Cuatro días después del incidente con los arenques de Rocket en la Milano, los Guardianes de la Galaxia tomaron tierra frente al Cuartel General de los Vengadores. Banner les recibió con una gran sonrisa, ilusionado y ansioso por descubrir qué maravilloso milagro escondía Quill en su...
Útero
A su llegada todo había sido dispuesto para realizar una ecografía digamos, de urgencia. Las instalaciones estaban casi vacías, apenas quedaban Vengadores en activo y casi todos se encontraban fuera, ocupados en conflictos y misiones en el extranjero. Strange hubiera preferido hacerlo en su mansión de Nueva York pero Banner pensó que el reconstruido Cuartel General disponía de más recursos. “Nunca se sabe”, dijo con su cara de preocupación, “Peter es medio celestial y Thor un asgardiano, podría pasar cualquier cosa.” El mago estuvo de acuerdo, era mejor tomar precauciones.
- Túmbate aquí. - Le ordenó a Peter señalando la camilla junto a los complicados aparatos médicos. - Levántate la camiseta, voy a ponerte un gel frío.
- ¡Ah! - Gritó Quill cuando sintió los dedos de Strange untarle aquella cosa. - ¡Está helado!
- Ha dicho que es un gel frío, ¿qué pensabas, nenaza? - Dijo Rocket burlándose de su amigo.
- Será mejor que esperéis fuera. - Stephen echó un vistazo a su alrededor con el ceño fruncido, había demasiada gente en la sala. - Thor y Banner pueden quedarse, los demás sobran.
- Yo soy Groot. - Protestó el árbol arrastrando los pies hacia la puerta, detrás del mapache. Mantis y Drax les siguieron con la cabeza gacha.
- ¿Y no vamos a ver al bebé? - Preguntó la chica con tono de decepción.
- Ya habrá tiempo. - Respondió Rocket echando un último vistazo a Peter tendido sobre la camilla, en su mirada se podía ver la preocupación que sentía por su mejor amigo.
No era más que un puntito, un diminuto puntito que parecía latir a un ritmo endiablado. Strange y Baner no podían quitarle los ojos de encima. ¿Cómo era posible?
- Dime una cosa, Star Lord... - Strange pasaba el transductor sobre el vientre de Peter sin apartar la vista del monitor. - ¿Has tenido siempre un útero ahí dentro?
- ¿Y cómo quieres que lo sepa? - Respondió él revolviéndose en la camilla.
- ¿Está bien? - Preguntó Thor en un balbuceo.
- Todo parece en orden. - El doctor apagó el equipo y se apartó unos pasos. Tomando a Banner del brazo le susurró al oído. - Es increíble pero ahí está: el embrión, el útero, la placenta y todo lo necesario para llevar a término un embarazo.
- ¡Eh, que estoy aquí! - Les gritó Peter limpiándose el vientre con una toalla que Thor le había alcanzado.
- No hará falta hacerte más pruebas. - Comentó Banner subiéndose las gafas por la nariz con un dedo. - Es obvio que esperas un hijo.
- ¿Es un varón? - A Thor se le iluminó el rostro. - ¡Voy a tener un hijo!
- Amigo, es demasiado pronto para saberlo. - Rió Banner golpeándole el hombro con su manaza abierta. - Tendrás que esperar unos meses.
- Quiero tenerte bajo observación, Peter. - Murmuró Stephen ayudando a su paciente a levantarse.
“¿Observación?” - Pensó Peter, - “como si fuese un monstruo de feria”. Se quedó unos segundos sentado en la camilla con el mundo girando en círculos alrededor de su cerebro, aquello estaba yendo demasiado lejos, demasiado deprisa. No estaba preparado para algo así.