Paradoja temporal
La luz celestial de Quill brilló de nuevo con intensidad en su vientre, cegando por unos instantes a todos los presentes. Luego se apagó poco a poco, como una puesta de sol. Cuando el doctor recuperó la vista y fue a acercarse aguja en mano para coser la herida, se encontró con que ya no tenía nada que hacer allí.
- Peter... - Murmuró atónito apartándose la mascarilla de la cara. - ¿Sientes algún dolor?
- No... - Respondió él intentando ver lo que ocultaba la sábana quirúrgica por debajo de su cintura. - ¿Qué ha pasado? ¿Y mi hija?
- Ella está bien... - May Parker se acercó para que pudiese verla, la niña había empezado a llorar expandiendo sus pulmones al respirar. - Ya no brilla, todo está normal y en su sitio.
- Oh, Peter... ¡Es preciosa! - Thor extendió los brazos hacia la enfermera para que le diese a la niña, estaba deseando sostener al fin a su bebé.
- ¿Qué hago, Strange? - Banner seguía con la aguja hipodérmica en la mano. - ¿Le pincho la anestesia o no?
- Ya no hace falta, déjalo. - Respondió el doctor. - Tu luz celestial te ha curado, Peter.
- ¿Cómo dices? - Preguntó éste incrédulo.
Stephen retiró la sábana dejando a la vista un vientre plano y en perfectas condiciones; ni una señal de la cesárea, ninguna cicatriz, ni tampoco la inflamación consecuente del embarazo. Era como si todo aquello nunca hubiera pasado.
- ¿Por qué llora? - Peter se incorporó hasta sentarse en la mesa de operaciones, tirando de la bata de Thor para que se acercara. - Dámela...
- Deberías descansar. - Rezongó el rubio intentando apartarse. - Ya has oído a May, mi bebé está bien.
- ¿Quieres darme a la niña de una vez? - Protestó Quill casi en un grito.
- La verdad, no. - Respondió Thor apretándola contra su pecho. - No quiero soltarla. Tú ya la has tenido nueve meses, ahora me toca a mí.
- ¡Ah, no puedo creerlo! - Loki se arrancó con rabia los guantes, el gorro y la mascarilla, deshaciéndose de los patucos de papel al tiempo que se quitaba la bata y la dejaba tirada a los pies de Peter. - ¡Ya he tenido suficiente! Esto es demasiado ñoño para mí, esperaré fuera con los demás.
- Hermano... - Thor dejó de bromear y le entregó la niña a Peter. - Espera un momento.
- ¡Pero qué bonita es! - Exclamó Quill con lágrimas en los ojos cuando la tuvo entre sus brazos, May le ayudó a sostenerle la cabeza de la manera adecuada.
- ¿Qué haces? - Se quejó Loki atrapado en un fuerte abrazo que apenas le dejaba respirar.
- Gracias... - Musitó Thor al cuello de su hermano.
- Caballeros, señora... Hoy hemos sido testigos de una auténtica paradoja temporal. - Comentó Strange arrojando sus guantes a la papelera.
- Así es, la verdad. - Añadió Banner deshaciéndose de la mascarilla, en su enorme cara quedaba bastante ridícula. - La niña no habría nacido de no haber estado aquí Loki y es ella misma quien irá a sacarlo del infierno en el futuro.
- ¡Uf! ¡Ha sido agotador! La tensión, la magia y todo lo demás... - May se quitó el gorro de papel dejando a la vista su sedosa melena. - Con tu permiso, doctor, voy a salir ahí fuera para tranquilizar a los demás contándoles que todo ha ido bien al final.
- Adelante, enfermera. - Consintió Strange caminando detrás de ella, su bonita figura le tenía hipnotizado. - Vamos Banner, dejemos a la familia a solas.