Una serenata de las estrellas.
En realidad sí que había hecho trampas, por supuesto, estamos hablando del primogénito de Loki, digno hijo de su padre. Con el dinero ganado tuvieron más que suficiente para pagar aquella ronda que los parroquianos agradecieron, olvidando la trifulca anterior. Incluso el hombre que había sacado el cuchillo, después de dejar que le vendaran la mano, volvió para beber un vaso de egoniv con quienes le habían derrotado. Sin rencores.
Encargaron una buena cena y arrendaron una habitación en el piso superior, en alguna parte tenían que dormir y el salón no quedaba demasiado lejos del banco.
- Mañana sales por detrás si que nadie te vea y te transformas en Strange, con amuleto incluido y la capa, no olvides la capa. - Le decía Tony masticando a dos carrillos un buen filete de worogán, algo parecido a la ternera. - Es mejor que lo hagas lejos de aquí, lo de transmutarte. Diré al salir que te quedas durmiendo en la cama para no levantar sospechas.
- ¿Y dime, Butch? - Como siempre organizaba los planes ése era su papel en la película de bandidos. - ¿Vamos a dormir juntos en la misma cama, tú y yo? Porque eso sí que va a levantar sospechas. Puede que levante otras cosas también.
La manera de comer de Tony podría quitarle el apetito a cualquiera. Nick ya estaba más que acostumbrado, aunque procuraba no mirarlo demasiado mientras se cortaba la carne con parsimonia en el plato, sirviéndose de manera exquisita del cuchillo y el tenedor tal como su padre, Loki, le había enseñado.
- Somos primos, Kid. - Nuestro héroe se había percatado de la broma de la película y de la otra también. Por un breve instante estuvo a punto de ponerse colorado y dio un buen trago a su vaso de egoniv antes de seguir. - Y extranjeros además, ¿qué saben ellos de nuestras costumbres?
El gesto de su cara, cómo arrugó la nariz con un guiño y una pícara sonrisa, hizo que Nick se echara a reír. Los ojos verdes centellearon, ¿cómo no? Había añorado tanto tenerle cerca. De pronto sintió ganas de cantar y bailar, de celebrar que de nuevo estaban juntos. El pianista no tenía demasiado arte pero había una vieja máquina de discos llena de polvo en un rincón. Nick se fue derecho a ella e introdujo una moneda por la ranura.
- Hace años que no funciona. - Le advirtió el barman.
- ¿Está usted seguro, amigo? - Sonrió Nick.
Fue su magia, a estas alturas ya le vais conociendo, la que encendió la luz amarillenta de la gramola. Una palanca se accionó para acercar el disco que simuló elegir hasta la aguja. La canción empezó a sonar, los golpes de batería y los acordes de guitarra pronto llenaron el local con su alegría. Nick se puso a cantar a pleno pulmón, no le importó que todo el mundo le estuviera mirando.
- “¿Has visto las luces mientras caían a tu alrededor? ¿Escuchaste la música? Una serenata de las estrellas...”
Así empieza el tema de la Steve Miller band, Tony se echó a reír y se dio la vuelta para ver mejor el show de su primo. Nadie protestó, el extranjero tenía buena voz y se movía con gracia, de hecho no tardaron en hacerle un corro apartando las mesas para que pudiese bailar.
- “Despierta, despierta. Despierta y mira a tu alrededor. Estamos perdidos en el espacio y el tiempo es nuestro.” - Siguió Nick cantando y danzando, agitando los brazos para animar a su primo a levantarse y seguirlo en aquella celebración.
La letra era de lo más apropiada a la situación, ¿no os parece? Tony no pudo reprimir al bailarín celestial-humano que lleva dentro y saltó de la silla para unirse a su primo en el centro de la improvisada pista. Se criaron con las más variadas canciones de todas las épocas terrestres, durante sus respectivas infancias ambos habían visto bailar a su padres. Sí, Loki también sabe moverse divinamente por si no os habíais dado cuenta.
- “¿Has sentido el viento mientras soplaba a tu alrededor?” - Cantó ahora Tony con su voz grave y profunda.
- “¿Has sentido el amor que estaba en el aire?” - Siguió Nick en su tono, algo más agudo que el de su primo.
Para cuando el verso repite lo de “despierta, despierta” los dos bailaban ya como un par de locos, divirtiéndose y haciendo que todos los presentes pasaran un buen rato, hasta empezaron a acompañar el ritmo de la canción con fuertes palmadas.
- “Sale el sol y brilla a tu alrededor.” - El tema estaba terminando. Nick se las ingenió para agarrar a su primo de una mano y enrollar la otra en su cintura hasta tenerle cerca, muy cerca. - “Estas perdido en el espacio y la tierra te pertenece.”