El sueño de la fama.
En su sueño vio con claridad el lugar exacto donde se ocultaba el objeto que había ido a buscar a aquel inhóspito planeta. Estaba cerca, brillando en la oscuridad de la noche con una señal que sólo él podía ver. Cuando al fin lo tuvo al alcance de la mano ocurrió lo inesperado: el artefacto cobró vida y se convirtió en un horrible monstruo de dos cabezas contra el que tuvo que luchar. Una de sus caras se mostraba amable y serena, la otra furiosa y agresiva. Con una mano pretendía acariciarle la barba rubia y polvorienta, con la otra, cerrada en un puño, trataba de aplastarlo como a un bicho contra el suelo. Una de las bocas, la enfurecida, gruñía y lanzaba escupitajos mientras que la otra susurraba su nombre con dulzura repitiéndolo una y otra vez: Tony, Tony, Tony...
Al amanecer el sol le despertó con su intenso brillo y recordó su sueño. No tenía ningún sentido, el artefacto no podía hacer algo así. Se trataba de un objeto único, mágico y poderoso, es verdad, pero nada que pudiera transformarse en un gigante bicéfalo con trastorno de personalidad. Pensó si el monstruo no sería él mismo, la dualidad de su propia naturaleza, mitad asgardiano y mitad celestial-humano.
Afortunadamente de humano tenía muy poco o no habría podido sobrevivir a aquella odisea. Agitó la cabezota para despejarse, se levantó prácticamente de un salto y de nuevo usó el sonido de su voz para darse ánimos. “Vamos, Tony Thorson. Estás un día más cerca de tu objetivo,” se dijo a sí mismo sacudiéndose el polvo de la ropa y estirando la espalda hasta sentir crujir los huesos, dormir en el duro suelo pasaba factura por las mañanas.
Caminando bajo el ardiente sol recordó las palabras de su padre cuando le decía que un nieto de Odín podía hacer cualquier cosa que se propusiera, eso le dio fuerzas para seguir adelante.
Hacía años que no le veía, su memoria le arrancó un suspiro del pecho. Se preguntó si su mami se habría dejado preñar otra vez y si ahora serían ya más de ocho los hijos de Thor y Star Lord. Puede que a estas alturas tuviese un nuevo hermano o hermana, o quizás gemelos otra vez, aunque después de lo duro que fue criar a Frigga y Meredith, las mellizas más lloronas, trastos y revoltosas de toda la jodida galaxia, estaba convencido de que mami y papi tendrían mucho cuidado a la hora de fabricar un nuevo bebé.
Se echó a reír, solo, como un loco en mitad de aquel desierto. Sus carcajadas se perdieron en el extenso erial de sal que le rodeaba por todas partes. Sabía bien que cuando sus padres hacían el amor procuraban no brillar, a menos que planeasen ampliar la familia, porque allí estaba todo el misterio. Thor Odinson, dios del trueno, y Peter Jason Quill, medio celestial y medio humano, si se hacían brillar el uno al otro durante el sexo a los pocos meses el vientre de Star Lord daba su fruto.
Su mami solía decir que la noche que concibieron a las gemelas fue porque en secreto los dos desearon a la vez tener una hija a la que poner el nombre de su madre, de ahí que naciesen dos niñas. Cuando lo fabricaron a él debieron desear un hijo varón, sólo eso. El nombre se lo dieron en memoria del hombre más valiente de la Tierra, Tony Stark, el héroe que se sacrificó para salvar a todo el Universo. Y lo llevaba con orgullo, con la cabeza bien alta, dándole fama de coraje y valor allá donde fuera. Con los años, el nombre de Tony Thorson sería conocido en todas partes como sinónimo de héroe, más aún cuando lograra completar la misión que le había traído hasta aquel planeta deshabitado y castigado por su sol.
El artefacto, el mágico y poderoso objeto que había ido a buscar a aquel mundo que bien podría llamarse “Culo Del Universo”, si es que alguien se hubiera dignado a darle nombre alguna vez, le traería la fama eterna. Más allá de la de príncipe asgardiano y miembro de la exclusiva raza celestial a la que únicamente pertenecía su sangre; más allá de todas sus hazañas en la Tierra, Xandar, en Saghanery y en todos los planetas a los que sus interminables aventuras le habían conducido; más allá de ser uno de los legendarios hijos de Thor Odinson, concepto éste que empezaba a forjarse a través de la galaxia y que le abarcaba tanto a él como a sus hermanos y hermanas bajo un inmortal halo de gloria divina y heroica; más allá de todo esto, decía, el nombre de Tony Thorson sería recordado por siempre jamás por ser quien encontró la piedra de Buri, su tatarabuelo. ¿Y qué demonios significaba eso? Para empezar, con esa piedra podría desplazarse en un instante a cualquier lugar del universo, no tendría que volver a caminar si no le daba la real gana, ¿os parece poco? Y eso solamente para empezar.