregar un paquete.

-¿No vino Harry?

-No, yo creo que está muy ocupado para venir como siempre.

-Bueno pero no importa, pudiste echarte un taco de ojo con su noviecito, esta suculento ¿no? principalmente esos brazotes que tiene.

-¿Taco de ojo, estas ciega? –respondio incrédulo al tiempo que volteaba a verla- Hablas como si el tipo fuese la octava maravilla, la verdad es que ni siquiera se me hace guapo –añadió volviéndose y sacando al fin su prenda de la caja- es más, tiene como cara de tonto.

-¿Ah sí? Pero tiene ojos lindos, además si como besa coge…

-¿Sabes qué? –interrumpió dejando su camiseta en la mesa y dándose la vuelta- creo que estoy cansado y tengo sueño.

-Lo que tienes son celos, perra –respondio sonriendo de oreja a oreja mientras se ponía de pie.

-¿¡Estás demente?! –respondió riendo.

-¿Eso importa? –Dijo encogiéndose de hombros- el asunto es que Harry siempre estaba de arrastrado contigo y tu nunca le hiciste caso, pero ahora llegó alguien más capaz de ocupar ese lugar que tu dejaste libre y al ver eso se te aflojaron los calzones de la impresión.

-Estás completamente equivocada –respondio con firmeza- si Harry quiere acostarse con medio país es muy su problema.

-Claro y tú estás celosa perra, hasta mañana.

-¡No estoy celoso!

Evie ya no dijo nada, le dio un beso en la mejilla y se fue, Draco tomó su camiseta y se dirigió a su habitación en donde la aventó con enojo a la cama, luego se miró en el espejo poniéndose las manos en las mejillas exclamando:

-¡Oh mierda, estoy celoso!

 

_______________

 

 

Evie ya había llegado a su casa y estaba a punto de ponerse el pijama cuando su móvil sonó.

-¿Hola?

-¡Perra ven!

Al oír la voz de Draco, dejó de inmediato su pijama y salió corriendo de su casa hasta llegar a la de Draco ansiosa por saber el chisme de aquel llamado.

-¿¡Qué pasó perra?!

Al principio de todo aquello, Nana se había confundido con esos apelativos pues primero pensó que se estaban insultando, después ya no supo ni que pensar pues su amo podía ser todo, menos un caniche y menos una hembra y Evie podía entrar en la categoría de hembra mas no en la de caniche, sin embargo terminó acostumbrándose a que se llamaran así con toda la naturalidad del mundo que incluso bien podía ser su segundo nombre.

Draco la esperaba en la sala, tumbado en el sofá en tanto ella lo miraba expectante.

-Mierda… mierda, mierda, mierda… -masculló mirándola.

-¡Habla ya, carajo!

-Tenias razón perra… estoy celoso.

-Lo sabía… ¡lo sabía, lo sabía, lo sabía! –Exclamó con voz cantarina mientras se sentaba en el sofá de enfrente- los calzones se te hicieron como yoyo cuando lo viste saliendo con alguien más.

-¡Cállate estúpida! –Gritó dejándose caer de lado en el sofá al tiempo que abrazaba un cojín- ¿cómo mierdas pudo pasarme esto?

-Pudo porque nunca lo olvidaste, ya déjate de malditos dramas y acepta que nunca olvidaste a Archie Stone.

-¡Pero él no es Archie Stone!

-Exacto, solo descubriste que en realidad es el mismo, tienen diferente cara pero la mirada era igual… solo que en este caso mi querida zorra, esa mirada ya no es para ti.

Por un pelo Evie esquivó el cojín que salió volando hacia ella.

-No… esto no puede estar pasándome –masculló abrazando otro cojín.

-¿De qué te quejas perra? ¡Tú puedes quitárselo así! –concluyó chasqueando los dedos al tiempo que un gesto fiero aparecía en su cara.

-No, no, no… es Potter, no puede gustarme Potter… tiene cara de idiota y mira como perro apaleado…

-Y quieres a ese perro encima de ti ¿no?

-¡No siento el maldito apoyo!  -exclamó sentándose de nuevo.

-Al contrario perra, estoy apoyándote de la mejor manera, otra perra te diría “olvídalo, ya está con otro y tú ya fuiste”

-¿Pero Potter? –gimió acostándose de nuevo en el sofá con tremendo dramatismo.

-Es lindo –dijo ella sonriendo- tiene una rebelde y brillante cabellera negra, unos hermosos ojos verdes y sobre todo un lindo trasero.

-Pero es Potter…

-¡No seas estúpida perra! –Exclamó exasperada- ahora que ya reconociste que te gusta ¡pues a la carga!

-No, definitivamente no.

-¿Y por qué no?

-Porque ya está con otro, es obvio que ya me olvidó.

-¡Ay cabeza de pito! –Exclamó mirando al techo y con ganas de aventarle un ladrillo a la cabeza en lugar de un cojín- ¿tú crees que habiéndote buscado durante más de un año va a olvidarse de ti tan fácilmente?

-Ya lleva meses con ese tipo y se le ve muy contento.

-¡Puede ser pero  tú puedes quitárselo!

-¿Y cómo? ¿Parándome en una esquina y diciéndole “hola cariño, quieres pasar un buen rato”?

Evie no respondió, solo lo miró incrédula.

-Draco, me sorprendes –dijo al fin.

-¿Por qué? ¿Crees que por haber sido un puto soy experto en conquistar?... yo movía vergas, no corazones.

-Más bien creo que es justamente porque se trata de Harry, fuera otro bien que sabrías como conquistarlo y no hablo solo de sexo.

-Puede ser pero este asunto está concluido –dijo levantándose y aventando el cojín a un lado.

-¿Qué?

-No buscaré nada con Potter, él está con alguien más y por mí está bien.

-¿Cómo va a estar bien para ti, cabeza de piedra?

-Porque si,  ahora ya no te entretengo más, hasta mañana.

-Eres una estúpida –concluyo levantándose- no puedo creer que te resignarás a no tenerlo.

-Nana, lleva a Evie a su casa para que no camine.

-Sí amo.

-Hasta mañana perra –se despidió dándole un beso en la mejilla.

-Hasta mañana.

-Sueña con el pito de Harry.

-Vete al diablo.

 

______________

 

 

Después de esa auto revelación se descubrió mirando a cada rato hacia el local de Harry a través del ventanal de “The Black Dragón” tanto así que se reprendió a sí mismo y suspendió sus labores en el estudio por un par de semanas yéndose a trabajar a “The White Dragón” de lleno.

En ese par de semanas sucedió que Evie y Bruno su gerente mago llegaron a conocerse más de lo esperado.

-Es taaaan lindo –exclamó soñadora en tanto Draco hacía unos diseños por encargo en su oficina- y no le importa que yo sea muggle.

-Muggle o bruja poco importa  si te mueves bien –respondio sin siquiera levantar la vista del papel.

-¡No le he dado las nalgas! –Exclamó indignada- sólo llevamos una semana saliendo, pero desde la inauguración del estudio le eché el ojo.

-Sí es así me extraña que hasta ahora lo hayas cazado, eres la braga más rápida del oeste.

-No, ahora soy una señora respetable, mis puterías las guardo para lo privado –dijo sonriendo- ¿y tú como vas con Harry?

-¿Cómo voy de qué?

-¿Cómo vas a lograr algo escondiéndote aquí todo el día?

-No estoy buscando lograr nada, ya te lo dije.

-Pero Draco…

-Pero nada y deja de insistir en ese punto por favor –añadió ya viéndola con rostro serio- el que me llame la atención no significa la gran cosa en realidad.

-¿El que solo te llame la atención? –repitió con una ceja alzada.

-Sí, solo eso, así que te lo pido como un favor… ¡YA DEJA DE INSISTIR CON ESO!

-Ok, ok… -respondio alzando las palmas de las manos- Por cierto… -Añadió cambiando su semblante a uno risueño de nuevo- Bruno me dijo que en una semana es la Expo Tattoo mágica ¿Qué vamos a hacer ahí?

-¿Vamos?... me suena a manada.

-¡Pero Bruno ya me invitó!

-Bruno no es el jefe, además los muggles no pueden ir.

-Cómo si obedecieras las reglas.

-Claro que sí, yo siempre.

-Draco no seas perra ¡quiero ir! –dijo lastimeramente mientras le sacudía un hombro.

-¿Sí ya sabes que terminarás yendo porqué insistes?... eres más fastidiosa que un cliente con ladillas.

-¡Lo sabía, eres un sol! –Dijo dándole tremendo beso en la mejilla antes de salir de ahí- nos vemos luego cariño.

-Adiós y no regreses.

 

______________

 

 

 

Unos días antes de la Expo Tattoo, Harry fue a dejarle una caja con productos.

-Hola –saludó el moreno- ¿Ya listo para la Expo?

-Claro, será la primera a la que vas ¿verdad?

-Sí, estoy emocionado, no lo niego.

-Bueno, entonces nos vemos ahí.

 

______________

 

 

 

 El día de la Expo mágica Draco y su equipo se instalaron en un stand donde la gente no tardó en llegar para mirar los productos en venta y los trabajos de los tatuadores.

-¿Ayudo entregando volantes? –se ofreció Evie.

-Claro, toma –respondio Bruno dándole un fajo de volantes con publicidad de “The White Dragón” y cupones de descuentos.

La mañana estuvo tan ocupada que no habían tenido tiempo ni de almorzar, incluso muchos chicos se le acercaban a la hermosa chica pelirroja de larga melena vestida con un pequeño vestido de vinil negro y botas de plataforma que entregaba volantes.

-Hola ¿cómo te llamas? –pregunto un chico tomando un volante.

-Evie.

-Tienes un curioso acento ¿de dónde eres?

-De Gran Bretaña.

-¡Oh genial, yo también! ¿A qué casa fuiste en Hogwarts?

-¿Hogwarts?

-Ajá, el colegio –respondió riendo el chico.

-Ah… emm… pues no, yo fui a Durmstrang.

-¿Durmstrang? –repitió el chico extrañado.

-Sí, es que ella es transgénero –respondió Draco llegando en ese momento y pasándole un brazo por los hombros- Querida ¿podrías ir por comida para el equipo?

-Claro.

El chico se fue y mientras recibía dinero de Draco vio a Bruno riendo.

-¿Qué sucede? Durmstrang existe ¿no? ustedes me han hablado de ese colegio, no me digan que la cagué porque justamente mencioné ese colegio por no estar en Gran Bretaña.

-Sí pero ese colegio es solo para varones –respondio Bruno desternillado de risa.

-Bueno muchacho, tráenos comida –dijo Draco dándole unos billetes- o no ¿sabes qué? yo iré.

-¿Por qué?

-Porque ese chico sigue mirándote, será mejor que no salgas por un rato.

-Sí quieres voy yo Draco –se ofreció Bruno.

-No, está bien… la verdad quiero estirar las piernas,  hemos estado muy movidos.

-De acuerdo.

 

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Yendo a la sección de comida vio el stand de Harry y decidió acercarse a saludarlo antes de hacer su pedido pues la sección de alimentos estaba bastante concurrida.

 

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