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Freak por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola 

espero no haberles aburrido mucho para llegar a este capitulo :P quiza muchos lo esperaban, igual no podia despedir esta historia sin un espisodio romanticon. Bueno, espero que les guste!!

La habitación de Marcell es como la recuerdo: Ordenada, sencilla. Y más pequeña que la mía aunque la mía es más grande que la mayoría de las habitaciones que conozco. Aún estamos tomados de la mano,  pero mis dedos están fríos.


— aun no tienes comics.


— tengo algunos en casa porque los llevo cuando voy, para no aburrirme en el camino y siempre los olvido. También me pasa con los libros.


— ¿terminaste el escrito para el concurso?


— sí, lo envié esta mañana.


— ¿recuerdas ese cuento de terror que no enviaste? Me decías que yo te había inspirado para hacerlo.


— oh, sí. Nunca lo envié aunque después lo pude terminar— a Marcell le costó un poco tomar valor para inscribirse en concursos de escritura y eso que me estuvo acompañando a mis propios concursos y recitales a pesar de que le digo que no es necesario que venga a todos porque a veces es la misma presentación.


— aún tengo tu bolígrafo de la suerte— las mejillas de Marcell se ponen rojas— ¿Qué pasa?


— nada, nada… yo… umm ¿Qué haremos ahora? ayer estaba viendo una seria nueva, no es ningún drama medico como los que te gustan pero creo que va a… ¿Por qué me estas mirando así?


— ¿Eres idiota?


— ¿Disculpa?— se me escapa el tono ofendido.


— ahora no iras a decir que quieres palomitas y sodas ¿no?


— Pues…            


— ¡Jun!


— ¿Qué?


— ¿en serio? ¿Viniste aquí solo para ver series y comer palomitas?


— No es una mala idea, pero claramente no es lo que tú tenías en mente cuando sugeriste venir aquí— Marcell no se da cuenta pero está haciendo un gesto bastante infantil con los labios, casi  parece estar a punto de inflar las mejillas.


— tú querías un lugar más privado.


— pues no es muy cómodo ver series en lugares públicos, luego no puedo emocionarme por nada… es broma, es broma— si sigo va a pegarme.


— No sé cómo Dorian aguanto eso.


— la verdad es que no lo sé. Y aunque dije eso ahora no sé cómo deberíamos seguir… bien, he leído y creo saber que hacer pero justo ahora no tengo idea de que hacer ¿debería saber qué hacer?— ya lo dije, aunque sea vergonzoso y nada apropiado para un momento ¿romántico? Ah, esto en serio da pena.


— No… no lo sé. Yo… también creí que sabía pero es… más fácil pensarlo que hacerlo.


— Exacto— ah, al menos me entiende. Marcell no me mira, y ahora tiene las mejillas rojas también— parece que tienes insolación, con tu cabello y la cara roja.


— cállate… tal vez… ¿deberíamos… abrazarnos?


— Me parece un buen comienzo— bien ahora ¿Por qué no se mueve? O ¿Por qué yo no me muevo? Me siento tan torpe, pero… doy un paso hacia Marcell y le extiendo los brazos. Marcell me parece un cachorrito cuando se abraza a mí.


— Tu cara también esta roja.


— Si…— ah,  seguimos abrazados. Sus manos están en mi espalda, apenas me toca. Huele a algún perfume, me gusta.


— ¿ahora qué? esto… no está mal pero…


— umm… Bailemos— Marcell se empuja un poco para mirarme, con el ceño fruncido— no es una broma, mira— como ya estamos abrazados es fácil tomar la posición para un baile— aquí no tienes que preocuparte de que alguien nos vea.


— no sé bailar, y tampoco hay música.


— No se trata de saberlo— me muevo un paso, llevando a Marcell conmigo. Luego otro, y otro y uno más, primero despacio luego cada vez un poco más rápido aunque sin llegar a perder el ritmo lento de un vals. Me pongo a tararear cualquier cosa, una mezcla de canciones y partes improvisadas.  Ya no me siento tonto, creo que todo está…. Cambiando: no me siento incómodo ni nervioso. Es más fácil movernos por la habitación, bailando al ritmo de la música que voy murmurando.


—  me gusta ¿la canción? ¿Cómo se llama?


— umm no lo sé… solo estaba… solo salió ¿Te gusta vals de media noche? aunque creo que ya existe esa canción— Marcell se ríe, y se detiene. Estamos tan cerca que es como si hubiera algún imán que nos atrae porque no me doy cuenta cuando me incline hasta sus labios rozan mi mejilla. Solo giro un poco la cabeza y le beso, hasta que Marcell se separa no noto que estamos aún abrazados, tanto que más juntos no podemos estar.


— ¿tienes que volver a casa?


 — Pues…— miro al techo, porque si veo a Marcell querré esconderme— cuando veníamos en el taxi les dije que me quedaría contigo.


— Oh…— otra vez siento como si la incomodidad flotara por allí. Aunque el bailar me dio una idea: solo necesitamos que alguien dé el primer paso, como en un vals, una vez que se da el primero todo se vuelve sencillo.


— ¿Quieres que me quede?— Marcell me besa. Esto es un si ¿cierto? soy yo quien comienza a movernos a la cama— ¿recuerdas cuando dijiste que necesitábamos más contacto físico?— Marcell sonríe, una sonrisa nerviosa. Le acaricio la mejilla, y dejo allí mi mano— estoy nervioso. Siento que… no quiero asustarte o hacer algo que tu no. si me muevo demasiado rápido saldrás huyendo.


— no voy a irme.


— Marcell…


— t—también quiero esto. Siempre parece que soy arrastrado por todos, pero yo puedo elegir también. Y… aquí estamos.


—  Aquí estamos…— tal vez he estado pensando mucho en cómo han ido las cosas y no me puse a pensar en que Marcell ha cambiado desde entonces, han pasado muchas cosas para él. Aún estoy dudando sobre esto, pero si no hacemos nada vamos a terminar viendo series y comiendo palomitas de verdad ¿Por qué es tan difícil mover mi mano? solo es bajar un poco… solo…


Mi mano toca la piel de su espalda, se siente fría. Marcell se sienta en la cama, siento un poco frio ahora que ya no estamos abrazados pero siento su mano en mi brazo intentando llamar mi atención, extiende sus brazos hacia mí y me inclino, sus manos en mi cara se sienten frías pero no me importa cuando hace que me incline más para besarnos, me jala hacia él. La posición  es incomoda y hacer que me duelan las pantorrillas… y que la única forma de estar bien sea acercándome más a Marcell porque él no me suelta y cada vez me atrae más hacia él, hasta que terminamos en la cama. No tengo tiempo para pensar en que hacer o como seguir, solo actuó: mi mano encuentra la camisa desfajada sobre su estómago, tocando directamente su piel, acariciando mientras subo mi mano. Es más sencillo desabotonar su camisa, Marcell es tiene la piel más blanca de lo que parece.


— ¿Jun? Estas mirándome demasiado…


— lo siento… yo… ¿aun quieres seguir? Es que aún estamos a tiempo para emm… ¿vamos a tener sexo ahora  mismo? Hey…—Marcell rueda para quedar encima de mí pero su codo se clava en mi estómago.


— no digas todo lo que piensas de esa manera… en un momento como este— oh, su cara es como si hubiera estallado una burbuja de pintura roja.


— Lo siento…continuemos— siento como Marcell se pone tenso cuando hablo, sus manos en mi pecho, como si apenas se diera cuenta de la posición en que estamos— ¿Cómo seguimos?


— quizá debamos quitarnos los zapatos primero.


— es lo más lógico… aunque ¿Imaginas si a alguien le huelen los pies? Eso sería…— me quedo sin aire cuando Marcell me usa para saltar y bajarse de la cama.


— ¡No puedo creer que dijeras eso ahora mismo! Esto es como para publicarlo en uno de esos comentarios anónimos que narran estas cosas ¿Sabes qué? Olvídalo, me iré a dormir a la sala— ay, le alcance a sujetar la mano o en serio se va.


— Espera, lo lamento, estoy muy nervioso y digo muchas tonterías cuando me pongo nervioso— él me mira como si le estuviera mintiendo, pero ya no intenta irse— ya no diré nada— de nuevo esa mirada de que no me cree, incluso su ceja está levantada. Paso mis dedos entre los suyos, entrelazándolos e intento hacer que se acerque. Lo hace, y aunque intento no reírme o decir algo más que sin duda va a dejarme con el ojo morado, me inclino y con la mano libre intento desabrochar las agujetas de mis zapatos. Marcell  hace lo mismo con sus zapatos y me parece que está intentando no reírse. Cuando nos enderezamos en la cama, me decido y le empujo al mismo tiempo que le beso, hasta que quedamos acostados en la cama. Con su camisa desabrochada no me cuesta nada pasar mis manos para abrir más la camisa y besarle la línea de la clavícula. Marcell suspira, pero  no dice nada ¿eso significa que puedo continuar?— Marcell…


— Dijiste que no hablarías— su mano se apoya en mi cabeza, una caricia a mi cabello. Intento sonreír.


— solo una vez mas ¿me dirás si quieres detenerte? No te sientas presionado a hacer algo que…


— Shh, ya lo entendí— su mano me toca los labios, y le beso los dedos. Siento su otra mano en mi espalda, y quizá sea mi imaginación pero creo que la temperatura está aumentando— no puedo… quitarte la…— oh, mi camisa. Me levanto un poco, Marcell no me mira cuando intenta desabrochar los botones de mi camisa, y aunque me siento ansioso por seguir, me quedo mirando cómo le tiemblan un poco las manos cuando lucha por desnudarme hasta que lo logra. Me hace cosquillas en el estómago cuando me acaricia, luego se mueve para levantarse un poco y deslizar la camisa por mis hombros. Nuestros ojos se encuentran ¡Su cara sigue tan roja! Es como si supiera lo que pienso porque se abraza  a mí, me he dado cuenta que le gusta hacerlo. Su respiración me hace cosquillas en el cuello— está bien… está bien— me besa el cuello, un roce más bien  ligero. Aprovecho para quitarle la camisa también y solo la arrojo a donde sea. 


— no hemos… hablado sobre esto.


— Jun, solo cállate antes de que me arrepienta— aún seguimos abrazados y la amenaza me deja sin palabras,  soy muy consciente de como nuestras pieles se rozan, del calor de su cuerpo y hasta me parece sentir lo rápido que late su corazón o quizá sea el mío lo que siento. Sea como sea, esta situación también está poniéndome caliente— sé que no hemos hablado… acabamos de empezar a salir otra vez… pero… también he pensado en esto.


— ¿Tu?


— Soy humano… y escribo novelas homoeróticas ¿recuerdas?— esto último lo susurra muy cerca de mi oreja. Intento contenerme, de verdad intento concentrarme en besar la piel de su hombro y cuello, pero…


— lo siento, creo que no podré cumplir lo que dije porque ahora quiero preguntarte algunas cosas. Dime ¿Qué has imaginado? ¿Hay algo que quieras que haga?— le pego más a mí, usando solo un brazo mientras con el otro le acaricio la espalda… y justo porque estamos tan cerca puedo sentir su erección contra mi pierna— ¿tal vez que te bese? ¿Así?— beso su hombro, subiendo por el cuello hasta su boca. Marcell suspira, tiene los ojos cerrados.


— N—No.


— ¿te tocaba? ¿Sí? ¿Era algo como esto?— bajo mis manos por sus brazos, tocando su estómago y la espalda. Marcell sacude la cabeza— no… entonces ¿algo mas como esto?— muevo mi pierna, frotando su entrepierna. Él gime— Oh, entonces si era así— esto me está poniendo duro a mí— ¿y que más hacíamos?


— b—besarnos.


— Oh—  rozo su mejilla con mis labios, algo muy suave. Marcell suelta un quejido y voltea la cabeza para besarme, un beso que me empuja, siento su urgencia y hace que me olvide de mi juego y de cualquier duda que tenga. Nuestras entrepiernas se rozan, y el gemido  de Marcell me pone causa escalofríos— Marcell…— ya no necesito pensar en nada, todo es puro instinto a tal punto que no sé cómo terminamos acostados en la cama, aun besándonos, tocándonos con caricias cada vez más atrevidas. Siento su mano  tocar el botón de mi pantalón antes de darme cuenta de que está intentando desabrocharlo, pero esta maldita cosa… ya, solo me los voy a sacar así para quedarme con la ropa interior. 


 — No puedo quitármelos...— Marcell tiene el mismo problema que yo. En lugar de decir algo desabrocho su pantalón, aunque no logro bajarlo todo porque ¿no vamos muy rápido? ¿Qué hay los previos? ¿O solo…?— Jun.


— ¿Sí?— Marcell pone los ojos en blanco, creo que suspira y se cuelga de mi cuello para besarme. Ya no trae puestos los pantalones. Ahora mismo quisiera saber que está pensando Marcell, o no tener esta sensación de que pasara algo malo si continuamos.


—  No pienses— su voz vuelve a causarme un cosquilleo por el cuerpo, dejo que me arrastre de nuevo a la cama y entonces él toma el control.


************


No sé si alguna vez pensé en cómo sería tener sexo por primera vez,  bien, he escrito sobre esto muchas veces pero no es para nada como eso ¿de verdad es tan raro o es que nosotros somos demasiado raros? Sea como sea, esto se siente demasiado bien, tocarse y besarnos de esta manera.  Los escalofríos que siento cuando nuestras pieles se tocan…  apenas y puedo respirar con los besos. La respiración de jun me hace cosquillas en el cuello, y luego siento su beso allí donde siento su respiración.


— eso…


— ¿no te gusta?


— Me gusta— estoy nervioso, pero consigo abrazarle, y como mis manos no se quedan quietas le acaricio la espalda.  Cuando me muevo para buscar una posición más cómoda vuelvo a sentir su erección contra mi pierna, y parece que mi cuerpo actúa solo porque no sé en qué momento sigo buscando el contacto con Jun, rozar nuestros cuerpos para seguir sintiendo ese cosquilleo… ¿es mi imaginación o Jun sigue alejándose cada que intento más?— Jun, ya no lo pienses…— no sé qué más decir porque pensar mucho es algo que yo hago y tal vez es un poco mi culpa que Jun este dudando ahora— quiero hacerlo.


—…— ¿Cómo puede pensar que estando medio desnudos y tan… bueno, estando así, podría decir que no? no esperaba estar tan consiente de mis actos en este momento pero no hay más que hacer. Siento frio cuando me aparto de Jun, aunque solo me medio arrastre para alcanzar el mueble y buscar en el cajón— ¿Por qué tienes eso allí?— me quedo a media vuelta con los sobrecitos de los condones y  el bote con el lubricante.


— ¿Por qué otro motivo?— me dan ganas de pegarle, en serio. Jun solo sonríe, y se acerca a mí, sus manos sujetan las mías, sin dejar de mirarme.


— ¿Cómo quieres usar esto? ¿Lo pensaste?— pff ¿Qué si lo pensé? Creo que un poco de más. Aunque esta vez no he leído al respecto, lo hice cuando quise que lo que escribía fuera más apegado a la realidad. Que ingenuo fue eso— claro que lo pensaste— no es la misma sonrisa de hace un momento, siento la cara arder de vergüenza pero aun así no me arrepiento.


— está bien así… después podemos intentar… otra manera. Porque ya vez… no sería bueno… el hospital…y todo eso… con tus problemas…


— creo que lo tienes bien pensando…. Está bien—  ¡Esto es muy vergonzoso! Le abrazo, en un intento de ocultarme o que deje de verme, lo que sea primero.  Jun me frota la espalda, me recuerda a cuando intentas consolar a alguien. Yo solo me quedo así, esperando a que se me pase la vergüenza. Pronto las caricias se  ponen más íntimas, o así lo siento yo, también comienzo a acariciarle, sintiendo su piel, su respiración… otra vez empiezo a sentirme caliente, y la cosa no mejora cuando volvemos a rozar nuestras entrepiernas. Se siente tan bien…— ¿eso fue un gemido?— le clavo los dedos en las costillas y le muerdo el hombro.


 — eso pasa cuando se siente bien ¡Es involuntario!— Siento su risa en mi mejilla al mismo tiempo que se frota en mí.


— Eso está bien— le beso, me falla la  fuerza y termino tumbándonos en la cama. No sé si Jun no sabe qué hacer o no quiere hacerlo… bah, por cómo me mira adivino que no sabe… yo tampoco se y no sé cómo hacerle notar que estamos igual.  Lo único que puedo hacer es tocarle yo… solo es tocar… y tocar como si lo estuviera haciendo conmigo…— Marcell…


— No hables— o entonces me dará más vergüenza y querré meterme bajo la cama, en cambio sigo moviendo mi mano hasta meterla bajo su bóxer. No pienses en nada, Marcell, solo sigue… Jun jadea, o quiere decir algo, no se…  siento como un zumbido en mis oídos que no me deja pensar y lo agradezco.


— hey…— la mano de Jun me detiene, me besa y no se en que momento me quedo sin ropa interior, solo noto los roces de su mano, un poco más rápido de como yo lo estaba haciendo hace un momento, pero… maldición, se siente tan bien que alguien te lo  haga. Los dedos de Jun tocan los míos, guía mi mano hasta su  entrepierna, igual de duro que yo… vuelvo a acariciarle, la situación es mucho más intensa de lo que me imagine. Me siento tan caliente… siento un cosquilleo en el estómago, y cada roce de la mano de Jun me hace sentir más ese cosquilleo. No puedo contener mi voz cuando ya no puedo más.


— Eso fue sexy…— apenas puedo respirar, no le puedo responder como quisiera, solo le miro. Nos miramos a los ojos y otra vez hay un sonido medio ahogado de su garganta y casi se arroja sobre mí, así lo siento y levanto las manos para detenerlo…


Mis manos quedan en su pecho, su boca en la mía, puedo sentir la urgencia, los besos desesperados y las caricias cada vez más despreocupadas, en algún momento hemos perdido esa voz que nos detenía, solo queda el instinto y el deseo…


— Jun…— no puedo formar las palabras que quiero, hacerle entender que quiero ir más lejos, que quiero más.


— yo también ya…— apenas y me puedo concentrar en mi propio placer, solo puedo sentir eso…. lo próximo que soy consciente es de la sensación fría en mi trasero, aunque no sé si es el lubricante o Jun tiene las manos frías.  Esto… me asusta un poco, pero en lugar de dejarme llevar por eso cierro los ojos y dejo que todo siga. Es extraño y aun no decido si me gusta o no cuando mi cuerpo parece decidir por mí. No puedo contener mi voy y mi cuerpo se mueve sin que yo lo controle— voy a… — no entiendo que… ah, eso… siento su pene rozando mmi trasero.  Solo puedo mover la cabeza para decirle que sí y cierro los ojos más fuerte. Tengo que concentrarme en otra cosa ¿no? pero es difícil, porque duele… un dolor mezclado con cierto placer…— ¿Marcell?— su mano me acaricia la mejilla,  su voz es un jadeo en el que solo escucho placer— ¿duele?    


— No es… tan malo…— apenas  puedo hablar, mi voz tiembla de forma ridícula, pero  no miento, pensé que sería mucho peor. Escucho el gemido de jun antes de sentirle empujar contra mí, el movimiento me hace gemir, y me cuesta pensar…


 


***************


Ah, el sol me molesta…  me siento cansado y quiero dormir más.


— ay, maldición… no te muevas— ¿Qué…? Jun— oye, me aplastas…


— umm…— está muy dormido. Anoche… el recuerdo de las cosas de anoche…  si no fuera mi casa intentaría irme— ¿estás intentando huir sin que me dé cuenta?


— Como si pudiera… y no finjas dormir— Jun sonríe y se estira con pereza.


— mañana hay una exposición en el museo ¿vamos?


— ¿exposición de qué?


— instrumentos musicales antiguos.


— oh, está bien, vamos… ¿Qué? Me estas mirando raro— y me está poniendo incomodo.


— estaba pensando que esto me gusta. Estar de esta manera contigo… ¡Tu cara esta roja!


— ¡no sigas! Es…— vergonzoso. No puedo verle a la cara. Jun se ríe, yo solo me pongo la almohada en la cara, hasta que siento sus manos en mi estomago.


— es lindo.


— basta.


— Practiquemos más, otro día— antes de que responda, escuchamos voces ¿en la sala? Creí que Ingrid y Yamir no volverían hasta más tarde. Ahora siento algo de pánico.


— ¿Qué hora es?— me pongo  a buscar mi teléfono para ver la hora— llegaron antes.


— ¿quieres que escape por la ventana?


— ¿Qué?


— Por la ventana, como en las películas. Estoy seguro de que podría salir por allí, y no esta tan alto para bajar. No te rías, estoy hablando en serio.


— seguramente te romperás un brazo si haces eso. No, quedémonos aquí y dejemos que las cosas pasen— esta vez cuando me abraza, en lugar de darme la vuelta, le abrazo de vuelta.

Notas finales:

Gracias por leer y nos leemos la proxima semana para el final de esta historia.


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