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EL DESPERTAR DE LA LLAMA por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo. 

Capítulo 6

 

Se levantó a las 12 del día y como resorte se sentó en su cama, recordando lo que había visto en su visión y como había desafiado la orden del presidente, grande fue su sorpresa al encontrarse al pelinegro dormido en el piso de su habitación recargado sobre la estantería y con el último libro que su papá le había regalado antes de desaparecer de su vida.

 

Se quedó quieto esperando no despertar al pelinegro, así que simplemente se dedicó a recordar al peliblanco del avión, la chica de cabello verde y de ojos naranjas que estaba cautiva, en los demás sujetos que lo acompañaban y en como el de ojos violetas lo había podido “ver”. Eso le daba miedo, ya que significaba que tal vez otras personas también podían verlo cuando tenía sus visiones y no tardarían en empezar a buscar venganza por delatarlos con el pelinegro.

 

-         “Ya debería mejor aventarme por la ventana de cabeza y matarme” – su pensamiento suicida lo invadió casi como una explosión de desesperación ante las circunstancias que habían pasado en esos días y porque de cierta manera el chico del avión le había dado miedo. Así se levantó de la cama y caminó hacia la ventana y justo cuando había llegado al marco vio hacía abajo imaginándose la escena de una mala película donde uno de los protagonistas se suicida.

-         ¿Se puede saber que rayos haces? – la voz del pelinegro lo hizo despertar de su ensoñación y se dio cuenta de que ya se encontraba sobre el marco de la ventana listo para saltar.

-         Yo no… - no sabía que contestar, pero tampoco se bajaba, ya que sus piernas se habían paralizado y sólo se dignaba a ver hacía el piso. Hibari por su parte no sabía cómo moverse, si espantaba al herbívoro su instinto lo haría huir y acabaría estrellado contra el suelo, así que se le quedo viendo esperando a que bajara solo y así poder molerlo a golpes por haberlo despertado de esa manera. En ese intervalo de no saber qué hacer una piedra golpeo de manera muy brusca la frente del castaño desequilibrándolo y terminó tirado sobre su cama - ¡auch! ¿Qué rayos me golpeo? – no había terminado de hablar cuando Hibari ya tenía su tonfa sobre su cuello.

-         ¿Qué rayos pretendes herbívoro? – Tsuna podía palpar la molestia del pelinegro y sabía que lo iba a moler a golpes, no solo había faltado a clases, lo había despertado y aparte había intentado saltar por la ventana en su presencia, seguramente ya había colmado su paciencia y acabaría muerto.

-         Podrías quitarle las manos de encima a mi alumno – ambos voltearon hacía la puerta donde estaba el maestro de intercambio Reborn, nuevamente luciendo un traje que se podía tachar de estúpidamente caro, pero ahora lo acompañaba lo que parecía una lagartija sobre el fedora.

-         ¿Tú quién eres? – Hibari podía sentir el aura del hombre en la puerta y sabía que era un carnívoro como él, lo cual hacía que le hirviera la sangre de emoción al pensar que podía tener una pelea decente con ese hombre.

-         Reborn – Tsuna sabía que ese hombre estaba amenazando a Hibari con toda su presencia y que si no detenía ese enfrentamiento él acabaría perjudicado, cuando iba a intervenir su cerebro lo llevó al aeropuerto nuevamente en el hangar privado, donde había una limosina siendo custodiada por 4 camionetas blindadas, cada camioneta traía 4 hombres armados hasta los dientes y con pinta de asesinos. Vio bajar del avión al peliblanco tomado de la mano de la chica de cabello verde que antes estaba amarrada, los ojos violetas se fijaron en los suyos y murmuro “voy a encontrarte pronto”, su visión se terminó de golpe y se dio cuenta de que los intrusos de su habitación lo veían fijamente.

-         ¿Qué viste herbívoro? – Hibari fue el primero en romper el silencio incómodo que se había formado entre todos los presentes, pero Tsuna no sabía cómo explicarle que sus señales de alarma se encendían con un tipo que no estaba haciendo nada malo - ¿vas a hablar o no?

-         Un hombre… no está haciendo nada malo, pero cada vez que lo veo es como si todo mi cuerpo gritara que es peligroso – Hibari frunció el ceño pensando que su herbívoro se había descompuesto, pero entonces el otro intruso lo tomo de los brazos y empezó a interrogarlo.

-         ¿Cómo era ese hombre y donde lo viste? – Tsuna se sorprendió por la manera tan brusca en que lo había agarrado y al ver su cara de molestia le recorrió un escalofrió, no entendía nada de lo que pasaba en esos momentos.

-         Suelta a mi herbívoro – Hibari no entendía por qué, pero sentía un enojo crecer desde lo más profundo de su alma, no sabía en qué momento había tomado a ese herbívoro como suyo y no toleraba el hecho de que ese tipo lo tocara.

-         Vamos a calmarnos un poquito – Tsuna sentía cada vez más palpable el ambiente tan pesado que entre ambos individuos a su alrededor

 

Tsuna sabía que a ambos no les faltaba mucho para empezar a golpearse y no entendía muy bien el por qué había tanta agresividad entre ambos, apenas se habían conocido y al parecer ya se odiaban. Todo se calmó de golpe cuando entró su mamá por la puerta con dos vasos con té helado y un par de bocadillos, pero se llevó una gran sorpresa por ver a Hibari ahí, según ella solamente había llegado el hombre atractivo del sombrero ¿en qué momento había llegado?

 

-         Perdón Kyouya – kun, no sabía que también estabas aquí, pero no te preocupes en un momento traigo un postre para ti – la amable castaña les sonrió a los tres impidiendo que el presidente se pudiera negar a la invitación que le había hecho la amable mujer. Reborn se sentó en el escritorio del menor esperando a que el presidente se fuera y así poder hablar a solas con el castaño, no podía aún revelar nada de lo que pasaba a completos desconocidos.

-         ¿Acaso pretendes quedarte? – Hibari pronunció el comentario con cierto desprecio hacia el mayor, el cual no mostro ninguna emoción, simplemente se dedicó a probar el prostre que le habían regalado e ignorando olímpicamente la presencia del tercero.

-         Tsuna, debemos hablar en privado – el castaño no sabía a quién tenerle más miedo, si a su profesor que cargaba un arma con silenciador como si fuera lo más normal del mundo o al presidente que no temía moler a golpes a cualquier persona que se atreviera a desafiar su autoridad. Lo peor es que estaba entre ambos y por lo visto querían que él decidiera entre alguno de ellos.

-         Tsuna, también está aquí el chico que te trajo ayer – su mamá hizo pasar al nuevo intruso y adicional trajo más bocadillos para los presentes. Entonces entró el chico de cabello blanco y al ver al presidente saco su dinamita, listo para mandarlo al otro lado de la galaxia.

-         Al parecer tengo que mandarte a volar para que te alejes– Hibari levantó sus tonfas listo para matar al nuevo intruso, pero Reborn intervino llamando la atención del recién llegado.

-         No puedes hacer escándalos que llamen la atención Gokudera – el peliblanco se sorprendió por la presencia del mayor y olvidó por completo a su enemigo para inclinarse respetuosamente ante el mayor.

-         Reborn – san no sabía que ya había llegado, lamento mi ruda intromisión – Hibari se molestó por estar rodeado de herbívoros por lo cual decidió irse antes de terminar golpeándolos a todos. Volteó a ver al castaño que parecía estar hiperventilando por la presencia de todos en su habitación, lo había observado y al igual que él no se acercaba a las personas, al parecer solo la hermana de la piña y su compañero de clases eran los privilegiados de no despertar un estado de crisis nerviosa.

-         Retírate Gokudera voy a hablar con él – el peliblanco salió de inmediato sin mayor berrinche y Hibari salió por la ventana, no quería involucrarse en cosas de herbívoros. Después de un silencio incómodo donde el mayor se dedicó a comer su pedazo de postre Tsuna empezó a calmarse, tantas personas en su cuarto lo habían puesto nervioso.

-         Reborn ¿qué haces en mi casa? – su voz sonaba entre cortada por el nerviosismo de ver a persona tan peligrosa presente, además Hibari se había ido y por el momento él era el único que lo hacía sentirse protegido.

-         He venido a entrenarte, ahora que has despertado la llama de la última voluntad eres el blanco de una organización que busca la destrucción del mundo – Tsuna se quedó petrificado, ¿acaso le estaba jugando una broma?

-         ¿Hablas en serio? – el castaño no podía digerir las palabras que le había soltado y se sentía hasta cierto punto intimidado por la situación.

-         ¿Crees que soy una persona que hace chistes? – el castaño no podía negar que el mayor no tenía la pinta de contar chistes, así que negó con el cabeza totalmente sonrojado por su comentario – bien, ahora claros los puntos, voy a contarte una breve historia de porque ahora debes de luchar por tu vida.

 

 

Hace más de 1000 años existió un hombre que se rumora salvo a un fénix de morir a manos de una tribu de humanos que trataban de conseguir su corazón, por tal hazaña el fénix decidió premiarlo y le dio un don a cada uno de sus hijos, al mayor le dio la habilidad de moverse entre las dimensiones, al de en medio le dio el poder de poder aparecer en cualquier lugar a voluntad y al último que era el más pequeño y débil de todos el fénix le regalo la llama de su corazón, una llama tan pura que podía limpiar hasta el corazón más malvado.

 

Mientras crecían el mayor empezó a envidiar la llama de su hermano, así que elaboró un plan para poder robarla, pero era tan grande su maldad que pensó que solo quitándole el corazón a su hermano y comiéndoselo podría obtener el poder del fénix que descansaba en su interior.

 

El menor al ver la maldad creciendo en el interior de su hermano decidió usar su llama para poderlo curar, pero al tener un don dado por el fénix no pudo hacer nada y como no tenía el valor de lastimar a su propio hermano, le pidió a su otro hermano que lo escondiera en un lugar lejano para evitar que creciera más su codicia y que no lo matara.

 

Desde ese entonces aquellos poseedores de la llama del fénix son perseguidos para poder robarles el fuego que reside en su interior, pero hace 300 años apareció un hombre llamado Giotto que formó una organización que se dedicara a proteger a aquellos que poseían la llama de la última voluntad, pero recientemente la organización se corrompió por un espía que vendió a toda la familia y ahora se encuentran presos por la familia Gesso que son los que están buscando a todos los últimos descendientes para obtener su poder.

 

Tsuna quedó impactado por la historia y se puso a pensar en todas aquellas veces que pensó que tal vez en otra vida podría ser un animal mágico que ayudara a las personas a salir adelante y así evitar que el mundo sufriera como le había pasado a él, pero jamás se imaginó que de verdad existiera una creatura como el fénix y aparte fuera por la vida premiando las buenas acciones. Reborn por su parte esperó respuesta del castaño, pero al parecer aún era imposible para él poder entender o pensar que de verdad tenía un poder especial en su interior, así que decidió ser más claro.

 

-         No te has preguntado ¿por qué actualmente tienes la habilidad de ver a las personas malas desde distancias tan lejanas? O ¿Por qué las personas más peligrosas en la escuela no te han hecho nada malo? Tú tienes la llama que todo lo purifica – Tsuna se quedó perplejo por la revelación que le había hecho su tutor, primero quedó impactado, luego se rio de los nervios y al final la realidad le cayó como un balde de agua fría causando una depresión enorme.

-         No puedo ser yo… ¡yo soy un desastre! – Tsuna entró en la etapa de la negación sobre la situación, debía de haber un error o tal vez era una broma de cámara escondida, no había otra explicación coherente – debe ser una broma.

-         ¿Sigues pensando que yo hago bromas? – el castaño volvió a ser golpeado por la depresión y supo que su maestro no le jugaría esa clase de bromas – bien, por lo que viste ya llegó Byakuran a Japón, por suerte aún no sabe de ti, ni donde te encuentras y tardara en dar con nosotros, pero debemos movernos de manera rápida y cautelosa, si él llega a obtener tu poder tendremos muchos problemas… eres el último descendiente libre que cuenta con la llama.

 

Tsuna se quedó en shock pensando que era la peor broma que le habían jugado, él siempre había sido muy torpe, lento en muchas cosas y tenía tendencias suicidas, ¿cómo podía tener un poder tan noble si no servía para nada? En su ansiedad empezó a dar vueltas por su habitación pensando cómo podía salvarse de tremendo predicamento, ya que él no se creía capaz de poderse mantener con vida, hace un momento casi terminaba con su existencia en un intento de olvidar sus problemas.

 

-         Tal vez no puedas digerir la información en este momento, pero debes de hacerte más fuerte para poder vencer a Byakuran, la vida de muchos depende de eso – el castaño sintió las palabras de su maestro pesaban miles de toneladas y volvía a su cabeza el hecho de que no tenía talento para nada – si logras vencerlo volverás a ver a tu padre.

 

Tsuna se quedó impactado por la revelación que había dicho Reborn en ese momento ¿su papá había sido secuestrado?

 

Continuara…

 

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW


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